Capítulo 4

El pequeño caminaba con tristeza hacia el bosque nuevamente, había pasado casi una semana desde que Itachi regresó -¿qué es lo que buscas siguiéndome Itachi? -el  mayor abrió los ojos con sorpresa, bajó del árbol siguiendo al pequeño a su paso lento, había sido cuidadoso, a menos que fuera un ninja sensor, no creía, en los registros de Akatsuki lo hubieran mencionado -realmente no sé, simplemente quiero entender -Naruto no volteó el rostro -¿qué es lo que quieres entender?, ¿vienes a exigirme un heredero como tu padre y tu hermano? -Itachi se sentía avergonzado -lo lamento, no tendrías por que estar pasando por esto -el menor hizo mala cara, su mirada no prometía nada bueno -me tienes lástima, ¿es eso? no necesito tu lástima, ni la de nadie -el azabache lo alcanzó, tomó su mano deteniéndolo -no es lástima, en verdad me siento mal, me he dado cuenta cómo te trata padre y lo que ha hecho Sasuke contigo -el rubio bajó el rostro avergonzado -¿nos… viste?-

El azabache entendió que el pequeño se sentía humillado, sabía que no dejaba a su hermano por el contrato, su clan desaparecería si él se retractaba, era tan buena gente que no se echaría para atrás, se sacrificaría por el resto -puedo hablar con Sasuke para que deje de lastimarte -el rubio negó con miedo, arrancó su mano de la de Itachi, negó desesperado -no te atrevas, no lo hagas, me irá peor, por favor, no le digas nada -el pequeño se derrumbó en el suelo en un ataque de pánico, murmuraba cosas inentendibles, de inmediato Itachi se arrodilló a su lado, no sabía que hacer, hizo lo primero que se le ocurrió, lo abrazó protectoramente -no le digas nada por favor, te lo ruego… -Naruto respiraba aceleradamente, el azabache comenzó a sobar su espalda tratando de calmarlo -no lo haré, no te preocupes más, sólo quiero que sepas que estoy contigo, puedes contar conmigo, sé que hay muchas vidas en juego, pero puedo buscar la manera de ayudarte-

El Uzumaki se alejó lentamente, ya estaba más tranquilo -nadie da nada sin esperar nada a cambio, ¿qué es lo que buscas siguiéndome? te pregunto de nuevo -la mirada del pequeño era fría y gris. Itachi entendió que ahora no confiaba en nadie, estaba roto -¿quieres… ser mi amigo? -el rubio giró su rostro con duda observando la mirada del mayor -yo creí que Sasuke era mi amigo -se levantó, le dio la espalda caminando con la cabeza gacha ocultándose nuevamente en su pequeño refugio.

….

Sasuke salió de la habitación, el mayor mordía sus labios con duda si debía entrar al lugar para ver a Naruto, el pequeño no lo quería cerca, suspiró hondo tomando valor, si lo quería ver o no, no importaba ahora, decidió esperar a Naruto, siempre iba a la lavandería de la casa. A la media hora, el rubio salió con pasos lentos con las sábanas envueltas en sus manos, las metió en la lavadora, comenzó a observar nuevamente las vueltas que daba el aparato -¿te encuentras bien? -Naruto negó lentamente -unos brazos fuertes lo envolvieron en un abrazo, el pequeño escuchaba el corazón del mayor mientras era abrazado, necesitaba cariño urgente o se rompería por completo, enterró su rostro en el pecho del Uchiha quien sobaba su espalda con cuidado, sus pequeñas manos apretaban la ropa oscura de Itachi con fuerza.

….

Naruto salió con la mejilla roja, bastante hinchada por la mañana, necesitaba esconderse de la familia, de su marido o se metería en problemas con Sasuke, corrió por la parte de atrás entre el bosque, por ir distraído no sintió el chakra a su alrededor, chocó con fuerza con alguien, estuvo a punto de caer del árbol en el que brincaba cuando unos brazos fuertes lo sostuvieron de la cintura con cuidado, lo arrinconaron en el árbol donde se encontraban. Naruto abrió sus ojos con sorpresa, el Uchiha vio con tristeza el golpe en el rostro del pequeño, con el dorso de su mano acarició el golpe suavemente, tenía coraje y frustración, sacó una crema de su estuche bajo la atenta mirada del rubio, comenzó a colocarla suavemente en la mejilla, el menor hacía gestos de dolor, con aún más cuidado, Itachi terminó de colocarla, tomó su rostro con ambas manos, observó la mirada triste del pequeño, besó su frente con cariño -¿te sientes mejor? -el rubio asintió bastante sonrojado, bajó su mirada con vergüenza, se sentía débil e idiota, recordó como Itachi lo ha estado ayudando este tiempo, mordió su labio con duda, susurró con vergüenza -¿podrías… abrazarme? -el azabache se sorprendió, no lo dudo y lo apretó contra su cuerpo con cariño, dando cálidas caricias en la espalda la delgada espalda, el pequeño apretaba sus manos en la ropa del pecho del azabache buscando su calor y confort.

….

-Mañana irás con la maldita borracha y te harás una prueba para saber por qué demonios no sales embarazado, estoy harto de tener que tocarte, padre me está presionando y no permitiré que ensucies mi relación con él -el rubio apretó las sábanas en la cama, se hizo bolita, cubrió su rostro, escuchó como entró a la ducha su marido, comenzó a divagar viendo a la nada, tal vez en verdad no podía tener hijos, tal vez si era un inservible. Unos brazos lo envolvieron con cariño por la cintura, se sorprendió bastante, pero no se negó a recibir esa muestra de cariño, ese cuerpo grande y fuerte lo envolvía dándole calor. Un susurro llenó sus oídos -¿puedes crear un clon? -el pequeño asintió, lo hizo. Itachi lo cargó con cariño, salieron por la ventana, entraron al cuarto del mayor, el clon se había quedado a sustituirlo. El heredero lo recostó a su lado, lo abrazó con cariño sin importarle si estaba desnudo, lo único que quería era hacerlo sentir mejor, quería alejarlo de su hermano con desesperación, lo apretó hacia su cuerpo otorgándole el calor que necesitaba el pequeño, el rubio se dejó hacer, se dejó mimar por el azabache, aspiró el aroma tranquilizador de Itachi hasta que se quedó dormido.

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