Capítulo 3

-Buenos días Naruto, ¿entrenarás más tiempo con Kakashi y Yamato? -el rubio negó -no creo Mikoto-san, Ero-sennin me enseñará una técnica nueva, el rasenshuriken me lastimó bastante, necesito aprender una técnica que no me lastimé, quiere que entrene con los sapos -la señora Uchiha sonrió con cariño -sé que lo harás bien Naru-chan -el pequeño sonrió con cariño a la señora, era la única que lo trataba como una persona en esa casa, su suegro lo veía como alguien inferior, no podía dejar de hacerle comentarios sobre su persona y sus modales, Sasuke lo trataba peor que a una puta cuando estaban a solas. Itachi se sentó en la mesa con calma -madre, Naruto, buen día -ambos lo saludaron, Fugaku llegó detrás de él -esta semana deberías descansar Itachi, la siguiente debes comenzar a ponerte al corriente con las labores que desempeño, esta misión te quitó mucho tiempo, en unos pocos años tomarás mi lugar -el azabache asintió con una pequeña muestra de molestia -Naruto, ¿ya sabes si estás embarazado? -el rubio lo vio con seriedad -ayer me tomé una prueba, salió negativa, lo lamento -Fugaku marcó su ceño con molestia -quiero ese heredero, sino puedes tenerlos, te llevaré con Tsunade-sama a que te saque estudios -el rubio bajó el rostro, asintió, continuó con sus alimentos. El almuerzo se había hecho incómodo, cuando terminó se quedó en el lugar un momento con la cabeza gacha -lo lamento, olvidé que tengo que estar con Jiraiya-sensei -se levantó, realizó una reverencia, recogió sus platos, salió del lugar.

-Ese chico es insoportable, ni siquiera puede embarazarse, es un inútil -la señora Uchiha bajaba su cabeza con vergüenza. Itachi estaba sorprendido por cómo su padre se dirigía a Naruto. El líder del clan se levantó y salió del lugar, su madre hizo lo mismo dirigiéndose a limpiar la cocina, Itachi mordió su labio, salió trás el pequeño para disculparse con él, podía sentir rastros de su chakra con el sharingan, lo siguió hacia el bosque, observó cómo entró a una barrera, mordió su labio con duda, tal vez estaba engañando a su hermano, pero el chico no era de ese estilo, entonces ¿qué escondía? ¿por qué una barrera de chakra y una de privacidad? tal vez era un refugio sólo para él, se quedó en el lugar esperando que saliera, no tenía nada que hacer, le causaba bastante intriga el Uzumaki.

Pasaron dos horas, eran las nueve de la mañana cuando el pequeño salió del lugar con los ojos hinchados y rojos, se limpió lágrimas del rostro con la chamarra. Mientras caminaba colocó maquillaje en sus párpados para evitar la hinchazón, vio de lejos al sannin, respiró hondo, mostró una gran sonrisa y un cambio en su mirada -Ero-sennin, llegaste temprano ttebayo, creí que estarías molestando a las señoritas en las termales -el sannin escribía su novela mientras escuchaba a su renacuajo -no digas tonterías, vengo a supervisar tu entrenamiento renacuajo, llama a ese par de sapos vagos y empieza a trabajar -el pequeño sonrió e invocó a Gamakichi y Gamatatsu, el sannin trataba de leer en sus ojos, algo no le gustaba en la mirada de su renacuajo -¿cómo te trata el Uchiha? -el rubio sonrió nuevamente -bastante bien Ero-sennin, me miman mucho en su casa, principalmente Mikoto-san -el sannin cruzó sus brazos con notable duda en su rostro -no te creo -el rubio soltó una carcajada -no seas paranoico pervertido, verás que soy feliz -el sannin lo observó un momento más, siguió con su escritura y bastante molestia, no le creía, pero no tenía pruebas de lo contrario.

Itachi escuchó la conversación claramente, así que también tenía dudas el sannin, sonrió divertido al ver como bailaba con los sapos, ¿qué demonios intentaban? -renacuajo, tienes que sentir su chakra, concéntrate en formar uno solo con Tatsu -el rubio formó un puchero -Naruto, puedes entrar a la boca de Gamatatsu, así podrías sentir el chakra mejor -el sannin quería reír por lo que dijo Kichi, pero él tenía que aprender solo, el pequeño entró en su boca, fue vomitado en varias ocasiones -qué asco ttebayo, lávate la boca Tatsu, huele a pescado ahí dentro -el sapo amarillo se veía ofendido -hermano, no haré más si no me dan dulces -Naruto sacó de un sello una bolsa, la lanzó a su boca -sigamos-

Después de unas horas el sannin respiró hondo, sacó una paleta de su sello, el pequeño se veía cansado, se sentó a su lado recargando su espalda en él, le dio la mitad de la paleta -toma, cómetelo, te esforzaste mucho hoy renacuajo -el rubio abrió su ojo, sonrió con cariño al ver la paleta, la tomó agradecido, la compañía del sannin siempre lo calmaba, a su lado se sentía protegido, para él, el sannin era su abuelo, su familia -creo que todos debemos reconocerte, has trabajado muy duro, me pregunto ¿qué es lo que te impulsa? -el pequeño enfrió su mirada. Itachi vio con claridad ese cambio en el rubio -no lo sé  -el sannin se sorprendió por la respuesta, esperaba un seré Hokage algún día, pero no llegó, pudo darse cuenta que el rubio se quedó dormido, algo no estaba bien, pero ahora mismo tendría misión, respiró hondo con preocupación.

-Hey chicos, tengo que hacer algo, ayúdenlo el resto del entrenamiento -ambos sapos asintieron -lo haremos, pero queremos dulces -el sannin sonrió -él les dará dulces -el sannin se giró, acarició su cabeza rubia con cariño -buena suerte renacuajo, trabaja duro y cumple tus sueños, espero en verdad que seas feliz, me inquieta dejarte con esta duda en mi pecho -Itachi abrió sus ojos con sorpresa, eso sonó a despedida, no se atreverá a ir a Amegakure solo ¿verdad? él había entregado esa información a la Hokage sobre la ubicación del supuesto líder de Akatsuki. Lo vio retirarse lentamente, a la hora, el pequeño despertó y deshizo la invocación después de escuchar como se había ido el sannin dando la explicación a los sapos, caminó con cansancio, ya era tarde, se metería en problemas con su marido.

Al llegar a la casa Uchiha levantó su rostro observando la construcción, respiró hondo apretando sus puños, entró al lugar sin hacer ruido, caminó lentamente hacia su cuarto, abrió la puerta, alguien lo aventó con brusquedad al interior, la puerta se cerró. Itachi tenía sus ojos bastante abiertos, no podía creer lo que había visto, su hermano había aventado con coraje al rubio a su habitación, caminó lentamente tratando de escuchar, pero percibió claramente un sello de silencio, tocó la puerta. -Sasuke, ¿estás despierto? -el pequeño estaba sin sus pantalones ya, sometido en la cama, esta vez Sasuke le había colocado una peluca de melena negra y larga -no te atrevas a moverte o a hacer ruido -el pequeño confirmó.

Sasuke salió de la habitación rápidamente, pero Itachi no era cualquier ninja, en sólo una mirada vio al pequeño semidesnudo con una peluca de mujer, boca abajo totalmente rígido -otouto, no hemos tenido tiempo de platicar, me preguntaba si quisieras tener una charla, tengo años fuera sin verte -Sasuke sonrió un poco incómodo -en un momento voy a tu habitación anikii, sólo tomo una ducha rápida -Itachi no estaba muy seguro, pero asintió, se retiró del lugar -¿qué demonios fue eso?-

Sasuke sacó su miembro, como rito inicial se masturba pensando en alguien más, cerraba sus ojos imaginando a esas otras chicas, con la peluca trataba de imaginar que se encontraba con una chica, pero no funcionaba, se la arrancó -necesito que uses ese jutsu sexy tuyo, ya no puedo hacerlo así, me das demasiado asco, no uses a la rubia -el pequeño obedeció, el azabache sonrió de lado al ver los pechos y otro rostro en el pequeño, comenzó a morder los pechos y chuparlos con deseo, el pequeño cerraba sus ojos con asco, sintió como el Uchiha levantaba sus piernas y lo penetraba nuevamente sin cuidado alguno, apretó su mandíbula con fuerza, sus puños apretaban las sábanas tratando de pasar ese tragó amargo rápidamente, no duró ni diez minutos, el azabache se había liberado en su interior, salió de él y entró a la ducha rápidamente. El pequeño eliminó el henge dando la espalda al baño, esperando a que se fuera como siempre acostumbraba -de hoy en adelante usarás ese henge, no quiero ver tu cuerpo, ni tu rostro, ni tu pene, me das asco -Sasuke quitó el sello, salió de la habitación. Un nuevo nivel de humillación había llegado.

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