Capítulo 2
-Naru-chan buenos días, ¿cómo amaneciste? -el rubio había ensayado en el espejo del baño esa sonrisa falsa en la que se había refugiado cuando era niño -muy bien Mikoto-san, gracias por su hospitalidad -la señora sonrió contenta por tener al hijo de su amiga con ella -¿te parece si almorzamos juntos? Sasuke salió temprano a entrenar con su padre -el pequeño sonrió, se sentó en la mesa, la señora le sirvió un delicioso desayuno casero que el pequeño comió con gusto tratando de olvidar la noche anterior -estuvo delicioso señora, me tengo que ir a reportar con la abuela, muchas gracias por todo -el pequeño recogió sus platos, salió corriendo del lugar con prisa.
Al llegar a la oficina observó a su abuela hablando con Ero-sennin, se desvió, salió del lugar, podría mentirle a todos menos al pervertido, lo aprendió a conocer bastante bien, corrió a su antiguo departamento, se encerró en el lugar, colocó un sello de privacidad, se derrumbó, comenzó a llorar desesperado tratando de sacar todo el dolor y decepción que tenía guardado en su ser -maldita vida, malditaaaaaa, te odio, te odiooooo vida de mierda, te odio Sasuke, te odioooo -el pequeño se derrumbó en el suelo, se acostó en posición fetal tratando de darse abrigo a él mismo, duró horas llorando viendo a la nada en el mismo lugar donde se derrumbó, entre esas paredes que lo vieron sufrir por años esa vida de mierda llena de agresiones y soledad.
Por la tarde observó el lugar, con cansancio tomó un henge y las escrituras del departamento, salió a la oficina de registro de propiedad en la base de la torre Hokage, vendió su propiedad a la aldea, no quería tenerla, no quería sumarle más tristeza a su vida, guardó el dinero, buscó una nueva propiedad alejada de todo y de todos, un nuevo refugio, observó con cuidado una cabaña cerca del bosque de la muerte, el lugar estaba vacío y bastante lejano de la aldea, su presupuesto le alcanzaba y le sobraba un poco para amueblarlo, el lugar ocupaba bastantes reparaciones, pero no le importaba.
Compró la propiedad, regresó al departamento por los pocos muebles y cosas que aún tenía en el lugar guardándolos en un pergamino, salió sin perder tiempo al lugar, cuando llegó lo observó con tristeza, colocó una barrera de chakra y una de privacidad para evitar visitas incómodas, creó bastantes clones que comenzaron a arreglar algunas maderas podridas y ventanas rotas, yendo por nuevas a la aldea con el dinero que le había sobrado.
….
Esto se había convertido en una rutina, cada tres días Sasuke lo obligaba a realizarse una prueba de embarazo, cuando se enteraba que no lo estaba, lo tomaba a la fuerza, cada vez aumentaba más el coraje con el que lo hacía -demonios, maldita sea, ni siquiera para embarazarte sirves, date la vuelta, tendré que aumentar las corridas hasta que salgas embarazado -el pequeño ya no lloraba, había pasado un mes de esa situación, la semana anterior habían terminado con Kakuzu y Hidan, con tristeza despidieron a Asuma en un velorio bastante memorable, se imaginó siendo él quién estaba en ese lugar oscuro, una sonrisa había aflorado en sus labios, pensaba seriamente en quitarse la vida y liberarse de todo ese sufrimiento que lo envolvía. Mientras él veía a la nada su pareja lo penetraba con fuerza liberándose una y otra vez, ahora ni siquiera lo había llevado a la tina, cuando terminó de ducharse se largó de su cuarto. El pequeño se levantó con mucho dolor, sangre escurría de sus piernas junto al semen de su marido, caminó lentamente con demasiado dolor derrumbándose en varias ocasiones hasta llegar a la tina, a la cuál terminó arrastrándose en la última caída, lavó su cuerpo sucio y manchado, su piel quedaba roja cada que salía del baño de tantas veces que tallaba para quitarse esa asquerosa sensación.
Cuando salió del baño observó la sábana llena de sangre, su trasero comenzaba a sanar con el chakra de kyubi, envolvió las telas, salió con ellas al cuarto de lavado aún cojeando con dolor, observaba con la mirada muerta el girar de la lavadora. Su mirada no perdía de vista las manchas de sangre en la sábanas que giraba en el aparato.
-Sasuke, ¿quieres platicar un momento? -cuando el azabache entró observó claramente la mirada del pequeño quien reaccionó y cambió su rostro rápidamente -lo… lo lamento Itachi, tu hermano se está duchando -el rubio rascó su nuca incómodo -¿bienvenido? -el Uchiha había regresado ese día por la mañana, su misión había terminado, asesinó a Kisame Hoshigaki, regresó a la aldea con el cuerpo sellado y la información necesaria, su familia le había hecho una pequeña reunión de bienvenida con algunos allegados de su familia, no se había fijado en el pequeño, sólo lo observó junto a su hermano y no reparó más en él -gracias Naruto, sólo nos conocíamos como enemigos, pero te doy la bienvenida a la familia -el pequeño sonrió ligero, realizó una leve reverencia -te agradezco-
Naruto se giró aún incómodo a observar la lavadora, el mayor pudo ver la sábana y manchas rojas en ella, salió del lugar preguntándose ¿qué sucedía? las veces que se había topado con él como miembro de Akatsuki, su mirada mostraba determinación y esa chispa que lo hacían admirarlo por su entusiasmo y fortaleza, tal vez fue forzado el matrimonio, pero su madre le había dicho que el pequeño amaba a su hermano, estaba dispuesto a conquistarlo, ¿entonces?
Cuando pasó por la recámara de su hermano, con curiosidad abrió la puerta, pudo observar manchas de sangre en el suelo y una sustancia blancuzca con sangre -¿Sasuke? -la regadera no se escuchaba, abrió la puerta del baño y no había nadie, salió con dudas del lugar, volvió a su habitación, mañana lo buscaría, comenzó a analizar lo que vio, su hermano no se atrevería a abusar del pequeño, ¿o si? respiró hondo tratando de calmar su mente, tal vez había malinterpretado las cosas, Naruto sonreía cuando habló con él, aunque claramente no era la sonrisa optimista de siempre.
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