La tortuga no dijo nada, solo lo halo mas fuerte hasta meterlo dentro del espejo. De alli, fueron transportados a un tubo de drenaje.
- ¿Que hacemos aqui? - pregunto Hitomi.
La tortuga solo se limito a señalar, de repente se escucharon pasos acelerados y gritos de dos personas que se acercaban.
- ¡Rapha, detente! - dijo uno.
- ¡Largate! - respondio el otro.
- Rapha... - dijo Hitomi en un susurro.
Cuando estuvo cerca de Raphael se le tiro encima, rodaron y casi caen en un contenedor de residuos cloacales. Raphael se sujeto de un tubo oxidado y tomo al otro de la mano para que no cayera.
- ¡Resiste! - dijo Raphael cuando sintio que el tubo estaba cediendo.
- ¡No nos sostendra a ambos! - dijo el otro.
- ¡No, Leo! - grito Raphael al pensar en lo que iba a hacer.
- Te quiero, hermano - dijo antes de... soltarse.
- ¡Leo, Leo! - grito Raphael a todo pulmon.
Leonardo fue succionado por el remolino de agua que se formo y su cabeza golpeo tan duro la pared que se abrio derramando mucha sangre.
- ¡Ahhhh! - grito Hitomi despertando de ese sueño - ¿Que rayos fue eso? - penso Hitomi poniendo su mano en su frente.
En las alcantarillas...
Las tortugas no tenian patrullaje esa noche asi que aprovecharon para entrenar. Hitomi entro al dojo y vio a los demas como entrenaban.
- Hola a todos - dijo Hitomi sacudiendo la mano.
- Hola, Hitomi - Miwa fue la primera en devolver el saludo, luego lo hicieron los demas.
- Hola, Miwa - saludo para ver el arsenal de armas - ¿Puedo? - dijo señalando una katana.
- Seguro, ¿por que no? - dijo Miwa (ella no sabe que Leonardo tenia como armas katanas).
Hitomi la tomo y comenzo a dar saltos y volteretas moviendo la katana de aca para alla. Unos minutos despues, se detuvo.
- Esos movimientos... ese estilo... es tan... familiar - pensaron todos menos Miwa.
Continuara...