parte única.
Inoko Hashibira, era la chica más salvaje que hubiera conocido en su vida. Es más, era todo lo contrario a una chica.
Tosca, brisca, malhablada, desalineada, descuidada y más.
Y es que, ¡La chica siquiera usaba el uniforme! ¡Sólo vendas! ¡Un pantalón y vendas, además de esa máscara de jabalí!
Y era por ello, que las heridas, como cortes y rasguños se presentaban en su torso y brazos. Y por más que la reprendiese sobre lo descuidada que estaba y era...
- ¡Ataque porcino!
Soltó por la sorpresa que le causó, la sábana recién lavada, al final terminando con ella sobre él.
- ¡Inoko-san! ¡No debe...!
Y guardó silencio al sentir como ella rodeaba su torso con sus brazos, en un abrazo. Desconcertándolo.
¿Qué estaba ocurriendo?
- ¿Inoko-san? – ella no respondió, y se limitó a abrazarlo. - ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo?
- ¡SILENCIO! ¡CÁLLATE!
- ¿AH! ¿DISCULPA! – primero lo tiraba al suelo y haciendo que la sábana que estaba por tender se ensuciara, luego lo abrazaba y ahora le pedía -le gritaba- que guardara silencio; sinceramente, no estaba entendiendo nada de lo que sucedía ahí.
- ... ¿Te agrada?
- ¿A qué te refieres?
- El abrazo, ¿Te gusta?
¿Qué?
- ¿Eh? – miró a la chica, más bien, la máscara, confundido.
Inoko había visto que las personas abrazaban a quienes querían o amaban, tanto a familiares como amigos -Tanko, Zenko, ella y Nezuo- y parejas; además que, Tanko le había dicho que era una muestra de afecto.
Y por supuesto, ella quiso intentarlo.
Sobre todo, ese abrazo que se le da a la persona que más quieres. O eso le dijo Zenko.
Y quién mejor que él.
Aunque, parecía no estar surtiendo afecto, o funcionando en absoluto.
¿Acaso Anko y Menko se atrevieron a mentirle a la gran Inoko-sama!
Y antes de que Hashibira pudiera hacer o decir algo, Aoi se sentó con ella entre sus piernas y la abrazó. Tomándola por sorpresa.
- ¿Era esto lo que querías, Inoko-san?
La chica se había quedado inmóvil por un momento, sintiendo una calidez en su pecho. Y más, cuando él acariciaba su cabeza sobre la máscara.
Se sentía en paz... En calma. Sin deseos de irse o de que eso acabara.
Y cuando Aoi iba a terminar el abrazo, ella no le dejó, haciéndolo arquear una ceja.
- Un rato más... Por favor.
Inoko era salvaje. Bastante. Sin embargo...
Podía ser tierna cuando se lo proponía. Y con una pequeña sonrisa, accedió a su capricho de niña pequeña.
- Sólo por esta vez.
-Traumada Taisho
Digamos que es el primer escrito del año, feliz año nuevo xd
Luego lo checaré por si algún error o por si me salgo de personaje xd
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