Capítulo 1

Scott despertó de golpe, con la frente sudorosa, agitado por la adrenalina de aquel temible sueño que seguía atormentándolo cada noche, aun no entendía porque tenía que seguir aguantando esa horrible sensación de que alguien más esté en sus pensamientos, como si alguien se hubiese entrometido en su mente, estuviera hurgando en sus recuerdos y atormentándolo.

De golpe la puerta de su habitación se abrió, Diana entró asustada, revisando todos los rincones de la habitación de Scott, portando un bate de béisbol como defensa ante algún posible atacante dentro de la habitación de su hermano.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué ese grito? ¿A quién hay que matar? – dijo con euforia Diana observando suspicaz a su hermano

-No te preocupes Diana, solo fue ese mal sueño otra vez, aparte, tú sabes que si hubiera un intruso, quien estaría buscando cobijo y ayuda serias tu- dijo Scott riéndose por lo bajo

-Eso me pasa por preocuparme por ti- Soltó Diana indignada, dejando la habitación inmediatamente.

-Que llorona eres- Fue la respuesta de Scott entre risas

-Ya duérmanse, mañana hay escuela- Sentenció la voz de su padre al final del pasillo -o si no quieren dormir me avisan- A pesar de lo calmada que se escuchaba la voz de su padre, Scott sabía que esa era una amenaza real, que si no la tomaba enserio podría terminar mal.

Su padre era un tipo alto y fornido, y a pesar de que Scott le sacaba una cabeza, por sus 2 metros de pura masa, seguía sintiendo temor y respeto con la sola presencia de su padre en la misma habitación.

Como el militar retirado que era, ese hombre contaba con un excelente estado físico, aún se podía observar que bajo su camisa se veía un cuerpo escultural y tonificado, mantenido por el duro y constante entrenamiento para desempeñar de la mejor manera sus misiones, era el ejemplo a seguir de Scott, gracias a su padre entendió el valor de la libertad y el gran amor que tenía su padre por su país y familia, para sacrificar su juventud y libertad por dársela a alguien más.

No pudo evitar sentir un escalofrío al imaginarse qué pasaría si hacía otro ruido fuerte, que alterara el sueño de aquel hombre, decidió no contestar nada y limitarse a cambiar de posición en la cama para tratar de retomar su sueño.

Observo el reloj, como hacía desde que aquella pesadilla lo empezó a perseguir, eran las 3:20 de la madrugada, cosa que intrigó a Scott, no sabía si era sugestión o si era casualidad, pero era demasiado extraño que el mismo sueño se repitiera cada noche a la misma hora

Su imaginación comenzó a volar con posibilidades que explicaran el sueño, alguna escena es una película que no recordara, deseos suprimidos en su interior, o tal vez, un mensaje que le querían dar... No, eso era demasiada especulación para alguien tan simple y sin importancia como el, o ese era su pensar.

A la mañana siguiente, antes de que sonara la alarma, ya estaba despierto, como cada día, salió de su cama, se estiró un poco y sin darle tiempo de sonar, desactivo la alarma, para luego dirigirse a su baño y asearse a fondo, como le había enseñado su padre desde muy pequeño.

Al estar listo bajó las escaleras y tomó dirección hacia la cocina donde se encontraba su hermana y su madre, las dos mujeres más hermosas que había visto en su vida y por las que daría la vida.

Su madre, con una piel bastante blanca, pero no lo suficiente para generar repulsión, al contrario, era una piel bastante bonita, con un muy sutil tono rosa que la hacía resaltar de forma envidiable, siendo reforzado con un increíble sentido de la moda, por lo cual era una mujer que se robaba las miradas donde quiera que se encontrara, aunque pequeña, su actitud siempre la hacía ver más grande de lo que era, pero Diana, ella era otro nivel.

El caminar con su hermana siempre era un martirio para Scott, no solo porque a pesar de todo, su personalidad es totalmente opuesta, él era algo más retraído y callado, ella solía estar entre bastantes personas, no solo por su personalidad sociable y carismática, sino también por su exuberante belleza, y si su madre se robaba las miradas, Diana era un imán de estas, por donde pasará siempre se detenía el accionar normal de las personas solo para apreciar su belleza

Y como no hacerlo con aquella chiquilla, que con solo 17 años ya aparentaba 23, con su 1.70 m de puro glamour, tal como su madre, pero heredando parte de la altura de su padre y sus ojos azul claro, haciendo más profunda su mirada.

Siempre había un altercado, o al menos un cruce de miradas cargadas de veneno con algún hombre que no dejaba de ver a su hermana, y es que si había algo que Scott odiara era a los pervertidos y más cuando se trataba de su hermana a la que estaban desvistiendo con la mirada, y aunque la chica siempre le decía a Scott que los ignorara, que ella se sentía feliz de que la vieran, él no podía evitar su sentido protector con aquella niña que siempre lograba hacer con él lo que quería.

-Scott, en qué piensas- dijo Diana moviendo bruscamente a su hermano por el hombro para llamar su atención

-En cosas de hombres- dijo Scott levantando las cejas de manera picara para tratar de distraer a su hermana, porque de verdad seguía divagando sobre el significado de ese sueño, pero no quería que ni ella, ni su madre se preocuparan por sus tonterías.

-Eres un asco. -

-Ya lo sé y... ¡Me encanta! – sigo con la broma, aunque no quería ni hablar

Ambos hermanos estallaron en carcajadas en la mesa, Diana continuó bromeando acerca del tema, incluyendo esporádicamente a su madre en la conversación, aunque esta no participara mucho porque estaba más preocupada por prepararle el desayuno a su marido que otra cosa.

-Soy la mejor bailarina- dijo sosteniendo dos tenedores bajo su mentón y moviéndolos con un ritmo y gracia únicos de una bailarina de ballet, para generar un nuevo motivo de risas entre la familia.

-Heyyy, yo no soy quien no coordina un pie con otro a la hora de caminar- dijo Diana sacándole la lengua a su hermano y haciendo énfasis en la torpeza de su hermano al tratar de no hacer daño a los demás con su descomunal tamaño

Sus padres no pudieron contener la risa ante la pelea tan infantil en la que se hallaban enfrascados sus hijos.

-Chicos, ya se les está haciendo tarde para ir a la escuela. Despídanse de su padre- dijo Susana, su madre, haciendo señas a sus hijos para que se despidieran de su padre, Mark, que, aunque con semblante serio como siempre, los recibió de brazos abiertos en la cabecera de la mesa para despedirse y recordarles lo mucho que los amaba.

-Adiós papá- dijeron ambos dirigiéndose a este para abrazarlo y realizar la misma acción con su madre

-Que tengan un gran día, los amo- dijo Scott antes de cerrar la puerta y alcanzar a su hermana en la acera.

Scott y Diana empezaron el corto camino hacia la preparatoria bromeando y riendo sobre temas recurrentes en los pasillos de su escuela, como lo sería los triángulos amorosos de las porristas y los jugadores de fútbol-americano, del que Scott era parte y nutria de información a Diana para que esta tuviese tema de conversación y cotilleo con sus amigas, o que la maestra de sociales era una bruja sin corazón, que mataba a los estudiantes con los que no le gustaba estar en clase para tener vida eterna.

Al llegar a la preparatoria todo cambio, Scott noto el ambiente muy diferente, los pervertidos de siempre no se detuvieron, ni, aunque Diana es hablo directamente y fue debido a la gran cantidad de personas que había haciendo escándalo atrayendo a cada vez más personas para presenciar lo que estaba pasando en el centro del círculo humano, una turba casi incontrolable, y según sospechaba Scott, con lo que alcanzaba a ver por encima de las cabezas de los otros, por su altura por encima de la media, esa turba estaba sedienta de sangre, querían ver una pelea

Scott se abrió paso a empujones entre la multitud, tarea titánica para otro por lo compactos que estaban todos los chicos, pero pan comido para Scott que los quitaba de su camino como si fueran moscos, al llegar al centro un chico alto, rubio, con una camiseta deportiva de tirantes, puesta exclusivamente para que se marcaran sus prominentes músculos, los cuales, a simple vista se notaban muy trabajados, estaba en el centro haciendo venias a la gente para que esta lo ovacionaba a su vez, algo que Scott consideraba muy bajo, ya que la ovación se debía a que estaba golpeando a otro chico, pero este no era nada parecido a el rubio, este era bajo, delgado, pero el detalle que más molestó a Scott, además de ver los lentes del chico en el piso, era que el otro tenía su billetera en las manos y estaba contando el dinero que había en ella

-Scott...- dijo Diana, que al notar las intenciones de su hermano no le soltó la mano y trataba de forma sobrehumana de detenerlo, cosa que como es obvio no había logrado hasta ese momento.

Pero este no le dio tiempo a terminar lo que quería decir y sin pensárselo dos veces se soltó del agarre de su hermana y en dos pasos más atravesó la poca multitud que se interponía entre él y aquel detestable rubio en el centro de aquel "Círculo de la muerte"

Cuando por fin llegó lo primero que hizo fue ayudar a poner en pie al atacado.

-Estás bien-dijo sin mirarlo a los ojos

-S... Sí, pero él tiene mi dinero-

- ¿Porque te lo quito? -

-Daniel dijo que era mi comisión hacia el por ser un nerd, y que es mi deber como nerd pagarle algo a él para que me proteja de los abusones-

-El problema aquí es que ellos son los abusones-

-Ya lo sé pero que esperas...- pero este fue interrumpido por un grito femenino, el cual se escuchaba algo lejano, pero lo suficientemente audible para que Scott lo escuchara

-Solo asegúrate de enseñarle la lección- dijo Diana sobre un auto en el estacionamiento para mejorar su visión de su hermano.

Diana sabía que su hermano, a pesar de ser tan gentil y tan cariñoso con ella, tan callado en casi todos los ámbitos de su vida y que prefería evitar ese tipo de situaciones, pero que era mejor no hacer enojar, y en ese momento Daniel lo había conseguido.

Scott era un poco más alto que Daniel, de cabello Castaño como su hermana, con sus músculos muy marcados, incluso aún más que Daniel, por su constante entrenamiento de boxeo del que muy pocos sabían, pero que, por su gusto por la ropa holgada y cómoda, según él, parecía más grasa que músculo, engañando a toda la preparatoria en donde le ponían apodos como ballena azul, entre otros.

-A quien le vas a enseñar una lección, Gordo- dijo Daniel acercándose amenazadoramente a Scott

-No eres nadie sin tus amigos, no Daniel, siempre que te metes en problemas es por qué estas con ellos para defenderte- dijo Scott irguiéndose luego de poner en pie al chico que Daniel había golpeado y sosteniéndole la posición a Daniel, haciéndole notar que efectivamente era menos de lo que creía.

-Quien te crees, porque tu hermana...-

Diana, por su carisma, era la presidenta del consejo de estudiantes de la preparatoria, lo cual la hacía alguien muy conocida y con muchas influencias entre alumnos y maestros, el problema era que, al ser tan conocida, gente como Daniel lo utilizaba para meterse con Scott tratando a su hermana de mentirosa, y aunque no fuera así, Scott odiaba que se metieran con su hermana.

- ¡A ella no la metas en esto!, esto es entre tú y yo, y te lo digo enserio, aunque... me extraña que no hayas salido huyendo con otra de tus excusas baratas, porque cuando vez una verdadera amenaza te vas. Gallinita de corral-

A lo cual la gente contestó con un sonoro ¡Oh!, mientras observaban cómo la furia de Daniel crecía con cada sonido expulsado por Scott.

-A quién llamas gallina, esto se soluciona aquí y ahora, sin intervención de mis amigos, para demostrarte quien tiene que salir huyendo cada vez- dijo Daniel empujando a Scott, pero la reacción de Scott asombro tanto a la multitud, como al propio Daniel y es que la gente pensaba que la fuerza de Daniel era suficiente para hacer que el "gordo" cayera de bruces contra el suelo, pero para su sorpresa, Scott no se movió ni un ápice.

-Gracias por iniciar y darme el motivo para evitar una sanción grave- aseveró Scott sonriendo macabra y notoriamente.

Ahí inició la pelea, Daniel al notar la sonrisa macabra de Scott y que tenía más fuerza de la que él pensaba, flaqueo en su posición, pero ya era muy tarde, Scott ya se le había abalanzado como el jugador de fútbol-americano que era, aplicando un perfecto tackle al pecho, y sin darle tiempo a reaccionar empezó a arremeter contra Daniel, pero este en un hábil movimiento, quitó su cara del potente puñetazo de Scott.

Daniel se zafo del agarre de Scott, arremetiendo inmediatamente contra él, con una patada a las costillas, mientras éste continuaba en el suelo, pero se asustó aún más por la reacción de Scott

Pues si al chico le dolía alguno de los golpes que le sometía Daniel, no dejaba que se viera, su única acción era la quietud, permitiendo que el rival asestara su golpe

-Eres muy lento amiguito- dijo burlonamente Daniel, tratando de pesar que Scott solo fingía que no le dolían los golpes y que en realidad si le hacían daño.

-Y tu muy confiado, esa será tu perdición- dijo Scott agarrándole la pierna por la pantorrilla y jalándolo hacia sí mismo, lo que provocó que esta cayera de bruces en el suelo.

Esta vez Scott no le dio tiempo de nada a Daniel, atinándole un golpe perfecto en la mejilla derecha, lo cual hizo que Daniel retrocediera de manera fortuita, pero para su mala fortuna, ese era el inicio de una ráfaga de ataques dirigida directamente hacia él y sin manera alguna de detenerla, Daniel se encontraba acribillado entre la pared de personas y un Scott sediento de sangre y ganas de reprender a aquel abusador.

-No sabes cuánto tiempo llevo esperando esto, agradécele a mi hermana, que siempre me detuvo- dijo Scott agarrando con una mano el cuello de Daniel y con la misma facilidad que se levanta una almohada, Scott levantó a Daniel del suelo, haciéndolo colgar en el aire y mostrándolo a los demás como advertencia

-Quiero dos cosas, la primera... que dejes de meterte con personas que no se pueden defender, y no solo tú, va para todos en la muchedumbre- afirmación que logró generar un silencio sepulcral en la zona- la segunda, no me quiero enterar que sigues haciendo quedar mal a mi hermana con tus mentiras o comentarios sin fundamentos porque enserio no me mediré la próxima vez-

-Antes... de... amenazar... deberías... tener... ganada... la... pelea...- dijo Daniel con su último aliento antes de que uno de sus colegas descargara un fuerte golpe de bate en la nuca de Scott dejándolo fuera de combate el tiempo suficiente para poder sacar a Daniel de su agarre y dejar que se recupere de "manera adecuada".

-Eres un gran oponente, lástima que no tengas...-pero Daniel fue interrumpido por un golpe seco en su cabeza, pero sin nada de fuerza, al voltearse a ver, era el "nerd" que se había decidido a ayudar a su defensor.

-Eres tan débil que estos es un...-Daniel volvió ser interrumpido, pero esta vez por Scott, el cual estaba muy decidido a ponerle fin a eso.

-Debe ser muy estresante que siempre te interrumpan a mitad de frase Daniel- aseveró burlonamente Scott- Te lo advertí desde el comienzo, eres muy confiado, igual que tus amiguitos-dijo haciendo un ademán con la cabeza hacia donde se encontraba tendido el cuerpo de su compañero con la punta del bate llena de sangre

-Aunque me hizo daño, es solo superficial y no me detendrá de hacerte pagar por esto- Volvió a amenazar Scott mostrando el corte que tenía en la parte baja de la cabeza, donde había recibido el bate.-Espero que aprendas la lección, ah, y ahora que lo recuerdo, te dije que, si te volvías a meter con los débiles en mi presencia, no me mediría- A lo cual siguió un fuerte golpe de dirigido hacia la mandíbula de Daniel, dejando sonar un fuerte crack, que impresionó a la multitud y dejando completamente noqueado a su contrincante.

-Ustedes deciden qué hacer con ellos, yo solo me llevare esto- dijo recogiendo la billetera del "nerd" y entregándosela en las manos.

-Ten más cuidado por donde caminas, siempre te puedes encontrar con alguien como él, amiguito-dijo sonriéndole, y dirigiéndose hacia su hermana mientras ponía una mano sobre la herida para detener el sangrado.

Diana, preocupada, se acercó hacia Scott para revisarlo, decidieron en común acuerdo que tenía que ir a la enfermería para que le trataran lo de la cabeza, y si les preguntaban lo sucedido, meterían y dirían que Scott había sido golpeado por una piedra que venía de una dirección desconocida.

-Te veré luego bravucón-

-Igualmente incitadora-

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Durante la clase de "la bruja", como si fuera un mal presagio, llegó el director, un hombre imponente para su baja estatura, con un impecable y bien planchado traje negro, combinado con una corbata azul rey, el hombre hizo que Scott saliera del aula para llevarlo a su oficina sin decirle porque, aunque ya sabía para qué era, sabia los problemas en los que se había metido, y estaba pensando una manera de evadir la situación de la manera más anónima posible, para que sus padres no se enteraran de lo ocurrido.

-Eres un alumno ejemplar Smith- dijo el director rompiendo el silencio de la caminata y sacando a Scott de sus pensamientos. -No deberías estar haciendo cosas como esta, eres un demasiado buen estudiante, así como deportista, no dañes tu futuro por cosas banales-

-El no debería abusar de los más débiles, yo solo actúe en defensa de otro y mía- dijo Scott dejando ver su enojo al director

-Ya, pero no deberías solucionar los problemas de esta forma, siempre puedes contar con los maestros, informar de la situación y seguir quedando como el héroe-

-Y por eso es que gente como Daniel siempre hacen lo que quieren, solo porque son figuras reconocidas del deporte aquí en el instituto, los profesores se lo dejan pasar siempre-

-Y aunque eso pase, eso no te incumbe, siempre debes dejar que la justicia actué por sí misma-

- ¿Y dejar que empeore la situación? ¿porque los incompetentes de los profesores no pueden hacer nada contra el niño mimado del instituto? - dijo Scott dejando surgir toda la rabia contenida que tenía acumulada desde hacía mucho contra Daniel-Siempre va a ser igual, y va a tender a peor si nadie hace nada para cambiar la situación actual, solo nosotros podemos llevar el cambio-

El director Brown detuvo la marcha y se quedó meditando sobre lo que acababa de decir Scott, él sabía que el joven tenía toda la razón en lo que decía, lo que estaba haciendo mal fue la forma en la que los afronto, y más enfrente de muchos alumnos nuevos y padres presentes, dejando mala imagen de la institución y de sus directivos, demostrando falta de carácter ante los alumnos.

Scott tardó unos segundos en ver que el director Brown estaba detenido en mitad del pasillo, pero al percatarse volvió hacia donde estaba este para situarse a su lado, ya que tenía que estar acompañado de alguno de los profesores, si no quería meterse en más problemas de los que ya tenía.

Scott empezó a divagar en como estaría la clase, y que clase de chismes estarían inventando acerca de él, por el hecho de que muy rara vez el mismísimo directo Brown iba a buscar a un alumno hasta sus clases.

-Scott, personalmente te digo que no estoy de acuerdo con los métodos que usaste pero que hiciste lo correcto- Lo cual tomó por sorpresa a el chico que no dejaba de pensar en la pelea-pero un escándalo público, en frente, no solo de estudiantes, sino también de padres y muchas personas que no sabían qué estaba pasando ahí, ese fue tu error y por eso estas aquí- dijo el director, revisando con la vista los pasillos para verificar que nadie lo estuviera escuchando.

-Gracias, aunque tiene razón en lo último que dijo, no es necesario que me lleve a su oficina- dijo Scott esperando que el director lo tomará en consideración y lo enviará de nuevo a su clase- solo necesita saber que no voy a volver a hacerlo ¿cierto? -

-Te aconsejo que controles tu temperamento Scott, dije que tu error fue hacer un escándalo público- dijo el director reanudando la marcha -pero el verdadero problema es que, al no controlar tu ira, tampoco controlaste tu fuerza, lo cual provocó que le fracturaras la mandíbula a tu compañero Daniel, por eso no pudo asistir a clases, tuvimos que llevarlo al hospital, sin olvidar que de un solo golpe lograste derivar a su compañero, un tackleador ofensivo, es decir, uno de los jugadores más grandes y pesados de todo el equipo, creo que a pesar de ser un gran logro, dentro de lo que cabe, debiste medir tus fuerzas, por eso es que vamos a la oficina, para tratar ese problema con tu familia-

-Por favor que solo sea con mi hermana- pensó Scott un poco tenso en ese momento, debido a que, si sus padres tenían que ir a el instituto probablemente su padre perdería una reunión o la firma de un contrato, lo cual le afectaría por perder su racha de ventas perfectas realizadas en un lapso de 2 años de trabajo en la inmobiliaria, y si eso llegara a pasar, no le darían el aumento que tanto llevaba esperando.

Scott solo podía callar ante esta situación, y más a sabiendas de que cada paso que daba era un paso más cerca de la oficina del director, lo cual le asustaba mucho, ya que no quería ver a sus padres allí.

En el camino Scott no pudo pronunciar una solo palabra, ni siquiera cuando se encontró a su querida hermana, la cual se unió a la marcha del director para poder tocar el tema de la ira de Scott, siempre intentando animarlo para que no tuviese esa cara

-Scott, deja de ignorarme- dijo Diana moviéndolo de los hombros

- ¿Qué decías? -contestó Scott perdido en sus pensamientos sobre la pelea y el sueño, que por algún motivo volvió a recordó en ese instante.

- ¡Que no me ignores!, llevo todo el camino hablándote y no me contestas, deja de ser infantil, madura-

-Ya lo sé, pero no dejo de pensar, lo malo que sería si el director hubiese llamado...- Scott se detuvo en seco por la conmoción, su vista quedó fija un lo que tenía enfrente, lo único que pudo hacer fue suspirar profundamente y decir:

-No... puede... ser...-

Y sus peores temores se hicieron realidad, ver a su padre allí fue un golpe bajo para sí mismo, porque por un acto, daño 2 años de trabajo constante de su padre, de sacrificio y noches sin dormir, por no controlarse, por no aguantar.

Se sintió demacrado, quería salir corriendo del lugar, dejar a todos abandonados y alejarse de los demás, porque el pensamiento de que su único objetivo era hacer daño a la gente a su alrededor cada vez se hacía más palpable en su inconsciente.

Si saber cómo, ni porqué el tiempo se detuvo para Scott, nada se movía a su alrededor, todo estaba en su lugar, pero él conservaba la capacidad de movimiento, se alarmó muchísimo y trato de tocar a su hermana, pero está, al contacto con su mano, fue envuelta en llamas.

Sin saber que hacer Scott se dirigió en busca del extintor que había en el cajón anti incendios, pero al tocarlo le sucedió lo mismo que a su hermana, una bola de llamas lo envolvió y comenzó a consumir.

De la nada una potente voz resonó en todos los pasillos << HOLA SCOTT >> y el paso de las ondas sonoras hacía que todo alrededor del chico se estremeciera, como si simplemente se fuera a quebrar.

Trato de hablar, pero solo se movían sus labios, sin emitir un solo sonido, cada vez más consumido por la angustia intentó huir, pero el piso empezó a hacer lo que haría una caminadora haciendo que Scott no avanzara

<<No avanzamos porque aún no puedes controlar tus pensamientos... Esta es tu mente y tu entorno no cambiará hasta que logres de manera adecuada la capacidad de estar en el plano físico y poder analizar tu mente al mismo tiempo >> declaró la potente voz ante los intentos de Scott de huir

Scott, tratando de encontrarle lógica a las cosas, llegó a la conclusión de que, si era el interior de su mente, eso simplemente serían alucinaciones, provocadas por los nervios de ver a su padre allí adentro.

Se concentró en la realidad, y como si un rayo le hubiese caído encima sintió como caía de bruces al suelo con un último mensaje de aquella voz aún resonando en su mente...

<<Aun tienes mucho que aprender... >>

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