6
Sexto capítulo.
10 de septiembre del 2018.
La cabeza me daba vueltas. Pensaba y pensaba en qué le preguntaría a Bradly. Más bien ¿Qué debería preguntar? Le creo a mi madre, y le creo a sus palabras. Pero debo saber si la loca de Clarck me hará daño y más importante. ¿Quién es ella? Porque sí, soy vengativa. Y si iba a dispararle a un tigre de montaña ¿Que no le haré a ella por lo que le hizo a Lucy?
Tenía una actitud valiente y eso era porque había decidido que no me volvería a rendir como en el accidente.
¡El accidente! La mancha pudo ser un vampiro. Mi corazón se aceleró al pensarlo, por ahora así sonara como si estuviera drogada eso era lo más lógico.
Mi día pasó terriblemente lento durante las clases. Estaba dudosa si ir o no a la cita. Digo, Bradly podía haberme matado con solo pensarlo en esa sección de la biblioteca, pero por alguna razón no tenía miedo. Es más, lo sentía como algo que era de cierta forma parte de mí. Si, estaba dudosa pero no por tener miedo precisamente si no porque tenía temor de que me gustara lo que iba a escuchar. No sé si alguna vez les pasó que cuando probaron por primera vez un café, una malteada, quizá algún postre o lugar sintieron que eran de allí.
Me pregunté ¡Por qué jodidos no tengo miedo! ¿No debería ser como Bella con Edward o como Caroline en The Vampire Diaries? Algo. Sentir algo de miedo. Pero no me sucedía, no me pasaba, era absurdo.
Suspiré. Últimamente suspiraba mucho, quizá esos últimos días fueron tan ridículamente largos y frustrantes que ya se había vuelto algo normal en mí. Y Lizzie... Ella siempre tan amable, ella siempre siendo mi hermana y Char. ¿Qué se supone que les diré? Tía Eva se va del país porque no se quiere casar ni ser una cosa para un hombre. No puedo decirles eso, y tampoco puedo abandonarlas, ya han pasado demasiado con Lizzie y sus padres, encima de la desaparición de quién sabe quién padre de Char.
Por fin había sonado el timbre. En las horas de clase había prestado atención, me la pasé haciendo el trabajo de mitología que terminé con la laptop que llevaba en mi mochila. Un vacío invadió mi cuerpo y salí del salón apurada, exasperada por verme con Bradly. Parecía una perra necesitada.
Estando fuera del salón comencé mi trayecto por los amplios pasillos de la segunda planta, luego bajé a la primera y giré a la derecha que era la forma más rápida de llegar al campanario. Caminaba rápido, más bien, trotaba, hasta que pasé por uno de los pasillos antes de llegar y resbalé en el frío suelo de baldosa gracias a que estaba húmedo por las señoras que ayudan a hacer el aseo en la Universidad. Mi trasero toco el piso cual Nicki Minaj y mi mochila con todas mis cosas quedó a mi lado.
Rápidamente me incorporé y me levanté mientras que varias personas se reían y otras seguían su paso. Cuando estaba a punto de terminar de levantarme vi una prominente sombra que se situó delante de mí, por lo que alcé la mirada. Chaqueta de Jean, pantalones negros, tenis y una camiseta básica blanca. Era Mister Guapísimo, el delicioso.
Me puse roja de inmediato por mi bochornosa caída, le sonreí amablemente al delicioso al mismo tiempo que me devolvió la mirada y tomó mi mochila del suelo entregándomela.
—¿Todo bien? Besaste el suelo con tu trasero. —Me dijo con una voz bastante gruesa, casi familiar. Me dio una sonrisa pero su actitud no dejaba de ser seria, como si no tuviera nada que probarle a nadie, su actitud reflejaba la creencia de que el fuera superior.
—Sí, todo bien. Gracias.
—Bien. —Respondió seco y concreto. Me dejó de pie y siguió su camino tras de mí. Me quedé pensando por un momento; él seguía siendo una buena opción para librarme de esto.
Seguí caminando a paso apresurado pero teniendo un poco más de cuidado. Mi trasero dolía por el fuerte golpe que me había dado pero debía seguir, necesitaba respuestas. Además, cuando Hagrid le dijo a Harry que era un mago él no dijo: No te creo muérete. El creyó. Así que iba a ser como Harry. Iba a creer.
Iba a creer en criaturas sobrenaturales como vampiros.
Iba a creer que en su sistema necesitaban sangre para bombearla.
Iba a creer que tenía un hechizo, maldición o lo que sea.
Iba a creer que me vería con un vampiro en segundos.
Iba a creer que una loca rubia mató a una pequeña frente mis ojos.
Podía hacerlo.
Ya estaba en la entrada del campanario, que era una puerta con rejas de metal que usualmente estaba cerrada. Pero como lo supuse, esta vez estaba abierta. Subí las escaleras viejas y algo endebles del campanario con mi corazón latiendo a mil por segundo. Poco a poco subí piso tras piso para verme con Bradly, el tipo de cabello rubio cenizo que llegó a mi casa e hizo que mi vida cambiara totalmente.
Aún no sabía cómo sentirme sobre las mentiras de mi madre, ni sabía si preguntar por qué no recordaba nada de aquel hombre en mi niñez, si es que aquel hombre de mis recuerdos era el loco de mi Tahdeu's
Llegué a la cima del campanario y lo vi allí, sentado en una silla de madera bastante rústica y linda. Frente a él una mesa con champagne y un par copas y otra silla igual, y tras esto la inmensa campana.
Bradley alzó la mirada y me dio una sonrisa coqueta. Alzó un poco la comisura de sus labios y pronunció:
—Bienvenida, belleza. Toma asiento. —Terminó de decirme señalando el asiento de enfrente para que me sentase. Nerviosa y expectante, tomé asiento y puse mi mochila al lado.
Bradly hoy se veía particularmente bien. Tenía un pantalón negro con una camisa azul claro y un suéter blanco. ¿Siempre se vestía así? No tenía idea. Pero se veía bastante bien. Detallé el lugar, no era para nada feo. Es más, todo el ambiente antiguo pero limpio de la cima del campanario podría ser perfecto para una cita, hasta para una propuesta de matrimonio.
La agresividad de Bradly en la biblioteca y su actitud ahora al saludarme me confundían.
—Vengo aquí a pensar a veces. Pero bueno, quiero ser claro desde el principio. Este espacio es único, personal y jamás se repetirá a menos de que yo lo quiera. Dejando eso en claro, tengo una hora para ti. Así que puedes comenzar a preguntarme lo que quieras. Permíteme. —Esto último lo pronunció a la vez que destapaba la botella de líquido dorado haciendo que saliera la espuma, tal cual como se realizaba en cada celebración por los multimillonarios contratos que firmaba mi madre o alguno de sus socios frecuentemente. Luego de esto sirvió las dos copas con una buena cantidad del costoso líquido.
—Bien, primero, gracias por esto —dije seria tratando de que no se notara que estaba aterrada de que Bradly me rompiera el cuello. —. Pero ¿Por qué lo haces? Apenas si te he visto una vez en la vida.
—Digamos que te lo debo Evangelinne, y me reservaré las razones de por qué. Siguiente pregunta. —Su tono era coqueto y seductor todo el tiempo, era como si la sensualidad fuera su personalidad y la lujuria su pecado predominante.
—¿Qué son ustedes? —Me miró como si fuera estúpida. Tomó la copa de champagne de su lado de la mesa y sosteniéndola bebió un poco. Hizo un sonido con su boca, como si se hubiera refrescado y me contestó.
—Creo que es bastante claro linda. Según los comunes somos vampiros. Duh. —Blanqueó sus ojos. Siguió bebiendo de la copa por lo que yo hice lo mismo e ingerí un poco del líquido dorado. Sabía demasiado bien, era como tener un orgasmo en la boca.
—¿Qué clase de champagne es esta? Está deliciosa. —Saboreaba mis labios luego de decir eso, buscando entre mis comisuras un poco del líquido, por lo que bebí un trago más. Quería beberlo todo pero hacerlo de golpe sería demasiado corriente.
El hombre frente a mi rió con sensualidad y me respondió con su voz raspa y varonil
—Digamos que tiene un ingrediente secreto.
Asentí y no pregunté más, no gastaría mi hora de preguntas en esto, así que seguí. Era muy extraño que Bradly quisiera ayudarme y aún más mi falta de voluntad de decir que no. Lo que sucedió en la biblioteca era demasiado. Su velocidad y su clara fuerza eran circunstancias que me aterraban, pero por alguna razón sólo había pensado en el latente peligro que todo esto representaba para mi justo ahora que estaba sola con Bradly, en un campanario a varios metros del suelo
Aquí nadie escucharía mis gritos. ¿Y si esto es una cacería o algo como lo que describió el personaje del libro de la biblioteca?
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
—¿Cómo surgieron pues... Ustedes? —Mi madre me había dado un poco de información pero era demasiado evidente que ella tenía partido en esto. Y que, además, no era un partido bueno ante estos demonios.
—¿Los vampiros? Dilo con confianza linda. —su risa resonó en el campanario—. Bueno, resulta que el Señor Oscuro, un tipo bastante carismático la verdad —Así que él conoce al hombre que creó estas supuestas atrocidades, pensé. Bradly continuó hablando—. Nació hace mucho, y todo comenzó porque El Señor Oscuro, un hombre humilde y solitario, sin esposa y con un hijo pequeño de cuatro años, estaba al borde de la muerte de una enfermedad similar a la peste bubónica, así que con sus conocimientos en hechicería y medicina trató de curarse.
Hizo una pausa dramática, su tono de voz era sobrio pero a veces le daba unos atisbes de suspenso, como si contara una historia de terror. Sentía mi sangre gélida, sentía que no había afrontado esta situación con la madurez que lo ameritaba y me dediqué a dejar todo pasar. Esto era algo real por lo que veía y yo había sido realmente idiota en no haberme percatado de que podría morir.
Posiblemente debí haber muerto si no fuera porque la rubia del bosque decidió no matarme. Dejé de pensar y divagar en mis pensamientos, luego tendría la posibilidad de refutarme lo tonta que había sido, en ese momento tenía que concentrarme. Volví a escuchar a Bradly.
—El señor oscuro no logró curarse. Un día, estando desesperado, apareció en su cabaña un tipo con una túnica roja y ropas finas para la época pidiéndole un poco de agua. El Señor Oscuro que en ese entonces era un humano normal le dejó pasar en medio de su inocencia. El hombre con la túnica se quedó en la cabaña a pasar la noche y en la mañana, cuando despertó el Señor Oscuro, el hombre de la túnica no estaba y sobre la mesa en donde comían había un libro. Un libro de la magia negra más poderosa que jamás se podría conocer; así que, mezcló distintos hechizos del libro para curarse. Pero cometió un error.
—No se curó. —agregué asombrada.
—Que inteligente —replicó—. No, no se curó, pasó algo peor. Nos creó a nosotros y se creó a él mismo. Básicamente, todas las personas que tenían esa peste cayeron en la maldición. —Sentía como si por un momento, en un pequeño atisbe Bradly estuviera molesto por ser así.
—¿Y qué son ustedes entonces?—Pregunté.
—Unos monstruos. Estamos muertos, pero vivos. No sé si me explico —Comenzó a reír con una risa seca, Bradly asustaba, todo era maniático con él—. Como sea, te lo explicaré, para que luego no preguntes. Cuando el Señor Oscuro hizo lo que hizo, su cuerpo quedó con Alma pero en realidad su cuerpo estaba muerto. Alteró algo químicamente en el funcionamiento que hizo que el bombeo de sangre fuera lento y de alguna u otra manera contradiciendo toda la medicina actual eso nos hizo fuertes, nos dio... Habilidades, digamos.
—¿Habilidades?
Ya no sabía qué creer. Ya me habían contado sobre un hechizo loco con la luna, demonios bebe sangre , que había nacido para desarrollar síndrome de Estocolmo y resultaba que esos fenómenos tenían habilidades.
—Ay niña —entornó los ojos— ¿Hay que decirte todo como si fueras retrasada? Mira, tenemos que beber sangre para vivir, los componentes de la misma hacen que nuestro bombeo sea relativamente normal. Si no, nos secamos y morimos lentamente. Tenemos treinta veces la fuerza de un humano promedio y si nos asesinan sin sacarnos el corazón volvemos a la vida.
—Es imposible, nadie puede revivir. —Temía tragarme mis palabras eventualmente.
—Oh bonita, créeme, la luz existe y así como existe también la oscuridad, el problema de morir y revivir es que no es para nada divertido —Suspiró claramente harto de mí y siguió. Yo me limité a quedarme en silencio y relamer mis labios—. Tenemos compulsión, que es el dominio mental por medio de la mirada. La pupila del que recibe la compulsión se maneja de una manera en la que el cerebro obedece y el vampiro transmite la información. Y algunos tenemos poderes como cambiar el clima, leer mentes o manejar animales.
»Hacemos cosas así, pequeñas. ¿Qué más? Oh si, los vampiros hijos del Señor Oscuro y nacidos de los hijos del señor Oscuro pueden procrear. Los vampiros creados no. Y antes que preguntes la diferencia, porque sé que lo harás y por eso a veces dudo de tu inteligencia, te la diré.
Él realmente me hacía sentir como una idiota y no podía mandarlo a la mierda porque lo necesitaba.
—La diferencia es que los Hijos del Señor Oscuro los creó él con la misma magia en la que se volvió lo que podemos llamar un demonio, pero en menor cantidad. Por eso él es más poderoso que todos nosotros. Y somos vampiros y debemos beber sangre sí, pero nuestro organismo funciona como el de un humano normal; sin embargo somos supremamente poderosos, difíciles de matar, y podemos procrear teniendo todas las habilidades de un vampiro normal y, podemos realizar compulsión a vampiros creados. Pero nadie puede realizar compulsión al Señor Oscuro, es imposible.
Bradly hizo una pausa como si necesitara tomar aire de algún rincón de la amplia habitación. Es decir, de una manera exagerada.
—Creo que no me expliqué correctamente pero bueno, en todo caso, los vampiros normales, simplemente son humanos que murieron con sangre de vampiro en su sistema. Dato curioso, la sangre de vampiro te cura de cualquier enfermedad y dura en tu sistema veinticuatro horas. Si luego de eso, mueres, nada que hacer.—Bradly sonrió viéndome detenidamente, como si hubiera olvidado que estaba allí explicándome la cantidad de cosas densas y difíciles de procesar que me decía.
—¿Sabes pequeña Eva? He ahí el dato curioso y bastante romántico. Una estaca de madera mata a cualquier vampiro convertido. Pero, para un vampiro Oscuro, sólo una estaca clavada por el ser que más ama lo mata.
Era demasiada información. Me quedé callada todo el tiempo mientras que él hablaba. Era mucho que procesar, pero no podía ponerme a dudar y esperar. Tenía que ser más lista, más ágil y entender que necesitaba saber la mayor cantidad de cosas posibles y creer, a ciegas, que todo lo que decía era cierto.
—Pero entonces ¿Qué soy yo? ¿Y qué papel tengo aquí? —La pregunta salió disparada de mi mente, como si hubiera estado salvajemente en mi cerebro esperando formularse.
—Tin Tin Tin Tin Tin. La pregunta del millón ¡Al fin la realizas! Ahora creo que no eres tan tonta, sólo un poco —Sirvió otras dos copas de Champagne porque habíamos terminado ya las iniciales—. Tú mi preciosa eres como la kriptonita y la más pura agua para los Vampiros Oscuros. Resulta, linda, que cuando nació el primer linaje de tu generación nacieron en un fenómeno astrológico único y no sólo eso, si no uno mágico e irrepetible. No es coincidencia que todas las que nacieron esa noche fueran mujeres. El Señor Oscuro sabía que en esa tribu estaban en época de gestación que era cuando todas se embarazaban al tiempo y tenían sus hijos.
»¿Por qué? No sé, los indígenas son raros. En todo caso, el Señor Oscuro ese día estaba haciendo un hechizo demasiado poderoso para crear a personas como los Vampiros Oscuros, debido a que eran todos hombres y lógicamente no podían procrear para continuar el linaje diabólico que había formado.
—Pero, y grábate muy bien esto Evangelinne, en la magia y en todo siempre existe un pero. —la capacidad de cambiar de tema de Bradly era estresante—. Bueno, continúo, la chamana de la tribu fue muy fuerte, y su magia antigua no permitió que la magia negra se arraigara en las pequeñas no natas de tu linaje. Entonces ¿Qué pasó? Los dos hechizos se unieron y en vez de crear Vampiresas, crearon mujeres con magia, destinadas a los Vampiros Oscuros y en los Vampiros Oscuros, crearon una dependencia a esas mujeres. Es el destino, básicamente, pero mucho más literal.
Estaba recibiendo todo lo que decía y me mantenía calmada, era algo que en mi interior se sentía como una llama que ya sabía que existía, como si lo aceptara, sin embargo, no estamos en Harry Potter y JK no va a salir de detrás de la campana a decirme que me creí todo su nuevo libro, esto era real.
—Entonces ¿Tengo magia?— Pregunté tímidamente, me sentía como una chica con problemas mentales. Esto era ridículo.
—Así es preciosa, y más de la que te imaginas, despertará. Eventualmente.
—Dijiste Kriptonita y agua pura. Explícame la analogía. —Mi tono era exigente, casi como un reclamo.
—Pequeña Bambi ya me estoy cansando de responder las preguntas, pero como soy un hombre de palabra te responderé. —Hizo una pausa y ambos bebimos una vez más, mientras que giraba mi cabeza un poco y veía que la campana del sitio tenía unos símbolos gravados. Curioso.
Bradly siguió.
—Eres la Kriptonita porque como ya te dije, Los Vampiros Oscuros están ligados a tu especie porque el vampiro se enamora perdidamente de ti. Y bueno...
—Sólo aquel que más ama puede matarlos.—Terminé.
—Correcto.
—¿Puedo huir?—Lo dije, al fin lo dije. Puede que este fuera mi linaje, mi destino y que mi cuerpo me atrajera a esta circunstancia. Puede que no sintiera miedo, puede que así debieran ser las cosas. Pero yo no deseaba esto. La pregunta era ¿Qué deseo?
—Oh Bambi, no te preguntes qué deseas, claro que lo deseas, no te hagas la mojigata, te queda muy mal.
Impresionada me di cuenta que Bradly sabía exactamente qué pensaba y comencé a balbucear.
—Tu, tu, tu... ¿Có-cómo sabes lo que pienso?
—Yo, yo, yo —Imitaba mi reacción. Era tan irritante. —. Leí tu mente porque como te dije de manera tan elemental, Los Vampiros Oscuros pueden tener ciertas habilidades y esta es la mía.
—¿Pueden... procrear? —Mis mejillas se pusieron rojas, no era ninguna niña, mucho menos virgen pero hablar sobre este tema con un demonio vampiro no era algo sencillo.
—¡Pero que morbosa pequeña Evangelinne! Así me gusta. Pervertida. —alzó y bajó sus cejas coqueteando—. Si, podemos procrear, con las de tu linaje y con humanas. Pero como creo que ya te dije sólo los Vampiros Oscuros podemos. Los convertidos no. Si procreamos con las de tu linaje nace un Vampiro Oscuro y si es niña una Hija de La Luna, y si procreamos con humanas nacen híbridos. Vampiros Oscuros pero con menos sed de sangre, y por lo tanto, más débiles. Eventualmente si sólo se reproducen con humanos tras varias generaciones el gen simplemente se perderá.
Asentí, como la perrita faldera que me había convertido en toda esta situación. La cual, no podría denominar toxica. Era más bien, sublime.
—¿Quién los dirige?—Estaba tan interesada, debían tener un gobierno, un líder, algo, no podrían ser bestias libres. Y bajo toda circunstancia yo seguía amando mi carrera y descubrir un sistema político de una especie desconocida era algo que alguien como yo no podía dejar pasar.
—El Señor Oscuro. Y sí, tenemos un gobierno —leyó mi mente otra vez, maldito. —. Algo así como una monarquía parlamentaria pero más pequeña. Es el Señor Oscuro, que es el Rey y unas personas más.
—Entonces tienen un príncipe. —En ese momento pasé de crepúsculo a Disney. Pero en vez de tener que cambiar mis aletas por piernas y perder mi voz, beberán de mi cuello y seré esclava por siempre. Lindo.
—Por supuesto, a eso se le llama Monarquía. ¿Segura que estudias Historia?
—¿Por qué no pueden morir? —Solté.
—Eres demasiado obvia y por lo tanto, aburrida. Hablemos de lo que hay después. Aun no entiendo por qué por alguna razón nuestra alma no va al cielo, sólo podemos irnos al limbo y al infierno y créeme, existen. Por algún mal chiste nuestra alma va a otro plano en donde estamos aquí en la tierra pero estamos en paz. Podemos ver a todo el mundo y nos pueden invocar.
»Luego de morir somos fantasmas. Pero vivimos en paz. El tema es que, cuando somos vampiros malos nos vamos al infierno, y no hay cambios en esa decisión hasta donde sé. Y no, no me preguntes quién toma esa decisión porque no lo sé. Pero sé que existe el diablo cariño, eso sí que lo sé.
Todo existía. Todo lo que decían los libros sobre la vida luego de la muerte... Todo, era real.
—¿Y cómo es un vampiro malo? O sea matan gente, ya todos son malos.
—¡Por supuesto que no mujer! —dijo falsamente aterrorizado— Un vampiro "Bueno" sólo bebe de personas que le den su consentimiento o que no sufran. Su destinada por ejemplo y algunos donantes. Creo que así funciona. Perdona si no tengo el tema muy claro nosotros no tuvimos la ventaja de que nos escribieran todo en unas tablas. Y si, vuelvo a responder, todo es real.
Suspiré. Siempre había creído en Dios. Nunca creí en la iglesia católica pero sí en Dios así que la existencia confirmada de él por los labios de Bradly no me sorprendió.
—¿Yo podría morir?—La muerte, algo tan real pero que todos ignorábamos.
—¿Por qué todos los humanos están tan enfocados en la muerte? Son tan corrientes, es aburrido. Mira, es simple, si no aceptas la marca sí. Morirás como un humano normal. Si no, serás inmortal y como te dije, tendrás tu magia y será eterna.
—¿Podría llegar a... ser feliz con esto?—Necesitaba saberlo, era algo estúpido que preguntara eso sabiendo que la decisión era tan delicada, pero ahí estaba.
—Creo que demuestra tu dependencia afectiva que le preguntes a un desconocido por tu felicidad pero bueno. Digamoslo así, estás diseñada para encontrarte con tu vampiro a menos de que te enamores antes así que supongo que si sigues las reglas del juego claro, lo serás. —Dijo convencido mientras que sin mirarme servía otra copa a ambos, ya era la tercera ronda y la botella se acababa.
Quedaba poco tiempo.
—¿Quién es Clarck?—Necesitaba mi venganza contra esa maldita perra.
—Linda, es una persona que está en nuestras vidas por defecto. Siguiente pregunta, hablar de Clarck me cansa.
Asentí. Al parecer no soy la única a la que no le agrada Clarck. Con todo este asunto tuve la mente muy nublada, había olvidado a mi familia pese a que son lo primero para mí.
—¿Qué sucederá con Lizzie y Char? No puedo dejarlas solas—El tipo frente a mi chasqueó su lengua y tomó su bebida, la llevó a sus labios y bebió todo el contenido de la copa lentamente mirándome.
—Estarán bien. —Resolvió decir con desdén.
—No es suficiente, no me sirve un estarán bien. Lizzie es mi hermana, Char mi sobrina, mi madre, mi padre y su zorra esposa. Son mi familia. No me sirve estarán bien yo...—Comencé a ponerme nerviosa y a temblar. No podía, simplemente era imposible estar sin ellos.
—Necesitas que estén en tu vida. Lo entiendo, y lo estarán. Esto no es una esclavitud. Es un acto de amor, porque así no lo veas ahora, para que toda la magia y todo lo que existe pues, existiera, partió del amor. De una manera directa o indirecta.
Y eso me hizo pensar.
¿Yo en algún momento seré así, una devota creyente del amor a un monstro?
—Adelante, pregúntalo, desata a la bestia. Te quedan sólo cinco minutos. Que excitante. —La sonrisa blanca de Bradly inundó mi mirada y me quedé estática. Me ponía nerviosa que leyera lo que pensaba.
—¿En algún momento seré como ustedes? —Lo solté frio y directo.
—No, no lo serás, a menos de que se lo pidas a un Vampiro Oscuro. Que ahí el veneno si tiene validez. Porque así murieras con sangre de vampiro en tu sistema simplemente te sanarías. Te queda menos de un minuto.
Se fue levantando de la silla mientras que yo lo seguía con la mirada, esperando qué podría hacer. Pero no hizo nada, se fue alejando hacia las escaleras, así que reaccioné y me levanté abruptamente de la mesa al mismo tiempo en que se iba tirando tras de mi la silla en la que estaba sentada.
—¿Cuándo lo conoceré? —Mi pecho subía y bajaba desprolijamente por los nervios.
Bradly frenó en seco, una media sonrisa similar a la de un gato diabólico se formó en su rostro. Sólo podía ver su perfil, abrió sus labios y sin mirarme me dijo:
—Eso depende de si sigues con esa idea estúpida de enamorarte del chico en el que has pensado en vez de cumplir con tu destino.
Siguió caminando hacia las escaleras y entré en pánico. Tenía más preguntas y esta era mi única oportunidad.
—¿Qué tengo similar a... ustedes?—Sentí que desperdicié mi última pregunta, alcé mi mirada y estuve expectante. El sensual rubio cenizo tocó el barandal de las escaleras justo para bajar. Estaba frente a mí, pero en el primer escalón de las escaleras.
—Todo cariño, eres una réplica exacta de nosotros.
Un aire fresco chocó con mi rostro y desapareció.
Ahora tenía todo un poco más claro, no podía huir más de esto. Mi siguiente parada sería hablar con mi madre y luego, buscar a Lizzie y contarle todo.
Nos leemos el viernes. ¿Que piensan de la dependencia de eva a lizzie?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top