10
Décimo capítulo.
28 de septiembre de 2018
Estaba sentada en las gradas de la universidad frente al campo de fútbol americano con mis piernas cruzadas, concentrada viendo el terreno de juego y cómo hacían ejercicio los chicos del equipo de la universidad. Estaba de un excelente humor, Fernick estaba mejor de ánimo y había aceptado ser mi chofer, por lo que me había traído a la universidad en la mañana.
Reí ante el recuerdo de un Fernick feliz cantando Wanna be. Alcé mi vista y me cegué un poco con la luz del sol, pensé en Salem y cómo habíamos hablado luego de dormir algunas horas después de nuestra cita.
Últimamente la luz era algo más predominante en la ciudad, cosa que no sucedía hace siglos según las noticias locales. De alguna manera mis días habían cambiado totalmente con una luz que se había inmiscuido sin aviso a mi existencia. Me emocionaba un poco este asunto de la magia, no podía dejar de sentir que era una niña en un parque de diversiones sin límites, esperando a ser descubierto. Todo este tema de lo fantástico era algo tan nuevo e inexplicable, decir que no me asustaba en lo absoluto sería una mentira, pero ahora las cosas extrañas de mi infancia cobraban sentido; mi madre teniendo juntas a altas horas de la noche con sujetos que claramente eran Vampiros Oscuros, los grandes y gruesos textos en la biblioteca de mi casa que asumía hablaban sobre magia y hechicería por su aspecto. Así mi madre no tuviera magia por no casarse con un Vampiro Oscuro aparentemente sabía sobre esta, en algún momento ella había tenido magia, era obvio, si no ¿Por qué habría de tener tantos de esos textos, asumiendo que todos eran sobre eso?
Ahora todo tenía sentido, mi vida en sí ya tenía uno. El tema era si quería ese destino o no. Me sentía culpable por usar de cierta manera a Salem, pero debía ser egoísta en esta ocasión, era simple supervivencia.
—Hey. —Alcé mi vista, una mano suave retiró el cabello castaño de mi rostro
—Hey. — Salem de manera poco disimulada besó mi mejilla y me abrazó levemente antes de sentarse a mi lado en las gradas del campo de la universidad. En ese momento no sabía cómo actuar a su alrededor, me había enamorado de él por internet cuando estaba muy pequeña y ahora no sabía qué tipo de situación era en la que estábamos, después de todo yo estaba usándolo y él no lo sabía.
Volví a mirar al frente, todos en la universidad estábamos esperando un partido muy importante para la temporada. Jugaríamos contra Beret Statal University, una universidad distrital, pero que tenía excelentes recursos por parte del Estado, por lo que fácilmente nos podrían vencer en varios factores como investigación y esas cosas. Pero como dije antes, esta ciudad era elegante y pretenciosa, por lo que, al no ser liga IVY allí estudiaban los hijos de las personas que trabajaban para nosotros o que eran dueños de negocios pequeños.
Salem y yo estábamos en silencio. No uno incómodo como se espera que sea siempre luego de la primera cita, era un silencio pasivo, simplemente veíamos el campo. Siendo atrevida me recosté en su hombro, mordí mi labio con nerviosismo, pero no me moví. Sentía muchas emociones al estar cerca de él y no sabía qué era correcto de hacer y qué no. Por lo menos ya me sentía un poco más tranquila y menos mentirosa porque ya le había dicho vía mensaje que Char no era mi hija si no de Lizzie, y se había tomado muy bien la noticia, según él era demasiado obvio, y tenía toda la razón.
Acomodé el largo de mi falda con mi mano derecha, un pensamiento invadió mi mente; era el instante en que todo cambió, el momento en que me enteré de todas lo que pasaba gracias a Bradly.
Había estado hablando con Bradly por mensajes varias veces a lo largo de esos días luego del incidente de Fernick, me había enseñado algunas cosas de magia, cosas teóricas, porque si, los Vampiros Oscuros también pueden tener magia, cosa que no sabía. Se podría decir que teníamos una extraña amistad en la que él me coqueteaba cínicamente diciéndome que quería comerme, literalmente. Pero luego de sus comentarios extraños de la nada era el hombre más serio del universo hablando de magia y esas cosas, Bradly era muy peculiar.
Se podría decir que todo en mi vida extrañamente estaba bien, ya pensaría cómo decirle a Salem que tenía que huir o casarme con un Vampiro Misógino que creía que soy de su propiedad, una charla normal, por supuesto, y decirle eso a Lizzie será mil veces más interesante.
¿Era misógino que alguien quisiera poseerme porque si no moriría? Mi madre había dicho que era un acto de amor y que seríamos felices por siempre. Si era así ¿Por qué ella no había aceptado?
Salem y yo dejamos de ver el campo de juego y nos vimos a los ojos, llevábamos saliendo extremadamente poco, pero todo debía decirse, y esa noche en el bosque había sido la mejor cita de mi vida. En verdad quería besarlo, pero dar el primer paso luego tan poco tiempo era algo muy precipitado, pero ¿cómo manejarme en este caso? Nos habíamos querido a través de internet así suene estúpido, ahora estar con él era extraño, tensionante y emocionante, todo al mismo tiempo.
Tomando una profunda respiración quité mi cabeza de su hombro y me acerqué a él. A lo largo del tiempo las personas iban llegando y acomodándose en las gradas para ver el gran juego, se estaba poniendo el sol, y un atardecer rojizo con tonalidades rosáceas iluminaba el cielo. El clima ahora era húmedo nuevamente, pero las nubes aún permitían ver el espectáculo del atardecer.
Con lentitud Salem y yo íbamos acercándonos el uno al otro, acercarnos era un proceso realmente lento, como si cada centímetro estuviera a millones de kilómetros de distancia de nuestros rostros. Me relamí mis labios lentamente, puse mis manos en la banca para no caerme, estaba muy cerca de sus labios.
Iba a besarlo, iba a hacerlo después de años de haber sabido de su existencia en esa adolescente y precoz red social. Estaba emocionada, mi corazón palpitaba miles de veces por segundo y me estaba dejando sucumbir en el romanticismo idealista de nuestra extraña relación. Estábamos a punto de unir nuestros labios cuando una voz interrumpió.
—Hola chicos. —Saludó Bradly con una sonrisa complacida por arruinar nuestro beso, Lizzie venía muy cercana de él a su lado.
¿Por qué venían juntos? Pensé.
—Hola Eva, te presento a Bradly, está conmigo en clase de estadística. —Lizzie corrió un poco su cabello tras su oreja, era su táctica personal. Estaba coqueteando ¡Bradly le gustaba!
—Bradly, ella es Evangelinne, mi mejor amiga. —Continuó, le sonreí.
—Oh si, nos conocemos, somos ¿amigos? —Terminó de decir Bradly. ¿Y de dónde íbamos a decir que nos conocíamos? ¿De que llegó un día de la nada a mi casa? Además, confiaba de alguna manera en Bradly pero no sabía qué tan sano sería para Lizzie estar cerca de él.
—Eh sí. —Respondí insegura
—Si, Eva un día me ayudó a encontrar algunos libros en la biblioteca y nos hablamos de vez en cuando.
—Genial. —Lizzie se tragó la historia del rubio a regañadientes, ella sabía que yo nunca ayudaba a nadie a nada, pero supuse que creyó que lo hice con él por ser guapo.
Salem carraspeó.
—Oh si, él es Salem, mi... Lo que sea. —Argumenté
Salem y Bradly soltaron unas risas y se abrazaron de esa manera varonil y extraña, palmeándose sus espaldas.
—Eva, Bradly es uno mis mejores amigos, crecimos juntos. —Dijo Salem sonriendo para luego presentarse a Lizzie.
Pobre Salem, él no sabía que era imposible que hubiera nacido con Bradly, él tenía como mil años, nació como uno de los primeros hijos del Señor Oscuro.
Lizzie abrió sus ojos y puso su cara de: preséntame estúpida. —Lizzie es mi mejor amiga como ya saben. —Terminé de decir, Fueguitos rodó los ojos con su rostro de: qué sutil.
—Que curioso. —Agregó Bradly con una sonrisa retorcida y soltando su típica risa.
—Ya nos conocemos, nos presentamos y esas cosas. ¿Dónde está Zacharías?—Dijo serio Salem, como si fuera una orden para Bradly.
—¿Y por qué habría yo de saber eso hombre? Él está seguramente—Bradly se quedó pensativo— no sé, por ahí.
Salem le miró algo inexpresivo mostrando una faceta nueva que no conocía de él, su semblante expectante se presentó mientras que suspiraba con su actitud arrogante que me resultaba tan sensual.
—Hay que buscar a Zach.
Bradly alzó sus hombros y se fue dándole una mirada a Lizzie y una sonrisa demasiado obvia. Se gustaban, y bastante.
—Ya vengo Eva. Me alegra que seamos lo que sea. —Terminó de decir Salem sonriéndome, y se alejó de las gradas con las manos en sus bolsillos de su típico atuendo, jeans negros con zapatos negros, una camiseta blanca y una chaqueta de color Café oscuro. Ahora que lo pensaba, parecía policía, uno sexy.
Lizzie se sentó a mi lado y comenzó a hablar, estaba a punto de escucharla con toda mi atención hasta que escuché en mi cabeza una voz que decía:
—¡Te escuché, puerca! —me asusté al instante, pero antes de que pudiera pensar o hacer otra cosa volvió a hablar—Soy Bradly, no te angusties, puedo hacer esto a veces.
—Esto es una total invasión a mi privacidad y la expresión máxima del abuso. —Le dije, en mi cerebro.
—No es para tanto, estaré ocupado con Salem, cuídame a Lizzie.
—No le hagas daño, porque te juro que como el hagas algo yo...
—Cálmate tigre, Lizzie es lista y valiente, que te lo cuente cuando te diga cómo la conocí, no quiero comérmela en el sentido literal. Pero si hablamos de otro sentido pues...
—¡Asco! ¡Vete! —Dejé de escuchar a Bradly, al parecer me había obedecido.
Volví a la realidad y Lizzie seguía hablando.
—Entonces yo estaba gritándole al otro tipo castaño que había dicho que el profesor había calificado mal los exámenes por el hecho de que, escucha esto Eva porque te vas a caer e espaldas, su argumento era que yo no podía haber sacado la mejor calificación ¡Porque soy una mujer! Es un idiota. Entonces me enojé mucho y luego Bradly también se metió en la pelea y bueno, terminamos hablando luego de la clase y hemos tenido un par de citas. Una un poco más candente que la otra...
—Mierda Lizzie ¿Ya lo hicieron? —Sabía que Lizzie caería rápido, y era normal, llevaba siglos sin sexo.
—Casi, pero no. No me juzgues Eva, mi petunia necesita ser regada. —Lizzie hizo un puchero.
Ambas recordamos los comentarios inocentes de Charlotthe y hablamos un rato. Pasaron unos veinte minutos y estábamos a otra media hora de que empezara el partido cuando Salem y Bradly llegaron acompañados de un tipo ridículamente guapo. ¿Quién carajos hace estos hombres? ¡por favor! El chico que para mí era nuevo tenía unos ojos cafés con el cabello castaño. Nada fuera de lo común, pero sus facciones eran lo que lo hacía atractivo, eran enigmáticas, pulidas y simétricas. El hombre era demasiado atractivo como para ser cierto y gozaba de una excelente estatura.
Debía dejar de pensar esas cosas, Bradly podía oírme y le diría a Salem, aunque no creía que Salem supiera sobre todo esto.
—¿¡Pero él qué hace aquí!?—Chilló Lizzie.
¿Lizzie conocía al otro integrante? Bradly soltó una risa y luego le contestó.
—Lizzie, él es Zacharías. Y si, es el tipo misógino asqueroso que odias y por el que nos conocimos. Pero, el hizo eso para que yo —carraspeó como si se le cortara el oxígeno—, pudiera hablarte. —Terminó de decir nervioso.
¿Bradly nervioso? Eso era excelente.
Lizzie le sonrió con ternura por las molestias de su plan para conocerla, a la vez en que le ofrecía excusas a Zacharías. Luego de que todos estuvimos juntos Salem se sentó a mi lado, Bradly al de Lizzie y Zacharías se sentó al lado opuesto de Lizzie también.
El juego había pasado y habíamos ganamos, por lo que para celebrar habíamos ido por unas cervezas antes de llegar a casa a un bar cerca de la universidad. Resultó ser que los tres chicos eran graciosos pero Bradly era sarcástico, Salem es crudo y Zach tenía un humor negro horrible que no era apto para gente sensible, pero convenientemente Lizzie y yo no lo éramos.
Ya era tarde quizá las once, y Lizzie y yo ya estábamos en casa por lo que nos dirigimos a dormir. Le dimos el beso de buenas noches a Charlotthe que ya se hallaba dormida y luego Lizzie habló:
—Me siento terrible por haber salido y dejar a mi niña aquí, tan solita.
—Lizzie, no puedes estar encerrada para siempre. Quedaste embarazada joven sí, pero no puedes estar encerrada como si tu hija fuera un castigo y tampoco ser irresponsable. Todo es un equilibrio, tienes que vivir y créeme, era una gran madre, no te preocupes.
Lizzie asintió y luego, nosfuimos a dormir cada una a nuestras respectivas habitaciones, lo que noesperaba en esa noche era el maldito sueño que daría un giro radical a todo.
Aquí tienen el capitulo de esta semana, uno de mis chicos favoritos es zach, lo amo y ustedes?
Nos leemos el viernes
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top