El hombre bebía salvajemente del cuello de su víctima, el sabor insaciable del hierro no permitía que este se alejase de las venas de la rubia mujer. Poco a poco el rostro de la mujer perdía tonalidad, ya no tenía esa tez rosácea llena de vida sino una tez blanca y pálida producto de morir desangrada.

Sin ningún reparo el hombre dejó caer el cuerpo inerte sobre el suelo lleno de tierra del bosque donde estaba, sin ningún cargo de conciencia el sujeto siguió caminando, dejando el cadáver de la mujer atrás.

Aquel sujeto era un monstruo, uno que había creado una larga línea de muerte por donde fuera que sus pies pisaran; sin embargo, muy pronto aquel hombre conocería lo que era una Tahdeu's y pasaría durante siglos buscando a la adecuada sin preguntarse ¿qué estaría dispuesto a hacer para no pasar solo en la eternidad?