7 🌸

Jungkook y Taehyung esperaron a la tarde para encontrarse en una parada de autobús que los llevaría hacia el destino que habían elegido.

Cuando se vieron, el pelirosa no pudo evitar saltar a los brazos del menor y que este le correspondiera con la misma efusividad.

—Hyung es muy guapo—murmuró el azabache cuando se separaron luego de admirar el conjunto cómodo que había elegido el mayor para su "cita". Taehyung alcanzó a escucharle y rio suavemente provocando un sonrojo en su dongsaeng.

—Tú también te ves genial hoy, Kookie—afirmó con una sonrisa cuadrada para inmediatamente tomar su mano, algo que hizo sobresaltar al chico, pero no por eso no corresponderle afianzando el agarre—Pero no perdamos más tiempo porque hoy nos divertiremos mucho, pequeño conejito.

Jungkook amaba cuando el pelirosa le decía conejito, le hacía sentir jodidamente bien además del cariño con el que lo trataba siempre. ¿Cómo no sentir mariposas en el estómago? Totalmente imposible.

Y Taehyung amaba la atención y admiración que el azabache le daba a su persona.

Así que entre conversaciones triviales y amenas comenzaron a recorrer el lugar, deteniéndose en algunas divertidas atracciones tales como una montaña rusa en la que gritaron a todo pulmón ya que tenía muchas curvas y era excesivamente alta para que cuando bajaran se rieran a carcajadas por lo nerviosos que se habían puesto, seguido de un lindo carrusel en el que pudieron recuperar la compostura luego de tanta euforia, para luego terminar en el conocido barco pirata que igual les llenó de adrenalina pero que supieron sobrellevar de mejor manera, entre muchos otros más.

Después decidieron comer algo pues sus estómagos se los estaban implorando ya que el tiempo se les había pasado volando, así que se sentaron a comer en uno de los puestos de comida típica que encontrabas en un parque de diversiones.

Cualquiera que los viera podría jurar que eran pareja por cómo se observaban embelesados en el contrario y como animadamente compartían sus alimentos, pero Taehyung decidió ir más allá y pidiéndole que abra la boca y diga "ahhh" le dio una parte de su comida al menor que un poco avergonzado aceptó.

El menor no se quiso quedar atrás y con valentía decidió limpiar la mejilla manchada de salsa del pelirosa. Si bien le sorprendió su iniciativa, se sintió complacido al sentirse correspondido en esas pequeñas acciones porque aquello solo le reafirmaba que el azabache se sentía a gusto con él como para brindarle ese tipo de confianza.

Siguieron con su charla de temas variados y que salían espontáneamente en medio de esta hasta que habían acabado de comer. Taehyung sugirió que caminarán un poco para sentirse más livianos y poder seguir por un rato más en el parque hasta que llegaron a una cabina de fotos y no pudieron evitar la tentación de hacerse algunas pues muy dentro de ellos se repetían que tendrían un recuerdo muy bonito de ese día en el que sin saberlo confesarían sus sentimientos.

Minutos más tarde, luego de obtener una gran cantidad de fotos, decidieron competir por quien lograba ganar un peluche para el contrario al momento de participar en el típico juego de lanzar los dardos en el centro.

Estaba muy reñido además de que el azabache no quería ceder porque era muy competitivo hasta que el mayor decidió usar una táctica secreta.

Sin que el menor se lo esperará, besó su mejilla distrayéndolo y arriesgando todo logró darle justo en el centro obteniendo la victoria.

—Eso fue trampa—se quejó el menor totalmente ruborizado—. No es justo hyung, me distrajo.

—No creí que de verdad funcionaría—se hizo el desentendido mientras recibía el peluche de un conejito rosa por parte del encargado—. Eres mal perdedor, Koo.

Jungkook iba a refutar, pero Taehyung le entregó al animalito de felpa dejándole sin nada más que decir.

—Vamos, acéptalo—le ánimo con ojitos brillantes—. Me hacía mucha ilusión ganarlo para ti.

—G-Gracias hyung—tartamudeó luego de caer en cuenta que no había encontrado el momento idóneo para hablar de sus sentimientos y el mayor parecía no querer parar pues no le daba la mínima oportunidad de encontrar un lugar más tranquilo dónde pudiera abrir su corazón y le preocupaba desaprovechar esta ocasión.

—No es nada—afirmó feliz—. ¿Te parece si vamos a la rueda de la fortuna?

—Claro—aceptó luego de que en su mente le llegará la idea de que no habría nada más romántico que confesarse en las alturas, observando un paisaje de muchas luces provenientes de los edificios de la ciudad de Seúl.

Compraron los boletos en la taquilla y se dispusieron a subir luego de esperar su turno en la fila mientras observaban como muchas más personas iban tomando sus lugares en la atracción.

Se sentaron y el encargado se aseguró de que la protección fuera la adecuada para ambos, hasta que con un ademán hizo que su compañero que manejaba desde la cabina diera inicio al movimiento en la rueda de la fortuna.

De a poco esta comenzó a llevarlos a las alturas encontrándose con un magnífico paisaje en medio de aquella noche. Se habían quedado hipnotizados hasta que establecieron contacto visual, queriendo comenzar a hablar, pero terminando interrumpiéndose al mismo tiempo.

—Tú primero—dijo Taehyung a lo que Jungkook negó.

—Primero tú hyung, eres el mayor—respondió con seguridad mientras trataba de mantener sus nervios a raya—. Soy todo oídos.

—Está bien—tomó aire y decidió sacar todo lo que llevaba dentro mientras la atracción mecánica se movía suavemente—. Kookie, en este tiempo he aprendido a quererte un montón, no sabes cuánto.

Aquellas palabras hicieron sonreír al menor que mostró su tierna sonrisa de conejito—. Cuando nos conocimos no imaginé poder congeniar tan bien pero aquí estamos... Me has enseñado tanto, hemos compartido buenos momentos y algunos que también han sido malo, pero para nuestra suerte nada grave pero aun así teniendo la compañía del contrario para sobrellevarlo mejor.

Jungkook escuchaba con atención todo lo que el pelirosa le expresaba, pero aún sin entender muy bien que quería—. Sin embargo, ya no quiero seguir siendo tú amigo.

Aquello rompió a Jungkook en cuestión de segundos. ¿Acaso había hecho algo mal? ¿Su hyung estaba enojado con él? ¿Esta era una salida a manera de despedida porque quería cortar toda relación con él? ¿Cómo era posible que se hubiera portado tan dulce con su persona para luego decirle aquello? Eso era demasiado injusto y cruel.

Su cabeza y su corazón iban a mil por hora quería preguntar todo lo que le comenzó a atormentar de un momento a otro hasta que sintió la mano del mayor en su rostro, y vio cómo se iba acercando a él.

—Quiero ser tu novio, Jungkookie. ¿Tú quieres ser el mío o tan solo fueron imaginaciones mías? —. musitó con suavidad sobre los labios de Jungkook, pero este sin querer responder nada- por lo sensible que se había puesto- lo jaló y unió sus labios en un beso suave y húmedo en donde sus lenguas no tardaron en entrelazarse compartiendo esas emociones que por el momento el azabache no supo cómo poner en palabras.

—Acepto, TaeTae hyung—le sonrió comenzando a llorar algo que le llamó la atención al mayor.

—Pero conejito, ¿por qué te emocionas al punto de llegar a soltar lágrimas? —cuestionó también queriendo hacer lo mismo porque aquello había provocado que su corazón se volviera pequeñito por verlo de esa forma—. No llores o yo también lloraré—se quejó y el menor negó.

—Entendí que ya no querías ser mi amigo y me sentí mal—explicó—. Pero me alegra no poder escaparme y así haber terminado de escuchar lo que me querías decir.

—Eres un tontito Kookie, cómo pudiste siquiera pensar aquello—reclamó—. Que no se te vuelva a pasar algo así por la cabeza y en serio agradezco que estemos en las alturas porque no sé cómo hubiera reaccionado si huías.

—Lo lamento... A veces puedo ser impulsivo e inseguro por lo que no me explico de donde conseguí el valor para hablarte, pero también te prometo que no se me volverá a ocurrir una idea tan tonta.

—Bien, supongo que me hablaste porque no me querías perder—molestó, pero el azabache sabía que tenía razón—. Solo confía en ti de ahora en adelante—musitó acariciando el rostro del contrario con mimo—. Te quiero mucho Kookie.

—Yo también te quiero TaeTae hyung—respondió y tomó valor para atraerlo hacía sí mismo y volver a compartir un beso mientras recordaban esa lluvia de cerezos que caía con gracia cuando se conocieron.

Y después de separarse con una brillante sonrisa en sus rostros, entrelazaron sus manos y disfrutaron por un rato más en el que se sintieron tan bien gozando en las alturas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top