84 - Sakura
Diciembre 2018
Había llegado el día de nuestra graduación y fue tal como esperaba: perfectamente ordenada y aburrida.
Los profesores dijeron frías palabras de despedida y nos desearon un gran futuro que ya sabían que tendríamos. Nuestras compañeras parecían competir por quién se veía mejor en su uniforme -presumiendo su delicada joyería cara- y quién extrañaría más a sus amigas. Los padres, los pocos que se habían hecho un tiempo para ir, hablaban de universidades privadas y estudios en el exterior.
El único momento agradable fue cuando Mariana subió a dar el discurso de despedida.
Lautaro había sido quién la nominó para hacerlo y le dio su apoyo aún cuando algunos profesores opinaron que ella no era "la imagen" del colegio. En esos momentos había deseado tener la habilidad de Cherry de saber insultar en montones de idiomas.
Pero el discurso de Mari fue preciso... Terriblemente cursi, pero precioso a su manera.
Luego de la ceremonia, mis padres invitaron a los de Mariana a cenar en casa. Fue una cena tranquila, salvando porque las hermanas pequeñas de Mariana acosaron a Touma con un montón de preguntas. ¿De dónde era? ¿Las escuelas de Japón se veían como en los animes? ¿Le gustaba Naruto? ¿Le gustaba Argentina? ¿Le gustaba Mariana?
El pobre casi se había ahogado con la última pregunta. Y Mariana se había puesto roja como un tomate. Eran tan obvios.
Al final, cuando la familia de Mariana se fue, ella pidió permiso para quedarse a dormir. Sin embargo, en cuanto mis padres se acostaron, los tres tomamos unas bolsas de snacks, champagne, mantas, un equipo de música portátil y dos bicicletas.
Pedaleamos a mitad de la noche por el country* hasta llegar a uno de los bosquecitos cerca del río; lejos de las grandes casas. Allí las estrellas parecían más brillantes y la briza de la noche aliviaba el bochorno del verano.
Tiramos los snacks sobre las mantas. Mariana puso una canción de Panic! At The Disco a la vez que Touma destapaba el champagne con un estruendo, haciendo que las dos peguemos un gritito.
―¡Con las metas hasta el cielo y el perreo hasta el suelo! ―chilló Mariana aceptando la copa de champagne que le pasé.
―Estás loca ―exclamé.
―Oh, vamos. Soy lo mejor que les pasó a ambos ―bromeó con tono coqueto. Touma y yo no pudimos hacer más que intercambiar una sonrisa. Ella tenía razón.
―¡Kampai! ―gritó Touma, levantando su copa.
―¡Kampai**! ―repetimos Mariana y yo.
*Country: barrio privado.
*Kampai: salud en japonés.
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¡Hola, cerecitas! Perdón por no haber actualizado la semana pasada. Me habían puesto la 3era dosis de la vacuna y me dejó tan mal que ni me acordé que era día de SvsC ;n; ¿A ustedes cómo les han tratado las vacunas?
Lo bueno es que ya tengo los borradores de los próximos capítulos. ¡Ya solo nos quedan unos 6-7 para el final. 😱😱😱
En los próximos capítulos tendremos la aparición especial y una despedida. Agárrense que esto se viene con todo.
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