67 - Cherry
Julio 2018
Los días y las semanas pasaron sin que supiera nada de Sakura.
Al parecer, sus padres se salieron con la suya en su plan de aislarla de todo el mundo que quisiera corromper a su inocente hijita.
Sakura ya no hablaba con Mari en clase. Según ella, no hablaba con nadie a menos que sea imprescindible.
―Es como cuando la conocí ―dijo Mari con pena, una tarde que todos nos juntamos en la casa de Niki―. Pero... más triste. Antes era como si ella estuviera a gusto estando sola, pero ahora... se la ve sola, realmente sola.
Mariana soltó un triste suspiro y Touna, quien estaba junto a ella –siempre estaba cerca de ella-, le dio unas palmaditas en el hombro. Él era nuestra única fuente de información y no era mucho lo que podía decirnos. A él no le vigilaban sus salidas o redes, pero tampoco quería levantar sospecha.
Solamente pudo decirnos que Sakura había vuelto a su rutina de escuela-danza-casa.
Yo ya ni siquiera podía verla en el estudio; había renunciado a las clases de danza-terapia. No soportaba ir a ese lugar que estaba lleno de ella y no poder verla allí. A decir verdad, era un milagro que no fuera la misma señora Tachinaba quien me pusiera de patitas en la calle.
―Quizás podríamos pedirle ayuda o consejo a Gus ―propuso Niki con un dejo de esperanza que murió cuando todos negamos con la cabeza. No queríamos involucrarlo.
Una parte de mí pensó que, si Gustavo sabía lo que los padres de Sakura le estaban haciendo, él enfrentaría a la señora Tachinaba. Y si eso terminaba en que separaran a Sakura de él. Nunca me lo perdonaría. No podía quitarle a Sakura lo único que le quedaba.
Ya le había quitado demasiado.
El silencio que se formó mientras Niki, Touma y Mari pensaban una solución y yo me concentraba en esquivar las miradas preocupadas de Mona y Leo fue tan largo que el sonido de una notificación nos hizo pegar un salto a todos.
―Hablando del diablo ―comenté al ver que era un mensaje de Gustavo.
Era solo una imagen. Una invitación a un campeonato de tango en unas semanas.
Había faltado a sus presentaciones anteriores, pero esta sería diferente; y recordé que le había prometido a Sakura ir a su próxima competencia.
Quizás ella ya no recordara sus promesas, pero yo iba a cumplir las mías.
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