17 - Cherry
Septiembre 2017
—¿Ya estás, Cherry? —preguntó Lautaro cuando me fue a buscar a rehabilitación al día siguiente.
—Sí, solo tengo que... —dije mientras me volvía a sentar en la silla de ruedas e iba por mis cosas.
—Buenas tardes, Sr. Ramírez —lo saludó el Doc, al alcanzarme mi mochila.
—Ya le dije que no es necesario que me llames así —objetó mi hermano con las orejas ruborizadas—. Incluso soy menor que vos. Con que me digas Lautaro basta.
—Está bien, está bien —respondió el Doc con un gesto de rendición—. Entonces, Lautaro, creo que Cherry tiene algunas buenas noticias quiere contar.
—El Doc dijo que si sigo así podré usar muletas dentro de poco —exclamé con una enorme sonrisa de satisfacción.
Si seguía así, pronto volvería a caminar. Pronto podría valerme por mí misma y no seguiría entorpeciendo la vida de mis hermanos. No seguiría siendo una carga.
—Eso es genial, Cher —dijo Lauti con un reflejo de mi sonrisa, pero entones pareció darse cuenta de algo y se volvió hacia el doctor—. ¿Cuánto tiempo más tendrá que venir, Gustavo?
—Yo diría que ya no es necesario que venga cada semana. Ahora ya puede hacer varios de los ejercicios por sí sola. Con una visita mensual para algunos controles, ya estaría.
—Eso es bueno, Cher. Ahora podés mejorar por ti misma, ¿no? —respondió Lautaro, acariciando mi cabeza con cuidado de no desacomodarme mi peluca.
—Sí, genial —dije.
Pero algo en mi rostro debió delatar mi decepción porque los dos se miraron un poquito preocupados.
—Ah, no es nada. En serio. Lo que pasa es que... —comencé a balbucear poniéndome tan roja como mi peluca—. Es solo que me gusta venir a rehabilitación. Es raro, lo sé.
—No creo que sea raro. A tu cuerpo le debe sentar bien hacer ejercicio —dijo el Doc. Siempre tan amable—. Si te interesa puedo preguntarle a mi instructora de baile por algunas clases becadas. En su estudio hay danzas terapéuticas y yoga. ¿Qué te parece?
Miré a mi hermano. Siempre que había este tipo de oportunidades había un pequeño detalle que debíamos tener en cuenta: ¿podíamos pagarlo?
—Me parece buena idea —respondió Lauti, mirándome con una sonrisa—. ¿Cher?
—Me encantaría.
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