Septiembre 2017

—¡Saku! —escuché mi nombre en el pasillo y cuando me di vuelta me encontré con el risueño rostro de Mariana—. ¿También vas a la biblioteca?

—Sí —respondí, insegura de querer compañía. Durante la hora libre había decidido ir a la biblioteca de la escuela a adelantar la tarea de Matemática.

—¡Buenísimo! —exclamó—. Vos que sos inteligente, ¿me podrías ayudar con lo de Matemática?

Sin ninguna excusa en mente, asentí.

—¡Mil gracias! Es que no le entendí bien lo del Leorema de Gauss. Las chicas me dieron que simplemente aprenda de tutoriales de YouTube, pero a mí no me sirve eso —comenzó a hablar muy rápido y muy fuerte, así que le pedí que se callara cuando entramos en la biblioteca—. Ah, sí. Mildis* —susurró.

Esta será una larga hora, pensé mientras nos acomodábamos en una de las mesas de estudio.

El lugar estaba vacío salvo la bibliotecaria y otra chica de quinto año. Mariana solo tardó media hora en entender y comprender los ejercicios de Matemática, mucho menos de lo que esperaba.

—Me pareció raro que me pidieras ayuda con la tarea. No tenemos que entregarla hasta la semana que viene —comenté, tachando "hacer tarea de Mates" de la lista de tarea en mi agenda y revisando qué me faltaba por hacer.

—Ah, sí. No me gusta dejar todo para último momento. Pero con las chicas solemos juntarnos a hacer las tareas juntas siempre.

—¿Y por qué no hiciste esta con ellas también?

—Les comenté si podíamos juntarnos antes porque no entendía, así teníamos más tiempo para hacerlo tranquilas. Pero dijeron que no iban a poder juntarse el finde. Creo que tenían cosas por hacer.

—Cuando se juntan, quien hace la tarea.

—Todas obvio, aunque yo suelo ayudarlas más a ellas... ―dijo, meditándolo un poco―. Eh, no es por presumir. No, no.

¿Mariana les ayuda con la tarea y cuando ella no la entienden no se juntan?

—Pero si será boluda —murmuré entre dientes.

—¿Qué?

—No, nada —contesté y sin saber por qué, agregué—: ¿Ya tenés con quien hacer tu proyecto de investigación?

Mariana se quedó mirándome por un momento. Quizás estaba sorprendida de que, por primera vez yo la invitara a hacer algo juntas.

—No, no — se apresuró a responder —. Pensé en hacerlo quizás con Calu, pero si vos todavía no tenés compañera lo hago con voz.

—Genial. Yo estaba por hacerlo sola pero así no la tendré a la profe atrás mío con eso de que debería trabajar en equipo ―me quejé.

—Para ser una bailarina sos bastante solitaria —comentó con un poco de diversión.

—Con Gus... con el tango es distinto —dije, corrigiéndome de inmediato.

—Uhh. "Gus". Contame sobre eso —dijo repentinamente interesada en mi vida.

—Ni lo sueñes.

—Okay, ya lo entendí—contestó, levantando los brazos en señal de rendición—. Ya presioné demasiado mi suerte.

—Silencio —exclamó la bibliotecaria desde su escritorio.

Mariana y yo nos miramos sorprendidas y sin querer dejamos escapar unas risitas.

*mildis: abreviación de "mil disculpas".

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¡Hola, cerecitas! Como hoy amanecí de buenas les traje cuatro capítulos de un tiró, para que tengan una mini maratón. 

Las chicas al fin tuvieron su primer encuentro y las cosas no salieron del todo bien. Pero, aunque ninguna de las dos quiera, el destino las va a volver a unir pronto. Por el momento iremos descubriendo un poco de la vida de cada una.