13 - Cherry

Septiembre 2017


Pasaron varias semanas desde el incidente con aquella bailarina. Cuando le pregunté al Doc cómo estaba ella, me respondió con un simple:

—Está bien. Solo ha tenido un pequeño raspón en su orgullo—. Y cuando le pregunté qué significaba eso, dijo: ―Significa que... que está perfectamente bien. No tenés nada de qué preocuparte.

Así que seguí su consejo y no me preocupé más por ello. En cambio, decidí preocuparme por qué carrera debería estudiar el próximo año. Ya tenía dieciocho años y aún no había entrado a ninguna universidad o conseguido ningún trabajo más allá que ayudar con las cuentas del taller. El accidente me había obligado a tomarme un año sabático y a repensar mis opciones para una carrera.

Al terminar la secundaria tenía en mente algo como profesora de Educación Física o algo referente a los deportes. Carreras que involucraba moverse en dos pies. Carreras que por el momento estaban fuera de mi alcance.

—¿Por qué no periodismo deportivo? —me preguntó Leo, cuando me vio husmeando en diferentes páginas de universidades públicas.

—Odio hablar frente a las personas —respondí sin quitar la vista de la pantalla—. Además, te soporté toda la primaria y secundaria, no quiero tener que aguantarte otros años más.

—Somos hermanos, Cher. Tendrás que soportarme toda la vida —comentó rebuscando en la heladera. Como los demás llegaban tarde hoy le tocaba cocinar a Leo. Lo que era bueno porque, después de que faltó mama, era el único capaz de no quemar la cocina o envenenar al resto.

La habitación que compartía con él desde los cinco no era lo suficientemente grande para un escritorio así que la única PC de escritorio de la casa estaba en la cocina-comedor. La privacidad no era algo que se conociera en mi familia.

—¿Cursos a distancia? —vovió a preguntar después de un rato haciendo ruidos extraños en la cocina—. Algo como Niki.

—La mayoría son inútiles o no me gustan y los interesantes son demasiado caros —respondí.

Niki era la persona más indecisa o polifacética que conocía, al punto en que no sabía qué hacer con su vida. Luego de terminar la escuela se inscribió como a más de diez cursos online de cosas tan disparejas como cosmética, diseño gráfico, marketing, administración o cocina.

Esos cursos eran prometedores, pero lo que yo necesitaba no era una carrera que me permitiera estar segura en casa. Lo que necesitaba era curarme lo más rápido posible para poder seguir haciendo lo que amaba.

No soportaba la idea de estudiar desde casa. No soportaba la idea de rendirme ante mi discapacidad.

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