Agosto 2017

—Hola. Mucho gusto —dije de manera cortante. Ahora que la adrenalina estaba dando lugar al frío del invierno que aún no se iba, no me apetecía estar allí con esos chicos.

—Disculpá si sueno grosero, pero vos no sos argentina, ¿no? —preguntó el chico, siendo completamente grosero, y tuve que aguantar el impulso apuñalarlo con un zapato—. Digo, tu nombre y tus rasos son... ¿cómo se dice...?

—Sí soy argentina, pero mi papá es japonés —dije sin más.

Con los años me había acostumbrado a ese tipo de preguntas. Sabía que mis ojos rasgados no eran tan raros; Mariana también tenía los ojos así. Lo que realmente llamaba la atención eran mi nombre y mi apellido.

—¿De Japón? —exclamó el chico, señalando a la muchacha que sostenía su mano—. Y justo que esta es una otaku loca de las cosas chinas.

—¡Leo, no seas pelotudo! Que me gusten las series y los animes orientales no me hace otaku —reprochó ella bajando la mano con la que él la había señalado—. Y estás siendo un maleducado con la pobre chica.

—Disculpá a mi hermano. Lo tiré de la cucheta* cuando era chico y quedó bobito desde entonces —se disculpó la chica en sillas de rueda.

Me quedé mirando al extraño grupo. La chica que aún no había hablado era grande, de caderas anchas y tenía la mitad de su cabeza estaba rapada y la otra teñida de violeta. A su lado, chica a la que habían llamado otaku aparentaba ser la más normal, bajita, rubia y algo linda. El chico que parecía ser su novio era alto, de piel bronceada y bonitos ojos azules desperdiciados en su cara de tonto.

Pero quien más resaltaba de ellos era la chica que Gus había llamado Cherry. Usaba una silla de ruedas, pero sus piernas y brazos se veían tonificados, como si hiciera ejercicio. Su cabello no parecía ser natural. ¿Será alguna peluca?

Más importante: ¿de dónde conocía a Gus? ¿Y por qué él se veía feliz de verla? Él no solía invitar a sus familiares a verlo bailar, y estos chicos se veían demasiado jóvenes para ser sus amigos. Para suerte de mis nervios, Gus no tardó en darme una breve explicación.

—Sakura, Cherry es una paciente de rehabilitación, la invité para que pudiera ver la destreza de Esteban en el baile y conocer gente en su misma situación —me comentó y luego se volvió hacia los chicos—. Vamos, se los presentaré. Él es muy macanudo**, seguramente le dará gusto conocerte, Cherry.

—S-sí, me encantaría —respondió la pelirroja y avanzó un poco, con la mirada boba puesta en Gus.

No vio que yo estaba frente a ella y su silla chocó contra mí.

—Perdón. ¿Estás bien? Perdón por es...

—Sí, estoy bien —la interrumpí, molesta dando un paso hacia atrás—. No es na...

Entonces sentí que algo se rajó.

Vi que una de las cintas de mi vestido se había atascado en una de las ruedas.

Y mi vestido ya no dejaba nada a la imaginación.

*Cucheta: litera.

**Macanudo: amable, simpático.

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Hola, preciosuras. Nuestras niñas al fin se conocen... y las cosas salieron un poco accidentadas. ¿Qué creen que pasará?

a. Gus salva a Sakura cual caballero.

b. Sakura hace un berrinche digno de Godzilla.

Los leo en los comentarios.