CAPÍTULO 5
SUN
Algo no iba bien, desde ayer Drogo estaba realmente extraño y callado. No me abrazó por la noche cuando fuimos a dormir y eso era preocupante. Ni siquiera cuando nos enfadábamos el uno con el otro permanecíamos tan distantes, siempre sucumbíamos a la pasión y nos rendíamos ante la evidencia de nuestros sentimientos.
Pero desde la mañana en la que recibí la llamada de Sebastián y él se fue a cazar, no ha vuelto a ser el mismo. Aunque cada vez que le pregunto él me sonríe y me besa ardientemente, sé que bien lo hace como mecanismo de defensa para que no pueda sonsacarle lo que sucedía.
Estaba realmente cansada por el tema así que me levanté de la mesa sin decir nada, tirando todo el contenido del plato porque el apetito se me había cerrado por completo. Me marché al cuarto de baño para darme un buen baño relajante y así pensar los motivos por los que Drogo estaba así. Conocía bien a la persona con la que vivía y Drogo era precisamente una persona complicada con muchos secretos. Aunque sabía de su vida pasada, sabía bien que quedaba algo que no me contaba pero que no tenía suficiente confianza para hacerlo. Yo le daba todo el tiempo del mundo, pero se suponía que en poco tiempo iba a casarme con él y, probablemente aceptaría la propuesta de convertirme en lo que él era.
Aunque bien sabía que la decisión no la aprobaría mi familia por mantener el legado familiar, no podía permitir envejecer al lado de Drogo y el hecho de tener una hermana en cierta forma aliviaba esa parte de mí.
Pero ese tema era algo que hablaría con ella más tarde, la mayor preocupación que tenía en ese momento era el estado extraño de Drogo, ¿Acaso dejó de sentir lo que sentía por mí?
Mientras sumergía mi cabeza completamente en el agua, abrí los ojos encontrando una sombra mirándome por encima del agua. Cuando saqué la cabeza, el rostro de Drogo se hizo visible ante mí y me tomó de las mejillas para darme un largo beso. Sin despegarse de mis labios, él entró a la bañera completamente desnudo sin privarse de acariciarme allá donde le placiera.
-Mi bella Sun...eres tan sensual...tan caliente....
Su voz ahogada me estaba llevando a una espiral que deseaba sentir una y otra vez. Ese mareo, esa quemazón en cualquier parte de mi cuerpo...era sin duda lo que llamaba "marca Drogo".
-Te echaba de menos...-Logré susurrar mientras que su lengua recorría mi cuello con lentitud calculada. Con sus grandes manos, me colocó encima suya para tener un mejor acceso a cualquier zona que él deseara estimular.
Drogo comenzó a reírse suavemente mientras masajeaba mi trasero y apretaba mis caderas contra las suyas. Su voz comenzó a susurrarme:
-Tienes un prometido realmente desconsiderado que merece un castigo. Castígame Sun, quiero que me castigues y hagas conmigo lo que más desees...
Sujeté sus hombros y lo miré a los ojos, en ese momento parecía que todo estaba como siempre, pero...pero esa angustiosa sensación me estaba matando. Veía una profunda pena en los ojos castaños de mi amado y en ese momento deseaba aliviar su carga por encima de hacerle el amor.
Tomé su rostro con ambas manos y su sonrisa poco a poco comenzó z difuminarse; él bien sabía que yo sospechaba que le ocurría algo, pero esta vez no escaparía.
Sus manos se colocaron encima de las mías y supe que intentaría hacer una maniobra evasiva, pero yo era aún más terca que él.
-Drogo...sólo deseo saber qué te ocurre...es lo que más me preocupa ahora.
Él miró hacia otro lado y yo no sabía qué más decirle, él parecía realmente desesperado:
- ¿Por qué no tomas lo que te doy? ¿Por qué te parece tan poco que te haga el amor con dulzura como a ti te gusta? ¿Por qué te empeñas en indagar en cosas dolorosas cuando podemos ser felices?
-No Drogo, tú quieres que sea feliz a costa de tu desgracia y eso no voy a permitirlo porque te amo demasiado para eso. No quiero solo tu cuerpo, lo quiero todo de ti y eso bien lo sabes.
Él apartó mis manos de su rostro e intentó quitarme de encima suya, pero me aferré como un koala quedando colgando de sus caderas. Él parecía entre estresado y con una cierta chispa de diversión al verme las pintas que tenía colgada de él como un adorno de navidad.
-Sun, ¿Qué demonios haces?
- ¿No es evidente?¡Molestarte hasta que me digas qué pasa!
Drogo salió de la bañera y yo seguía en la misma posición que antes, entonces su sonrisa picarona de cuando algo sucio o ridículo se le ocurre, asomó en sus labios:
-Pues nada, tendremos que estar desnudos todo el día y si tenemos que salir pues no podremos vestirnos...
- ¿No serás capaz de salir desnudo conmigo encima no?-Le pregunté pálida del susto.
Entonces vi como caminaba hasta la puerta del jardín que daba a la piscina y yo comencé a forcejear y maldecirle. . Pero Drogo salió al jardín desnudo junto conmigo y yo estaba pálida del miedo,¿Y si algún vecino nos veía? Y para colmo la posición en la que estaba...era bastante sugerente.
Y para rematar el ridículo, Drogo estaba con el soldadito firme y contento, listo para la acción.
- ¿Sabes?, me excita este juego cosita-Dijo Drogo riéndose mientras que caminábamos por el jardín; yo iba a volverme loca de la vergüenza.
- ¡Drogo, a casa a hora mismo!-Le dije mientras agitaba mis brazos pero él, lejos de enfadarse, inclinó su rostro hacia el mío.
-Sigue moviéndote así cosita; es realmente placentero...uhmm...sabes moverte bien mi pequeña pervertida...
Pero ése no era el efecto que quería causar, pero él lo malinterpretó de forma diferente.
Caminamos hasta la tumbona y se sentó conmigo encima, pero entonces, su lengua comenzó a asaltarme provocando que aflojara mis brazos. Él aprovechó mi debilidad para tumbarme en la tumbona y se colocó en medio de mis piernas:
-Abre las piernas para tu prometido,Sun...
Aquel hombre era el erotismo personificado. Sabía qué decir, donde tocar y lo más importante, cuando hacerlo. Nunca desentonaba en cuestiones de sexo y nos entendíamos realmente bien.
Su lengua no tardó en juguetear con mis pliegues más íntimos. Perdí la cabeza hasta tal punto que se me olvidó dónde estábamos y que estábamos completamente desnudos.
-Ahm...oh...dios...Drogo...Ahhhh....-Gemía mientras agarraba su cabello dorado y tiraba de él. Su sonrisa se hizo más grande y sus colmillos podía verlos asomar con indecencia.
-Ahora que ya calenté mi comida...es hora de darle un bocado...
Drogo puso su boca en mi clítoris y alargó sus colmillos. Sus dientes se clavaron son suavidad y mi sangre comenzó a acumularse en esa zona. Con sus manos comenzó a introducir el dedo índice mientras que él tomaba sangre de aquella zona tan sensible.
Sus sonidos eran tan sensuales y estimulantes, no podía parar de gemir y mover mi trasero contra su boca indecente. Cuando tomó varios sorbos, levantó su rostro y de una estocada me penetró con fuerza.
-Sun....mi cosita...dime que me amas...
-Te...te aah... te amo Drogo...
Comenzó a moverse más aprisa y me sujeté con fuerza a su turgente trasero. Mis piernas se cerraron fuertemente atrapándolo para que él me diera todo el placer que mi cuerpo le imploraba y él encantado estaba dispuesto a darme.
-Dime que eres mía...dime que sólo yo puedo hacerte gemir...
-Sólo tú me haces gemir Drogo...sólo tú...
-Buena chica, cosita; te mereces un premio...
Drogo tomó mis piernas y las abrió completamente a mí para profundizar la penetración. Estaba enloquecida por sus movimientos y por sus palabras cargadas de amor y pasión:
-Sun...Sun...eres toda mía...para siempre...
Yo así lo creía porque mi vida o podía compartirla con otro que no fuera mi bello vampiro. Con los últimos gemidos que nos hicieron estallar, culminamos en arrumacos y besos que cortaban la respiración. Nunca me saciaría de él y él nunca se saciaría de mí porque lo que ambos sentíamos no tenía fin.
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