Capítulo 2: partida
POV Sakura
Me levante del lugar y me dirigí a mi casa. Camine por la aldea recibiendo miradas de odio y comentarios hirientes, pero como uno de mis maestros me enseño, no deje mostrar mi dolor.
Algunas piedras impactaron en mi cuerpo. Mire detrás de mi.
Sasuke, Naruto.
Hum... supongo que ya no hay que ocultar mi cosmos....
-¿que pasa chicos?, ¿por que me lastiman? -pregunte con un tono inocente falso, Saga me enseño a mentir.
-solo demostrarte que eres inútil.
-solo confirmo que sigues siendo una molestia.
Ambas frases alguna vez lejana pudieron haberme herido, pero de tantas veces que ya las he escuchado, yo no duelen en lo mas mínimo.
-... -no respondí nada, pero cuando intentaron lanzarme, esta vez un kunai y una shuriken. Lo esquivé como si fuera un juego de niños.
Aunque para mi realmente era así.
--¿eso es todo? -pregunte con burla mal disimulada.
Ellos no me respondieron, solo atacaron con sus técnicas mas fuertes.
El rassengan y el chidori.
-... que fácil... -salte en el aire y aterricé atrás de ellos, así esquivando ambos ataques sin ninguna dificultad.
Ambos voltearon a verme atónitos, nunca esperaron que fuera fuerte o algo así.
Eso les pasa por subestimar me.
Gire sobre mis talones y pase entre ellos, chocando de paso con sus hombros. Me miraron indignados, pero no dijeron nada.
Mientras retomo mi camino digo -si intentan hacerme daño de nuevo, no saben con quien se meten. -mi voz sonó totalmente fría y seca.
Algunos minutos mas tarde llegue a mi casa. Entre y cerré la puerta detrás de mi.
Busque algunos pergaminos que compre hace tiempo atrás y comencé a guardar las cosas mas importantes para mi.
Entre ellas mi banda que me define como shiboni de la hoja.
Toc toc toc.
Oí el llamado de la puerta. Baje las escaleras a paso tranquilo y abrí.
Un ambu me observa.
-Sakura Haruno, la hokage la llama a su despacho -y después de comunicarme el mensaje se fue.
Me puse mis sandalias y sali por la puerta. Una vez fuera salte a un techo y corrí con la velocidad mas alta que pueda alcanzar.
Solo tarde dos minutos en llegar.
-tks, me he vuelto lenta -pienso con frustración. Antes hubiera llegado en un minuto.
Toque la puerta del despacho, no tardo en hacerse oir el pase de mi maestra.
-¿que necesita de mi, lady hokage? -pregunto.
Espero la respuesta.
Antes de responder a mi pregunta, ella hace una sonrisa cínica.
-desde hoy quedas expulsada de la aldea -la burla de su voz fue graciosa. Supongo que quiere hacerme daño.
-bien, me alegra oir la noticia, así no tengo que irme a escondidas -mi voz es seria. Sin pizca alguna de temor, tristeza.
Se nota que esta molesta. Ya que que algunas venas se hicieron notar. Pero no dice nada, por lo menos algo de profesionalidad tienen. Me despide y salgo de su despacho.
Corro hacía mi casa para terminar de empacar.
Terminé de guardar todas las cosas importantes en mis pergaminos.
Salí de mi casa y camine hacia la salida a paso tranquilo. Todos me mostraron una sonrisa burlona, bueno, excepto Neji, Tenten, Lee y Hinata. Sus rostros muestran una mueca de tristeza.
Me acerco a ellos.
Hinata habla -Sakura-chan... ¡siento no poder hacer nada para cambiar de opinión a la hokage! -su voz suena desesperada, como si en cualquier momento fuera a quebrarse y llorar. Sus ojos están algo húmedos.
Estiro mis brazos y la rodeo con ellos. Un abrazo. Poco después se unen los demás.
Les digo en un susurro solo para que ellos escuchen -algún día vendré por ustedes -el sonido de mis voz fue calmado y tranquilo. Bajo el tono una promesa se formulo.
-lo prometo por athena - pensé.
Después de eso avance hacia la salida de la aldea. Pase por ella y casi todos me miraban con burla, los aldeanos que una vez ayude me veian con una mueca de tristeza.
Al menos las personas son agradecidas en este mundo.
-¡adiós a todos! -grite a los cuatro vientos, antes de correr a la velocidad de un caballero de bronce.
Sin duda, mi velocidad en estos momentos es patética.
Estoy al nivel de un kage en velocidad y fuerza. -tks, antes era mucho mas rápida. -mi voz sonó áspera.
Me detengo y camino el resto del camino hacia mi región. A mi hogar Grecia. Donde espero que este mi querida diosa.
Mi caminar es lento y calmado, después de todo la aldea de la hoja esta bastante lejos, dudo que puedan localizarme fácilmente. Ni Kakashi podría enviar a sus perros. Y aunque lo hiciera, no daría ningún resultado, estoy demasiado lejos.
Unas cuantas horas han pasado, llevo todo el día caminando, sin detenerme a comer o beber algo. Mi cuerpo es mucho mas resistente por mi entrenamiento.
Siento como un kunai viene por mi derecha. Salto esquivándolo.
-¡ho!, ¡eres hidan el inmortal de akatsuki! -digo con sorpresa, no esperaba encontrarlo aquí. De hecho, no esperaba encontrarme a nadie de esa organización.
-¡serás un perfecto sacrificio para Jashin-sama¡ -me grito.
Me quedo quieta unos segundos, suficientes para que me hiera con su guadaña.
¿Jashin?. Es curioso...
Así conocían a un sagitario antiguo...
Era sádico y mataba sin pensar, fue una deshonra para Athena.
Parece que en este mundo algunas personas lo adoran... me pregunto que si usando mi armadura lograre escapar...
-no sabía que aquí conocían a ese sagitario -mi voz sonó siniestra. -no te atrevas a mencionar a ese traidor. -mis ojos empezaron a hervir.
Cambiaron de color jade a rojo...
Parece que la maldición de sagitario me afectó...
-Jashin, ese traidor de athena. El que nos maldijo a todos... -mi cuerpo hervía en furia.
-¡no hables así de Jashin-sama. -el sonido de su voz no me importo.
Solo grité -¡SAGITARIO!.
mi amada armadura me cubrió el cuerpo. Adaptándose a mi forma.
Hidan se quedo estático por unos segundos, después se arrodillo.
-perdone Jashin-sama -su voz sonó arrepentida.
Me puede ser de utilidad. Pero no mentiré.
-no soy Jashin. Solo soy una heredera del poder. -hable.
Explique lo que soy, me tomo un poco de tiempo, pero al final él comprendió lo que soy.
Ahora tengo un aliado en la organización mas peligrosa de todas.
-volveré el 23 de diciembre del próximo año -empece a comunicar mi orden. -espero y puedas unir a toda la organización para ese entonces.
-lo are Sakura-sama -su voz llena de respeto me hizo avergonzar. No me habían tratado con tanto respeto en mucho tiempo, demasiado a mi parecer.
Nos despedimos y cada quien fue por su lado.
Yo seguí mi camino hacia mi verdadero hogar y él fue a cumplir mi segunda orden.
Encontrar la forma de romper la maldición de sagitario.
Que solo los Harunos que llegamos al puesto poseemos.
Es la maldición de todo Haruno que llegamos a ser un sagitario.
Esta es nuestra cruel maldición, dada por nuestro ancestro.
CONTINUARA...
espero que les haya gustado el capítulo mis queridos acosadores
En el próximo capitulo se sabrá cual es la maldición
¿o tal vez no?
Para saberlo ¡vean el
Próximo capítulo!
Se despide
Nozomi_nanami
Su no tan
Amada escritora.
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