Capítulo XXXV
Anong de cabellos largos que llegaba hasta los muslos de lacio pelo, brillaba como las estrella del anochecer, ojos platina dos, miraba desde el cielo, su vestimenta coincidía un vestido estilo oriental color turquesa.
-los pasos se escuchaban tan cerca, que es minutos abren la puerta. -Lian, porque no bajas. -Dijo la bella dama de cabellos oscuros que peina a un chongo.
-Para que...
-Como para que niña, necesitas socializar aparte hay un chico d etu edad tal vez tu...
- ¡Ya dije que no madre... ! -Dijo con firmeza sin cambiar de opinion
-Como quieras, pero luego no vengas llorando que no te incluimos en las reuniones. -Cerrando la puerta d eun portazo, esta suspiro.
-Ya se fue... -Dice bajando la voz, lo que sale de bajo de la cama un muchacho de cabellos verdes ojos azules, casi arrastras con sus ropas oriental camisa marrón con la insignia bordada del "Clan Taomi" de lado izquierdo.
-Pensé que me descubriría. -Dijo en un tono de alivio.
-Pero no será por mucho tiempo. -Bajando la mirada, pero este toma su mentón para toparse con sus ojos patinado que tenían ese brillo tan especial, única .
- Anong.
-Que Qiang.-Sus labios carnosos lo instaba en besarla pero por respeto no lo hacia, pero el deseo era demasiado que no pudo esperar más.
-Yo siempre te e.... -El sonido del alarma del despertador sonaba como loco haciéndole volver al mundo real, lo que el chico con fastidio aventó por la ventana el molesto artefacto provocando que se cayera al jardinero en la cabeza.
-¡Qiang, ya estas despierto! -Dice la mujer desde del otro lado de la puerta.
-¡Si mamá ! -Dijo molesto, sentado en el borde de la cama, mientras se estiraba el rostro con su mano de la frustración.
-Baja... -Imitando a su madre mientras hablaba. -ahora que tu padre y abuelo quiere hablar contigo.
-Voy enseguida. -Dicho eso se fue retirando de ahí, lo que se dejó caer hacia atrás, quedando recostado y la mirada fija en el techo. -Lian... -Pronunciaba el nombre de la chica que le gustaba, pero había un problema. -Porque cuando estoy cerca tuyo me tengo que comportar como un imbecil. -Se regañaba a si mismo, por tener ese modo frio con las personas pero todo mago era así, bueno en excepción de algunos.
Unos minutos más tarde en la sala estaba sentado en el sofá mientras la sirvienta servía el té a los dos hombres y al chico que no le gustaba en nada pero por educación tenía que tomárselo.
-Qiang. -Lo llama el hombre de cabellos verdes y ojos ambar.
-Dígame padre. -Sorbiendo el té, poco a poco.
-Sabes porque te hemos llamado.
-Sobre la discusión en el Concilio.
-No...
-Querido nieto, te tenemos una gran noticia. -Dice su abuelo con una sonrisa.
-Por cómo se oye debe ser algo bueno. -No lo tomaba como fuera d elo común.
-Al fin encontramos a la chica que se convertirá en tu futura esposa. - Escupiendo el te de lado, para su suerte el hermano mayor de Qiang pasó en el momento preciso.
-¡Que te pasa maldito mocoso! -Dijo molesto el mayor tomándolo del cuello de la camisa, alzandolo.
-¡Suficiente Inari! -Le dice a su primogénitor.
-Pero papa ya viste lo que me hizo. -Dijo con molestia.
- Suficiente, estamos para celebrar el compromiso de Fo. -Refiriéndose a Qiang, que estaba atónito, sus sueño se habían destruido por completo.
-Wo! Nuestro pequeño se hará grande. Dijo en modo de burla, lo que casi estaba apunto de darle un golpe, pero se aguanto las ganas para no darle el gusto. -¿Se puede saber quien es la desafortunada? -Preguntó por curiosidad.
-Una sonrisa se dibujo en los labios de los dos hombres. - Anong-Dijeron al unísono, que dejaron impactado a ambos jóvenes, que lo soltó por la sorpresa a Qiang.
-¡La preciosa Anong! -Sin poderse creerselo.
-Me costó trabajo convencer a ese viejo decrépito de Takama, pero al final aceptó. - Dijo el anciano tomando su taza de té. -No estas feliz mi querido niño.
Qiang, casi iba a poner esa sonrisa de maníaco cuando estaba contento que daba miedo, pero se aguanto las ganas, esto debía el mejor día, se sentía ganas de saltar por la cabeza pero sabía que su madre, estaría dando gritos de lunatica, lo que se evito hacerlo, con su faceta sería, asintió, pero algo curioso de quien le hablaba de las cuatro nietas.
-Pero se supone que Anong, a rechazado cada compromiso como sabemos que no lo dejará plantado en el altar. -Se había olvidado ese gran detalle, la conocía como la mujer de gran belleza pero un carácter de mil demonios que nadie era merecedor de ella, lo que su abuelo dejaba que hiciera lo quisiera siendo la nieta de Takama.
-Tranquilo Qiang, eso no sucederá. -Le dio ánimos a su nieto. -Ten más confianza en ti que acabará enamorandola.
-No los decepcionare. -Dijo con firmeza.
-Porque a mi no me concedieron a la bella Anong. - Dijo molesto el mayor.
-Hay niño, te acabaría en segundos no estas a su nivel, aparte te dejará plantado antes de que llegue al altar, para que te damos esa vergüenza .-Dice el mayor a su nieto.
-Dando golpes en el suelo furiosos. -Porque nunca puedes ser bueno conmigo, siempre Qiang, ni siquiera es atractivo, ni tiene el fisico, será la burla del Clan.
-¡Ya fue suficiente Inari! -Le dice su padre. - Porque siempre tienes que estar compitiendo con tu hermano menor, cuando será el día que se lleven bien.
- A mi me gusta Anong.
- Te gustan todas, tu no puedes ver más allá, que no sea un cuerpo bonito.—Dijo el chico.
-Una mujer hermosa de figura espectacular eso impacta y da más méritos ante los magos mas poderosos. -A tales palabras había ido a los oídos de una mujer super molesta que taconeaba con sus zapatilla el suelo y sus manos en su cintura, mirada fría y aterradora que daba miedo a cualquiera lo que al escuchar esos resonidos sabía de quien se trataba, Inari casi agachas volteo con miedo, topandose con el rostro de su madre su cara redondita que aunque estuviera gordita cautivaba los dos hombres tenían ganas de estallar de risas pero se aguantaron los dos adultos y el chico. —No es cierto mami. -Sonrió nervioso.
- Tu quieres morir en manos de tu madre verdad Inari. —Cruzando los brazos con un sombrío que casi helaba al mayor. —Me alegro que uno de mis hijos vea más que una carita bonita. —Dijo orgullosa del menor.
-¿Oye padre una pregunta? —Dijo el hombre pensativo.
-Dime...
-Quien de las nietas de Takama te concedió su mano a la que se refiere Inari? —Preguntó aquel hombre.
-Oye si abuelo quien se refiere. —Una sonrisa se dibujo en sus labios del viejo Taomi.
-Solo falta que te hayan comprometido con ting ting...
-¡ más respeto niño... ! —Le jala de las orejas al mayor. - No te permito ese modo de expresión así Ting Hen.
-Hay mamá si en la reunión casi se acabó los postres.
-Tu quieres que te haga añicos verdad. -Mientras discutía la madre con su promegitor.
-Qiang,¿ te molestaría si fuera Ting? ... tratarías por lo menos ser feliz. -Estaba bromeando le haría muy feliz que Ting fuera su mujer, aunque no fuera tan popular entre los hombres, para el ella era la más hermosa del universo aunque demostrará lo contrario, pero no podía evitarlo lo educaron a ser frío, de carácter fuerte y duro de corazón.
-Qiang. —Lo llamo su abuelo.
-Perdon abuelo. —Se disculpa poniéndose de pie y haciendo una reverencia . —Sería un gran honor que Ting fuera mi mujer.
-Así quería escucharte. —Le dio unos golpes en la espaldas que casi provocó que estuviera apunto de caerse. —Se nota que eres mi nieto. —Se carcajea.
Dede la mansión Anong se miraba desde el espejo una joven que se probaba cada vestido y parecía la tortura d su vida, hasta tropezones daba hasta al suelo, viendo que ningún le entraba, furiosa, sollozo, quedándose con la mismo vestido que siempre le quedaba.
-Pequeña lista para tu compromiso. —Dijo el anciano Takama que se asomaba por la puerta y su nieta tenía esa mirada triste de nuevo.
-Nada me queda. -Dijo moviendo sus brazos junto eso sus mangas largas de su camisa de color crema y turquesa.
- Pues vayamos de compras.
-Nada me va a quedar y lo que hay es para chicas delgadas aparte.. . -Dando un gran suspiro. —Lian, dice que me veo como una vaca y que solo haré el ridículo. —Dijo bajando la mirada, el anciano entró, acercándose a su nieta.
-No le hagas caso, esta celosa. —Dice poniendo sus manos en el hombre de la chica de catorce años.
-Abuelito.
-Dime.
-Crees que le guste a Qiang.
-Si no le gusta lo obligaremos a que le gustes. —Dijo con firmeza.
-No quiero que lo espantes, como lo haces con los demas - Dijo recordándole.
-Es mi deber de proteger a mis nietas de cualquier idiota.
-Por favor prometeme que te comportarás si... -Le dice tomando su mano y mirándolo con esos brillosos.
-De acuerdo, me portare bien. -Le responde. -Pero lo haré porque tu me lo pides.
-Te quiero abuelito. —Lo abraza por el cuello emocionada, aunque el viejo Takama tuvieron un carácter fuerte y se viera sin corazón era un buen hombre con sus nietas, tal vez no con sus hijas algo que quiso cambiar su actitud a las siguientes generaciones.
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