Capitulo XXVIII

Los ojos verdes se topaban el uno al otro reflejándose esos color marrones,  mirándose fijamente, al sentir de su piel rozar de su mano, la mejilla de la chica.

-Shaoran.—Susurro con suavidad y dulzura.

- Saku...—Sus labios se movían antes de terminar su frase fue interrumpido por el resonar del alarma que con su mano entre buscaba en el mueble su celular, para ya tenerlo en sus manos y apagarlo.


- No puedo tener este tipo de sueños.—Se regañaba a si mismo.-Dándose la vuelta hasta caer al suelo.

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- Espero que les guste.—Mientras servía el desayuno Kamin poniendo los platos con comida a la mesa.

- Se ve delicioso.—Dijo la chica —Kamin-sensei, no sabía que era un excelente cocinero.

-Son una de mis mejores cualidades y también tengo otros tipos o no Meiling.—Con un guiño a lo que le avienta un trapo a la cara.

- Tan temprano harás que me dé náuseas.—Dijo Shaoran con una cara de pocos amigos.

- ¿Y a ti quien te atropello anoche?—Le dice Kamin.

- No pude dormir bien.—Se sienta a la silla.

- Te quedastes pensativo en nuestra conversación.—Mientras ignoraban la conversación y comía una, la otra daba un trago a su vaso de jugo.

- De eso, me sigo negando, pero esto ya es otra cosa.

- Oh!—Dijo con sorpresa .—Un sueño húmedo.

Se ahoga Meiling y la chica escupe el jugo de naranja que estaba tomando el sorbo que fue directo al rostro de Kamin. Shaoran se puso colorado como tomate que quería que se lo tragara la tierra dejándose caer en su propio asiento como podía decirlo a la ligera.

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En otro lugar donde la familia Kinomoto, veía los departamentos que les mostraba una mujer.

- Este es un lugar muy amplio para usted y sus hijos .—Die mostrándole las habitaciones.

A lo que Sakura miraba por el ventanal que se podía la cuidad y quedaba maravillada a lo que deslizaba la puerta para mirar por el balcón.

- No te vayas a romperlo monstruo.

-¡No lo haré hermano!—Dice enojada que le empieza atacar con golpecitos de sus manos que lo detenía apartandola con su mano que tenía puesta en su frente.

Mientras peleaban los hermanos el señor Fujitaka, escuchaba lo que le decía.

-¿Y bien que le parece el lugar?

- Es muy difícil de elegir y veo que los precios son acesibles a mi presupuesto.

- Así es señor Fujitaka, espero que la decisión que tome usted y sus hijos sea la mejor.

Ya abajo del edificio.

- Muchas gracias por la ayuda.—Haciendo una reverencia

- Espero que mis servicios ayan Sido de su agrado, espero su llamada, me despido.—Se retira.

- Gracias.—Dijo Touya

- Este lugar es muy lindo. — Dice Sakura muy animada.

-A qui el problema es la distancia monstruo. —Comenta Touya cruzando los brazos.

- Es verdad. —En un suspiro mirando hacia el cielo.

- No importa la distancia que sea mientras estemos con las personas que queremos nada es imposible. —Habla el Sr. Kinomoto con una sonrisa a lo que los dos hacen lo mismo, como un padre conoce tan bien a sus hijos casi leyendo sus mentes, a lo que era difícil dejar aún su hogar donde vivieron felices y crecieron.

-Es cierto. —Respondió Sakura, aunque no lo admitiera extrañaría su vecindario fueron años maravillosos y aventuras que junto a su amigos y también, recordando a Shaoran cuando era niños.

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Dejando aún lado los libros, estaba tan desanimado que ganas de estudiar se le iban hasta que tocaron a la puerta del muchacho que se encontraba sentado en su escritorio.

-¡¿Quien?! —Dijo de mala gana.

- Soy yo zhakin. —Contestó su hermana mayor en un tono suave y dulce.

Agotado de tantos sermones de sus hermanos mayores, intentando convencerlo que se retractara y pidiera disculpas a lo que nunca cedería.

-Pasa... - Respondió, lo que la puerta abren con mucha delicadeza al modo que nadie se diera cuenta de la familia, entrando y luego cerró, dando un suspiro.

-Hermanito.

-No pediré disculpas a ese viejo decrépito.

- No pensaba pedirte eso. —Le dijo, lo que le sorprendio.

- ¿Entonces? - Le pregunta impactado.

-Hable con nuestra madre sobre tu comportamiento a lo que aceptó.

-Aceptó... ¿qué ?

- Te fueras a Japón, mientras se calme esto.

- Me corren como perro a su suerte.

- No seas tontito. —Lo regaña. —Te iras con Kamin y también estarás junto a Meiling. —Sus ojos e abrieron a par, lo que una sonrisa se dibujo en sus rostro, era la mejor noticia que le habían dado, lo que se dirigió a toda prisa y abrazar a su hermana.

- Gracias Amishi...

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- Espero que no te de nada de lata tu hermano. —Desde otro lado del mundo hablaba la Sra. Kio.

- No se preocupe madre, estará bien vigilado, eso me encargo yo.

- Eso no tengo dudas. - Le dice en un tono serio. —Kamin...

-Dígame madre.

- Perdoname.

-¿De qué debería disculparla madre... ? —Sorprendido en modo de actuar de la mujer.

- Tambien soy testigo de haber permitido esta injusticia de comprometerte.

- Ustede solo es una víctima de las tradiciones que hay en los Clanes, lo que yo también participe desgraciadamente, aceptando casarme con Kawaki.. —Respondiéndole con tanta sinceridad. —Solo le pido un gran favor que debe prometerme.

- Lo que tu me pidas Kamin.

- Se que no aceptará esto, pero es por el bien de todos. —Dijo como si fuera una gracia.

- Me estas asustando hijo.

- Zhakin ama a Meiling y mi objetivo es que se casen.

-¡Pero te volviste loco! —Le dice exaltada. —Sabes lo que causará esto a la familia, teniendo esa niña cerca de...

- Me dijo que no se negaría, y en verdad se siente muy mal a tal injusticia, cumpla mi petición. - Casi ordenandolo, lo que no tenía opción pero enfrentarse a su esposo y el Clan LI, luego su nuera esperando un hijo se pondría peor la cosa.

- Está bien.

- Sabía que podía contar con usted.

- Espero que este haciendo lo correcto.

-Así es, no se arrepentirá madre.

[...]

Nunca había sido muy buena en las matemáticas, lo que aún le costaba mucho y cada vez se volvían más difíciles de resolver, estando acostada en el futon dejo aún lado el libro, miro hacia el techo un segundo.

En la cocina se encontraba Yuki y Touya conversando, tomando una taza de café.

- Entonce mañana se irán, eso es una buena noticia.

- Claro que lo es amigo, gracias por darnos la mano.

- No hay nada que agradecer Touya, fue un placer para mi hacerlo. - le sonri. - Aunque eso no es lo que te incomoda verdad.

- La llegada de ese mocoso es lo que me inquieta.

-Pero no podrás evitarlo, si Sakura quiere.

- Eso lo que me da coraje, todavía que ese la lastimo, se atreve a volver.

-En el corazón no se puede mandar al igual que sientes por la sobrina de Kaho. - Cambiándole el tema de repente.

-Esa niña es otro problema más que me trae vueltas en la cabeza.

- Es la misma edad que Sakura...

- ¡Eso lo se! —Respondió. —Pero aunque quiera apartarme, me es difícil no estar a su lado.


Acababa de empezar su carrera como médico y el estrés lo tenía agobiado se le juntaron todo los problemas en un solo golpe y no sabía cómo resolverlo.

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