Máscara de Dolor

- Entonces no has podido lograr que Tatiana se vaya del santuario -murmuro Anubis cabizbajo

- No, y si te soy sincera creo que tendré que usar el plan B -dijo decidida

- Pero mi Ónix, eso es suicidio -los ojos del moreno mostraban una inmensa tristeza.

Antes de que Liana pudiera decir algo Kei entro apresurado consumido por los nervios y el miedo.

- S-señorita Liana...l-los caballeros entraron...entraron a la cámara del pilar -atino a decir jadeante

- ¡¿Que?! -exclamo saliendo a toda prisa del lugar.

Ese era el único sitio que no debían entrar...no podían, ese pilar era...

- ¡¿Que creen que están haciendo?! -grito nada más puso un pie en el campo

El silencio reino, cada segundo que pasaba la expresión de Liana se tornaba mas y mas molesta, prácticamente la habían obligado a traerlos a su santuario, dudaron de ella en un principio y ahora habían entrado a su lugar mas sagrado.

- ¿Que significa esto Liana? -dijo finalmente Shiryu casi poniéndose en guardia debido a la ira que crecía con cada segundo en el cosmos de la pelinegra.

- No tengo por que explicar nada, ustedes no tenían por que entrar a este lugar -respondio respirando hondo tratando de calmarse.

- Tu dijiste que podíamos explorar el... -comenzo a explicar Koga siendo callado en el instante por la mirada asesina de la pelinegra

- Este es mi santuario -declaro severa

- ¿Por que esta el pilar en tu santuario? -volvio a preguntar el caballero de Libra dando un paso hacia ella.

Kiki sostuvo el brazo de Edén cuando noto el intento de su parte por intervenir, negó levemente volviendo la mirada a la escena. Shun ya estaba preparado para detener a cualquiera que comenzara a atacar, por algún motivo no quería que Liana resultara herida bajo ninguna circunstancia.

Una vaga imagen cruzo su mente, el orfanato, Seiya y los demás, un momento normal de años atrás, sin embargo la presencia de Liana en el lugar no lo era, la pelinegra conversaba con los niños animosamente riendo a carcajadas. De pronto todo cambio a una trágica escena donde Seiya sostenía el cuerpo de Liana cubierto de sangre.

Parpadeo tratando de asimilar el dolor que crecía en su pecho, fijo su vista hacia el frente donde Liana y Shiryu discutían a tal punto de que la tensión entre ambos se podía cortar con una navaja, los gritos e insultos volaban, era inusual por parte del sucesor de Dokho comportarse de esa manera pero si no lo veía con sus propios ojos jamás lo creería.

- ¡Entonces tu fuiste la que los encerró en ese lugar! -grito finalmente Shiryu acabando finalmente con la paciencia de la semidiosa.

- ¡¿Como te atreves?! -exclamo creando una ráfaga de aire por el cambio de su cosmos.

Todos retrocedieron ante la agresividad y fuerza del cosmos, el muro de cristal se alzo en un intento de protección.

- Yo jamas hice algo para dañarlos...he pasado los últimos quince años tratando de liberarlos de esa maldita roca... -murmuro tan bajo que apenas se escucho.

El caballero de libra, al ver las intenciones de la joven por atacar, retrocedió adoptando una posición ofensiva.

- ¡Dragon naciente! -ataco antes de que cualquier cosa pasara

- ¡Dragon naciente! -contraatacon Liana, sorprendiendo a su rival.

Los golpes chocaron entre ellos siendo el de la semidiosa mas poderoso que el de Shiryu, mandándolo a volar varios metros; estrellándolo contra el muro. La defensa de Kiki apenas y había soportado el impacto de los ataques, dejaron a todos consternados, Liana había ejecutado el mismo ataque y con mucha mas fuerza que el caballero legendario de Libra.

¿Como era posible?

- ¡Liana ya para! -grito desde la entrada Anubis.

El dios egipcio había notado el cambio drástico del cosmos de su amiga, por lo que la angustia los carcomía, no obstante la chica no pareció escucharlo y seguía avanzando hacia Shiryu, el cual aun no se recuperaba del golpe, cuando el muro de cristal desapareció Ryuho y los demás caballeros de bronce intentaron llegar hasta ellos, pero fueron detenidos por Kai y sus hermanos.

Cuatro contra tres, una pelea nada justa.

Justo en el instante en que Liana llego a Shiryu...un inmenso cosmos lleno el lugar, pero...a diferencia del de la semidiosa, este estaba cargado de una inmensa tristeza que logró detener el golpe que Liana se preparaba para dar.

Todo rastro de ira se esfumó de su interior al ver como el estanque que rodeaba el pilar se tenía de rojo por las lágrimas de sus maestros.

Los caballeros dorados lloraban por ella...

- No...ustedes no, no tienen por qué llorar por mi -dijo en un sollozo llendo hacia ellos.

Las lágrimas rápidamente cayeron por sus mejillas mirando fijamente aquel enorme pilar. Kiki y Edén se miraron entre ellos con la intención de ir con ella y calmarla, pero todo intento se vio interrumpido por Shun.

Anubis sonrió al ver como el peliverde se acercaba a Liana con una expresión triste y llena de compasión.

- Oye... -le llamo tocando su hombro y haciendola girar- tranquila...

Aquella amabilidad rompió sus muros.

- Todo está bien...

Aquella sonrisa le trajo paz.

- No tienes por qué ocultar tu dolor detrás de una falsa seguridad Liana.

Aquellas palabras, rompieron con su fuerza.

El llanto salió de su garganta de forma inmediata, después de tanto tiempo podía llorar, finalmente alguien había sido capaz de romper todas sus barreras.

¿Y quién mejor que Shun para eso?

Los demás observaban con asombro, tristeza y confusión lo que pasaba, si bien sabían la semidiosa era fuerte por lo que verla llorar era una imagen única pero el sentimiento que cargaba aquel llanto era desgarrador y no entendían que era el causante de dicho dolor.

- Tranquila... -murmuro el caballero de Andrómeda acariciando los largos cabellos de Liana mientras la abrazaba con firmeza.

Levantó la mirada hacia el pilar, notando como el triste cosmos que rodeaba el lugar era sustituido lentamente por la paz que se había sentido en un principio.

- Ya no tienes por qué cargar con todo este dolor tú sola Liana...

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