Enio

Las lágrimas bajaron gruesas por sus mejillas...su cosmos había desaparecido...

La pelinegra la miraba sin saber que decir, no era la indicada para darle consuelo

— Ya es personal Ares...—susurro furiosa apretando sus manos en puños al punto de hacerlos sangrar

— ¿Eh?

Se teletransporto rápidamente dejando a la pelinegra confundida

— ¡¿Que haces aya arriba Lia?!— la llamo Dhoko desde abajo

— ¡L-lo siento Dhoko!

(...)

— Enio...—repitió en un susurro Aioros

Había escuchado ese nombre antes, y no solo de la mitología, era otra cosa, algo...que le daba una mala sensación.

— Si me conoces Sagitario... Liana debió mencionarme en algún momento —dijo con una soberbia sonrisa

Entonces lo recordó, una de las noches cuando se deprimía y le contaba de todo, desde lo mas pequeño, hasta lo mas horrible que había cometido, se lo dijo...

Flashback

— ¿Que tu que...? —pregunto incrédulo ante la confesión de Liana

Eso mismo...los enamoraba...y luego los mataba, la ultima vez, no lo mate yo...pero lo lleve con Enio...

— La diosa de la guerra sangrienta, la compañera de Ares —dijo completando la oración

— Si...lo lleve a su muerte...y así como tu, el sabia quien era... —dijo bajando la cabeza

— ¿Y que quieres conseguir con eso? —ante su pregunta, su cuerpo se tenso por completo por lo que supuso que tramaba algo — ¿Lia?

No respondió

— Oye...—levanto su rostro con delicadeza— ya te dije que no me importa tu pasado ni lo que hayas hecho, yo te amo

Se acerco a su rostro con la intención de besar sus labios pero se desvío dejando un casto beso en su cuello

Entiendelo

Fin del flashback

La miro con seriedad mientras ella seguía sonriendo

— Oh vamos, quita esa cara...nos vamos a divertir, y luego...le demostraré a la zorra de Lia...— no termino la oración ya que el Plasma Relámpago estuvo a centímetros de tocarla

— No vuelvas a llamar a Liana de esa manera...—dijo a punto de perder la paciencia

Si, el sabia que Liana no era una santa, pero la que ella conocía...la Liana que el conocía era una gran persona, amable y cariñosa

Un látigo se enrolló en su brazo y rápidamente fue jalado hacia ella, aprovecharía la oportunidad

Cometiste un error...Eniopensó con optimismo

— ¡Aioria! —exclamo Aioros alarmado

No logro reaccionar al grito de su hermano cuando noto una sombra sobre el...Enio estaba ahí con una cínica sonrisa

Su pies apenas tocaron su espalda cuando el ya estaba en un cráter en el suelo

— Se paciente gatito...—dijo bajando de su espalda— Pronto sera tu turno...primero, jugaré con tu hermano

Sonrió de forma perversa, paso su mano por su espalda sacando de la nada una gigantesca hoz...

Desapareció en un instante y al otro estaba detrás de Aioros, el cual sin esfuerzo detuvo el golpe que se dirigía a su cuello

— ¿Como? —dijo sorprendida

— Tendras que hacer algo mejor si quieres lastimarme

Se alejo de un salto mirándolo con molestia ¿como lo mataría? La respuesta a esa pregunta se dio al ver como una ranura de abría el su armadura

— Tu velocidad y movimientos son casi iguales a los de Liana —dijo con decepción

Mas la mirada de Enio se volvía cada vez mas siniestra, desapareció una vez mas atacando con los mismos patrones que Liana.

Aioros de dispuso a terminar con esa absurda pelea, cuando sintió un punzante dolor en el costado

— La única diferencia...es que ella no ataca con la intención de matar —sonrió hundiendo mas la navaja.

(...)

Un horrible dolor recorrió todo su cuerpo haciendo que por instinto se encorvara sujetando con fuerza su costado

— ¿Que ocurre Liana? —dijo en tono preocupado ayudándola a reponerse

— Tenemos que darnos prisa Ian...—respondió con la respiración entrecortada

(...)

La sangre escapaba de sus heridas, estaba agotado y su cuerpo ya no respondía

Látigos se ataron en sus brazos levantándolo centímetros del suelo.

— Te lo dije...—levanto su rostro con rudeza— yo no soy como Liana...pero descuida —se separo y coloco la hoz en dirección a su cuello — pronto estarán juntos

Tomo impulso y se dispuso a terminar...

El golpe llego sin previo aviso, la sangre brotaba sin detenerse por la profunda herida que el arma había ocasionado.

Abrió los ojos confundido, sus ataduras desaparecieron dejando que cayera al suelo, mas el golpe no llego, su cuerpo fue sostenido por unos delicados brazos que lo sujetaban con cariño...

— No te lo voy a perdonar Enio...—bramó con rabia provocando que el verde de sus ojos se tornaran oscuros y frios

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