-Angelo, Shura, este es el día donde nos separamos?- gimoteo entre sollozos un niño peliazul mientras miraba a sus dos mejores amigos.

-¿Quien dijo que nos separábamos, Dita?- Río el chico de cabello peliazul oscuro protegido por Cancer.

-¡Angelo tiene razón, solo iremos a entrenar a otros lugares pero no significa que no nos veremos de nuevo!

-Chicos- Afrodita les volvió a ver-¿daremos nuestro mejor esfuerzo para ser amigos por siempre?

-¡Por siempre!- dijeron los otros dos al unísono.

Miraba a todos con desagrado. No llevaba ni medio minuto de nuevo en el Santuario y ya estaba siendo bombardeado por Saga.

-Mantuviste la distancia? Te comportaste dignamente? Lograste ganar?-

-"¿Como crees? Solo regrese con CANCER!- se mordió la lengua para evitar gritar aquellas palabras.

Cuando por fin le permitió seguir su camino no pudo evitar soltar un suspiro de cansancio, estaban tan lejos...

-Angelo?- habló una suave voz mientras que el sonido del metal al chocar contra la piedra resonaba en su templo.
Miro tan rápido que no pudo identificar quien había dicho eso aunque si lo vió fúrico, ese era un nombre que solo ellos...

-¡¡Eres tu!!- el chico se le tiró en cima mientras lo abrazaba

-¡Afrodita!...

Caminaba solo.
Sus paso resonaban y su cuerpo estaba exhausto. ¿Planeaba en serio bajar lo que quedaba y subir de nuevo a su hogar?
Valdría la pena, los vería de nuevo. Esa frase era la única razón por la que seguía descendiendo aquellos interminables escalones.
Cancer. Afino su oído logrando escuchar leves risas, infantiles, como si dos niños se encontraran ahí adentro.

-Angelo, y Shura?- preguntó confundido una voz que creía reconocer.

-No lo se- aquella voz con tono despreocupado le hizo sonreír, reconocería a ese tipo aunque se volviera mujer.

-Ya estoy aquí- habló para dar a conocer su presencia en el templo del cangrejo.

Después de tanto tiempo los tres finalmente estaban juntos y aquello le emocionaba.
El sabía que Shura y Angelo sentían la misma inmensa alegría al ver que aquella pequeña promesa no se había roto a pesar de los años, estaban juntos de nuevo.

-Han cambiado chicos- comentó en tono de burla mientras miraba a los dos.
Era cierto, sus ojos brillaban con un destello de madurez y para que mentir, estaban más maduros.

-Tu eres el único que no ha cambiado eres el mismo enano de siempre!!- se burló a carcajada abierta Angelo.

-Ay tu cállate que solo eres más alto por 2 cm!!- se quejó aunque mantenía aquella sonrisa.

Definitivamente hoy era un buen día.