Un extraño encuentro
Advertencias: ⚠️ Au sin caballeros
⚠️ Au con Demonios
⚠️Mencion de genocidio
⚠️ Milo x aioria
⚠️16+ tanto por contenido sexual como por sangre.
⚠️Esto será un three shot porque si no seria demasiado largo x'd
Aviso: Si notan una enorme falta de tildes es porque la primera parte la hice en la compu y mi teclado no viene con ellas :c
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Cuanto habia pasado desde que los demonios habian tomado la tierra? Desde que el paisaje, otrora lleno de vida y multitud, se habia tornado en un campo de sangre, escombros, cadaveres y esas horribles bestias? Cuanto habia pasado desde que ni los angeles pudieron detener el "fin del mundo de los hombres" y parecia que incluso Dios los habia abandonado? Uno, dos, siete años quizas? Milo ya no lo sabia, habia perdido la cuenta.
En su defensa, es facil perderle el ritmo al curso del tiempo cuando luchas por tu pobre vida todos y cada uno de los dias que pasan, sobretodo si contra lo que te tienes que defender es contra horribles criaturas deformes salidas literalmente del averno cuya unica intencion es desmembrarte y comer tus organos, ya sabes, esa clase de cosas.
Hablando de eso, el dia habia estado calmado, demasiado calmado para ser algo bueno. En todo este rato, solo se habia topado con espectros menores que nisiquiera le atacaban, perdidos en su propia condena.
Algo en el le decia que estaba tomando el camino equivocado y que debia dar la vuelta, la presencia de tan pocos demonios abominacion no podia ser algo bueno, algo los estaba asustando.
Y si algo era capaz de asustar a esas bestias, era una obvia advertencia del mundo de "da la puta vuelta ahora"
Lamentablemente para el pelimorado, su instinto de dar la vuelta y correr le aviso demasiado tarde, pues antes de que siquiera diera un paso en la direccion contraria escucho un ruido de algo crujiendo detras de si.
Al voltear lo mas rapido que pudo, no se topo con un enorme demonio deforme,ni un espectro infernal del tamaño de un edificio o una version barata pero mil veces mas terrorifica de cerbero.
No..lo que se encontro no era algo horrible o perturbador a la vista.
Pero si para quien valorara su vida, incluso solo un poco.
Parado encima de una pila de huesos ya secos y olvidados se encontraba..un muchacho
O eso se pensaria a primera vista.
Aquel chico tenia el cabello corto, no podia distinguir por la suciedad si era rubio o castaño claro, pero se inclinaba mas por la primera opcion. Tenia un cuerpo algo musculoso, pero aun delgado. Debido a la sombra que cubria su rostro apenas y podia ver sus ojos, pero un lindo destello de celeste se podia apreciar si prestabas atencion. Hasta ahi, todo bien, en si era un muchacho bastante atractivo.
Si no contabas las alas de murcielago y cola de dragon con picos negras con dorado que sobresalian de su espalda y cadera respectivamente, o las afiladas pupilas que se podian apreciar en ese brillo celeste de sus ojos. O las escamas en sus manos, o la forma en que, por estar gruñendo, se podian ver sus nada normales caninos.
Quien estaba frente a el no era un demonio abominable, un espectro o una alma errante, era un jodido hijo del diablo, los unicos demonios que conservaban una apariencia cercana a la de los angeles o humanos.
Si hace un rato Milo sospechaba que Dios le habia abandonado, ahora lo afirmaba sin duda alguna.
Saco rápidamente un cuchillo y el arma de fuego con las que siempre luchaba. No es como si esas armas insignificantes pudieran hacerle un daño real al demonio que tenía enfrente, pero no iba a morir sin luchar.
Se quedó quieto, esperando que aquel ente hiciera algún movimiento. Por un minuto solo se dedicó a gruñir y observarle, como si lo estudiara.
Otra cosa que le daba pavor de los hijos del diablo, es que pese a que en su mayoría los dominaba el instinto animal como a los demás demonios, estos eran jodidamente inteligentes.
Al parecer aquella cosa no lo detectó como una amenaza, ya que en pocos segundos se había avanzado hacia él.
Solo tuvo un parpadeo de tiempo para reaccionar y hacerse a un lado antes de que la garra del demonio le perforara el pecho, esquivandolo de milagro.
Los siguientes cinco minutos fueron una lluvia de balas y esquivadas por parte del pelimorado, quien como debía suponer, no pudo hacerle ningún daño significativo al ente.
Cuando se quedó sin balas y el demonio ya había mostrado ser más veloz que su brazo, el griego se dio por muerto.
Lo siguiente que sintió cuando su arma ya no podía disparar, fue la embestida del demonio, a quien poco le tomó tirarlo al suelo.
Ahora estaban ahí, con el ser infernal encima de su cuerpo, sosteniendo sus muñecas con las propias manos, y mirándole con esa extraña rabia animal que los demonios desprendían.
Estaba tan cerca que podía sentir su aliento.
- Si vas a matarme, hazlo rápido, quieres?
Dijo el humano acompañado de un gruñido, no espero que su vida fuera a terminar tan pronto, pero supuso que era inevitable. Había estado burlando a la muerte por demasiado tiempo en ese infierno.
Cuando vio al demonio acercar la cara a su cuello, supuso que le arrancaría la yugular de un mordisco, por lo que, pese aún estar forcejeando, se resignó silenciosamente.
Sin embargo tal mordisco nunca llegó.
El ente infernal solo...olfateó? Su cuello por unos segundos, lo que tomó desprevenido a Milo.
Seguido a eso, volvió a levantar la cabeza, haciendo contacto visual con el de cabellos morados.... si bien no podía decir que la locura demoniaca se había alejado de su mirada, ciertamente ahora al fin podía ver un poco de cordura en sus ojos celestes.
Lo vio abrir y cerrar la boca, como intentando decir algo, pero sin encontrar en si mismo la capacidad de decirlo.
¿Esos demonios eran capaces de hablar? Milo jamás se había hecho la pregunta hasta ahora.
-Hu..ma...no
Las sílabas salieron entrecortadas de la boca del ser, pero entendibles.
¿Porque había dicho su especie? Era obvio de lejos su raza,¿ porque mencionarla ahora?
Sintió un temblor ajeno ubicado en su estómago, justo donde el demonio estaba apoyado, por lo que supuso que había sido aquel ser el que había temblado
- Hu...Ma...no...
Repitió la palabra, pero a la vez soltó parte de su agarre en las muñecas del adolescente, quien solo podía mirar confundido a aquel ser que podía matarlo de un movimiento, pero en cambio solo murmuraba.
Al ver mejor el rostro del demonio, esa locura característica ya no desprendia rabia, si no..¿sorpresa? ¿Confusión? No podía decirlo, era algo extraño.
- Sí, soy humano, que carajo te pasa ahora?
No escucho respuesta, solo sintió como sus manos eran totalmente liberadas del agarre demoniaco y como aquel ser se levantaba, alejándose de él.
Apenas se recompuso y pudo sentarse, vio como este se encontraba solo a unos metros de él, agarrando su cabeza y hablando en un idioma que no pertenecía a ninguno de los más de 200 países que alguna vez conformaron la tierra.
-Huma...no...da..ñar...no....Yetər-tēnā^ýůæ
Okay. Eso si puedo entenderlo ..a medias.
¿Que diablos estaba pasando aquí? Una parte de el le decía que aprovechara lo vulnerable y desorientado que estaba el demonio y saliera corriendo, pero la parte de su conciencia que aún guardaba la calidez y empatía humana de su niñez, le pedía que se acercara a aquel demonio.
Bueno, al final le hizo caso a la segunda parte.
A paso lento, pues no quería provocar una reacción agresiva del ente, se acercó hasta quedar a menos de un metro de distancia.
Más cerca pudo apreciar como el demonio estaba...¿llorando? Era sangre, pero salía de sus ojos como si fuera agua y en la misma forma que las lágrimas, por lo que supuso que era un llanto.
-eh...ey, estas...bien?
Que diablos le preguntas a un hijo del diablo que esta en ese estado ? Nisiquiera sabía si realmente le entendía, pero valía la intención.
Repentinamente aquel ser dejó de quejarse, inmóvil por unos segundos, para luego mirarle directamente.
Por un momento, cualquier rastro de locura se habia esfumado de los ojos de aquel muchacho, quien solo se dedico a mirarle con una expresion curiosa, para luego asustarse y alejarse unos pasos.
Por un segundo nisiquiera parecía que estuviera frente a la misma criatura que minutos antes estuvo por asesinarlo. Ahora solo se veía como un muchacho.....un muchacho triste, asustado, y desorientado.
- Okay, no se que te pasa, pero cálmate, ya vi que puedes hablar, si pudieras decirme porque me atacaste para luego ponerte así seria genial
Intentaba tener tacto, por Dios lo juraba, pero ser empático con un demonio era un reto para su corazón.
-Huma...no....territorio...en..trar.....
Okay, pudo entender esa respuesta, a medias pero lo hizo, el demonio lo atacó porque entro en su territorio, pero no entendía aun esa reacción de miedo, ¿porque ahora no intentaba matarle?
Lamentablemente para él, no logro sacarle la respuesta, el vocabulario del demonio era demasiado limitado y de paso se negó a dar razones.
No fue hasta que a lo lejos escucharon un rugido, que Milo dejó de intentar dialogar con el demonio.
-Ir...te...ya..
Asintió con pesadez, ese demonio le había parecido demasiado curioso y no había logrado que este le respondiera su pregunta, pero no por eso iba a arriesgar su vida y dejar que lo encontrara una abominación.
- Puedo llamarte de alguna forma?
Pregunto antes de irse.
El demonio solo murmuró una apodo...
Leo
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