El viento frío soplaba por las heladas tierras nórdicas que eran gobernadas por el hielo y nieve, una vida dificultosa para los Assgardianos que a pesar de verse obligados a acostumbrarse al clima de su tierra, no la abandonaban.
  Hacía trece años, la sacerdotisa de Odín llamada Hilda, la cual presumía de una hermosa juventud pese a su adulta edad, tuvo un embarazo en el cual nació la princesa Helena, llamada así por su belleza  y por su padre griego, quien dejó a la mujer de cabellos plateados al enterarse de su embarazo. Hilda comenzó a odiar a los griegos y para recordar su odio a ellos, nombró así a su hija primogénita, aunque...¿Que culpa tenía la criatura verdad?

A pesar de este odio, Hilda llamaba la atención por su belleza,juventud y sobre todo, por su noble corazón y amor a su tierra y habitantes. Cualquiera que la conocía, decía que era una mujer realmente bondadosa y noble, pero todo eso cambio cuando un anillo usurpo y manipuló sus acciones. Un anillo que solo traería desgracias. Poseidón castigó a la sacerdotisa de Odín para que ésta hiciera lo que el pedía, y la manipuló a través del maldito anillo de nibelungo.
Despues de la traición de uno de sus guerreros, la hermana menor de Hilda no solo escapó del Valhalla, también se encargó de aislar a la hija de Hilda, para que nadie le hiciera daño a la inocente princesa, que, Hilda habia encerrado estando bajo el control de la cruel manipulación. Así nadie se interferiria en su camino.
Helena aunque no se parecía a su madre excepto por heredar la belleza, nobleza e inteligencia, era una joven inocente que se perdió por un tiempo en la fría tierra de Assgard, hasta que volvieron por ella, pero no estaba completamente igual a como la habían visto por última vez.

Mientras que en Grecia, luego de combatir a las fuerzas marinas de Poseidón, se adentraron a la Guerra santa la cual caballeros dorados fallecieron entregando su vida, y los cinco caballeros de bronce enfrentaron a los dioses y a Hades obteniendo la victoria. Aunque no todo había salido tan bien, pues Seiya quedó discapacitado hasta la llegada de los dioses del sol y la luna, sin mencionar El juicio de los dioses, y la perdida de memoria de los caballeros atenienses.
El tiempo pasó desde entonces, aproximadamente tres años desde aquellos sucesos, ya nada era igual pero tampoco habían cambiado tantas cosas, tan solo la mayoría, aunque claro, para Athena todo cambió..y mucho. Pero se había conseguido la paz, fue un sacrificio que se tuvo que tomar, o eso creía...

[En Assgard]

-¿Que dices...? Ah, si... ¿Que mate a todos? -esbozo una sonrisa con una tenebrosa mirada que apenas se visualizaba en esa oscura habitación mientras movía su mano como si quisiera jugar mirando el anillo en su dedo- Muy bien, hagámoslo

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