Sentimientos del pasado

NOTA: Este capítulo te va a sorprender :O

***********************************************

Una hora antes...

Aglalia se encontraba haciendo un inventario, la nueva carga de licores para el bar se había retrasado bastante, así que tenia poco tiempo antes de abrir, el problema era que el encargado se negaba a bajar todas esas cajas solo. Sin duda alguna, esa seria una muy larga noche. Logró hacer un trato con el transportista le invitaría los tragos que quisiera si le ayudaba a bajar todas esas cajas, Aglalia intento bajar dos cajas pesadas del camión.

-Demonios como pesa...- La chica tomo aire para sostener las cajas si era capaz de cruzar la puerta y dejarlas sobre la primera mesa a su alcance seria todo un milagro.

-Espera -Aglalia escuchó que alguien hablaba a sus espaldas y aliviaba el peso que existía entre sus manos-. No deberías cargar esto. ¿Por qué no me has pedido que e ayudará? -dijo Aioria poniendo una caja sobre una mesa.

-Eh...no lo vi, ademas seria grosero por mi parte si lo pusiera a trabajar

-No me molestaría ayudar -dijo cortesmente-. ¿Quieres que te ayude en algo más?

-Bueno...-Ella miro el camion tras de si aun quedaban algunas cajas por bajar-. Si no es molestia aun quedan algunas cajas, le compensare por esto Aioria de verdad me salva la vida su ayuda.

Aioria sonrió por lo divertido que sonaba el comentario de Aglalia y la preocupación en su tono de voz.

Si supiera que eso no era nada para él.

-No hay problema, de hecho, podré ayudarte después de esto. No necesitas pagarme, al contrario, es una forma de agradecerte por haberme ayudado.

-Es muy amable -Le dijo con una gran sonrisa, había algo extraño en esa persona de ser cualquier otra no había aceptado la ayuda.

Aglalia rápidamente se puso a acomodar las botellas tras la barra, tal vez no seria una mala noche de trabajo después de todo. Ella no pudo evitar mirar la mesa había un morral en el suelo. Seguramente era de él. Lo vio ir al camión por las demás cajas, así no queria cometer el mismo error de la vez pasada con su movil.

-Aioria...¿Esto es suyo? Puedo ponerlo tras la barra si no le molesta.

Aioria vio el morral que tomó Aglalia y su sonrisa se borró de golpe. Alzó los hombros.

-Donde sea, no tengo problema.

Ella sólo la coloco tras la barra al parecer si era algo parecido con a lo del móvil y prefería no tocar el tema.

-¿Pasara la noche aquí? -La pregunta salió por sí sola. Rápidamente se giró; se sentía avergonzada por haberlo dicho sin pensar.

Aioria la miró largamente pero no parecía muy soprendido por la pregunta.

-Podré buscar otro lugar pero como te habrás dado cuenta, no me quedaré en casa.

-N-no quise ser grosera puede quedarse arriba no es ninguna molestia.

Aioria sonrió levemente y asintió.

-¿En qué mas quieres que te ayude?

-Bueno... Se tienen que acomodar en la parte de atrás los clientes ya están por cemenzar a llegar yo termino de limpiar las mesas.

***

Nápoles, Francia.

Mary Anne estaba llevando unas cajas a una bodega de despensa. La colocó sobre un mueble de dos niveles y recargó un poco el peso sobre el mueble. Respiró hondo. Las cajas no eran pesadas pero sin embargo, se sentía cansada e incluso algo mareada.

-¿Estás bien, hermosa Mary? -preguntó Ellie, una de las monjas del orfanao.

Mary Anne recuperó la compostura.

-S-si...si perdón, sólo se me fue un poco el aliento -Trató de recomponerse dibujando una gran sonrisa. La verdad era diferente pero ya no quería preocupar a nadie -La caja estaba un poco pesada.

Ellie sonrió dulcemente

-No cargues las que estén muy pesadas, podrías lastimarte -Le aconsejó-. ¿Ya has cenado algo?

Mary Anne no se sentía bien de seguir mintiendo ni aunque fueran en mínimas cosas como esas. No tenía de otra si quería evitar hablar del tema de Camus.

-Muchas gracias, aún no, pero lo haré pronto solo me gustaría terminar con esto y después comeré...ya estoy muy avanzada, me falta poco.

-Agradecemos lo que estás haciendo pero estoy al tanto que no has comido muy bien. Recuerda que tu salud es muy importante.

-Lo sé, pero le prometo que no me estoy descuidado. Me acostumbre a comer diferente, eso es todo. Le prometo apenas termine, me verá sentada en el comedor - Mary Anne trataba de convencerla con su sonrisa. Era verdad, no se estaba alimentando bien desde que discutió con Camus.

-Confiaré en ti. Nos vemos más tarde, debo ir a cerciorarme de que los niños estén por irse a dormir

Ellie se fue alejando. Mary Anne dio unos pasos más para ir por otra de las cajas que contenía un poco de harina y avena. Cuando se agachó para levantar la caja, volvió a sentir un mareo pero con mayor intensidad.

-Pero...-Se sostuvo la cabeza con una mano, ya se había sentido mareada antes pero este fue peor se quedo quieta lo suficiente para que se le pasara, pero al intentar tomar la caja lo dudo.- Tal vez... tal vez Ellie tiene razón, debería tomar las menos pesadas.

Antes de que pudiera hacer algo, su móvil comenzó a sonar. Dudosa, leyó la pantalla. El pecho casi se le salía de su cuerpo. Era Camus quien estaba marcándole. Un nudo en la garganta se le formó a una velocidad impresionante. Se quedó mirando la pantalla hasta que dejó de sonar e inmediatamente le llegó un mensaje de texto.

"Manne, por favor, respóndeme. Necesito saber que estás bien"

¿Que estaba bien? ¿Cómo podía pregutarlo?

Una nueva llamada surgió y la ansiedad volvió a consumiarla.

Apagó el móvil y se esforzó en pensar en otra cosa. Lo mejor sería seguir acomodando la bodega. Ni siquiera pudo levantar otra caja cuando la cabeza le dio más vueltas. Quiso sostenerse de algo pero cayó al suelo inconsciente.

***

Esmeralda había recibido la ropa que Paloma y Ross e habían conseguido para disfrazarse le habían dado ropas holgadas y una gorra lo cual le hacia intentar parecer un chico, Jada por su parte había ido a investigar la zona para encontrar un lugar donde se llevaran acabo las peleas, para suerte suya había encontrado un lugar en un lugar no muy concurrido de la zona

-Probaremos suerte en ese lugar, de ti depende Esmeralda que podamos recuperar el dinero y ganar un poco más antes de que llegue la noche.

Esmeralda se acomodaba la gorra con mucha seguridad, cubriendo lo más posible su cara.

-Tú no te preocupes, yo puedo lograrlo. Antes del anocher, seremos ricas.

-Bien, el tipo es aquel gigante. Por lo que he visto, todos apuestan a él. Si es derrotado, todo el dinero se ira a la persona que apostó por el contrario, en este caso yo. Es simple, ¿lista?

-Cuando quieras -Movía los brazos sin poner fuerza en ellos. Analizaba al sujeto para encontrar sus puntos débiles.

No era complicado.

-¿Alguien más quiere retar a nuestro campeón? -El coordinador de las peleas trataba de animas a alguien a subir para pelear con el gigante al parecer todos los retadores disponibles ya habían sido terminados-. ¡Vamos es solo una pelea!

Los sujetos comenzaban a planear estrategias en grupo para ganarle a ese chico delgado y bajito. Varios se apuntaron al enfrentamiento.

- Te toca...-Jada le dio un leve empujón-. Yo apuesto por este chico todo mi dinero - dijo señalando a Esmeralda disfrazada.

Uno de los sujetos se burló y tronó sus dedos.

-Esto será pan comido -decía orgulloso y confiado.

Jada entrego el dinero apostando por Esmeralda.

La pelea iba a comenzar pero apenas el tipo solto el golpe, Esmeralda ya lo tenia contra el suelo noqueado. Jada sonrió discretamente.Le hubiese gustado que la pelea durara un poco más pero, por lo menos ya habia ganado algo de dinero.

Los sujetos estaban impresionados por lo que veían. Había sido tan rápido que no se explicaban ni qué había pasado.

Esmeralda sonreía satisfecha. Sabía que sería sencillo y deseaba más.

-¿Alguien más quiere pelear?

Jada miraba a todos lo demás seguían impresionados por lo ocurrido, dos más se animaron a pelear contra ella. Ikki caminaba por las calles muy sumido en sus pensamientos hasta que escucho varios gritos de animo cerca de uno de los callejones había mucha gente mirando algo apenas se acerco lo suficiente para ver que se trataba de una pelea callejera.

Esmeralda disfrutaba de las peleas y ya veía todo ese dinero para ellas. En poco tiempo, ya tenían para subsistir por al menos un mes, pero quería más. Miró a Jada con socarronería.

-Consigue más tipos, a este paso, seremos ricas -dijo en modo burlón y en susuro.

-Bien veamos...- Ella buscó con la mirada a alguien a quien peleara con Esmeralda su mirada ambar se topo con alguien que miraba la pelea de modo aburrido reconocia a ese sujeto era el caballero que habian atacado en Japón hace ya un tiempo-. Creo que te encontré al sujeto indicado.

Jada discretamente se fue acercando hasta ese hombre.

-Es interesante, ¿verdad? ¿No te gustaria pelear con ese chico? Puedes hacerte rico.

Ikki alzó una ceja y dibujó una sonrisa altiva en su rostro.

-No estoy interesado en peleas aburridas y planeadas -respondió de manera segura.

-¿Ah? ¿Que te hace pensar eso? ese chico es muy fuerte tal vez tienes miedo

Ikki rio con hastío.

-Niña, yo no tengo miedo....y dile a tu amiga que deje de estar fingiendo y estafando a la gente.

Esmeralda que habia escuchado todo eso bajo de la tarima donde habia estado peleando. Se acercó lo suficiente y le habló en voz baja.

-Tal vez si he fingido ser un chico pero di la verdad te da miedo pelear contra una mujer por eso no aceptas la pelea.

Ikki esbozó una sonrisa sarcástica y se limitó a no estallar en carcajadas por las tonterías que escuchaba.

-No tengo miedo de pelear y menos con una mujer. Te lo advierto, no soy considerado con nadie -advirtió.

-Ah si, pues si no te da miedo entonces vamos a pelear o que admitirás por fin que tienes miedo.

-Claro que no -dijo con mucho orgullo y avanzó hacia donde estaban las dos chicas. Los demás sujetos lo observaban con crítica y ya adelantaban los resultados-. Por cierto, sólo tengo esto -mostró dos euros con sus dedos-. Si yo pierdo, te quedas con el dinero y yo me veo obligado a pagar la misma cantidad que has juntado para que tengas el doble...pero si yo gano, yo me quedo con ese dinero y tú te quedarás con esto. ¿Estás de acuerdo o te da miedo?

Ikki sonrió con burla.

-Me parece perfecto ya que nunca pierdo así que te lo advierto desde ya date a la idea de que serás cruelmente humillado por una chica.- Esmeralda estaba apunto de tomar su lugar no sin antes de que Jada le recordara ganar sin sobre pasar los límites no quería que se dieran cuenta de quienes eran en realidad.

-Será una pelea igual solo trata de ganar y no perder el control como sueles hacerlo si nos descubren estamos muertas

Esmeralda hizo un gesto de seguridad y luego se preparó para comenzar a pelear. Chasqueó la lengua porque sabía que esa sería la pelea más interesante que tendría desde que llegaron a Atenas.

Ikki por su parte, se veía divertido pero a la vez desinteresado porque estaba confiado en que ganaría. No fue necesario ponerse en guardia. Puso las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

Esmeralda se coloco en su posición él parecía estarse burlando de ella con esa simple poso por lo cual se lanzo primero al ataque, intento primero golpear sus piernas para hacerlo perder el equilibrio, Ikki simplemente adivino su movimiento dando un pequeño salto hacia atrás dejando que fuera ella quien se desestabilizara, eso sin duda hizo molestar a su contrincante.

-¿Es lo mejor que tienes?- pregunto con burla, Esmeralda gruño por lo bajo antes de lansarse a pelear de verdad, tenia que medir sus fuerzas pero en esos momentos deseaba destrozarle la cara. Nuevamente se lanzo al ataque, sus movimientos eran una combinación de patadas y puños que Ikki lograba esquivar, el fénix admitía que ciertos golpes resultaban difíciles de esquivar, pero también se dio cuenta que esa niña tenía cierta obsesión en querer golpearle las piernas. En un movimiento sorpresivo para ella, Ikki le pescó de la muñeca y de igual forma sorpresiva termino dejándola en el suelo pero no fuera de combate. -Y bien ¿Vas a llorar? -En respuesta, Esmeralda levantó las piernas logrando enroscar las en su cuello como una pinza para derribar a Ikki, eso seria suficiente para que la soltara de su muñeca y ella pudiera tomar distancia.

-Creo que el calentamiento se ha terminado, esta vez vamos enserio.

Ikki se puso de pie sonriendo de medio lado, la verdad es que eso era una tontería y perdida de tiempo para él. Tambien se había lanzado a intentar golpear a la chica de antemano se sabia que Ikki no era diferente con las mujeres, si era su "enemiga" en una pelea callejera la terminaría igual que a un hombre. Esmeralda había terminado nuevamente en el suelo esta vez con la mano de Ikki fuertemente prensada en su garganta, el aire se le agotaba.

Ikki sonreía burlón pero dejó de presionarle la garganta con discreción pues la había visto ponerse colorada por el coraje y la falta de aire pero no quería verse muy obvio. -¿Satisfecha? -La provocaba.

-¡Esmeralda! - grito jada, más que un grito de sorpresa o terror parecía mas bien uno lleno de molestia y no estaba del todo lejos.

Ikki al escuchar ese nombre, quedó paralizado y hasta la fuerza perdió. Esmeralda logró zafarse del agarre y se levantó con dificultad para recuperar el aire. Sin embargo, cuando eso sucedió, la gorra que llevaba puesta cayó al suelo y su cabello quedó a vista de todos. Todos ahí cerca vieron que el supuesto chico que le había ganado a otros contrincantes, era una mujer y muy joven. Estaban sorprendidos.

-¿Esmeralda? -preguntó Ikki consternado.

-Si...-Ella apenas logró responder mientras sobaba su garganta-. ¿Piensas burlarte también?

Ikki tensó el semblante y la ignoró olímpicamente para dirigirse a Jada. Su humor se perdió y ahora lucía mucho más serio.

-Dame el dinero que acordamos -dijo determinante, controlando su tono de voz.

-Lo que fácil viene fácil se va, realmente no pensé que golpearías a una chica y casi el rompes el cuello a la pobre Esmeralda -Jada se había percatado de algo y fue que cuando grito el rostro de ese caballero había cambiado por unos segundos. Jada por otro lado fingió un tono derrotado en su voz-. Aqui tienes.

Ikki tomó el dinero y sonrió con sarcasmo.

-Es el dinero más fácil que he conseguido -dijo sin siquiera atreverse a mirar a ninguna de las dos y se fue de ahí como si nada hubiera pasado.

-Esmeralda -Le llamó fuertemente para que él lo escuchará-. Vamos tenemos que conseguir dinero para curar tus heridas o podrías morir.

Esmeralda movió el brazo de mala gana. Estaba muy molesta por lo sucedido y más aún cuando veía que los presentes se alejaban, no sin antes criticarla por mentir y por haber perdido.

-Esto no es nada -dijo con el orgullo en la garganta.

-Calma calma fuiste buena niña solo quería comprobar algo... Además de que nos vamos con las manos vacías.

Esmeralda puso los ojos en blanco.

-Ya estoy escuchando a Iori molestándome -dijo con hastío-. Pero no tengo ganas de estar en la calle, vayamos a esa casa.

- Está bien vamos a casa.

***

Nápoles, Francia.

Mary Anne estaba sentada en una silla con el mismo semblante pálido de antes. Había recobrado la conciencia desde hace un buen rato y ahora esperaba las indicaciones de Haziel. Lo analizaba y estaba preocupado por ella.

Ellie había regresado a la bodega cuando vio a Mary Anne en el suelo inconsciente y no dudó en llamar por teléfono a Haziel. El chico se había ganado la confianza de todas y se alojaba en un hotel muy cerca de allí. Después de avisarle lo sucedido, Haziel no demoró más de cinco minutos en llegar.

Ahora estaba más tranquilo pero Mary Anne sospechaba que con lo sucedido, él estaría más al pendiente de ella. También lo estarían todos en el orfanato.

-¿Qué tanto anotas? –preguntó Mary Anne.

Haziel alzó la mirada y la vio por encima de sus anteojos.

-Estoy dándote un diagnóstico –sonrió gentilmente.

-No deberías preocuparte demasiado, estoy bien.

-Desmayarte de la nada no es precisamente estar bien –suspiró largamente y apoyó las manos por encima de la mesa-. Me han contado que sigues sin comer bien, ¿es cierto? No vayas a mentirme, por favor.

Mary Anne suspiró con desahogo y cruzó los dedos de sus manos.

-A veces pero es que no tengo hambre.

-No lo tienes porque tus emociones no te lo permiten, sin embargo, eso no significa que no debas comer. Voy a hacerte unos estudios.

-¿Estudios? ¿Para qué?

-Para asegurarme de lo que tienes.

Mary Anne estaba tan débil y desconcentrada que le costaba entender bien lo que Haziel le decía. Sentía que estaba exagerando.

-Creí que lo del desmayo había sido por no comer bien. Si lo hago, esto dejará de ocurrir, ¿no? No entiendo porqué habría de hacerme unos estudios.

Haziel llegaba a comprender la postura a la defensiva de Mary Anne y por varios días había llegado a consentirle varias cosas. Esta vez no lo ameritaba.

-Sí pero yo me sentiría más seguro con un resultado certero para descartar anemia u otra afección. Mañana iremos al hospital más cercano para que puedan hacerte los estudios. No creo que sea nada grave pero hay que prevenirse y tú deberías comer mejor.

Mary Anne agachó un poco la cabeza.

-¿Estás enfadado?

-No, pero podría estarlo si sigues ignorando las recomendaciones –advirtió con delicadeza, tanta que no siquiera parecía una advertencia-. Tampoco fue correcto que cargaras cosas pesadas.

-No lo estaban, de verdad. Fue algo que podía soportar.

-Preferiría que no lo hicieras. No estás en condiciones de fortaleza –Haziel notó que Mary Anne parecía ocultarle algo que la hacía sentirse triste o abatida. Comenzaba a suponer la razón pero era mejor asegurarse-. ¿Te pasó algo más antes de desmayarte?

Mary Anne bien pudo mentirle y zafarse de una conversación extensa sobre lo que le pasó, pero sentía que Haziel merecía saber la verdad.

-Camus me estuvo llamando.

Haziel se mostró tenso de inmediato. Su expresión decía que no le había caído bien lo que le dijo pero aún así, se esforzó por no ser tan obvio.

-¿Qué te ha dicho? –preguntó inseguro porque no quería mostrarse muy invasivo.

-Nada, no le respondí. Leí su mensaje y sólo me pedía que le respondiera. Luego no recuerdo qué más pasó.

Haziel masajeó una de sus cejas con el pulgar para evitar enfadarse. Últimamente, Camus le daba muchos dolores de cabeza por la manera indirecta en la que lastimaba a Mary Anne.

-¿Sabes? Deberías comer algo. Ya he pedido que e lo trajeran.

Mary Anne notó el cambio brusco de tema. No le sorprendía.

-Pero no tengo...-Haziel alzó una ceja y movió el bolígrafo frente a ella.

-No voy a irme hasta que no te hayas terminado lo que te traigan.

Las sutiles "advertencias" sacaron una sonrisa en Mary Anne. Haziel sintió una gran alegría interna por ver algo ya irreconocible en ella pero que tano le había gustado desde que la vio sonreír la primera vez.

***

Mu y Alisse platicaban amenamente sobre sus intereses en común mientras caminaban por la ciudad. Alisse estaba fascinada de contarle sobre la nueva área en el hospital a la que le habían asignado como apoyo por tiempo determinado. Mu la escuchaba muy bien y se alegraba por ella.

Todo era perfecto.

Tanto, que ni siquiera se daban cuenta aún que seguían siendo el foco de atención de tres hombres ansiosos y preocupados que estaban escondidos detrás de una pared. Asomaban la cabeza de vez en cuando. Desde hace como diez minutos que no estaban tan cerca como para escuchar de lo que hablaban porque Aldebarán se detuvo un momento para comprar avellanas para su pastel. Estaban tan entretenidos observándolos que las avellanas terminaron comiéndolas como botana.

-Si no nos hubieramos retrasado, ya sabríamos todo sobre Mu -reclamó Ángelo comiendo avellanas.

-No nos perdimos nada interesante... creo, ya tienen un rato parados frente a esa tienda -Afrodita trataba de afinar la vista mientras comía.

Mu y Alisse estaban frente a una tienda que suministraba a los hospitales, pero tanta era la curiosidad por saber si sus sospechas eran ciertas que Afrodita fijo su mirada en la tienda de a lado con articulos de maternidad.

- ¿Creen que ya estén planeando acerca del bebé? -preguntó Aldebarán algo feliz.

-Es lo más seguro, de lo contrario...¿por qué estarían frente a una tienda de maternidad? Unas cuadras atrás los vimos comprando estambre, seguro le quieren tejer su ropita.

Angelo se burló sarcásticamente.

-No saben en que problema se han metido. Mu no sabe cuidar de niños y ni de él mismo. Por eso se cayó por las escaleras del templo y se fracturó más de un hueso -contuvo las carcajadas.

-Es cierto... Mu no sabe cuidar niños pero ella seguramene si. Pobre, tendrá que cuidar de dos - Afrodita soltó una leve risa era verdad de solo imaginar Mu tratando de cuidar a un bebé-. Me pregunto cómo pudo sobrevivir Kiki todo este tiempo.

-Transportándose a otro lado y no viviendo con Mu -volvió a reír Angelo.

Aldebarán frunció el ceño.

-No se burlen de Mu, yo creo que sería un gran padre.

-Es verdad, él podria cambiar teniendo ya a su hijo...te apuesto todo mi dinero a que lo pierde en el primer descuido.

Alisse se sentia un poco inquiera mientras hablaba con Mu, era agradable salir los dos juntos pero tenia una rara sensación como si los vigilaran

-¿Ocurre algo? -preguntó Mu, percatándose que Alisse estaba distrayéndose e incomodándose.

-No es nada, son cosas mías. No te preocupes... ¡ah mira! -Ella le señaló discretamente a una mujer que iba con su bebe-. Ella es mi amiga de la Universidad.

-¿De verdad? -preguntó sorprendido.

-Sí, yo le ayudé con los cuidados de su bebé cuando nació. Es un niño muy tierno. No me explico 'como es que hay personas a las que no les gustan los niños.

Mu sonrió enormemente.

-Por tu manera en como me has hablado de tu trabajo y de los niños, veo que te gustan mucho -sonrió.

- Te mentiría si te dijera que no. Me gusta mucho mi trabajo y ayudar a los demás, a los niños sobre todo. Son tan lindos e inocentes.

-Entiendo, ¿y por qué no vas a saludarla a ella y a su bebé? -Le propuso Mu.

-¿No te molesta? hasta ahora solo he hablado de mi trabajo pero no te he dejado hablar de ti o de alguna otra cosa.

-Claro que no, vayamos a saludar. Yo te acompaño.

Ambos se encaminaron hacia la mujer, los otros tres miraban atentos todos sus movimientos hasta que Alisse tomo al bebé en brazos.

-Miren ya se van a poner a practicar - dijo Afrodita a modo de broma.

-Eso no dice nada, quizás solo están saludando al bebé -decía Aldebarán siendo más objetivo.

-De eso nada, no es ninguna coincidencia. Apuesto lo que quieran a que estan super obsesionados con los bebés que hasta querrán practicar con alguno -decía Angelo burlándose cuando vieron a Mu y Alisse acercarse a una mujer con un bebé.

-Tal vez esto tenga que ver con su misteriosa llamada - Afrodita y Alde se inclinaron un poco para ver mejor, una mujer le entregaba el bebé a Alisse.

-Me alegra mucho verte Alisse, y a Ian también le da gusto verte -dijo la chica refiriéndose a su bebé-. Se acostumbró a ti desde que me ayudaste a cuidarlo cuando se enfermó.

-No es nada, me gusta ayudar y mas a este pequeño.

-Deberías tener tu hijo propio, serías buena madre -comentó la chica.

Mu al escucharla, se puso rojo y desvió la mirada, más aún porque sintió que la joven lo veía como si algo quisiera decirle.

-Ah... creo que aun es muy pronto para eso por ahora estoy bien así no es necesario adelantar las cosas ya sabes primero me gustaria tener algo realmente estable.

-Lo sé, te conozco y sé que tendrás hijos cuando consideres que es el momento indicado -Sonrió-. Iremos a pasear cerca del muelle, ahí nos espera mi esposo.

-Oh que lastima. Me hubiera gustado cargar un poco más a este pequeño angelito, ¿no crees que es un bebé muy lindo, Mu?

Mu observa al bebé y sonrié.

-Si, es muy lindo y tú te ves bien con él entre tus brazos -Volvió a avergonzarse. Alisse se sintió de la misma manera.

La joven los veía con complicidad y apostaba que ellos llegarían a estar juntos como esposos. Esperaba no equivocarse.

-Por cierto, Alisse...¿tendrás cambio de un billete por monedas? Lo necesitto para el transporte.

-No yo no pero.. Mu, ¿tienes cambio de casualidad?

-Me parece que sí, buscaré -Mu comienza a buscar en su billetera algo de cambio-. Si tengo -dijo sonriendo.

La chica agradece y saca un billete para entregárselo a Mu. Él por su parte, le va entregando las monedas correspondientes.

Mientras eso ocurre, Afrodita, Angelo y Andebarán se quedan sorprendidos, curiosos y comienzan a crear sus propias teorías.

Afrodita puso cara de pánico.

-¿U-ustedes han visto lo mismo que yo?...Mu le dio dinero a esa mujer, ¡compraron un bebé!

-No exageres Afrodita...Mu no sería capaz de eso -decía ALdebarán algo confundido y esta vez, con duda.

-¿Es que estás ciego? Yo sabía que Mu andaba en malos pasos. ¿Qué les cuesta esperarse a que tengan al suyo? -Hace una pausa larga-. Un momento, ¿y si no están esperando un hijo?...¿Y si lo que querían era sólo comprar un bebé? -Estaba sorprendido.

-¡¿Con qué fin comprarian al bebé?! Espera...- Afrodita en lugar de calmarse, se sintió mas nervioso que comenzó a despeinar su cabello-. ¿Y si es esteril? ¿Y si no pudieron adoptar por que no están casados? Lo mas seguro es que por eso compraran a ese pobre niño o niña.

-Yo creo que Mu es estéril -dijo sin mayor confusión-. Bien escondido que se lo tenía. Cuando Shion se entere que nunca podrá tener nietos, va a ir a parar al hospital de nuevo -Angelo se imaginaba a Shion siendo llevado en camilla al hospital. No sabía si reírse o preocuparse. Aunque lo de ser abuelo era en sentido figurado, todos sabían que Shion consideraba a Mu como su hijo.

-Como sea tenemos que decirle a Shion sobre lo que Mu esta haciendo no podemos permitir que este por las calles comprando niños tu que opinas Aldebaran

-¿Quieres decir que debemos decirle que Mu ha comprado un bebé? -preguntó sorprendido Aldebarán. Daba el beneficio de la duda sobre Mu.

- Tal vez me estoy apresurando pero si lo seguimos un poco más podríamos sacarnos de dudas

-Acerquémonos entonces -propuso Angelo.

Mientras ellos se iban acercando con sigilo, las cosas con Mu y Alisse eran distintas.

La amiga de Alisse observó la hora en su teléfono y miró hacia todos lados como si buscara algo.

-Alisse, ¿puedo encargarte un momento al bebé? Recordé que debo ir a comprar un poco de fórmula. Me lo llevaría pero hay muchas personas en el establecimiento.

-Si no te preocupes te veremos en el estacionamiento en un rato te parece

-Muy bien. Te dejo la pañalera y los biberones -Le decía mientras le daba las cosas a Mu.

Mu y Alisse comenzaron a alejarse con el bebé en dirección opuesta poco a poco se iban acercando a donde los otros tres los pasaron de largo pues su atención estaba centrada en el infante

-¿Lo quieres cargar Mu? - pregunto Alisse parandose un poco

Mu estaba nervioso, la invitación de Alisse para cargar al bebé era como si le estuviera diciendo que fuera a la guerra y no se defendiera. Estaba inseguro.

-Yo...nunca he cargado de un bebé. ¿Qué tal si lo lastimo?

- No es tan difícil solo tómalo como yo ya está grandecito así que es más fácil - ella le puso al bebé en brazos sin siquiera esperar una aprobación

En el justo momento en que Alisse pone al bebé en los brazos de Mu, Angelo y Afrodita le tomaban otra fotografía. La primera había sido cuando la extraña mujer le dio la pañalera a Mu y se fue sin más.

-Ahora sí Mu, tenemos evidencias -decía Angelo.

- Tenemos que enseñarle esto a Shion así no va a dudar de nuestra palabra

-¿Para mostrárselas a Shion? -preguntó Aldebaran inseguro y cohibido.

-Por supuesto, si llegamos y le decimos lo que ocurrió sin pruebas, no nos creerá. Con esto no dudará de nosotros.

-Sí, será para enseñarle a Shion que perdió el tiempo al educar a un mafioso -explicaba-. No me importa que sea mi compañero de batalla, yo lo voy a exhibir en internet. Tan serio e inocente que se ve y resultó ser un hombre de muchos secretos. ¿Qué más nos oculta?

-Oigan...¿Y si este no es primer bebé que compra hace tiempo ya se le notaba algo misterioso?

Aldebarán y hasta Angelo estaban espantados. Ya se imaginaban a Mu con pantalón de tirantes, gafas oscuras, sombrero y puro en mano, haciendo negocios sucios y vendiendo bebés a domicilio para mantener su imagen intacta.

- Ésta vez Shion no sale con vida del hospital -comentó Angelo.

Aldebarán sudaba frío.

-No puedo creer que Mu haya llegado tan lejos.

-Así son los que tienen cara de inocencia. Ni yo con esta cara de asesino me atrevería a tanto.

Aldebarán y Afrodita entrecerraron los ojos con escepticismo.

-Como sea ustedes deciden ¿Seguimos espiándolos? creo que yo ya tuve suficiente con descubrir esta nueva faceta de Mu que decepción.

-Yo ya no quiero estar aquí. Mu es mi mejor amigo y...no sé que hacer ahora cuando vuelva a verlo -decía Aldebarán decepcionado.

-Creo que en esta ocasión tienes razón Afro, hasta me he mareado de tanta impresión por culpa de Mu. Ya se me hacía raro que uno sin dinero en el Santuario y él hasta cubiertos nuevos se compró -dijo Angelo recordando haber visto a Mu llegar al Santuario con un juego fino de cubiertos -. Pero hay algo que me deja con la duda con nuestra investigación...sonará retorcido pero, ¿cuánto habrá pagado por ese bebé?

Aldebarán le miró feo.

-¿Por qué quieres saber?

-Por nada -respondió enseguida sabiendo porqué le había preguntado eso-. Vayámonos entonces.

-Mu nos has decepcionado a todos - Los tres espias comenzaron a marcharse olvidando el asunto principal del por que habian decidido bajar a la ciudad las avellanas que Aldebaran habia comprado y que después les sirvieron como botana se habían terminado por completo

***

Esmeralda y Jada regresaron desmoralizadas a la casa. Esmeralda aún no se le pasaba toda la frustración que le hizo sentir Ikki con su ofensa.

¿Cómo se atrevía?

Si lo volvía a ver, iba a hacer que se arrepintiera por haberla humillado. De hecho, pagaría dos veces porque estaba cerca de escuchar las burlas de Iori. No tenía humor.

-Jada, mejor dime que podemos irnos a otro lado. No quiero ir a esa casa -decía entre dientes.

-No, no podemos, tedras que aprender a vivir con la derrota. Además, sólo ten en mente una cosa...pronto podrás tomar venganza de ese caballero, pero por ahora aceptemos la realidad. Nos quedamos sin dinero.

-Pero daría lo que fuera por no escuchar como se burla Iori de mí. Prefiero quedarme sin comer por una semana. Si me dice algo, no sé cómo voy a reaccionar.

-Como siempre lo has hecho hasta ahora, Esmeralda. Créeme cuando te digo que prefieres las burlas de Iori que los castigos de Nubia.

Esmeralda sintió escalofríos de sólo escuchar su nombre. Manoteó.

-¡No digas eso, Jada! Se nos puede aparecer. De sólo imaginarlo, sé que Nubia querrá asesinarnos por irnos y por traernos a Nahlia.

-Ya ya...por eso te adverti de no usar toda tu fuerza para evitar que eso pueda pasar. Ya estamos aquí, respira profundo y afronta lo que vendrá –Jada abrió la puerta de la casa.

Las demás estaban reunidas discutiendo sobre algo. Jada no pudo escuchar ya que dejaron de hablar apenas las vieron entrar.

-¡Al fin vuelven! Se han tardado, ya es de noche -decía Ross dejando a un lado su preocupación al verlas.

-Sí, ya lo es. ¿De qué hablaban? -preguntó Esmeralda curiosa por saberlo. Si hablaban de ella, habría pelea toda la noche.

-Una cosa que hizo Ross sin pensarlo, pero digan nos ¿Como les fue con la pelea? ¿Ganaron? ¿Traen comida o iremos a comer? -Paloma las inspeccionaba.

Esmeralda traba de ocultarse tras de Jada no se les veía que trajeran bolsas con comida o algo similar.

-Bueno...-Jada suspiro era mejor decirlo ahora-. Esmeralda perdió en el último combate y perdimos todo el dinero.

Esmeralda no sabía para donde mirar. Hubo un silencio sepulcral hasta que escuchó algunas rosas comprimidas a su lado izquierdo. Volteó lentamente a ver a Iori. Tenía que ser ella.

-¿Algo te parece gracioso? -preguntó Esmeralda molesta.

-La verdad si... ésta noticia me hace más feliz que ir al parque con Nahlia -Iori se levantó para ver a Esmeralda de frente-. Ya dime, ¿dónde te golpearon? –Se burlaba.

Esmeralda alzó su puño y lo apretó con mucha fuerza en dirección de Iori. De tanto apretar la mandíbula, sintió que casi se le rompían los dientes.

-No te diré donde me golpearon....¡voy a mostrártelo!

Esmeralda dio un brinco y se abalanzó contra Iori, haciendo que cayera de espaldas.

Iori la miraba desde el suelo aun sin borrar la sonrisa, Esmeralda esta sobre de ella solo que parecía levitar puesto que no la estaba tocando

-Deberías sentirte conmovida de que me esté preocupando por ti -Iori hizo desaparecer su campo de energía para tumbar a la peli azul y quedarse sobre de ella.- Y sólo para aclarar no lo decía para molestar lo decía para poder curarte.

Esmeralda en lugar de agradecerle porque efectivamente, Iori le había curado las heridas, se encolerizo aún más.

-Eres una tonta...me curas y me das mayor ventaja para golpearte -dijo con ligera sorna y utilizó sus piernas para aventar a Iori hasta la pared.

Ross había tomado a Nahlia para taparle los ojos e irse a un rincón. Paloma por su parte, se puso frente a Ross para evitar un problema peor con la niña. Jada sólo nego con la cabeza; cuando esas dos comenzaban a pelear, solo habia un poder humano capaz de separarlas. Esa persona que por cierto, no estaba en ese lugar.

-Esta bien...¡Te lo has buscado! -Ella se lanzó contra Esmeralda para tomarla del brazo, comenzando a congelarlo para quitarle ventaja. En el momento que vio que le iba a golpear, la lanzó contra la puerta, destrozándola.

Esmeralda terminó fuera de la casa sobre la puerta destrozada. Si antes estaba enojada, ahora estaba furiosa. Alzó la cabeza y vio que Iori corría hacia ella por lo que alzó las manos y creó una pared de luz que lastimó la vista de Iori e incluso de las demás que no alcanzaron a cubrirse los ojos a tiempo. Iori paró en seco, frotando sus párpados inútilmente para recuperar la visión lomás pronto posible. Sin embargo, sintió que una patada directo en su abdomen que la mandó contra ora pared. Esmeralda aprovechó la ventaja para darle dos puñetazos directo en la cara.

-¡¿Qué creen que están haciendo?!

Esmeralda dejó el puño levantado contra Iori, sintiendo un frío en su interior. Sintió mucho temor. Soltó a Iori y voleó lentamene hacia atrás.

Las demás no podían ver a la persona que los interrumpió pero no era necesario, sintieron el mismo miedo que Esmeralda y agradecieron no poder ver la furia en esos ojos violetas.

La vista de Iori era borrosa pero apenas podía ver lo suficiente para distinguir las siluetas de Esmeralda sobre ella y otra persona a menos de un metro de distancia. Levantó el puño para atinar un fuerte golpe en la quijada de Esmeralda y quitarla de encima suyo.

La mujer vio ese arrebato y no pudo soportarlo más.

-¡Maldita sea! ¿Acaso son bestias salvajes? ¡¿Por qué están peleando de esa manera?! -exigió saber. Podían escuchar cómo bufaba.

-N-Nubia...- tartamudeo Paloma tratando de recuperar la visión-. No es... no es lo que parece.

Nubia rio irónica y puso las manos sobre la cintura.

-¿No es lo que parece? Entonces...¿qué es lo que ocurre realmente? -Su voz fingida, parecía demostrar amabilidad. Claro que todo era sarcasmo-. Todas, las quiero frente a mí en una sola línea. ¡Rápido!

Se apresuraron a acatar la orden ninguna se atrevía a decir algo otra vez, sabían que cuando Nubia las encontrara lo iban a pagar caro.

-Nubia, sé que lo que hicimos no justifica nada y que las peleas entre ellas son de lo mas común, pero tenemos una buena explicación -Trató de decir Jada-. Ambas se pelearon por que Esmeralda perdió en una pelea callejera...

-¿Pelea callejera? -preguntó, demostrando que Nubia se había enojado aún más-. ¿Cuál fue la estúpida idea para involucrarse en una pelea callejera? Sean inteligentes y analicen su respuesta antes de hablar o sino, lo pagarán más caro de lo que se merecen -Nubia elevó su cosmos, dejándoles en claro que no estaba jugando y que podía cumplir sus amenazas.

-¡Necesitábamos dinero! -Intervino Ross-, para darle de comer a Nahlia, pensamos que una pelea callejera sería el mejor modo antes de conseguir un empleo solo sería una vez.

Las demás chistaron por lo bajo. No había sido la mejor respuesta a una madre furiosa. Nubia apretó los puños.

-¿Dónde está Nahlia?

- Aquí.. - Ross dejo que la niña saliera de detrás suyo. De cierta forma le había dicho la verdad.

-¡Mamá! -La niña corrió hacia Nubia y le abrazó las piernas. Se veía feliz y despreocupada por todo el caos que habían hecho Esmeralda e Iori. Ya debía estar acostumbrada.

-¿Estás bien? ¿Cómo te trataron estos monstruos? -Le preguntó a la niña, poniéndose de cuclillas para revisarla arduamente.

-Iori fue la encargada de cuidar de ella -Avisó Paloma-. Nubia...nos vas a matar pero es mejor que lo sepas de una vez...Ross encontró trabajo.

Una vez que Nubia comprobó que su hija estaba ilesa, les dedicó la más sanguinaria mirada que pudo.

-Un trabajo...excelente. ¿Qué más debo saber? ¿Alguien va a casarse con algún desconocido? -Fue realmente irónica.

-No...no...es...es que es...-Los nervios se apoderaron de Ross-. Es...¡¡Es en el santuario!!

Nubia quedó congelada al escuchar el lugar. Perdió el hilo de la conversación.

-¿Qué has dicho? ¿Cómo que encontraste trabajo en el Santuario?

- Si, de niñera... de una niña... me encontré una niña pérdida mientras buscaba algo para Nahlia. Se alejó de su padre y cuando lo encontramos, hablamos un poco y le pregunté si no necesitaba niñera y lo vi como una oportunidad para entrar sin levantar sospechas....-Poco a poco se iba escondiendo tras de Paloma.

-La regañamos por acerptar sin haberlo hablado todas juntas...-decía Jada, interviniendo.

Nubia les indicó con un movimiento de su mano que debían guardar silencio. Se mostró pensativa, analizando todo lo que recién había escuchado.

-¿Cómo era ese hombre?

-Alto, de cabello castaño y ojos verdes.

Nubia cerró los ojos y la imagen de Aioros se le vino a la mente, seguido de los últimos recuerdos ardientes que había tenido con él. Aún sentía sus caricias sobre su piel.

-¿Fue tu idea, Ross, el aceptar ese trabajo?

- Si, bueno... se me ocurrió de la nada ya quendebiamos tener un plan alternativo en caso de...buenomque Esmeralda y nada fallará que fuera enna santuario memtomompor sorpresa

Todas sentían el castigo y reprimenda por parte de Nubia gracias a la confesión de Ross. Sin embargo, lo que dijo la guerrera las dejó boquiabiertas.

-Es una excelente idea, Ross. De todas, tú has sido la que ha hecho lo correcto.

-¿Eh? –exclamaron todas las demás. No se creían lo que había pasado.

-¿No vas a matarnos...¿o sí? –preguntó Paloma con duda.

Nubia sonrió largamente.

-No, no lo haré...pero les tengo una sorpresa que no se pueden perder -La mirada de Nubia adquirió un brillo que las hizo desconfiar. Lo que sea que Nubia pensara y catalogara como una "sorpresa", no iba a ser nada agradable.

***

Atenas, Grecia

Tristán veía sorprendido a Saida. No podía estar equivocado al pensar que Némesis había despertado. Eran sus mismos ojos, la misma intensidad en la mirada. Si bien él la recordaba rubia, sabía que era ella. Encajó una rodilla en el suelo e hizo una reverencia marcada, inclinando la cabeza.

Némesis pardeó varias veces con lentitud hasta que miró fijamente a Tristán. Verlo de nuevo, después de mucho tiempo, hizo que el pecho le ardiera con la misma intensidad que la garganta y sus ojos. La última vez que lo vio, fue cuando fue a liberarla de su encierro y Nix lo atacó por la espalda y lo apulñaló hasta que lo mató.. Lo recordaba como si el tiempo jamás hubiera pasado. Incluso, sentía aún su sangre sobre su cara.

-Tristán...

Tristán escuchó su voz al ser pronunciado su nombre y su corazón se detuvo. La voz no era la misma que la de Saida.

-Sí eres tú...-dijo en susurró sin moverse.

Némesis respiró hondo y se acomodó erguida sobre el sofá, justo enfrente de él. Su mirada se destensó después de mirarlo por varios minutos sin que él se atrevería a moverse ni un poco.

-¿Por qué no me miras?

Tristán tragó saliva.

-Porque sé que no lo merezco –dijo un poco después-. Ni una disculpa, nada de lo que haga será suficiente para que puedas perdonarme. Eso lo sé...lo que te hice en el pasado, es imperdonable.

Némesis lo recordaba muy bien, no había necesidad de hablarlo. Sin embargo, no podía culparlo por completo. Sabía que su decisión se vio influenciada por el engaño de Nix y probablemente de Érebo también.

-Fuiste a liberarme.

-Pero te traicioné al considerarlo. Por mi culpa fue que Nix logró su cometido.

Némesis podía sentir el arrepentimiento de Tristán. Algo que lo coracterizaba era que podía ocultar sus sentimientos o exponerlos si lo deseaba pero nunca iban a ser falsos. Por esa y otras razones fue que decidió elegirlo como guardían a pesar de haberle dado su palabra a Nix.

Puso su mano en el hombro de Tristán; su contacto lo hizo estremecerse.

-Mírame Tristán –Sin estar muy convencido, ristán fue alzando su rostro hasta verla de nuevo. Sentía alivio de merecer esa atención-. Yo lo he olvidado. Que estés aquí, significa mucho para mí –suspiró largamente-. He tardado mucho en reencarnar y cuando lo hice por fin, quedo atrapada en este cuerpo tan tranquilo y cálido –Apartó su mano y la miró-. Ahora que está vulnerable, he podido despertar –Se encontró con la mirada plateada de Tristán-. ¿Tú has tenido que ver en esto, sobre lo que le ocurre a Saida?

Tristán negó lentamente.

-No. Todo es parte de Nix.

Némesis frunció el ceño. Estaba confundida.

-¿Nix? ¿Qué tiene que ver ella? ¿Está aquí? –cuestionó alarmada.

-No. Lo que sucede es que Nix también reencarnó y lo hizo en el cuerpo de la hermana de Saida. Es Ébano.

Némesis alzó las cejas y resopló con incredulidad.

-Es irónico...Nix y yo somos hermanas, ¿y ahora resulta que reencarnamos siéndolo de nuevo?

-Para mí también fue algo impactante, pero es verdad.

-Entonces, ¿Nix sabe que yo he reencarnado en Saida?

-Supongo que sólo lo sospecha pero como no has dado ninguna señal al respecto, no ha hecho nada al recpecto –Meneó la cabeza negativamente-. Ébano siente el mismo odio por su hermana que el que Nix siente por ti. Ella ha lastimado a Saida en varias ocasiones hasta el punto de casi matarla –Tristán se atrevió a mirarla sin parpadear, como si quisiera analizar su reacción con sumo dettalle, sin perderse nada de vista-. Creí que eso te había hecho reaccionar. ¿No sentiste nada?

Némesis copió su mirada. Tampoco parpadeó y tardó en responder.

-No, no sentí nada. Sólo el dolor y tristeza de Saida pero no la razón –respondió-. Tristán, ¿has buscado a Greco?

-Sí, lo he hecho. Si deseas enfrentar a Nix y Érebo en el futuro, sería conveniente que tuvieras a los dos guardianes de tu lado.

Némesis sonrió de lado.

-Has pensado muy bien y lo has hecho bien –Némesis intentó ponerse de pie pero cayó de nuevo en el sofá por la debilidad. Tristán la auxilió a no caerse del sofá.

-¿Estás bien? –Pasó una mano sobre su frente. Némesis tenía semblante cabizbajo.

-Pareciera que Saida se resiste –dijo tratando de controlarse-. Tristán, debes protegerla hasta que logre despertar por completo. Si Nix y Érebo deciden atacarme mientras yo no puedo defenderme, habrán ganado de nuevo.

-No voy a permitirlo –dijo con determinación-. Me estoy encargando de Nix, no dejaré que te lastime de nuevo. La estoy vigilando de cerca.

Cuando Némesis escuchó la última frase, no puedo evitar sentir curiosidad.

-Espero que no termines involucrándote con ella –dijo recia. A Tristán le costó demasiado seguirla mirando después de esa discreta advertencia que le hizo. Némesis ladeó la cabeza y pasó una mano por el cuello-. Debería tomar un baño, comienzo a sentirme tensa y...-hizo una larga pausa mientras se veía toda su piel visible, recordándose bañada de sangre. Era una desagradable sensación que seguía perdurando-. ¿Dónde está...?

Tristán se puso completamente de pie y la ayudó a levantarse. Intuía a dónde quería ir y la orientó. Una vez en el baño, Tristán abrió las manijas de la ducha y en poco tiempo, vapor se dispersaba por la habitación. Némesis veía atónita la manera en cómo caía agua por ese conducto delgado y seccionado. Parecía lluvia. Tristán la miró de lado.

-Yo también puse la misma expresión pero aquí, esto es normal -Némesis le miró por el rabillo del ojo. Los nervios de Tristán siempre se disparaban cuando lo miraba así-. Llámame por si necesitas algo –dijo dando media vuelta para irse.

-Necesito algo ahora mismo -Tristán tensó la espalda y se giró lentamente-. Sé que no puedo culparte por haber tomado esa decisión en el pasado. Estoy consciente que fuiste manipulado. Sin embargo, no creo poder soportar de nuevo otra traición de tu parte –Némesis no se escuchaba enojada ni resentida, más bien, le dolía-. Eres el único en quien confío y no me gustaría que volvieras a caer en sus planes ahora que dices estar vigilándola.

Todo lo que Némesis le acababa de decir, fue un golpe para Tristán porque sabía que era cierto y porque ahora que comenzaba de nuevo con su confianza, le estaba ocultando que se había acostado con Nix recientemente y que ella decía que lo quería.

Dibujó en su rostro algo cercano a una sonrisa.

-He aprendido y no volveré a decepcionarte. Haré todo, incluso lo imposible para protegerte.

-¿Incluso de ella?

Tristán se hizo ligeramente hacia atrás.

-Incluso de ella, ¿por qué lo preguntas?

Némesis esbozó media sonrisa.

-Podría ser que volvieras a sentir algo por Nix. Por mucho que se desee, no se puede mandar en los sentimientos –Ambos se miraron fijamene sin decirse nada más hasta que Némesis le dio la espalda-. Te hablaré si necesito algo de nuevo.

Tristán asintió con la cabeza y salió de la habitación. Permaneció cerca de ahí por si ella lo llamaba. Mientras tanto, recapitulaba cada frase de Némesis y entre más lo hacía, más seguro estaba que sus preocupaciones jamás se harían realidad. Era cierto que alguna vez quiso a Nix pero no volvería a sentir algo por ella, menos aún después de lo que le hizo a Némesis y a él mismo.

¿Qué ella lo quería?

Era una estupidez ante tal fundamento.

Némesis se quitó la ropa que llevaba encima y entró bajó el agua. Pasó sus manos por su rostro y deslizó el agua por su cabeza hasta deslizarse por todo su cabello. Enterró los dedos en él y los desvaneció hacia abajo, pasándolos enfrene de ella. Sus ojos mostraron intensa perplejidad al ver el color. Creyó que al reencarnar, ese tono de cabello que simbolizaba la sangre, quedaría en el olvido. Al parecer, ese evento la perseguiría por siempre.

Sin darse cuenta, sus lágrimas comenzaron a mezclarse con el agua y de sus labios se escapaban sollozos.

Tristán detuvo su andar por el pasillo cuando la escuchó. Dejó pasar algunos segundos más para asegurarse de no se había equivocado, pero los sollozos fueron más certeros. Llamó a la puerta pero Némesis no le respondió. Alarmado, entró y la vio de rodillas bajo el agua, abrazándose con desconsuelo. Se aproximo sin tomarle mucha importancia que estuviera desnuda y le tomó del rostro.

-¿Qué te ha pasado? –Estaba preocupado.

Némesis lo vio con semblante abatido y lo abrazó sin mayor decoro. Tristán no se movió a pesar de las circunstancias.

-En serio Tristán, no vuelvas a traicionarme –dijo entre sollozos.

Definitivo, él ya no podía más con esa culpa. Quedó inmóvil con los brazos extendidos para evitar tocarla aunque quisiera corresponderle al abrazo. La tomó de los hombros esperando no ser osado.

-No podría hacerlo y lo digo en serio porque yo...-suspiró largamente, con el corazón en la garganta-, yo aún siento algo fuerte por ti. No porque sea tu guardían, sino porque te amo.

Tristán pudo sentir cómo los músculos de Némesis se tensaban. En seguida, levantó el rostro para mirarlo.

-¿A pesar de todo? –preguntó con cierta inseguridad. Tristán embelesado, volvió a tomarle del rostro.

-A pesar de todo –confirmó. Lentamente, ambos fueron acercándose hacia el otro.

En cuestión de algunos segundos, sus labios rozaron. Fue extraño porque hacía bastante tiempo que no se besaban además porque ambos corazones palpitaban al mismo tiempo. Tristán fue bajando las manos por su espalda mojada y la ayudó a ponerse de pie. Se separaron apenas para mirarse y él comenzó a despojarse de la ropa ahora mojada. Ingresó a la regadera y rodeó la cintura de Némesis con sus anchas manos al mismo tiempo que sentía sobre su cuerpo el caer delicado del agua. Compartieron besos intensos que demostraban lo mucho que se habían extrañado. Lo mucho que necesitaba el uno del otro. Los dedos de Némesis rasgaron el agua de la espalda de Tristán en menos de un segundo antes de volver a cubrir la piel con su cristalinidad. Su aliento agitado, excitante y entrecortado se unificó con el vapor del agua caliente.

Cubierta en todas esas emociones, Némesis intentaba grabar ese momento en lo más profundo de su memoria para conservarlo, sin embargo, otros recuerdos ajenos se cruzaron. Con los ojos cerrados, vio que a quien besaba bajo el flujo del agua no era a Tristán, sino a alguien más y que ocurrió en otra habitación muy distinta a donde estaban. Podía sentir un calor diferente dentro de su cuerpo, provocados por alguien especial. Sus ojos verdes estaban fijos en ella con el más puro sentimiento de amor y deseo.

Bloqueó con esfuerzo esos recuerdos que pertenecían a Saida y se enfocó en los suyos.

Eso, no se lo podría arrebatar nadie. Ni siquiera Nix.

**********************************************************

¡Hola! ¿Cómo están?

¡Yo estoy muy ansiosa con este capítulo!

Antes que nada, debo decir que voy a esforzarme por actualizar más seguido esta historia ya que tiene mucho tiempo estancada. Para ello, mi mejor amiga, escritora y compañera de dramas desde hace más de diez años WolfMika y que la quiero muchísimo, me está ayudando a desarrollar la historia en conjunto. Creamos nuevas ideas, complementándolas con la trama que he tenido planeada desde hace años. 

Sé que leerás este mensaje, así que espero que puedas seguirme ayudando ;). 

Regresando al punto de la historia... 

Estoy igual de sorprendida que ustedes :O. ¿Se esperaban la parte final?

A mí sinceramente, me ha partido el corazón un poco...entiendo que haya sido Némesis la que actúo en ese momento pero...¡es extraño sabiendo que es el cuerpo de Saida!

Cambiando un poco de emoción, ¿Les ha divertido la parte de Mu "el traficante de bebés"? A nosotras nos mató de risa jajaja.

Y pregunta curiosa de último momento...¿Prestaste atención a Mary Anne? :O

Nos leemos muy pronto!!

Abrazos y besos!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top