Regalo sorpresa
-Bien niños, ya es hora.- Volvía a repetir Danna luego ella salió al escenario donde comenzó a dar algunas palabras de bienvenida.- Buenos días a todos...gracias por asistir a este pequeño evento que realizaremos...
- No me voy a reír, no me voy a reír, no me voy a reír...-Decía Kanon para sí poniendo una mano sobre su boca, ya había visto los trajes de las gemelas y de sólo imaginárselas disfrazadas de esa manera le había dolido el estómago de tanto reír.
Dione estaba muy emocionada por ver a sus hijas, Saida compartía la misma felicidad aunque tuviera ganas de darle un golpe con su bolsa a Kanon de nuevo para que se pusiera más serio.
-...Les agradezco de nuevo su atención y presencia y...que disfruten la actuación.- Terminaba de decir Danna apartándose del micrófono y haciéndose a un lado del escenario donde pronto se veía como se movían las cortinas.
En breves segundos salió Darlenne con su disfraz y con una hoja en mano. Aioros se levantó de su lugar muy emocionado y comenzó a aplaudir. Darlenne al verlo se puso más nerviosa y temerosa de seguir con su discurso.
-La está poniendo nerviosa.- Dijo Dione y miró a Aioros.- Hagan que Aioros se siente.- Susurró. Cassandra quien estaba más cerca entendió el mensaje y miró a Shura.
-Haz que se siente.- Le dijo muy tajante. Shura la miró con extrañeza.
-¿Y yo por qué?
-Porque es tu amigo y porque si lo hago yo lo haré con una brusquedad de la que ya me conoces.- Dijo la castaña y Shura volcó los ojos poniendo su mano en la camisa de Aioros y jalándolo para que se sentara en su lugar.
-Casi me caigo.- Dijo Aioros mientras observaba a todos mirándolo.
-Lo siento, era necesario.- Aioros estaba por volver a animarse pero Dione le miró casi diciéndole que guardara silencio, así que comprendiendo mejor eso fue lo que terminó por hacer.
Danna miraba a Darlenne y con un gesto sutil le indicaba que prosiguiera. Darlenne asintió y tomó la hoja de papel y comenzó a leerlo poco a poco, como era la que mejor leía había sido la indicada y lo primero que iba a hacer era hablar sobre las estaciones del año, algo breve.
Todos habían guardado silencio mientras Darlenne hablaba. Aioria observaba de reojo a Aioros, estaba muy emocionado, esa sonrisa que él siempre tenía se le había contagiado, el caballero de leo sonrió, estaba muy feliz por su hermano y además de eso se imaginaba como se comportaría él cuando su hijo creciera.
-...Y...primero comienza la primavera...-Dijo Darlenne terminando de leer, miró a Danna y le entregó la hoja de papel.
Darlenne avanzó al escenario y de ahí salieron más niños disfrazados de animales y árboles verdes...entre ellos estaban las gemelas y Hikaru.
Kanon alcanzó a reír por lo bajo más cuando vio a Brissia con el ceño fruncido y con algo de dificultad para moverse con ese disfraz de árbol todo lo contrario a Venus quien estaba sonriendo muy contenta por su disfraz de conejo. Minutos más tarde, salieron más niños y entre ellos estaba Franco con su respectivo disfraz de hoja de maple, como siempre, estaba muy serio.
-Oye Cassandra.- Kanon le llamaba a la castaña quien estaba muy atenta en ver a su hijo. Shura tocó el hombro de Cassandra haciéndole señas de que le llamaban.
-¿Qué?.- Preguntó emocionada por su hijo.
-Controla a tu hijo, expresa mucha euforia.- Decía Kanon a Cassandra. Shura frunció el ceño pero ya conocía las bromas de Kanon sin embargo Cassandra se ofendió.
-¿Y a ti que te importa?.- Le mostraba su puño con molestia algo que poco le importó a Kanon.
-Ya dejen de discutir o arruinarán todo.- Intervino Shura observando a Kanon con dureza, sabía que él lo hacía para molestar. Kanon alzó los hombros y volvió a ver el escenario.
Centro de Atenas.
-¿Qué?.- Ambrosía casi se va de espaldas cuando Milo comenzó a redactarle su plan.
-Llevo como veinte minutos contándote, no me hagas repetirlo de nuevo.- Se cruzó de brazos.
-Es inevitable, no entiendo nada de lo que me dices.- Milo suspiró profundamente.
-Resumiendo...hoy habrá una fiesta sorpresa para Shaka y quería pedirte de favor que sea aquí.
Ambrosía lo miraba de par en par, estaba en la entrada del local con Milo afuera, Sory y Mary Anne estaban adentro curiosas por lo que estuvieran hablando esos dos.
-¿Es una...broma?.- Milo negó.
-Claro que no...¿Por qué ahora que estoy siendo muy serio nadie me cree?
-Lo que pasa que...¿Quieres organizar una fiesta aquí?...¿Hoy?
-Pues sí...bueno, la organización ya estaba desde hace días y le he dicho a todos que sería aquí, sólo estamos esperando que den las tres de la tarde...
-Espera...¡¿Qué?!.- Preguntó más sorprendida.
-Sí lo sé...comenzará a las tres de la tarde, se suponía que sería en la noche pero el patriarca no nos dio permiso, dijo que no quería problemas.
-Wow...eso lo entiendo, Shaka una vez me platico de los problemas que luego hay en el Santuario y porque Shion suele andar muy preocupado...pero ese no es motivo de mi sorpresa.
-Ah...entonces...¿Qué era?
-Pues que quieres hacer una fiesta aquí...espero que eso sí sea una broma.
-Pues...no.
-Entonces no me estás pidiendo permiso...¡Me estás informando!
-Si puede ser.- Milo estaba ignorando la actitud de la chica y no tomó importancia el hecho de no pedirle permiso o informarle siquiera con anticipación, él iba a hacer su fiesta sí o sí.- En fin, en un rato traeré las cosas junto con Máscara Mortal, Aldebarán y Camus...traería a Mu pero acuérdate que está de incapacidad.- Sonrió.
-Sí lo sé...-Ambrosía suspiró profundamente y acomodó sus lentes.-Pero no habrá ninguna fiesta hoy en este lugar.
-¡¿Qué?!.- Milo puso semblante muy expresivo.
-Lo que escuchas, no habrá ninguna fiesta sorpresa para Shaka en este lugar.- Se cruzó de brazos.
-Pero...no nos hagas esto, es nuestra salvación...si quieres no te acercas a Shaka.- Decía Milo casi suplicante. Ambrosía ya tenía un tic en el ojo.
-¿Y quien te dijo que es porque no quiero estar cerca de él?
-¡Es una suposición!...Además de que es algo lógico, deberías aclarar las cosas con el rubio.
"¿Las cosas?....¿Acaso ya sabe sobre lo que pasó entre nosotros?" Pensaba poniéndose nerviosa.
"Bingo...estoy logrando algo" Pensaba Milo con el semblante neutral.
-Yo...no sé de qué cosas...hablas...- Comenzaba a pensar o imaginarse en todo lo que pudo contar Shaka, era la única forma en que podrían enterarse de lo sucedido.
Milo había planeado la estrategia, aunque sabía que algo raro pasaba entre esos dos no se involucraba tanto en el tema, sólo era una distracción que había funcionado a la perfección.
-Entonces traigo las cosas en unos momentos más.- Dijo con una gran sonrisa.
-Sí si...pero...-Dijo sin pensar...o poniéndole atención a otros pensamientos, claro error.
-¡Gracias!...Les diré a todos lo sucedido...y por cierto...hay muchas probabilidades de que te encuentres con Shaka, recordemos que es su cumpleaños.- Dijo muy feliz y salió corriendo antes de que la chica protestara.
-¡Espera! ¡Milo!....¡Yo no acepté nada!.- Exclamaba sin éxito...pronto puso cara de rendición.
-¿Qué le habrá dicho Milo?.- Preguntaba Mary Anne.
-Posiblemente sobre la fiesta sorpresa de Shaka.- Sory tronó los dedos dándole la razón.
-Cierto...se me había olvidado.
Escuela.
La presentación infantil ya había terminado y ahora se dirigían a un salón más pequeño donde iba a comenzar la última presentación que iba a ser la de los regalos.
-Lo hicieron muy bien.- Dione estaba abrazando a sus hijas, estaba orgullosa de ellas.
-Mamá....quiero quitarme esto.- Le decía Brissia moviendo sus manos con dificultad.
-En un momento más, ya falta poco para que termine esto y nos vayamos a casa.- Brissia hizo un puchero y se fue de ahí.
-Se enojó.- Dijo Venus dándole una cesta a Dione.
-Ve con ella.- Le dijo.
-Está bien mamá.- Contestó la niña y fue con su hermana, no fue difícil alcanzarla.
Dione suspiró y en seguida sonrió, estaba tan agradecida de haber tenido a sus hijas, si pudiera retroceder el tiempo no cambiaría esa parte.
-Oye Dione.- Dione se giró y se encontró con Aioria y Aioros.- Dime que los rumores de una fiesta sorpresa son falsos.
Dione miraba a Aioria, estaba ligeramente preocupado.
-No son falsos, Milo nos ha contado de una fiesta para hoy...por el cumpleaños de Shaka...¿No te comentó nada?
-No y me alegro de que no me haya dicho, las fiestas de Milo terminan de catástrofe.
-Vamos Aioria, eso es pasado.- Le decía Aioros muy tranquilo, Aioria lo miró como si hubiera dicho una barbaridad.
-¿Olvidarlo?...Aún puedo recordar el frío sobre mi cuerpo cuando Marín me echó del templo, Milo dañó mi reputación.- Explicaba el caballero de Leo.
-No exageres que sólo fue por dos días y además te quedaste en mi templo.- Repuso Aioros.
-Es fácil decirlo ahora, aún me acuerdo cuando Nubia se enfadó contigo porque pensó que coqueteabas con unas chicas en el parque...¿Apoco no andabas todo sentimental en esa ocasión?
Dione cubrió su boca, aunque en esa ocasión no había sido muy divertido como ahora, le parecía cómico imaginarse a Aioros como un casanova utilizando a su Darlenne cuando era bebé.
Aioros suspiró y seguía sonriendo, eso también le resultaba gracioso.
-Tienes razón, hemos pasado por lo mismo.
-¿Lo ves? Y en esa ocasión estábamos con Milo también.- Aclaró Aioria.
-Veo que le estás dando el crédito a Milo en todo, está bien que tenga debilidad por las chicas pero no hay que ensañarse con él.- Decía Dione.
-Ya no estoy enfadado con él pero sí recuerdo bien ese suceso.- Dijo Aioria defendiendo su orgullo.- Y Milo debe estar loco al meterse con Shaka...¡Con Shaka!...O esta vez Milo termina en estado vegetal o Shaka va a ir al terapeuta.
-Sigo diciendo que exageras.- Añadía Aioros.
-Igual yo, Milo debe ser más consiente...eso espero.- Dijo dudosa Dione.- Ojalá que no haya líos en esa fiesta.
Más atrás estaba Kira junto a Cassandra, aunque la oji gris hablaba tratando de animarla era algo complicado, la sola presencia de Dohko le inquietaba y más porque sentía su mirada sobre ella, qué incómodo era estar cerca de él.
-Te está mirando.- Le dijo Cassandra a la otra castaña.
-Lo sé, es fácil sentir su mirada.
Cassandra castigaba a Dohko con la mirada, la discreción no estaba con ella y desaprobaba lo que le había hecho a Kira haya sido hace años o no. Dohko se sintió diminuto, ya había perdido la cuenta de las veces que le miraban sádicamente.
-La mirada de la mujer de Shura es pesada...hasta ahorita la que más me ataca.- Decía Dohko a Shion que observaba a las chicas.
-¿Y qué querías? No eres santo de devoción de nadie.- Le dijo tranquilo, no deseaba exaltar a su amigo.
-Pero...-Dohko suspiró y aflojó los brazos con rendición.- Es inútil...no encuentro la forma de acercarme a ella...¿Es tan difícil que entienda lo que pasó?
Shion alzó las cejas esperando más conversación de Dohko.
-¿Estás insinuando que Kira no debió ofenderse ni molestarse por lo que hiciste?
-Más o menos...sólo he querido explicarle que yo no pensaba que estaría con ella.
-No te entiendo Dohko...se supone que eso le dijiste a Kira.
-Pues sí pero...¡Ay ya!...Fui un estúpido y no hay explicación lógica ni razonable...sólo que ya me estoy desesperando que ni siquiera en este tipo de convivencias que se supone son en "familia" puedo acercarme a ella.
-Ya te dije que respetes su espacio, ella te hablará cuando esté en disposición de hablar, tarde o temprano sucederá...
-Ajá...-Dijo Dohko completamente escéptico.
-Y siguen enojados....-Preguntó Saida a Kanon refiriéndose a Dohko y Kira.
-Sí...y por cómo se ven las cosas, va a durar mucho tiempo.
-Eso parece.- Dijo Saida mirando lentamente a Kanon quien estaba a su lado mucho más calmado a como estaba días anteriores.- Y tú ya estás relajado.- Kanon la miró extrañado.
-¿Relajado? Pero si yo siempre ando así.
-Sí, por supuesto.- Ironizó.- Como la vez del supermercado.
-Ya lo estaba olvidando.- Dijo muy divertido.- Estoy calmado, en ese momento era un solo impulso.
-Sí pero ya no hablé contigo sobre si resolviste las cosas con las niñas, Dione me dijo que ellas se veían más calmadas que otras veces.
-Pues de hecho sí, había intentado entablar de nuevo esa amistad que creo rompí por haberme enojado...pero apenas y me hacían caso, han estado pasando más tiempo en la habitación y yo no he querido interferir, deben estar molestas conmigo...vaya que es difícil mantener a las mujeres contentas.- Miró de reojo a Saida, ella entendió la indirecta.
-Déjame decirte que tú no tienes un carácter de ángel.- Contraatacó.
-Algo teníamos que tener en común.- Sonrió con picardía, Saida alzó la mirada dejándose guiar por el buen humor que tenía Kanon.
Danna llamó a los niños y estos se acercaron en breves momentos formando un círculo, todos miraban muy atentos y felices, seguía la parte favorita para ellos.
-¿Ya saben que sigue ahora?.- Les preguntó la chica sonriente y todos contestaron positivamente.- Está bien, es hora de entregarle los obsequios que hicieron en clase y en casa a sus padres, como bien dijimos, se hará de uno en uno, yo les iré llamando y se los entregarán...¿Alguna duda?- Los niños negaron.- Entonces vamos a comenzar...vayan por los regalos.
Los niños se fueron alejando y se acercaron a una mesa grande donde estaban los detalles que habían preparado. Darlenne caminó hacia la esquina de la mesa y pronto la siguieron las gemelas. Darlenne tomó el regalo para Aioros y otro pequeño y envuelto en papel metálico azul que Danna le ayudó a empacar.
-Ey niña...¿Ya tienes el regalo para tu papi?.- Preguntó a modo de burla el mismo niño que solía molestarlos. Darlenne se giró a verlo con enfado.
-Cállate Dylan.- Se defendió Darlenne, deseaba ignorarlo pero era tan inocente que le dolían todas las palabras que el niño decía.
-Estoy siendo bueno, te estoy preguntando sobre el regalo de tu papá...por cierto...¿Dónde está el de tu mamá?...-Darlenne dejó de enfadarse de inmediato y agachó la mirada con desilusión.- Ya recordé...no tienes.- El niño se soltó a reír junto con otros. Brissia frunció el ceño.
-Siempre molestando Dylan, te vamos a acusar con la maestra.
-No me da miedo.- Contestó Dylan tajante.- Yo sólo digo la verdad...
-Entonces guarda silencio.- Seguía defendiendo Brissia.
-Un árbol no me dice qué hacer.- Dylan pasó a lado de Brissia empujándola, Brissia estaba a punto de caer pero supo mantener el equilibrio, algo en su interior deseaba darle una lección.
-Ya no te enojes o mamá se enfadará.-Le decía Venus calmándola. Brissia hizo un gesto de molestia y prosiguió en ir por sus regalos.
-No llores Darlenne.- Le decía Venus al verla triste. Darlenne se limpió los ojos con su manita, tenía que ser fuerte, tenía que ser como su papá.
-Está bien.- Dijo tratando de sonreír.
Mientras esto pasaba, Danna volvía a pedirles a todos los adultos presentes que tomaran asiento los cuales estaban acomodados en forma de círculo.
-Bueno, esto es lo último del día de hoy y ahora será más que nada obsequios que sus hijos les tienen preparados, ellos han trabajado estos días en hacerlos, es una actividad que yo les impuse para poner a prueba la creatividad de cada uno de ellos pero lo que también inspiró a los niños fue el destinatario, que son ustedes.- Danna estaba explicando claramente a los adultos todo lo que estaba por comenzar.
Momentos después, varios niños aparecieron frente a todos con sus respectivos obsequios e iban a entregárselos a sus padres, la emoción estaba en todas partes y muchos padres abrazaban a sus hijos muy conmovidos.
Franco le había llevado dos regalos, uno a Shura y otro a Cassandra. A pesar de su carácter, Cassandra no podía explicar la sensación de ese momento, se sentía sentimental, agradecida y un sinfín de cosas positivas que le alegraban demasiado, lo abrazó y le besó le frente emocionada, Franco se estaba sintiendo asfixiado por tanto cariño de su mamá, definitivamente su carácter era más recio. Shura también emocionado le revolvió sus cabellos mientras tomaba los regalos.
Con Hikaru fue diferente pues no se sentía muy feliz al saber que sus padres estaban enojados y que no sabía a donde ir primero, si con Kira o con Dohko, su único consuelo era observarlos y ver que sus padres lo miraban con alegría. Hikaru le llevó a Kira su obsequio y esta lo abrazó. Cuando él quiso separarse vio que Dohko estaba a lado de él. Dohko miró a Kira como si le suplicara estar cerca de ambos por pocos momentos. Kira analizó a su hijo quien de pronto se veía más feliz así que tuvo que dejar el orgullo a un lado aunque sea por poco tiempo.
Danna abrazaba ambos regalos que si bien no eran muy grandes no quería que se le cayeran, era algo muy preciado.
-Es tu turno.- Le decía Danna tomándole sutilmente de la cabeza y no fue difícil observar que Darlenne estaba cohibida.- Tranquila...sólo debes entregárselos a tu papá.
Darlenne la miró rápidamente y asintió para luego apartarse y caminar hacia Aioros quien le estaba extendiendo los brazos. Darlenne llegó hacia él y lo abrazó, lo quería demasiado.
-Has hecho un buen trabajo...estoy orgulloso de ti.- Le decía Aioros una vez que se desligó del abrazo.
-Toma.- Darlenne le entregó el regalo más grande a Aioros, este lo tomó y le dio un beso en la frente a su hija.
-Gracias...- Agradeció y luego le dio uno más pequeño.- ¿También es mío?
-No...
-¿Entonces?.- Darlenne infló las mejillas, no se atrevía a mirar a su padre sin sentir ganas de quebrar en llanto.
-Es para mamá.
Aioros no tuvo reacción más que la de shock, Darlenne hablaba como si estuviera segura de que Nubia aparecería.
-Es...está bien, lo guardaré.- Le contestó con seguridad.
-Pero guárdalo bien papá, mi mamá me dijo que pronto regresaría.- Sonrió más de lo que había hecho ese día.
-¿Có...cómo?.- Preguntó en voz baja, estaba atónito.
-Me lo dijo en sueños...ella pronto vendrá.- Darlenne volvió a abrazar a su padre. Aioros estaba fuera de sí, no podía comprender muy bien la información que le daba, estaba en un dilema mental.
¿Será que de verdad Nubia utilizó sus poderes para hablar con Darlenne?....Aioros agitó la cabeza, no debía ser posible, se suponía que la flecha que hirió a Nubia hace tiempo contenía un veneno que le quitaba sus poderes y la mataría, no podía ser posible...tal vez sólo se trataba de la imaginación y el deseo que sentía su hija por ver a su madre sin embargo la intriga no se alejaba de él.
-¿Aioros?.- Aioria no había alcanzado a escuchar la conversación por estar platicando con Shura pero inmediatamente notó el cambio de actitud de Aioros.- ¿Qué tienes?
-Nada...estoy desconcertado.- Aioros no quería darle largas al asunto y menos con algo que se podría tratar sólo de la imaginación de Darlenne.- Es por el regalo.- Señaló el obsequio.- Aún no lo veo y me ha gustado.
Aioria no dijo más y sonrió, debía ser eso.
Danna señaló a las gemelas poco después y les indicó que era su momento. Las niñas tomaron ambos regalos y caminaron hacia donde estaba Dione esperándolas.
-Es para tí mamá.- Le decía Venus a Dione. Ella no dijo nada, sonrió felizmente y tomó el regalo luego observó a Brissia quien tenía otro regalo en manos pero no se acercaba a dárselo.
Kanon arrugó la frente confundido, seguía observando que las niñas estaban portándose raras con él.
-Si no quieren dárselo a ella pueden dármelo a mí.- Dijo bromeando y enseguida las niñas lo miraron y se acercaron a él. Brissia le extendió el regalo.- No, dáselo a tu mamá, es de ella, yo sólo estaba bromeando.
-Es para ti, tío Kanon.- Dijo Brissia insistiendo en que tomara el regalo.
Kanon pestañeó varias veces, no procesaba rápidamente la información. Los caballeros y las chicas se sentían curiosos en especial Saida y Dione quienes estaban a lado de Kanon.
-Tómalo Kanon.- Le dijo Saida animándolo. Kanon dudoso tomó el regalo que estaba envuelto. Enfrascado por la curiosidad lo comenzó a abrir y se encontró con una taza decorada por las niñas con pintura, la giró y se encontró con un mensaje:
"Para el mejor tío del mundo"
Kanon estaba serio y todos lo miraban, estaba conmocionado.
-También esto tío Kanon.- Le habló Venus dándole una hoja de papel doblada, Kanon levantó ligeramente la carta y comenzó a desdoblarla y a leerla:
"Tio Kanon
Savemos que somos trabiesas y que estas enojado con nosotraz.
Emos penzado musho y vamos a canbiar para que seaz felis.
Nosotraz estamos felises de que tu estez con nosotraz.
Te keremoz musho tio Kanon y heres lo mas paresido a un papa para nosotraz"
La carta poseía muchísimas faltas de ortografía lo que daba a entender de que la hicieron ellas mismas sin ayuda de nadie, además había dibujos con muchos colores en la carta y en una esquina estaba una simulación de Kanon con las gemelas tomadas de su mano.
Kanon sentía que sus ojos y garganta le comenzaban a arder, alzó rápidamente la mirada hacia las niñas quienes estaban esperando alguna respuesta de parte de él. Kanon cerró los ojos y le entregó las cosas a Saida.
-¿A dónde vas?.- Le preguntó extrañada al verlo que salía del salón.
-Necesito salir...en seguida vuelvo.- Dijo cortante sin detenerse. Saida frunció el ceño y miró a las gemelas quienes se ponían tristes pensando en que a Kanon no les había gustado el regalo.
-¿Qué dicen los regalos?.- Preguntó Dione. Saida miró la taza y se la enseñó a Dione y luego ambas leyeron en voz baja la carta, rápidamente se percataron de lo que le había sucedido a Kanon, Dione se sintió más nostálgica.- ¿Esperamos a que regrese?
Centro de Atenas.
-¿En serio no sabías nada de la fiesta?.- Le preguntaba Sory a Ambrosía quien estaba acomodando unas cosas.
-No...hasta ahora.- Dijo con seriedad.
-¿Quieres que te ayudemos a limpiar?.- Preguntaba Mary Anne a la vez que comenzaba a levantar unas cosas.
-Si lo desean, menos mal que no es mucho...
-Te oyes resignada.- Le dijo Sory y Ambrosía se encogió de hombros.
-No tengo opción, lo hecho hecho está y si va a haber una fiesta aquí por lo menos debe estar limpio el lugar...por suerte que no me puse a dar clases el día de hoy.
Sory negaba con la cabeza mientras tomaba una escoba.
-Ese Milo...toma decisiones por sí solas sin embargo es comprensible, uno no es firme con sus decisiones y termina involucrándose en el plan.- Decía Sory comenzando a barrer, ninguna de las chicas comprendía muy bien lo que decía, eso sonaba más personal.
-¿Qué quieres decir Sory?.- Preguntó Mary Anne.
-Nada...sólo un comentario.- Se alejó un poco para seguir limpiando, había hablado un poco de más.
Ambrosía cambió de atención y siguió metiendo unas cosas en unas cajas y les llevaba a un clóset donde poco después escuchó su móvil sonar. Sacó el teléfono y leyó el mensaje, abrió un poco la boca por la sorpresa y salió del clóset sin despegar la vista del móvil y luego se dispuso a hacer una llamada.
-¿Hola?.- Preguntó la otra persona de la línea.- ¿Quién eres?
-Sabes quién soy porque me has mandado un mensaje.- Decía Ambrosía.- Y no me digas que es equivocado porque conozco tu voz.
La mujer del otro lado de la línea comenzó a soltarse a carcajadas.
-No cambias querida amiga...quise comunicarme primero con Cassandra pero no me contesta.
-Está ocupada, fue a la escuela de sus hijos.
-Ya veo ya veo...está ocupadísima.
-Sí pero puedes llamarle más tarde si lo deseas.
-Es inútil, lo he intentado pero siempre es lo mismo, sería mejor si hablara con ella frente a frente, así me pondría más atención.
-Pues tendrías que viajar mucho para encontrarte con ella.
Pronto sonó el timbre del local, Ambrosía caminaba hacia la entrada sin dejar de hablar por teléfono y al abrir la puerta fue mayor su sorpresa.
-Ya lo hice...- Dijo la mujer apagando su teléfono.
-Eren...¿Cómo es que llegaste tan rápido?.- Preguntaba Ambrosía aún con el móvil en su oído.
-Deja el móvil que ya puedes hablar libremente conmigo.- Ambrosía apagó el móvil y analizó perfectamente a la mujer frente a ella.
Su nombre era Eren y se trataba de la amiga de secundaria de Cassandra, Ambrosía solía hablar con ella también pero no con tanto entusiasmo como lo hacía su prima, obviamente ellas se entendían mucho y mejor.
Eren tenía una maleta en el suelo, era evidente que acababa de llegar, suponía que había viajado de Turquía.
-¿Acabas de llegar?
-Por supuesto y quería darles una sorpresa.- Expresó la mujer.
-Vaya...¿Y cómo supiste que me encontraba aquí?
-Secreto, lo que importa es que estoy aquí.- Dijo la chica mientras se quitaba una boina de la cabeza y se acomodaba algunos cabellos color coral que se le habían alborotado. Ambrosía la miraba extraño.- Está bien.- Dijo fastidiada.- Cassandra me contó hace tiempo que o estabas aquí o en la tienda de antigüedades...o en su casa pero al ir a ambos lugares y no hubo señales de vida decidí venir para acá...¡Y te encontré!
-¿A mí querías verme o a Cassandra?...Por tu llamada me hace pensar que tenías interés en Cassandra y con lo que me dices parece como si quisieras verme a mí.
-De hecho a ambas pero como tú casi no sales ni nada supuse que era más fácil localizarte.- Dijo directamente y veía como Ambrosía se incomodaba.- Lo siento...no quise ofender.
-No lo hiciste.- Mintió.- Bueno, pásate...estábamos limpiando.- Le dijo abriéndole más la puerta.
-¿Estábamos?.- Eren vio que dentro estaban Mary Anne y Sory quienes se detuvieron en sus acciones al verla.
-Eren...te presento a Sory y a Mary Anne.- Las señalaba para que la chica las ubicara.- Chicas...ella es Eren, una amiga.
Las chicas estrecharon la mano saludándose.
-Es un gusto.- Dijo la chica con amabilidad.
-Igualmente.- Expresó Mary Anne.
-¿Y por qué están limpiando?
-Porque habrá una fiesta.- Al decir la última palabra Sory, a Eren se le iluminaron los ojos.
-¿Habrá fiesta? Wow...¿Aquí?...Es sorprendente...¿A qué hora empieza?
-No estoy segura, pero en poco tiempo deberán venir con unas cosas.- Explicaba Ambrosía neutral.
-¿Quiénes? ¿Habrá muchos invitados?
-De hecho sí, en su mayoría son hombres pero son agradables.- Decía Sory y Eren sonrió de oreja a oreja.
-Eso significa que llegué en buen momento...Puedo estar en la fiesta ¿verdad?.- Decía Eren con sus manos entrelazadas y mirando a las tres chicas.
-Pues...no lo sé.- Decía Ambrosía dudosa pero los ojos verdes suplicantes de Eren ponían presión.
-No le veo nada de malo que se quede, total es una fiesta...-Decía Sory siendo amable. Eren la miró agradecida.
-Está bien...tienes razón.- Dijo Ambrosía y en pocos segundos, Eren dejaba sus cosas en la esquina del local y se dispuso a recoger otras cosas.
-Entonces hay que apurarnos, es una fiesta y hay que vestirse para ella...como me caen bien, les regalaré un conjunto de ropa que recién compré...-Expresaba con tanta emoción sin embargo Ambrosía no se sentía muy cómoda.
Escuela.
Kanon había salido del salón por varios minutos y aún no se animaba a entrar, se paseaba por los pasillos y luego terminaba recargado en la pared, los regalos de las niñas simplemente le conmovieron...si había salido del salón era porque sentía ganas de llorar, algo raro...él no lloraba de no ser algo importante o doloroso.
-¿No piensas entrar aún?.- Kanon levantó la mirada y vio a Saida con el semblante comprensivo.
-Quería estar solo, eso es todo.
-Entonces...¿Me voy?
-No...
Saida suspiró y se acercó a él recargándose en la pared sin dejar de observarlo.
-¿Cómo te sientes?.- Podía preguntarle muchas cosas pero la que tendría la respuesta más concisa sería esa.
Kanon dudaba en contestar, no la veía directamente, se tomaba su tiempo para expresar lo que sentía.
-Extraño...pero feliz.- Sonrió con sinceridad.- Nunca me había sentido así...no pensé que para ellas fuera a significar demasiado.
Saida se puso frente a él y le tocó la nariz con su dedo índice.
-Eso es porque en ausencia de Saga, tú has sido lo más cercano a un padre...has sido bueno con ellas y no dudas en demostrarles cuanto las quieres y viceversa.- Le alcanzó a tomar el rostro, sus ojos jade le miraban fijamente.- Aunque quieras pretender que eres un tipo rudo yo sé que no es así, en el fondo tienes un buen corazón y es por eso que te quiero.
Kanon miró al cielo y luego le besó los labios cálidamente.
-Guarda silencio que no lograrás verme llorar.- Le dijo divertido pero era claro que estaba a punto de lagrimear.
-Entonces sólo te abrazo.- Saida lo abrazó y este le correspondió, en su hombro dejó caer sus lágrimas, mientras no lo vieran se sentía seguro...estaba muy feliz.
Adentro del salón.
-Se han tardado, voy a ver qué ocurre.- Dijo Dione a Kira quien estaba más cerca.- No tardo.
-Está bien, aquí te espero.
Mientras que todo esto ocurría, todos los niños se reunían con la maestra para despedirse, por fin el día había terminado y era hora de irse a sus casas.
-Ya me quiero quitar esta cosa.- Decía Franco molesto.
-Igual yo...-Decía Brissia agitando las manos.
-¿A dónde habrá ido tío Kanon?.- Preguntaba Venus buscándolo con la mirada.
-Quien sabe...no lo veo.- Decía Darlenne.
-A lo mejor no le gustó.- Dijo decaída Brissia.
-Yo también opino lo mismo.- Dijo Dylan entrometiéndose en la conversación.
-¿Otra vez?.- Preguntó fastidiada Venus. Brissia apretaba los puños.
-Digo la verdad...sus regalos eran feos.
-Tú no sabes nada.- Dijo Brissia enojándose cada vez más.
-A qué sí sé.- La comenzaba a retar el niño.
-No peleen, hay que irnos.- Decía Darlenne sin mucho éxito.
-Si no te callas te voy a golpear.- Amenazó Brissia y el niño más se burló.
-Ya quisiera verlo enana cara de tronco.- El niño le mostró la lengua y fue suficiente para que Brissia se aventara a él y le jalara de los cabellos.
-¡Se están peleando!.- Comenzaron a gritar los niños llamando la atención de los adultos.
Afuera.
-Pensé que ya se habían ido.- Dijo Dione al ver a Saida y a Kanon.
-No...ya estábamos por entrar.- Dijo Saida.
-¿Tú estás mejor?.- Le preguntó Dione a Kanon.
-Yo estoy perfectamente, no me sucedía nada.- Se defendió neutral.
-¿A quién engañas?...Los tíos también tienen sentimientos.- Sonrió de oreja a oreja.
-Uno ya no puede ponerse sentimental sin que le hagan bullyng.-Expresó Kanon fingiendo ofensa.
-¡Dione!.- Salió Kira llamando a la chica.
-¿Qué tienes?.- Preguntó Dione confundida.
-Tu hija se está peleando con un niño.- Todos se miraron entre sí y entraron inmediatamente.
-¡Ayúdenme!.- Gritaba el niño, no podía hacerle mucho daño gracias al disfraz ostentoso de Brissia pero ella seguí jalándole de los cabellos.
-Ya basta...Brissia, déjalo.- Decía Danna tratando de quitarla de encima.
Los demás se acercaron y Shion puso cara de espanto al ver a la niña peleándose, pronto la misma expresión la puso Dione, su hija estaba loca.
-¡Brissia!.- Gritó Dione sin éxito.
-¡Alguien sepárenlos! ¡Se van a matar!.- Exclamaba irónico Dohko, aunque fuera un caso serio no podía evitar reírse.
-Cállate Dohko.- Regañó Shion.
Pronto Kanon se acercó a Danna y la hizo a un lado para agarrar a Brissia fácilmente ya que nadie hacía algo por quitarla. Brissia soltó al niño quien seguía tirado en el suelo fingiendo mucho dolor.
Kanon salió con Brissia como si esta fuera un saco de patatas y luego la puso en el suelo.
-Quiero seguir pegándole.- Decía Brissia golpeándole al aire.
-No le seguirás pegando.- Dijo poniéndose a su altura.- ¿Por qué le has pegado?
-Porque me cae gordo.- Se intentó cruzar de brazos.- Sólo se la pasa molestando...además él fue quien me dijo fea.
-Ya entiendo, sólo espero que no te lleven a la delegación...que un árbol golpee a un pato no es muy sano.- Dijo claramente burlándose pero en tono serio. Brissia alzó los hombros.
-No me importa.- Repuso tajante. Kanon soltó una risa y negó con la cabeza.
-Sabía que esto pronto sucedería, a alguien tenías que parecerte.- Puso una mano en la cabeza.
Dione salió y se encontró con ellos, estaba muy molesta por la actitud de Brissia y de inmediato la miró con enfado.
-Tú y yo debemos hablar.- Dijo firme. Kanon se levantó.
-No te enojes con Brissia.- Dione abrió la boca escéptica.
-¿Qué no me enoje? Lo que hizo no es gracioso...¿Por qué lo hiciste Brissia?.- Después de varios segundos, la niña decidió hablar con su mamá, ahora con nostalgia.
-Ese niño sólo nos molesta...-Comenzó a tallarse los ojos.- Sólo me defendí como tío Kanon me dijo...
Dione miró ahora a Kanon quien no entendía por qué dijo Brissia eso.
-¿Tú tienes que ver?
-Claro que no...debe haber un error.- Dijo extrañado.- ¿Cuándo te dije eso Brissia?
-Cuando me dijo fea...
FLASHBACK
-¿No soy fea?.- Kanon sonrió más y le alborotó los cabellos a Brissia.
-Por supuesto que no, es más...si te vuelven a molestar prefiero que te defiendas a que llores como ahora.
-Mamá se enoja...
-No tiene por qué enojarse, te estarás defendiendo...deja a los que te molesten sin palabras.
FIN FLASHBACK
-Ya recordé...-Dijo Kanon pensativo.
-¿Entonces sí fuiste tú?.- Demandó saber Dione.
-En cierta parte sí...mira Dione, sólo lo hizo por defenderse, no es un delito y dudo que la lleven a prisión por eso. Dione respiró frustrada.
-La molestaran o no, no debió hacer eso...
-Perdónala...es la primera vez que se puso así.- Brissia fue directo a Kanon y lo abrazó de una pierna. Dione puso sus manos en la cabeza.
-Yo no sé pero voy a hablar con ella en la casa.- Dione se fue al salón de nuevo aún enojada y ahí salió Venus quien fue con su hermana y la abrazó.
-¿Te regañaron?
-Aún no.- Contestó la niña.
-Oigan ustedes dos.- Dijo Kanon y ambas lo miraron curiosas.- Quiero hablarles sobre los regalos...
-No te gustaron ¿verdad?.- Preguntó Venus con una mano en la boca.
Kanon volvió a ponerse en cuclillas alegremente.
-No, no me gustaron...-Las gemelas pusieron rostros tristes.- Me encantaron...y muchas gracias...ahora vengan.- Kanon abrió los brazos y ellas fueron con él a abrazarlo, Kanon les besó la frente.- Yo también las quiero...
Centro de Atenas.
-Menos mal que el Patriarca decidió que Milo si organizara la fiesta.- Decía Seiya llevando una caja con refrescos.
-Para mí que Milo tiene algo planeado.- Dijo Ikki cargando unas bolsas.
-¿Tú no sabes nada Hyoga?.- Le preguntó Shun al rubio.
-Ya les dije que sólo sé cuándo Milo le dijo a Camus sobre la fiesta sorpresa...que tiene planeado es un misterio para mí.
Cabe mencionar que los cuatro caballeros de bronce estaban hablando bajo pues metros adelante estaba Milo y Camus, el primero no cabía de emoción.
-No me la creo que se lo haya tomado tan bien.- Decía Camus indiferente.
-Si no fuera así, no estaríamos a punto de llegar...
-Pues sigo sin creerlo y más conociendo su seriedad para estas cosas.
-Ya verás entonces Camus...ya verás...
Siguieron caminando sin hablar más, Milo llevaba más refrescos cargando y Camus tenía una caja con platos y vasos que Milo compró días anteriores.
-Oye Milo...¿Y cómo vas a hacer que Shaka venga?.-Milo se detuvo de golpe y abrió sus ojos, estaba atónito.- ¿Se te olvidó algo?
-S-Sí...¡Decirle a Shaka!
-¿Qué?...No entiendo...
-No le dije nada a Shaka...ni siquiera inventé un plan para traerlo a la fiesta...estaba tan ocupado en organizarla que se me olvidó lo más importante.- Comenzó a reír sintiéndose un estúpido.
-Genial Milo...¿Y ahora?
-Pues no será difícil, sólo hay que mandar a alguien por él y asunto resuelto.- Milo recuperó fácilmente su humor y siguió caminando, Camus se asombraba más de cómo se tomaba las cosas tan fácilmente su amigo.
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