OMAKE 2: Memorias

**INFORMACION EXTRA:

Ébano/ Nix: Como bien sabemos, es la principal villana de este fic y es hermana de Saida. Ella ya sabe que es la reencarnación de Nix desde hace tiempo pero siempre lo mantuvo bien oculto, lo supo gracias a Érebo quien ha fomentado más y más la maldad en ella.

Es una diosa/persona manipuladora e inteligente, tiene varios guerreros a su mando quienes la mayoría la veneran con mucho respeto por haberles "salvado la vida". Ella siempre le tuvo envidia a Saida y a veces ha dudado en hacerle daño por simple maldad y diversión pero hay algo que se lo ha impedido a profundidad, una protección divina.

Érebo: Como bien podremos saber, Érebo en la mitología viene siendo hermano de Nix. Es el dios de la sombra y oscuridad y forma parte del Inframundo.

Él ayuda a Nix a que los guerreros (quienes eran personas entre la vida y la muerte) se unan a ellos ofreciéndoles su fidelidad a cambio de una vida que creen "magnífica".

Es de carácter frío, manipulador y esconde una maldad profunda sin embargo, guarda sentimientos de afecto hacia Kesia.

Zacros: Es un guerrero y guardián de la diosa Nix. Actualmente su alma reside en el cuerpo de Saga por considerarlo "vulnerable", su estabilidad durará hasta que encuentre la tumba donde se encuentra su cuerpo.

A pesar de ser guardián de Nix, no le tiene agrado ni respeto y pocas veces obedece sus órdenes, esto porque tiene la confianza de que nunca le hará daño.

Los guardianes comparten un lazo con el alma de su dios...en pocas palabras...si Nix le quisiera hacer daño se estaría lastimando a ella misma.

Los guardianes son semi-inmortales.

Ésile: Guerrera y Guardiana de Érebo. A diferencia de Zacros, ella mantiene mucho respeto y rectitud hacia su amo considerándolo un ser único y muy poderoso. También le tiene mucha lealtad a Nix a quien también le sirve.

Kesia: Doncella de Érebo y Nix y hermana de Cereby. Ella no es una diosa como tal sin embargo posee poderes curativos. Ella tiene la protección de Érebo a quien le tiene estima a pesar de saber la maldad que esconde, esta es la razón por la cual muchos de los guerreros no son capaces de hacerle daño.

Cereby: Madre de Ébano y Saida. Ella siempre supo sobre los poderes de sus hijas y su procedencia y sabiendo su destino le brindó más atención y protección a Saida. Ella posee poderes de protección.

Cuando ellas dos tenían diez años, Érebo la encerró en el calabozo por "traición" hacia la diosa Nix pero el verdadero propósito era alejarla para apartar a Saida de sus planes sin embargo, Cereby utilizó su poder para protegerla de quien fuera.

Ébano está conciente de quien es y no hace nada por ayudarla por el favoritísmo que le tenía a Saida.

*Nota: Esta es la razón por la cual Ébano nunca ha podido hacerle daño a Saida confundiendo este poder con "afecto familiar"

Brenda/Calíope: En el fic anterior de "Sombra Calatía" Aparecía Brenda como una asesora de ventas de inmuebles cuando realmente era una espía de Nix, todo esto a base de manipulaciones.

Es la musa Calíope y sirve a Nix y a Érebo por igual y es quien crió a la hija de Nubia.

---ALGUNA OTRA DUDA RESPECTO AL FIC PUEDEN COMENTAR Y SE LAS ACLARO CON MUCHO GUSTO :)

***************

-¿Y cuál es el plan?.- Preguntó Mabel una vez que vio salir a Nubia de la casa. Ella cerró la puerta y avanzó unos cuantos pasos, Mabel estaba al tanto de sus movimientos, le daba curiosidad saber lo que tramaba.- Oye...hay muchas cosas que no entiendo.- Nubia le miró neutral.- Se supone que tú estuviste a punto de morir, es decir, no había forma de que pudieras sobrevivir...ese veneno era mortal para cualquiera.

-Pues no para mí.- Contestó con toda sequedad posible y continuó caminando pero Mabel se puso frente a ella.

-¿Qué haces en este lugar?...Desde hace tiempo que he observado las cosas, algunos de esos sujetos estuvieron el mismo día del ataque en el Santuario...

-Efectivamente.- Nubia comenzaba a exasperarse, no deseaba hablar de esas cosas de nuevo pero Mabel no parecía conformarse con eso.

-Esa palabra no es de ayuda, yo seré de tu apoyo así como lo fui para Morfeo.- Nubia esbozó una sonrisa mofa.

-Sí así serás de apoyo prefiero que te vayas.- Mabel opacó un poco la mirada.

-Aunque tú también me consideres inútil, te recuerdo que yo te ayudé hace un rato.

-Ese era para tu beneficio, no para el mío.

-Aun así, seré de apoyo pero para eso necesito saber qué pasó realmente...¿A quién le sirves? ¿Por qué estás aquí? ¿Quiénes son esas mujeres de allí adentro?

Nubia elevó la mirada, podría deshacerse de Mabel ahora que demostraba ser un fastidio pero ya sabía que podía hacer con ella, no podía dejar pasar esa oportunidad.

-Te contaré pero será la última vez que lo explique.- Mabel asintió.- Ese día del ataque...Aioros me llevó al templo y me recostó sobre la cama, hablamos un poco y él se fue a buscar a Darlenne, me quedé sola...

FLASHBACK

Nubia sentía que las fuerzas se le gastaban más y más, en un abrir y cerrar de ojos podría fallecer.

-Nubia...

Nubia abrió sus ojos un poco más y vio a Anell a lado de ella con Darlenne en brazos.

-Anell...ella es...

-Sí, es Darlenne.- Anell la puso en la cuna, la bebé estaba profundamente dormida.- Tenías que esperar hasta el último momento ¿no?

-¿De qué hablas?

-De esto...te dije que tenías que elegir con anticipación, ahora estás a punto de morir...

-¿Tú te llevaste a Darlenne?

-No exactamente, pero si fui ordenada para traerla de nuevo.

-Aioros...

-Ya sé...fue a buscarla, esperé a que se fuera para poder hablar contigo.

-Me imagino que quieres decir.

Anell se sentó en la cama a su lado con mucha tranquilidad.

-Entonces será más fácil que aceptes.

Nubia sentía más fuerte el dolor en el pecho.

-El veneno...hace más efecto...

-Date prisa...podrías salvarte de morir, sólo tendrás que aceptar.

-¿Y servirle a quién?

-A Nix...es a ella.

Nubia negó.

-A ella se la llevaron, ya no sirve de nada.

Anell sonrió y sopló por encima de su frente.

-Si lo dices por Thanatos e Hypnos y los demás, no te preocupes...de eso se trataba pero no es momento de decírtelo...sólo piensa que esta será una forma de que puedas saber de Aioros y de Darlenne después.

-No hay nada que pueda ayudarme.

-Puedo hacerlo ahora porque tengo órdenes, sólo que después de eso, harás lo que se te ordene...¿entiendes?

Nubia se quejó por una punzada en su pecho, más claros, en su corazón.

-Duele más.- Se quejó la oji lila. Nubia no tenía ya demasiado tiempo para pensar las cosas, no sabía cómo sería estar bajo las órdenes de alguien pero la sola idea de no volver a ver a Aioros ni a Darlenne nunca más le afectaba más, tal vez si aceptaba podría verlos...no sería tan malo.- Está bien...acepto...

Anell se levantó y sacó un frasco pequeño con un líquido transparente, lo destapó y lo puso en los labios de Nubia y esta lo tragó rápidamente saboreándolo. La rubia puso una mano sobre el pecho de Nubia y una luz negra comenzó a cerrarle la herida. Anell se separó de Nubia y esta abrió sus ojos con sorpresa.

-Ya estás.

Nubia se levantó y revisó la movilidad de sus manos y tocó su pecho, ya no había herida marcada ni dolor que le perjudicara.

-¿Qué era eso?

-Un líquido que me dio una persona que hace milagros.- Sonrió con sospecha.- Mejor vámonos porque tendremos muchas cosas de qué hablar.

-Espera...quiero despedirme de Darlenne por ahora.- Anell enarcó una ceja y le hico una seña con la mano para que lo hiciera. Nubia avanzó hacia la cuna y tomó a Darlenne entre sus brazos, le acarició de la mejilla con su dedo y luego con su nariz y la abrazó impregnándose de su aroma. La besó en la mejilla y luego la volvió a poner en la cuna.- Enseguida vuelvo.- Dijo Nubia sonriendo de ver a su bebé en buenas condiciones.

-Ya vamos.- Apresuró Anell y Nubia se fue con ella, ambas desaparecieron del lugar.

FIN FLASHBACK

Mabel puso cara de incredulidad y hasta cierto toque de rabia.

-¡¿Anell tuvo que ver en eso?!

-Sí...prácticamente.

Mabel apretó los puños, deseaba descarrilar su rabia en Anell, ya sabía que no se debía confiar en ella desde un principio, lo lamentaba por Morfeo quien tuvo que padecer.

-¿Qué más pasó?

-Ella me llevó a la fortaleza que acabamos de entrar, ahí me presentó a Nix...Ella habló de sus planes y propósitos, incluso para mí...se podría decir que gracias a ella es que sigo viva pero "como favor" debo ser ahora una guerrera a su servicio...los demás guerreros pasaron por lo mismo que yo.

Mabel enarcó una ceja.

-¿A qué te refieres?

-Que ellos también estuvieron a punto de morir...ella los salvó y ahora están atados a eso...así consiguió un ejército.

-Pero...¿No se supone que se llevaron a Nix a los Campos Elíseos?

-Eso era...pero se trataba de una impostora, una fiel seguidora de Nix a la que no le importó morir...

La chica chifló asombrada.

-Un ejército con personas casi muertas...engañó a Hypnos y a los demás poniendo a una impostora...¿Qué más ha hecho esa mujer?

-Demasiadas cosas...-Apartó su vista y la fijó en la casa, observó que las chicas se asomaban por una ventana.- Será mejor que nos apartemos más.

Ambas comenzaron a caminar alejándose de la casa.

-Y...¿Después llegaste a este lugar?.- Nubia asintió sin mirarla, estaba más al tanto de sus alrededores.

-Aun no termino de hablar...-Repuso.- Nix no me dejó otra salida, no podía regresar al Santuario, fue tajante con eso.

FLASHBACK

Nix caminó hacia ella levantando su dedo índice y poniéndolo en el pecho de Nubia donde estaba su corazón.

-Tú tienes el corazón donde rige más tu odio...un odio que se encargó de crear Morfeo y tu madre, ese sentimiento jamás podrás borrarlo...y eso es lo que quiero...si yo te pido que mates a alguien hay más posibilidades de que obedezcas, así ya no tendría que someterte a los entrenamientos intensivos.- Nubia puso rostro de no entender absolutamente nada y miró a Anell quien tenía la miraba plantada en el suelo.

-Tal vez lo haría pero como dije...depende de la persona...

Nix puso una postura algo fastidiada y pronto volvió a enderezar la espalda.

-Lo sé...tu familia...-Dijo con desprecio.- Eso se puede arreglar muy fácilmente lo que me hace cambiar de opinión, creo que si irás a esos entrenamientos.

Nubia curveó los labios llena de escepticismo.

-Espera un momento...hablas como si yo no regresara con ellos.

-Exactamente...

Nubia comenzaba a impacientarse.

-Pero a mí nunca me dijeron eso.

-Lastima por ti, has hecho un pacto y ahora llevas mi marca.- Señaló hacia el brazo de Nubia y esta lo miró, había una marca negra con un símbolo extraño que parecía estar dentro de la piel.

-No sé cómo apareció esto...

-El líquido que te dio Anell...no sólo era para curarte...querías salvar tu vida y yo lo hice posible, ahora debes servirme te guste o no.

Nubia comenzó a negar con la cabeza.

-Esto es demasiado para mí, Anell me lo dijo antes pero yo no creí que fuera cierto.

-Pues lo es...no volverás a ver a tu familia ni a nadie más a menos que yo te lo ordene, deberías estar agradecida de que no los hayan matado y de qué tú estés consiente de que están bien.

Nubia tragó saliva, Anell se lo había dicho aquellas veces que fue al templo, le dijo que por el bien de Aioros y de Darlenne ella tendría que tomar una decisión y al parecer ya la había tomado para poder salvar su vida.

-Es mi familia, yo los quiero y no deseo separarme.

-Te lo estoy ordenando o ¿Acaso quieres que mande para que los maten?

-¡No!.- Dijo rápidamente Nubia sintiendo un hoyo en su interior de sólo imaginar la distancia que se había creado entre ellos.- Está bien, haré lo que quieras...

-Perfecto...-Nix caminó hacia las puertas y Anell le abrió para que ella saliera, la rubia le hizo un gesto a la oji lila de que debían seguirla.- Te llevaré a dónde te quedarás...

-¿De una vez?

-Por supuesto.- Nix se detuvo ante una puerta de puerta algo descuidada y Anell la abrió de inmediato. Nix entró y las otras dos hicieron lo mismo, en interior era más pequeño y sucio, sólo había una tabla grande elevándose a unos cuantos centímetros del suelo, Nubia supuso que se trataba de una cama.

-¿Me quedaré aquí?

-Sí ahora un detalle muy importante y que se me olvidaba mencionarte.- Se giró hacia ella.- ¿Qué crees que deberías hacer con el hijo que esperas?

Nubia lo había olvidado, llevaba un hijo en el interior.

-No lo sé.

-Pues te aconsejo dos cosas: o se lo das al padre o te deshaces de él.- La diosa hablaba con tanta frialdad que hasta inquietó a Nubia un poco sin embargo el bebé no era demasiado importante para ella y comenzó a reír con cinismo.

-Deshacerme de él sería la opción porque dudo que Morfeo se dedique a cuidarlo.

Nix hizo hacia atrás la cabeza, con sorpresa.

-¿Y por qué metemos a Morfeo en esto?

Nubia enarcó una ceja con confusión.

-Él es el padre...es por eso que quiero deshacerme de él, no quiero nada que tenga que ver con Morfeo.

Nix primero estuvo en absoluto silencio y luego comenzó a reírse como si se tratase de un buen chiste algo que Nubia no supo entender ni manejar.

-Eso me hizo reír demasiado...pero para darte la buena noticia, ese hijo no es de quien tú crees...

-¿Qué?

-Deberías ver tu cara...es realmente gracioso pensar que creías tener un hijo de Morfeo...pero no...no tengo idea de qué te hizo llegar a esa conclusión pero pues ahora tú sabes quién es ahora el padre así que si resumimos todo puedes dárselo cuanto antes...

Nubia miró a Anell con severas intenciones de romperle el cuello y cortarle la lengua. Nix miró la escena con detalle y supo que Nubia sería una buena guerrera, sólo necesitaba tiempo para que olvidara sus sentimientos.

-Ya es demasiado tarde y tengo muchas cosas qué hacer.- Se fue hacia la salida.- Sobre dárselo al padre es una opción pero tú sabrás cómo deshacerte de él mientras tanto te quedarás aquí encerrada como un perro.

Nix se fue dejando a Nubia y a Anell solas. Nubia incrementando su cólera miró a su hermana.

-¿Tú lo sabías?

Anell la miró moviendo la quijada un poco.

-No debía decirte la verdad, de otra forma tu odio no sería tan grande...

Nubia sonrió con falsedad y se acercó peligrosamente a Anell.

-¿Ibas a dejar que me deshiciera de un bebé que es de Aioros? Tú sabes del asco que le tengo a Morfeo y aun así no me dijiste nada.

-Ese era el motivo Nubia.- La miró determinante.- Lamento mentirte de cierta manera pero era lo que debía hacer.

-Y gracias a tus mentiras y tu falta de información no podré estar de nuevo con quienes quiero ¿no? Al menos que me vaya....

-Eso sería peor...morirías tú y todos los que quieres, Nix es muy fuerte y si la haces enojar es capaz de todo...y eso que apenas está despertando totalmente.

Nubia bufaba sin dejar de ver a Anell y luego volver a revisar el lugar en el que estaban.

-Este lugar es el claro aspecto de una prisión...¿Hasta cuándo saldré?

-Hasta que ella decida, es compasiva al dejarte aquí hasta que decidas que haces con ese bebé.

-¿Sabes Anell?...Mi odio empieza a girar hacia otra persona más.- La miraba fijamente, Anell entendió la indirecta.- Espero no volver a cruzarme de nuevo contigo o seré yo quien te arranque la piel de un solo tajo por mentirosa y traicionera.

Anell esbozó una media sonrisa y salió de ahí encerrando a Nubia con candado.

Nubia miró a través de una pequeña ventana con barrotes donde podía ver la luna. Ella sintiéndose destruida comenzó a golpear la pared con sus manos y luego cayó en el suelo desconsolada...¿No volvería a ver a Aioros ni a Darlenne? Y ahora otro tormento le seguía...había odiado al bebé que ahora esperaba, si antes pensaba que era de Morfeo ahora ya era que se considerara una idiota con mayúsculas.

-¿Qué va a ser de ti ahora?...¿Qué va a ser de nosotros?.- Se decía a sí misma y al bebé que llevaba en el vientre...ahora ambos eran parte de una prisión de la que no sabían hasta cuándo saldrían.

FIN FLASHBACK.

Nubia y Mabel se adentraron al bosque, estaban solas...Nubia se acercó a uno de los árboles y se sentó sobre sus raíces las cuales sobresalían de la tierra.

-Te chantajeó.- Dijo Mabel observando la rabia que le provocaba ese recuerdo a Nubia.

-Si quieres comprenderlo así...

-¿Y qué pasó con ese bebé?

Nubia se cruzó de brazos y recargó su cabeza sobra el tronco, observaba como las hojas de los pinos se movían con viento, sonidos de un bebé llorando habían ocupado su mente.

FLASHBACK

Nubia había terminado de gritar y ahora relajaba la respiración, había sentido un alivio a sus dolores. Ella estaba acostada sobre el suelo con las piernas flexionadas y abiertas. A su lado estaba Anell y otras dos mujeres a las que apenas había conocido; sus nombres eran Kesia y Calíope.

Kesia acomodaba a un bebé sobre una tela blanca y le limpiaba el rostro, Nubia veía que la mujer sonreía, no era como las otras que conocía...no era como Anell quien esperaba el momento para que diera a luz y mandarla a "capacitarse" .

Nubia extendió los brazos, deseaba cargar a su bebé. Kesia la miró alegre y se lo iba a mostrar a Nubia pero Anell puso una mano sobre el hombro de Kesia.

-Será mejor que no lo hagas, Ésile ya fue a dar el informe de que nació.

-Pero es su madre.- Decía Kesia tratando de ignorar a Anell pero ambas se alarmaron. Kesia miró a Calíope y le puso el bebé en sus manos.- Vete a la casa del bosque.

Calíope sostuvo bien el bebé y miró a Nubia quien insistía con sus manos para cargarla.

-Ella...

-Date prisa.- Anell le tomó del brazo y la sacó de la celda.- ¡Vete!.- Calíope aferró el bebé contra ella y salió corriendo del lugar tratando de que nadie se percatara.

-Mi bebé...-Decía Nubia débilmente. Anell la miró con dureza.

-Se la llevaron.

-Quiero verlo...

-¿Quieres que maten al bebé? Será mejor que no se enteren que ha sobrevivido o que se fue con Aioros.

Nubia dejó salir una lágrima, lo que había deseado por meses, la única razón por la que se sentía feliz en ese lugar era poder ver a su bebé y ahora se lo arrebataban. Kesia miró a Anell, ella no se tentaba el corazón con lo sucedido, algo que ella no podía ignorar. Se acercó a Nubia y le secó las lágrimas con un pedazo de tela.

-No llores, sé que es difícil.

Nubia observó a Kesia, cada vez que la veía se mostraba amable aunque no hayan hablado lo suficiente, ella parecía preocuparse. ¿Qué hacía una persona así en un lugar como ese?

-No la alientes, es mejor que desde ahora la vean rígida, nada de sentimientos...tú no eras así.- Le dijo duramente Anell a Nubia mientras ella cerraba los ojos.

-No es algo fácil para ella.- Repuso Kesia.

-Tú no tienes por qué hablar aquí.- Ladró Anell y Kesia se puso de pie.

-Si tengo y lo sabes.

-Y precisamente por eso debes saber lo que le depara el destino, si ella quiere sobrevivir debe mostrarse como era antes.

-La alejaron de su familia y ahora de su bebé...-Atacaba Kesia con sutileza. Anell se enojaba más.

-Sabes demasiado ¿no?

-Más de lo que puedes saber tú.- Con esta frase, Anell había perdido la discusión. Nubia observaba como su hermana se quedaba ahí tragándose el coraje contra una mujer de semblante suave, una que no trataba de ocultar sus sentimientos...¿Qué poder tenía Kesia?

-Entonces...busca la forma de salvarla si tan altruista eres.-Escupía Anell mientras se asomaba por la puerta.- Después de todo, no podrás salvarla, nadie puede.

Kesia le tomó de la mano a Nubia, la oji lila podía sentir calidez en su mano, no presentía nada de maldad en ella.

-Ya verás a tu bebé, estará bien...yo me encargo de eso.- Le dijo antes de salir de allí, Anell le cedió el paso y luego miró a su hermana quien la miraba con desprecio.

-Si...ya sé, dirás que es mi culpa.

-Anell...si no veo a mi bebé de nuevo...tú...

-Guarda tus amenazas y usa esa ira mañana, no tienes más tiempo...te recogeré antes de que amanezca, estate preparada.- Dijo la rubia saliendo firmemente.

Nubia apretó con fuerza el vestido que llevaba, el que usaba mientras estaba embarazada, lo miró breves segundos y vio las manchas de sangre...su rabia no paraba y a cada paso parecía estar perjudicando a las personas que quería...

Horas después...

Nubia había logrado levantarse, se seguía sintiendo débil pero no podía seguir acostada sin hacer nada, debía planear algo. Miraba a través del pequeño agujero de su celda, puso las manos sobre los barrotes...afuera no había nadie, estaba desolado y oscuro. Pronto escuchó unos gritos a lo lejos, si agudizaba más su sentido podía descifrar suplicas y lamentos...a esas personas les estaban haciendo daño.

-Nubia...- La oji lila se giró ante el llamado, vio a Calíope, la mujer que la había ayudado hace horas, no dudó en alejarse de la vista y caminar hacia ella.

-Mi bebé...¿Dónde está?.- Calíope le hizo una seña para que guardara silencio. Entró por completo a la celda y cerró tras de sí.

-Está bien pero será mejor no hablar tan alto sobre esto, nadie sabe que está con nosotras.

-¿Nosotras?

-Sí...con Kesia, Euterpe, Talia y conmigo...sólo nosotras lo sabemos.

Nubia sentía un alivio pero su intranquilidad no cesaba.

-Quisiera verla.

-No podemos hacer eso...no ahora, Kesia hará todo lo posible porque así sea.

Ahí estaba de nuevo Kesia, como si se tratara de una salvación...alguien intocable para los demás.

-No puedo resistirlo, ni siquiera pude cargarlo.

Calíope le sonrió en el fallido intento por demostrarle tranquilidad.

-Ya lo harás pero...Kesia me mandó a decirte algo, debes escucharme muy bien ya que es importante.

-No quiero escuchar las mismas cosas que me dice Anell...sobre mañana, aún no sé ni q lo que me enfrento.

-Y no lo entenderás ahora, es difícil de explicar pero precisamente por eso debes estar preparada...habrá todo tipo de pruebas y sufrimientos...siempre pasa eso.

-Mira...no me importa lo que me pase, lo peor sería morir...lo único que quiero es que mi familia esté bien...

-Lo sé pero ahora sólo podemos hacer algo por el bebé...al menos esta vez haré eso por ti.

Nubia enarcó una ceja, miraba mejor a la chica y le daba la sensación de haberla visto antes....antes de toda esa pesadilla.

-No entiendo.

-Es comprensible, no me recuerdas pero si sé quién eres tú...Saori me lo dijo.

-¿Saori? ¿Conoces a Athena?.- Cuestionaba incrédula.

-Así es...conocí a varios de ustedes, a algunos caballeros y varias chicas...pero con ella platiqué en muchas ocasiones, sólo que ella no sabe quién era yo realmente.

-Si te explicas mejor entenderé lo que quieres decirme.

Calíope llenó sus pulmones de aire.

-Saori...Athena tenía un regalo para ustedes, tanto para Aioros como para a ti y para Saga y Dione.

-¿Y ellos que tienen que ver? ¿A qué regalo te refieres?

-Tranquila, te lo explicaré...no desesperes.- Acomodaba sus cabellos rizados y oscuros.- Mi nombre es Brenda, soy la asesora de bienes raíces que Saori contrató.- Mientras explicaba observaba como Nubia no comprendía lo que le decía, como si eso no tuviera relevancia en su preocupación.- En fin...yo estuve en el Santuario...fui...una espía.

-¿Una espía?

-Sí...pero eso te lo explicaré después...sólo te digo que yo estaré al cuidado de tu bebé.- Le sonrió, ahora que Nubia sabía que esa mujer había estado espiando el Santuario, no le daba nada de confianza.

-No...-Dijo tajante.- Y menos sabiendo que eres espía...¿Por qué dices llamarte Brenda si yo tenía entendido que te llamabas Calíope?

-Ambos son mis nombres, ya sabrás de ello también, ahora no tengo mucho tiempo para hablar contigo...sólo no te preocupes por tu bebé.

-No me gusta la idea de que ustedes lo cuiden y menos con lo que me dijiste.

-Calma...lo digo en serio, además siempre vendré y te mantendré al tanto, sólo...no te dejes vencer, lo que viene es difícil.

Calíope salió de la celda temerosa, si alguien la veía salir de la celda tendría problemas.

FIN FLASHBACK

Nubia arrojó una pequeña piedra que encontró a lado de ella. Mabel se puso de rodillas para sentarse, aún le faltaban cosas por saber.

-Desde que conociste a Aioros y tuviste a tu hija te volviste más débil emocionalmente, la verdad es que me asombro de escuchar esto.- Decía Mabel.

-Yo también...pero no creas que porque soy accesible contigo significa que soy débil, así fui hace años.

-Ya entendí...me matarás si quieres ¿no?

-Exacto...no se me olvida que por tu culpa pasaron muchas desgracias...déjame recordarte que te odio pero sé que me serás útil y a ti no te conviene ponerte en mi contra, saldrás perdiendo.- Mabel elevó la mirada discretamente.

-Ya lo sé...entonces...¿Con todos eres así de fría?

-No...-Mabel se mofó, no podía creerlo pero si Nubia había cambiado en el pasado...¿Por qué no ahora?.- Desde el día siguiente a eso fue muy difícil, tengo que confesarlo pero fue lo mejor...

-¿Te hicieron daño?

-Todos los días y a todas horas...Anell pasó por mí cuando aún no salía el Sol...me seguía sintiendo débil pero eso era irrelevante...justo después llegaron unas chicas más, también hombres estaban ahí...en ese momento a todos nos mojaron con agua helada, la sutileza no estaba presente...luego de eso comenzó la verdadera tortura...demandaban en golpearnos con brutalidad...si resumo...fueron casi cuatro meses los que estuve así, sentía que moriría en cualquier momento pero no fue así...soy como tú.

-¿Cómo yo?.- Preguntó incrédula y hasta sorprendida.

-Sí...como dicen, hierba mala nunca muere.- Nubia se levantó del suelo y observó de reojo que Mabel se ofendió por el comentario, había disfrutado esa reacción.- En fin...es irrelevante lo personal, sólo te contaré resumidamente lo que sucede con las chicas que viste en la casa.

-Ah si...te tratan con cierta familiaridad, pareciera que eres su salvadora.- Nubia miró a Mabel con enojo, sus ojos violeta expiraban más frialdad de lo que Mabel conocía.

-Eso no te importa y mejor no hables cosas que no sabes...ellas llegaron aquí por "casualidad" y si están bajo mi cargo es sólo por...-Nubia respiró profundamente antes de hablar.- Por orden de Nix.- Repuso.- Y...¿Sabes qué? Ya me fastidie con todo esto...será mejor que te vayas.

-¿Qué me vaya?.- Mabel se levantó de un solo movimiento.- ¿A dónde? Si alguien me descubre me meteré en problemas.

-Por eso...tal vez así entenderías un poco lo que es sufrir, sería divertido ver cómo te torturan.- Dijo esbozando una sonrisa maliciosa y caminando en dirección a la casa. Mabel la seguía atenta a los alrededores.

-¡No me dejes aquí! ¡Deja quedarme contigo!

-Te quedarás pero como un perro...no...peor que un perro...te daré sólo una manta y dormirás en el suelo, afuera para ser precisa.

Atenas.

Máscara Mortal y Marlenne estaban estacionados cerca de una casa con jardín grande y había mucho enrejado alrededor. Él observaba cada movimiento de la calle y de su acompañante, era muy visible la ansiedad en la que se encontraba y las constantes veces en que revisaba su móvil, había visto en una de esas que le estaban marcando pero ella evitaba las llamadas. Máscara Mortal blanqueó los ojos, esa mujer resultaba tan fastidiosa de solo verla.

-¿Por qué no sólo apagas el celular?.- Preguntó ya molesto. Marlenne le miró exigiendo una razón.

-Disculpa, no pensé que te molestara demasiado pero en unos segundos lo apago.- Dijo la chica con obvia ironía, revisaba su celular más tiempo, la pantalla del móvil se reflejaba en sus gafas. Máscara Mortal quiso abrir la puerta pero estaba atascada, buscaba la forma para conseguir abrirla...su desesperación fue tal que hasta terminó golpeándola.- ¡Hey! ¡Tranquilo! ¡Estás dañando mi coche!

-¡Ábreme la maldita puerta entonces!

-No porque aún no logras mi encargo.

-¡Llevamos aquí casi una hora!

-Estoy esperando una llamada.

Máscara Mortal no podía creerlo, se llevó las manos a la cara y respiró profundamente, esa mujer lo estaba desquiciando.

-Te están marcando todo este puto rato...

-No es quien yo espero...- Dijo determinante sin despegar la vista de su móvil hasta que recibió un mensaje el cual se dispuso a abrir.- Bien, es la señal...debes salir e ir a esa casa.- Señaló discretamente.

-Ajá...¿Y así voy? ¿Le digo buenas noches?.- Preguntó burlándose secamente.

-No...será rápido, sólo le dices que vas de parte mía y te entrega un paquete, le pagas y listo.

-¿Pagarle?.- Marlenne iba sacando de su cartera unos billetes y se los entregó a él.

-Con esto...se lo das, recoges el paquete y vienes de nuevo al coche, luego podrás irte.

-Todo esto parece muy sospechoso, dime...¿Qué hay en ese paquete?

-Ya lo sabrás...ahora ve.- Marlenne se estiró hacia Máscara Mortal para abrir la puerta. Él la miraba, se había puesto sobre él para abrirle la puerta, la tuvo más cerca y alcanzó a ver que debajo de las gafas había un colorete morado, a lado de su ojo. Marlenne se quitó de encima una vez que logró abrir la puerta.- Ya vete...-Dijo con más impaciencia, el movimiento de su pierna era repetitivo.

Máscara Mortal estaba harto, bajó del coche de mala gana y caminó hacia la casa con rapidez, tocó el timbre con ganas de perforar la pared con el dedo y se cruzó de brazos hasta que un hombre de aspecto desaliñado se paró debajo del marco de la puerta analizando de arriba abajo a su visitante.

-¿Qué tanto miras?.- Preguntó Máscara Mortal sintiéndose ofendido. EL hombre hizo una mueca.

-No deberías hablar de esa manera.- Máscara Mortal volcó los ojos y respiró hondo.

-Como sea...vine por un paquete de Marlenne...¿Me lo puedes dar?

El hombre torció la boca y pronto le estiraba un paquete rectangular con envoltura café, era más pequeño que la palma de la mano, Máscara Mortal al ver el paquete casi se va de espaldas.

-¿Y para esto me hizo venir?.- Preguntó para sí.

-¿Qué?

-Nada...toma.- Le dio el dinero y el hombre le entregó el paquete. Él dio media vuelta para regresar con Marlenne.

-Oye...dile a Marlenne que la próxima vez será el doble.- Le dijo el hombre antes de encerrarse en su casa de nuevo. Máscara Mortal hizo un ademán y se subió al coche de nuevo.

-¿Tienes el paquete?.- Preguntó la chica con desesperación.

-Sí, aquí está tu estúpido encargo.- Le dijo entregándole el objeto en mano. Marlenne admiraba el paquete con ojos brillosos y lo guardó en una maleta.

-Ahora tengo que ir a mi casa.

-¿Qué? No...primero me llevas a mí a la mía y luego te vas.- Dijo él a modo de orden.

-Puedes ir un rato a mi casa.- Dijo ella encendiendo el coche.

-No me gusta recibir propuestas indecorosas.- Dijo él muy específico en sus palabras.

-No soy prostituta si eso crees además no te estoy proponiendo nada de sexo...sólo era un invitación como forma de agradecerlo, tengo cervezas en el congelador.

Máscara Mortal levantó una ceja con indiferencia.

-Está bien pero si me percato de que quieres propasarte me largo.- Comentó él con sarcasmo delicado.

-No te preocupes niñita, no eres mi tipo.- Comentó Marlenne con burla mientras arrancaba el coche.

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Nubia le había dado una manta a Mabel y más a fuerzas que de gusto, Mabel tuvo que acostarse afuera de la casa, lo peor era que comenzaba a hacer mucho frío. La oji lila había salido de la casa, normalmente a esas horas prefería estar sola, alejada de todo lo posible. Ella caminaba más y más hasta estar cerca de un río donde veía el cielo despejado y los árboles eran menos. Miró la luna la cual no brillaba demasiado, no podía quitarse el recuerdo de Aioros y la última vez que lo vio, el de su hija...sin embargo el dolor ya no le afectaba, sabía que ellos estarían bien...mientras tenía que estar al tanto de otras personas, otras que habían llegado a formar parte de su vida inesperadamente.

FLASHBACK

Tres años atrás...

Nubia acababa de recibir su armadura. Era color violeta y portaba un casco del mismo color, en su caso, ella no portaba máscara sino un tipo antifaz que también cubría sus ojos. Ella estaba frente a Érebo, la presencia de Nix era notable. Anell estaba presente también, había presenciado el momento en que Érebo le otorgaría su armadura, había pasado la difícil tarea de los suplicios salvajes, ahora era reconocida y le debían cierto respeto. Nubia observaba sus alrededores con discreción, sólo ella y otros diez habían logrado sobrevivir, más de la mitad habían muerto en el intento y de la peor manera posible.

-Espero que con esto sean capaces de acatar cualquier orden que se les proporcione, de lo contrario...ya saben cuál será su destino.- Hablaba Érebo con voz áspera. Nubia compartió una mirada rápida con Anell y otra con Kesia quien sonreía por lo bajo, la noche anterior ella le había dicho que era el momento de volver a ver a su hija a quien no había visto por dos años...ese día había llegado.- Ahora retírense y hagan valer el cargo que se les ha dado.- Ordenaba Érebo alejándose de la habitación seguido de varias doncellas.

Nubia y los demás se levantaron y salieron de la habitación, Anell se acercó a ella y le tomó del brazo haciendo que se detuviera permitiendo que los demás avanzaran.

-¿Qué quieres?.- Preguntó Nubia con molestia.

-Estás cometiendo un error.- Le decía la rubia.- Cuando se enteren que hacen pasar a tu hija como alguien más...

-No me importa.- Le miró duramente.- Y será mejor que tú guardes silencio.

-¿Por qué debería? Te he ayudado demasiado y ni siquiera me lo agradeces.

Nubia miró a Anell con incredulidad.

-Claro...me has ayudado bastante, como no pude darte las gracias desde el comienzo.- Dijo sarcásticamente y soltándose del agarre de Anell.

-Te estás metiendo en problemas y yo no estaré dispuesta a ayudarte más.

Nubia se acercó más a ella mirándola fijamente, Anell podía darse cuenta de inmediato que esa mirada estaba cargada de algo más que una simple molestia.

-Anell...no sabes cuánto ansío el momento en que tú y yo resolvamos nuestras diferencias.- Anell sonrió de lado.

-¿Ah sí? ¿Y cómo?

-Matándote.- Anell no se esperaba esa respuesta, por un momento creyó que trataba de hacer las paces pero vaya que se equivocó. Nubia no suavizó la mirada y dio media vuelta alejándose, Anell sabía que esa advertencia no podía dejarla de lado, había logrado ganarse el odio de su media hermana.

Más adelante, Nubia esperaba poder reunirse con Calíope o con Kesia, las únicas que realmente la habían ayudado en esos dos años. Ella iba saliendo de la fortaleza, tenía a su vista el bosque que estaba a lo lejos, ahí debía ir.

-¡Nubia!.- Exclamó una mujer con armadura también. Nubia levantó la mirada frustrada y se giró hacia ella.

-¿Qué sucede Dilian?.- La mujer se detuvo frente a Nubia. Dilian había sido su acompañante desde que comenzó su "entrenamiento", sus ojos y su cabello eran del mismo color miel.

-Ésile nos llama, han llegado unas nuevas.

A esa frase sólo se le venía a la mente muerte, ya había perdido la cuenta de cuantas personas habían muerto en el intento de salir adelante, aquello era una tortura colosal.

-Ya voy.- Dijo Nubia caminando junto con Dilian de regreso a la fortaleza y más exactamente, en el área "de la muerte".

Al llegar ahí se encontraban todos los demás guerreros además de aprendices y en el rincón de la pared estaba el centro de atención. Nubia y Dilian abrieron paso hasta acercarse más y entender porque tanto alboroto, risas e insultos. Al llegar al frente vieron a siete jovencitas completamente asustadas, se abrazaban entre ellas y una que otra llorando.

-¿Ellas de dónde vienen?.- Preguntó Dilian a un hombre que estaba a su lado completamente serio y con los brazos ligados.

-Las trajeron de Rumania, al parecer eran amazonas de Athena.- Nubia levantó las cejas y analizó mejor a las niñas, la mayoría parecían rebasar los diez años

-¿Amazonas de Athena? Lo dudo mucho.-Comentó Nubia desinteresada.

-Pues sí lo son.- Dijo Ésile interfiriendo en la conversación, todos la observaron y guardaron silencio inmediatamente, ella iba acompañada de un hombre alto y que reflejaba autoridad.

Nubia al ver a ese hombre se sorprendió, no podía creer que él estuviera ahí y sobretodo diferente...Nubia tenía enfrente a Saga siendo manipulado por Zacros.

-Entonces sí lo son...sería mejor divertirnos un poco.- Proponía un guerrero de aspecto desagradable y quien miraba a las chicas con entusiasmo perturbador.

-Yo creo que merecen morir, personas cercanas a otros dioses sólo son basura.- Comentaba Girela observando claramente a Nubia, ella no se inmutó.

-Podría ser pero tengo otras órdenes en mente.- Decía Ésile dejando caer una porra de metal sobre su palma, esta tenía algunas incrustaciones filosas.- Así que será mejor que todos se vayan...excepto tú.- Señaló a Nubia. Los demás comenzaban a protestar.

-Creo que fue muy claro que debían irse.- Habló Zacros con voz de mando dejando a los demás callados. Mientras se alejaban, Nubia lo observaba, era increíble que él se pareciera tanto...¿O acaso era Saga?

Dilian compartió una rápida mirada con Nubia y luego se fue también, sólo estaban ahí ellos tres. Zacros resopló y dio media vuelta.

-¿Ya te vas? Creí que Nix te había ordenado que...

-Me da igual, tengo cosas mejores qué hacer...-Comentó con ligera agresividad.

-Pero Zacros...-Insistía Ésile sorprendida por la actitud tan osada de él.

-¿Zacros?.- Murmuró Nubia confundida.

-Ya te lo dije, no me importa lo que tengas que hacer tú...-Zacros se detuvo de repente y se llevó las manos a la cabeza. Ésile fue hacia él.

-No puede ser, otra vez...no te dejes vencer Zacros.- Decía Ésile mientras le gritaba a otros guerreros para que se acercaran. Ellos avanzaron hacia Zacros.- Llévenlo de nuevo a la celda, está perdiendo el control de nuevo.- Dictó la orden y los hombres se llevaron a Zacros lo más rápido posible hacia una celda.

Eso era muy raro, pensaba Nubia. Ésile miró de nuevo a Nubia.

-Esto te lo diré rápido ya que se han presentado unos problemas...ellas son amazonas de Athena, o al menos lo eran...su mentor se llamaba Juan y ellos estaban en Rumania...debido a que Athena decidió que no las necesitaba mandó matar a su maestro...ahora no tienen quien las defienda.

Nubia no pudo evitar fruncir el ceño, si bien conocía a Athena le resultaba increíble y casi imposible que ella se haya deshecho de unas amazonas así de la nada.

-Eso...no puede ser cierto.- Ésile le clavó la mirada verde amarillenta que la distinguía.

-No estoy pidiendo tu opinión...sólo te estoy diciendo lo que ha ocurrido.

-Sí pero no creo que Athena haya hecho eso y de ser así...¿Qué tengo que ver yo en esto?

-Mucho...la señorita Nix y el señor Érebo decidieron aprovechar la situación y utilizar a esas niñas para nuestro beneficio.

-¿Quieren que sean guerreras?.- Preguntaba escéptica.- No durarán ni un día aquí, son débiles, a simple vista se observa.

-Precisamente es ahí donde apareces tú...ellos llegaron a la conclusión de que, como tuviste contacto con algunas amazonas y además de que eres ahora una guerrera, serás la indicada de adiestrarlas.

-¿Qué?.- Nubia se giró a ver a las asustadizas jovencitas.- No debes hablar en serio...yo no puedo hacerme cargo de ellas.

-No es una pregunta, lo repito...es una orden, te recuerdo que por eso estás aquí...y debes cumplirla o de lo contrario ellas morirán como simples cebos.

¿Cómo negarse ante lo que le decía Ésile? Si ella lo ordenaba era porque ciertamente Érebo se lo había indicado, no por nada era su guardián o su mano derecha además, su vida ahora pertenecía a ese lugar.

-Está bien...¿Qué debo hacer ahora con ellas?

Ésile se encogió de hombros.

-Es ese tu trabajo, ya sabrás que hacer.- Dijo antes de irse de ese lugar.

Nubia bufó maldiciendo internamente. Se dio media vuelta para encontrarse con aquellas jovencitas confundidas y temerosas por sus vidas. Ella resopló mientras se hacía muchas preguntas: ¿Qué había pasado realmente con esas chicas? ¿Sería cierto que Athena ordenó deshacerse de ellas? ¿Quién era Zacros?

Era claro que es hombre tenía algún problema y que ese tipo de ataques pasaban con regularidad, eso le recordó a lo que Dione le contó sobre Saga, que solía perder el control y se comportaba de otra forma...además el parecido físico era impresionante haciendo de lado el color de ojos y cabello, incluso su voz era la misma...cada vez estaba más segura de que se trataba de Saga. Por otro lado se preguntaba sobre su hija, quería conocerla y no veía el momento de lograrlo...a parte tenía a otras siete bajo su poder, tenía que entrenarlas y no sabía cómo...sólo veía más problemas avecinándose.

FIN FLASHBACK

Ya habían pasado tres años desde entonces y las cosas no habían sido como las había imaginado. De esas siete niñas sólo cinco sobrevivieron, las otras dos murieron en batallas. Nubia se había comportado fríamente con ellas y les había enseñado a ocultar sus sentimientos, a ser más fuertes y aunque había visto el dolor en ellas lo había conseguido. Ellas expresaban lo que sentían sólo con ellas y hasta con Nubia que no muy bien lo aceptaba, no comprendía porque le habían llegado a tomar cariño en vez del odio que había fomentado en ellas.

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