Nunca será lo mismo
Local de antigüedades.
6:11 P.M
-¿Ya puedo salir?.- Preguntaba Ambrosía mientras estaba oculta en un armario. Shiva había presenciado cosmos peligrosos sin embargo había preferido cuidar de Ambrosía, después de todo...parecía que las cosas se habían calmado, esperaba haber hecho bien.
-Sí...ya puede salir señorita.- Dijo Shiva sonriéndole.
Ambrosía iba saliendo lentamente, cuidándose hasta de que el techo no se le cayera encima, no sabía que había pasado pero el simple hecho de que muchas personas corrieran por las calles y enfrente del local la había puesto de nervios. Estaba agradecida de que Shiva estuviera ahí, si hubiera estado sola no sabía lo que hubiera hecho.
-¿Qué habrá pasado?
-Quisiera saberlo, ya me enteraré pero lo que me preocupa es usted.
-¿Yo?...Pero yo estoy bien.- Dijo incrédula y hasta se mirada los brazos y las piernas.
-Estoy seguro de que sí.- Dijo riendo.- Pero podría sucederle algo si se queda sola, lo mejor será que se vaya a su casa.
-Aún faltan unas horas.- Dijo mirando el reloj y alzando las cejas.- Más bien minutos...se me ha pasado el tiempo muy rápido.
-Era porque estábamos ocupados acomodando el lugar además de lo que pasó recién.
-Tienes razón.- Le sonrió mientras se acomodaba las gafas.- Cerraré en poco tiempo, gracias por ayudarme...y por haberte quedado conmigo cuando pasó todo aquello.
Shiva pasó una mano por sus cabellos verdes oscuros, su corazón no estaba tranquilo a lado de ella, saltaba como loco.
-No tengo ningún problema con hacerlo todos los días...para mí es un gusto.- Dijo sonrojado.
-G-Gracias.- Dijo Ambrosía notando el sonrojo de Shiva y eso la hizo avergonzarse también.- Has estado fuera del templo muchas horas, Shaka podría enfadarse o algo.
-Cierto.- Parpadeó continuamente.- Pero hay explicación, estoy seguro de que comprenderá, es muy amable y razonable.
-Sí...Sobre todo razonable y comprensivo.- Dijo la chica resignada y con cierto toque de ironía conjugada que dejó desconcertado a Shiva.
-¿Acaso no opina lo mismo de Shaka?
Ambrosía cuando se dio cuenta de que había hablado de más nuevamente, manoteó las manos frente a sí.
-¡No! ¡No quise decir eso!.- Acompañó sus exclamaciones con risas nerviosas.- Mi comentario fue dándote la razón...pero por si las dudas, deberías ir con él, no es que te corra...
-Lo sé pero primero la acompaño a su casa.
-¿A...mi casa? Pero aún falta que yo cierre...-Dijo perpleja.
-Le recomiendo que cierre temprano, no sabemos aun lo que ha pasado en la ciudad, mañana podrá venir con más calma y eso depende del suceso...por el momento no debería estar sola por las calles.
Shiva era muy atento y protector pero muy dulce, muy agradable...su compañía era grata. Ambrosía se hundió de hombros y tomó sus cosas para luego apagar la luz.
-Vamos entonces Shiva.
***
7:39 P.M
-¿Estás nerviosa?.- Camus le preguntaba delicadamente a Mary Anne quien estaba enfrente de él. Mary Anne negó con la cabeza y le dedicó una liviana sonrisa, obviamente estaba mintiendo, estaba nerviosa.- ¿Cómo te has sentido?
Ambos estaban comiendo en un restaurante alejado de Rodorio, Camus había tomado esa decisión. Mary Anne estaba nerviosa, aún no se acostumbraba a su presencia, le hacía sentir tan feliz estar cerca de él que esa emoción se convertía en inseguridad, no quería que él llegara a decepcionarse de ella con el mínimo error.
-Bien...muy bien de hecho, más tranquila.- Decía Mary Anne ocultando sus manos debajo de la mesa.- ¿Por qué me has traído aquí?
-¿Te molestó?.- Preguntó asombrado.
-No no...no me malinterpretes, sólo es curiosidad.- Reponía la francesa.
-Bueno, lo que pasa es que sigo con el afán de querer ayudarte...a sentirte mejor.
-Pero yo ya me siento bien, gracias a ustedes...gracias a ti.
-Me agrada escuchar eso pero no estoy convencido.- Camus había observado a Mary Anne últimamente, desde que ella despertó quiso estar más a su lado...mucho más que cuando la ignoraba sin embargo, a pesar de que ella estaba alegre, no era la misma...algo faltaba o algo sobraba.
-Es que...aún me resulta sorpresivo tu cambio Camus, el último recuerdo que tengo de ti es el de tu rechazo, sólo eso...-Mary Anne suspiraba al rememorar cada uno de sus esfuerzos por conquistar a Camus y como cada uno él mismo los rechazaba.- Gracias...
Camus levantó la mirada y se perdió por breves momentos en los ojos jade de Mary Anne.
-¿Por qué?
-Por todo lo que haces por mí...por eso te doy las gracias.
-No tienes por qué hacerlo.- Le dijo cálidamente.- ¿Ya tienes hambre?.- Preguntó mientras empezaba a leer la carta. Mary Anne hizo lo mismo pero para ella era difícil escoger algo, al menos ahora.
-Tengo un poco de hambre pero una gran duda.- Dijo ella clavando la cabeza en el menú.
-¿Una duda?.—Preguntó Camus desconcertado.
-Sí...no sé qué escoger.- Mary Anne leía una y otra vez el menú tratando con todas sus fuerzas de decidirse por algo. Camus al verla casi sufriendo por su decisión, tuvo una idea que esperaba fuera de éxito.
-Tengo una idea.- Dijo él y Mary Anne lo miró por encima del menú.- Yo escojo un platillo por ti y tú lo harás por mí. Mary Anne frunció el ceño, no estaba segura de que eso fuera a funcionar.- ¿No te gustó la idea?
-Lo que pasa es que...si no me decido en escoger algo para mí....¿Cómo esperas que haga una buena elección para ti?
Camus sonrió, podía haber soltado una carcajada pero se limitó a algo más discreto.
-Harás una buena elección, estoy seguro.- Dijo Camus con seguridad. Mary Anne aceptó a fin de cuentas y volvió a leer el menú. Camus la seguía observando a detalle, esa sonrisa que tenía en su rostro fue desvaneciéndose a cada segundo. Si bien recordaba, Mary Anne había averiguado qué comida era la preferida de Camus, había sido atenta a eso pero ahora...era como si no recordara eso tampoco.
Mary Anne puso un dedo sobre sus labios mientras pensaba seriamente, no tardó mucho hasta que al fin decidió.
-Lo tengo...bueno, estoy entre dos platillos.
-¿A sí?...¿Cuáles?.- Preguntó haciendo de lado sus pensamientos. Mary Anne le mostraba con el dedo los platillos y Camus asintió, posteriormente a ello y minutos más tarde, le sirvieron la cena y comenzaron a comer.
Mientras ellos estaban charlando un poco y comían, alguien afuera del lugar los estaba observando desde que llegaron al lugar.
Denirha se colocaba labial rojo sobre sus labios y luego guardó el cosmético en su bolso de mala gana, le daba coraje verlos juntos, felices...se suponía que eso no debía suceder. Ella sacó su móvil y buscó en el historial algún contacto, ya que lo consiguió puso el móvil en su oreja, esperó varios segundos pero terminó maldiciendo.
-¿Por qué no me contestará ese imbécil?.- Preguntó Denirha rabiando. A quien le estaba marcando era a Haziel, en esos tres meses había hablado con él a la fuerza, Haziel no era un hombre que fuera manipulado con facilidad pero lo necesitaba para su propósito. Denirha se mordió los labios hasta mancharse los dientes con el rojo. Miró a Camus fijamente, odiaba verlo feliz...feliz con Mary Anne, sólo podía ser feliz con ella aunque para Denirha no significara tanto, era intolerable que alguien más captara su atención. Tomó de nuevo su móvil y volvió a marcar.
Camus hizo la cabeza hacia atrás al sentir el móvil vibrar, lo sacó del bolsillo de su pantalón y vio la pantalla, no pudo evitar hacer un gesto de desagrado. Apretó el botón rojo y volvió a guardar el móvil.
Mary Anne quien terminaba de dar un bocado a su comida, se había percatado de que Camus rechazaba algunas llamadas entrantes, eso le dio curiosidad.
-No tengo problema en que contestes...si eso es lo que te impide hacerlo.
-No es eso.- Respondió Camus cortante.- Sigamos comiendo.
Afuera Denirha estaba que se la llevaba el diablo, esa frustración se lee estaba acumulando, Camus no podía ignorarla...no debía. Ella siguió insistiendo, no iba a descansar hasta arruinarle la cena a Camus y a Mary Anne.
Camus volvió a tomar su móvil ya más irritado, miró a Mary Anne y empezó a levantarse.
-Discúlpame, voy a contestar la llamada y regreso.- Le dijo seriamente.
-S-Sí...claro.- Dijo ella asintiendo. Camus apretó el móvil y se alejó de ahí.
Una vez que estuvo lo suficientemente lejos de Mary Anne, Camus contestó la llamada de Denirha con molestia.
-¿Qué necesitas Denirha?.- Preguntó fríamente.
-Vaya, hasta que te dignas a contestarme...una más e iba hasta donde te encuentras.- Dijo ladrando.
-¿Sabes dónde estoy?.- Preguntó mirando a todos lados del restaurante.
-No...-Mintió y suspiró.- Es un decir...
Camus no sabía si creerle, Denirha era un mar de mentiras constantes.
-Estoy ocupado Denirha y no me gustan tus juegos...¿Qué quieres?
-Quiero hablar contigo, te espero en el puerto de Pireo, tengo algo qué decirte y te interesa...
-A ver Denirha.- Decía mientras se sobaba la nariz.- Yo te dije que estoy ocupado y jamás acepté verte.
-Pues tendrás qué hacerlo querido o te puedes arrepentir por ello.- Dijo ella en tono amenazante y determinante.
Camus respiraba profundo, conteniendo su ya creciente enfado, si Denirha una vez le interesó tanto como para sentirse enamorado, ahora le resultaba irritable y una persona tóxica.
-¿Con qué me vas a amenazar ahora Denirha?...Tú ya no me interesas.- Le dijo muy golpeado, esperando que con esa sinceridad, ella dejara de insistir pero eso era lo contrario.- Déjame en paz...olvídate de mí y de...
-¡Sí no dejas de callarte y de decir tantas tonterías lo vas a lamentar!.- Gritó por el otro lado del teléfono.- Camus, te lo advierto...si no vienes a verme juro que Mary Anne se va a enterar de su accidente de la peor manera posible.
Camus se quedó callado, para nada se esperaba que lo amenazara con eso, metiendo a Mary Anne en medio y con una razón válida para preocuparse, había que tener cuidado con Denirha, era una mujer astuta.
-A Mary Anne déjala tranquila, no está en condición de que le sueltes información...
-Información que a ti no te conviene que se entere...¿Recuerdas lo que ocurrió esa tarde?...Nos vio besándonos y por eso corrió y la atropellaron.- Denirha no tuvo nada de tacto en sus palabras.- Sería una lástima que Mary Anne se enterara que tú eres el culpable de su accidente.
-¡Eso no es...!.- Camus ya estaba al límite de su enojo, otro poco más y explotaría pero su mente se estaba ocupando de aquel doloroso y traumático recuerdo de Mary Anne cubierta de sangre en medio de la carretera.- Estás hablando de más.
-Por supuesto que no...no te atrevas a decir que tú no eres el culpable porque nadie te creerá...ni siquiera tú, de otra manera no habrías ido a verla todos los días en el hospital...te sientes culpable por lo que le pasó...
Camus rechinó los dientes, que él se sintiera así era una cosa pero que Denirha lo escupiera con chantaje era muy diferente, era algo que no podía permitir.
-Voy para allá.- Dijo de mala gana y sin esperar respuesta alguna mientras caminaba de regreso a su mesa.
Mientras tanto, Denirha sonreía de oreja a oreja y ponía una mano sobre el volante mientras levantaba sus dedos juguetones, con la otra mano volvió a marcar desde su móvil.
Camus estaba pensando en una idea para irse del restaurante, se sentía muy mal de dejar a Mary Anne ahí, era el momento para compartir más con ella y todo estaba arruinándose pero no podía dejar que Denirha la lastimara.
Mary Anne estaba esperando a Camus sin seguir probando un solo bocado, quería comer con él, de eso se trataba la cita. Cuando vio que él se acercaba volvió a tomar el tenedor y sonrió lo más que pudo.
-¿Todo bien?.- Preguntó al ver que Camus tenía mal semblante.
-No del todo...Manne, lo siento pero me tengo que ir.- Le dijo Camus tratando de ser muy delicado con sus palabras, inmediatamente Mary Anne decayó de ánimo.
-¿Surgió algún problema en el Santuario?
-No en el Santuario pero sí es un problema, de verdad lo siento.- Ella apretó el tenedor, sentía un nudo creciente en la garganta, sin embargo no quería desmoronarse frente a él.- Te llevaré a la casa...
-No...está bien, puedo ir yo sola.- Le dijo fingiendo alegría.
-Manne, estoy fallándote con irme de aquí, por lo menos deja que te acompañe.
-No Camus, estaré bien...terminaré de comer y luego me iré.
Camus suspiró, no le agradaba esa idea, se sentía contra la espada y la pared.
-Cuando termine con esto, iré a verte, te lo prometo.- Le dijo sonriendo delicadamente y acariciándole la mejilla en un rápido roce, después de eso, él se marchó.
Mary Anne suspiró y recargó su mejilla en la palma de su mano, y ella que creía que pasaría un rato más prolongado con Camus, sus ilusiones se quebraban poco a poco.
Afuera
-¿Qué ocurre Denirha?.- Preguntó la voz del otro lado de la línea.
-Hola Haziel, que bueno que te encuentras bien, yo perfectamente.- Dijo irónica y tajante.- Voy a ir al grano.
Haziel suspiraba con hastío, había terminado su jornada laboral y Denirha siempre que le hablaba era para tocar el tema de Camus y Mary Anne y aunque quisiera ignorar lo más que podía las palabras de Denirha, simplemente le resultaba molesto que todo fuera verdad, no quería que nada dañara a Mary Anne.
-No quiero escuchar lo mismo, las veces que he hablado con Mary Anne sobre si Camus la trata mal o algo parecido siempre lo niega, incluso creo que hasta mientes.
-Yo no miento.- Recalcó.- Y lo que te diré es motivador para ti.
-Denirha...estoy cansado y deseo dormir un poco...
-Mary Anne estará sola en un restaurante, Camus la ha dejado y sinceramente, se ve muy triste.- Haziel inmediatamente dejó de hablar, en su mente se imaginaba a Mary Anne dolida.- Creo que podría ser muy buena oportunidad para ti que la vinieras a ver, Camus le ha fallado y estará vulnerable, te aviso para que puedas conquistarla.
-No voy a formar parte de tus planes, no sé realmente cuales sean pero no voy a caer.
Haziel sí que era difícil, no colaboraba como Denirha quisiera pero sabía que era cuestión de segundos para que el cambiara de idea. Denirha vio que del restaurante salía Camus apresurado, completamente solo, un brillo en sus ojos se formó con mayor intensidad, Camus había caído.
-Yo ya te avisé, es más...te diré la dirección.- Denirha le explicaba todos los detalles del restaurante sin estar segura si Haziel los anotaría pero al menos sabía que los tendría presentes en su mente.- Ya te di los datos, depende de ti que Mary Anne tenga una noche decepcionante o alegre por no estar sola...pero date prisa, que puede irse pronto.- Dijo y colgó la llamada.
-Esto será interesante.- Dijo para sí al momento que arrancaba su coche, tenía que llegar antes que Camus a su punto de reunión.
Santuario.
Templo de Athena.
Ya habían llegado los caballeros, y poco después llegaron Athena y Dione. Saori mandó llamar a los caballeros restantes y ajenos a la situación, era un problema complicado y que debían estar al tanto todos. Cuando ya todos estuvieron presentes, la sorpresa no se hizo esperar al ver a Nubia de nuevo. Saori les pidió a sus caballeros que encerraran en un cuarto vacío a Nubia, ya hablarían con ella en pocos minutos.
Saori les explicó la situación y muchos comenzaron a especular cosas, a llegar a sus propias conclusiones.
Sine ayudaba a Danna con las leves heridas que pudo hacerse gracias a Nubia. Danna miraba de ve en vez a Aioros, estaba inerte en sus pensamientos y era difícil que alguien lo volviera a tierra rápidamente.
Mientras tanto....
Morada
Sory estaba junto a Sienna quien seguía de mal humor por lo que le había pasado ese día, la piel le dolía pero más la decepción que sentía, su sentimentalismo también estaba a flor de piel.
-Se te ve a leguas que quieres explotar en llanto.- Le dijo la morena luego de tanto ver que Sienna tenía cara de aguantarse las emociones.
-No quiero llorar.- Dijo Sienna inflando las mejillas.-Pero me duele que Afrodita me haya hecho eso...y luego que el enojón contribuyera.
-A "enojón" te refieres a Máscara Mortal ¿no?
-Sí y ya me fastidió decirle así, es muy largo y aburrido de pronunciar pero nadie ha sido capaz de hablarle por su nombre.
-Tal vez porque no quieren problemas.- Dijo Sory recordando el mal carácter del caballero.- ¿Y qué has pensado hacer?
-No sé, pero no creo estar aquí por mucho tiempo...desde la tarde que ninguno viene a verme, y más Afrodita...es un idiota.- Dijo soltando algunas lagrimillas. Sory sintiéndose mal por verla así, se fue a sentar junto a ella y le dio un gran abrazo para reconfortarla.
-No te sientas tan mal, él tal vez quiso venir pero como estabas tan enojada mejor te dio tu espacio, hasta que se calmara el coraje.
-Puros pretextos...-Recalcó Sienna frunciendo el ceño.
-Calma, no he dicho que esa sea la razón...y ahorita no ha venido porque hay una junta o algo así, al parecer sucedió algo delicado.
-¿Delicado? ¿Cómo qué?
-No lo sé...pero todos se veían serios hace rato, iba a quedarme para estar al tanto pero preferí venir contigo.
En un furtivo momento, Clara recién llegaba a la morada, tenía el rostro lleno de incredulidad y sorpresa, las otras dos chicas la miraron extrañadas, muy pocas veces se veía a Clara de esa manera.
-¿Qué te ocurre? Parece que has visto a un fantasma...- Le dijo Sory mientras Clara tomaba el suficiente aliento para decir las cosas.
-Las cosas allá arriba se están poniendo delicadas, no es un problema como lo anteriores, es algo más fuerte y tiene que ver con lo que ocurrió hace cinco años en el Santuario.- Explicaba Clara.
-¿Hace cinco años?...¿Cómo qué?.- Preguntaba Sienna haciendo memoria.
-Sobre lo del ataque del Santuario, cuando esos dioses y guerreros nos atacaron.- Seguía diciendo Clara.
-Oh ya recuerdo...la vez que casi caigo al vacío y Afrodita me ayudó.- Recordó Sienna con melancolía.
-Sí yo también recuerdo eso...pero...¿Qué tiene que ver con lo de hoy?.- Preguntaba Sory.
-Pues que los sucesos que pasaron en Atenas y los de hace cinco años están conectados pero lo asombroso es que Saida está implicada en esto.
-¡¿Saida?!.- Preguntaron al unísono las dos chicas, Clara asintió.
-Esto es una locura...¿Qué tiene que ver Saida?.- Preguntaba Sienna perpleja, Saida era su mejor amiga y no comprendía el punto al que Clara estaba explicando.
-Les contaré brevemente lo que está sucediendo.- Dijo Clara y se sentó frente a ellas para contarles todo lo que escuchó mientras estaba con los demás.
Templo de Athena
-No puedo creer todo esto, es...sorpresivo.- Decía Shion asombrado mientras trataba de analizar la situación con una mano sobre su mentón.
-Podríamos investigar más a fondo la situación.- Opinó Shaka seriamente.
Saori estaba sentada en su trono callada y con los ojos cerrados, era claro que estaba meditando todo aquello.
-Estoy de acuerdo con Shaka, hay que buscar información de donde nos sea posible.- Decía Shion.- En este caso...creo que por el momento sólo podremos encontrar lo que necesitamos si hablamos con Saida y...con Nubia.- Shion estaba desconcertado, no sabía ni qué hacer realmente, no creía que Saida fuera la villana ni que Nubia haya aparecido de la nada.
Saori abrió los ojos y puso las manos a los costados. Danna al escuchar el nombre de Nubia abrió más sus ojos e inconscientemente miró a Aioros, las piezas empezaban a unirse, deseaba que él la mirara fijamente para confirmar lo que ya tenía supuesto.
-Aunque sea conveniente hablar con Saida, lo mejor será alejarnos de ella por el momento...-Decía Saori determinante.- Lo más factible es hablar con Nubia.
Aioros al escuchar su nombre sintió frío en la espalda, su corazón estaba agitado a cada minuto, no podía concentrarse en nada más.
-Opino lo mismo, ella desapareció hace años y no sabemos por qué, incluso puede que haya sido cómplice de Saida desde el principio.- Decía Milo cruzándose de brazos, Shura quien estaba a su lado lo codeó y le señaló con la mirada a Aioros, era algo duro para él.
-Es muy duro decir eso Milo.- Dijo Aldebarán frunciendo el ceño.
-Digo lo que creo.- Recalcó el caballero de Escorpio.
-Mejor no opines Milo.- Dijo Mu quien estaba a su lado.- Si Camus estuviera aquí te callaría de inmediato.- Milo volcó los ojos a modo de berrinche.
-¿Y dónde está Kanon?.- Preguntó por fin Aldebarán, Saori suspiró.
-Esto le ha afectado, supongo que quiso estar solo.
Los demás ya no dijeron nada sobre Kanon, se imaginaban porque no estaba en el Santuario, después de todo se trataba de Saida, lógicamente que no se había tomado nada bien la noticia.
-Retomemos lo de Nubia, hay que hablar con ella.- Dijo Saori terminando con el silencio.
-Sí pero...¿Quién hablará con ella?.- Preguntó Shion.
-Yo lo haré.- Dijo Saori decidida.
-¿Y si se niega? Recordemos que tiene un carácter difícil.- Dijo Shura.
-Además, dudo que diga algún tipo de información.- Añadió Dohko.
Saori se quedó pensando, era muy verdad que Nubia era difícil, estaba segura que ese rasgo no había cambiado con el paso del tiempo. Aioros miró a su diosa y luego se puso de pie algo dudoso.
-Yo lo haré.- Dijo Aioros siendo el centro de atención de todos.
-Aioros...¿Estás seguro?.- Le preguntó Saori tranquilamente, Aioros asintió, sentía que debía hacerlo para calmar su corazón.
-Debo hacerlo...-Concluyó Aioros. Saori aceptó, sabía que Aioros querría hablar con ella tarde o temprano, tenían cosas pendientes por decirse.
-Tomate tu tiempo.- Le dijo y Aioros comenzó a caminar hacia el cuarto donde estaba Nubia.
Aioros al estar frente a la puerta se detuvo por varios segundos, su corazón estaba como loco, estaría a solas con Nubia, hablaría con ella y la vería por más tiempo desde que la volvió a ver...estaba muy nervioso y no sabía cómo empezar. Tomó valor y abrió la puerta, tras de él todas las miradas estaban fijas en el caballero sobre todo la mirada de Danna, una mirada de angustia.
Aioros entró a la habitación sin mirar a la mujer frente a él. Nubia estaba sentada en una silla, completamente amarrada. Su atención fue reflejada en la persona que había entrado a la habitación completamente cerrada, al ver que se trataba de Aioros se le detuvo el corazón. Aioros levantó poco a poco la mirada y sus ojos verdes se fijaron en los violeta de ella, ahí estaban de nuevo...mirándose fijamente. Nubia sentía que quería abrazarlo, no...realmente lo deseaba pero su orgullo y deber eran muy grandes, esa mirada brillosa que comenzaba a tener cambió drásticamente a una fría.
-Así que te mandaron a ti...vaya, no esperaba más de Athena.- Dijo Nubia burlonamente. Aioros la miró muy serio.
-Yo me ofrecí a hacerlo...-Dijo.
-Oh...felicidades.- Dijo más fría.- ¿Y por qué haría eso el caballero más fiel a Athena?
Aioros no entendía porque tanta indiferencia de Nubia, le hablaba como si fuera una completa diversión para ella, como si no lo conociera.
I know you, who are you now? /Te conozco, ¿quién eres ahora?
Look into my eyes if you can't remember. / Mírame a los ojos si no puedes recordar
Do you remember, oh? / ¿Te acuerdas, oh?
-Quería hablar contigo, creo que yo tenía que hacerlo...hay muchas cosas que han quedado pendientes por aclarar y...
-¿Sabías que pierdes el tiempo? No diré nada...puedes obligarme si quieres pero mi boca estará sellada.- Su semblante ahora no tenía expresión.
-Entonces...podrías irte cuando quisieras.
-Exactamente, podría hacerlo...estas ataduras no sirven para nada, escapar es fácil.
-Lo sé, lo hiciste una vez.- Contraatacaba, comenzaba a sentirse enojado, a recordar el pasado y el dolor que le causó su ausencia. Nubia esbozó media sonrisa.
-No lo hago porque no quiero...tengo una razón para querer quedarme.
-¿Y cuál es?
-No entiendes ¿verdad?...te dije que no te diría nada.- Recalcó.
Aioros recordaba lo necia que se ponía Nubia cuando quería pero ya le había perdido la costumbre más no el sentimiento. Él abatido dejó de hablar varios minutos, se recargó en la pared y masajeó su frente, tenía unas ganas intensas de quebrarse en llanto, de expulsar su frustración y el dolor que por mucho tiempo aguantó, Nubia lo trataba como un desconocido y no comprendía si eso era lo que más le afectaba.
I can see, I can still find / Puedo ver, puedo seguir encontrando
You're the only voice my heart can recognize / Tú eres la única voz que mi corazón puede reconocer
But I can't hear you now, yeah. / Pero no puedo escucharte ahora, sí
-¿Por qué me hiciste esto?.- Preguntó débilmente. Nubia enarcó una ceja.
-¿De qué hablas?
-Sabes de qué estoy hablando.- La miró con ojos cristalinos.- ¿Por qué te fuiste? No tenías razón para hacerlo.- Nubia no dijo nada, si tenía una razón pero era algo que no comprendería Aioros además de que no iba a decírselo, para ella también fue algo difícil tener que alejarse de su hija y de él. Aioros no tiene idea de todo lo que tuvo que soportar en esos cinco años. Aioros se fue acercando a ella hasta sólo tener una distancia de unos centímetros.- No sabes el dolor que me causó pensar que habías muerto...siempre tuve la esperanza de que estabas viva pero al no saber más de ti, supuse lo peor...
-Con tus palabras bonitas y cargadas de sentimiento no harán que diga algo.- Dijo muy fría. Aioros suspiró enojado.
-¡Deja de tratarme como si no me conocieras!
I'll never be the same / Nunca seré el mismo
I'm caught inside the memories, the promises / Estoy atrapado en el interior de los recuerdos, las promesas
ours yesterdays and I belong to you. / nuestros ayeres y te pertenezco
I just can't walk away / Simplemente no puedo alejarme
'cause after loving you / Porque después de amarte
I can never be the same. / Nunca podre ser el mismo
Aioros agachó la cabeza, sus labios estaban a centímetros de los de ella. Nubia tenía los labios entreabiertos, era imposible no imaginarse que volvería a besar aquellos labios estando tan cerca, podía sentir el aliento de Aioros sobre ella y podía jurar que su piel se erizaba.
Afuera
Dione estaba sentada un poco aislada de los demás. Cuando llegó lo primero que hizo fue estar con sus hijas hasta que se tranquilizaron y pudieron dormir lo cual no fue tan trabajoso, posteriormente a eso, fue a sentarse muy pensativa y el recuerdo de Saga lo tenía más que presente.
Eufrosine la había mirado desde hace un buen rato, Dione estaba tan centrada en sus pensamientos que ni siquiera le había dirigido la palabra desde que llegó. Sine fue directo hasta Dione, puso una mano sobre su hombro, Dione se giró a verla tranquilamente.
-¿Algún problema?.- Le preguntó la rubia.
-Ninguno...bueno...-Decía Dione dudosa.- Sólo estoy confundida.
-¿Con todo esto que pasó?
-Sí y porque...tengo la sensación de que volveré a ver a Saga pronto.- Se desahogó, era a la primera que le decía sobre ese presentimiento.
-¿De verdad? ¿Crees que será muy pronto?
-Espero Sine...eso espero...
-¿Y es lo único que te tiene así?
-Claro que no, también Saida y Kanon me preocupan.
Sine se mordió el labio inferior, había escuchado el relato de lo sucedido de principio a fin, la conmoción no se hizo esperar, su relación había sido fuerte hasta ahora.
-¿Y a dónde fue Kanon?
-No tenemos idea, sólo espero que no haya cometido otra tontería.- Expresó Dione y Sine enarcó una ceja completamente desconcertada.
-¿Otra tontería?
-Sí.- Respondió.- Kanon y Saida comenzaron a discutir y pues él dijo muchas cosas a base del coraje.
-Y hablando del rey de Roma.- Dijo Milo quien estaba hablando con algunos otros igualmente de Kanon.
Kanon había regresado, estaba completamente empapado pero más que eso, podía verse dolido y enojado, era una de esas veces que era mejor no molestarlo, no estaba de humor.
Saori lo vio llegar y no especuló nada, necesitaba tranquilizarse todavía, antes de verlo entrar había pensado en la posibilidad de que se había resguardado en el templo de Géminis, vaya impresión verlo ahí después de todo. Kanon entró al templo sin decir nada, no necesitaba hacerlo, no quería hacerlo, sólo quería saber que iban a hacer ahora.
-No se ve nada bien.- Susurró Sine después de ver que Kanon también se sentaba pero lejos de todos.
Dione suspiró, ni ella encontraba palabras para reconfortarlo. ¿Cómo hacerlo?. Era difícil siquiera pensar en algunas palabras de aliento, la única solución por el momento era que él estuviera solo y aclarara sus ideas y sentimientos.
-Yo tampoco lo estaría en su lugar.- Dijo Dione.
***
Mary Anne no podía seguir fingiendo que se la estaba pasando genial, era mentira. Estaba sola en el restaurante, el mesero había retirado el platillo de Camus, sintió tristeza mirar al mesero cuando se llevaba los platos, estaba segura que había pensado que la habían abandonado. Mary Anne terminó de comer, se quedó pensando en muchas cosas por varios minutos y cuando se cansó de estar en ese lugar, sintiéndose sola, tomó sus cosas y se levantó de la mesa, no tenía caso permanecer en ese lugar por mucho más tiempo.
Ella iba saliendo del restaurante, el clima ya estaba fresco y el cielo ya oscurecido. Tomó aire y caminó lentamente hacia el primer lugar que su instinto meditó. Ya sentía frío, sus manos rozaban sus brazos para darse algo de calor, ya era invierno y la Navidad se acercaba cada vez más, daba gracias porque aún no nevaba. Por la tarde no había dudado en ponerse ese vestido rojo, quería lucir hermosa para Camus, ahora el frío le hacía recordar su error. Siguió caminando para tomar un taxi, pensaba que sería una buena idea continuar con la noche si llegaba a casa a ver una película en pijama o simplemente llegaría a dormirse...definitivamente eso haría.
Mary Anne esperaba ahora poder cruzarse la calle para tomar el taxi, había varios coches avanzando en la avenida y sus pies empezaban a calarle de frío, por lo menos había llevado un saco pero no era suficiente. Justo cuando estaba por cruzarse, un auto se detuvo enfrente de ella y sin poder pensar algo, vio que Haziel salía del coche y la miraba.
-¿Haziel?.- Preguntó perpleja.
Haziel la miró brevemente y se acercó a ella con paso veloz, enseguida se quitó su chamarra.
-Mary Anne, hace frío.- Dijo mientras le colocaba la chamarra sobre los hombros, Mary Anne loi miraba sin comprender nada.
-Haziel...¿Cómo es que estás aquí?
-Estaba de paso y me pareció verte, así que me detuve.- Mintió. Él no había podido contener su curiosidad de saber si en verdad Camus había dejado a Mary Anne en el restaurante completamente sola.- ¿Estás sola?
Mary Anne bajó la mirada pero trató de sonreír como si nada le afectara.
-Sí...estaba saliendo de un restaurante.
Haziel endureció la mandíbula, era cierto lo que le dijo Denirha.
-¿Qué hacías comiendo solita?.- Le preguntó dulcemente, no iba a decirle que sabía que Camus estaba con ella.
-No estaba sola cuando llegué, estaba con Camus pero él se fue...
-¿Te dejó?
-Recibió una llamada importante y tuvo que marcharse.- Cambió la respuesta por una menos penosa.
-Sí, me imagino que debió ser muy importante para dejarte aquí.- Dijo con aire irónico.- Sube al coche, te llevo a tu casa, hace frío y estás algo lejos de ahí.
Mary Anne no se quejó más, Haziel le abrió la puerta del coche y ella se subió, su piel el agradeció sentir la calefacción. Haziel subió al coche y siguió ajustando la temperatura.
-No me imaginé verte aquí.- Le dijo Mary Anne mientras ella frotaba sus manos.
-Ni yo, pero me alegro haberte encontrado.- Le sonrió tiernamente y enseguida encendió el motor del coche.
***
And how can I pretend I've never known you? / ¿Y cómo puedo pretender que nunca te he conocido?
Like it was all a dream, no. / Al igual que todo fue un sueño, no.
Aioros y Nubia seguían mirándose, como si el tiempo se hubiera detenido ante esas miradas, como si haciendo eso fueran a aclararse muchas dudas. Nubia tenía dificultad para ser indiferente, su corazón gritaba fuertemente por perderse entre sus brazos y sus labios. Ella a punto de pedirle que la besara, volteó el rostro.
-Nubia...por favor, deja de portarte así conmigo, yo sólo quiero saber qué razones tenías para irte y porque ahora regresas, convertida en una guerrera, en una enemiga.- Decía Aioros mientras le tomaba el rostro a ella y hacía que lo mirara.- Ambos sabemos lo que vivimos, juntos...Nubia, yo...yo todavía...
-Cállate.- Dijo tajante pero con calma.- No te atrevas a decir eso.- Cerró los ojos.
-¿A decir qué?
-Lo que sea que vayas a decir...no te atrevas a hablar de sentimientos hacia mí cuando tú ya estás con otra.- Le dijo bruscamente e hizo la cabeza hacia atrás, zafándose de las manos de Aioros. Él pestañeó varias veces, como si no supiera de qué estaba hablando, hasta que cayó en cuenta y bajó la mirada. Nubia lo miró y soltó una carcajada falsa.- No importa, no me importa.- Repuso.
-¿No te importa?.- Preguntó desconcertado.
-No...
-¿Cómo puedes decir eso?
-Lo digo porque lo siento y ya, tú y yo no tenemos nada.- Las palabras de Nubia hirieron a Aioros, de verdad le dolieron.
-Tenemos una hija en común...¿Lo olvidaste?.- Preguntó molesto.
-Por supuesto que no, es la única razón por la que estoy aquí.
-¿La única?
-Sí Aioros...¿Qué esperabas? ¿Qué te dijera que vine por ti? ¡Deja esas cursilerías para ella!.- Exclamó molesta, le hervía la sangre de recordar como Aioros estaba con Danna y cómo él se portaba muy atento con ella.- Tú y yo no tenemos nada.
Aioros apretó los puños, la volvía a ver y le dolía todo, mirarla y escucharla. Sentía que muy dentro de él, esas palabras estaban destrozando todos los recuerdos felices que pasó junto a ella.
I know I'll never forget / Sé que nunca voy a olvidar
the way I always felt with you beside me / la forma en que siempre me sentí contigo a mi lado
and how you loved me then, yeah. / y cómo me amaste , sí.
I'll never be the same / Nunca seré el mismo
I'm caught inside the memories, the promises / Estoy atrapado en el interior de los recuerdos, las promesas
ours yesterdays and I belong to you. / nuestros ayeres y te pertenezco
I just can't walk away / Simplemente no puedo alejarme
'cause after loving you / Porque después de amarte
I can never be the same. / Nunca podre ser el mismo
-¿Estás...segura de lo que dices?.- Preguntó Aioros con voz entrecortada, se arrepentía de haber preguntado, se estaba haciendo más daño.
Nubia apretó los labios, puso la mirada más dura que pudo.
-Sí, no tengo porque mentir...déjame en paz y haz tu vida.- Le dijo secamente. Aioros pasó una mano sobre su cabeza, era suficiente.
-De acuerdo...no puedo seguir escuchándote.- Dio media vuelta y salió de ahí urgentemente. Nubia suspiró, había sido muy altiva al hablarle así pero su rabia y celos le habían dicho decir eso. Claro que recordaba todo lo que había vivido junto a él y también era cierto que había ido a Atenas por su hija...y por él, aunque él ya estuviera con alguien más.
Aioros salió de la habitación, ante las miradas de todos pero salió casi corriendo de ahí, sea lo que sea que haya hablado con Nubia, no había sido bueno para él.
Aioria vio que salía del templo fugazmente y no dudó en salir tras él, le preocupaba y mucho. Danna vio que ambos hermanos salían.
Aioros comenzó a tomar aire hondamente, sentía una gran necesidad de llorar como si fuera un niño. Quería derramar cada lágrima en memoria de un recuerdo. Su pasado se le clavó en la cabeza como cinta de video, entre más recordaba más dolor tenía.
-Aioros...¿Qué pasó ahí adentro?.- Preguntó Aioria angustiado.
Aioros miró hacia el cielo, el pecho le ardía.
-No puedo, no puedo verla, no puedo seguir escuchándola...- Dijo con dificultad.
-¿Qué te dijo? ¿Qué pasó ahí adentro?.- Volvió a insistir, si Nubia le había hecho daño a Aioros ya se encargaría de hablar recio con ella, Nubia no volvería a hacerle daño a Aioros por mero capricho.
-No puedo hacer que no la conozco, ella ya no es la Nubia que conocí, de la que me enamoré...me odia o algo y pretende no acordarse de nada, de no importarle nada...yo ya no valgo para ella.- Se estaba desahogando.
Aioria comprendiendo mejor lo que le afectaba a su hermano, se acercó a él y le dio unas palmadas en el hombro.
-Ha pasado el tiempo Aioros, sólo hay que aprender a dejar el pasado atrás.
Aioros asintió débilmente y luego comenzó a llorar, no podía más con eso.
You led me here, / Tú me trajiste aquí
then I watched you disappear. / Después, te ví desaparecer.
You left this emptiness inside / Tú dejaste este interior vacío
and I can't turn back time / y no puedo regresar el tiempo
No, stay! / No, ¡Quédate!
Nothing compares to you. / Nada se compara a ti
Nothing compares to you. / Nada se compara a ti
I can't let you go, / Yo puedo dejarte ir
Can't let you go. /No puedo dejarte ir
I can't let go. / Yo no puedo dejarlo ir.
Danna se detuvo a unos metros, sabía que algo andaba mal con Aioros, se fue acercando a él, estaba por tomarlo del brazo cuando escuchó que estaba llorando, ahí fue cuando se detuvo.
-Aioria...¿Cómo le hago para olvidarla?...¿Cómo le hago para dejar de sentir esto?.- Dicho esto, Danna se quedó estática y retrocedió en silencio...Aioros estaba hablando de otra persona, tenía que ser de Nubia.
Danna sintió un nudo en el estómago, no le gustaba ver a Aioros así y menos que él se sintiera así por otra persona, estaba comenzando a entender todos los sentimientos que estaban guardados en el corazón de Aioros, todos de Nubia. Danna suspiró en silencio y regresó al templo, sin que los hermanos se percataran de su presencia.
Adentro.
-Las cosas no están yendo demasiado bien.- Dijo Shion tomando asiento antes de que la presión que estaba teniendo le traicionara.
-¿Qué le habrá dicho?.- Preguntó Afrodita.
-No creo que se necesiten palabras para sentirse así, a veces sólo bastan los recuerdos.- Dijo Shaka gesticulando la situación.
Kanon estaba escuchando lo que hablaban de Aioros, era difícil no hacerlo pues parecía que gritaban, pronto rio sarcástico y varios lo voltearon a ver.
-Sólo está decepcionado...quien menos te imaginas te apuñala por la espalda.- Comentó muy entretenido, claro que se refería a Saida pero desde un punto de vista rabioso.
-¡Como tú!.- Esa exclamación se escuchó por todo el templo, provenía de la entrada. Saori al ver de quien se trataba se levantó de su lugar, estaba espantada.
-Sienna...¿Qué te ha pasado?.- Preguntó la diosa.
Sienna entraba echando humo, con ganas de arremeter en contra del primero que se le cruzara en su camino.
-Pregúntele a sus caballeros.- Habló golpeado, inmediatamente Afrodita y Máscara Mortal se miraron. Sienna seguía herida y no era para menos, ese incidente había pasado unas horas atrás, simplemente el coraje sobrepasaba el dolor de las heridas. Sienna caminó directamente hacia Kanon, ignorando a todos los demás.- Y tú...¡¿Puedo saber dónde está Saida?!
Kanon frunció el ceño, sin imaginarse que podía pasar algo así, tenía frente a él a una chica en malas condiciones físicas con intenciones severas de discutir, algo que él no quería.
Sory y Clara llegaron poco después, habían salido de la morada detrás de Sienna quien echaba pólvora desde que Clara les explicó lo que había pasado con Saida y Kanon, sólo lo que habían visto Saori y Dione.
-Yo no sé nada ni me interesa.- Dijo Kanon frío. Sienna abrió la boca y en un impulso le tomó de las ropas mojadas.
-¡Claro que debes de saberlo! ¡Tú le dijiste cosas hirientes!
-Te pido que me sueltes.- Advirtió Kanon muy serio pero a Sienna no pareció importarle aunque silo soltó de mala gana.
-¡¿Cómo te atreves a hablarle así a mi amiga después de todo lo que ha pasado?!...¡Estoy harta de las actitudes de los hombres!
-Sienna. Tranquilízate, estás muy alterada.- Le dijo Shion tratando de intervenir.
-¡No puedo quedarme de brazos cruzados!...Saida es mi amiga y la tratan como traidora, como enemiga...-Miró a todos en breves segundos antes de volver a mirar a Kanon.- Ella te ama a ti...¿Cómo puedes tratarla así?
-Porque eso es lo que es, una traidora...me engañó a mí y a todos...-Dijo Kanon duramente.
-¡¿Qué?!...¡Eres un imbécil!...-Le señaló.- Por culpa de personas como ustedes es que una termina herida.- Dijo de nuevo con indirectas.- Ustedes podrán ser caballeros, personas muy fuertes y pelean con dioses casi invencibles...¡Pero en el amor y las mujeres no son más que idiotas!.- Concluyó y dio media vuelta hacia la salida.
-Sienna...¿A dónde vas?.- Preguntó Saori.
-¡Me largo de aquí!...¡Voy con mi amiga!.- Dijo pisando firme y antes de irse definitivamente, se giró.- ¡Saida no es la villana y se arrepentirán por tratarla así!.- Terminó de decir y se fue de ahí.
Todos se miraron entre sí, ese día era de locos.
-¿No van a detenerla?.- Les preguntó Aldebarán a Afrodita y Máscara Mortal.
-Podría hacerlo pero...está muy enfadada y no acabaría bien.- Dijo Afrodita, si quería ir a detenerla pero sus disculpas y arrepentimientos no le habían ayudado horas antes y por lo que había dicho, era una de las pocas personas que quería ver en esos momentos.
-El paz tiene razón, esa mujer es como el demonio cuando se enoja.- Dijo Máscara Mortal encogiéndose de hombros.
***
Minutos más tarde...
Puerto de Pireo
Denirha había llegado desde hace minutos atrás, estaba en su coche esperando a que llegara Camus pero ya había demorado más de lo supuesto y comenzaba a estresarse, esperaba que Camus no se haya arrepentido al último momento y la haya dejado planta...por su bien y el de Mary Anne, esperaba que estuviera a punto de llegar. Miró su espejo retrovisor por décima vez y se revisó los labios recién pintados, odiaba esperar a un hombre pero vaya...era necesidad en ese momento. Movió el espejo y vio que Camus apenas había llegado al lugar, sonrió ligeramente y bajó del coche.
Camus al ver que Denirha era la que salía de ese coche no dudó en acercarse a ella con mala cara.
-Dime de una vez qué quieres.- Dijo impulsivamente.
-Primero deberías saludar.- Le dijo seductoramente mientras se acercaba a besarlo pero Camus la alejó poniendo sus manos en los brazos fijamente.
-Déjate de estas cosas Denirha y habla ya que no tengo paciencia.
-Lo dices porque perdiste una cita súper romántica con Mary Anne ¿no?.- Habló con causticidad.
-Por tu culpa la perdí.- Dijo cortante.
-Ya olvídalo, ni que valiera le pena.- Dijo altiva mientras se acomodaba el cabello.- Seré breve porque has demorado demasiado...quiero que vuelvas conmigo.
Camus puso semblante de incredulidad y fastidio increíble.
-¿Para esta tontería fue que me hiciste venir aquí? Yo me voy.- Dio media vuelta y Denirha lo detuvo.
-¿Tan difícil es querer regresar conmigo?
-Sí...porque no me interesa.- Alzó la mirada al cielo, tratando de ser muy paciente con esa mujer.
Denirha torció la boca, los desprecios le quemaban el orgullo y más viniendo de él y sabiendo que la razón era una chica francesa que tanto despreciaba.
-Espero que opines lo mismo cuando Mary Anne no quiera saber de ti nunca más.- Dijo y luego se revisó las uñas.
-Tú no le vas a decir nada a Mary Anne.
-Claro que puedo...así que háblame mejor porque no te conviene hacerme enojar.
-Yo no voy a soportar ninguno más de tus chantajes sólo para mantenerme a tu lado...búscate a otro hombre y a mí déjame en paz.
Camus ya no quería estar más tiempo ahí, sólo estaba discutiendo inútilmente con una persona de mentalidad cerrada y con una obsesión que sobrepasaba barreras, se fue alejando unos cuantos pasos pero de nuevo Denirha lo detuvo.
-Hablo en serio Camus, esto depende de la felicidad de Mary Anne.- Camus se detuvo de golpe pero no se giró a verla.- Si tanto "trabajo" te cuesta regresar conmigo, entonces te daré otra opción, una más sencilla para ti.
-¿Ah si?...¿Cuál?.- Preguntó suspicaz.
-Termina toda relación con ella...todo lazo, todo afecto...olvídate de Mary Anne o yo me encargaré de hacerla sufrir con la verdad y ella misma, será quien se quiera olvidar de ti.
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