Memorias que trascienden

-Danna.- Aioros pronunció su nombre y Danna sintió un escalofrío, Aioros estaba detrás de ella y había llegado de improvisto.- Lamento si te hice esperar demasiado.

Danna se giró para estar frente a frente pero sus ojos no se atrevían a mirarlo aún, su corazón parecía explotarle.

-No, para nada...tengo pocos minutos de haber llegado.

-Ah bueno, está bien.- Aioros se sentó en el mismo lugar donde estaba Danna anteriormente, ella al verlo muy serio comprobaba que las cosas no iban a ser las mismas. Se sentó a lado de él y el silencio ocupó el lugar, nadie sabía cómo comenzar la conversación.

-No sé qué decir...Aioros...-Decía Danna rompiendo el silencio.

-Yo sí pero...necesitaba organizar mis ideas.- Suspiró y le miró directamente a los ojos.- Danna...No sé si hice bien en besarte...es decir, tú eres mi amiga y sabes por lo que he pasado.

-Sí lo sé y estoy consciente y sobre el beso, ambos cooperamos, yo...también te besé.- Decía son enrojecimiento en sus mejillas. Danna quiso mantenerse seria pero la situación en la que se encontraban la hizo reírse.- Es gracioso...somos adultos y actuamos como adolescentes...

Aioros rio también, era cierto y no lo había pensado de esa manera.

-Debo verme ridículo entonces.- Sonreía.

-Si es así, ya somos dos.- Cuando terminaron de reír volvió aquel silencio pero la tensión había disminuido y eso había sido un gran avance.- Aioros...¿Por qué fue que diste el primer paso?.- Estaba listo, Danna preguntó sin más rodeos lo que su desconcierto no la dejaba dormir.

Aioros clavó la mirada al suelo y colocó sus manos a lado de la banca, ya era el momento oportuno de decir las cosas. Tenía que ser sincero consigo mismo y con ella, era lo mínimo que se merecían.

-Danna, tú sabes lo que Nubia significa para mí y para Darlenne, he pasado muchos años esperándola y buscándola sin encontrar el más mínimo rastro de ella, es como si la tierra se la hubiera tragado.- Pasó saliva con dificultad, Danna estaba atenta a lo que fuera a decirle.- He empezado a creer que no vuelva a verla...y...que tal vez mi hermano tenga razón.

-¿Tu hermano? ¿Qué fue lo que dijo?

Aioros tardó en responder, esperaba que Danna no se lo tomara a mal.

-Él piensa que debo seguir adelante con mi vida, me lo dijo hace mucho pero lo había ignorado porque me resultaba egoísta para Nubia.

-Sí...lo sé...-Dijo algo apagada.- Tu hermano...¿Se llevaba bien con ella?

-En realidad...no, tuvieron muchas diferencias, ninguno de los dos trató de llevarse bien.- Explicaba.

-Eso explicaba varias cosas.- Terminó por concluir Danna y a partir de ahí retomaron el tema de nuevo.

-No quiero que nuestra amistad se arruine por mi culpa.- Dijo Aioros nostálgico.- En estos precisos momentos me siento extraño, como si no supiera cómo comportarme contigo ahora.

-Me encuentro de la misma manera, entiendo lo que me dices...pero...lo de ayer no tiene porqué arruinar nuestra amistad, sólo fue un beso...sólo eso.

-No te escuchas muy convencida.- Dijo prestándole más atención.

-No, de verdad...olvidaremos lo ocurrido ayer y seguiremos como antes.

Aioros asintió, escucharla así no le hacía sentirse mejor pero tampoco veía su amistad destruida. Ambos se miraron fijamente con una sonrisa entre sus labios.

-Entonces, seguiremos siendo amigos...¿De acuerdo?.- Preguntó Aioros más alegre. Danna lo observó detenidamente, se había perdido en su sonrisa...realmente le gustaba.

-Sí...sólo amigos.- Contestó ella y ambos estrecharon su mano. Se quedaron así varios segundos sin percatarse que eran observados por alguien especial.

Danna tragó saliva con dificultad, no era sencillo dejar de ver a Aioros. ¿Cómo no se dio cuenta de que le gustaba hasta que se besaron? Ahora sus labios habían sido un punto de interés. Aioros se había percatado que la mirada grisácea de Danna había cambiado por una más suave, como si estuviera adormecida.

Aioros pudo haber perdido contacto visual de haber querido pero no sucedió y la razón por la que había ido ahí se le olvidó.

Danna acercó su rostro al de él sin titubeos, sólo era la reacción que su cuerpo le pedía, que sus labios le exigían...y así, ella besó los labios de Aioros. Los rozó delicadamente humedeciéndolos, apretaba los párpados para no darse cuenta del momento en que Aioros la rechazaría. Ella se separó un poco.

-Discúlpame...-Dijo susurrando sin abrir sus ojos.

Aioros a pesar de estar pasmado, sabía lo que estaba sucediendo. Con una mano acarició la mejilla de Danna haciendo que esta abriera los ojos por fin. Aioros estaba sonriéndole, no rechazándola cómo se había imaginado.

-No te disculpes...- Aioros le susurró y la acercó para besarla, esta vez, con más intensidad. Danna no pudo más y rodeó el cuello de Aioros con sus brazos, ninguno de los dos dejó de besarse.

Aunque había establecido algo muy diferente a lo que demostraban, tal parecía que a partir de ahora, algo iba a cambiar en ellos dos y...en otra persona la cual, se había ido desde hace varios minutos.

Tres meses después...

Varias cosas habían surgido en el transcurso de ese tiempo el cual había pasado demasiado rápido para algunos y lento para otros.

Local de antigüedades.

11:13 a.m

A pesar de la necedad de Shaka, él y ella habían hablado normalmente después de ese encuentro aunque algo había cambiado pues Shaka, aunque ya no estaba enojado, sí estaba distante, tanto que ni siquiera iba como de costumbre al local para ayudarle en el negocio, además muy pocas veces lo frecuentaba y siempre estaba acompañado por alguien, se portaba tan indiferente que seguía haciéndole daño pero ya no había insistido. Ambrosía había confiado en que con el paso de los días, la amistad de Shaka y ella estaría como antes, que sólo necesitaba un espacio y un poco más de comprensión para que él se diera cuenta del mal uso de palabras que había tenido Ambrosía...pero esa esperanza no había llegado, Shaka no era el mismo con ella...y nunca llegó a explicarle bien las cosas.

Ahora Ambrosía estaba recargada en la vitrina, aburrida en ese local, esa que era su gran fascinación ahora no tenía inspiración, sólo se acordaba de la vez en que por culpa de unos inciensos, ambos habían desatado una pasión ajena, o más bien, una que no conocían. Ella se partió de ahí y fue a la otra habitación, ahí era donde habían tenido relaciones, le daba cosquillas de sólo pensarlo, se extravió en aquellas imágenes mentales.

Escuchó que alguien entraba al lugar, despertó de sus recuerdos y rápidamente fue a la recepción, imaginarse que se trataba de Shaka le emocionaba.

-¡Buenos días Sh...!.- Estaba muy cerca de decir el nombre de Shaka pero al ver que se trataba de alguien completamente diferente, puso una barrera verbal.- Shiva...Hola, buenos días.

-Buenos días.- Contestó él muy sonriente. Desde que se conocieron, Shiva se había encargado de acercarse a ella hasta en la más mínima de las excusas, le agradaba la compañía de Ambrosía, ella le agradaba y mucho pero Ambrosía no era capaz de darse cuenta de sus atenciones.- Disculpa si interrumpí en algo.- Dijo al ver que Ambrosía cambió drásticamente su estado de ánimo.

-Oh no te preocupes, todo está bien...-Sonrió.- ¿En qué puedo ayudarte Shiva?

-Más bien he venido yo a ayudarte a ti.

-¿A mí?...Pero...¿Por qué?.- Preguntó desconcertada.

-Lo que pasa es que Shaka nos contó a mí y a Agora que venía a ayudarte diariamente aquí en el local y como él ya no ha venido pues...supuse que necesitarías ayuda.

Shiva siempre se había portado amable con ella aunque en esa ocasión, le impactaba más la razón de porqué lo hacía que en ocasiones anteriores.

-Shaka les conto...¿Y les ha dicho por qué ya no viene?...Supongo que está muy ocupado en su templo.

-Realmente no, sólo meditamos...bueno, para nosotros sí es algo importante la meditación pero sólo se dedica a eso.

Ambrosía no podía sentir más desilusión que esa, antes Shaka meditaba, algo muy común pero ella esperaba que hiciera otras cosas, algo más que le impidiera ir con ella, desgraciadamente, Shiva le quitó esa idea de la cabeza.

-La meditación siempre ha sido importante para él...en fin...no hay problema.

-¿Todo está bien?.- Preguntó de repente con un aire de sutileza.

-S-Sí...-Contestó impresionada. ¿Apoco era tan fácil de que leyeran sus expresiones?.- ¿Por qué la pregunta?

-Bueno, hace momentos se mostraba más feliz que ahora, quiero creer que algo le afecta.

"Y esta en todo lo correcto" Pensó Ambrosía.

-Pienso en varias cosas pero no son graves, en serio.

-Me agrada escuchar eso.- Dijo sonriendo de oreja a oreja.- Entonces...¿En qué puedo ayudarla? Para mí no es ninguna molestia si eso llega a creer.

Ambrosía suspiró y rio sinceramente, Shiva era muy accesible y al menos le hacía reír, además en esos momentos necesitaba distraerse con algo y que mejor que con una plática agradable con Shiva quien parecía entenderla muy bien.

-Está bien, sólo hay que reacomodar las estatuillas.- Le dijo y ambos comenzaron a reorganizar los muebles.

Shiva de vez en cuando la miraba con detenimiento, cada vez le gustaba más y estaba muy feliz de haber regresado a Grecia, tanto por Shaka como por haberse encontrado con una mujer como ella.

Templo de Virgo

-¿A dónde fue Shiva?.- Preguntó Shaka al darse cuenta de que faltaba uno de sus discípulos en el templo.

Agora estaba sentado en forma de flor de loto, estaba por empezar una meditación.

-Salió desde hace un buen rato.- Comentó Agora tranquilamente.

-Últimamente ha salido demasiado...ni siquiera sé por qué lo hace.

-No se preocupe señor Shaka, no es nada delictivo.- Dijo Agora cerrando los ojos.- Sólo que alguien ha captado su atención.

Shaka miró a Agora con el ceño fruncido, era verdad que Shiva se mostraba más distraído de lo que lo conocía pero hasta ahora se había preguntado por qué se portaba así.

-¿Alguien?...¿Cómo quién?

-Pues...es sobre una chica mi señor, tal parece que Shiva está muy interesado en ella.- Comentaba medio riéndose.

Shaka abrió la boca sorprendido, ¡Jamás se lo había imaginado!...Ahora comprendía más el hecho de que se mostrara algo distante y pensativo.

-No tenía idea, me pregunto quién será la chica.

-Le diría pero sería divulgar información que no me corresponde...espero no se enfade conmigo por ocultarle la información.- Dijo Agora lentamente.

-Claro que no, entiendo perfectamente...ya hablaré con él cuando lo vea, debe comprender que aunque si puede formalizar una relación no debe dejar que eso lo distraiga por completo.

-Yo se lo comenté pero está enamorado.

-¿Tanto así?.- Preguntó perplejo.

-Esa es mi opinión pero estoy de acuerdo que debería hablar con él...casi no lo reconozco.

Shaka se puso pensativo, seguramente Shiva había conocido a aquella chica en esos momentos en que salía del Santuario a caminar pero era una sorpresa que tan rápido se haya formado esa atracción, más curiosidad sobre quien era esa chica incrementaba.

-Cuando llegue, hablaré con él.

Santuario

Coliseo.

2:25 p.m

-¡Ya te dije que eso no funciona!.- Sienna estaba muy molesta y Afrodita muy frustrado pero trataba de calmarse.

Máscara Mortal quien estaba sentado frente a ellos estaba disfrutando de la escena y de ver cómo Afrodita se estaba exasperando.

-¡Deja de gritar! ¡Sí funciona!.- Se defendía Afrodita de los reclamos de Sienna.- Yo lo he hecho muchas veces cómo para saber que funciona...

El caso aquí era que Afrodita seguía enseñándole sus técnicas especiales pero no funcionaban para Sienna y esa era la raíz de su molestia.

-¿Van a seguir peleando así o seguirán con el entrenamiento?.- Preguntó Máscara Mortal ocultando su diversión.

-Estamos entrenando...-Dijo Afrodita pasando una mano por su cara.- Pero no puedo explicarle bien a Sienna si se pone en su actitud testaruda.

-Es que entiéndeme...llevo meses intentando que esto funcione pero no he logrado nada...- Se cruzó de brazos la chica.- Eres como Máscara Mortal, no me enseñan bien y se estresan bien fácil.

El caballero de Cáncer abrió la boca con incredulidad, no era posible que estuviera escuchando eso, obviamente que su comentario rozó su buen humor.

-¡¿Qué?!...¡A mí no me metan en sus discusiones!...Y tú sabes de antemano que no soportas críticas, una vez te dije que no sabes pelear y con esa actitud no durarás en el campo de batalla.

Sienna rodó los ojos, lo que le decía Máscara Mortal era la verdad y lo sabía pero no podía evitar sentirse tan enfadada. Había visto que Dione e incluso Sory aprendían más rápido que ella....o era eso o el problema eran las explicaciones de sus "maestros".

-Intento hacer lo mejor que puedo...-Dijo ella.- ¡Pero utilizar una técnica con rosas no sirve!.- Volvió a explotar.

Afrodita se mostraba más y más serio, se estaba sintiendo ofendido en otro nivel...un poco más y terminaría gritándole a todo medio mundo.

-Sí sirve...inténtalo de nuevo.- Dijo fúnebre el caballero de Piscis.

Sienna guardó todo aquel coraje y lo concentró en la técnica, parecía por fin abstraerse en lo que estaba haciendo. Máscara Mortal levantó las cejas, esta vez parecía estar por lograrlo, echó un vistazo en Afrodita quien estaba inexpresivo o muy molesto. Ella siguió con eso hasta que podía apreciarse cómo apretaba las manos y los párpados para luego abrirlos de golpe.

-¡Esto es inútil!.- Bufó muy encolerizada.- ¡Odio las rosas!

-Sólo es lanzarlas con tu cosmo...¿Qué tiene de difícil eso?.- Preguntó Afrodita poniéndose rojo.

-¿Qué tiene de difícil?...No pues creo que nada, la tonta debo de ser yo.- Dijo Sienna con ironía. Luego tomó unas rosas y las arrojó contra una pared haciendo que estas se rompieran.- ¿Así está mejor?...Quisiera ver que lo hagas.

Afrodita abrió más sus ojos, expiraban rabia, ofensa y mucha frustración, nunca nadie le había dicho que su técnica no servía. Dejándose llevar por todo aquello, Afrodita elevó su cosmo.

-Ahora sí...lo hiciste enojar.- Dijo Máscara Mortal apartándose de ahí.- Deberían aprovechar y entrenar así, cada uno enojado...así podría funcionar mejor.

Sienna pestañeó varias veces mientras el caballero de Cáncer le daba una idea que parecía ser muy buena, si ambos estaban enojados posiblemente iban a combatir mejor.

-Sienna...ponte atención.- Dijo Afrodita. Sienna iba a ponerse en defensa cuando de improvisto, Afrodita comenzó a lanzarle golpes a Máscara Mortal.

-¡Oye estúpido!...¿Por qué me pegas a mí?.- Preguntaba Máscara Mortal defendiéndose de los ataques de Afrodita.

Afrodita no contestó ante la pregunta del otro caballero, ambos continuaron con esa pelea y Sienna ponía mucha atención en ella. Veía cómo se defendían de los ataques y también cómo los fallaban y eran heridos pero ni así se detenían.

El último golpe que soltó Afrodita hizo que Máscara Mortal se hiciera hacia atrás algunos metros, ella se había cubierto bien poniendo sus manos enfrente. Cuando ella creyó que estaba por terminar aquello vio que Afrodita hacia una nueva posición, una que odiaba.

-¡Rosas piraña!.- Afrodita realizó su técnica directamente a Máscara Mortal.

-¡¿Qué?!.- Exclamó él defendiéndose de algunas rosas. Unas cuantas le hirieron pero para evitar que más le dañaran, dio un gran salto hasta ponerse casi a lado de Afrodita.-¡Maldito imbécil! Hubieras avisado que me querías como prueba de entrenamiento.

-Era más divertido así.- Esbozó media sonrisa.- Para que no andes dando ideas que no vienen al caso.

-¡No puede ser!...¡Sienna!.- Ambos caballeros miraron a Sine quien estaba corriendo escalones abajo hacia donde estaban, se veía muy asustada y cuando concretaron que había gritado "Sienna" dieron media vuelta hacia atrás y ambos se quedaron helados.

Sienna había caído de rodillas con heridas en el cuerpo, no eran profundas pero eran varias y eran gracias a que algunas rosas negras de Afrodita habían logrado lastimarla.

-¡Sienna!.- Exclamaron ambos y se acercaron a la chica quien sentía que le quemaba el cuerpo por los cortes en la piel.

-¡Maldita sea! ...¡¿Estás bien?!.- Preguntaba Máscara Mortal con angustia. Afrodita le tomó de los hombros...estaba blanco como papel.

-Sienna...háblame por favor.- Dijo Afrodita.

-Déjame...en paz...-Dijo ella apartando las manos de Afrodita.

-¡Está muy herida!...Iré a avisarle al Patriarca.- Decía la rubia quien había ido al Coliseo para observar en entrenamiento de los tres pero jamás esperó encontrarse con eso.

-Estoy bien Sine...sólo...quiero irme a la morada.- Dijo Sienna levantándose con dificultad.

-Déjame ayudarte...Sienna, yo no quería...-Decía Afrodita sintiéndose muy mal por lo que había hecho y cuando la mirada de Sienna se clavó en él con ligeros brotes de lágrimas, lo destrozó...se sintió peor.- Fue un accidente Sienna...los ataques son eran para ti.

-No quiero que me hables...ahora comprendo que tu técnica sí sirve.- Dijo con dureza.- Pero ahora...no quiero que te me acerques.- Sienna se fue junto con Sine, no quería recibir ayuda de ninguno de los dos, estaba dolida y enojada.

-¡No me importa!...De todos modos voy a ayudarte.- Dijo Afrodita yendo detrás de ella.

Máscara Mortal observaba cómo se iban y cómo Sienna empezaba a gritarle a Afrodita además de negarse a recibir su ayuda. Él tampoco iba a quedarse de brazos cruzados, también se sentía mal por lo que le pasó a Sienna así que fue detrás de los tres, en algo tenía qué ayudar.

Centro de Atenas.

4:47 p.m

-No puedo creer que la feria inicie hoy.- Decía Hyoga muy feliz de ver cómo organizaban todo para la noche.

Los caballeros de bronce habían tomado la decisión de salir a tomar aire lejos fuera del Santuario, se habían quedado más tiempo del que tenían premeditado pero no se quejaban, se divertían con los demás caballeros y con Saori.

Saori también había decidido acompañarlos, desde que ellos habían pisado el Santuario hace tres meses solía salir a distraerse, no dejaba de reírse cuando estaba a lado de Seiya, su sentido del humor era contagioso y las peleas constantes entre Hyoga e Ikki eran el centro del entretenimiento.

-Eso estuviste diciendo toda la semana, exasperas...a todo el mundo.- Decía Ikki con mucho hastío.

-"Todo el mundo" no se llama "Ikki".- Se defendió el rubio.

-Como sea, no me dejarás mentir que por eso Camus te echó de su templo ayer.- Añadía Ikki sonriendo maliciosamente.

-MI maestro no estaba de humor, eso es todo...además todo fue por culpa de Milo, mi maestro quería estar solo porque estaba planeando "algo".- Concluyó.

Hyoga no había querido involucrarse mucho respecto al tema pero como Milo solía hacerle mucha burla a su amigo, escuchó que este hablaba sobre un regalo para Mary Anne pero que no podía concentrarse con tanto ruido en su templo, y esa fue la razón por la cual terminó por echarlo de su templo...una vez más.

-El buen discípulo de Camus lo protege con palabras clave.- Comentaba Ikki sarcástico.

-¡Ohhh! ¡Vete a cosechar arándanos Ikki!.- Exclamó Hyoga. Shun de nuevo al ver las intenciones de su hermano, se puso en medio de los dos y cambió de tema.

-¿Y ahora a dónde vamos?

-Dejen que Saori decida.- Dijo Seiya mirando a la diosa.

-Pues...estaba pensando en visitar cada lugar de la feria pero como todavía no la inauguran, podríamos ir al cine o algo.

-Mientras no sea un picnic en la nieve.- Decía Ikki observando todos los alrededores.

-¡Ikki!.- Exclamó Shiryu meneando la cabeza.

-Y bueno...¿Qué hacemos aquí esperando?.- Preguntó Seiya dirigiéndose a Saori.

-Esperamos a que lleguen los demás, me refiero a Kanon, Dione, Saida, Aioros y las niñas.-Contestó Saori muy sonriente.

-No vamos a subirnos al carrusel ¿verdad?

-Cállate Ikki.- Dijo Shiryu más agobiado.

-Es que quedé de comprarles algo a las niñas.- Confesó.

-Te están gustando mucho los niños ¿verdad?.- Cuestionó Seiya.

-Sí, han cambiado el Santuario desde que llegaron...por cierto, también van a venir Shura, Dohko y Cassandra con los niños.

-Esto no va a ser una reunión...sino una excursión escolar.- Comentaba de nuevo Ikki.

-Hermano...ya basta.- Decía Shun.

***

-¿Ya vamos a llegar?.- Preguntó Brissia jalando el brazo e Kanon.

-Tranquilízate, ya estamos por llegar.- Contestó él manteniendo la calma.

-Oye...¿Dónde está mi papá?.- Preguntó Darlenne quien venía tomándose de la mano con Saida. La pelirroja miró a Dione, ella era la única que sabía algo de Aioros.

Dione estaba buscando unas cosas en su bolsa y luego se dispuso a contestarle a Darlenne.

-Nos encontraremos con tu papá en el centro, nos quedamos de ver ahí.

-¡Sí!.- Exclamó feliz Darlenne, ella se soltó del agarre de Saida y se fue junto con las gemelas para jugar en lo que llegaban a su destino.

-Ni siquiera me di cuenta que Aioros te había encargado a la niña.- Comentó la pelirroja.

-Fue en un abrir y cerrar de ojos, me encontró ayer y me pidió ese favor, por eso se quedó a dormir con las niñas.- Explicaba.- Pero como ayer ustedes dos llegaron tarde pues ni cuenta se dieron.- Dijo mientras miraba de reojo a Kanon quien jugaba con las tres niñas. Saida se ruborizó y miró hacia ambos lados, Dione delineó una sonrisa.- ¿Por fin pudiste decírselo?

-No...por eso estoy distraída.

-No sé por qué le dan tantas vueltas al asunto, él indirectamente ya te dijo lo que siente, ahora toca decirlo...si eso es lo que quieres.

Eso era más difícil, y eso que había idealizado muchísimas veces aquello pero vivirlo realmente era muy extenso.

-Lo haré hoy...es en serio.

En otro lugar no muy lejos de ahí....

Dos personas habían estado en la habitación de un hotel, fundiéndose en pasión y en una mezcla de sentimientos que antes no habían podido demostrarse, había sido otro cambio a su relación, uno que había reforzado la unión.

Habían perdido la noción del tiempo, las caricias habían sido imprudentes pero primorosas.

Danna estaba terminando de cambiarse al igual que Aioros quien se estaba colocando la camisa, la última prenda que le faltaba. Danna había estado sonrojada tiempo atrás, iba a ser la primera vez que Aioros la veía desnuda, que sentía sus manos sobre ella, otra forma de demostrarle su afecto...no estaba arrepentida de ello.

Se acercó a él y le abrazó por la espalda apoyando su mejilla en Aioros. Él le tomó una de sus manos y la acercó hacia su boca para besarla.

-¿Por qué el abrazo?.- Preguntó ahora tomando ambas manos.

-Gracias...-Dijo ella.- Por hacerme feliz...

Aioros se había esforzado en conocer mejor a Danna y se había dado cuenta de que no le daba miedo demostrar sus sentimientos. Era realmente extraño verla triste o enojada. Desde que habían decidido formalizar una relación a la vez que se conocían más, jamás habían discutido...su presencia era muy absorbente.

-¿En serio te hago muy feliz?.- Preguntó algo desconcertado.

-Sí...cada vez estoy más feliz de que hayamos decidido formar una relación.

-Sólo falta decirle a Darlenne...hoy mismo se lo diremos.

-¿En serio?.- Se separó de él para ponerse frente a él.- ¿Harías eso?

Aioros asintió. Apartó los cabellos rizados de la frente de Danna con sutileza.

-Sí, lo digo en serio...Ya formas parte de mi vida ahora, no tengo dudas de que tú eres la más indicada para hacerme feliz a mí...

Danna agradecida volvió a abrazar a Aioros, esas palabras eran las más hermosas que él le había dicho hasta ahora.

-Entonces, no te arrepientes de haberme besado en aquella ocasión ¿verdad?

-No...no podría arrepentirme nunca.- Aioros le besó la cabeza, si bien sabía lo buena que era Danna, también era sincero con ella...Danna estaba consiente que Nubia formaría parte de su vida para siempre, no sólo era la mujer que lo hizo feliz hace años sino que era la madre de Darlenne, la segunda mujer más importante de su vida. Danna respetaba aquello y para Aioros era demasiado...Danna sería la mujer indicada con la que podría volver a ser feliz, estaba seguro de ello.

Minutos más tarde...

Aioros y Danna salieron del hotel tomados de la mano, cuando iban caminando ya por la calle, se volvieron a abrazar y a besar, parecía una pareja enamorada.

Mientras caminaban, iban hablando sobre cualquier tema como era habitual, la conversación con Danna solía ser muy fluida.

-No sé por qué me siento nerviosa de ver a Darlenne...no sé cómo se lo vaya a tomar, tengo que confesar que me da algo de miedo.- Decía la rubia con las manos sobre sus mejillas.

-Te llevas muy bien con ella, Darlenne te quiere mucho...aunque yo también estoy nervioso por decirle.- Confesó entre risas.

En el mismo instante en que ambos hablaban de eso, se acercaban a la multitud pues como estaba cerca la navidad, varias personas estaban alistándose para las compras, aparte, estaba por empezar la feria. Entre esas personas caminando, Aioros miraba a varios lados. Se le había venido a la mente aquella vez cuando hicieron una fiesta de navidad en el Santuario, la última en la que estuvo con Nubia y con Saga...

Aioros se puso nostálgico, había pasado la mitad de un año más sin Nubia. Cuando ambos iban a dar la vuelta a la calle, Aioros miró a una chica quien pasaba cerca de su lado y sintió que el corazón de le agitaba...Esa mujer con un gorro sobre su cabeza era Nubia, sus ojos cárdenas le habían mirado de reojo y su cabello negro...

Aioros dio media vuelta rápidamente para volver a identificar a aquella mujer, sin embargo...no veía a la chica, nadie llevaba un gorro sobre su cabeza y que tuviera el cabello negro como ella...parecía tan real.

-¿Qué viste Aioros?...¿Ibas a comprar algo o viste a alguien del Santuario?.- Cuestionó Danna mirando en la misma dirección que él. Aioros no contestó, estaba casi seguro de que Nubia había pasado por su lado.- ¿Aioros?.- Llamó Danna al ver su distracción, le haló de la ropa hasta que por fin la volvió a mirar.- ¿Qué te pasa?

-N-Nada...me pareció ver a alguien que conozco peor me equivoqué.- Dijo inseguro y claramente eso no convenció mucho a Danna pero ella no siguió insistiendo más.- Vamos...se nos hace tarde...

Veinte minutos después...

-¡Voy a beber toda la noche si es necesario!.- Gritaba Dohko con fastidio.

-Maestro...Saori la está escuchando.- Decía Shiryu apenado.

Dohko aún no podía solucionar bien las cosas con Kira, por lo menos ya se dirigían la palabra decentemente pero no era suficiente para el caballero de Libra. Habitualmente había estado bebiendo y posteriormente había ido a buscar a Kira...en ese estado lo único que lograba era que lo echara de la casa.

-Es que...¿Es tan difícil hacer que se en contente una mujer?...me está volviendo loco esa mujer.

-Tal vez no estás usando la táctica más adecuada...y no es hacer que se en contente sino que te perdone...Dohko, te estoy desconociendo cada vez más.- Decía Saori con seriedad.

Dohko hizo un ademán con la mano, la actitud que tenía Dohko no era la exacta para que alguien le diera la contraria, era mejor ignorarlo.

-¿Quién más falta que venga?.- Preguntó Shura pasando una mano por sus cabellos.

-Aioros...no debe tardar...-Decía Saori.

-¡Allá está!.- Exclamó Seiya observando que venía la pareja a lo lejos.

-Ha llegado el momento Danna...-Arios le susurraba y apretaba más su mano. Danna asintió con la cabeza.

Darlenne vio que se acercaba su papá y comenzó a reír más, ahora se disponía de correr para ir con él pero en eso, Shura alcanzó a tomarla del brazo.

-Quiero ir con mi papá...-Decía a modo de protesta la niña.

Shura tuvo una buena razón para evitar que ella fuera con Aioros, todos los demás se pusieron en alerta. Saida y Dione no comprendían bien porqué se ponían así pero al escuchar varios gritos metros atrás de varias personas corriendo asustadas debía ser un buen motivo para preocuparse.

-Se sienten varios cosmo amenazadores.- Comentaba Seiya muy serio.- Saori...quédense aquí.- Saori asintió.

-Lo haré.- Contestó a base de una sonrisa.

-Vayamos a ver.- Dijo Shiryu y los cinco caballeros fueron hacia donde la gente se alejaba.

-¿Qué estará pasando?.- Preguntó Saida temerosa.

-No lo sé...pero lo averiguaremos.- Kanon observó a Dione quien estaba dispuesta a ir con ellos.- No vayas Dione, mejor quédate con las niñas...manténganse a salvo.

Dione miró a sus hijas, estaban asustándose de ver a tanta gente correr despavorida.

-Me quedaré.- Dijo Dione y luego fue a abrazar a las gemelas.

Kanon miró a Saida quien se había perdido mentalmente ante aquella escena.

-Quiero que tú también te pongas a salvo...volveré pronto.- Le dijo suavemente.

-Pero Kanon...puede que sea muy peligroso...-Dijo realmente con pesar. Kanon sintió una ternura de verla así, puso su mano detrás de su cabeza, enredando los dedos en sus cabellos rojos.

-Hablas como si no me conocieras.- Sonrió y acercó sus labios para besarla rápidamente.- Haré lo posible por protegerte...pero quiero que pongas de tu parte...¿si?

Saida con mirada alentada aceptó, y ahora ella fue quien lo besó una vez más.

-Tú también cuídate mucho...no te lastimes demasiado.- Rio.

-¡Vamos Kanon!.- Exclamó Shura. Él y Dohko habían dejado encargados a sus hijos con Saori y Dione.

Kanon podría seguir bromeando pero ya debía de irse, se soltó de Saida lentamente y luego se fue corriendo a donde habían ido los demás.

-Sígueme Saida.- Dijo Saori caminando al lado contrario de los demás. Saida miró por última vez a Kanon y luego aceleró el paso detrás de Saori.

Aioros y Danna tuvieron que evadir la multitud de gente que los había rodeado. Aioros tomó fuertemente la mano de ella para no ser arrastrada por las personas.

-¿Estás bien?.- Preguntó Aioros.

-Sí...estoy bien.- Contestó ella mirándolo a los ojos hasta que vio algo detrás de él que se acercaba.- ¡Cuidado!

Aioros dio media vuelta y vio que alguien iba a atacarlos, lo que hizo fue aventar a Danna y así ser el único herido. Quien lo atacó lo golpeó primero del estómago y luego le dio una patada en el rostro que lo hizo retroceder varios metros hacia atrás.

El caballero de Sagitario se limpió la sangre que tenía en su labio. En cuestión de un segundo, tenía frente a él a una persona con armadura y con un tipo de antifaz sobre su rostro, era imposible saber quién era pero no había dudas de que se trataba de una mujer.

Por otro lado, Saori iba con las demás y con los niños, cada una agarrando a los que podían para mantenerlos a salvo, tenían que refugiarse, no sabían a lo que se estaban arriesgando ahora.

-Athena...¿Usted sabe lo que está pasando?.- Preguntó Dione una vez que creyeron encontrar un lugar seguro en un callejón.

-No...pero ya tenía un presentimiento así.- Dijo Saori muy preocupada.

-¿De verdad?.- Preguntó Saida.

-Sí...yo se lo conté a Seiya pero no tengo idea de quien esté provocando esto.

Dione analizó bien a cada niño, estaba Hikaru, Joel, Franco, las gemelas y...

-¡Falta Darlenne!.- Gritó Dione mirando a todos lados.

-La tenía yo...la dejé aquí.- Dijo Saori señalando el lugar donde la había dejado. Las tres se asomaron fuera del callejón y a unos cuantos metros vieron que Darlenne corría, alejándose de ellas.

-Yo voy por ella...cuiden a los demás.- Dijo Dione corriendo lo más que podía y esquivando las cosas que habían tiradas ya en la calle entre otras personas.

Los caballeros de bronce, Dohko, Kanon y Shura llegaron a cierto punto donde ya no había personas corriendo despavoridas, el lugar estaba vacío y una niebla misteriosa los había rodeado.

-Los cosmos siguen presentes.- Dijo Seiya tratando de visualizar algo.

-Parece que se están burlando de nosotros.- Bufó Dohko avanzando unos cuántos pasos más, donde la niebla era más densa.

-Si fuera tú...no me arriesgaría.- Dijo alguien ajeno a ellos, todos miraron a donde pudieron.

-Esa voz...me resulta conocida.- Dijo Shura frunciendo el ceño. Kanon quien estaba a su lado levantó las cejas, a él también le sonaba familiar la voz.

-¡Muéstrate sea quien seas!.- Gritó Ikki apretando los puños.

-Claro que lo haré...pero antes, será mejor que les demos la bienvenida...¿No creen?.- Volvió a decir aquella voz.

Los caballeros de bronce quienes estaban mejor reunidos, sintieron un frío que iba directo a sus pies. Hyoga especialmente vio que se había congelado el suelo.

-Pero...¿Qué...?.- En su distracción, siete sombras aparecieron velozmente y directas al ataque.

-¡¿Quiénes son?!.- Exclamó a modo de pregunta Shun mientras se defendía de los ataques de una mujer.

-¡Parecen amazonas!.- Dijo Shiryu quien estaba peleando a lado de Shun con otra mujer.

-¡Pero no lo somos!.- Una tercera apareció y golpeó a ambos caballeros para luego mirar a Hyoga, este estaba haciendo una de sus técnicas. La chica estaba muy atenta a sus movimientos.

"Si utilizo esta técnica podré vencerla" Pensaba Hyoga alzando los brazos al aire.

-Eres un estúpido...¿Lo sabías?.- Dijo la chica de cabellos castaños frente a él.- No es recomendable usar la misma técnica que yo conozco.- Ella también alzó las manos al aire y dejó a Hyoga perturbado.

"¿Acaso conoce "La ejecución de Aurora"?...¡Debe ser la misma chica que peleó con Ikki en Japón!" Seguía pensando.

-¡Tú no puedes saber esta técnica!...¡Ejecución de Aurora!

-¡Ejecución de Aurora!.- Exclamó también ella y al mismo tiempo lanzaron su técnica uno contra el otro.

-¡Hyoga!.- Gritó Dohko combatiendo con un hombre igualmente enmascarado y con ágiles movimientos.

-No podrán llegar demasiado lejos sin su armadura.- Dijo él lanzando golpes mientras Dohko los esquivaba.

-No nos subestimes.- Dijo el caballero de Libra sin dejar de pelear.

-¡¿De dónde salieron?! ¡No los había visto antes!.- Gritaba Shura a Kanon quienes peleaban con otro guerrero.

-¡Ni yo!...¡Pero ya me cansé de esto!...-Kanon puso las manos al frente y elevó su cosmo lo más que pudo.- ¡Explosión de...!

Antes de que pudiera terminar, fue golpeado brutalmente por alguien a quien no tenía contemplado. Kanon fue a dar hasta la pared de una casa y vio que alguien se acercaba hacia donde estaba. Dispuesto a seguir peleando, Kanon esperó hasta que estuviera lo suficientemente cerca para atacarlo...pero se quedó en eso...

-Yo no jugaría de esa manera...-Dijo burlonamente la persona que había hablado anteriormente.

Dejando por fin verse, Kanon se quedó asombrado, sus ojos no podían abrirse más de lo que ya estaban...la persona frente a él no podía tratarse de la misma a la que consideraba su hermano.

-¿Sa...Saga?.- Tartamudeó el gemelo menor.

Frente a él estaba Saga, sólo que de aspecto diferente. Su cabello y armadura eran de color negro y sus ojos eran aguamarina.

-Tal parece que no lo has olvidado...- Volvía a burlarse. Kanon no cabía de sorpresa en eso, de no ser por el físico, no estaría tan perplejo.

-No...tú no eres Saga...¡¿Quién eres?!

-Me llamo Zacros...y el cuerpo que ves aquí, es el de tu hermano...lo estoy utilizando.- Dijo con descaro.

-¿Q...Qué?

-Lo que escuchaste...te pregunto ahora...¿Quieres recuperar a tu hermano?

-¡Maldito bastardo!...¡¿Qué le hiciste a Saga?!

-¿Yo?...No mucho pero si en verdad quieres saberlo...necesito que me digas dónde está...

-¿Dónde está qué?.- Preguntó con la poca paciencia que tenía.

-No es un que...es un quien...¿Dónde está ella?.- Preguntó muy tranquilamente, esa sonrisa burlona y maliciosa no desaparecía en ningún segundo. Kanon enarcó una ceja.

-De su diosa...¿De quién más?.- Dijo con un toque de ironía.- Bueno...ya no hará falta que me lo digas.- Dijo Zacros y en un dos por tres, este se alejó con mucha velocidad al igual que los otros que estaban combatiendo con los demás.

-¡Espera!.- Ladró Kanon yendo detrás de él.

-Kanon...¿Ese era...Saga?.- Preguntó Shura.

-Eso quiero averiguarlo...

-¡Aioros!.- Danna estaba gritando, sus deseos de ayudarlo no sobrepasaban el querer.

Aioros y la mujer estaban peleando desde hace varios minutos. Aioros podía lidiar con eso, aunque parecía que la mujer no estaba peleando "realmente". Él alcanzó a alejarse de ella.

-¿Quién eres?.- Preguntó él sin recibir respuesta, ella se acercó más a él y en un momento de distracción, le dio un golpe en el estómago que lo hizo doblarse un poco.

-¡Aioros!.- Danna corrió para ayudarlo esta vez pero la mujer la tomó del cuello con fuerza y elevó un poco. Danna luchaba para que la soltara pero su fuerza era superior.

-Da...Danna...¡Déjala!...¡Tú quieres pelear conmigo! ¿No es así?.- Decía Aioros a la mujer pero esta no le hizo el mínimo caso.- ¡He dicho que la dejes!.- Aioros ahora si estaba enojado. Su cosmo se elevó demasiado y sintió que Athena lo estaba ayudando.

Aioros miró al cielo y vio que su armadura, además de otras, estaban ahí. La armadura de Sagitario se desprendió y fue a dar en el cuerpo de Aioros, cubriéndolo totalmente.

La mujer vio a sus espaldas, estaba Aioros con su armadura dorada y un arco entre sus manos...es ahí donde decidió soltar a Danna y girarse a él directamente.

Danna cayó al suelo inconsciente, su respiración estaba débil pero al menos con vida. Aioros al verla así sintió mucho coraje, no había sido necesario que esa mujer la haya atacado.

-¡Ella no tenía nada qué ver!...Y aunque tú seas una mujer...¡No te perdonaré que le hayas hecho eso!

La mujer de armadura color violáceo respondió ante aquellas amenazas con una posición de ataque, estaba lista para ello.

-¡Papá!.- Aioros al escuchar esa vocecilla llamándole sintió su corazón hecho nudo...era Darlenne corriendo directamente hacia él. La mujer se giró a ver a la niña quien se acercaba cada vez más, no le despegó la vista de encima y Aioros precavido y espantado vio que ella alzaba una mano hacia la niña. En su instinto protector, Aioros tomó su arco y una flecha y la apuntó directamente a la mujer.

-¡No le harás daño!.- Exclamó Aioros antes de soltar la flecha.

La mujer volteó en dirección a él y vio que la flecha se acercaba directo a su cara, era demasiado tarde para esquivarla por completo. Ella giró su rostro y la flecha rozó a un costado de él con fuerza. Ella casi caía de rodillas pero logró mantenerse de pie...sin embargo...la flecha logró quitarle el antifaz que llevaba, dejando su rostro al descubierto por completo.

Aioros se acercó más a ella, ya sabía que no podía ocultar su identidad por mucho tiempo.

-Levanta tu rostro y muéstrate...-Dijo él alzando de nuevo el arco.

La mujer pasó una mano por su rostro y se quitó un poco de sangre que brotada de su sien. Lentamente levantó el rostro hasta mirar fijamente a Aioros. Él abrió la boca y los ojos se pusieron lo más expresivos que pudieron...el corazón le palpitó a mil por hora y las manos le temblaban.

Sus ojos ni siquiera parpadeaban, parecía estar viendo un fantasma pero no era así...ver el rostro de la mujer le hizo rememorar todo el pasado, toda la felicidad, la tristeza, el coraje y todo aquello a lo que se había aferrado estaba frente a él...y esta vez, era real.

-Nu...Nubia...-Dijo con voz entrecortada y posteriormente, soltó el arco...este cayó directamente a lado de sus pies...

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