Más que un impulso
Ambrosía se levantó de su silla y se acercó a Cassandra de una forma muy distinta a la que siempre se mostraba. La castaña la miraba extraña pero aun así no quitó su pose desinteresada.
-¿Y bien?...¿Qué le dijiste a Shaka que terminó enojado?.- Preguntaba Cassandra una vez que su prima llego frente a ella.
Ambrosía movía la quijada despectivamente, se quitó las gafas y podía apreciarse mejor la molestia en sus ojos, incluso sin las gafas parecía que el carácter fuerte la predominaba aunque esto no fuera cierto. Shura nunca la había visto sin gafas, por eso estaba muy sorprendido.
-¿Por qué mentiste?.- Quiso saber Ambrosía.
-¿Mentí? ¿En qué?.- Enarcó una ceja.
-¡Deja de fingir y contesta!.- Exigió Ambrosía con determinación. Cassandra alzó ambas cejas, no parecía estar hablando con Ambrosía.
-Cálmate Ambrosía...estás alterada.- Le decía Eren poniéndose a lado de la castaña.
-¿Y cómo quieres que esté? Estoy harta de que Cassandra se la pase inventando cosas con el único propósito de molestar.- Bufaba pronunciadamente.
-Ambrosía, no te alteres...lo tuyo no es perder la paciencia.- Cassandra le sonrió esperando que se calmara pero el coraje de Ambrosía le hizo creer que su prima se estaba burlando de ella de nuevo.
-¿Me vas a contestar o no?...Estoy al límite y esta vez no me importaría olvidarme de mis creencias para darte una lección.- Jactaba Ambrosía para sorpresa de todos los que estaban cerca.
-¿Estás amenazando con golpearme?.- Preguntó Cassandra asombrada.
-¡Contéstame!.- Volvió a exigir Ambrosía apretando los puños.
Cassandra suspiró y se cruzó de brazos, no tenía intenciones de estar peleando y además quería saber por qué tanta la molestia de Ambrosía y porqué se había salido Shaka muy enojado.
-Yo sólo le dije que dejara de estar molesto por lo sucedido con Milo porque así no daban ganas de acercarse, por eso no lo hacías...- Explicó calmadamente.
-Me mentiste a mí sólo para burlarte ¿no?.- Su explicación no calmó la furia de Ambrosía.
-La verdad sí pero si terminaste enojada con Shaka no es mi culpa...¿Qué le dijiste?
Ambrosía tenía qué reconocerlo, sus palabras habían acabado con la paciencia de Shaka así como lo hacía Cassandra con la suya. Ahora sentía una extraña necesidad de ir a buscar a Shaka y preguntarle qué fue lo que le molestó.
-Olvídalo.- Dijo firme y optó por ignorar a Cassandra al pasar por su lado. Cassandra se giró a verla.
-¡Ambrosía!.- Le gritó y esta apenas y la miró.
-No deseo hablar contigo.- Terminó por decir y salió también del lugar.
Cassandra sopló hacia arriba y antes de poderse dar la vuelta, Shura le tomó el hombro e hizo que se girara sobre sus talones, su semblante no era el más dulce de todos.
-¿Y a ti qué te pasa?
-¿Te has dado cuenta de las cosas?.- Preguntó seriamente. Cassandra miró a ambos lados, desconcertada.
-Yo no tengo la culpa de que se pelearan y que por eso se haya enojado conmigo.- Se defendía Cassandra.
-¿Ah no? Pues de no ser por tu intromisión nada de esto estuviera pasando.- Cassandra frunció el ceño ante la culpa que le echaba Shura.
-Yo sólo hice lo mismo que ella estaba haciendo, además esos dos necesitaban hablar.
-Aunque fueran a hablar o discutir como terminó siendo...eso no es tu problema, ya no eres una niña.- Shura hablaba cada vez más molesto.- Y mejor me voy porque no quiero discutir y salir de aquí como lo hicieron esos dos.
Shura pasó por su lado y se fue con los demás. Cassandra abrió la boca con impresión, Shura la había dejado con las palabras en la boca, ni siquiera la había dejado quejarse.
-¿Viste eso? Ahora todos están molestos conmigo.- Le decía a Eren.
-Bueno, cada quien tiene su punto de vista y yo te apoyo.
***
Danna había entrado a su departamento, al cerrar la puerta se recargó en ella y puso una mano sobre su pecho, su corazón no dejaba de palpitar fuertemente...esa noche había sido sorpresiva. Avanzó y puso las cosas sobre el sofá y después se quitó los zapatos. Se tumbó en el sofá y se quedó estática, pensativa...momentos atrás había compartido algo con quien se suponía era su amigo, aunque sólo se trató de un beso largo no dejaba de sentirse rara. Cuando se despidió estaba tan confundida que ahora no estaba segura si Aioros le había dicho algo o no, sólo lo vio alejarse después de que le dedicó una sonrisa.
Danna puso sus dedos sobre sus labios, estos estaban calientes, aún podía sentir sus roces. Se acostó completamente en el sofá y abrazó uno de los cojines mientras seguía pensando. ¿Ahora qué iba a pasar? Volverlo a ver no sería igual, sentía que cuando se topara con él se le acabarían las palabras, lo que menos quería era ilusionarse con el padre de su alumna, del hombre que aún tenía sentimientos hacia la madre de su hija, al menos eso suponía.
***
Santuario.
Templo de Athena.
-¿Por qué no decidiste ir a la fiesta? ¿Aún es por lo de Dohko?.- Preguntaba Marín a Kira, ambas estaban sentadas en el gran sofá de Athena.
Kira estaba recargada en el borde con penuria, tenía sueño pero quería seguir platicando con Marín.
-Entre menos lo vea mejor, podrás decir que exagero pero no puedo evitar sentirme traicionada.
Marín negaba con la cabeza mientras bebía un poco de té.
-No creo que exageres, tienes tus razones y las apoyo, tal vez para Dohko no haya sido muy en serio la relación que tuvieron pero para ti sí.
-Gracias...creía que estaba sobrepasándome con cosas sin importancia pero soy así, cuando me traicionan o mienten no perdono fácilmente.- Suspiraba largamente.- Antes de dormir no te lo niego, quisiera perdonarlo, abrazarlo y olvidar eso pero cuando lo veo quiero aventarlo de la montaña más alta.
Marín rio un poco cubriéndose con la taza, no estaba bien reírse cuando Kira estaba desconsolada pero le pareció cómica la frase.
-Muy entendible.- Dijo la pelirroja.- Pronto dejarás de sentirte mal y olvidarás este trago amargo, te lo aseguro...¿Sabes? Puedes desechar mi consejo pero es mejor aprender a perdonar a pesar de la situación...ustedes ya tienen un hijo y deben llevarse mejor por él, eso es lo principal, después es lo que tu quieras hacer con tu relación pero es conveniente que lo hablen...no ahora pero si cuando estén más calmados.
-Eso lo sé...pero no tengo idea de cómo ni cuándo pasará.- Kira miró a sus espaldas y vio que Saori estaba sentada en una silla cerca del comedor, estaba sola y parecía muy pensativa.- ¿Le ocurre algo? Ni cuenta me di que estaba ahí sentada.
Marín también volteó a verla, Saori ya llevaba un buen rato ahí sin siquiera levantarse.
-Pensé que iría a la fiesta de Shaka pero dijo que no, la siento muy apagada.
Saori pasó una mano sobre su cabeza y cerró los ojos, algo le preocupaba y era más que evidente. Ella abrió los ojos y miró a las dos chicas quienes la observaban. Esbozó una ligera sonrisa y se levantó de la silla para caminar hacia ellas.
-¿Qué hacen?.- Les preguntó.
-Platicando, hasta que vimos que está muy pensativa.- Le habló Marín con respeto.
Saori respiró dos veces con profundidad y luego se sentó a lado de ella, las dos chicas estaban esperando que dijera algo.
-Lo estoy, algo me preocupa.
-¿Y eso por qué?.- Preguntó Kira.
-Es el problema, no lo sé...tengo un mal presentimiento, algo no anda bien.- Explicaba mientras tenía la mirada clavada en el suelo.
-¿En serio?...No es bueno escuchar eso.- Dijo Marín dejando la taza de té sobre la mesilla.
-Exacto, por eso es que no fui a la fiesta, no me sentiría a gusto y además les haría pasar mala noche a todos con mis preocupaciones, sólo espero que sea falso este presentimiento.- Explicaba la diosa, se sentía cansada pero no era fácil conciliar el sueño.
-¿A qué hora dormirán ustedes?
-Yo esperaré a Aioria un rato más, si no iré a dormir.- Decía Marín.
-Yo ya tengo sueño pero me espero con Marín un rato.
-¿Dormirás en la morada?.- Le preguntó Saori.
-Sí, es el único lugar donde podemos estar por ahora.- Decía Kira mientras observaba a su hijo dormir en otro de los sillones.
-Quédense en el templo, ambas...no quiero que estén solas y menos con lo que les acabo de contar.
***
Cantina.
Había pasado alrededor de una hora desde que Marlenne había platicado con Máscara Mortal y ambos volvían a beber, la rabia que sentía la chica ante lo recién contado le había hecho doblegarse más ante el alcohol, bebió demasiado hasta que le impidieron seguir bebiendo.
-Ya no puedes tomar más, estás completamente sumergida en alcohol.- Le decía el cantinero a Marlenne quien luchaba por mantenerse de pie.
-No me hagas esto...yo aún quiero divertirme.- Decía la chica con las mejillas más que rojas.
-Sí pero no aquí, mejor vete a tu casa...y llévate a tu amigo.- Señalaba a Máscara Mortal con un dedo, este estaba saliendo del baño y no en mejores condiciones que la chica.
-¿Me estás señalando a mí?.- Decía Máscara Mortal ofendido y caminando hacia el hombre arrastrando los pies.- Antes de señalarme mejor háblame por mi nombre...porque no soy ningún animal.
-Disculpe.- Decía el cantinero tranquilamente para evitar problemas.- ¿Cuál es su nombre?
-Ángelo.- Confesó Máscara Mortal sin duda alguna.
-Eso era lo que se me olvidaba preguntarte.- Marlenne reía divertida mientras le daba un golpecillo en el pecho.- Ahora vámonos, conseguiremos más bebidas.- Marlenne tomó de la ropa a Máscara Mortal y ambos estaban por salir del establecimiento.
-Marlenne espera...¿Trajiste tu coche?.- Le preguntó el cantinero. Marlenne giró torpemente y le mostró las llaves que por suerte no perdió.
-Sí...esto no me lo quitarán.- Dijo para luego volver a avanzar.
-Es muy arriesgado, mejor le llamaré a alguien que los lleve.- Decía el cantinero preocupado.
-Qué fastidioso es este sujeto...deja lo golpeo.- Máscara Mortal se arremangó la ropa y estaba decidido a ir a golpear al hombre pero Marlenne no lo dejó.
-No eches a perder las cosas...sólo acepta la ayuda de...de...-Marlenne no recordaba el nombre del cantinero.- De él.- Finalizó tajante.
-Iré a llamar a Cornel, no te vayas Marlenne.- Decía el cantinero caminando rápidamente al interior del local.
-¿De quién hablaba?
-De mi ex jefe...ya te contaré de él-
-¿Y nos va a llevar?
-No, de hecho es el momento de huir.- Marlenne avanzó hacia su coche y abrió la puerta del conductor.- Entra rápido.- Máscara Mortal entró al coche como pudo pero debido a que no era muy ágil en esos momentos, Marlenne terminó por empujarlo antes de que saliera el cantinero.
-¡Oye! ¡¿Qué demonios te sucede para empujarme?!.- Gritó él molesto por la "delicadeza" de la chica.
-Olvídalo...tenemos que irnos.- Marlenne subió al coche y puso las llaves para luego encenderlo. Prendió las luces y cuando vio que el cantinero salió del establecimiento aceleró rápidamente.
-¡Marlenne!.- Gritó el cantinero con fuerzas, no era conveniente que ella manejara en su estado. Esperó varios segundos y luego volvió a entrar.
***
Aioros estaba por entrar de nuevo al local, regresaba de dejar a Danna aunque antes se había sentado en una banca para meditar lo que hizo. ¿Había sido un impulso?. Aioros estaba asombrado por sus propias acciones y la culpabilidad le taladraba la conciencia, sentía que estaba traicionando a Nubia.
Entró por fin al local y todo estaba como antes, no tomó mucho en cuenta de que había menos personas en el lugar, lo que quería hacer era desahogarse y que mejor que con su hermano, había pensado en Dione pero ella estaba hablando con las demás.
Aioria al verlo llegar se acercó a él directamente, ya estaba enterado de que había ido a acompañar a Danna a su casa pero lo que le parecía curioso era que había demorado en regresar.
-Pensé que ya no regresarías Aioros...¿Qué pasó?.- Le preguntó al verlo serio. Aioros le indicó a base de señas que quería hablar a solas con él. Ambos se fueron a un extremo del lugar donde la música y las personas no eran impedimento.- Aquí está bien...Cuéntame que pasó.
-La besé...besé a Danna.- Fue directo. Aioria puso una expresión con breves segundos de sorpresa y posteriormente una serena, como si ya se esperaba que ocurriera eso.
-¿Y?.- Quiso saber más pero la expresión de Aioros que denotaba poca emoción dejaba muchas cosas qué pensar.- ¿Eso te hizo sentir mal?
-Ni siquiera sé por qué lo hice.- Confesó.- Le he fallado.
-¿A quién?.- Preguntó confundido.
-A Nubia.
Aioria se quedó mudo unos segundos, una actitud diferente habría sido de quejarse pero no era lo que necesitaba Aioros.
-Aioros...Estás consiente de que Nubia puede que no vuelva a aparecer en tu vida...¿verdad?
Sentía hervor y desolación cada vez que escuchaba que Aioria le decía eso, era el único hasta la fecha que se atrevía a decírselo directamente.
-Sí pero no pierdo la esperanza....
Aioria alzó la mirada lentamente, a veces le estresaba como Aioros se aferraba a algo que podría no volver a suceder, cuando tenía la oportunidad le aconsejaba que rehiciera su vida para que volviera a ser feliz pero Aioros siempre se mantenía resguardado...hasta ahora.
-¿Y entonces por qué la besaste?
-Ese es uno de los problemas...no sé por qué lo hice, me siento culpable...
-No deberías, te lo he dicho muchas veces, debes volver a hacer tu vida, Nubia se fue y no sabemos por qué, si fuera a regresar ya lo hubiera hecho desde hace años y recordemos que la última vez que la viste había sido herida y estaba a punto de morir.
-Sí...por mi culpa.- Dijo muy decaído, esa imagen de Nubia en el suelo con una flecha en su pecho que el mismo lanzó no la podría olvidar jamás.
Aioria sintió que se estaba portando poco comprensible con Aioros quien se guardaba muchas cosas del pasado, esas que le hacían aferrarse a él y no ver otros caminos al futuro.
-Discúlpame Aioros si soy duro contigo pero eres mi hermano y no me gusta verte así, sé lo que sientes por Nubia y lo que viviste con ella pero ya es hora de que consideres la opción de que ella a lo mejor ya está muerta.- Observó como Aioros hacía un desliz melancólico en sus labios.- Estos años haz hecho lo mejor para Darlenne y haz hecho un buen trabajo pero me preocupas, quiero que seas feliz y si tienes la oportunidad de estar con alguien más pues yo creo que deberías arriesgarte, incluso hasta podrías volver a enamorarte.
Esas palabras...esas palabras le resultaban imposibles a Aioros sólo que a diferencia de las otras veces que había hablado con Aioria sobre eso, esta vez no había dicho nada respecto a eso.
-Será mejor que me vaya a mi templo, Darlenne no debe dormirse tan tarde.- Aioros pasó por un lado de Aioria y fue directo hacia Darlenne quien ya comenzaba a cabecear de sueño, el camino se le hacía largo mientras pensaba en lo que iba a hacer ahora y una que otra duda.
***
-Oye mujer...vas muy rápido.- Dijo Máscara Mortal mientras se agarraba del asiento, estaba mareado y no sabía si era más por los movimientos del auto o por lo ebrio que estaba.
Marlenne tenía una mano en el volante y con la otra se masajeó los ojos, no estaba sintiéndose muy bien.
-Estamos bien.- Contestó sin despegar la vista de encima.
-Bueno...sólo espero que no nos mates.- Dijo mofándose. Marlenne se carcajeó y puso la otra mano sobre el volante.
-Esta noche no...-Marlenne miró por el espejo, no había muchos coches pero vio a lo lejos unas luces muy conocidas.- Vienen por nosotros.
-¿Quiénes?.- Preguntó tratando de abrir la ventana.
-Mi ex jefe, por eso el cantinero hizo la llamada, ahora viene por nosotros por estar en este estado.
-Maldita sea...¿eso significa que hoy dormiré en una celda?
-No...tengo un plan.
Marlenne aceleró un poco más, se encontraban en un lugar despejado, habían salido de la ciudad y faltaban al menos unos 3 kilómetros para llegar a la otra ciudad. Marlenne se desvió del camino, parecía una pradera de poca longitud. Siguió conduciendo hasta donde empezaba la zona de árboles altos y ostentosos. Apagó las luces y bajó del coche con torpeza. Miró directo a donde estaba la carretera y vio que una patrulla se seguía por el camino, posiblemente se trataba de Cornel, su ex jefe. Marlenne suspiró con victoria y luego sacó de su bolso una cajetilla de cigarrillos y un encendedor. Puso uno en su boca y se dispuso a encenderlo. Máscara Mortal salió por la puerta donde estaba Marlenne y salió también de ahí colocando sus manos en el pasto y luego se levantó, su cuerpo amenazaba con caerse.
-¿A dónde nos trajiste?...Y a tu estúpido auto no le sirven ni las puertas ni las ventanas.- Dijo con severa molestia.
-Uno...estamos ocultándonos hasta que se rindan y dejen de buscarnos porque estoy segura de que eso hacen, siguiente...te vuelves a quejar de mi coche y te vas caminando.- Amenazó retirando el cigarrillo de su boca.- ¿Quieres uno?.- Le preguntó Marlenne cambiando bruscamente de humor.
Máscara Mortal aceptó un cigarrillo y lo encendió pero miraba muy extraño a la chica, la palabra "loca" la describía muy bien.
-¿Cuánto tiempo vamos a estar aquí?
-Una hora...eso espero.- Contestó ella.
-¡¿Una hora?!...eso es demasiado.
-¿Tienes a dónde ir?.- Quiso saber con sutil ironía.
-No te importa.- Contestó de la misma manera.
-Tienes razón pero ya me has contado parte de tu vida sin mayor dificultad, creo que no tienes firmeza o el alcohol te hace débil.
-Eres un dolor de cabeza...¿Te lo habían dicho antes?
Marlenne miró de lado a Máscara Mortal sin intenciones de decir nada sin embargo su expresión demandaba que le había afectado el comentario.
-Da igual, de cualquier forma el la segunda vez que nos vemos.
-Tercera mujer...la tercera.- Rectificó.
Marlenne alzó una ceja mientras inhalaba el cigarrillo.
-Explícate...
-Pues esta es una, la segunda fue cuando estoy seguro que me querías culpar de algo y la primera fue cuando nos estabas persiguiendo.
-¿Persiguiendo?...¿Yo te estaba persiguiendo?.- Él asintió.- ¿Y eso cuándo fue?
-Hace años...estaba con un compañero y con la mujer que te hablé hace rato...fuimos a golpear a un tipo de dinero y en eso llegaron varias patrullas y en una estabas tú...fue divertido.- Máscara Mortal seguía hablando y Marlenne lo miraba con desconfianza pero interesada en saber de lo que hablaba.
-¿Y luego?
-Corrimos y varios fueron tras de nosotros, incluida tú...¿sabes?...por un momento pensé que te rompería la cabeza con lo que te aventaba. Marlenne abrió más los ojos.
-Una patata...
-Ah sí, era eso...o no lo sé, no lo recuerdo, luego caíste en un cubo grande de agua y nos dimos a la fuga.
FLASHBACK
-¡Dije que te quedaras quieto!.- Volvió a amonestar tomando un arma con ambas manos.- ¡Arriba las manos! ¡Estás bajo arresto por altercado y vandalismo!
El caballero de Cáncer se burló sin siquiera fingirlo.
-Yo sólo vine a comprar la despensa.- Dijo él divertido, provocando a los policías y más a quien lo tenía en la mira.
-¡Si te mueves te disparó!.- Se intentó acercar con pistola aún en manos y Máscara Mortal levantó la mano incitando y luego dio media vuelta.- ¡Te lo advertí!.- Estaba por disparar pero un objeto se acercó hacia allí y logró esquivarlo agachándose por completo.
-¡Máscara! ¡Sal de ahí!.- Gritó Kanon mientras empezaba a correr de nuevo. El caballero de Cáncer se giró mofándose pero se sorprendió al ver que quien le disparaba se le habían caído los lentes y el gorro.
-No me la creo.- Dijo para sí y luego salió corriendo de ahí.
-¿Se encuentra bien oficial Marlenne?.- Preguntó un policía acercándose a ayudar.- ¿No le hicieron daño?.- Ella se levantó rápidamente con ira y se acomodó rápido los cabellos de la cara.
-¡No! ¡Vamos por ellos! ¡No deben escaparse!.- Empezaron a correr unos y otros subieron a la patrulla.
++++++
¡¿Tú de nuevo?!
-¡No se atrevan a escapar!.- Dijo la mujer. Máscara Mortal se giró a ver a Kanon y a Sienna quienes ya estaban por terminar de subir luego volvió a mirar a la policía quien apuntaba a ellos.
-¡No hagas nada!.- Dijo él aventándole una papa en la cabeza.
-¡Eres un imbécil!.- Ladró la mujer y él siguió aventándole cosas para distraerla.
-¡Ya puedes subir!.- Gritó Kanon. Marlenne miró hacia arriba y en un parpadeo apareció Máscara Mortal frente a ella.
-Discúlpeme pero hoy no me arrestarán.- Rio y Marlenne abrió la boca sorprendida para después ser empujada por él donde cayó en un bebedero grande que estaba en la izquierda y él aprovechó para escalar la estructura con rapidez.
Marlenne salió del abastecedor de agua completamente empapada.
-¡No puede ser!.- Dijo para sí sacudiendo sus manos y mirando el techo donde estaban los tres asomándose.- ¡Juro que lamentarás tu osadía! ¡Te voy a encerrar!.- Amenazó claramente a Máscara mortal.
-¡Tú y cuantos más!.- Siguió provocando y burlándose.
Los tres desaparecieron de su vista.
Marlenne pateó el suelo y luego llegaron sus demás compañeros.
-Llegamos tarde.- Dijo uno de ellos.
-¿En serio?.- Preguntó la chica con sarcasmo.- Tarde o temprano los encontraré.- Dijo y luego caminaron hacia la patrulla.
FIN FLASHBACK
Marlenne a pesar de tener la cabeza anestesiada podía recordar ahora esa escena, por eso antes ya se preguntaba que de dónde se la hacía conocido ese hombre, ahora tenía una idea.
-¿Así que eras tú?
-¿Ya te acordaste?
-Sí...cómo olvidar ese maravilloso momento en que desafiaste la ley.- Estaba siendo más sarcástica.
-Yo no tuve la culpa, fue de ese loco que se puso celoso y no sabía por qué razón hasta tiempo después.- Se terminó su cigarrillo y lo arrojó al suelo.
-El hecho de huir de la autoridad es razón suficiente para arrestarte.- Marlenne se estaba poniendo determinante pero de un momento a otro tomó indiferente el tema.- De cualquier forma ya pasó mucho tiempo y yo ya no soy policía, así que me da igual.
-Eso espero...-Dijo desconfiado.
***
Camus miraba a Mary Anne a lo lejos, desde la tarde no había cruzado palabra con ella, sabía que debía darle espacio para que poco a poco se fuera adaptando, sentía un alivio al ver que ella iba mejorando. Mary Anne tuvo días difíciles y aun se le complicaba creer que ya tenía veinticinco años, un movimiento del destino le había cambiado la vida.
Las cosas no habían cambiado demasiado cuando regresó al Santuario, lo que más destacaba era ver a muchos niños ahí. Estaba más que conmocionada, cuando vio a las hijas de Dione le sorprendió más que nada, se parecían mucho a Saga y además eran gemelas. Luego conoció a Kira y todos los demás trataban de darle espacio pero estaban al pendiente de lo que le sucediera. Mary Anne sabía que estaba segura a lado de todos, sólo que tenía un duelo consigo misma y una profunda curiosidad de saber por qué se accidentó.
-A propósito Camus...lo que dijiste hace unos días, no era en serio ¿o si?.- Preguntaba Shura.
Camus lo miró y asintió, ya sabía a qué se refería.
FLASHBACK
-¿Cómo dices?...- Preguntaba Saori asombrada, cerrar la boca le resultaba difícil.
Todos los presentes estaban de la misma manera, lo que decía Camus les resultaba sorprendente y difícil de creer. Sin embargo, Camus estaba más que tranquilo, sólo estaba cruzado de brazos con un porte serio.
-Lo digo en serio Athena...por eso es que quiero que todos colaboremos.- Saori pestañeó varias veces y luego miró a Milo quien alzó los hombros al sentir la mirada de la diosa.
-Yo le dije que estaba loco, dígaselo también.- Decía el caballero de Escorpio antes de ser codeado por Afrodita.
Saori volvió a posar su mirada en Camus, sí que se veía decidido a lo que estaba pidiendo, Camus usualmente no era de los que pedía favores.
-¿Estás seguro Camus?...Es decir, lo que haríamos es algo...difícil e inusual, le estaríamos mintiendo.
-Estoy de acuerdo pero no quiero cambiar el motivo del accidente, sólo deseo que nadie le cuente la verdad.- Explicaba.
-No debes sentirte culpable Camus, no fue tu culpa.- Decía Saori suavizando la voz.
-Por desgracia a sí me siento, ella ha pasado por muchas cosas y no quiero que sufra más.
Para sorpresa de casi todos, Camus sí que se veía preocupado y atento con Mary Anne y era entendible, la había visitado por cinco años en el hospital.
-Entiendo tus razones Camus pero también debo ponerme en el lugar de Mary Anne, ella merece saber la verdad de lo que le pasó.
-Lo sé pero lo que pido no es para siempre, sólo por un determinado tiempo, hasta que ella se sienta mejor y esto del accidente ya no sea un problema grande.
Saori se sentía dentro de un dilema, podría consultarlo con Shion pero él había salido por unos asuntos importantes, esa decisión podría dejarla para después o tomar una decisión ella misma.
-¿Y si hay problemas?...Mary Anne podría enterarse por otras fuentes y sería peor.
-Espero que no.- Contestó Camus.- Si eso llega a pasar yo asumiré la responsabilidad, será conmigo con quien debe enojarse pero lo hago por un bien.
-Es difícil Camus...muy difícil.- Suspiró largamente y volvió a sentarse en su trono.- Está bien...por mi parte no diré nada del accidente hasta que ella se sienta mejor...todos lo haremos pero si ella llega a enterarse por otro medio y llega a preguntar no podré mentirle Camus.
Camus asintió e hizo una leve reverencia.
-Gracias Athena...-Dijo antes de dar media vuelta como todos los demás. Milo dio zancadas para alcanzar a Camus.
-Espero que todo salga bien con tu idea Camus.- Decía Milo apoyando a su amigo.
FIN FLASHBACK
-Precisamente Shura.- Contestó Camus y pronto vio que Shura estaba más que impactado.
-¿Estás loco?...Muchos saben lo sucedido, ella podría enterarse de cualquier lado...además, por lo que sé, ella mantiene comunicación con su médico.
Camus al escuchar la palabra "médico" sabía de quien se trataba y no le agradaba mucho la idea de que él siguiera comunicándose con Mary Anne si ya había salido del hospital pero no podía hacer nada.
-Sí lo sé pero él no sabe la razón del accidente.
Milo rápidamente chasqueó los dedos y escribió de nuevo sobre la hoja de papel y se los mostró.
"¿Y qué hay de Deborah?
Camus frunció el ceño y puso los ojos en blanco rápidamente.
-Denirha...-Corrigió Camus y Milo asintió. Ahora que lo pensaba mejor, Denirha si estaba al pendiente de lo que había pasado y porqué y ahora que la había corrido del hospital debía tener cuidado con ella. La última vez que la vio no parecía olvidar ese asunto de la noche a la mañana, ese mismo día si instinto le había dicho que Denirha era una mujer vengativa.- No he vuelto a ver a esa mujer y espero que no tenga otros planes en mente.
-Eso no sería bueno Camus, deben tener cuidado con ella.- Decía Shura, aunque no conocía bien a Denirha lo que había escuchado de ella había sido suficiente para desconfiar.
Camus pasó una mano por su cuello, esa situación estaba complicándose e incrementaría el problema si no tenía cuidado.
-Ahora vuelvo.- Camus se alejó y fue directo hacia Mary Anne. Al llegar a ella sonrió ligeramente.
-Yo...me voy con Dione.- Decía Sory mientras le guiñó un ojo a Mary Anne. Sory se fue alejando y en eso Milo levantó un letrero.
"Tenemos que hablar"
Sory soltó una risa y terminó por acercarse a él.
-¿Y cómo piensa hacer eso?...Estás mudo.
Milo hizo una mueca fastidiosa y volvió a escribir en el reverso de la hoja.
"...Mañana...o cuando Shaka me regrese mi hermosa voz"
-Está bien, hablaremos cuando puedas...-Dijo ella y caminó hacia Dione, en su cabeza formulaba la cuestionante sobre qué era lo que quería hablar.
-¿No tienes sueño?.- Preguntó Camus a Mary Anne.
-No mucho...pero no tardaré en dormir, debo ir mañana al hospital.
Camus enarcó una ceja con escepticismo.
-¿Al hospital? ¿Te sientes mal?
-No....debo ir a revisión con Haziel.
"Ya se tutean..." Pensó Camus.
-Ya veo...¿Deseas que te acompañe?
-No, gracias pero Dione irá conmigo...espero no te moleste.- Decía cohibida Mary Anne el ver que Camus se ponía serio.
-No...no estoy molesto ni nada.- Sin embargo sus expresiones reflejaban lo contrario.- Espero verte cuando termines.
-S-Sí...yo también.- Se sentía apenada.
-¿Dónde dormirás hoy?
-Con Eufrosine, en su casa...aún no quiero quedarme en el Santuario por mucho tiempo.
-Entiendo...¿Puedo acompañarte?
-Está bien...le diré a Sine cuando nos vayamos.
***
Una hora después...
Máscara Mortal se había vuelto más impaciente de lo normal. Ellos dos habían subido al coche desde hace minutos y habían dejado de hablar por un largo tiempo pero él ya quería irse de ahí. Miraba a la chica fijamente, ella estaba atenta el frente, sus manos estaban fijas en el volante y por ratos jugaba con él como si estuviera conduciendo y desde que subieron al coche era como si Máscara Mortal no estuviera con ella.
-¿Qué tanto me miras?.- Preguntó sin apartar la vista de adelante.
-Nada en especial, sólo te estoy presionando para que arranques.
-Pues deja de hacerlo.- Encendió otro cigarrillo y volvió a inhalarlo.
Máscara Mortal no dejó de hacer lo que estaba haciendo, seguía presionándola con su mirada bien fija. Sin embargo algo le inquietaba. No podría decir ampliamente que Marlenne era misteriosa porque le había contado algo de su vida a lo que después se retractó diciendo que era mentira, algo pasaba con ella y sentía curiosidad desinteresada por saber de qué se trataba.
Marlenne golpeó el volante con las palmas de su mano, miró duramente a Máscara Mortal y luego tomó lo que quedaba de su cigarrillo.
-Bueno...¡¿Qué mierda quieres?!...Deja de verme.- Ordenaba muy molesta.
-¿Qué tiene de malo que te vea?
-¡Me molesta!...deja de hacerlo.
-¿O si no qué?.- Comenzó a provocarla. Marlenne apretó los labios, tenía ira latente en su mirada.
-Es mejor no retarme a nada o lo lamentarás.
-Estoy ebrio...¿Qué más podrías hacer?...¿Matarme o violarme? Quisiera verlo.
-Sólo...cállate.- Desvió su mirada hacia la ventana cambiando una vez más su estado de ánimo, ese coraje se había desvanecido y convertido en una tristeza inexplicable.
"¿Dónde diablos me metí?" Se preguntaba para sí Máscara Mortal, le estresaban sus cambios de humor tan repentinos.
Él se acomodó en el asiento del coche y cerró los ojos, sentía que dormiría pronto si no hacía algo más y no era conveniente dormirse cerca de una mujer bipolar, podría matarlo y arrepentirse al cabo de unos segundos y luego no sentir culpa alguna.
Abrió de nuevo los ojos y giró su cabeza hacia donde estaba ella.
-¿Entonces era mentira?.- Preguntó él.
-¿Qué?.- Expresó ella desganada.
-Lo que me contaste en la cantina...sobre tu vida.
Marlenne suspiró y se cruzó de brazos, desde hace mucho tiempo que ella no había hablado sobre esa etapa de su vida y ahora lo había hecho con un extraño, sentía pena por sí misma...se sentía tan sola que hablaba con la primer persona que pudiera escucharla...claro, alguien bajo la influencia del alcohol pero había sido tanta la facilidad con la que se expresó que se impresionaba.
-Si te digo que sí...¿Podrías hacer algo por ayudarme?.- Preguntó irónica.- Yo no lo creo...nadie lo ha hecho ni lo hará además tú eres un extraño y mi vida no te importa.
-Eso es cierto...como la mía no te importa sin embargo...dudo que tengas tanta habilidad para mentir como para hacerme creer que es verdad, créeme...es fácil que yo me dé cuenta cuando mienten.
-¿Cómo con tu amigo?...
Máscara Mortal apretó la mandíbula, que odiosa era esa mujer.
-Yo sabía que a él le interesaba Sienna, otra cosa es que no pensé que a ella le interesara él.- Repuso.
-¿Esperabas conquistarla con tus cortesías?.- Él bufó con hastío.
-Venga ya, yo te estaba haciendo preguntas, ya basta de hablar de mí.
-Lo dejo a tu criterio, si quieres creerme o no es tu problema...digamos que es un acertijo...-Respiró profundamente y acomodó el espejo retrovisor como pretexto.- En difícil vivir mi vida, es angustiosa y deprimente así que no le veo sentido alguno si me crees o no.
-Deja de confundir con palabras...-Dijo molesto y volvió a cerrar los ojos.- Mejor dejo de preguntar, de todos modos no suelo ser consejero de alguien que no voy a volver a ver.
Marlenne frunció el ceño y rechinó los dientes, puso una mano sobre el hombro de Máscara Mortal y lo apretó firmemente.
-¿Has dicho consejero?...¡¿De verdad me crees loca?!
Él miraba de nuevo la ira en sus ojos azules, tomó su mano y la quitó de su hombro, en su piel había quedado la marca de Marlenne.
-No creo que sea sorpresa ¿o si?...Si es verdad, por un lado compadezco al hombre que dices que odias...yo no podría vivir ni un día contigo, imagínate...apenas estamos horas conviviendo y ya me quiero largar, estar lejos de ti...eres tan bipolar y amargada que lo único que provocas es lástima.- Máscara Mortal no pensaba sus palabras, estaba siendo muy duro y muy expresivo, sentía un calor por sus venas que no lo dejaba callarse, su paciencia se había agotado.
Marlenne bufaba sin decir nada, no era necesario decir algo para saber lo que le estaba pasando, estaba furiosa pero a la vez sus ojos se llenaron de tristeza, un movimiento más de sus párpados y sus mejillas terminarían mojadas. Él la vio y en su profundo corazón sentía ganas de disculparse pero no lo haría.
-No me digas que no te lo esperabas...¿Ahora comprendes mejor al que según es tu esposo?...Deja de llorar y acéptalo de una buena vez.
-¿Crees...que soy débil?.- Preguntó sin parpadear.
-No lo creo, lo afirmo.- Recalcó.- El drama es aburrido y molesto y tú lo llevas impregnado en las venas.
-Bájate del coche.- Dijo firme pero no vio ni un solo movimiento de él.- ¡Sal del coche!.
Marlenne salió del coche y se limpió rápidamente las lágrimas de sus ojos, luego tomó a Máscara Mortal de una manga y comenzó a jalarlo. Él salió del coche echo una furia, se soltó del agarre de Marlenne con brusquedad y antes de alejarse ella se acercó a él y comenzó a golpearlo con sus puños. Él con facilidad detuvo sus golpes y al final le agarró de las muñecas.
-¡Deja de golpearme o...!
-¡¿Piensas golpearme también?!....¡Hazlo!...¡Los hombres son unos malnacidos que creen que por tener poder o mayor fuerza pueden hacer lo que quieran!.- Marlenne empezó a patear para poder soltarse pero él la tenía bien aferrada con sus manos.- ¡Suéltame!
Marlenne se hizo hacia atrás y él la soltó, acto siguiente ella estaba en el suelo de espaldas, suerte que había pasto y no se lastimó. Máscara Mortal ya se había ideado el próximo drama...ella le acusaría de un golpeador.
-Levántate.- Le extendió una mano. Marlenne le dio la mano y se levantó pero antes de poder siquiera golpearlo o gritarle lo empujó hacia el coche.- ¡Maldita mujer!.- Máscara se aferraba a los bordes del coche, mientras ella lo empujaba para que volviera a entrar.
-¡Entra al coche!.- Volvía a ordenar antes de darle una patada en la boca del estómago, tomó fuerza y lo empujó más fuerte hasta que terminó por hacerlo entrar. Él fue a la otra puerta intentando abrirla pero era inútil.
Marlenne subió al coche y cerró la puerta tras de sí.
-¡Déjame salir o lo lamentarás!.- Le gritó Máscara Mortal.
-Te voy a llevar a la estación, ya escapaste de mí una vez y no dejaré que lo hagas de nuevo.- Encendió el motor del coche. Él dio vuelta a la llave y la escondió en su pantalón.-¡Dame la llave!-
-Ni lo sueñes, no dejaré que me hagas como quieras.
-Tengo que hacerlo.- Se acercó más a él para quitarle la llave.- Necesito regresar a mi trabajo.
-¿Sigues con eso?...Yo no soy ningún cebo.
-Sólo dame las llaves...-Pedía Marlenne más desesperada.
-No.
Marlenne dejó de forcejear y lo miró fijamente, cuando se dio cuenta estaba muy cerca de él, sólo unos cuantos centímetros se encontraban separados sus labios. Él estaba desconcertado una vez, ella se mostraba vulnerable de nuevo, sentía su aliento muy cerca de él y antes de que pidiera pensar en otra cosa, ella se acercó a él y besó sus labios. Él abrió sus ojos lo más que pudo y alejó a la mujer de él.
-Olvida esto y toma.- Le entregó las llaves del coche como si hubiera sido amenazado a punta de pistola, todo ese alboroto le había aclarado la mente.
-No soy una mujer débil.- Dijo como si estuvieran hablando de otra cosa.- Estoy cansada de que lo crean.
-¿Y eso te impulsó a besarme?
-Sí...además de otras cosas.
-Bueno...pues olvídalo y llévate tu coche, no vas a utilizar ese tipo de "formas" para quitarme las llaves.
-No iba a hacer eso, de hecho ni siquiera iba a besarte.- Marlenne estaba siendo sincera, no estaba en sus planes esa reacción.
-¿Entonces?
-¿Por qué quieres saber?...¿Quieres que te vuelva a besar?
-No gracias, mejor me voy.- Él pensaba que entre menos se involucrara con ella mejor.
Máscara Mortal se levantó lo poco que pudo del coche y estaba por salir por la puerta que sí servía, Marlenne no hizo nada por detenerlo cuando el abrió el coche apoyando una mano en la cabecera del asiento donde ella estaba.
-Adiós.- Dijo cortante y cuando estaba por poner un pie fuera del auto se escuchó un ruido metálico y de cuerda. Máscara Mortal miró hacia donde estaba su mano, su muñeca tenía una esposa y el otro extremo estaba atorado en la cabecera. Él le dedicó una mirada asesina a la chica quien levemente sonreía con claro entretenimiento.- ¡Eres una idiota! ¡Déjame ir!
-No...-Marlenne mantuvo cierta distancia pasándose al otro lado del asiento.- Te vas a ir hasta que yo te lo diga.
Él se burló con seca ironía, estaba jugando con fuego.
-¿Deseas que juegue lo mismo que tú?
-Yo no estaba jugando...-Ella se cruzó de brazos. Él en un ágil movimiento puso su mano libre detrás de la nuca de la chica y la atrajo hacia él. Esta vez el beso fue más pronunciado que el anterior. La mano de él fue bajando hasta llegar a su espalda y luego buscó en las bolsas de la sudadera de Marlenne y al no encontrarla fue directo a su pantalón. Ella abrió sus ojos y tomó el rostro de él con ambas manos para alejarlo con sutileza.- Si fueras más inteligente, te habrías dado cuenta de que no tengo la llave conmigo.
Máscara Mortal enarcó una ceja y vio como ella se alejaba un poco más de él. Marlenne se quitó la sudadera dejando ver una blusa ajustada color morado de tirantes. Tenía un busto pronunciado y cintura bien moldeada pero lo que llamó más la atención de él fueron sus enormes tatuajes en su piel. Tenía uno que iba del hombro y llegaba por encima del pecho, otro estaba en su brazo izquierdo y uno más grande que iba de su espalda hasta a lado del ombligo.
Lo que estaba por pasar no era nada complicado de adivinar, esa noche sería diferente para cualquiera de los dos desde hace mucho tiempo. Marlenne se puso a horcajadas encima de él y puso sus manos en el respaldo, justo a lado del rostro de él.
Lo besó con una pasión desmedida y jugaba con su rostro, lo acariciaba con sus dedos. Su cuerpo también comenzó a formar parte del acto, sus caderas se movían significativamente y por lógica, rozaba las piernas de Máscara Mortal. Marlenne se separó y le quitó la camisa, esta quedó colgando del brazo prendado de Máscara Mortal, él no puso objeción alguna.
Ella levantó las caderas y desabrochó su pantalón, podía apreciarse un poco de las bragas del mismo color de la blusa. Marlenne acercó su brazo a un lado del asiento y apretó una manija que hizo que Máscara Mortal y ella cayeran con el respaldo, la posición era más cómoda. Puso sus pies en el suelo y se levantó, se quitó un zapato y bajó sus pantalones, dejó libre una pierna, el pantalón estaba atorado en tobillo de la otra pierna. Máscara Mortal la observaba, ella se mostraba muy decidida a ello, era increíble como ella se mostraba segura en ocasiones y en otras se veía tan vulnerable pero aquella sorpresa no era más grande que la que se tenía a sí mismo. ¿Cómo podía involucrarse con ella si tenía una mala impresión?
Mientras visualizaba a Marlenne de arriba abajo observó detenidamente una marca cerca de sus costillas, un moretón para ser más preciso. Él deslizó su mano por su piel y la iba alzando hasta llegar justo en esa parte, Marlenne hizo un gesto repentino e hizo que dejara de tocar esa parte. Estaba más que claro...se trataba de un golpe.
-¿Qué te pasó?.- Susurró.
Ella ignoró la pregunta y continuó con lo suyo y procedió a quitarse el sostén en cuestión de segundos. Marlenne iba demasiado rápido como si quisiera ocultar algo o simplemente quería sentir algo que había olvidado desde hace tiempo.
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