Malas interpretaciones
Santuario de Athena
Templo de Athena
2:12 p.m
Saori estaba al teléfono hablando con Seiya, ellos planeaban ir al Santuario de nuevo, la última vez que fueron ahí fue hace cinco meses pero ahora consideraban justo y necesario ir a visitarlos. Shion estaba jugando muy entretenido con Hikaru, el hijo de Dohko y estaba junto a Mu quien no compartía precisamente la misma emoción, ahí estado ahí jugando también porque Shion le ordenó sutilmente. También estaba en el juego Kiki quien había ido para quedarse en el Santuario, él había convivido ya mucho tiempo con los caballeros de bronce y ahora estaba feliz de reunirse con Shion y Mu.
Camus y Milo estaban sentados en el sofá charlando pero de vez en cuando veían interesados el juego de los otros cuatro. Dohko se había ofrecido a punta de amenazas a cocinar para todos la cena así que se encontraba preparando unos fideos y ensalada junto con Kira, su pareja y madre de su hijo.
-Jamás creí ver esto en mi vida.- Decía Milo extrañado, incluso Camus puso cara de espanto.
-Maestro, por favor no haga eso.- Decía Mu tapándose el rostro con una mano avergonzado porque Shion hacía gestos raros para hacer reír a Hikaru.
-Shion es muy gracioso.- Reía Kiki con ambos brazos detrás de la cabeza.
Hikaru reía a más no poder, el niño de cinco años era muy alegre, era difícil verlo triste o enojado, esa personalidad la sacó de su padre sin dudas.
-Si Hikaru se ríe es lo único que me importa.- Decía Shion masajeándose el rostro el cual ya le dolía de tanto gesto.
-Patriarca, desde que hay niños en el Santuario usted es más simpático.- Bromeaba Milo y Camus le dio un ligero codazo.- Sólo digo la verdad, yo sólo recuerdo castigos de su parte.
-Porque siempre te portabas mal.- Añadía Camus con seriedad.
-Bueno...¿De qué lado estás?.- Le preguntó Milo a su amigo sintiéndose ofendido.
-De la verdad.- Sonrió ligeramente Camus mientras Milo hacía pucheros como niño.
-Milo fue uno de los que me sacó canas verdes.- Decía Shion más serio.- Aún recuerdo cuando solía escaparse de los entrenamientos.
-Sólo quería descansar.- Se cruzó de brazos el caballero de Escorpio.
-¿Y por eso te llevabas a Camus de cómplice?.- Preguntaba Mu.
-Camus estaba de acuerdo en todo lo que hacía.- Recalcó Milo.
-Corrección, yo iba contigo para evitar que te metieras en más problemas.- Dijo Camus.
-¡Todos protejan a los niños de Milo!.- Gritó desde la cocina Dohko provocando risas en todos menos en el nombrado.
-Yo sólo quería ser un buen amigo.- Dijo Milo haciéndose el enojado.
Saori había terminado de hablar y su rostro estaba iluminado con una felicidad indescriptible.
-Ellos llegarán en dos días, ¿No es asombroso?.- Preguntó Saori con las dos manos entrelazadas.
-¡Ya quiero verlos de nuevo!.- Expresó Kiki levantándose del suelo.
-Espero que esta vez se queden más tiempo, los he echado de menos.- Decía con sinceridad la diosa.
-Pues será gracioso, Dohko la otra vez tenía a Shiryu de niñero.- Se mofaba Milo.
-Ellos se la pasaban cuidando niños y más cuando se trataban de Hikaru y de los dos hijos de Shura.- Shion se sobaba las sienes.
-Sí, hubo más problemas con ellos que con las hijas de Dione y la de Aioros, ellas eran más tranquilas.- Opinó Mu.
-Si es que tío Kanon no las mal aconseja.- Volvía a burlarse Milo, todos estaban bien conscientes de que él había cambiado mucho desde que Saida y las gemelas llegaron.
Saori sonreía sintiéndose conmovida por eso y antes de que pudiera opinar con respecto a la plática sonó de nuevo su móvil, era un número privado así que se apartó para hablar por teléfono.
-Los que menos pensamos que serían padres ahora se dedican a tiempo completo en sus hijos.- Expresaba Mu.
Todos asintieron. Saori pronto regresó con ellos con el semblante claramente impresionado y sus manos temblaban, ellos se percataron de esto y más de uno tenía un signo de interrogación.
-¿Qué ocurre Athena?.- Preguntó Shion levantándose también.
Saori no podía gesticular palabra por el impacto de la noticia recibida lo que inquietó más a los caballeros.
-Espero que no sean malas noticias.- Dijo Mu desconfiado y Saori negó con la cabeza.
-Es...es Mary Anne.- Dijo Saori tratando de relajarse. Camus al escuchar el nombre puso demasiada atención y sentía que el corazón se precipitaba cada vez más. Milo miró a su amigo esperando que dijera algo pero al ver que había quedado mudo decidió hablar él.
-¿Qué le pasó?
-Ella...despertó.- Concluyó Saori y todos quedaron pasmados.
-Pero Camus fue ayer a verla y no había pasado nada positivo ¿o sí Camus?.- Preguntó Shion y este se levantó del sofá como ráfaga y caminó hacia la salida.
-¡Espera Camus! ¡Vamos contigo!.- Exclamó Saori pero Camus no se detuvo.
-Mejor nosotros iremos por nuestra cuenta.- Propuso Shion.
Camus se sentía ansioso por ver a Mary Anne...¡Ella había despertado después de estar varios años postrada en una cama! Esa noticia la había esperado desde hace mucho tiempo...¿Por qué justo el día en que no había ido a verla tenía que despertar?.
-Allá voy Manne.
Templo de Géminis.
Dione, Aioros, Kanon y las niñas ya habían llegado al templo después de un día en el parque. Aioros se iba con Darlenne directo al templo de Sagitario, ella estaba decaída pero no quería decir nada. Los otros cuatro permanecieron en el templo, Dione llevaba las cosas que compró a la habitación mientras que Kanon se fue a sentar en el sofá y revisaba su móvil, de nuevo no tenía ningún indicio de Saida. Él dejó el móvil en la mesilla.
Dentro de la habitación.
Dione abrió los cajones del mueble y comenzó a guardar unas cosas. Venus estaba dentro de la habitación también observando a su mamá. Dione la miró cuando terminó de acomodar y se acercó a ella.
-¿Qué pasó?
-¿Por qué?.- Preguntó Venus inocente.
-Muy inteligente, algo pasó mientras estaban en los juegos...¿Acaso creen que no me di cuenta? Brissia estaba seria y Darlenne también...¿Qué pasó?
Venus negó con la cabeza, no comprendía muy bien porqué había llorado Darlenne y su hermana.
-Unos niños las molestaron.
-¿Es eso?
-Sí...
-¿Y no hizo nada Kanon?
Venus se encogió de hombros.
-Estaba con alguien.
-¿Alguien?.- Dione enarcó una ceja.
-Sí...una novia...-Dijo con el ceño fruncido. Dione levantó ambas cejas sorprendida por la seguridad de su hija de cuatro años.
-¿Una novia?
Venus asintió.
-Hablaba con ella y tío Kanon no nos hizo caso.
-Ya veo...pero Venus...¿Sabes lo que significa la palabra "novia"?.- La niña volvió a asentir.- ¿Cómo lo sabes?
-Señor Milo me explicó la otra vez...a mí y a Brissia y a Darlenne.
Dione suspiró y sobó su frente con sus dedos, esperaba que Milo no hubiera dicho alguna ocurrencia.
Afuera.
Kanon se levantó del sofá y fue a la cocina por un tentempié. Cuando terminó de vaciar un poco la nevera, su mirada curiosa se fijaba en Brissia quien estaba sentada afuera del templo con los ánimos muy apagados lo que confundió a Kanon. Él dejó las cosas sobre la mesa y salió a verla.
-¿Por qué estás aquí afuera tan sola?.- Se sentó a su lado, la niña hundía la cabeza entre sus piernas.- Es por lo de esos niños ¿verdad?.- Ella asintió sin levantar el rostro.- ¿Qué les hicieron?.- Brissia no quería levantar el rostro así que Kanon pasó una mano por sus cabellos y trató de ser más comprensivo.- Brissia...
Ella levantó por fin el rostro y miró a Kanon con ojos aguados.
-Esos niños...me jalaron el cabello...
Kanon se quedó con cara de no comprender la gravedad del insulto pero luego recordó que se trataba de una niña de cuatro años.
-¿Nada más?
-No...ellos...ellos dijeron que...soy fea...más fea que Venus.- Se talló los ojos.
-¡Pero si son iguales!.- Exclamaba un tanto divertido.- ¿Eso es todo?
-Sí...me dijeron fea...más fea que Venus.- Volvió a repetir recalcando las palabras con su voz aguda.
Kanon suspiró divertido y pronto relajó el rostro, creo que era la primera vez que hablaba seriamente con una niña.
-Brissia, tú no eres fea, tienes todos los genes de la familia.- Sonrió y la niña lo miró extraño, no entendió la palabra "genes".- Míralo de esta manera, si te dijeron fea a ti entonces le dijeron fea a tu hermana...lo que significa que le dijeron feo a tu papá y peor aún...me dijeron feo a mí y eso es una mentira muy grande.
Brissia miraba a Kanon muy atenta queriendo reír.
-¿No soy fea?.- Kanon sonrió más y le alborotó los cabellos a Brissia.
-Por supuesto que no, es más...si te vuelven a molestar prefiero que te defiendas a que llores como ahora.
-Mamá se enoja...
-No tiene por qué enojarse, te estarás defendiendo...deja a los que te molesten sin palabras.- Brissia asintió más feliz y Kanon no podía estar más orgulloso de sus palabras...aunque dudaba que ella recordara eso después, posiblemente se le iba a olvidar mañana. Brissia se levantó de donde estaba y fue hacia Kanon a quien abrazó. Él pestañeó sorpresivamente, no se lo esperaba.- Corre...vete a jugar.- Le dijo a la niña y ella se fue corriendo dentro del templo. Kanon suspiró, se sintió conmovido con ese abrazo tan sincero. Él se levantó también y entró al templo topándose con Dione quien lo miraba curiosa.- ¿Qué?
-Nada...sólo que una niña me contó lo que pasó en el parque.
-Ahhh eso...sólo fueron unos niños quienes las molestaron, a ella le dijeron que estaba más fea que su hermana, no sé qué le hayan dicho a Darlenne...pero ya hablé con Brissia, creo que lo superará.
Dione asentía con la cabeza.
-Hablaré con ella sobre eso.
-Sí está bien...¿Sabes? Hay algo que me desconcentró...Venus me dijo papá.- Kanon se rascó la cabeza.
-¿Papá?.- Levantó amabas cejas Dione igualmente extrañada.
-Sí...es que estaba con alguien y de repente ella se acercó y supe lo de los bandidos en miniatura y luego al despedirme de esa persona ella me dijo papá.
-No entiendo por qué lo hicieron...¿No te desmayaste?.- Bromeó la chica y Kanon entrecerró los ojos.
-Muy graciosa pero no, no me desmayé...pero me quedé con la curiosidad.
-Entiendo, yo le pregunto...oye, no sabía que tuvieras novia.
Kanon puso rostro de espanto.
-Yo no tengo novia.
-Pues Venus dijo que sí, que te vio con una mujer.
-Claro...Vivienne.- Dijo con algo de hastío y luego pasó una mano por todo su cuello.- ¿Y Venus como es que sabe lo que es una novia?
-Quiero creer que Milo se lo explicó de acuerdo a su edad.
Kanon volcó los ojos, no sabía que Milo había conversado con los niños.
-Como sea, no es mi novia...es una persona que conocí hace tiempo y a quien voy a ver en la noche.
Dione marcó una ceja y pestañeó continuamente y con escepticismo.
-¿Intentas tener algo más con ella?.- Kanon alzó los hombros.
-Dudo mucho que sea algo formal...
-¿Volverás a tus andadas?
-Tal vez, no sé...
-¿Y Saida...?
Kanon resopló en cuanto escuchó su nombre.
-No me la menciones más, le marcó a su móvil y no responde, si tuviera el interés de hablar conmigo ya lo hubiera hecho...
-Creí que la querías...
Esa suposición caló a Kanon y más por qué no sabía si Dione tenía razón.
-Mi vida no gira alrededor de ella.- Agravó la voz.- Es más...ni siquiera me acordaba de ella.- Mintió y se alejó de Dione echando chispas internamente, lo declaraba su postura.
Dione tampoco sabía nada de Saida pero le parecía extraño que no haya dado señales de vida, dudaba que fuera por falta de interés, algo más había detrás de eso...y por supuesto que no le creía a Kanon.
Hospital.
-¡No puede ser!.- Maldecía Denirha mientras golpeaba el suelos con sus pies, sentía ácido el estómago de recordar como Mary Anne despertaba en vez de morir.- ¡Esa maldita tiene más vidas que un gato!...Estoy segura que no tardará en llegar Camus para verla, ya debieron haberle avisado.
Una enfermera le había avisado a Denirha que su "amiga" había despertado, que todo indicaba estar bien, sólo iba a estar en revisión y esperaban que no fuera un reflejo. Denirha tuvo que forzar en sonreír cuando le dijeron eso, tenía que demostrar lo buena actriz que podía ser.
-Disculpe.- Denirha se giró altiva a sus espaldas mirando a Haziel, el médico de Mary Anne frente a ella.- Usted conoce a la señorita Mary Anne ¿verdad?
-Sí...-Contestó a fuerzas.- ¿Por qué?
Haziel se abrumó ligeramente por la actitud tan seca de la chica pero no podía dejar de lado su profesionalismo por eso.
-Por si deseaba verla le quería decir que sería el día de mañana, hoy ella está débil y no podrá recibir visitas hasta que termine la revisión también.
Denirha volcó ligeramente los ojos e hizo una mueca de disgusto.
-Por mí no hay problema, no pretendía verla.
-Tengo entendido que usted la vio hace rato.
-Sí pero ya no pienso verla, con una sola vez me hostigo.
Haziel enarcó una ceja, con comprendía porqué tanto coraje en sus palabras.
-Bueno, eso era todo...Hasta luego.- Se despidió el médico y Denirha a penas se despidió con la mano.
-Estar aquí me enferma, será mejor esperar a Camus afuera, hoy tengo que hablar con él si o si.
Casa de Cassandra.
Media hora después...
-No sé cómo le haces para tener demasiada paciencia, yo soy paciente pero con ellos me desespero.- Confesó Ambrosía al ver que Shaka controlaba perfectamente la situación con los dos niños.
-Sólo es cuestión de saberlos comprender.
-Lo dices tan fácil.- Suspiraba agotada Ambrosía.
Cassandra sale de la habitación ya más descansada, estira los brazos al cielo y se alegra de no escuchar gritos, risas, llanto ni nada por el estilo.
-Ya regresé del sueño...¿Cómo se portaron?
Ambrosía miró a Cassandra con ojos de metralleta y se cruzó de brazos ignorándola por completo después. Cassandra enarcó una ceja y luego suspiró.
-Estás enojada conmigo ¿no?
-Háblale a Buda.- Dijo Ambrosía cortante.
-¿Quieres que me disculpe? Lo siento...de verdad pero ya no podía más con mi cansancio, es difícil cuidar de dos niños.
-Dímelo a mí.- Seguía contestando acerada. Shaka se sentía incómodo por la discusión entre primas.
-Prometo no volver a dejarte sola con ellos, ya sé que son mi obligación pero es que necesitaba dormir un poco...si no quieres hablarme lo que queda de la vida no lo hagas, me lo merezco.
Ambrosía miró seria a Cassandra, creía que el haber descansado la puso más humilde.
-Eres una exagerada....
-Sí tal vez pero es en serio...ya sé que mis hijos son un desastre.
-Más o menos y estaba por volverme loca pero gracias a Shaka no sucedió.
Cassandra miró a Shaka y sonrió.
-Gracias Shaka...tú tampoco tienes ninguna obligación de cuidar niños.
-No hay problema, lo hice porque vi que Ambrosía estaba por explotar.- Dijo Shaka divertido.- Aunque pensé que Shura ya había llegado.
Cassandra hizo una mueca y se cruzó de brazos mirando el reloj de la sala.
-Se supone que debió haber llegado hace una hora, iba a llegar para cuidarlos mientras yo descansaba...pero cuando lo vea me va a conocer realmente enojada.- Apretaba el puño, Ambrosía puso los ojos en blanco, tanta pasividad de Cassandra sólo era por momentos.- Mejor voy a tomarme un té de esos relajantes que tienes.- Le decía a Ambrosía y sin esperar su contestación se fue a la cocina.
-¿Siempre pelea con Shura?.- Preguntó Shaka y la chica contestó.
-Sí pero eso no es lo peor para mí...después de pelear prefiero salirme.
-¿Por qué?
-No querrás saberlo, creme...ellos se reconcilian después...
-Ohhhh...comprendo.- Se puso incómodo Shaka se sólo imaginarlo.
Hospital
Camus iba llegando al hospital, no se había detenido ante nada ni nadie, ni siquiera en los templos se detuvo para platicar, el tiempo era oro y él deseaba ver a Mary Anne cuanto antes, tenía muchas cosas que decirle...sobre todo pedirle perdón por cómo la había tratado.
Denirha estaba afuera sentada en una banca del hospital cuando vio que Camus se acercaba, todo tenía que salir bien.
-¡Camus!
Camus miró a Denirha quien se acercaba a él, el sólo verla le recordaba el accidente.
-¿Qué haces aquí?.- Preguntó con una frialdad inmensa.
-Te esperaba...
-¿Para qué?
-Sólo quiero hablar contigo, desde hace tiempo que no quieres cruzar palabra...
-¿Y por qué tendría qué hacerlo?
-Oh vamos Camus...-Se acercaba a él con movimientos seductores pero que no funcionaban para Camus quien sólo se limitaba a mirarla con indiferencia.- No me digas que ya se te olvidó lo que vivimos juntos.
-Sí.- Contestó cortante y Denirha se llenaba de rabia pero no se lo iba a demostrar por el momento.
-No te creo...
-No me importa si me crees o no y ahora si no te importa tengo que ir a...
-A ver a Mary Anne...ya sé, yo también vine a verla.- Camus enarcó una ceja lleno de confusión y desconfianza.
-¿Y por qué hiciste eso?
-Porque me siento mal por ella, todo este tiempo he pensado en lo sucedido y llegue a la conclusión de que yo hice mal...quise enmendar mi error.- Mintió claramente esperando que Camus se lo creyera pero no le iba a ser tan fácil.
-Se me hace curioso que me digas esto cuando sólo te aprovechaste y además me mentiste a mí.
-Sí lo sé pero yo no tuve la culpa de que te fijaras en mí en vez de Mary Anne.
Camus sintió una pedrada.
-Sí pero...
-Además...no sé qué afán tienes tú por verla, tengo entendido que no te importó cuando la conociste...¿Por qué quieres verla ahora? ¿Quieres pedirle perdón? ¿Quieres sentirte menos culpable? Eso no sirve de nada Camus, mejor olvídala...nada te une a ella, abre los ojos...no la quieres.
Camus seriamente se planteó eso pero no dejaba de sentir enfado, era cierto que quería disculparse por todo, era cierto que se sentía culpable, era cierto que nunca le había importado...pero eso era parte del pasado de eso estaba seguro.
-Mejor vete Denirha, no quiero hablar contigo...
-No me iré hasta que termines de escucharme.
-¿Qué más me vas a decir? Ya no tenemos nada es más...nunca lo tuvimos, es verdad que llegué a creer que sentía algo por ti pero sólo era admiración y lo peor es que ni siquiera era hacia ti...era a la que escribió ese libro...era a Mary Anne.
Denirha rio con cinismo y apretaba sus labios con fuerza.
-No me hagas reír...no puedes sentir admiración por ella, es tan...¿Cómo decirlo?...tan insignificante.
Camus se cruzó de brazos y negó con la cabeza, estaba poniéndose más molesto.
-Creí que habías dicho que estabas arrepentida...
Denirha pestañeó, era cierto...tenía que fingir arrepentimiento ni siquiera se dio cuenta en qué momento cambiaron los planes.
-Yo sólo digo lo que pienso, que yo sepa no es ningún delito...eres tan obvio...en fin, si deseas ver a Mary Anne todavía déjame decirte que no se va a poder, el médico me dijo que no recibirá visitas y eso es todo.
-¿Ah sí? Pues yo mismo me aseguraré y si puedo pedirte un favor...quisiera que no volvieras a venir aquí.
Denirha se encendió de furia, esta vez no podía contenerse más.
-¡¿Qué?! ¡No puedes correrme de un lugar público!.- Gritó enojada que hasta llamó la atención de los demás.
-¿Quieres bajar la voz?.- Camus le tomó del brazo y se la llevó lejos de la entrada del hospital.
-¡No lo haré! ¡Yo tengo todo el derecho de estar en donde yo quiera!
-Bueno, entonces no quiero que te acerques a Manne...
-Manne...¡Manne! ¡Maldita sea! ¡¿Todo se tiene que tratar de ella?!
-Sí, ahora vete...- La soltó Camus luchando por contener su enfado.
-¡No me voy a alejar de ella! ¡Y tampoco de ti!
-Denirha, no me hagas perder la compostura...tú y yo ya no tenemos nada, entiéndelo...
-¡¿Cómo lo sabes?! Ni siquiera eres capaz de saber lo que quieres.
Camus frunció el ceño, eso había sido el colmo de su paciencia.
-¡Vete Denirha o yo mismo le llamo a la policía!.- Camus le tomó del brazo de nuevo y la llevó más lejos del hospital, ella luchaba por soltarse y casi se tropezaba con sus tacones.
-¡Suéltame!
Camus la soltó de nuevo con un poco más de brusquedad y sus ojos fríos expiraban rabia.
-No quiero verte por aquí de nuevo, ni cerca de mí ni de Manne...te guste o no.
Camus se dio media vuelta y se fue al hospital. Denirha se haló los cabellos y arrojó su bolso contra el suelo.
-¡Maldito seas! Ya me encargaré de ti también...te vas a arrepentir por no hacerme caso....
Camus respiraba profundamente tratando de calmarse, no podía ver a Mary Anne con un semblante exasperado. Caminó en dirección a la sala de espera y ahí vio al médico hablando con otras personas, no había duda de que era el médico de Mary Anne. Camus se acercó y esperó hasta que él dejara de hablar con los demás, una vez desocupado le llamó.
-Una pregunta...- Haziel miró a Camus y lo reconoció de inmediato, era imposible no saber quién era después de cinco años de visita.
-¿Qué sucede? ¿Vienes a ver a Mary Anne?
-Sí...me enteré que había despertado.
-Sí pero temo decirte que no podrás verla hoy.
-¿Por qué?.- Preguntó perplejo.
-Necesita estar en revisión además de dejarla descansar pero puedo decirte que ella reacciona muy bien aunque aún no ha hablado, es cuestión de tiempo pero mañana podrás verla.
Camus se sintió un tanto desilusionado pero aun así asintió.
-Está bien...mañana pasaré.- Haziel asintió y se fue lejos de ahí. Camus respiró hondo, por un lado estaba bien no verla ese día, discutir con Denirha deshizo sus ánimos pero por otro lado estaba feliz por saber que Mary Anne estaba mejor, la ansiedad le atacaría lo que restaba de día pero sabía que valdría la pena esperar al día de mañana.
Templo de Géminis.
Horas más tarde...
7:06 p.m
Kanon estaba dormido en el sofá, estaba tomando una siesta antes de ir a su "cita". Dione estaba descansando también en el dormitorio, se sentía cansada primero por el entrenamiento, luego el paseo por Rodorio y luego por preparar la comida y recoger el templo.
Brissia y Venus estaban sentadas en el suelo cerca del sofá hablando bajito.
-Toma.- Venus le daba unos plumones a Brissia.
-¿Vamos a dibujar?
-Sí pero a tío Kanon.
-¿Por qué?
-Se va a ir con su novia.
-¿Tiene novia?
-Sí...vamos a dibujar.- Sonrió Venus levantándose del suelo y Brissia la siguió y ambas caminaron hacia Kanon durmiendo.
-¿Dónde...vamos a dibujar?
-Aquí.- Venus quitó los tapones de los plumones y comenzó a pintar en el rostro de Kanon líneas y círculos, él tenía el sueño tan pesado que ni cosquillas sintió, era bueno para las gemelas pero malo para él.
-¿Por qué vamos a pintar a tío Kanon?
-Porque le gusta.
Brissia miraba a Venus pintar y como vio que Kanon no se quejaba decidió hacer lo mismo que su hermana y le pintó los brazos y el cuello.
El móvil de Kanon comenzó a sonar muy fuerte, era la alarma que había puesto para poderse despertar. Las gemelas se asustaron y se alejaron de ahí antes de que se despertara, fueron a esconderse detrás del sofá y pusieron los plumones debajo de este. Kanon después de segundos de escuchar la molesta alarma se despertó. Se levantó del sofá y estiró los brazos después de un largo bostezo, apagó la alarma y vio la hora.
Las gemelas se asomaron para ver a Kanon y soltaron risillas al verlo. Kanon escuchó a las niñas y caminó hacia ellas.
-¿Qué están jugando?
-Nada.- Dijeron las dos.
-¿Y por qué se ríen?.- Las gemelas veían los garabatos que hicieron en el rostro de Kanon y se seguían riendo pero Kanon no tomo cierta importancia y rio también.- Bueno niñas...me voy...no tardo.- Tomó su suéter el cual estaba en el sofá y se lo puso.
-¿Vas con tu novia?.- Preguntó Venus y Kanon miró muy extrañado a su sobrina.
-No es mi novia, no digas eso.- Tomó su móvil y lo guardó en su pantalón.- Pórtense bien.- Les acarició la cabeza a las dos y salió del templo, ellas dos avanzaron a la salida viendo cómo se iba Kanon.
-No vio los dibujos.- Dijo Brissia.
Mientras tanto...
Saida y Ébano habían llegado a la suite que tenían en Atenas desde hace minutos, la ansiedad de Saida le hizo subirse a un avión a pesar de que lo detestaba, lo hizo para llegar lo más pronto posible a Atenas.
Ébano estaba arreglándose para ir a una reunión de negocios, le había dicho a Saida que se arreglara también, tenía que ir con ella a fuerzas.
-Espero que esta tonta no me arme un alboroto.- Decía Ébano a sí misma mientras se ponía un collar.- ¡Saida! ¡En una hora nos vamos!
Saida se suponía que debía estar en su habitación arreglándose también pero se las ingenió para salirse de la suite sin que Ébano se diera cuenta. La pelirroja estaba saliendo del hotel y caminaba con rapidez para que Ébano no la alcanzase si se daba cuenta de su ausencia. Saida estaba nerviosa por ver de nuevo a Kanon y a los demás pero si era más egoísta, deseaba ver más a Kanon, no podía sacárselo de la cabeza y tenía que verlo esa misma noche.
-Si me apuro llegaré en poco tiempo.- Decía para sí mientras aceleraba el paso.
Media hora después...
Kanon ya estaba por llegar al mismo parque donde había dicho Vivienne para encontrarse, se sentía completamente incómodo por andar teniendo citas con mujeres con las que sólo se había acostado pero ahí estaba él yendo en contra de lo que quería por mero orgullo para dejar de pensar en Saida que hasta ahora, no era de mucha ayuda.
Vivienne estaba a unos metros y al ver a Kanon acercarse se alegró demasiado, por un momento pensó que la dejaría plantada, el hecho de verlo ahí aumentaba su ego, tal vez si le importaba a Kanon.
-Hola.- Dijo Vivienne sonriendo sin dejar de ver el rostro pintoresco de Kanon.
-Hola.- Correspondió él y de inmediato se dio cuenta de cómo lo miraba Vivienne.- ¿Por qué me ves así? ¿Tengo algo en la cara?.- Vivienne asintió lentamente y enarcó ambas cejas.
-Creo que estabas jugando ¿verdad?
-¿Jugando?
-Sí, jugando...¿O por qué tienes pintada la cara?
-¿Qué?.- Kanon pasó sus dedos por la cara y los miraba pero no se marcaba ningún rastro.
-Te prestaría un espejo pero no tengo.
Kanon miraba los alrededores pero no vio nada que pudiera ayudarlo para corroborar lo que le decía la chica.
-¿Qué tengo pintado?
-No tiene forma...sólo son rallas y círculos...o eso parece.
En esos momentos a Kanon se le vino a la mente las gemelas...esas niñas las que estaban riéndose cuando estaba a punto de irse...estaba casi seguro de que habían sido las responsables...no...estaba seguro.
-Creo saber quiénes fueron...
-¿Tus hijas?.- Preguntó molesta.
-No son mis hijas...son mis sobrinas, ya te lo dije.
-Como sea...-Vivienne cambió su semblante y tomó del brazo a Kanon aferrándose a él. Kanon se quedó incómodo pero no apartó su brazo ni correspondió al agarre.- ¿Nos vamos?
-No sé a dónde pero sí.
-Primero a que te quites esas ridiculeces de la cara.
Ambos comenzaron a caminar a donde Vivienne indicaba con sus pasos.
Minutos después...
Kanon y Vivienne estaban caminando por el pueblo, Kanon comenzaba a creer que no irían a un lugar exacto, al parecer Vivienne solo quería estar con él...la miraba de reojo, ella se había vestido algo provocativa y si se fijaba bien, ella aferraba el brazo de Kanon cerca de sus pechos, Kanon se puso más incómodo, ya pensaba a creer que esa chica lo quería violar si no se dejaba, lo quería de nuevo en la cama...él habría aceptado de inmediato antes pero ahora...¿Qué pasaba con él?
-¿A dónde vamos a ir?.- Preguntó por fin para quitarse las dudas.
-No sé...no tenía pensado ningún lugar.- Kanon se detuvo y la miró fijamente, se sentía algo fastidiado.
-¿Entonces? ¿Me tienes dando vueltas a lo tonto?
-No te molestes, no le veo nada de malo estar cerca de ti.
-Tal vez no pero no sé por qué tenemos que convivir si tú y yo sólo tuvimos sexo.- Vivienne le tomó de las solapas y lo empujó hacia atrás. Kanon sorpresivamente quedó contra la pared, estaba acorralado por una mujer, un evento nuevo.- ¿Qué haces?
-¿No es obvio?...A mí no se me ha olvidado lo que hicimos esa vez como a ti...es más, hasta me sé tu nombre.
-¿Y...cómo lo sabes?
-Me lo dijiste esa noche.
-¿Lo hice?.- Preguntó incrédulo.
-Si...al menos que me hayas mentido...¿Eres Kanon?
-S-Sí...
-Entonces me dijiste la verdad, eso me pone feliz.
Kanon ya comenzaba a creer que la chica estaba loca...fue un error haber ido con ella esa noche.
-Espera...creo que será mejor que...
Vivienne se acercaba más a él, lo tomaba con más fuerza de las ropas para ponerlo a su altura aunque no lo logró victoriosamente.
Saida quedó estática por lo que veían sus ojos...¿Era Kanon?...Saida veía a Kanon acorralado con una chica muy cerca el uno del otro, al principio lo dudo pero al verlo mejor no había duda...esa escena le dolió. Saida queriendo irse antes de seguirse lastimando con ver eso retrocedió haciendo ruido en el intento por escaparse. Kanon y Vivienne miraron a Saida, Vivienne lo tomó con indiferencia pero Kanon no pudo evitar ocultar su impresión, su corazón latía ferozmente...ahí estaba ella después de varios años de no verla.
-Saida...-Dijo Kanon, Vivienne miró confundida a Kanon.
-¿La conoces?.- Kanon ignoró esta pregunta por ver a Saida quien estaba por llorar. Saida dio media vuelta y comenzaba a alejarse corriendo.
-¡Espera Saida!.- Kanon quiso ir tras ella pero Vivienne se puso firme.
-No puedes irte con ella...sea quien sea...estás conmigo.
Kanon miró desesperado y frustrado a Vivienne, le tomó de las muñecas y la hizo hacia atrás.
-No fue buena idea venir.- Dijo Kanon.
-¿Por qué?...
-Tú lo sabes, será mejor que me vaya...tengo algo importante qué hacer.
-¿Algo importante?.- Preguntó escéptica.- ¿Quién es ella?
-No tengo por qué decírtelo...adiós.- Kanon se alejó de Vivienne y fue detrás de Saida.
Kanon se sentía muy desesperado y ansioso...¿Por qué le tenían que pasar esas cosas? Quería volver a ver a Saida y cuando lo logra ella lo tenía que ver con otra, aunque no haya sido nada altamente comprometedor sabía que el drama femenino se creaba con el mínimo detalle, ya podía dar por hecho que Saida había malinterpretado las cosas.
Saida seguía corriendo mientras lloraba, no debía haber salido del hotel...o mejor...¿Por qué no pensó en esa posibilidad?. Saida se detuvo a descansar un poco, le ardía la garganta...Kanon no podría estar sin ninguna mujer, que tonta había sido al pensarlo siquiera...y ahora estaba ahí viendo la realidad y volviendo a sufrir por un corazón roto...¿Era eso?
-¡Saida!.- Saida se giró a ver a sus espaldas, era Kanon quien corría para alcanzarla. Ella no queriéndolo ver corrió de nuevo lo más que podía.- ¡Espera!
-¡No te acerques!.- Le gritaba sin voltearse.
Kanon aceleró más hasta que la alcanzó poniéndose frente a ella.
-Saida espera...
-¡Déjame pasar!.- Saida quería avanzar a un lado de él pero este no la dejaba y terminó por tomarle de los brazos.
-Primero escúchame, no es lo que...
-Sé lo que vi Kanon...no me creas una tonta.- Ella quería soltarse pero Kanon no la dejaba.- Suéltame, déjame ir y tú haz lo que quieras...-Saida miraba a otros lados menos enfrente, no quería que Kanon la viera llorando.
-Mírame...
-¡No!
-Por favor...-Kanon le soltó de los brazos y entonces Saida le miró con mucho dolor.
-No Kanon...¡Fui una tonta por querer venir a verte!...¡Por pensar que tú...!.- Kanon le tomó del rostro a Saida y lo acercó al suyo para besarle los labios suavemente. Saida al principio se estaba dejando llevar por la sensación la cual ya había olvidado, su corazón parecía salirse de su pecho, estaba ahí...con Kanon, tan cerca y sus labios volvían a estar conectados.
Saida se contuvo de repente y quiso separarse de él hasta que él la soltó por unos momentos y luego la abrazó con fuerza pero con tanta calidez posible. Saida dejó salir más lágrimas.
-Por favor...suéltame...yo quiero irme...yo...
-Te extrañé.- Dijo Kanon sin más. Saida sintió esa frase como un alivio al corazón, dos sencillas palabras que la calmaron, las sintió tan sinceras que tuvo que corresponder a sus deseos y correspondió a su abrazo, hundió su rostro en el hombro de Kanon...ese tacto hizo que se le olvidara el motivo de sus lágrimas.
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