Lo hago por amor
Una semana después...
8:15 a.m
Saida no había podido dormir bien de nuevo, aunque lloraba menos, no dejaba de sentirse triste...aún parecía que aquella noche bajo la lluvia había ocurrido ayer. Cada noche que llegaba resultaba ser una tortura como la mañana y el poco tiempo que lograba dormir esperaba que al despertar todo se tratara de una pesadilla. Ella no había comido nada bien, apenas y los bocados le entraban antes de sentirse satisfecha y desde entonces no había salido a la calle, sólo había permanecido encerrada en su habitación.
Asu nante konai you ni to / No puedo contar todas la noches
negatta yoru kazoekirenai / Que esperé que el mañana nunca llegara
Yume mo ai mo nakushi / He perdido todos mis sueños y mi amor
ame ni utareta mama / bajo la lluvia
naiteru, naiteru, naiteru... / Llorando, llorando, llorando...
FLASHBACK
-¡Tú eres el que está mintiendo! ¡No estás siendo le mismo que conozco!...Kanon, sé que estás furioso por todo lo que está pasando y porque crees que yo le hice daño a tu hermano y a otras personas porque según soy Nix...yo sé que mientes...tú sientes lo mismo que yo...amor...yo sé lo que quieres, sé lo que siente tu corazón.
- ¿Mi corazón?...- Kanon negó con la cabeza sin duda alguna.- ¡¿Tú que sabes de lo que siento?! ¡No sabes nada! ¡Yo no te amo y jamás sentiría eso por ti!...¿Sabes por qué?...¡Porque yo no creo en el amor!...Sencillamente es eso, yo he estado con muchas mujeres y jamás he sentido eso, ha sido puro sexo...¿Qué te hace pensar que contigo fue diferente?...Que te haya hecho sentir especial no significa que haya sido real, soy hombre...suelo mentir cuando quiero algo y yo jamás, jamás voy a cambiar...
-Ya no quiero verte...y si lo vuelvo a hacer, será para que liberes a Saga...sólo para eso quiero verte.- Decía Kanon hostilmente.- ¿Sabes?...Esta escena se parece a la de hace meses cuando regresaste que me viste con Vivienne...esa vez te dije que te extrañaba...ahora te digo que te desaparezcas.
FIN FLASHBACK
Kazaritsukenaide kono mama / ¿Qué es lo que debo hacer
no watashi de ikite yuku tame / para vivir tal y como soy
Nani ga hitsuyou / sin esconderme?
Jibun sae shinjirezu / Si ni siquiera puedo creer en mí misma
nani wo shinjitara ii no / ¿En qué debo de creer?
Kotae wa chikasugite mienai / La respuesta está tan cerca que no la puedo ver
Kuroi namida nagasu / Lloro lágrimas negras
Watashi ni wa nani mo nakute, kanashisugite/ No tengo nada, me siento tan triste
Kotoba ni sae nara nakute / Soy incapaz de describirlo con palabras
Karadajuu ga itami dashite / El cuerpo me empieza a doler
Taerarenai, hitori de wa / No soporto estar sola
Saida cerró los ojos fuertemente y salieron lágrimas con facilidad. ¿Por qué tenía que pasarle eso cuando creía ser muy feliz? Simplemente era irónico pero doloroso. Su único consuelo en esos momentos había sido Sienna. Su amiga había dado con ella al día siguiente y había estado a su lado por todo un día, no quería despegarse de ella. Sienna no había logrado quedarse en la mansión con Saida debido a Ébano quien no lo había autorizado y casi la había corrido a media noche. Sin embargo, Sienna iba diario a verla por lo menos unas horas.
Saida se levantó de la cama permaneciendo sentada. Hizo hacia atrás sus cabellos rojos, sentía sus verdes ojos calientes y el contorno hinchado. Se levantó y tomó un espejo pequeño y volvió a sentarse, observó fijamente su reflejo.
Yonaka ni nakitsukarete / En la noche cansada ya de llorar
egaita jibun ja nai jibun no kao / Dibujé mi rostro aunque en realidad no era el mío
Yowasa wo kakushita mama / Necesito dejar de esconder
egao wo tsukuru no wa / mi debilidad y
yameyou, yameyou, yameyou / Sonreír, sonreír, sonreír....
Kazaritsukenaide ikite yuku koto wa kono yo no ichiban / ¿Es acaso lo más difícil del mundo
Muzukashii koto? / Vivir sin esconderse?
Anata kara morau nara katachi no nai mono ga ii / Si puedo tener algo de ti quiero que sea intangible
Kowareru mono ga iranai / Ya no necesito cosas que puedan romperse
Saida pasó los dedos sobre el espejo. ¿Quién era realmente? ¿Qué escondía? Todo eso no resultaba ser otra cosa que mortificación.
-¿Quién soy yo realmente?.- Se preguntó a sí misma contorneando el marco del espejo con sus dedos. El recuerdo de Kanon sonriéndole y abrazándola fue como una cuchilla que no dejaba que la herida sanara, otra vez rompió en llanto y volvió a acostarse abrazando el espejo.
Kuroi namida nagashi sakendemo / Aunque llore lágrimas negras y grite
Shiranu kao de ashita wa kite / El mañana vendrá con una cara desconocida
Onaji itami ni butsukaru / y volveré a enfrentarme al mismo dolor
Sonna hibi wo tsuzukeru nara / Si estos días van a continuar
Tooku kiete shimaitai / Entonces quiero irme lejos
Wagamama to wakattemo / Sabiendo que es egoísta de mi parte
Kuroi namida nagasu / Lloro lágrimas negras
Watashi ni wa nani mo nakute, kanashisugite/ No tengo nada, me siento tan triste
Kotoba ni sae nara nakute / Soy incapaz de describirlo con palabras
Karadajuu ga itami dashite / El cuerpo me empieza a doler
Taerarenai, hitori de wa / No soporto estar sola
Ébano entró a la recámara de Saida sin tocar la puerta antes y primeramente vio a Saida en estado deplorable, le daba mucha lástima. Puso los ojos en blanco y suspiró, completamente fastidiada.
-Ya deja de llorar y sumergirte en tu depresión, me das lástima.- Dijo mientras entraba a la habitación y abría las cortinas dejando entrar los rayos del sol. Saida se tapó un poco con las cobijas, le había lastimado.- Pareces más muerta que viva, sal de esa cama o te saco yo.- Dijo muy molesta.
-Me siento mal...
-Típico y yo me siento en la sexta gloria.- Dijo sarcástica. Desde que se enteró que estaba embarazada también estaba muy negativa.- Ya estás grande para que te diga esto pero...báñate y arréglate, me vas a acompañar a una junta de negocios.
-No creo serte de mucha ayuda.- Dijo aún entre las cobijas.
Ébano apretó los dientes y tomó la cobija entre sus manos para apartarla. Cuando Saida fue descubierta, Ébano la tomó fuertemente de los brazos hasta hacerla levantarse.
-Escúchame bien...a partir de ahora dejarás de portarte como maldita chiquilla a la que le han roto un juguete y te vas a comportar como la mujer que eres y te harás cargo del negocio familiar igual que yo.- Dijo duramente apretándole la piel y luego soltarla agresivamente.
-Deja de lastimarme Ébano.- Dijo sobando su piel.
-Y lo volveré a hacer hasta que...-Ébano no terminó su frase y el ama de llaves se presentó en la puerta.
-Hay alguien presente en la entrada señorita.- Dirigiéndose a Ébano. La peli negra resopló y salió de la habitación cerrando la puerta de un portazo.
-¿Quién es?
-La señorita Sienna.- Contestó. Ébano mostró su frustración.
-Esa mujer no entiende que no es bienvenida.- Dijo dando pasos grandes hacia el primer piso directo a la entrada donde estaba aguardando Sienna.
Las heridas de Sienna ya habían cicatrizado pero era muy visibles y de vez en cuando daba comezón. Sienna no había regresado al Santuario aunque por recados, Saori le pedía que fuera para hablar con ella, incluso Shion y los demás pero ella siempre se negó y aunque vivía con Sine y Mary Anne, a los demás no les dedicaba ni el habla, ni siquiera a Afrodita quien fue varias veces a buscarla al igual que Máscara Mortal.
Sienna llevaba entre sus manos un ramo de flores de diversos colores, las pondría en la recámara de Saida para cambiar un poco el ambiente.
Ella escuchó que unos pasos se acercaban y creyó que se trataba de Saida por oírse apresurados.
-¿Qué haces aquí? Creí haberte dicho que no quería que le quitaras el tiempo a Saida.- Dijo Ébano muy enojada cuando abrió la puerta.
-Hola, Buenos días.- Dijo fingiendo una sonrisa.- Y yo tengo entendido que tú eres su hermana, no su madre o tutora.- Contraatacó.
Ébano se recargó en el marco de la puerta en postura dominante.
-Lárgate de aquí o hago que te saquen.- Amenazó.
-Hazlo pero quieras o no, voy a ver a Saida porque es mi amiga y tú no le das el apoyo que necesita.
-No tengo por qué hacerlo, no soy su paño de lágrimas.
-Pues yo sí, así que con permiso.- Sienna quería pasar a la mansión pero Ébano no se lo permitió. Ambas forcejearon un buen rato.
-¿Qué hacen?.- Saida bajó a ver el alboroto que se estaba creando y ambas chicas la miraron.
-Saida, hola...como podrás ver, tu hermana no me deja pasar.- Dijo Sienna.
-¡No tienes derecho a hacerlo!.- Gritó la peli negra.
-¿Por qué no? Sienna es mi amiga y puede venir cuando ella quiera, esta también es mi casa.- Dijo Saida firmemente. Ébano la miró con sequedad y dejó por fin que Sienna pasara no sin antes dedicarle una mirada de muerte.
Sienna se acercó a Saida y ambas fueron directo a la recámara.
Ébano se cruzó de brazos y casi se encajaba las uñas en la piel.
-Algún día, ambas me la pagarán muy caro.- Ébano iba a dejar las cosas así por lo menos ese día pero era tanto su coraje que no quería que Sienna estuviera en su casa.- ¡Ya es suficiente!.- Gritó y subió los escalones, ambas chicas dieron media vuelta.- ¡Yo no quiero a esta mujer en mi casa!
-Ya te dije que es mía también Ébano, y si no quieres a Sienna aquí, me voy yo también.
-Sin embargo no lo harás porque no tienes dónde quedarte.- Contraatacó. Saida bajó la cabeza.
-No le digas eso, se supone que eres su hermana.- Dijo Sienna.
-Tú cállate, supongo que tampoco tienes casa y por eso pierdes tu tiempo con ella.
Saida cerró los ojos, no estaba sintiéndose bien.
-No se peleen por favor.- Dijo Saida tenuemente.
-Me vas a disculpar Saida pero tu hermana está loca, es una persona que no es feliz sin fastidiar a los demás.- Decía Sienna y Ébano se reía con falsedad.
-Y tú no eres feliz sin meterte en asuntos que no te importan, como no tienes familia cerca, quieres formar la tuya donde sea...si se presenta un vagabundo a tu vida, lo llevarías contigo.
Sienna apretó los labios y le entregó el ramo de flores a Saida.
-Ahora sí, ya estás colmando mi paciencia.- Sienna apretaba las manos, amenazando a Ébano con golpearla.
-Hazlo y te arrepentirás de haberlo hecho.- La retaba, ya habría de buscar una manera de vengarse.
-Ya basta...déjense...en paz.- Dijo Saida débilmente y cayéndose sobre el suelo y el ramo de flores quedó sobre el piso.
-¡Saida!.- Exclamó Sienna y ébano se limitó a observar.
***
Santuario.
Templo de Shaka.
10:30 a.m
Agora estaba terminando de poner los platos sobre la mesa, había llegado el día en que Shiva llevaría a la chica de la que estaba enamorado a Shaka. El caballero de Virgo se sentía muy curioso por saber de quien se trataba, tenía una corazonada de que no le gustaría la noticia pero por otro lado trataba de ser optimista y pensar en la felicidad de Shiva.
Shaka estaba meditando un poco antes de que la chica llegara al templo.
Shiva lo vio desde lejos, si que su maestro estaba concentrándose muy bien y él estaba muy nervioso, sentía como si le fuera a presentar la novia a sus padres.
-En vez de quedarte viendo al maestro Shaka deberías ayudarme.- Dijo Agora yendo a la cocina por más cosas. Shiva asintió y fue a alcanzarlo. Agora estaba abriendo la alacena y sacaba unos vasos los cuales le entregó a Shiva mientras iba a comprobar si la cocina estaba en su cocción correcta.
-¿Crees que Shaka acepté esto?
-¿Hablas sobre Ambrosía o es un insulto a mi comida?.- Preguntó probando la sopa que cocinó.
-Hablo de ella...espero no se enoje.
-No tiene por qué aunque no deja de preguntarme si ya sé de quién se trata, y claro que se lo negué...como que su paciencia ya no es una virtud.
-Que raro...
-¿Y ya está por llegar? Tampoco quiero que nos deje a todos plantados con lo bien que cociné.
Shiva sonrió al escucharlo y fue a dejar los vasos a la mesa para luego regresar.
-Le marcaré para saber si ya viene en camino.
-Mejor hazlo afuera del templo, no quiero escuchar cómo le hablas.- Dijo Agora burlándose, aunque era cierto. Una vez lo escuchó hablarle a Ambrosía y lo desconoció.
-De acuerdo.- Dijo Shiva saliendo del templo y enseguida le marcó por teléfono a Ambrosía.
-¿Diga?.- Contestó Ambrosía el móvil y sonaba algo agitada.
-¿Ambrosía? ¿Cómo estás?...¿Todo en orden?
-Hola Shiva...sí claro, es que estoy cargando unas cajas de mercancía que llegaron a la tienda.
-Oh...¿Es demasiado? ¿Puedo ir a ayudarte?
-No te preocupes, sólo eran cuatro cajas y ya he terminado de meterlas al local.
-Me habría encantado estar ahí para ayudarte pero en fin...espero que la próxima vez, eso suceda.- Ambrosía estaba nerviosa del otro lado del teléfono. No estaba acostumbrada a que un hombre le hablara así y Shiva lo hacía constantemente.- ¿Aún tardarás en venir? Espero no se te haya olvidado lo del almuerzo.
-No, claro que no...me lo dijiste ayer.- Rio un poco.- Pero...lo que no entendí es una cosa...¿Shaka te pidió que lo hicieras?
FLASHBACK
-¿Te gustaría asistir a un almuerzo en el templo de mi maestro Shaka?.- Preguntó Shiva armado de valor.
Ambrosía estaba limpiando una reliquia con un trapo y pronto sintió que sus manos le temblaban.
-¿Almuerzo? ¿En el templo de Shaka?
-Sí...lamento preguntártelo apenas pero Agora ya está buscando lo que cocinará mañana y yo...
-¡¿Mañana?!....¿Será mañana?
-Sí...¿No podrás asistir?.- Preguntó más nostálgico.
-No es eso...me tomaste...por sorpresa.- Intento mantener la compostura.- ¿Y por qué quieres que yo esté ahí?
-Bueno, porque...Shaka me pidió que te lo preguntara.
Ambrosía abrió la boca totalmente incrédula y dejó la reliquia sobre la estantería antes de que terminara tirándola.
-A ver...-Se acomodó las gafas.- No estoy entendiendo...¿Shaka te pidió que hicieras eso?.- Shiva asintió.
Ambrosía ya se estaba creando un universo de imaginaciones con Shaka. ¿La habrá perdonado ya? ¿Querrá hacer las "paces"?...
Shiva la miró medio extrañado, el error de él fue no mencionar que Shaka sólo tuvo la idea para que él le presentara a la mujer que lo traía por las nubes y lo desconcentraba en las meditaciones.
-Sí, él quiere eso, supongo que estará feliz de verte....entonces...¿Aceptarás?
Ambrosía se lo pensó un buen rato pero la idea de volver a tener una relación cordial con Shaka le agradaba mucho, lo extrañaba y no sólo como su amigo.
-Sí...de acuerdo.
FIN FLASHBACK
-No lo sé realmente.- Mintió Shiva.- ¿No te has arrepentido?
-N-No...sólo acomodo unas cosas y voy de inmediato para allá, no tardo.
***
Templo de Athena.
10:35 a.m
-Esto no está nada bien.- Decía Shion negando con la cabeza.- Las ideas ya están muy escasas, no hay forma alguna que la haga hablar...¿Qué quiere?...¿Que la torturemos de verdad?
Claramente se estaba hablando de Nubia. Ella seguía encerrada y todos los días intentaban hacerla entrar en razón para que dijera algo relativo al ataque o a dónde había estado todos esos años pero Nubia no decía nada de eso, sólo se burlaba por sus fallidos intentos.
Entre los presentes en el templo estaban Saori, los caballeros de bronce, Aioria y Marín.
Marín veía de vez en cuando la actitud de Aioria, él no estaba nada de acuerdo con todo eso.
-Pues sí, deberíamos torturarla.- Dijo el caballero de Leo fríamente.
-Aioria...-Llamó Marín reprobatoriamente.
-¿Qué? Lo digo en serio, esa mujer nunca me agradó, sólo se ha burlado de todos, en especial de mi hermano...con su regreso no hizo más que cambiarlo, he hablado con él estos días y está dolido.
Aioros había intentado en más de una ocasión hablar con Nubia pero como en todas las veces, terminaba más herido que la anterior. Hace tres días no había ido a verla, ni siquiera había querido presentarse en el templo de Athena.
-Entiendo tu coraje Aioria pero no te exaltes, debes comprender mejor a tu hermano.- Decía Saori.
-Aioros es muy fuerte y admirable pero esta situación lo pone vulnerable, cada quien tiene una situación así.- Decía Seiya.
-Un punto débil...ha hecho bien en no hablar con ella en estos días.- Seguía Shiryu.
-¡Me importa un bledo! Yo quiero hablar con esa mujer, conmigo habla porque habla.- Decía Aioria muy enojado y a punto de entrar a la habitación pero tuvieron que intervenir.
-Tranquilízate Aioria, no resolverás nada de esta manera.- Decía Marín tratando de tranquilizarlo.
-¿Y cómo quieres que lo haga?...¡Ella ha sido una maldición para Aioros!.- Exclamaba furioso.
-Piensa las cosas, si entras y hablas con ella, Aioros podría enojarse contigo.- Decía Shun también tratando de calmarlo. Los únicos que no hacían mucho en absoluto eran Ikki e Hyoga, sólo se limitaban a mirar.
-¡Sólo eso me falta!...¡Que la defienda a ella!...¡Sólo es una plaga para su vida y la de Darlenne que por suerte no la conoce!.- Seguía gritando Aioria.
Dentro de la habitación, podían escucharse los gritos de Aioria. Nubia ponía mucha atención a lo que decía el caballero de Leo, si bien podría no importarle lo que él dijera o pensara, sabía que tenía razón, le estaba haciendo daño a Aioros.
-¡Basta ya!.- Exclamó Saori callando a todos.- Debemos tranquilizarnos y Aioria...piensa más las cosas que haces...-Aioria a regañadientes se calló pero si quisiera, se la pasaría todo el día gritando pestes de Nubia. Saori miró a Ikki e Hyoga, sobre todo al caballero del cisne quien estaba pensativo.- ¿Ocurre algo Hyoga?
-No, sólo...sólo trataba de entender algo, se trata sobre una de esas chicas que nos atacaron en Japón y hace una semana...no entiendo por qué sabía las mismas técnicas que yo y mi maestro Camus.
-¿Ya se lo preguntaste?.- Preguntó Shion.
-¿Qué a quién?.- Preguntó Hyoga desorbitado.
-A Camus, sobre esa chica.- Contestó el Patriarca.
-Ya le hablé de ella...-Pensó mejor lo que acababa de decir y se sorprendió.- Oh...¡No le dije que era la misma!
-Habla más fuerte, tengo dudas si te escucharon en la Antártida.- Dijo Ikki burlonamente.
-Cállate Ikki.
-A ver...no entiendo nada.- Dijo Saori caminando hacia Hyoga.- Por favor...quiero que me expliques bien lo que pasó.
***
Templo de Sagitario.
Aioros estaba junto con Dione, ambos estaban cocinando para almorzar. Darlenne y las gemelas estaban jugando en la sala.
-¿Estás seguro que estás bien?.- Preguntó Dione. Aioros asintió.
-Completamente.- Dijo enfocado en lo suyo.
Dione miró neutral lo que estaba haciendo Aioros.
-¿Crees que les guste?.- Preguntó casi riéndose.
-Sí, Darlenne lo come todos los días.- Dijo bien concentrado. Dione sólo asentía pero no estaba confiada.
-No sabía que a Darlenne le gustara el cereal con sal, el licuado con comino y los hot cakes decorados con mole de ayer...- Dione ya no sabía si reír o preocuparse pero la cara que puso Aioros después le provocó la risa.- Tu hija tiene gustos muy raros.
Aioros negó con la cabeza riéndose también.
-¿Hice todo eso?
-Lo he visto desde que agarraste las cosas...si buscabas el azúcar, la canela y el chocolate líquido, eso está aquí.- Le mostró las cosas-. Aioros miró al techo y suspiró largamente.- Todo esto te tiene con la cabeza ocupada.- Se acercó y le dio palmaditas en el hombro.- Debes distraerte Aioros.
-No puedo...es difícil, todos los días pienso en Nubia...no la vi por años, deseando volver a tenerla entre mis brazos y...- Aioros recargó las manos sobre la alacena.- No quiere decirme nada y me estoy desesperando.
-Lo comprendo Aioros, sé que no es fácil y pues todo hemos intentado que hable pero ella no quiere, parece secreto de estado.
-¿Tú ya has hablado con ella?.- Le preguntó curioso.
-¿Yo?...No, yo no...sólo generalicé pero si hablara con ella, dudo que a mí me dijera algo, si no lo hizo contigo menos conmigo.
-¡Mamá!...¡Tengo hambre!.- Gritaba Venus golpeando la mesa infantil.
-¡Yo también!.- Le siguió Brissia.
-No tienen que golpear la mesa o no les doy lo que les gusta.- Le llamó la atención Dione y ambas niñas fruncieron el ceño y Darlenne las miraba fijamente. Dione tomó las cosas de las gemelas y miró por última vez a Aioros que se disponía a dejar los trastes en el fregadero.- ¿Y qué ha pasado con Danna?
Aioros la recordó de repente. Desde lo sucedido con Nubia, la relación de ambos ya no era la misma. Danna siempre se había tratado de comunicar con él o verlo pero Aioros no estaba de humor y sin querer, la lastimaba con su indiferencia.
-La he alejado sin querer.
-Aioros...¿Tú la amas?.- Preguntó más incrédula, ya sabía la respuesta.
-La estimo, la aprecio...
-Pero no dejas de pensar en Nubia.- Las palabras estaban de sobra ante los hechos realmente verdaderos.- Voy al templo de Athena, me mandó llamar hace rato...¿Puedes cuidar de las niñas?
-Sí, está bien.
***
Clínica.
10:40 a.m
Ébano y Saida estaban en el consultorio. Saida ya estaba mejor y había sido atendida por el médico. Él revisó por último la temperatura de Saida checando el termómetro.
-No tienes fiebre pero tu presión es baja, debes alimentarte mejor Saida.- Decía el médico.
-Me cuesta trabajo, la comida me da náuseas o me siento satisfecha.- Explicaba la pelirroja.
Ébano la miró con el ceño fruncido, ella se sentía igual.
-Lo entiendo y es algo que quería hablar con usted, debe tener mucho cuidado ahora porque...
-Doctor...disculpe que interrumpa pero antes de que le termine de dar el diagnóstico de mi hermana...¿Podría darme el mío?...es que yo también me estoy sintiendo muy mal.- Ébano fingió mareo y se daba aire con las manos. Saida la miraba angustiada y el médico se levantó del lugar.
-¿Se siente mareada?.- Preguntó el hombre.
-Sí...atiéndame rápido por favor, odio sentirme así...Saida, déjame sola, afuera está Sienna.
-Pero estás mal también y yo...
-El médico me va a revisar, déjame...-Pidió más firme con una mano sobre la frente.
Saida se levantó de donde estaba y salió de la oficina.
-Voy a checarle la presión primero.- Dijo el hombre.- Descúbrase el brazo izquierdo por favor.
Ébano siguiendo con su actuación, se descubrió el brazo.
-Ahora que estamos solos...¿Puede decirme a mí primero lo que le pasa a mi hermana?...¿Ella está embarazada?
Sólo eso le faltaba, que Saida también estuviera esperando un hijo y además por los similares síntomas que había descrito. Además, estaba segura que los días que vivió alejada de ella, había tenido relaciones.
-No lo sé, hay síntomas que lo indican pero saldremos de dudas con una prueba de sangre, era lo que le iba a indicar a su hermana...además ella me mencionó que estaba pasando por un momento que la tenía triste, así que eso también influye.
Ébano masajeó sus labios mientras le checaban la presión.
-Doctor...yo también quiero una prueba de sangre.
-¿Tiene las mismas dudas?
-No...déjeme explicarle algo...
***
Templo de Athena.
11:20 a.m
Aquí habían llegado Camus y Milo en el momento justo en que Saori había terminado de escuchar todo lo que los caballeros de bronce habían atestiguado.
Hyoga al ver a su maestro lo llamó con la mirada y le preguntó sobre esa chica de la que estaban hablando, el centro de miradas ahora era de Camus quien meditó las cosas un largo tiempo.
-La chica que nos atacó en Japón y la de esta vez es la misma.- Decía Hyoga.
-Y no sólo ella, yo reconocí a la otra que nos atacó, también estaba ahí.- Dijo Shiryu.
-Esto es muy extraño.- Dijo Saori sentándose en su trono.- ¿Quiénes podrían ser?
-¿Y por qué esa chica sabe esas técnicas? Es claro que un maestro del hielo bajo el mando de Athena debió habérselas enseñado...-Dijo Shion mirando a Camus.
-¿Habrá sido mi maestro Crystal?.- Preguntó Hyoga.
-Pero tendrías que acordarte de alguien que haya entrenado contigo, de una niña.- Dijo Shun.
-Sólo recuerdo a Issac.
Milo miró a su amigo quien aún no decía nada y le dio un codazo.
-Deja de pensar en Mary Anne y piensa en el trabajo.- Dijo ,Milo con una mezcla de burla y seriedad. Camus le dedicó una mirada que le provocó nervios a Milo.
-No hagas ese tipo de bromas en momentos como este, estoy pensando...
-Pues piensa rápido.- Apuraba Milo marcando distancia.
-Camus...¿Tú llegaste a entrenar a una niña?- Preguntó Saori, quería saber algo.
-Recuerdo a una niña...- Comenzó a decir.- Hace mucho tiempo...Crystal iba a entrenar a una recién llegada, una huérfana pero ella enfermó gravemente y terminó por entrenar a Hyoga y a Issac...pensamos que ella moriría y por eso nos enfocamos más en los chicos pero días después, ella se recuperó poco a poco pero Crystal se había ido con Hyoga e Issac a entrenar a otra parte de Siberia...así que tuve que entrenarla yo por un tiempo.
Todos estaban boquiabiertos con la redacción que Camus estaba dando. Shion carraspeó la garganta.
-Entonces puede tratarse de esa misma niña.
-Puede ser...recuerdo que su nombre era Iori, ojos y cabello marrones.- Describió Camus.
-¿Entrenaba para alguna armadura en especial?.- Preguntó Saori.
-Sí, por la de ave del paraíso.- Dijo Camus.
Shion miró a los de bronce.
-¿Cómo era la armadura que llevaba esa chica?
-Era plateada con incrustaciones rojas y tenía una tiara con la cabeza...de un ave.- Explicaba Hyoga abriendo la boca.
-No hay duda, se trata de esa armadura.- Dijo Shion.
-¿Has visto la armadura?.- Preguntó Saori.
-Sí...hace mucho tiempo y es la de ave del paraíso y si bien recuerdo, había varias niñas dispuestas a ser amazonas de Athena, pero me informaron que había desaparecido...Juan, un caballero de plata las había entrenado después.
-Cierto...Iori se fue de Siberia a Rumania donde Juan la entrenaría mejor.- Decía Camus.
-Recuerdo que llamaban por un nombre a esta mujer...pero no recuerdo cual.- Decía Shiryu.
-Esto es un enredo.- Dijo Saori con las manos en la cabeza.- ¿Y por qué ella está de lado de Nix? ¿Significa que las secuestró? No entiendo nada.
-Si las secuestró o no, eso lo descubriremos pronto si llevamos a cabo el plan que teníamos pensado Athena.- Decía Shion.
Dione iba llegando al templo pero permaneció en la entrada al escuchar que hablaban de algo que podría ser muy interesante.
-¿Un plan? ¿De qué plan se trata Saori?.- Cuestionó Seiya.
-Shion y yo habíamos pensado en que si lográbamos convencer a Nubia de que nos diera indicios de donde estaba Nix, podríamos saber si realmente se trata de Saida y así podríamos salvar también a Saga y conocer mejor al enemigo.- Dione abrió la boca de sorpresa y siguió escuchando.
-Pero...se están refiriendo a que alguien vaya hasta allá ¿no?.- Preguntó Shiryu meditando.
-Sí pero tiene que ser alguien extraño, Nix debe saber quiénes son mis caballeros y quienes mi amazonas, debe ser alguien nuevo, alguien que desconozcan.- Explicaba Saori.- Por eso, Shion tenía la idea de que una chica, una amazona fuera la indicada.
-¿No que tenía que ser alguien que no portara una armadura?.- Preguntó Ikki.
-Por eso, ella aún no tiene una armadura...yo se la voy a otorgar cuando llegue al Santuario, es la armadura del lince.- Respondió Saori.- El problema de esta situación es que Nubia no quiere decir nada y si no sabemos el paradero de Nix y su ejército, no podremos hacer nada.
-Hace un momento Aioria dijo que aplicáramos la tortura en ella, pero no lo haremos, no sería correcto.- Decía Shion.
-¡Yo la convenzo!.- Gritaba Milo.
-Cállate, sólo vas a salir con tus tonterías.- Dijo Camus.
-No...pero yo quiero ver como es esa armadura y quiero ver a la chica.- Dijo casi pervertida mente.
-¡Milo!.- Exclamó Shion a modo de regaño.- Tú no cambias.
-No pero yo voy a ver esa armadura.- Dijo Milo buscando por el templo.
-¡No se te ocurra abrirla!.- Decía Shion.
-Oblígueme a no hacerlo.- Retó Milo muy divertido y Shion fue tras él al igual que Camus. Los tres fueron hasta los aposentos de Saori.
Saori rio un rato mientras miraba a los demás caballeros.
-La armadura está detrás del sillón.- Dijo riéndose.- Vengan, vamos por ellos.- Así, los caballeros de bronce fueron junto con Saori hasta donde había ido Milo y los demás.
Dione sorprendida asomó la cabeza para cerciorarse de que no hubiera nadie y sin pensarlo dos veces, entró a la habitación donde estaba Nubia. El candado de la puerta fue fácil de abrir ya que habían olvidado las llaves sobre una mesilla.
Adentro de la habitación, Nubia escuchó el rechinido de la puerta, ya se esperaba otro aburrido interrogatorio.
-¿Acaso no se cansan de recibir un "no"?.- Preguntó Nubia con la cabeza agachada.
-De mi parte, yo no lo he recibido de ti.
Nubia alzó la cabeza poco a poco observando a Dione frente de ella.
***
Templo de Shaka
Shaka, Agora y Shiva estaban sentados en el comedor. Shiva estaba muy nervioso, pronto llegaría Ambrosía y no sabía cómo lidiar con la situación sin embargo, no era el único ansioso, Shaka no estaba tranquilo.
-Ya se tardó la chica.- Mencionó Shaka mirando a Shiva.- Me parece que no vendrá.
-S-Sí lo hará...sólo no debe demorar demasiado.- Contestó.
Shaka se levantó de la silla y se acercó a donde estaba Shiva y le tomó del hombro.
-Discúlpame, no debería ser negativo...estoy seguro de que sí llegará, deja de estar nervioso o la espantarás.- Dijo provocando la risa de su discípulo.
-Gracias maestro.
-Estaré afuera del templo a ver si la veo llegar.
Shaka salió del templo y tomó aire fresco. ¿Qué rayos le había dicho a Shiva? Él tenía ánimos decadentes, a veces creía que la enamorada de Shiva llegaría y pronto decía que no, era tan extraño que no sabía cómo más actuar.
-Ambrosía...-Dijo al verla llegar al último escalón del templo.
Ambrosía casi se iba de espaldas cuando lo vio de repente aunque ya se había dado muy bien a la idea de que lo vería.
-Shaka...cuanto tiempo.- Dijo ella nerviosa.
-Han pasado días.- Dijo haciendo reír a Ambrosía de lo tonta de su frase.
-Sí, claro...que tonta soy.
-No, de hecho...¿Qué haces aquí?
Ambrosía lo miro estática, había algo que no estaba bien.
-Creí que querías verme.- Dijo directa. Shaka frunció el ceño.
-Bueno...sí quería verte más no pensé que sería hoy y que tú me lo dirías tan segura.
-Pues porque...
-No importa, ven...entra.
Shaka invitó a pasar a Ambrosía al templo y la llevó hacia el comedor donde Shiva se levantó de sólo verla.
-Agora, por favor...por otro plato en la mesa.- Indicaba Shaka.
-¿Otro plato? ¿Alguien más comerá con nosotros?.- Preguntó.
-Sí, Ambrosía nos acompañará también.- Respondió el caballero de Virgo.
Agora y Shiva se miraron y de poder mirarse los signos de interrogación, serían demasiados.
-No estoy entendiendo.- Dijo Agora claramente confundido. Shaka se tomó eso como una falta de respeto.
-Agora...¿Qué pasa contigo? No seas grosero con Ambrosía, no tiene nada de malo que coma con nosotros.
-No no, no es que sea grosero...mis disculpas maestro Shaka, mis disculpas señorita Ambrosía pero es que...no entiendo por qué poner otro plato más si ya estamos completos.
-Es increíble...si lo estoy indicando es porque somos nosotros tres más la chica que Shiva invitó...pero yo puedo poner un plato para Ambrosía.- Dijo Shaka molestándose.
Ambrosía quería hablar ya que tampoco entendía lo que estaba pasando ahí pero Shiva comenzó a hablar.
-Maestro...ya estamos completos.- Dijo Shiva. Shaka pestañeó varias veces.
-¿Ya no vamos a esperar a la chica?
-No...no hay necesidad, ella ya llegó.
Shaka miró hacia la entrada al igual que Ambrosía pero no había nadie recién llegado.
-A ver Shiva, yo no...-Shaka iba a exigir una explicación hasta que un foco mental se prendió. Su rostro se puso tieso y lentamente fue mirando a Ambrosía quien se había quitado las gafas para limpiar, Shaka sintió que el piso se le caía.
-Yo no estoy entendiendo lo que pasa, Shiva me dijo lo del almuerzo y lamento llegar tarde, si ya no quieren que esté aquí...- Dijo Ambrosía y Shiva se acercó a ella tomándole sus cosas.
-No hay problema Ambrosía, te estábamos esperando....ven siéntate, ya comeremos.- Le dijo amablemente mientras la conducía hasta la mesa dejando a Shaka con su asombro consumiéndolo por dentro.
Templo de Athena.
-Dione...esperaba a todos menos a ti.- Dijo Nubia recargándose en la silla.- ¿Vienes a pedirme que te diga todo?
-No...no vengo a pedirte nada.- Dione se acercó más a ella.- Vengo a exigirte que me lo digas.
Nubia sonrió y empezó a carcajearse sin parar por el comentario de Dione, ella permaneció en el mismo lugar sin siquiera parpadear.
-Te has vuelto muy mandona...la maternidad te cambio para variar.
-No me importa, mis hijas son lo más importante para mí.
-Vi unas niñas idénticas cuando me traían aquí...¿Son ellas?
-Sí, tienen un gran parecido a Saga.
-Lo sé bien.- Dijo y se creó un profundo silencio. Dione suspiró y miró los alrededores.
-Es una habitación muy fría y fúnebre.
-He estado en peores.- Sintetizó.- Supongo que quieres que te cuente sobre mí durante estos años y sobre Nix...todo eso.
-Si bien quiero saber de ti porque me preocupaste en su momento, veo que no te ha ido mal...ya hasta eres guerrera.- Nubia sólo sonrió a medias.- Pero no...esta vez seré más egoísta, no quiero saber lo que te pasó ni porque te convertiste en esto...yo quiero saber de Saga y tú sabes dónde está...¿No?
-Por supuesto.- Contestó muy divertida y Dione sacó una pequeña navaja que ocultaba en su pantalón.- ¿Vas a amenazarme con eso?
Dione ignoró el comentario y cortó la soga que cubría las manos de Nubia en su espalda, le habían retirado las cadenas ya que habían lastimado la piel de ella y le colocaron vendajes y una soga por el momento. Nubia sintió las manos libres y miró a Dione con desconcierto mientras se sobaba la piel.
-Podrás descansar un rato de las ataduras, al menos Sine y Clara te curaron a tiempo.
-¿Y porque me has soltado crees que te voy a decir lo que quiere?
-Está en intento...además Nubia, no soy tonta, tú eres una mujer fuerte en todos los sentidos y de haber querido, ya te habrías escapado de aquí, es más, hubieras luchado para que no te trajeran y sin embargo no lo hiciste...nada me quita de la cabeza que quisiste que te trajeran porque querías estar cerca de Darlenne...y de Aioros.
Nubia alzó ambas cejas y asintió ligeramente, analizaba a Dione...no había cambiado demasiado., era muy intuitiva.
-¿Y qué te hace llegar a esa conclusión?
-Que soy madre también y haría lo mismo si estuviera en tu lugar...lo haría también por Saga, ese es mu propósito, salvar a Saga con la información que me des.
-Hablas como si fuera tan fácil Dione, tu idea es de muerte...mejor déjate de ideas estúpidas y vive la vida, olvídate de una buena vez de Saga.
-¡No lo haré!.- Dione tomó de los brazos a Nubia y miró fijamente sus ojos violetas, con rabia.- Estoy cansada de esperar...quiero que mis hijas conozcan a su padre, no me importa morir para cumplir eso.- Dione soltó a Nubia y esta se levantó de la silla, se sentía muy bien de dejar de estar sentada por un buen rato.
-Dione...escúchate, si tú intentas rescatar a Saga dejarás a tus hijas huérfanas porque morirías en el intento.
-Por eso quiero tu ayuda, porque tú conoces ese mundo y sabes dónde está él, voy a buscarlo a como dé lugar y no me importa si Athena y los demás también me llaman traidora...yo quiero hacer algo por Saga...puedo suplicártelo, implorártelo pero por favor...dímelo.- Los ojos de Dione se cristalizaron.
-Si no se lo dije a nadie más...¿Por qué te lo diría a ti?
-Porque como te dije antes, tú quieres estar con Darlenne...-Nubia suavizó el semblante, la imagen de su hija el día del ataque la tenía muy grabada en su mente, se parecía a ella con los ojos de Aioros.- ¿No quisieras que Darlenne supiera que eres su madre? ¿Qué te abrazara y te dijera cuanto te extrañó? Eso es lo que yo quiero para mis hijas...quiero verlas con su papá, quiero que Saga las conozca...que él las cuide en mi lugar si es necesario pero quiero hacer algo que quedarme de brazos cruzados esperando que ocurra un milagro.
Nubia sabía cómo mostrar frialdad en cada uno de sus actos sin embargo, escuchó a Dione en cada palabra y sobre lo de Darlenne era verdad, por eso estaba ahí...para estar con ella de nuevo. Nubia dio media vuelta y se paseó por todo la habitación, así estuvo por varios minutos, invocando más la ansiedad de Dione.
-Tuvimos muchas diferencias en el pasado Dione...hasta imponer la ira de por medio y yo utilicé la venganza para burlarme de ti y de Saga y a pesar de eso...estuviste conmigo cuando fue la confrontación con Saga y Aioros...
-Sí, me quedé ahí para porque...
-No tenías donde quedarte y sólo me utilizaste para tener un hogar.
-Iba a decir para apoyarte porque ambas estábamos mal, yo no te utilicé, bien pudiste echarme a la calle.
-Y lo iba a hacer, sin piedad alguna.
-¿Y qué te detuvo?
-Necesitaba un guardián cuando yo durmiera, acuérdate que me quedé sin puerta.
-Otra cosa más que me ofende.- Dijo Dione queriendo reír.
-Sólo te estoy diciendo lo que me guardé en su momento.- Nubia suspiró.- ¿De verdad no prefieres ser feliz con tus hijas? Rescatar a Saga es un reto, lo mismo que ir hasta allá sin que te descubran...Saga está siendo manipulado por Zacros.
-Sí lo sé, él me lo dijo.- Ante la contestación de Dione, Nubia alzó una ceja.
-¿Cómo que él te lo dijo?
-Una vez se presentó afuera del templo de Géminis, salí y él apareció ocupando el cuerpo de Saga, y también me confesó que fue él quien me golpeó utilizando el cuerpo de Saga el mismo día que desapareció.- Dijo con dolor latente.
Nubia no percibía lo que explicaba Dione, la miraba extraño, era increíble que lo dijera así de tranquila.
-¿Y no te hizo nada?
"Sólo me besó" Pensó.
-No...me dijo eso y se fue.- Mintió.
-Es raro...no había ninguna razón para que pisara el Santuario.- Dijo en voz baja.
-¿Cómo?
-Nada, pero él será un problema cuando de salvar a Saga se trata.
-No le tengo miedo.- Dijo altiva.
-No seas idiota, él es peligroso, es el guardián de Nix.
-¿De Saida?.- Preguntó exigiendo una respuesta, Nubia torció la boca.- ¿Saida es Nix realmente o hay algo detrás de todo eso?
-Eso no te lo pienso decir.
-Entonces me ayudarás a saber dónde está Nix y Saga ¿verdad?
-Ya te lo dije, no te serviría de nada...aunque vayas hasta allá, sería afortunado que te permitieran el acceso...
-Ya sé qué hacer.
-Me estas poniendo de mal humor, esto no es como si entraras al centro comercial o a un centro nocturno, esto es de muerte...
-Ya te dije que no me voy a quedar de brazos cruzados.- Nubia apretó los labios y un puño.
-Debes estar sola, no creo que alguien valiente esté con alguien tan intolerable como tú.- Dijo inhalando y exhalando varias veces.
-Nubia, si me lo dices, quiero que esto quede entre nosotras...no se lo diré ni se lo dirás a nadie.
Nubia negó con la cabeza, Dione era un dolor necio y constante, ya había olvidado lo que era hablar con ella.
-Estás muerta...no lo olvides.
-Moriré, no me importa...no tengo miedo...lo hago por amor...por amor a Saga, por amor amis hijas...quiero volver a abrazarlo, volver a verlo...y sé que tú harías lo mismo por Aioros, sé que me entiendes.
Nubia sintió una palpitación extraña en su pecho. Ella se había sacrificado por Aioros y su hija, para que ellos estuvieran tranquilos y felices...claro que la entendía.
Miró de nuevo a Dione de arriba abajo.- ¿Y cómo piensas ir hasta allá? Si vas con ropa de civil no lograrás acercarte a más de cien metros.
-De eso no hay problema, ya sé qué debo hacer.
***
Clínica.
11: 50 a.m
Ébano, Saida y Sienna estaban dentro del consultorio. Ya tenían los resultados de sangre de Saida. El médico le había dicho que los resultados eran generales.
¿Ya no te sientes mareada?.- Le preguntó Sienna a Saida.
-No...ya estoy mejor.- Contestó.
Saida aún se sentía mal pero mejor que hace horas, tenía la cabeza recargada en el hombro de Sienna quien le acariciaba la mejilla. Ébano jugaba mucho con sus labios mientras veía cómo el médico abría el sobre con cuidado.
-¿Y bien doctor? ¿Qué tiene mi hermana exactamente?.- Cuestionó Ébano.
El hombre leyó los resultados y sonrió para luego mirar a las tres.
-Saida...quiero que a partir de ahora te cuides demasiado, aliméntate a tus horas, duerme bien y no te esfuerces demasiado, estás en la etapa más sensible.
-¿Más sensible? No entiendo.- Dijo Saida levantando la cabeza con el ceño fruncido.
-Tienes tres semanas de gestación, estás embarazada.- Dijo el doctor.
Saida sintió su corazón bombeando y la sensación de que la presión le estaba fallando de nuevo. Sienna miró a su amiga cubriendo su boca. Ébano por su parte sonreía por dentro.
*******************
NOTA:
La canción del principio se llama "Kuroi Namida" de Olivia Lufkin, al escucharla, me recordó a Saida de alguna manera, por eso la agregué.
Bueno, Nubia y DIone hablaron por fin y al parecer, Nubia terminará ayudándola ¿o no?...Dione está haciendo todo eso por lo que siente por Saga.
Y sobre lo de Saida...hay algo que no está bien ¿cierto? porque Ébano estaba feliz al último. ¿Será que algo trama?
Nos vemos en el siguiente capítulo!!!...Gracias por seguir leyendo....y cualquier comentario o sugerencia, será bienvenida!!!
Cuídense!!!
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