Dolorosos recuerdos

**Si, contiene LEMON**

La mano de Máscara Mortal seguía presa y la otra estaba al tanto de lo que estaba comenzando. Aunque la mujer frente a él era voluble y con severos problemas de personalidad, era atractiva y el tenerla casi desnuda, muy cerca de él sólo aumentaba su libido y hacía que aquellos detalles tan molestos se hicieran a un lado. La mano libre le sujetaba de la cintura comienza a recorrer su pequeño cuerpo; le acaricia el vientre, la desliza por sus costados, al parecer eso le hace cosquillas, ya que ella intenta contener una leve risa deseosa que al mismo tiempo intenta no demostrar. Siguió bajando, acariciando sus muslos. Ella echó la cabeza hacia atrás, adrenalina corría por su cuerpo y esperaba más de eso.

Ella tomó el largo cabello púrpura de su espalda y lo hace a un lado. Ella acercó su rostro al oído de Máscara Mortal y comenzó a susurrarle algo incomprensible, sin más esmero sus labios subieron u al fin se encontraron con los de él, no tuvo reparo en aquel apasionado contacto. Sus labios se movían infundidos confianza, como si fueran deslices amenamente practicados. Marlenne acercó su vientre a él, sus pieles se tocaron anhelando algo más serio. Las cosas deben ahora de subir un poco más de nivel, la mano de Máscara Mortal subió y atrapó uno de los senos de la joven sin pena alguna.

Marlenne separó sus labios de él y reprimía su gemido sellando sus labios con un mordisco propio. Cerró los ojos y poco a poco fue abriéndolos, su mirada era de clara diversión. Máscara Mortal se esperaba lo que fuera: un empujón, un golpe bajo, más besos apasionados o por fin el sexo premeditado...estaba preparado para todo, menos para esa sonrisa que marcaba desconfianza. Y es ahora el quien se sorprende, no sabe cómo reaccionar a eso.

-Te he dicho ya que odio de los hombres ¿no?...Pues esto te enseña a que yo también puedo tener el control.- Dijo ella sentándose en el lugar de a lado y buscando la cajetilla de cigarrillos como si no hubiera pasado nada. Esto molestó a Máscara Mortal además de sentirse profundamente confundido.

-¿¡Qué demonios fue eso?!.- Demandó saber. ¿Acaso ella sólo lo hizo para burlarse de él?

-Se llama "entretenimiento", nada es seguro en esta vida...-Contestó ella poniendo un cigarrillo en su boca, ahora comenzaba a buscar el encendedor.

-¡¿Sólo me provocaste para después dejarme excitado?!.- Estaba furioso.

-Más o menos, el caso es que yo también me excité.- Confesó sin mucha emoción.

-Eres una...-La última palabra se la guardó, su mano seguía presa de las esposas, cómo deseaba romper aquello y largarse de ahí.

Marlenne apartó el cigarrillo de su boca, no encontraba el mechero y le parecía un fastidio seguir buscando mientras escuchaba las maldiciones de Máscara Mortal, ese hombre era irritable pero le atraía algo inexplicable. Sus caricias le hacían sentir un extraño calor en su interior, quería seguir sintiendo sus manos recorrerle el cuerpo, el calor de sus labios contra su piel eran enloquecedores, eran complacientes aquellos minutos de hervor.

-Por el bien de tu unidad móvil y tu integridad, será mejor que me des las llaves de estas cosas y me dejes ir.- Decía él lo más calmado que pudo.

-No tengo mucho y lo poco que tengo...¿Lo quieres destruir?...¡Vamos! No me vengas con amenazas.- Suspiró y se recargó bien en el asiento.- Mejor dime cómo te sientes después de todo esto...

-¡Eres una desquiciada! ¡¿Cómo puedes preguntarme eso?!...Mi humor ahora es una mierda y tú lo que haces es aumentarlo...¿Acaso quieres que te conteste que estoy bien?...¡Por favor!

-Deja de gritar, sólo quería abrir un nuevo tema de conversación...-Máscara Mortal tenía en mente varios insultos y hasta parecía inventar unos nuevos, Marlenne siendo una casi desconocida para él hacía que sacara lo peor de sí mismo.- ¿En qué piensas?

-En ti.- Lo dijo en el peor de los sentidos y con una ironía incalculable pero Marlenne sabiendo esto siguió con el juego.

-¿De qué manera? ¿Vestida? ¿Semidesnuda? ¿Desnuda? ¿Recordando la acción de hace minutos?

Increíblemente, la facilidad para decir esas cosas sin titubeos hizo que él se sintiera más incómodo de lo normal y un ligero enrojecimiento iluminó sus mejillas, Marlenne percatándose de eso se sintió más atraída.

-¿A que juegas?.- Preguntó con fastidio asesino Máscara Mortal.

-Sólo quiero medir tu nivel, además de lo ya contado.

-¿Nivel de qué mierda?.- Preguntó casi fuera de sí.

-¿Es que no deseas tocarme? ¿Sentirme de nuevo?...-Mientras preguntaba con fogosidad sus manos resbalaban alrededor de su silueta, Máscara Mortal seguía los movimientos de sus manos, una intensidad volvía a emerger fuera del coraje.- ¿No quieres tocarme?...A pesar de todo este embrollo tienes algo que me excita y yo sí deseo tocar cada milímetro de tu piel, probarte, morderte mientras tocas aquellos lugares inestables de mi cuerpo. El calor en el cuerpo de Máscara Mortal incrementó descomunalmente, la voz de Marlenne y la vista que reflejaba habían hecho más que las caricias anteriores, no puedo evitar el imaginar todo lo descrito.-¿Te has excitado de nuevo?...no te culpo yo estoy igual.- Confesó idólatra.- Ven vamos a jugar.

Ella volvió a incorporarse encima de él y comenzó a lamer su oreja antes de hablar.

-No me vas a manejar a tu antojo.- Dijo firmemente aunque conteniéndose.

-Ya no pretendo manejarte, lo harás todo tú.- Marlenne estrechó su cuerpo lo más cerca de él que pudo.- Puedes gritar todo lo que quieras, insultarme si tu quieres, no importa...no podemos negar esta facilidad de excitación, vamos a continuar con lo que empezamos.- Le dice, lamió su mejilla y descendió hasta su cuello el cual mordió furtivamente. Él hizo la cabeza hacia atrás, le estorbaba la cabecera.- Te voy a soltar...y tú decidirás marcharte o quedarte.- Marlenne sacó la llave de las esposas y procedió a abrirlas antes de quitar el metal de la mano de él, lo miró fijamente, estaba segura de que él se marcharía. Marlenne tiró las esposas cerca de los frenos.

-Te acabas de meter en un problema...¿Lo sabías?.- Pronunció él con agostamiento.

-Haz lo que quieras.- Dijo con normalidad. Marlenne se dispuso a parpadear naturalmente y sin esperarlo, terminó siendo empujada al otro asiento y cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, Máscara Mortal estaba encima de ella. Él tiró de la palanca y el respaldo cayó hasta casi tocar el asiento de atrás.

Marlenne tragó saliva mientras lo miraba, estaba desconcertada y no hizo nada para evitar demostrarlo. Máscara Mortal la observó también y deslizó sus labios a modo de malicia.

-Debo admitir que me caes mejor cuando te pones así...vulnerable.- Dijo él seguro.

-No estoy vulnerable.- Casi titubeaba.- Sólo prefiero quedarme callada.

-Mejor así.- Contestó él mientras se separaba un poco de ella, sus movimientos dejaban muy en claro algo...Iba a quitárselo todo. Marlenne se limitó a admirarlo, estaba tan perpleja que no sabía cómo actuar. ¿Por qué sentía vergüenza ahora que lo tenía frente a ella casi desnudo? ¿Por qué pensaba en una excusa para salir corriendo de allí?

Co sólo la prenda inferior disponible, Máscara Mortal se acercó a ella besándola furtivamente, con el mayor de los descaros mordía sus labios y su boca deseaba sacarle todo el aire de los pulmones. Los besos eran un elixir increíble e imposible poder resistirse a ello, pronto la vergüenza cambio a un calor inquietante y aunque él la besara un millón de veces incrementando más su apetito sexual, sus besos ya no serían suficientes.

Máscara Mortal tomó posesión de sus labios una vez más, tenían mejor movilidad. Marlenne mantuvo los ojos abiertos con la intención de hacerle creer que aquello no tenía efecto en ella pero lo cierto era que no quería escapar de él. Se estaba haciendo adicta a sus besos; le encantaba cómo dominaba su boca y su lengua. La sensación de su cuerpo contra el de ella era electrizante. Deseaba más contacto, y sus manos, en otros lugares más íntimos.

Como si él sintiera su necesidad, deslizó su mano desde la mejilla hasta su pecho, acariciando la punta endurecida hasta que ella tembló incontrolablemente. El enseguida dejó de besarla y se inclinó para besar lo que antes sus dedos habían acariciado.

Marlenne tensó sus extremidades cuando él le empezó a lamer los pechos. La sensación de succión le provocó escalofríos de placer por todo el cuerpo. Él la obligó a permanecer tumbada poniéndole la mano sobre el estómago mientras seguía succionando su pezón.

Cuando su mano bajó aún más y se deslizó entre sus piernas, el placer se redobló y en pocos segundos se triplicó. Máscara Mortal parecía saber exactamente lo que le gustaba, y mientras, su boca permanecía sobre su pezón, lamiendo, succionando o mordiendo.

Pronto ella deseó aún más. No sólo sus dedos, sino a él. ¡A él! ¡Era fantástico!

Nunca había deseado así a un hombre, ni siquiera recordaba haberse sentido así con su "esposo" y eso que lo había amado. Nunca había deseado el sexo tanto como ahora. Nunca había deseado que un hombre se hundiera profundamente en su cuerpo. Pero quería a ese tipo de genio variable y escasa paciencia, y lo quería ya.

-Hazlo ya.- Dijo ella mordiendo su labio inferior. Necesitaba un orgasmo, y lo necesitaba ya.

-¿Ya?.- Preguntó irónico.

-¿No te quedó claro?

-Sí pero lo reitero...te prefiero callada así que obedece.- Le ordenó él con brusquedad y continuó moviendo sus dedos en su profundidad.

La cabeza de Marlenne iba de un lado al otro, con la boca abierta y el cuerpo tomado por la tensión. El pecho hinchado, el vientre tenso y los músculos internos buscando los dedos de Máscara Mortal.

Gritó cuando llegó el primer espasmo. Después siguieron otros que la hicieron desear que aquello continuara para siempre.

Por desgracia, no fue así, sino que fueron decayendo en intensidad hasta que se detuvieron. Ella gimió, lánguida y sin fuerza. Momentos después él separó su mano y luego todo el resto de su cuerpo. Marlenne estaba agitada y a pesar de su explosión interna tuvo la rapidez de sacar algo de una pequeña bolsa suya que estaba en el suelo. Sin decir nada más, le extendió el preservativo a él, no había nada qué decir, sólo qué hacer, en eso aprovechó para desnudarse por completo y luego volver a recargarse en el asiento. Cuando Marlenne volvió a sentir cerca a Máscara Mortal sintió que la piel se le erizaba. Él se colocó sobre ella y se apoyó en los codos, la erección estaba contra su estómago.

-Levanta las rodillas.- Le susurró.

Ella ni siquiera se planteó desobedecerle, su cuerpo no se lo permitía además, no era el tipo de hombre que soportara que le llevaran la contraria en un momento semejante. Sin más qué esperar, fue deslizándose lentamente dentro de ella.

Marlenne tragó saliva y rodeó Máscara Mortal con sus piernas, aprisionándolo más a ella para sentirlo más profundo. Ella apretó los brazos de él, esperaba más intensidad. Máscara Mortal entendiendo sus movimientos hizo lo que él le decía y él la penetró aún más profundamente, haciendo que ella contuviera la respiración. Quería hablar, quejarse nada más para molestarlo pero esos movimientos desde luego le quitaron las ganas de hablar a Marlenne. Ella le rodeó la espalda con las piernas y pronto sintió que sus caderas se levantaban y lo acompañaba en su balanceo. Bajó las manos hasta clavar las uñas en su trasero, llevándolo más profundamente dentro de ella.

-Voy a llegar...ya.- Dijo entre jadeos Máscara Mortal y momentos después los movimientos iban desacelerándose.

Llegaron a la vez, y se estremecieron a la vez pero eso no se quedaría hasta ahí...la noche aún iba a ser larga.

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Saida estaba sentada algo apartada de los diferentes grupos que se habían creado. Ella observaba despacio a cada uno de los presentes, se veían muy divertidos y eso era contagioso, inútil ocultar alguna sonrisa. Aun así, ella se levantó de su lugar y salió del local para tomar aire fresco.

Afuera era notable el cambio de temperatura, ligeramente se abrazó a sí misma y luego se sentó en el escalón de la entrada. Miró el cielo oscuro y se perdió en él unos momentos, se sentía con total alegría, estaba rodeada de personas admirables y con quienes se la pasaba bien, ojalá así se sintiera por mucho tiempo.

-¿Te han dejado sola?.- Saida giró la cabeza y se encontró con Dione quien salía también del lugar.

-Yo he decidido salir un rato.- Sonrió la pelirroja. Dione bajó el escalón y se sentó a su lado poniendo sus manos sobre sus rodillas.

-¿Te has aburrido?

-No...he platicado con muchas personas hoy y hace un momento estaba con Kanon pero decidí separarme un poco, estaba platicando con los demás y yo no coincidía mucho en esas conversaciones, así que decidí alejarme y salir.- Explicaba.

-Te entiendo, suele pasar.- Dione levantó la mirada, el viento acariciaba sus mejillas delicadamente y en un dos por tres, se perdió en sus pensamientos.

Un silencio se creó de inmediato, cada una pensaba cosas diferentes y por sus reacciones, eran emociones diferentes.

Saida observó a Dione de reojo, la sonrisa que segundos atrás había coincidido en su rostro ya no estaba, sólo una tenue melancolía y un brillo inusual en sus ojos.

-¿Te encuentras bien?.- Preguntó Saida esperando poder ayudarla sea lo que sea, a lo mejor sólo quería hablar con alguien y ahora que lo pensaba, ya no había tenido una conversación profunda con Dione desde que llegó al Santuario de nuevo.

Dione tardó en contestar, incluso demasiado que Saida se había incomodado, su instinto había cometido un error y estaba por disculparse.

-Recordaba el pasado y pensaba en el presente y futuro que una vez imaginé.- Dijo Dione de repente.- Han pasado años y la esperanza aún no ha muerto.

Saida escuchaba atentamente cada palabra, no era difícil deducir que hablaba de Saga.

-Supongo que es normal, este día estuvo lleno de emociones.- Volvió a sonreír.

-Sí...y no sólo de Kanon, también las mías...¿Sabes?...Cuando leímos la carta de Kanon que escribieron mis hijas tenía ganas de llorar y más de un sentimiento sobresalía.- Movió sus labios de tal manera que estos rozaran con sus dientes.- Tristeza, felicidad y coraje...esos serían unos de los que puedo describir.

-Pero...¿Por qué exactamente?.- Saida quería comprender mejor de lo que hablaba para poderla ayudar. Dione la miró vulnerable pero continúo hablando.

-El destino jugó muchas veces conmigo, me hacía creer ciertas cosas que me hacían feliz y luego, de un momento a otro ya me encontraba llorando, sufriendo...-Suspiró.- Cuando conocí a Saga jamás me imaginé que mi vida sería esta...cuando entendí mi amor hacia él fue lindo y cuando supe que nuestros sentimientos eran mutuos no podía estar más agradecida...después de eso nos separamos por un tiempo y así estuvimos varias veces.- Pasó sus dedos por sus pestañas como quitándose una basurilla o limpiándose alguna lágrima que había brotado.- La escena de la última vez que lo vi la tengo muy clavada en mi cabeza y siento coraje por no haber tenido la fuerza para poder hacer algo por él...tal vez si yo hubiera hecho más por Saga él estaría aquí conmigo...con nosotros.- Era inútil seguir evitándolo por más tiempo, sus ojos ya expresaban más brillo a punto de romperse.

-No te culpes, nadie sabía lo que iba a suceder.- Le dijo Saida poniendo sus manos en sus hombros.

-Claro que no...pero es que muchas veces me he preguntado...¿Por qué yo?...-Las lágrimas ya caían sobre la piel de su rostro y Saida no supo que más decir. ¿Qué palabras utilizar ante aquel quebranto?.- He sido fuerte por mis hijas pero no puedo acabar con esta necesidad de encontrarlo, ahora más que nunca sé que está en peligro, lo he comprobado.- Decía lentamente mientras se acordaba de Zacros, aquella alma malvada que se había apoderado de Saga y que había tenido el descaro de presentarse ante ella.

Saida arrugó la frente, no sabía ahora de por qué tanta seguridad en Dione mientras le explicaba.

-No sé qué decirte, no entiendo por lo que estás pasando.- Decía cohibida.

-Es cruel, una sensación triste...que el destino te aleje de las personas que amas de una forma dolorosa.- Se limpió su cara con los dedos y a pesar de la tristeza sonrió para Saida.- Tú estás bien con Kanon, se nota que ambos se quieren.- Mientras decía esto, Saida no controló el rubor de sus mejillas.- Es agradable verlos felices y sinceramente me gustaría verlos así por mucho tiempo más.

Saida no sabía qué contestar, le halagaba escuchar eso y también se preguntó a sí misma qué pasaría si Kanon y ella se separaban de esa manera, en circunstancias forzosas en vez de una decisión mutua. Esto le hizo rememorar aquellas veces en que había discutido con Kanon sobre sus sentimientos, unos que ella ya había desarrollado y él no parecía compartirlos. Había dejado de lado el tema sobre el amor desde aquella vez en que Greco se burló de ella sin embargo se seguía preguntando si Kanon había cambiado de idea después de varios años. Sabía que la quería, se lo había demostrado varias veces además de habérselo dicho pero...¿Sería solo cariño o un amor más profundo?

Ver a Dione de esa manera le dio una punzada, era una mujer fuerte y con un amor tan grande y profundo que era repartido entre sus hijas y en la esperanza de estar con Saga de nuevo. La admiraba por su fuerza y ella no creía que podría hacer lo mismo si algo así le pasara.

-No he hablado con Kanon sobre nosotros...me refiero a...bueno, él no es de los que expresan sus sentimientos así que...

-No sabes si te ama ¿verdad?...No estás segura porque no te lo ha dicho.- Saida afirmó moviendo la cabeza únicamente.- Saga tampoco era así sin embargo nunca dejó de sorprenderme, con el tiempo te das cuenta de cómo son realmente y de lo que son capaces de hacer.- Seguía diciendo Dione.- Yo te aconsejo que hables con él sobre eso pero también ten en cuenta de que si no usa las palabras, usa las acciones y por lo que he visto...él está loco por ti.- Sonrió más y se levantó del escalón.- Vamos adentro o pronto vendrán a buscarnos.

Saida miró por última vez el cielo y luego se levantó también, se sentía nerviosa ahora...no iba a poder quitarse esos pensamientos tan fácilmente, ahora había que aclararlos.

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Ambrosía seguía caminando por las calles que colindaban el centro de Atenas. Estaba buscando a Shaka por los alrededores pero no había encontrado ningún rastro de él. Se comunicó a su móvil y este parecía apagado, en resumen...Shaka si estaba enojado y no sabía exactamente qué le había molestado tanto. Ambrosía no tuvo la precaución de llevarse algo más que le cubriera, era muy tarde y la temperatura bajó mucho. Se abrazó a sí misma sin dejar de caminar y frotaba sus brazos con sus manos. Su mirada grisácea escaneaba cada rincón, cada espacio oscuro y luminoso de las calles pero Shaka no estaba. Cuando fijó la vista al horizonte vio el Santuario a lo lejos y pensó en lo obvio.

-Espero que estés ahí Shaka.- Dijo a sí misma mientras se disponía a caminar en aquella dirección.

-¿Estar en dónde?.- Ambrosía se detuvo al escuchar una voz más que sería detrás de ella. Se giró en sus propios talones y soltó un suspiro al ver de quien se trataba.

-Shaka...menos mal, te estaba buscando y me dirigía al Santuario...

-Bueno...te has quitado un peso de encima.- Dijo rotundamente, no era difícil llegar a la conclusión de que estaba enfadado aún.- Ahora que me has encontrado y te has evitado camino por recorrer, dime...¿Para qué me buscabas?

-Pues...para aclarar las cosas.- Decía Ambrosía lentamente, tenía que pensar en las palabras correctas.- Sobre lo de hace rato...yo...

-Si es por eso no te preocupes, no hay nada de qué hablar.

Ambrosía alzó las cejas con recelo, prácticamente Shaka estaba vetando el tema de conversación.

-Pero es necesario, yo utilicé mal mis palabras, no quería...

-Tampoco te preocupes por eso, he entendido muy bien y lo que me dijiste no va a alterar las cosas, mi opinión hacia ti no va a cambiar.- Hizo un gesto delicado como si se esforzara en sonreír obviamente con ironía.- Ya es tarde y deberías ir con los demás.

-No seas así Shaka, en serio tengo qué hablar contigo.- Insistía Ambrosía, tenía esa necesidad de aclarar todo ese embrollo verbal.

-¿Quieres hablar ahora que existe un "mal entendido" que antes cuando todo estaba mejor?.- Demandó saber Shaka sin exaltarse, Ambrosía se quedó callada por completo y bajó un poco el rostro.- Dejemos las cosas así, no hay ningún problema...-Seguía diciendo y cada vez notaba el bajo ánimo que estaba teniendo Ambrosía, cabía decir que él se estaba sintiendo mal de verla así pero a pesar de ser un caballero pacifista también contaba con orgullo.- Te acompañaré de regreso, no quiero que te regreses sola.- Shaka dio media vuelta, fuera o no su enojo muy pronunciado tampoco podía dejarla ahí estancada o que se fuera sola a altas horas de la noche.

Ambrosía ya no dijo más, comprendió que sería inútil hablar con él ahora, lo había dejado muy claro...no iba a hablar de ese tema ahora y esperaba que no fuera tan grande su orgullo como para no dejarle aclarar después.

Unas cuantas horas después...

Después de un gran rato de diversión, decidieron terminar con la fiesta, ya era muy tarde y aunque algunos querían continuar otros decidieron retirarse antes por los niños quienes ya estaban cansados y muy dormidos, habían jugado bastante.

Los primeros en retirarse habían sido Aioros con Darlenne en brazos y Aioria quien lo acompañaba, también Dione, Saida y Kanon quien cargaba a ambas gemelas dormidas, los demás apenas iban a irse a sus hogares, no había de qué preocuparse pues Shion los ayudaría en el viaje.

Templo de Géminis

Kanon recostó a las gemelas y Dione enseguida comenzó a arroparlas no sin antes quitarles los zapatos. Les besó la frente y ambos salieron del dormitorio. Dione masajeó su rostro, prosiguió a bostezar.

-Yo también iré a descansar, ha sido un día muy largo.- Decía Dione limpiándose lágrimas de cansancio de sus ojos.

-Haces bien, nosotros también dormiremos pronto.- Dijo Kanon pasando las manos detrás de su nuca.

-Entonces nos vemos en un rato más, hoy me he desvelado más de lo normal....que descanses.- Volvió a bostezar y luego miró a Saida quien también se veía cansada.- Descansa Saida, nos vemos en la mañana.

-Gracias, igual tú.- Correspondió Saida y de inmediato entró Dione al dormitorio dispuesta a dormir.

Saida se acercó al sofá para sentarse y quitarse los zapatos, sintió un gran alivio cuando estuvieron desnudos sus pies.

-¿Quieres dormir ahora?.- Preguntó Kanon sentándose a su lado.

-Sólo en un rato más.- Dijo distraída, estaba muy pensativa y Kanon se lo tomó personal, como si actuara cortante con él.

-¿Querías hacer algo?.- Preguntó alzando una ceja.

-No hay muchas cosas que podamos hacer.- Kanon sonrió de una forma lasciva.

-Pues lo que tenía en mente se va a tener que posponer, hay personas presentes.

Saida sintió frío en su espalda, bien sabía a lo que se estaba refiriendo. Se levantó del sofá tratando de ocultar el enrojecimiento de su rostro.

-Yo no pensaba en eso, sólo quiero hundirme en filosofías.- Dijo antes de caminar hacia la salida del templo.

Kanon no tenía ni idea de lo que le pasaba a Saida, en conclusión, le estaban dando esos ataques femeninos que no entendía y que eran molestos. ¿Por qué en vez de andar con misterios no se lo decía directamente? Eso de jugar al detective era agotador pero no había de otra. Echo la cabeza hacia atrás y de un solo movimiento se levantó también del sofá.

Saida llegó a la salida, con la sola idea de hablar con él sobre ese tema le alborotaba los nervios, ya se imaginaba una discusión como veces anteriores, la iba a mandar de paseo con todo y su romance.

Saida...-Llamó Kanon detrás de ella. Saida se mordió ambos labios, su corazón latía con más fuerza.- ¿Qué tienes?.- Preguntó y Saida se volteó para mirarlo, apenas había abierto sus labios unos milímetros y fue interrumpida.- Juro que si me contestas con un "nada" te encierro en el baño.- Amenazó mecánicamente.

-Yo no iba a decir eso.- Mintió.

-Pues eso espero.- Se cruzó de brazos.- Si estás enojada conmigo déjame decirte que no sé qué diablos hice ahora...también espero que no te hayas ofendido por estar hablando con los demás.

-No estoy enojada.- Recalcó.- Y mucho menos por eso, eso no tiene porqué molestarme.

-Entonces habla...

Kanon era directo y no se la dejaba muy fácil a Saida, ella ni siquiera tenía idea de cómo expresárselo, incluso ya se estaba arrepintiendo y entablar una excusa sería mucho más fácil pero sería fallarse a sí misma.

-Kanon...sé que lo que te voy a decir te va a molestar, ya no había tocado el tema precisamente por eso pero es que...necesito saber si han cambiado las cosas.- La mirada jade de Kanon se había suavizado y ella esperaba que no cambiara.- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?...¿Qué pensaste en esos momentos?.- Kanon no sabía a donde quería llegar con esas preguntas pero aún así recordó aquellos momentos.

-Sí, me acuerdo...- Contestó y Saida esperaba escuchar algo más explicativo.

-¿Y bien?.- Insistió.

-¿Quieres saber la verdad?...¿Sobre lo primero que pensé cuando te vi?.- La pregunta provocó duda en Saida, ya no estaba tan segura de saberlo.

-S-Sí...

-Bueno...creía y estaba seguro de que serías una más.- Sintetizó, Saida se quedó aturdida por la sinceridad de Kanon.- Pero cuando me hablaste indiferente algo cambió y luego comencé a observarte...cada rasgo...

Saida se incomodó, le miraba de una manera que rompía sus barreras.

-B-Bien...voy a hacerte otra pregunta...

-Algo me decía que no serías como otras y era interesante conocer esa parte de ti.- Kanon continuó ignorando el cambio de tema de Saida.

-Está bien y ahora...-Una vez más quería cambiar de tema, ya ni siquiera le aguantaba la mirada. Kanon se fue acercando cada vez más.

-No me equivoqué Saida, si eras diferente y eso me atontó...- Su voz fue cada vez más cautivadora, el corazón de Saida explotaría antes de que su rostro se volviera carmín, ni en mil ocasiones más se acostumbraría a esa sensación que él le provocaba.

Saida casi terminó arrinconada a la pared del templo, le gustaba lo que le decía...Demonios...¡Cuántas ganas tenía de besarlo!...pero tenía que aguantarse y terminar con su conversación.

-¿En serio?

-Sí...y lo demás prefiero guardármelo.- Sonrió curioso.- ¿Y tú qué pensaste de mí?

-Que eras un pervertido.- Dedujo con una gran sonrisa, la expresión de Kanon fue graciosa.

-Vaya, yo intento ser romántico pero tú me ganas.- Dijo irónico y claramente divertido también.

-Tenía qué decirlo...y ahora...¿Recuerdas que muchas veces discutimos porque yo...quería que tú...?.- Saida tomó aire para explicarse mejor sin detenerse.- ¿Recuerdas que me dijiste que no creías en el amor?...Esa razón fue suficiente para tener diferencias.

Kanon se quedó en silencio, no se veía asombrado y Saida ya esperaba un reproche.

-Sí me acuerdo.- Contestó segundos después.- ¿Qué te perturba de eso?

-Es que quiero saber sí opinas lo mismo que aquella vez.- Concluyó sintiendo algo de alivio, ya había dicho lo que quería expresar ahora sólo tocaba esperar una respuesta de Kanon.

Kanon deslizó media sonrisa y luego se apartó de ella, se recargó en la pared justo a lado de Saida y dejó de mirarla.

-¿Eso es todo?.- Preguntó casi como si fuera algo insignificante. Saida abrió la boca incrédula.

-Sí, eso es todo...¿Me puedes contestar?.- Tras ver que él no parecía querer contestarle sintió una gran desilusión, ya sabía que no debía tocar ese tema, había idealizado cosas que no existían.- Está bien, no es obligatorio que contestes, ya me imagino tu respuesta.- Kanon le miró de nuevo sin enfado en sus ojos.

-Saida...¿Quieres saber si me he enamorado de ti?.- Preguntó él.

Exactamente eso quería saber pero era más fácil decirlo de la otra manera y que él formulara la pregunta era inesperado.

-Si crees en el amor sí.- Repuso y Kanon negó.

-Lo que quieres saber es lo que yo te pregunté.- Rectificó Kanon y Saida sentía sus manos temblorosas.

-Bueno sí, eso...-Dijo por fin.- Pero no sé para que me quiero escucharlo, sé que no eres de los que expresan eso, ya te conozco...y descuida, no me siento mal ni nada.- Saida estaba por entrar al templo de nuevo pero al segundo paso se giró a verlo con más firmeza.- Muy bien, no engaño a nadie con eso...sí quisiera saberlo, quisiera escucharlo y esto porque no quiero hacerme falsas ilusiones, sé que me quieres pero quiero saber qué tanto...- Saida sentía un nudo en la garganta y a Kanon parecía que se le dificultaba dar una respuesta.

-Es...difícil.- Dijo Kanon entrecortado.

-¿Con un abrazo? Eso sería más sencillo.- Esa era su última opción, si no podía decirlo directamente con palabras al menos quería que la estrechara en sus brazos pero Kanon no se movió. Saida sentía ardor en su garganta, quería llorar y morder su labio inferior era una forma de reprimirlo.- No hay cuidado, está bien...entiendo.- Saida simuló un bostezo y estiró los brazos hacia arriba, quería irse de ahí.- Ha sido una larga noche...creo que es hora de ir a descansar un poco, buenas noches.- Dijo ella sin mirarlo de nuevo y una vez más dio media vuelta para entrar al templo y desahogarse con la almohada. Justo después de entrar iba directo a acomodarse en el sofá o donde pudiera dormir y antes de dar un último suspiro de resignación, sintió un delicado jalón hacia atrás.- ¿Pero qué...?

Inmediatamente, sintió los brazos de Kanon rodearle los hombros y las clavículas. Kanon recargó su rostro en la nuca de Saida mientras la abrazaba con firmeza peros su labios estaban sellados.

Saida no podía creer lo que estaba pasando hasta que cayó en cuenta.

"Me está abrazando...¿eso significa que...?" Pensó con alegría mientras una lágrima caía de su ojo. Alzó sus manos y tomaron los brazos de Kanon, su corazón se sentía más ilusionado que antes.

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Templo de Sagitario

Darlenne no había despertado ni un segundo desde que Aioros la cargó y la depositó en su respectiva cama, ni siquiera se había esperado a que Aioros le contara un cuento antes de dormir, no era necesario.

Aioros estaba por recostarse pero además del cansancio, le sería difícil conciliar el sueño si sus emociones estaban agitadas. No dejaba de pensar en lo que había pasado aquella noche con Danna...¿Qué pensaría ella de él?...Se sentía apenado por ese atrevimiento. Aioros fue a la cocina por un gran vaso de agua fría, ojalá eso lo ayudara a tranquilizarse.

Cuando estaba en la cocina bebió con rapidez un vaso de agua sin detenerse y enseguida se sirvió más agua. Bebió el segundo vaso y recargó las manos en la mesa, el agua le había enfriado la garganta pero no los pensamientos, era una tontería haber pensado que el agua calmaría aquello. Aioros ligeramente frustrado se quitó la playera y luego fue a apagar las luces del templo. Cuando pensaba encontrarse en la oscuridad del templo, una luz natural alumbraba las entradas.

La luz de la luna era intensa esa noche...Aioros miró largamente la luz y luego caminó hacia ella hasta llegar casi a la salida donde podía apreciarse bien la luna con gran resplandor. Una vez había visto la luna de esa manera y un nombre se le vino a la cabeza.

-Nubia...-Dijo en susurro y cerró los ojos. Recordaba su rostro, su cabello negro formando el contorno de su cara, sus labios rosados...sus ojos cárdenas.

Sintió más culpa, esas esperanzas de volverla a ver las había hecho a un lado cuando besó a Danna por impulso.

Aioros agitó la cabeza, estaba tan confundido...Sabía que seguía enamorado de Nubia, ese sentimiento no había cambiado pero...¿Entonces qué había con Danna?...¿Qué iba a hacer ahora?

-¿Por qué tenías qué irte Nubia?...-Preguntó para sí mismo pero pronto cambió su pregunta por una más amarga.- ¿Por qué tuve que hacerte daño?

Sí, aún no olvidaba y jamás olvidaría aquella vez que daño a Nubia con su flecha mientras estaba en trance, un hecho que no se perdonaría.

FLASHBACK

Aioros estiró la cuerda del arco fijando bien a Nubia con la flecha. La oji lila lo veía tan seguro de atacarla que empezaba a perder la esperanza hasta que vio que Aioros no hacía un movimiento más para lanzar esa flecha.

-¿Qué estás esperando? Atácala.- Dijo Morfeo entre dientes al ver la duda en Aioros.

Nubia tragó saliva y se mordió el labio inferior.

-Tú descubriste hasta lo que yo ya dudaba...y era el afecto que yo podía dar, desvaneciste toda oscuridad en mi corazón y no sabes cuánto te lo agradezco.- Nubia sentía que sus lágrimas fluían.- Sin ti no sé qué hubiera sido ahora de mí pero lo que sí sé es que no creo poder sentir por alguien más lo que siento por ti...quiero volver a estar con el Aioros que conozco, que me cambió y quien defiende lo que quiere a pesar de todo.- Aioros seguía mirándola de frente pero no bajaba el arma, parecía escucharla pero sólo eso.- Aioros...reacciona...

Morfeo irritable tocó el hombro de Aioros con fuerza.

-¡Lánzala!.- Ordenó y Nubia abrió un poco los labios. Aioros estiró un poco más la flecha y luego la soltó. Nubia veía la flecha acercarse hacia ella, hasta la veía como si se tratase de cámara lenta.

La flecha se clavó en el pecho de Nubia y la fuerza y velocidad de esta le hizo caer de espaldas contra el suelo. Nubia abría la boca del dolor de la flecha en su cuerpo y una lágrima descendía al costado de su ojo. Morfeo reía al verla en el suelo con media flecha atravesada, Mabel también sonreía.

-¡Nubia!.- Exclamó Saori al verla caer, ella avanzó hacia a ella con velocidad y le tomó de la cabeza con cuidado pues entre más la movía a Nubia le afectaba más.- Tranquila...yo te ayudaré.- Saori tomó la flecha con su mano pero Nubia se quejó más.- Debo quitarla o te afectará más.

-No...duele demasiado.- Dijo Nubia llorando más, respirar le dolía.

-Pero si no te la quito te afectará más.

-No importa...lo que importa es que Aioros esté mejor...ayúdalo a él.

-Bien hecho, sabía que no te resistirías a mis órdenes.- Dijo Morfeo a Aioros orgulloso. Aioros no dejaba de ver a Nubia en el suelo.- Ahora hay que irnos, tenemos muchas cosas que hacer.- Avanzaba Morfeo queriendo que Aioros hiciera lo mismo pero este se puso recio.- Dije que nos fuéramos.- Aioros no hizo caso y caminó hacia enfrente.- ¿Qué haces?

Aioros se puso frente a Saori y Nubia y se puso de cuclillas. Saori esperaba que no la siguiera atacando. Aioros hizo hacia tras su cabeza y pestañeó varias veces, su impresión y que le agobio fue ver a Nubia herida.

-Nubia...-Dijo Aioros tomándole del rostro y mirando la flecha.- ¿Yo hice esto?.- Preguntó sintiendo rechazo a sí mismo.

-Aioros...-Dijo Nubia antes de quejarse de nuevo.

-No te culpes, estabas siendo manipulado.- Le dijo Saori.- Aioros hizo varios gestos al tratar de comprimir sus lágrimas. Los ojos de Aioros se fijaron en él. Morfeo sentía una confusión pues Aioros había despejado sus manipulaciones de un momento a otro. Aioros respiraba con furia.

Aioros miró a Nubia sintiéndose de lo peor y acarició su frente.

-Tengo que quitarte esto.

Nubia negaba con la cabeza.

-No...voy a morirme de todas maneras.

-¡No voy a dejar que te mueras!.- Aioros tomó la flecha y la sacó del pecho de Nubia, ella se quejó por el movimiento pero poco a poco se sintió mejor. Aioros arrojó la flecha y siguió tomando de su rostro.- Por favor ayúdala.- Le dijo a Saori.

Saori asintió y puso una mano sobre el pecho de Nubia, elevó su cosmos para curarla pero nada sucedía.

-No lo entiendo...no funciona.

Aioros comenzaba a estresarse más y abrazó a Nubia sintiendo más rabia acumulada.

-Perdóname...no...no fue mi intención.- Miró a Nubia quien se desvanecía poco a poco.- No sé qué haré sin ti...buscaré ayuda de quien sea pero por favor, no te vayas.- Hundió su rostro en el pecho de Nubia, ella apenas y pudo levantar la mano para acariciar los cabellos de él.

FIN FLASHBACK

Aioros apretó sus puños. ¿Acaso era tan débil como para dejarse manipular?...Lastimó a quien más amaba y gracias a eso Nubia no estaba con él, le había fallado a ella y a su hija.

Respiró hondamente y volvió a mirar la luna.

FLASHBACK

Aioros tenía a Darlenne en brazos, estaba cada vez más grande y se parecía mucho a Nubia, siempre se la recordaba y a través de ella se imaginaba sus ojos cárdenas, esos de los que primero se enamoró. Aioros tomó la mano de su bebé mientras le mecía y caminó hacia la salida del templo para observar la luna la cual estaba muy blanca y redonda.

Aioros suspiró observándola con detenimiento y luego miró a Darlenne dedicándole una sonrisa llena de amor.

-Yo estaré siempre para ti...nunca te dejaré sola.- Le decía a su bebé mientras la abrazaba y sus ojos volvían a ver la luna.- Buscaré a tu madre hasta por debajo de las piedras...lo prometo.

FIN FLASHBACK

Tried to walk together / Tratamos de caminar juntos

But the night was growing dark / Pero la noche fue haciéndose más oscura

Thought you were beside me / Pensé que estabas a mi lado

But I reached and you were gone / pero te busqué y tu te habías ido

Sometimes I hear you calling / A veces te oigo llamarme

From some lost and distant shore / Desde algún lugar perdido y distante

I hear you crying softly before the way it was before / Te oigo llorar suavemente por lo que fue antes

Esa había sido la vez en que vio una luna tan brillante como ahora.

-Nubia...¿Estarás observando la luna?.- Se preguntó ya con menos esperanza, a lo mejor Nubia ya no vivía, a lo mejor después de desaparecer aquella noche murió por el veneno de la flecha...si no apareció en varios años. ¿Por qué lo haría ahora?...Co el dolor en su pecho debía ser más realista y tomar en cuenta aquella posibilidad de una vez por todas, una tristeza sumergida opacó su corazón.

Where are you now? / ¿Dónde estás ahora?

Are you lost? / ¿Éstas perdida?

Will I find you again? / ¿Voy a encontrarte de nuevo?

Are you alone? / ¿Estás sola?

Are you afraid? / ¿Estás asustada?

Are you searching for me? / ¿Estás buscándome?

Why did you go? I had to stay / ¿Por qué te fuiste? Yo tuve que quedarme

Now I'm reaching for you / Ahora estoy buscándote

Will you wait? Will you wait? / ¿Esperarás? ¿Esperarás?

Will I see you again? / ¿Te veré de nuevo?

En otro lado...

Nubia estaba acostada, claramente no podía dormir y sólo estaba dando vueltas en la cama, la imagen de Aioros se le había venido a la cabeza de golpe.

-No puedo pensar en esto.- Se dijo a sí misma mientras se quitaba la cobija de encima y se disponía a levantarse de la cama.

Minutos después, Nubia salió de la casa y estaba golpeando un árbol con sus puños, se hacía daño con la corteza pero eso era lo de menos, entre más se negaba a pensar en Aioros más se le clavaban aquellos recuerdos que compartió con él.

Ya frustrada por completo dejó de golpear y recargó su frente en el árbol, su respiración estaba agitada, no podía detenerla. Nubia dejó caerse sin dejar de mirar sus manos con algo de sangre.

You took it with you when you left / Te lo llevaste contigo cuando te fuiste

These scars are just a trace / Estas cicatrices son sólo un rastro

Now it wonders lost and wounded / Ahora vaga perdido y herido

This heart that I misplaced / este corazón que he perdido

Where are you now? / ¿Dónde estás ahora?

Are you lost? / ¿Éstas perdido?

Will I find you again? / ¿Voy a encontrarte de nuevo?

Are you alone? / ¿Estás solo?

Are you afraid? / ¿Estás asustado?

Are you searching for me? / ¿Estás buscándome?

Why did you go? I had to stay / ¿Por qué te fuiste? Yo tuve que quedarme

Now I'm reaching for you / Ahora estoy buscándote

Will you wait? Will you wait? / ¿Esperarás? ¿Esperarás?

Will I see you again? / ¿Te veré de nuevo?

Nubia cerró los ojos, ella había decidido alejarse de él y de su hija para protegerlos pero es algo que ellos no entenderían.

-Aioros...si tan solo pudiera verte de nuevo...-Dijo tras un largo suspiro, ese deseo era algo imposible de cumplir, al menos ahora.

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