Como son las cosas



Al día siguiente...

Habían pasado varias tensiones el día anterior las cuales seguían muy presentes a tan sólo algunas horas transcurridas, lo que significaba, que pocas cosas podrían mejorar o podrían empeorar.

Santuario de Athena.

Morada.

8:24 a.m

Sory estaba dormida, había logrado poder dormir hace tres horas, el coraje y la decepción habían sido su tormento. Sine estaba ya arreglada para un nuevo día de labores en el Santuario sin embargo, ver a Sory dormida a esas horas cuando era ella la más puntual de las demás, era algo difícil de ignorar.

-Sory...¿De verdad sigues dormida?.- Preguntó a una distancia corta de la cama de la morena, ella no se movió.- Ya es un poco tarde Sory.- Insistió Sine, esta vez, Sory tomó su almohada y la puso encima de su cara. Algo no estaba tan bien.- ¿Dormiste muy tarde?

-Eufrosine...esa era una señal para que me dejaras dormir, no para que me siguieras cuestionando.- Dijo Sory a través de la almohada.

-Te dejaría dormir pero no creo que sea buen momento.- Dijo la rubia. Sory se sentó sobre la cama soltando de mala gana la almohada. Pasó con sus manos el cabello de su frente hacia atrás y se quedó abrazando sus rodillas.- ¿Te sientes mal?

-No...al menos no físicamente.- Respondió desganada.

-¿Entonces? ¿Quieres contarme?

Sory iba a desahogarse con Sine, era la primera que le preguntaba directamente si algo malo le ocurría. Sin embargo, Clara entró a la morada algo apresurada hasta que vio a Sory en cama.

-Pensé que ya estaban listas.- Dijo ligeramente sorprendida.

-Ya casi...vine a buscar a Sory pero se quedó dormida.- Respondió Sine.

-Es mi culpa, ya enseguida estoy lista.- Dijo Sory aguantándose de nuevo las ganas que tenía de ser escuchada por alguien.

-Sabes que no te presionaría y menos si puedes sentirte mal pero como hoy vendrá a trabajar una persona nueva, Saori y Shion quieren que todos estén presentes para cuando llegue.- Explicaba Clara.

-¿Quién vendrá?.- Preguntó Sory escéptica.

-Una chica policía.- Respondió Clara.

-No sabía que el Santuario necesitara seguridad a ese punto.- Dijo Sory poniendo los pies en el suelo.

-Digamos que es un bien social, por cierto...ella no debe saber que los demás son caballeros y que ellos se encargan de cuidar todo este lugar.- Seguía diciendo Clara. Sory frunció el ceño, no comprendía el punto del favor.

-Es para ayudarla, ya les explico mejor en el camino.

-Bien...sólo dame quince minutos y estoy lista.- Decía Sory.

-Sí, está bien, ella se supone debe estar en la entrada del Santuario a las nueve.- Dijo Clara.


Mientras tanto...

Marlenne había llegado al Santuario desde hace varios minutos, de la emoción que sentía por volver a trabajar de lo que ella sabía era inexplicable, aunque no era precisamente igual a su trabajo anterior pero la emoción ahí estaba. Su apariencia era casi igual a la del día anterior sólo que esta vez llevaba puesto un uniforme que habla guardado y cuidado por mucho tiempo.

Marlenne sin mucha autorización, atravesó por los templos; en Aries, Mu no se encontraba, en Tauro, Aldebarán estaba tomando una ducha y en Géminis no había nadie por lo que no le fue difícil llegar al cuarto templo rápidamente.

Una vez ahí, Marlenne entró al lugar observando hasta el más mínimo rincón con un sentido crítico. Después de haber pasado por varios templos, exactamente ese se encontraba en una condición menos pulcra a lo que polvo se refiere. La decoración era todavía más oscura que los anteriores y las cosas estaban desordenadas. Marlenne pasó por la sala y tomó uno de los cojines que estaba tirado en el suelo descaradamente y lo puso en su lugar. Siguió pasando por el templo y se detuvo en el momento en que vio un sillón de masajes, lo púnico que verdaderamente se destacaba y lo que más impactó a su curioseo.

Ella no dudó en sentarse en el sillón y ponerlo funcionar, el sillón empezó a masajearle la espalda y las piernas.

Máscara Mortal, o ya conocido como Ángelo, estaba saliendo de su habitación apenas con sus bóxer y su cabello totalmente despeinado. Se dirigía a la cocina a beber una lata de soda. Una vez que tenía la bebida entre su mano, comenzó a beberla a tragos largos. Tomó el control remoto que por suerte estaba en la mesa. Encendió el televisor y empezó a disfrutar de lo primero que vio, no obstante, había un ruido al que apenas le estaba prestando atención, ese sonido se parecía a...Ángelo se fue directamente al sillón de masajes y vio ahí a Marlenne relajándose con los ojos cerrados, que alguien invadiera su propiedad o que usara sus cosas sin su consentimiento era lo que menos toleraba.

-¡¿Qué mierda haces?!.- Preguntó enojado sin embargo, Marlenne abrió apenas un ojo cin indiferencia.

-Recibo un masaje en tu sillón...empiezo a relajarme.- Dijo tranquilamente lo que propició más el coraje de Ángelo.

-¡Nadie te dio permiso!

-Guarda silencio, ya te dije que estoy relajándome y además aún faltan algunos minutos más.- Dijo exasperando por completo al caballero. Ángelo tomó del brazo a Marlenne amenazándola con levantarla a la fuerza.

-Si no te quitas de donde estás, créeme que no seré nada considerado.

Marlenne lo miró de arriba abajo y sonrió provocativamente, sólo para molestarlo.

-Es la segunda vez que me recibes con tan escasa ropa...¿Es acaso una propuesta indirecta?.- Preguntó coquetamente, Ángelo la soltó, había re cordado que apenas y llevaba algo puesto pero eso no quitaba su enfado.

-Lárgate de mí templo...-Dijo entre dientes, Marlenne puso sus manos atrás de su cabeza y cruzó las piernas.

-No veo porqué debería irme.

-Porque estás en mi templo, en mi propiedad y eres la primera en atreverte a invadirlo.- Marlenne alzó las cejas con cierta mofa.

-¿La primera? ¿No ha estado otra mujer aquí antes?

-Sólo cuando vienen de paso.

-Ok, déjame especificar mi pregunta...¿Ha estado alguna mujer aquí con la que hayas tenido sexo?

-No...¿Qué tiene de importante eso?

-Nada, supongo que debo sentirme especial.- Sonrió de oreja a oreja con cinismo.- Porque entonces significa que yo soy la primera con la que has tenido sexo y que ha estado en tu cuchitril...y sentada tomando masajes en tu sillón.

-¡Lárgate!.- Gritó muy enojado, tanto que se acercó a ella con su mirada psicótica.- Se me va a olvidar que eres una mujer y te voy a echar de aquí como si fueras cualquier cosa.

Marlenne lo miraba directamente, lo tenía muy cerca y a pesar del enfado que tenía, en ella no provocaba miedo o temor, no sabía cómo explicarlo pero le gustaba verlo enojado especialmente con ella. Ella se levantó del sillón y se puso frente a él, alzando un poco la mirada por la diferencia de alturas.

-Quisiera ver que cómo me sacas de aquí y yo te dejaré con la boca abierta.- Dijo a modo de reto lo que disgustó aún más a Ángelo.

Él la tomó de los brazos y la alzó para luego llevarla a la salida, a pesar de que el agarre era brusco y ejercía presión en la blanca piel de Marlenne, ella no lo detenía, sólo lo miraba directamente.

-Estoy harto de ti...harto de que busques siempre una forma de hacerme rabiar...- Protestaba Ángelo. Antes de que llegaran a la salida del templo, Ángelo la miró a los ojos, comprendió mejor que ella sólo se divertía con eso.- Tienes buen sentido del humor ¿no? Espero te sigas riendo cuando te tire al suelo como costal de basura.

-Sí, eso ya lo veré pero...antes...-Marlenne agachó lo suficiente la cara hasta llegar a los labios de Ángelo y besarlo. Ángelo se detuvo y la soltó de improviso, Marlenne tuvo suerte de mantener el equilibrio.

-¡¿Qué demonios me hiciste?!.- Dio un paso hacia atrás, desde ahí observó mejor a Marlenne y el traje de policía que llevaba puesto, uno muy ajustado y en buen estado pero sobre todo ajustado, sabía cómo destacar las curvas de su cuerpo y para cierto punto de vista, a Ángelo le resultaba excitante y muy sexy.

-Te besé y lo seguiré haciendo si sigues metiéndote conmigo.- Fue acercándose a él.- Cierra esa boca o entrarán las moscas.- Dijo poniendo un dedo bajo la barbilla de Ángelo, él le quitó la mano.

-No tengo la boca abierta.- Recalcó.

-Eso puedes negarlo pero al menos no podrás ocultar esa marca que tienes.- Le dijo rozando sus labios rápidamente, el no alcanzó a entender por qué se lo decía.- Te recomiendo que te vayas a cambiar antes de que alguien entre y malinterprete nuestra enemistad por un acto de desencadenamiento sexual.

-¿Qué me hiciste en la cara?.- Preguntó aún con la duda en la mente.

-Tienes un poco de mi labial.- Indicó. Ángelo se fijó por un espejo que había en una de las paredes y efectivamente, su boca estaba marcada del color vino del labial de Marlenne.- Por cierto...es indeleble, así que no se quitará tan fácil.- Dijo riéndose.

-Hija de...

Para acabar con su conversión, escucharon que alguien se acercaba al templo. Ángelo apresurado se fue a su habitación a cambiar lo más rápido que pudo mientras que Marlenne se cruzó de brazos a la vez que esperaba al recién llegado que era nada más y nada menos que Aioria.

-Buenos días señorita, ha llegado más temprano de lo que se esperaba.- Dijo Aioria tomando por sorpresa a Marlenne en el templo de Cáncer.

-Soy ante-puntual.- Dijo con orgullo y diversión.- Me gusta llegar temprano.

-¿Se ha encontrado con la señorita Saori o con el Patriarca Shion?

-No, no me he topado con nadie más que no sea Ángelo y tú.

-¿Ángelo?.- Le resultaba muy extraño usar ese nombre en Máscara Mortal.- ¿Y él dónde está?

Antes de que pudiera contestar Marlenne, Ángelo salió de la habitación acomodándose la camiseta negra.

-Ahí está...- Dijo Marlenne desinteresada, Aioria pestañeó un par de veces al ver a Ángelo p mejor aún, la marca que tenía en sus labios.- Bueno...yo me regreso a la entrada, no vaya a ser que ya varios me estén esperando ahí.- Dijo marchándose al sentir que Aioria se dio cuenta del labial en la cara de Ángelo.

-¿Qué miras?.- Preguntó hostilmente Ángelo tratando de cubrirse la boca con discreción.

-No quiero saber demasiado lo que ocurrió aquí...Ustedes se conocen ¿cierto?

-Apenas.- Respondió cortante.- ¿Por qué? ¿Te gusta? Te la presento y así sirve que deja de molestarme.

-No me gusta y sabes bien que estoy con Marín.- Dijo molesto por la propuesta de Ángelo, este alzó los hombros y fue a mirarse de nuevo al espejo, la marca oscura seguía así.- Si te lo pregunto es porque sabes bien todo el borlote que le pasó a Aioros cuando andaba detrás de Nubia o lo que le pasó a Saga y a Dione cuando Athena se enteró de lo que había pasado en el templo...

-Ajá...¿Y yo que tengo que ver en eso?.- Preguntó frío y se masajeaba los labios fuertemente para limpiarlos, un fracaso.

-Que podría pasarte lo mismo si no tienes cuidado.- Dijo Aioria alzando la mirada, Ángelo lo miró con ojos de lanza y se acercó a él con fiereza.

-Escúchame bien gato...yo no tengo nada que ver con esa tipa y no tendré problemas con ella, yo mismo buscaré la forma de que se largue de aquí....Athena y Shion olvidarán su idea "solidaria" y le pedirán que se vaya...mientras tú encárgate de tu vida y no andes inventando que tengo algo que ver con ella.

-Tienes labial en la cara...y supongo que estabas desnudo cuando llegué o no quiero saberlo...pero es tu vida, yo tengo mis problemas.

-Pues como dicen por ahí..."Vete por la sombra".- Dijo Ángelo mientras iba de muy mal humor a su habitación. Aioria pasó una mano por su cuello, ya estaba acostumbrado a las "sutiles" despedidas de Ángelo.

Aioria sin perder más el tiempo se dirigía a la entrada del Santuario, Marín había ido con su hijo de compras y él quedó de alcanzarlos, no debía tardarse más o ella se desesperaría.

***

Saida estaba sentada en una silla de jardín, el clima era un poco frío pero había querido permanecer en el aire libre, pensando intensivamente lo que le había pasado con Kanon. Ese sentimiento de impotencia le acarreaba a la ansiedad y a su vez le provocaba tristeza: Kanon la había rechazado de nuevo, la había alejado de su vida y ella no sabía cómo lidiar con la mezcla de sentimientos.

Tristán la miraba a lo lejos, tenía las manos dentro de las bolsas de su nuevo pantalón. Para él y para nadie había sido una sorpresa que Saida estaba triste y él no encontraba la manera de acercarse a ella. Sienna bebía una taza de té mientras también la veía por la ventana de la cocina, tampoco sabía qué decirle a Saida, estaba embarazada y cuando le iba a decir a Kanon sobre eso, él determinó su destino.

Sienna suspiró a la vez que soplaba el vapor del té y sorbía un poco del líquido de nuevo.

-Cuando Saida está mal yo me pongo igual.- Dijo ella captando la atención de Tristán quien la miró neutral.- Ha sido mi amiga desde hace mucho tiempo y hemos sido muy unidas...verla así sin poder hacerla feliz es triste, yo sé que lo único que la pondría mejor es que Kanon recapacite lo que le dijo.

Tristán medio frunció el ceño y se recargo en la pared.

-¿Ya la había lastimado antes?

-Sí...pero no puedo decir que todo haya sido triste en su vida con él, fueron más momentos agradables pero lo que más detonó fue que él creyera que Saida es alguien que obviamente no es.

-¿A qué te refieres?

Sienna dejó la taza de té en la encimera y miró hacia el suelo.

-Creo que te estoy contando algo que no debo, no es que sea grosera si no que no sé si Saida quisiera que te enteraras, además de que podrías tratarnos de locas.

-Depende de la perspectiva, hay muchas cosas que para unos puede ser una locura y para otros algo común, así que de eso no habrá crítica de mi parte y en cuanto a lo de si ella quiere que yo me entere de su vida podría respetar la decisión, sea cual sea pero no sabré dar mi punto de vista si no sé nada...

Sienna se lo pensaba bien, las palabras que acaba de escuchar de Tristán habían sido las más largas que había escuchado de él y sin embargo le habían convencido a cierto punto y más el hecho de que no habían consultado con un hombre ese tipo de situaciones, podría servir de mucho un consejo desde el punto de vista masculino aunque seguía estando segura que no le creería cuando le hable sobre caballeros, diosas y más fantasía.

-Está bien, pero por el momento esto se queda entre nosotros...te explicaré.- Dijo Sienna y aunque no lo pareciera mucho, Tristán estaba muy atento a lo que fuera a decirle.- Hace unos días, Saida y Kanon seguían juntos pero una tarde hubo un altercado en Rodorio...unos enemigos de armaduras estuvieron atacando y ellos además de otros conocidos estuvieron ahí y los enemigos dejaron de atacar y al parecer se acercaron a Saida y dijeron que ella era una diosa, la que les había ordenado que hicieran todo eso...-Sienna miró a Tristán, él había alzado las cejas.- ¡Te lo dije! Parece que lo saqué de un libro o una película pero no es así...eso en verdad pasó sólo que yo no estuve presente para contártelo detalle por detalle.

-Malinterpretas mi reacción, no me puse así porque no te crea si no porque no entiendo a qué se referían con que Saida fue quien les ordenó.

-Pues yo tampoco pero el caso es que casi todos creyeron que sí era una diosa, que es mala, que es su enemiga...y no es cierto.

-Y tus conocidos y ese tal Kanon...¿Quiénes son?

-Son caballeros, sirven a una diosa que se llama Athena.- Tristán alzó más las cejas y Sienna resopló largamente.- Vuelves a poner esa mirada y te dejo de contar.

-Así que Kanon es un caballero...Saida se enamoró de él.- Dijo más pensativo, meditaba la situación más que nadie y desvió la mirada.

-Sí pero eso fue mucho antes, se conocen desde hace más de cinco años...el punto es que está embarazada, él no quiere estar más con ella y casi todos creen que es Nix.

Tristán alzó la mirada, clavándole directamente en Sienna, el asombro fue más palpable que antes.

-¿Qué dijiste?

-Que se conocieron hace más de cinco años y que...

-No no no....lo último.

-¿Qué él no quiere estar con ella?

-¡No!...Mencionaste el nombre de Nix...¿Cierto?

-Sí, pues creen que ella es Nix...la verdad no sé de esa diosa o quien quiera que sea o porque esos sujetos dijeron que Saida los había mandado.

-¿Sabes cómo eran?.- Preguntó más interesado y se podía notar cierta preocupación.

-Sólo sé que tenían armaduras.

-¿Y qué más?

-¿Cómo que qué más? Seguramente tenían ojos y manos.- Dijo Sienna sarcástica, Tristán pasó sus manos por sus cabellos y Sienna se extrañó por el cambio de actitud en él.- ¿Qué sucede?

-Necesito saber cómo eran...-Dijo para luego salir al jardín.

-Pero...-Sienna iba a ir tras él pero no cruzó el marco de la puerta de cristal por dos razones; porque Tristán iba con paso firme y demasiado rápido y la otra porque Afrodita estaba marcándole a su móvil, esta vez sí contestó.- ¿Qué pasa Afrodita?

-Tenemos que hablar...ya fue suficiente de rechazos, quedamos en eso.

-No creo que sea un buen momento para hablar de nosotros.

-No pienso ser grosero, sólo quiero platicar contigo y aclarar ciertas cosas...además de hablar sobre ese par de "incomprendidos"

-De eso si quiero hablar, me interesa saber qué le pasa por la cabeza a Kanon.- Dijo entre dientes.

-No soy terapeuta de Kanon ni tampoco su "Pepe grillo" pero sí quiero ayudarlos, ayudarte...

-¿Quieres ayudar a Saida y a Kanon?

-Y a ti, eres su amiga.- Añadió sin tantas vueltas.- Además de que el bruto de Kanon está enfrascado en buscar una carta que le dejó Dione.

-Hablaremos de todo cuando esté allá...¿Estás en el Santuario?

-Sí, aquí te espero.

Sienna tomó sus cosas y salió de la mansión, no se preocuparía demasiado por Saida porque Tristán estaba con ella, no sabía qué quería saber exactamente Tristán o porque su repentino interés en saber sobre los sujetos extraños pero Saida sabría darle mejor indicaciones.

Por otro lado, Tristán se acercó a Saida quien no parecía notar su presencia. Él no quiso llamar su atención repentinamente para no asustarla, sólo se paró a su lado sin embargo no podía quitarse de la cabeza que hubieran engañado así a Saida y a otros...¿Ella ser la reencarnación de Nix? Una total mentira y él lo sabía mejor que nadie, alguien debía estar detrás de todo eso y quería saber quién.

Saida pasó su cabello rojo detrás de sus orejas y por un simple movimiento miró a su lado, ahía estaba Tristán absorto en sus pensamientos.

-¿Has estado aquí por mucho tiempo?.- Preguntó ella. Tristán la miró con angustia.

-No...acabo de llegar.- Dijo sentándose en la silla de a lado y puso las manos sobre la mesa de fierro.- ¿Ya cómo te sientes?

-Bien...mejor.- Contestó ella con la mirada al frente, él sabía que le estaba mintiendo.- ¿Necesitabas algo?.- Preguntó, posiblemente la había ido a buscar porque no encontraba su habitación o algo que necesitara.

-He venido a preguntarte algo.- Sintetizó, para él no existían las indirectas o los rodeos.- Me enteré que atacaron en la ciudad, unas personas extrañas y que después de eso te dijeron que eres una diosa...

-S-Sí...-Dijo Saida perpleja por lo directo que podía ser Tristán.- ¿Por qué? ¿Te lo contó Sienna?

-Sí pero lo que quiero saber es...¿Cómo eran sus armaduras? ¿Pudiste verle la cara a alguno?

Saida humedeció sus labios mientras recordaba la escena, si había visto las armaduras, no perfectamente pero podía describirlas sin embargo de lo que más se acordaba era de esos ojos azules y maliciosos, de ese ser que usurpaba el cuerpo de Saga...de el que la llamó "Nix".

-Las armaduras eran diferentes, algunas parecían ser unas chicas pero sus armaduras eran diferentes a la de los hombres, en ellas predominaban algunos colores mientras que en los de ellos eran oscuros, eran negras sus armaduras y el diseño cambiaba favorablemente...sólo a uno le vi la cara...tenía unos ojos azules claro, eran muy penetrantes y evocaban cierta malicia...él fue quien me llamó Nix y después todos se reverenciaron ante mí.

-¿Sabes algo más acerca de él?.- Preguntó uniendo sus conclusiones.

-No...no que yo sepa.- Dijo Saida dudando, así duró varios segundos hasta que...-Espera...creo que...- Tristán la miró esperando que algo importante fuera a decirle.- Hace años, en el Santuario de Athena...alguien manipuló el cuerpo del hermano de Kanon, un ser lleno de maldad y gracias a él, Saga no pudo estar cerca de su familia...a decir verdad, es el mismo sujeto que me dijo Nix.

-¿Ellos dos son el mismo?...¿Saga es el hermano de Kanon?

-Sí...y por eso él me alejó, él sigue pensando que yo soy Nix y que yo le hice eso a su hermano.

Tristán se levantó de la silla y miró una vez más el cielo, si sus especulaciones eran ciertas, tenía que actuar cuanto antes.

-Voy a salir, tú debes quedarte aquí.- Dijo él para luego caminar de regreso al interior de la mansión. Saida arrugó la frente y luego lo siguió.

-Espera...¿A dónde vas?

-No salgas hasta que yo regrese.- Le dijo esquivando la pregunta de la pelirroja. Saida avanzó más rápido y le tomó del brazo, Tristán se giró a verla.

-¿A dónde vas? ¿Por qué me hiciste todas esas preguntas?.- Cuestionó tratando de eliminar sus dudas.

-Es necesario saberlo, lo sabrás a su tiempo...por ahora no puedo decirte nada.- Tristán iba a irse por fin pero Saida lo tomó con más fuerza.

-No me gustan los acertijos...quiero saber por qué has decidido salir de repente después de haberme preguntado aquello.- Dijo con firmeza. Tristán se giró completamente a ella, la analizó con cuidado y pudo notar que la estaba incomodando, incluso en las mejillas de Saida se coloreaban de color rosado.

-Te lo contaré a su tiempo, ya te lo dije.- La tomó de los hombros y acercó su rostro a ella.- No tardaré...aquí estrás bien por ahora.- Le dijo para luego abrazarla de improvisto. Saida pestañeó perpleja, un nudo de confusiones se entrelazaba en su cabeza. ¿Por qué le decía eso?

Tristán se separó y se fue inmediatamente, no la miró de nuevo a los ojos, sólo la dejó con sus interrogantes.

***

Mary Anne cepillaba su cabello frente al espejo del tocador, no había podido dormir bien de nuevo y suponía que sería lo mismo hasta que su corazón comprendiera y aceptara. Había estado encerrada desde entonces pero hoy era diferente, esta vez quería salir y distraerse con algún evento del día. Se arregló casual y salió sin nada más que una libreta y un lápiz; eso sería suficiente.

Pasó alrededor de media hora y Mary Anne ya se encontraba en las calles de Rodorio, la habían animado ver que el ambiente era cordial entre los habitantes de allí. Pasó por un local de repostería y se compró lo primero que se le antojó, no había logrado comer nada por muchas horas pero esta vez tenía que ser diferente. Mientras iba comiendo su postré pasó cerca de unas pequeñas bancas cerca de un parque y se sentó en una de ellas. Terminó su postre y se puso a observar detenidamente los árboles de escasas hojas debido a la estación invernal. No hacía demasiado frío y eso estaba bien por ahora, no había llevado un suéter más grueso.

Tras más minutos procediendo, Mary Anne tomó su libreta y la abrió hasta encontrar unas hojas en blanco para enseguida, plasmar lo primero que se le viniera a la mente y lo estaba haciendo bien...estaba dibujando el árbol frente a sí pero con hojas y algunos brotes de flores, su imaginación estaba a tope y había perdido la noción del tiempo además de los pensamientos que la seguían lastimando.

-Étonnant...envidio tu perspectiva creativa.- Mary Anne separó la mirada de la libreta y el carbón del lápiz dejó marcado un punto en el papel, si ese día había comenzado a ser bueno en su totalidad. ¿Por qué tenía que llegar precisamente ella para arruinárselo? Ni siquiera tuvo la molestia de girarse hacia atrás y mirar a Denirha.- Yo pensaba que estarías en una cueva y en un charco de lágrimas.- Dijo burlándose con cinismo. Mary Anne la ignoró y continuó con su dibujo pero Denirha pronto le arrebató la libreta.- Aunque es un dibujo sencillo...creo que pagarían bien por él.- Una vez más se burlaba. Mary Anne se levantó de la banca y siguió caminando, alejándose de ella calmadamente. Denirha enarcó una ceja. ¿La estaba prescindiendo? Eso no lo permitiría, jamás recibiría una falta de respeto como esa. Se adelantó y con brusquedad hizo que Mary Anne la mirara.- Te dije que podrían pagar bien por este dibujo.- Casi le pone la libreta en la cara.

-Véndelo...no me importa.- Dijo soltándose de ella para seguir avanzando pero Denirha no estaba conforme.

-¿En serio no te importa? ¿Tan desalentada y decepcionada estás para que no te importe?.- Caminaba a su lado.

-Lo que tenga que ver contigo es lo que no me importa.- Dijo secamente, algo inusual en Mary Anne.

-Oye, yo no tengo la culpa de que estés dolida, enojada o deprimida por lo que pasó...enójate con Camus.- Dijo con más cinismo cargado en su voz.- ¿No ha intentado hacer las paces contigo? No me sorprende, seguro comprendió que ya no debía perder más el tiempo con ese juego.

Mary Anne se detuvo en seco, su mirada no era de las que expresaban rencor o ira o algo comparativo, simplemente se ponía seria y abandonaba su timidez...ese era signo de molestia en la francesa.

-¿Has venido nada más para hablarme de Camus? ¿No tienes más creatividad como para formar un tema interesante de conversación Denirha?.- Cuestionó y tomó la libreta que la otra mujer llevaba entre sus dedos, un acto que enfureció más a la mujer.

-¡No voy a permitir que me hables de esa manera! ¡Maldita amnésica!.- Exclamó con ira, Mary Anne no podía resistirse a eso.

-¿Entonces cómo debo hablarte Denirha? No puedo crearte un altar y hablarte como si nada hubieras hecho...me sorprende la forma en que dañas y cómo te desentiendes de tus actos.

-¿Qué? Yo ni hice nada, Camus fue el que te mintió.

-De cierta forma sí pero...¿Sabes algo Denirha? Él me hizo reír muchas veces, me hizo feliz y no voy a olvidar los buenos momentos que pasé con él por culpa de tus manipulaciones.

-¿Manipulaciones? ¿Acaso piensas perdonarlo después de lo que te hizo?.- Mary Anne suspiró y cerró los ojos por varios segundos, la actitud "desentendida" de Denirha resultaba irritante.

-Sé que me ocultó algo...sé que me pudo haber mentido y a pesar de que desconozco lo que ustedes dos vivieron...sé que él no tiene esa maldad de hacerme daño como tú lo haz hecho...tú me has perjudicado.

-¿Yo? ¿En qué?

-Me parece increíble que lo preguntes....Denirha, cuando te conocí yo jamás intenté llevarme mal contigo sino todo lo contrario, fuiste tú quien empezó a idearse una enemistad que nunca comprenderé y fuiste capaz de revisar mi diario y atreverte a hacer un libro con eso y como si no fuera suficiente, vuelves a aparecer en mi vida y vuelves a involucrarte para lastimarme...¿Te hice algo malo? Sólo contéstame eso.

Denirha no dijo nada, sólo movía sus labios de un lado a otro, obviamente no tenía una respuesta como tal para esa pregunta.

-Yo sólo hice lo que creí conveniente para mí...y deberías aceptar que no eres importante para Camus, si fuera así él estaría contigo.

-No está conmigo porque yo le dije que no quería verlo.- Se defendió.- Si no le hubiera dicho eso tal vez sí hubiera estado conmigo...pero lo cierto es que no le importas tampoco porque yo no lo veo cerca de ti.

-¿Y tú qué sabes? Tú no sabes de mi vida.

-Pero sé de lo que serías capaz para no ver a los demás felices...¿Esa es tu vocación? Denirha...le creo mil veces a Camus sobre de ti, estaba débil sentimentalmente por la noticia y por eso te creí al cien por ciento pero ahora que pude comprenderlo mejor entiendo que pudiste haber inventado algunas cosas...te lo repito, yo no te creo.

-Eso no me importa, cree lo que quieras, yo me siento satisfecha de que no serás feliz con Camus.

-Si no soy feliz con él es porque yo lo decidiré.- Agregó con firmeza.- He tomado una decisión respecto a él...en cuanto a ti, sólo tengo algo más que decirte...un consejo.- Denirha rio con ironía. ¿Recibir consejos de Mary Anne? Debería estar loca.

-¿Qué me puedes recomendar? ¿Qué no me fije en hombres ocupados o qué?

-Que dejes ser feliz a los demás, que dejes de involucrarte...que dejes de perjudicar...¿Qué acaso no puedes ser feliz de otra manera?.- La pregunta dejó ensombrecida a Denirha.- Yo no te odio Denirha, no podría odiarte y a pesar de lo que me has hecho yo no te deseo ningún mal sólo toma en cuenta de que el karma existe, el destino forja también lo que creamos...podrías lamentarlo algún día.

-Lo que lamento es escucharte...yo nunca me arrepentiré.

-Eso ya no depende de mí ni de nadie, sólo de ti...pero esta vez Denirha, no te pido...te exijo que dejes de meterte en mi vida...hablo en serio.

-¿Me estás amenazando?.- Se llevó las manos a la cintura.

-No, no es amenaza, sólo que a partir de ahora no voy a dejar que sigas lastimándome o lastimando a personas que quiero...déjame en paz y enfócate en ti...estoy segura de que tienes otras habilidades en vez de andar lastimando o robarte sus "proyectos".- Dijo Mary Anne cada vez más firme. Denirha no le dijo nada más lo cual demostraba la victoria.- No quiero volver a verte Denirha, te deseo éxito...en caso de que te esfuerces en ello...no cultives lo que en un futuro puedes saborear.- Concluyó la francesa.- Aurevoir.

Mary Anne se fue de allí y Denirha soltó un pisotón que le lastimó por el tacón.

-¿Algún día viviré lo que le he hecho a los demás?...No lo creo.- Dijo Denirha mientras buscaba en su móvil alguna otra diversión.- De todos modos ya había acabado contigo Mary Anne...Aurevoir.- Dijo para sí mientras se iba también del lugar.

***

Templo de Géminis.

Kanon estaba sentado en las escaleras del templo pensando en lo que había hablado con Saida, en lo poco que hablaron y en lo mucho que significó. No podía borrar tan fácilmente sus ojos tristes. ¿Será que estaba lastimándola de verdad? ¿Estaba siendo injusto con ella?

Kanon escuchó unos pasos acercándose y vio que se trataba de Camus, él no se exaltó ni nada, sólo se mantuvo en su lugar totalmente ajeno. Camus por otro lado estaba en una situación parecida, aunque no era de los que demostraba cómo se sentía, su ánimo estaba deplorable y se intentaba mantener muy firme con lo de Mary Anne, sabía que ella estaba muy decaída y por mucho que quisiera solucionar las cosas para hacerla sentir mejor...¿Sería capaz de aquello sabiendo que estaba así por su culpa? La culpa de poderle haber contado la verdad sobre Denirha y sobre su accidente a tiempo habría sido una buena opción pero nada de eso estaba ocurriendo, Denirha había empeorado todo por gusto.

-Hola.- Dijo Kanon saludando seriamente, Camus lo miró apenas respondiendo al saludo.

-Bonjour...¿Qué haces aquí afuera?

-Pensando...tengo que encontrar algo para decirles a las niñas, algo creíble...sobre su loca madre.

-¿No han preguntado por ella?

-Claro que sí pero les he dicho que había ido a comprarles algo impresionante y tardaría unos días en llegar, no se me ocurrió nada mejor.

-¿Cómo qué exactamente?

-No tengo ni la más minúscula idea, sólo sé que si se me siguen ocurriendo ese tipo de ideas tendré que empeñar la armadura de Saga, sus hijas salieron interesadas.- Dijo queriendo reírse, Camus ladeó una sonrisa.- ¿Y tú qué haces sin Milo?

-Eso se escuchó como si estuviera pegado a él.

-Casi casi, es más raro verte sin é que al revés.

-¿Me creerías si te digo que no sé dónde está? Desde ayer que no lo veo pero ese no es el problema.

-¿Ah no? ¿Tienes problemas?

Camus apretó los dientes, parecía que muy por dentro suyo necesitaba desahogarse con alguien y sin querer se había topado con alguien que estaba pasando más o menos por lo mismo.

-Se podría decir...

-Si es por mujeres ni me cuentes, gracias a ellas tengo migraña.- Dijo con hastío. Camus se quedó callado.- Además...sería el peor para darte esos consejos.- Dijo decaído esta vez.

Kanon escuchó de nuevo que alguien más se acercaba y vio que se trataba de Sine y de Sory, una más alegre que la otra.

-¿Hay reunión?.- Preguntó Sine.

-No...sólo una charla masculina.- Dijo Kanon levantándose.- Por cierto Sine...¿Tienes un poco de tiempo libre hoy?

-Ehmmm...sí, no hay mucho trabajo...¿Por qué? ¿Deseas que cuide a las niñas otra vez?

-Sí, debo salir a buscar algo.- Dijo Kanon son intenciones de dar más información.

-No te preocupes, puedo estar con ellas un rato aquí...¿Dónde están?

-En el dormitorio, están jugando a las escondidillas conmigo, estarán por buscarme.

-Oh...¿Y ya te están buscando?

-No pero no lo harán pronto, les pedí que contarán hasta mil, las enanas apenas y se saben ciertos números pero lo hice porque necesito tiempo antes de que se les ocurra preguntar dónde está Dione.- Explicó Kanon.

-Entonces me quedaré a jugar con ellas...¿Te quedas Sory?.- Preguntó Sine.

-No, la verdad es que no tengo muchos ánimos de jugar, además de que prefiero dar una vuelta por la ciudad.- Confesó la morena.

-Yo te acompaño, prefiero hacer lo mismo que estar en mi templo por ahora.- Dijo Camus.

-Yo voy con ustedes hasta cierto punto, Sine, te encargo a las niñas...oraré porque sigas sana y salva cuando vuelva.- Dijo Kanon bromeando.

-No me hicieron nada ayer, dudo que lo hagan ahora.- Sonrió Sine.

***

-¡Qué calor hace!...¿Aún falta mucho para llegar?.- La pregunta estaba ostentosa de fastidio y no era para menos pues la temperatura elevada no permitía que el viento calmara el calor, sentirse sofocado era una característica de quien no estaba acostumbrado a aquella vida.

La chica que estaba delante de la otra, se giró y la miró con mofa, ella lucía radiante, como si el Sol no le afectara para nada...su piel morena estaba intacta de sudor.

-Ya casi llegamos, sólo hay que rodear.

-¿Rodear?...¿Rodear qué? ¡Aquí no hay nada!.- Exclamó la otra chica bebiendo de la cantinflera, escurriendo el agua aún fresca por su boca.

-¿Ves esas ruinas?.- Señalaba a unos metros de ahí.- Sólo rodeamos los antiguos yacimientos y llegamos, ahí estará el inicio de la ciudad.

-¿Y ahí podremos comer algo?.- Preguntó secando el líquido de su boca con la mano, el agua se impregnaba en la piel fácilmente.

-Por supuesto, también dormiremos ahí si te parece.

-No tengo objeción alguna.

Dicho esto, ambas chicas siguieron caminando y llegaron a las ruinas. Los restos de estructura parecían ser de algún templo que fue destruido.

-¿En dónde estamos exactamente?

-En lo que alguna vez fue un templo dedicado a Sekhmet, una diosa temible dentro de nuestras creencias.- Explicaba la chica mientras seguía caminando y comportándose un tanto indiferente a las ruinas, en cambio la otra chica observaba detenidamente lo poco que quedaba de las construcciones.

-He escuchado un poco sobre ella pero no comprendo porque su templo ha sido atacado así.

-Por los enemigos que se revelaron hacia ella, no aceptaban sus determinaciones y terminaron fastidiándose...hace mucho tiempo, una chica quien supuestamente había sido la encarnación de Sekhmet fue agredida hasta la tortura, en realidad tenían miedo de que ella pudiera pasar sobre ellos.

-¿Y qué le pasó a ella?

-Es lo que no sabemos, algunos dicen que murió después, otros que su ira se transformó en algo más...otros más consideran que ella se unificó con otra diosa, de otra cultura pero es algo que no creo posible.

-Ni yo lo creería, dos deidades diferentes unificadas me es imposible de creer...¿Según con quien se unificó?

-Con Ramnusia.

-¿De Ática?.- Preguntó sobre impresionada la chica.

-Sí, ella...lo mismo le pasó a su templo, lo destruyeron hasta dejarlo cenizas, sólo por miedo a su poder pero son sólo mitos, no sabemos la verdad Shaina.

Shaina miró hacia el cielo y puso su mano por encima de sus ojos para cubrirse de los rayos del Sol. Hace mucho tiempo que se había alejado del Santuario y de Grecia para conocer más sobre otras culturas y ahora se encontraba en Egipto, cerca del Cairo.

-Es interesante saber todo esto...pero...después de lo que te pasó...¿No crees que algunos mitos sean ciertos Sailek?

-Algunos sí pero otros quedan en duda, esto sólo te lo menciono a ti ya que si alguien más de la ciudad se entera de lo que realmente pienso podría resultar fatal, una razón más por la que decidí alejarme de aquí, la esclavitud aún está presente.

-¿De verdad? ¿No ha parado?

-No...y empeoró estos últimos años y quiero saber por qué, los rumores fueron muy fuertes.

Sailek si bien recordamos, fue una chica que fue capturada por Morfeo para crear un veneno que le quitara la divinidad a Nubia. Aunque permaneció algún tiempo en el Santuario, pronto viajó junto con Shaina y desde entonces se volvieron más unidas.

Shaina observó cuidadosamente la última estructura de las tuinas, en ella estaba dibujada forzosamente una imagen u tanto difícil de descifrar a simple vista. Se acercó más y pasó sus dedos por los jeroglíficos que parecían sobre montados de lo original. Analizó con cuidado y le pareció ver a una mujer hincada y atada de brazos a los extremos, ella estaba de cabeza. A lado de la imagen había un escrito que claramente no entendía.

-"Y su sangre fue derramada para mantener su alma destructora dentro hasta su muerte".- Dijo Sailek leyendo la escritura, Shaina la miró sorprendida a cierto punto.

-¿Qué quiere decir eso?

-Te lo explicaré cuando lleguemos a casa, mientras tanto no menciones nada sobre esto...debemos mantener discreción, es un tema delicado.

***

Sory se había separado tanto de Camus como de Kanon, cada quien tenía cosas que pensar, qué resolver y sobretodo querían estar solos...igual que ella. Se compró una malteada mientras iba caminando por las calles y trataba de aclarar su cabeza o más bien de alejar la imagen de Milo de ella. Sea lo que sea que le estuviera pasando con él, quería aferrarse a la idea de que estaba sensible por lo que le estaba haciendo Milo. Se suponía que no debía ponerse así...que debía tomarlo como algo pasajero, Milo era su amigo con privilegios y ya. ¿Por qué se sentía mal?

-Esto se me está complicando, no debo sentirme así.- Se decía a sí misma para levantar su ánimo.

-Disculpe señorita...¿Sabe dónde está la calle Madlesten?

Sory miró a su lado y vio a un chico con un plano en mano, no fue difícil darse cuenta de que se trataba de un turista además de que el acento desentonaba.

-No está muy lejos de aquí, sólo es a un par de cuadras.- Indicaba Sory con su mano.

-Oh muchas gracias, nos has ayudado.- Dijo el chico a la vez que otro llegaba con una botella de agua.- Mi amigo y yo estamos perdidos, llevamos casi dos horas buscando la calle.

-¿En serio? ¿De dónde vienen?.- Preguntó Sory.

-De Bosnia.- Respondió el otro.- Somos de estudiantes de intercambio.

-Ya entiendo...si quieren les pudo indicar mejor donde es, los puedo acompañar al princiío de la calle, se ven agotados.

-De hecho sí...tenemos hambre...¿Conoces un buen lugar para comer?

-Hay varios pero conozco uno cerca y bueno.- Respondió Sory con mucha amabilidad.

-Entonces te invitamos a comer algo por agradecimiento...claro si quieres.

-Por supuesto, no tengo inconveniente.- Mientras Sory terminaba de presentarse ante los chicos y se marchaba. Milo había estado cerca de ahí para encontrarse con Savannah quien nuevamente le canceló la cita y justo terminando de ver el mensaje de ella, vio a Sory platicando con unos chicos y luego yéndose con ellos con mucha simpatía...apretó los puños con firmeza, hasta quedar la marca de su móvil en la palma.

Santuario

Templo de Athena.

Saori había salido junto con Shion después de haber presentado a Marlenne a los que estuvieron presentes en el Santuario templo por templo. Marlenne ya había conocido a la mayoría y animada había comenzado a ejercer su trabajo que era vigilar ese templo hasta que regresaran Saori y Shion. ¿El asunto? Saber sobre la amazona que estaba por llegar al Santuario.

Pero lejos de eso, algo extraño pasaba en el Santuario...

Eufrosine subía los últimos escalones con calma, las manos estaban ocupadas por una charola con comida y colgando levaba una bolsa negra con algo dentro. Iba a ver a Nubia. La respiración de la chica estaba agitada por la distancia, le resultaba muy cansado.

-A buena hora decidí venir.- Decía para sí hasta que llegó al último escalón. Eufrosine miró la entrada del templo largamente y sin querer tragó saliva como si se tratara de pasar un limón por una pajilla, estaba sumamente nerviosa, incluso la bandeja se movía a causa de su reacción. Sine dio un paso al frente antes de ser interceptada por alguien.

-Tú...-Sine se giró bruscamente hacia donde estaba la voz que le llamaba.

-¿Q-Qué? ¿Deseas...algo?.- Preguntó ella a la defensiva. Marlenne quien se acercaba a ella, arqueó una ceja y resopló al ver su reacción poco favorable.

-Me presentaron contigo hace rato pero no recuerdo tu nombre.

-¿Eh?

Marlenne miró al cielo y pasó un restante de cabello por encima de su oreja.

-En el tercer templo...estabas con unas niñas jugando, no recuerdo ttu nombre.- Se cruzó de brazos.

-Yo...ehhh...bueno es que...es un nombre difícil de pronunciar.

-No me lo pareció, sé que es griego pero no lo sé...-Marlenne mientras trataba de recordar su nombre, vio la charola de comida que dejaba mucho que desear.- ¿Para quién es eso?

-Para...para la secuestrada.- Dijo sin pensar demasiado.

-¿Secuestrada?...Ahhhh....hablas de esa chica reclusa ¿no?

-S-Sí...si hablamos de una que tiene poca paciencia, cabello negro y ojos hostiles color cárdeno...sí, es ella, si no te importa...le llevaré esto.- Iba a ignorar a Marlenne, no quería ser descubierta.

-Por cierto...Eufrosine...te recomendaría que no te acercaras mucho a ella.- La rubia se giró sobresaltada, Marlenne reía al ver su reacción.- Me acordé de tu nombre...

-Ah...sí claro, así me llamo...

-Bueno, suerte...debo regresar a mi puesto de trabajo.- Dijo poniéndose seria de repente y alejándose de ahí. Sine bajó los labios con desconcierto.

-Es una mujer extraña...igual que Nubia.- Alzó los hombros y entró al templo.

Marlenne encendía un cigarrillo mientras miraba a Seiya quien subía los últimos escalones del templo.

-Era Sine ¿Verdad?

-Sí...¿Por qué?

-Escuché que le llevaría comida a Nubia.

-Sí, por un segundo habría creído que no la alimentaban.- Bromeó Marlenne con su estilo.

-Saori no es mala, ni siquiera con ella.- Dijo Seiya.- Hace un momento fui a buscar a Máscara Mortal pero no quiso salir, me echó del templo.- Comentó notando como ligeramente sonreía Marlenne.

-¿Y quién es él?

-¿Máscara Mortal?.- Preguntó perplejo.- Tenía entendido que se conocían.

Marlenne supuso que los rumores habían corrido como pólvora y eso que no sabían lo que habían hecho días anteriores.

-No tengo el gusto pero supongo que no saldrá de su madriguera hasta que encuentre una solución a su cara.

-¿A su cara?...-Preguntó esperando una respuesta pues había resultado más confundido que antes pero Marlenne cambió de tema drásticamente.

Dentro del templo, Eufrosine buscaba la habitación donde podría estar Nubia, lo único que consideraba oportuno era que no había nadie en el interior del templo, sólo debía cuidarse de que nadie más entrara. Depositó la bandeja en un sofá y tras observar con mucho detalle el templo, vio que una de las puertas contenía un candado...seguramente Nubia estaba detrás.

Sine fue hasta ahí y tomó el candado entre su mano.

-Magnífico...está cerrado.- Dijo para sí irónicamente y luego puso su oreja recargada en la puerta.

-¿Qué haces?.- Sine dio un brinco alterado que la hizo golpearse en la cabeza con la puerta, sus gestos y la manera en que sobaba su reciente golpe, mostraba que le había dolido. Sine miró mejor a quien tenía enfrente, no era conocido, no recordaba haberlo visto sin embargo en él parecía lo contrario.- No sabía que estabas aquí...y mucho menos que trataras de escuchar algo.

-Me...creo que escuché algo.- Dijo titubeante.

-Fue Nubia...¿Quién más?.- Se cruzó de brazos.- Debes tener cuidado, no sabemos hasta donde sea capaz de llegar...es por eso que Saori nos ha pedido que nadie entre sin autorización.

-Yo iba a llevarle de comer...me lo ha pedido Saori.- Repitió Sine sin dejar de ver a Hyoga. Ella señaló la charola e Hyoga alzó las cejas con credibilidad.

-Si quieres se la entrego yo, es peligroso.

-Es que...bueno es que...-Siguió titubeando y causo cierto revuelo en Hyoga.

-¿Si? ¿Hay algo de malo en que lo haga yo?

-No exactamente, sólo que...

-¿Qué hay en esa bolsa?.- Señaló el rubio la misma bolsa que Sine llevaba.

-Es...ropa...para Nubia.- Hyoga alzó una ceja.- Es precisamente la razón por la que no debes pasar, debo entregarle eso a Nubia para que se cambie de ropa, eso es todo...no creo que me haga daño.

-Insisto en que no es una buena idea, yo le doy las cosas y me marcho...¿Bien?

Al ver que no iba a poder cambiar la opinión del rubio, Sine sonrió casi a la fuerza y asintió con la cabeza.

-Entonces me marcho.- Dijo ella mirando largamente las cosas y pensando rigurosamente en una forma para entrar a donde Nubia estaba.

Una vez que se acercó a la salida, echó un vistazo hacia atrás y vio a Hyoga sacar las laves del candado y abrirlo, luego iba a ir por la charola de comida pero de un momento a otro, él cambio de parecer y fue rápidamente a otra parte del templo. ¿La razón? No la sabía ni le importaba a ella, se regresó, rápidamente tomó las cosas y agradeciendo a su antiguo "señor", entró a la habitación y la cerró. Alzó la mirada y vio que Nubia la miraba con hastió y una de sus piernas se balanceaba, tenía posición de estar esperando a alguien.

-Tenía la imagen de ti viviendo en una completa tortura.- Le dijo a Nubia.

-¿Estabas preocupada?.- Preguntó con mucho sarcasmo.- Espero que sí porque comenzaba a impacientarme por haberte tardado tanto Mabel...¿Qué demonios estabas haciendo?

Mabel alzó la mirada y dejó escapar una bocanada de aire, de inmediato la apariencia de Sine se deshizo mostrando a Mabel realmente.

-No iba a tomar transporte y tampoco aparezco de un lugar a otro en segundos, además cuando llegó esa mujer a la casa salí de inmediato.

-Te refieres a Dione ¿no?...

-Sí a ella, yo no sabía que iría...¿Por qué le has contado nuestra ubicación?

-No te importa...¿Has traído lo que te pedí?

Mabel dejó la bandeja en el suelo y le entregó la bolsa a Nubia, vio que había marcas en sus muñecas.

-¿Te ataron?

-Obviamente.- Contestó mientras abría la bolsa.

-¿Y quién te liberó?

-Nadie realmente, lo hice yo misma, pude haberlo hecho desde el principio pero debía mantenerme aquí por más tiempo.- Nubia sacó las cosas de la bolsa y frunció el ceño con clara molestia en sus ojos cárdenos.- Maldita sea...¿Qué me trajiste?

-Lo primero que encontré.

Nubia miró de nuevo las ropas y su frustración estaba al borde, al límite de su paciencia.

-Al menos es ropa, me sentiré más cómoda que con la armadura.

Nubia se levantó y comenzó a quitarse la armadura mientras Mabel echaba un vistazo al exterior.

Pocos minutos después...

-Hola Aioros...¿Cómo has estado?.- Preguntaba Seiya al ver que Aioros se acercaba con semblante de acongojo.

-Bien Seiya, agradezco tu pregunta...¿Está Athena?

-No...salió a resolver unos asuntos con Shion...¿Necesitabas algo?

-Se podría decir que sí...-Dijo Aioros pasando una mano por detrás de su cabeza cuando Hyoga salió apresurado del templo.

-¡Nubia ha escapado!

-¡¿Qué?.- Exclamaron los otros dos caballeros. Marlenne estaba a unos metros cuando escuchó lo alarmante que estaban los caballeros, ahí decidió acercarse con firmeza.

-¿Cómo ha pasado?.- Preguntó Seiya, Aioros ya estaba en shock, su corazón empezó a latir con bastante fuerza.

-No lo sé, iba a llevarle lo que Sine me trajo para ella pero me distraje y cuando regrese la puerta estaba abierta....Nubia ya no estaba.

-¿Se ha escapado?.- Preguntó Marlenne corroborando si no había escuchado mal.

-Sí...se ha ido.- Respondió Hyoga. Aioros dio un paso hacia atrás.

-Darlenne...no dejaré que se la lleve.- Dijo antes de marcharse a toda velocidad. Marlenne entró al templo inmediatamente.

-¡Aio...!.- Seiya iba a llamar a Aioros pero Hyoga le puso una mano en el hombro.

-Seiya, deja que vaya a ver a su hija...nosotros tenemos que avisarle a Saori sobre esto.

***

-Ya que estamos aquí, espero que las cosas no empeoren.- Decía Sienna sin bajar la guardia, se mostraba muy a la defensiva.

Afrodita estaba frente a ella. ¿Era normal que a alguien le durara demasiado el enojo? Al fin se había encontrado con una mujer así y no era precisamente algo que le gustara ver.

-¿De qué quieres hablar primero para que no te enojes más?

-De Kanon...¿Qué le pasa? Mi amiga estaba feliz por encontrarse con él cuando sale con sus palabrerías tontas, me arrepentí de haberla llevado.- Decía la chica, Afrodita estaba un poco ofendido pues Sienna hablaba de cosas externas de su "relación".

-Ambos sabemos que no es precisamente un sabio en el amor.

-No, es un imbécil...

-Un imbécil enamorado.

-Sí...¿Y luego?

-¿Luego? Pues...

-Afrodita...¿No me llamaste usando de pretexto a Kanon y Saida?

-No no...no...- Respondió desviando la mirada.

-¡Oye!

-Está bien...como no has dejado tu orgullo a un lado como para responder a los mensajes tuve que buscar una forma de hablar contigo...de disculparme por lo que te hice, no fue intencional.- Sienna suspiró tranquilamente, ya no se sentía incluso enojada, ni siquiera le veía tanto sentido a que se mostrara así con él.

-No podía estar de otra forma...¿Me entiendes? Ustedes siempre peleándose, ya habían hecho que me cayera de un risco al mar y ahora esto...ya fue más delicado, tal vez no a muerte pero me hirieron.

-Lo sé pero...

-Y fueron tus estúpidas rosas.

-No son estúpidas rosas.- Dijo en tuno de ultratumba, su carácter cambió eufóricamente.

-Pues por esa razón estoy así...¿Por qué tienen que estar peleando...y más cuando estoy ahí?

Afrodita suspiró y pasó su mano por toda su cara, como si quisiera revolver cada parte de su rostro.

-Es lo que quiero saber Sienna...es lo que quiero saber, mientras tanto...quiero que vayamos a un lado.

-¿A dónde?

-No preguntes, sólo ven.

***

Dos horas después...

Sory estaba sentada en su cama y pasó por encima de su cabeza la blusa que tenía, hablar con chicos que recién acababa de conocer le había tranquilizado, se había cerrado a conocer a otros chicos desde que empezó a tener esa relación de "amigos con privilegios" con Milo...incluso podría decirse que antes...¿Pero por qué lo hacía? No eran pareja, sólo se divertían y si Milo podía andar con Savannah o cualquier otra, ella debería hacer lo mismo, lo suyo no era y no sería serio.

Comenzó a buscar entre su guardarropa algo más cómo pues la blusa le apretaba más y no se sentía cómoda. Antes de poder escoger la ideal, escuchó que alguien tocaba la puerta, cuando lo escuchó por segunda vez definió que no se trataba de Sine o de Sienna o de Clara. ¿Quién sería?

Sin molestias por cubrirse porque creía que se trataría de alguna chica, abrió la puerta pero su sorpresa casi le desprende las retinas, se trataba de Milo.

Milo la miró de arriba abajo, su deseo no pudo ser más notorio sin embargo debía recordar a qué fue a buscarla.

-¿Qué demonios haces aquí Milo?.- Preguntó Sory cubriéndose con los brazos y con la puerta pero Milo entró al lugar sin ser invitado.- ¡No puedes entrar aquí!

-No hay ningún letrero que me diga lo contrario.- Pasó más adentro con las manos en los bolsillos.

-Preguntaré una vez más...¿Qué haces aquí?

Milo se giró y la miró directamente, esta vez Sory pestañeó varias veces, se veía molesto.

-Vengo a hablar contigo.

-¿De qué?.- Preguntó hostilmente.

-Tú sabes de qué...no juegues a la chica ingenua que se te ve la farsa.

-¿Cómo?

-No me hagas repetírtelo que odio eso...te vi en Rodorio, así que sabrás de qué hablo.

-¿Y qué que me hayas visto en Rodorio? No te entiendo nada.

-¿Juegas a las negaciones?

-No pero odio las adivinanzas, explícate.- Dijo ella moviendo el pie con impaciencia.

-Te la has pasado muy bien con ciertas compañías masculinas...sólo diré eso.- Dijo sonriendo con ironía y un "sutil" enfado.

-¿Qué es esto?...¿Un reproche?

-Una crítica, un punto de vista, una opinión...como quieras llamarle.

-Pues no es lo que te imaginas.

-Es lo que me imagino.

-Yo creo que son celos.- Redactó ella y Milo enarcó una ceja.

-Para nada, los celos son insignificantes para mí.- Abrió las aletas de su nariz, al emitir ese juicio.

-¿Como lo que tengo contigo?.- Sory no pudo resistir la comparación, le molestaba su actitud repentina.

-¡Cielos!.- Levantó las manos en gesto de furia -. ¿Cómo puedes decirme eso? En toda mi vida jamás traté a una mujer como te traté a ti.

-¡Porque lo he permitido! Soy una estúpida por eso.

La irritante calidad de esa afirmación se basaba en su absoluta sinceridad. Creía lo que asentaba. Sory apretó los dientes para sofocar un insulto.

-¿Sabes lo que no entiendo yo? Hablas y estás segura de que lo que yo siento son celos pero...¿Qué me dices de ti? Desde que conocí a Savannah estás enojada conmigo y no quieres tener sexo...¿Quién actúa como novia?

-¡Yo no estoy enojada por la estúpida de tu amante con cabeza de hongo!

-¿Entonces?.- Decidió saberlo directamente, aunque resultaba algo extraño que empleara la palabra "amante" cuando no habían pasado más que caricias ligeras pero eso no se lo explicaría a Sory, carecía de fundamento.

-Estoy cansada de darle vueltas al asunto cuando sabes porqué soy así.- Empezó a hablar sin medir lo que decía.

-¡Y no entiendo por qué haces esto!.- Gritó Milo ya cargado de impaciencia.

-Quizá deberías esforzarte en averiguarlo.

Se negó a mirarlo. La lastimaba demasiado la poca atención que le propiciaba.

-No me esforzaré.- Declaró con firmeza Milo.- Porque yo estoy viviendo mi vida como quiero y darle explicaciones a una amiga como si fuera mi pareja está fuera de lugar.- Esas palabras le erizaban la piel de rabia e impotencia a Sory, tal parecía que Milo nunca podría entender su molestia, una que ni siquiera era difícil de disipar.

-Ya lárgate Milo, de verdad que no puedo soportarte a veces.

-¿A veces?

-Tengo paciencia limitada con ciertas personas pero cuando te pones así de verdad que no sé si golpearte o...

-¿Besarme?.- Sory frunció el ceño. Estaban discutiendo como para que dijera eso a brote.

-¿Qué tiene que ver eso? Ni siquiera iba a decirlo.

-Lo pensaste.

-Eres tan arrogante...crees que tienes a todas en la palma de la mano.

-No precisamente pero me molesta que te estés volviendo tan voluble y no sé por qué.- Sory mostró más las facciones de la emoción que más predominaba en ese momento.- Ya deja de estar enojada conmigo y mejor pasemos a cosas más...serias o muy divertidas.- Dijo con una gran sonrisa, su imaginación había creado unas escenas íntimas que a Sory le erizaba la piel recordar. Sory alzó la mirada, tratando de controlarse. ¿Por qué tenía que pasar le eso si se supone debe estar enojada con él? Sentía cómo mientras más se acercaba Milo, el coraje de Sory iba disolviéndose.

-Si tanto interés tienes en acostarte con alguien, hazlo con Savannah...total, yo no soy prioridad en tus deseos.

-¿Qué nunca dejaré de escuchar que estás enojada?

-No hasta que te disculpes como se debe.

-¿Cómo se debe?.- Preguntó de nuevo interpretando el papel de seductor profesional.

-¡De forma correcta! Según tú te disculpas o te quieres disculpar y terminas empeorándolo.

-Esta vez no quiero eso...ya me enojé bastante hoy y no me gusta estar así, odio sentirme negativo.- Veía cómo Sory aclaraba sus facciones.- Sólo quiero que nos divirtamos...ya lo habíamos hecho muchas veces y la pasamos muy bien...¿O estoy equivocado?

"No" Pensó Sory. Milo era un muy buen amante pero no terminaría cayendo en su juego, estaba enojada y debía estarlo por más tiempo.

-Yo no quiero Milo, con tu actitud sólo me haces sentir como si fuera un juguete.

-No lo eres...no pienses de esa forma...es más, mejor no pienses en nada.

Milo alzó una mano y la tomó de la barbilla, inclinando la cabeza y cubriendo su boca con los labios hasta oír un suspiro. Sory puso las manos en su pecho, Milo estaba jugando sucio. Sus labios húmedos y carnosos eran una debilidad para ella, además de que besaba tan bien como para poder resistirse por más tiempo...y dicho y hecho, sus deseos habían limitado los empujones que le daba a Milo por unos acercamientos provocativos. Se apoyó en él y le devolvió el beso. Sory había perdido la noción del tiempo y no era la primera ocasión, cuando reflexionó a lo que había accedido, se separó de Milo tratando de empujarlo inútilmente con sus manos.

-Vete en serio Milo...

-Ahorita no pensabas eso.- Sonrió orgulloso.

-¡Pero ahora sí! ¡Largo!

-Yo sé que no es lo que quieres.

Sory de lo enojada que estaba, ni recordó que llevaba un simple sujetador en la parte de arriba cuando Milo entró así a la morada y para colmo no estaba bien sujeto, sentía que se le desprendería.

-Suéltame ya.- Milo negó con la cabeza.- ¡Suéltame y vete! Alguien vendrá y pensará lo peor...¡Ya déjame!.- Gritó agudamente.

-Te comportas como una histérica y ya es suficiente.

-¿Ya es suficiente?.- Preguntó llena de incredulidad.- ¡Ya suéltame!

-Que te calles o te callo con un beso que no olvidarás por el resto de la noche.- Amenazó y Sory guardó silencio pero no por eso si no porque sentía que de tanto batallar, el sujetador estaba por caerse, Sory se preocupó más por mantenerlo en su sitio, que por golpear y gritarle a Milo.

-¡Te odio!- Gritó con mortificación, furia contenida y frustración llenaron sus ojos de repente.

Un minuto después, Milo la tiraba sobre la cama, en su cama.

-Yo sé que tienes otra percepción de mí.

-Tienes razón...eres el tipo más egocéntrico, caprichoso y mujeriego con quien me he topado.- Le dictó entre sollozos -. z Y me voy.

-No irás a ninguna parte.- Le dijo mientras se ponía sobre de ella y le tomaba las muñecas con ambas manos, poniéndolas por encima de su cabeza.- Yo sé que quieres que este aquí y que deseas que recorra tu cuerpo con mis labios húmedos.- Dijo sonriendo con picardía.

-Pero yo no quiero...

-Me fascinaría saber qué sucede en tu subconsciente.- Le confesó, ronco.

Dioses...ni llorando ni enojada dejaba de considerarlo increíblemente atractivo. Lo que experimentaba en ese momento se debía a las hormonas. Milo aumentaba el calor que la invadía a pesar de las circunstancias. Con la mitad de las prendas en su cuerpo y con Milo encima de ella y a pocos centímetros, despertaba el fuego que se desprendía de sus deseos más internos. De alguna manera ese tipo se las arreglaba para decir las cosas más insufribles de un modo encantador. O quizá su propio cerebro se asqueaba al comprobar su falta de carácter y ostentosa debilidad.

-Te ofenderías al saber lo que realmente quiero.- Dijo tratando de alejar de la mente de Milo el deseo compartido.

-No lo creo...- La miró fijamente, sus ojos índigos eran tan firmes y profundos que le hacían sentir una conexión especial. Ella había sido una amiga, a pesar de los privilegios del sexo, la apreciaba pero creía que sólo era eso; aprecio. Habían pasado por un dolor en el pasado con la pérdida de su bebé y ahora aunque era diferente, le encantaba sentirla entre cuerpo. Su piel clara compuesta con la suya era excitante cuando se miraban en el espejo, Sory era hermosa, de eso no cabía duda. Sin embargo, Milo sentía una "confusión" por querer tenerla cerca pero a la vez con restricciones. ¿Por qué?.- Podría no sonar romántico pero a pesar de que no recuerdo mucho de nuestra primera relación, no dejo de sentir deseo por ti, aunque esto aumentó estos últimos meses.

-No pienso agradecerte por tus hermosas palabras.- Dijo con sarcasmo.- ¿De verdad no te importa que nos vean? Estamos en el Santuario y Saori podría pensar lo peor...

-Hablas como si no me conocieras...a mí me gusta romper las reglas de vez en cuando y me arriesgaría por este momento.- Le marcó la delicada piel de la clavícula con su boca, Sory sentía escalofríos y sintió que incrementaban sus nervios una vez que Milo se dio cuenta de que el sujetador estaba a nada de caerse.- Creo que tu cuerpo sabe más de lo que quiere que lo que tú podrías admitir.- Le dijo para luego quitarle la prenda. Admiró sus pechos completamente desnudos, sus pezones rosados estaban erizados, debajo de ellos estaban las emociones que acumulaba Sory en su interior.

Habiéndola desconcertado, aprovechó su ventaja para violentar su boca con una fuerza que luego se convirtió en dulzura. El tiempo y el pensamiento se desvanecieron. Se embriagó al saborearlo. El tibio aroma masculino la envolvió, mareándola más todavía. Sintió que perdía el control. Le lastimó los pulmones el respirar. Pequeños ruidos escaparon de sus labios, sin que ella fuera consciente y cuando la mano de Milo la tocó, donde más quería que la satisficiera, se volvió loca, retorciéndose bajo sus caricias ardientes, buscando por sí misma el compulsivo ardor de su boca.

***

Templo de Athena.

Marlenne estaba afuera del templo representando muy bien su labor de vigilante, mostraba total seriedad y de vez en cuando subía y bajaba los escalones buscando pistas sobre la desaparición de Nubia.

Mientras tanto, dentro del templo. Saori estaba con migraña, había querido que Nubia permaneciera más tiempo en el Santuario con la razón de poder saber más de Nix, no obstante, había algo más que agregar al día...la llegada de la amazona que iba a portar la armadura del lince, la que Dione se llevó consigo.

-Ella comprenderá.- Dijo Shion una vez que Saori terminó de explicarle las cosas.

-Eso no me preocupa, a la chica tendré que explicarle y ofrecerle disculpas por el viaje tan largo que hizo...hubiera sido más conveniente que alguien hubiera ido por ella pero como quería que todos estuvieran en el Santuario por precaución...pero me es extraño que nadie se haya percatado de cómo logró escapar.- Decía Saori.

-Yo estuve afuera del templo y no vi nada raro...- Decía Shiryu.

-Ni yo, ningún cosmo amenazante ni nada...supongo que ya todo lo tenía planeado.- Dijo Ikki con suma seguridad.- No por nada permaneció muchos días aquí.

-Según Aioros, lo que ella quería era llevarse a su hija pero Darlenne permanece con él, por lo que platiqué con Aioros, la niña no vio a nadie.- Explicó Seiya.

-Lo cual no sé si sea alarmante, debemos estar al tanto de todo, podría tratarse de algún otro plan manifestado por Nix.- Dijo Saori determinante.

-Yo me retiró, iré personalmente a recibir a la chica.- Dijo Shion haciendo una pausa a la conversación para luego irse de allí. A pesar de algunos segundos de silencio, continuaron con el tema.

-Durante mi ausencia...¿Nadie entró a ver a Nubia?.- Preguntó Saori.

-Sólo nosotros estuvimos aquí...y Eufrosine quien fue quien le llevó algo de comer.- Dijo Shun.

-¿Alguien entró con ella? Porque podría haberle hecho algo.

-No, estuvo seguro todo...eso creo porque Eufrosine no apareció lastimada ni nada.- Dijo Hyoga.- Una pregunta Saori...¿Por qué decidiste que Nubia dejara de portar su armadura?

Saori arrugó la frente y sus ojos azules delimitaban saber más información de la que había cuestionado Hyoga, él mismo se dio cuenta de que algo no andaba bien ahora.

-¿Cómo es eso Hyoga? ¿De qué me hablas?.- Preguntó Saori.

-Bueno es que Eufrosine llegó con una bandeja de comida y con una bolsa con ropa, al menos eso me dijo y me explicó que fue por órdenes tuyas de que Nubia se cambiara de ropa para darle más comodidad.- Decía entre frases el rubio.

-Hyoga...yo no dije nada de eso.- Dijo Saori cruzándose de brazos.- Necesito que le hablen a Sine, tengo que hablar con ella sobre esto, yo no di ninguna orden que no fuera vigilar a Nubia.

-Eso está extraño, yo también la vi y parecía sincera.- Decía Shiryu.- Aunque tímida al principio.

-Estoy esperando que no haya sido por ella que Nubia escapó.- Dijo Saori poniendo sus dedos en las sienes.

-Yo iré a buscarla, fui yo quien dejó el candado abierto...iré a buscarla a la morada.- Dijo Hyoga yéndose sin recibir alguna autorización pero no había problema, Saori era realmente lo que quería.

Kanon fue entrando al templo y de pronto notó la intensidad del ambiente. ¿Qué había pasado esta vez? Cualquiera que fuera la situación, esperaba poder olvidar el encuentro con Saida el día anterior, sentía remordimiento.

-¿Me perdí de algo?

-De mucho...Nubia se fue.- Dijo Ikki directo. Kanon alzó las cejas.

-¿Cómo? ¿Cómo que se fue?

-Escapó, no sabemos en qué momento pero se fue.- Añadió Shun.

-¿De verdad nadie se dio cuenta?

-No pero Hyoga dice que Sine entró a verla y además de llevarle comida le llevó ropa, que porque yo le dije que hiciera eso...por eso quiero hablar con ella.- Dijo Saori con seriedad. Marlenne iba entrando al templo. Shun la miró y supo que algo quería.

-Pero...¿A qué hora más o menos pasó eso?.- Preguntó Kanon contorsionado.

-Cuando vino Sine fue hace como tres horas, yo también la vi cuando llegó.- Decía Seiya. Kanon hizo una expresión injustificable, algo no le cuadraba bien con los tiempos.

-Eso no puede ser...debe haber un error.

-¿Por qué un error Kanon? Hyoga y Seiya afirman haberla visto y tú no estabas en el Santuario por lo que creo.

-Precisamente, salí porque...tenía cosas que buscar.- Mintió, obviamente era porque quería encontrarse con Saida por "casualidad" y volver a hablar de lo último que hablaron además de que quería saber si ella sabía algo de Dione.- Antes de salir llegó Sine y yo le pedí de favor que se quedara con las niñas, yo llegué apenas y ella seguía ahí, desde las once de la mañana salí y ya son las seis.

-¿Tienen un poco de agua para beber que me regalen?.- Preguntó Marlenne.

-Por supuesto.- Shun muy amable le sirvió un poco de agua a Marlenne, ella sin querer escuchaba la conversación que mantenían los demás mientras bebía el resto del agua.

-¿O sea que Sine no está en la morada?.- Preguntó Saori sintiendo una compresión en el pecho.

-No, ella se quedó de nuevo con las niñas en el templo en lo que venía a ver cómo estaban las cosas por aquí.- Dijo Kanon, los caballeros de bronce idearon sus propias conclusiones o al menos la mitad ya que todo era extraño.

-Te ves tenso y cansado Kanon.- Comentó Ikki neutral.

-Y frustrado...y todo por culpa de Dione.- Reprochó molesto, si ella no hubiera decidido irse con el papel de "mujer guerrera en busca de su amado" tendría un gran peso de menos, además de que se sentía con el derecho de culpar a alguien más de sus presiones.

-¿Aún no encuentras esa carta?.- Preguntó Shiryu.

-No.- Dijo cortante. Marlenne quitó el vaso de su boca, escuchando con más atención sobre lo recién hablado y puso el vaso en el primer lugar que encontró disponible.

-Pues yo creo que ha desaparecido.- Dijo Ikki alzando los hombros.- Date por vencido.

-No puedo, tengo esa ansiedad por saber que más decía esa carta.- Dijo Kanon.

-Pero...-Ikki iba a protestar, no por ser negativo si no realista. Encontrar una carta en un lugar enorme iba a ser peor que buscar una aguja en un pajar por la sencilla razón de que el viento pudo alejarla aún más, pero Kanon lo interrumpió.

-Necesito encontrar esa carta pero creo que para mí desgracia, el viento se ha encargado de llevársela.- Decía Kanon en una mezcla de resignación y coraje. Marlenne quien estaba escuchando todo no puedo evitar fruncir el ceño. ¿Había mencionado una carta de nuevo?

Marlenne buscó en el bolsillo de su pantalón, en la mañana había guardado la hoja de papel en el pantalón del uniforme por si se llegara a presentar algo relacionado con eso, y esta parecía ser la ocasión. Ella se acercó a Saori quien estaba más cerca y le tendió la hoja.

-Lo encontré ayer cuando vine, estaba tirado en la entrada de este lugar.- Dijo Marlenne seriamente. Saori tomó la hoja con duda.

-Gracias...

Saori pestañeó un par de veces más y comenzó a leer la carta, con sólo leer la línea sabía que se trataba de una redacción de Dione...definitivamente era esa carta. Ella siguió leyendo hasta que llegó a la parte que había sido un misterio para Kanon, lo que no había leído.

"...Kanon, sé cómo te sientes con toda esta situación y también considero que no debo pedirte más favores pero esto que te voy a decir es para bien tuyo...debes hablar con Saida, ella tiene algo qué decirte. Ella me pidió que no te contara nada de esto pero debido a que ustedes pueden seguir con su orgullo, me atrevo a confesarte lo que me dijo...vas a ser papá. Olvida tu orgullo, olvida ese sentimiento de rencor que formaste sin saber exactamente si es verdad, sé feliz y búscala."

Saori alzó la mirada y tragó saliva, aquellas palabras habían sido una sorpresa efervescente, miró a Kanon quien estaba pensativo, totalmente inerte a que Saori ya había leído la carta. Ella sin embargo, pensaba seriamente si contarle al respecto o dejar las cosas como están.

-¿Era la que buscaban?.- Preguntó Marlenne. Saori miró a sus caballeros y sólo Seiya se había dado cuenta de que ella ya tenía una carta entre sus dedos, la cual guardó entre el trono son mencionarle nada a Kanon o a los demás.

-No, era otra...¿La has leído?.- Preguntó Saori.

-No, no tengo esa intromisión.- Dijo Marlenne mintiendo.- Regresaré a mi posición.- Dijo Marlenne saliendo del templo.

Saori dejó escapar una bocanada de aire, a excepción de Seiya, los demás no habían ni visto ni escuchado lo que Marlenne le dijo y le dio, podría tener más tiempo para meditar si contar lo de la carta o no. Seiya sin titubearse caminó más hacia Saori y le susurró con neutralidad.

-¿Es lo que busca Kanon?

-No...no es esto.- Negó Saori pero Seiya tenía otra idea.

-Saori, te conozco y sé cuando estás...

-Hablaremos después de esto Seiya, hoy quiero saber dónde está Nubia y si Sine tuvo algo que ver con su huida.- Saori se levantó del trono, esquivando la insistencia de Seiya por saber si la carta que guardó en el trono era la misma que Kanon quería...si Saori no le decía la verdad, él lo averiguaría por sí sólo.

***

Ébano estaba lavándose el rostro con agua fría, había decidido regresar a Atenas a pesar de haberle dicho a Saida lo contrario...la búsqueda de Tristán era cada vez más pesada y sobre todo teniendo a Erebo hostigándola.

-No lo han encontrado...¿Cierto?.- Preguntó Érebo quien apareció en el coche donde iba Ébano, nada diferente a lo que ya había hecho antes.

-¿Te he dado noticas positivas?...No...así que ahí tienes tu respuesta.- Contestó de mala gana.

-Nix...empiezo a perder mi paciencia contigo.

-No es mi culpa que ni Zacros ni nadie más lo haya localizado.

-Sí es tu culpa, pudimos iniciar la búsqueda antes pero estabas ocupada en otras cosas...ya sabes que si Tristán...

-Sí ya sé, si él se encuentra con Némesis podría ser peor...ya lo sé.

-¡Pues haz algo! Maldita sea...deja de tratar de vivir dos vidas, ya no eres Ébano...eres una diosa y debes ser como tal...deja de andarte paseando.- Dijo con amenaza para luego desaparecerse, Ébano estaba hastiada de todo...encima de que tenía que cargar con un embarazo que no quería, tenía que buscar a Tristán y a Némesis...era mucho más de lo que podría controlar, lo sabía muy en su interior.

Mientras iba en el coche, Ébano quien miraba el exterior vio a un hombre de cabello negro que se le hizo familiar...no sólo por la apariencia si no porque su corazón comenzó a rebotarle con fuerza.

-Detente...ahora.- Dijo Ébano al chofer quien cada vez que pasaba a recogerla era en un lugar específico, no comprendía por qué pero era su trabajo. Ébano se detuvo y bajó del coche y caminó unos locales hacia atrás hasta dar con un callejón. Ébano miró lo sucio del lugar con altivez hasta que su atención fue disminuyendo poco a poco.- ¿Dónde estarás?.- Se preguntó al mismo momento en que trataba de completar la imagen del rostro de Tristán, estaba borroso.

Ébano avanzó hacia otro lado, ignorando por completo al chofer quien la seguía esperando. Ella rememoró su infancia, vagamente extrañaba lo que era...esos momentos en que todavía ignoraba quien era realmente. Sacudió su cabeza al mostrar debilidad, esos sentimientos no le servían, ella era Nix y debía aceptar ya su destino...Ébano debía estar enterrada, sus sentimientos, recuerdos y demás debían estar profundamente ocultos, el nombre es lo único que podía servirle. Sin embargo, no todo en la vida como Nix era satisfactoria...detestaba su embarazo y se perdió en el recuerdo donde fue concebido a la fuerza; el aliento, sus manos tomándola a la fuerza y la sensación de tenerlo dentro de ella aún estaba latente.

-¿Buscabas a alguien...Nix?

Ébano sintió un aceleramiento intenso en el pecho y el aliento se congeló entre su boca. Alzó la mirada y su pupila ladeaba de un lado a otro.

Tristán estaba frente a ella con los brazos ligados. Después de tanto tiempo la volvía a tener enfrente de él y no había mucha diferencia. Sus claros ojos aguamarina estaban sorprendidos de verlo.

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Hola!! Estoy de regreso!!

Creo que no es necesario que lo diga para que sepan que he demorado demasiado en publicar este capítulo, nuevamente les debo una disculpa por hacerles esperar. Igualmente había comentado que subiría un video sobre datos curiosos de Nubia sin embargo pienso hacerlo narrado pero para ello necesito un micrófono adecuado para grabar. Otra cosa que quiero comentarles es que tengo planeado subir más videos y para ello necesito la colaboración de diferentes personas, de diferentes voces que grabarán el audio para dicho video...pueden participar!! Mientras tanto me pondré al tanto del video de Nubia para que vean la intención que quiero demostrar.

Ahora hablando del fic...me ha faltado el lemon, ese será en el siguiente capítulo y espero hacerlo largo xD. Manne tiene pensado irse...¿A dónde?. Saori ahora ya sabe sobre el supuesto embarazo de Saida pero...¿Creen que le dirá a Kanon la verdad o él se enterará por otro medio?...Shaina a aparecido de nuevo pero en un ambiente extraño...¿Qué ocurrirá ahí?...Además Tristán y Ébano se han encontrado...Habrá muchas cosas en el siguientte capítulo...estoy trabajando en ello porque estoy de vacaciones!!! Así que tendré mucho tiempo para escribir.

Espero estén bien, les mando un abrazo!!!

Cuidense!!!

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