29. Reemplazos
Personajes: Radamanthys de Wyvern, Ursula Walden
Historia relatada en base a la serie de The Lost Canvas Gaiden, siguiendo la cronología de la misma obra. Los personajes aquí mencionados son exclusivamente del TLC Gaiden #12 "Geminis", siendo más específicos, en el capítulo 71 ''Cicatriz''
Si te gustan mis historias, por favor deja una estrellita o algún comentario diciendo que te pareció este capítulo.
Te lo agradecería muchísimo
La familia Walden, en Londres, había amasado una gran fortuna debido a las actividades de piratería y usura. Sus principales recursos eran El Oro y la Plata. Después de la muerte de su padre y su tío, Úrsula volvió de su travesía por el mar, allí, se dio cuenta que su padre antes de morir había logrado traer de regreso a su primo perdido y revocado el nombramiento de heredera absoluta a su hermana Chris, y dado nuevamente a Radamanthys.
Esa misma noche, Úrsula ceno a solas, y digo a solas ya que su hermana Chris era una chica muda. Durante toda la cena, Úrsula paso burlándose de ella, hacía énfasis en su problema y en la trágica muerte de su padre, como si no sintiera pena del deceso. Y por supuesto que no lo sentía ni un poco, Úrsula como hija mayor tenía derechos a heredar, sin embargo, sus derechos no tenían valor a lado de los de su primo. Cuando Úrsula termino su cena, se levantó. Agradeció con cortesía y enseguida se marchó. Su primo nunca apareció para acompañarlas.
Esa misma noche la mujer se retiró a sus aposentos, sustituyó las ropas que portaba en ese momento por las limpias de cama. Delante de un enorme tocador cepillo el corto cabello de arriba hacia abajo. Hasta que escucho a las afueras en el corredor a un par de criadas murmurar de su primo, refiriéndose como el heredero legítimo, también decían que estaría tomando un baño y muy seguramente llamaría a alguna de ellas a sus aposentos más tarde. Este hecho hizo molestar a Úrsula, lanzó el cepillo de plata en contra del mueble, decidiéndose a salir al corredor. Con gran prisa se posó frente a la puerta de la habitación de su primo.
Consciente de que este no estaba, Úrsula entro: la habitación estaba limpia, ordenada y con velas encendidas en todo lugar, las decoraciones burdos hacían de aquella morada más una guarida tenebrosa que una habitación, se dirigió hasta el escritorio que yacía cerca de la ventana, tenía que encontrar algo que le fuera una garantía ante el poder de su primo, revisó los papeles uno por uno, no encontró nada, continuo con las gavetas pero tampoco obtuvo suerte, al menos no hasta que se topó con una caja de madera: labrada con el escudo de armas de la familia, Úrsula retiro la tapa y la inspeccionó. Muy en el fondo casi como si estuviera oculto en un doble fondo se encontraba una carpeta de piel.
Úrsula la abrió, en el interior se encontraba el testamento de los Walden, allí se especificaba que solo el primogénito del mayor de los hermanos Willem y Henry Walden podría ser el heredero absoluto de dicha fortuna. Y por el caso contrario, su hermana menor Chris tomaría el título. Firmado por ambos hombres y sellado con el escudo de armas de la familia arrebataba cualquier oportunidad de Úrsula para hacerse de todo el botín.
Encolerada tomó el trozo de papel y como única alternativa lo acercó al mechero del escritorio. El papel ardió en pocos segundos, y Úrsula solo lo colocó en el recipiente de bronce para que terminara de consumirse. Sorpresa se llevó cuando en la habitación una criada entró, estaba vistiendo un camisón blanco, mientras sostenía una bandeja con comida y bebidas. Pareció más sorprendida que la intrusa. Ursula sonrío lasciva. La criada nerviosa le saludó:
—Buenas noches, señorita Ursula. No... No debería estar aquí —
— ¿y por qué no? Esta también es mi casa — Respondió de inmediato, cruzándose de brazos avanzando lentamente hacia la criada.
— El señor Radamanthys —
— el señor Radamanthys, mi primo... — Interrumpió acercándosele a escasos centímetros del rostro. — No tiene por qué enterarse que estuve aquí. Deja eso y retírate. — Terminó alejándose en un movimiento rápido.
—Me ha pedido que le traiga la cena. —
—Y eso has hecho, ¡ahora lárgate! Y no te preocupes, seguramente mi primo te llamará... ramera. — La muchacha asintió y enseguida se disponía a retirarse cuando nuevamente la voz de Úrsula la detuvo.
— Si descubro que mi primo se enteró de que estuve aquí... no hace falta decir que haré que todo marino, polizonte y prisionero de mi barco te viole. ¿Verdad? —Advirtió la de cabello corto mientras apagaba unas cuantas velas y volvía todo a su sitio. No volteo a ver a la joven sirvienta, pero por la forma en la que está le respondió, Úrsula pudo notar lo atemorizada que estaba. La puerta se cerró a continuación y una sonrisa se dibujó en su rostro.
Úrsula tomó un par de uvas verdes de la bandeja que la chica le había preparado a su primo, estaba llevando unas a su boca cuando la puerta se abrió, de pie al marco Radamanthys yacía de pie. Llevaba una bata de seda color umber, su pecho se podía ver ligeramente desnudo, su cabello rubio y corto aún húmedo le cubría ligeramente las orejas. Hacía mucho tiempo que no lo veía, había cambiado mucho, parecía otra persona, sus hombros se habían ensanchado un poco, tenía el porte de cualquier hombre acaudalado de aquella época.
Úrsula mostró una sonrisa sarcástica, Radamanthys no respondió al gesto, solo entró y cerró la puerta. Se acercó hasta donde estaba ella en silencio y tomó los bocadillos de la bandeja. Úrsula no dejaba de observarlo. El muchacho se dirigió hasta la silla y el banquillo a su derecha, se sentó y entonces pareció ignorarla por completo.
—Te estuvimos esperando en la cena, primo. Chris no dejaba de hablar de lo feliz que estaba por tu regreso. —Bromeó caminando hacia la cama. Radamanthys no se inmutó, continuó comiendo en silencio.
Después de un tiempo escuchando palabrerías sin sentido de la mujer, el joven Radamanthys suspiro, y desde su lugar exclamó:— ¡Deja de decir estupideces! ¿Qué es lo que quieres, Úrsula? —
—Solo pasaba a saludarte, querido primo, ¿no estás feliz de verme? — Se levantó y caminó hasta donde él, se colocó por detrás de la silla y frotó sus hombros, poco después deslizó sus manos por su pecho, introduciéndolas por debajo de la bata y así poder acariciar su piel. —No me digas que no estás feliz de tenerme así de cerca. —Le susurro en el oído. Radamanthys se erizó y de inmediato la apartó de él, caminando en dirección a la cama.
Úrsula sonrío orgullosa y camino en su búsqueda, se subió a la cama y de rodillas volvía a repetir la acción que anteriormente hizo en la silla. Esta vez Radamanthys no la rechazó, al menos no hasta que la mujer intentó acariciar su entrepierna.
— ¡Basta Úrsula, lárgate ahora! —
—Tío Willem estaría muy sorprendido de que su único hijo tomara como compañía a una simple sirvienta—respondió dejándose caer sobre la cama. Su cabeza estaba por sobre la orilla, todo estaba de cabeza para ella.
La posición en la que se encontraba hizo que su camisón se levantara, dejando al descubierto sus piernas, bastó un solo movimiento para que su entrepierna quedara al descubierto, la muchacha pasó su mano derecha por sobre de ella, creando un débil jadeo. Úrsula cerró los ojos y entonces complemento: — ¿O es que prefieres a la muda estúpida de mi hermana por sobre mí?— y enseguida más gemidos se hicieron presentes.
Radamanthys giró sobre sus pies, y en cuanto lo hizo se dio cuenta de la escena. Su prima estaba sobre su lecho, las piernas estaban separadas, dejando ver su zona íntima, sus pechos caían por la gravedad, y solo eran detenidos por el camisón que llevaba encima, sin embargo, la delgada tela dejaba ver cómo sus pezones se estaban erectando por debajo de esta.
Úrsula abrió la boca a la par de los movimientos de sus manos y tan pronto sintió como se le acercó, abrió los ojos. Sonrío pícaramente y mordió sus propios labios. Radamanthys se deshizo de su bata, por debajo de ella tan solo llevaba el pantalón de cama, al acercársele, Úrsula abrió los tirantes rápidamente y sin decir nada más, tomó el miembro de su primo entre sus manos. Lo acaricio de abajo hacia arriba y aún en su misma posición, se atrevió a besarle los testículos. Introdujo levemente el saco de piel arrugada en su boca, succionó y dejó salir enseguida lamió con rapidez el falo, Úrsula observaba fijamente a Radamanthys, como si quisiera que fuese testigo de todo lo que podía hacerle.
Una vez más lo tomó entre sus manos, lo introdujo en su boca hasta que le llenase las mejillas, y solo fuese posible retirarlo de su interior mediante una arcada. El miembro de su primo había sido cubierto por una enorme cantidad de saliva, Úrsula sonrío nuevamente para él, entonces se levantó de la cama solo para quedar de frente a él; la chica se retiró el camisón, dejando a la vista sus pechos rosados y erectos Radamanthys los pellizcó y palmeó un par de veces. Úrsula intento sostenerle el rostro, y besarlo en los labios, sin embargo, Radamanthys se negó, por el contrario, se inclinó hasta la altura de sus pechos para poder besarlos.
La chica echó la cabeza hacia atrás apenas su primo lamió sus pezones, estaba gimiendo levemente conforme el chico tocaba su piel. Acto seguido por decisión de Radamanthys, la chica giró sobre sus pies, la obligó a inclinarse hacia adelante haciendo que su trasero se elevara. Sin más preámbulo, el joven Walden introdujo su viril miembro en la vagina de su prima. La chica solo pudo ejercer presión sobre la cama, fue algo doloroso, pero más que eso había sido realmente placentero.
Radamanthys acarició su espalda y hombros, siguiendo hasta su cintura y glúteos. Aguardó un momento antes de moverse, le sostuvo por los senos y al pellizcarlos comenzó con sus movimientos: al principio Radamanthys estaba siendo lento y pasional, pero de un momento a otro, aquellas acciones se vieron ensombrecidas, su primo aceleró los movimientos de tal forma que Úrsula parecía que estaba por caer de boca, su cuerpo por debajo del de Radamanthys se retorcía con dolor y placer, en cierta ocasión la rubia pidió que se detuviera; pero por el contrario la brusquedad de aquel hombre solo aceleró con la petición.
Sus jadeos eran pesados y sonoros, como la respiración de un animal, Úrsula demostraba una mirada llena de placer, a pesar de que sus gemidos denotaban desesperación, sus senos se movían de atrás hacia adelante al mismo tiempo que las caderas de su primo. El éxtasis en el masculino no tardó en llegar, su miembro se derramó en el interior de su cuerpo haciendo que algunas gotas escurrieran fuera. Sin embargo, para el heredero Walden aún no parecía ser suficiente. Hizo que el cuerpo de la menor cayera por completo hacia la cama; con ambas manos volvería a levantar su trasero, esta vez Radamanthys sorprendió a la misma Úrsula al separar por completo sus glúteos.
El orificio anal se expandió, aunque no lo suficiente para que el miembro viril del hombre se desplazara sin dificultad. Ahogado de lujuria, Radamanthys guio su miembro hasta dicha cavidad haciendo que únicamente la punta de su miembro se deslizara de arriba hacia abajo. El ano de Úrsula parecía respirar al sentir las caricias, enrojecido por los recientes roces, el rubio simplemente lanzó un escupitajo que rápidamente descendió por la cavidad vaginal.
Con un acertado movimiento hizo que su miembro se introdujera en la cavidad rectal de su pariente, una vez más se movió descontrolada mente, llevando toda su fuerza ante las embestidas, el rostro de Úrsula causaba fricción contra las sabanas de seda, esta vez estaba gimiendo verdaderamente agudo, se aferraba a la cama como si su vida dependiera de ello. Rápidamente las posaderas de la joven se tornaron rojas, habían sido golpeadas en repetidas ocasiones por su primo.
— Eres una ramera...— Le llamaba Radamanthys— ¡Di que eres una ramera Úrsula! —tiraba de su cabello corto, haciendo resaltar la curvatura de su espalda.
— ¡Si!... si lo soy... una ramera... una ramera que le gusta ser follada por su primo. — Respondió en voz alta, lo último excitó a su primo, la levantó y tomó como premio sus senos, los presionaba y pellizcaba a su gusto. El moverse dentro de ella era una delicia. Un par de embestidas más y lo hicieron correrse nuevamente, esta vez dentro del recto.
Úrsula dejó salir un gemido alto y placentero. Ella por su parte continuaba moviendo su trasero, había llegado al clímax igualmente que su primo. Al poco tiempo el miembro de Radamanthys fue retirado, Úrsula se lanzó a la cama, esperando por él, sin embargo, el muchacho tomó su bata y la ató a su cintura. Segundo más tarde se retiró de su propia habitación.
Úrsula por su parte sonreía, acariciaba sus senos y su entrepierna, había logrado lo inimaginable. Radamanthys, su primo la había follado como no se lo esperaba, de la manera más ruda y excitante, y por si fuera poco, había derramado su semilla dentro de ella. Sabía que, si este se negaba a brindarle su apoyo, al menos podría reclamar cierta parte al parir un hijo suyo, claro, si es que llegaba a preñarla. De otra forma, estaba decidida a volver a intentarlo cuantas veces fuera necesario.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top