33. La Verdad Sale a la Luz
—¡Basta Aioria! te ordeno que bajes tu puño ahora — decía la pelo lila, Aioria se sorpendio al sentir ese cosmos que emanaba la joven.
—Este cosmos es demasiado poderoso... No puede ser... Usted es...
—Abre los ojos Aioria, el gran patriarca al que tanto fervor le tienes es el mismísimo diablo, los ha estado engañando durante tanto tiempo — expresó Saori.
—Eso es una falacia, estos caballeros han traicionado las órdenes del sumo sacerdote y no permitiré que se siga con ello, muchos menos que alguien como tú trate de hacerle daño — la pelo lila se enfado provocando que ardiera su cosmos.
—No has entendido Aioria, escucha muy bien lo que te estoy diciendo — la voz de Saori mostró ser dominante ante Aioria.
"Cómo es posible que alguien como esa chica posea semejante poder que iguala, o más bien... Supera todo el poder de los caballeros de oro... A no ser que está muchacha sea... ¡la diosa Atena!"
Aioria miraba con asombro a Saori, Seiya inrrumpió en la plática.
—Vete Saori, antes de que sea demasiado tarde — fue lo único que se logró escuchar de Pegaso.
—No te preocupes Seiya, déjame explicarle la verdad — contestó la pelo lila y se acercó a Aioria. —Hace trece años tu hermano salvó mi vida, de no haber sido por él nuestro mundo estaría en un completo caos — el santo de Leo escuchaba cada detalle de la ojiazul.
—¿Mi hermano salvó tu vida?
—Asi es Aioria, tu hermano fue un caballero muy valiente al hacerle frente al gran patriarca en aquel tiempo, él siempre deseó acabar con mi vida... El sumo sacerdote es el diablo que se ha apoderado del santuario — expresó.
—¿Que? Eso no... No puede ser cierto — el santo de Leo estaba atónito.
—Pues es la verdad, hace trece años el quiso matarme pero tú hermano llegó a tiempo y salvó mi vida, debido a eso el gran patriarca lo considero un traidor y cambio de ello mando a darle fin a su vida
Flashback
Se encontraba el sumo sacerdote a punto de clavar el puñal a una inocente bebé hasta que un valiente joven logró evitar que cometiera esa estupidez.
—¡Aioros!
—Gran patriarca ¿acaso ha perdido la cabeza? ¿Qué piensa hacerle a esta pobre criatura inocente? Y más cuando ella... Es la reencarnación de Atena — replicó el joven.
—¡Eso no te importa Aioros!
Los dos forcejearon con tal de evitar que la pequeña bebé fuera herida, sin embargo un empujón del joven de cabello café hizo que el gran patriarca perdiera su máscara, al ver su verdadero rostro Aioros quedó sin palabras.
El gran patriarca cubrió de inmediato su cara.
—¡Cómo pudiste Aioros!... Te atreviste a mirar mi cara...¡¡y por eso no me queda otra más que matarte!!
El sumo sacerdote estaba por atacar al joven de cabello café pero es último tomó a la pequeña bebé entre sus brazos para luego saltar por la ventana del templo. De inmediato, el sumo sacerdote dió aviso a todo sus subordinados de detener a Aioros y evitar que este se quedase con la niña.
Aioros por su parte iba corriendo a toda prisa con tal de no poner a la bebé en peligro, sin embargo en el camino se le atravesaron tres de sus compañeros de armas que ahora estaban puestos en contra suya.
Uno de ellos lanzó diversas sus rosas como armas punzantes al mismo tiempo en que el otro invocaba fantasmas haciendo de ellos un solo ataque, afortunadamente Aioros logra esquivarlos. El último de sus excompañeros salto por encima de él y estuvo a punto de lesionarlo con una de sus manos , Aioros de inmediato se apartó y le hizo incapié.
Los tres caballeros mostraron su descontento hacia Aioros.
—¡Danos a la niña! — exclamó el caballero de la constelación de Capricornio.
—No pienso darles a la niña, no permitiré que el gran patriarca la asesine — respondió Aioros. —No se dejen engañar, el gran patriarca es en realidad...
El joven Aioros fue interrumpido por el golpe del santo de Cáncer ocasionando que el cayera sentando al suelo aún con la bebé en sus brazos.
—Basta de tanta palabrería Aioros, más te vale que nos entregues a esa bebé o acabaremos contigo — advertía el santo de Piscis, no obstante el joven de cabello café no estaba conforme con lo que pedían sus excompañeros.
—Pues no les queda más de otra... Muy bien... háganlo, pero no dejaré que el gran patriarca se salga con la suya.
Aioros fue claro en lo que decía, los santos de Piscis y Cáncer lo volvieron a atacar. El joven libero un potente trueno atómico el cual dejo a ambos caballeros en mal estado, el único que seguía en pie era el caballero de Capricornio quien seguía persiguiendolo por todo el santuario.
Capricornio aprovechó que el joven se distrajo por un breve segundo y le hirió de gravedad con su Excalibur. Aioros terminó por caer al suelo, su excompañero iba acercándose a él.
—Lo mejor será que me entregues a esa niña, Aioros — dijo.
—No... Jamás lo haré... No pienso darles a la niña... No quiero lastimarte Shura, pero... ¡debo... Protegerla!
Aioros dió un grito mientras era rodeado por un fuerte resplandor, ante Shura se hacía presenta la armadura dorada de Sagitario la cual fue portada por su excompañero.
Los dos midieron su fuerza hasta que al final fue Aioros el que pudo dejar inconsciente a Shura, pero la herida que este último le había provocado empezaba a sangrar. Con respiración agitada y cansancio extremo el caballero de Sagitario tomó a la niña en sus brazos mientras seguía con su caminar.
Finalmente, Aioros terminó moribundo mientras cubria con una de sus alas a la pequeña bebé. Un hombre que venía de visita al santuario se percató de la presencia del joven quien en su último aliento le pidió que cuidara a la única esperanza de la tierra... La diosa Atena.
Fin flashback
Aioria había quedado afectado por toda la farsa que había vivido durante trece años, la Verdad era muy dolorosa para él debido al simple hecho de que fue engañado por el que creía que era el sumo sacerdote y por haber cargado injustamente la culpa sobre la supuesta traición que su hermano había hecho al santuario, Saori continúo hablando.
—Antes de que mi abuelo muriera me dijo todo lo que yo nunca pensé que iba a enterarme, la razón por la cual amenizó el torneo galáctico fue porque quería reunir a todos aquellos caballeros que estuvieran dispuestos a pelear por el bien de la humanidad — la pelo lila bajo la mirada.
—No puede ser... — dijo Aioria.
—Sin embargo con la sorpresiva llegada de Ikki y los caballeros negros todo cambió, el gran patriarca mando a los caballeros de plata para que matarán a los caballeros de bronce, solo que en este caso su prioridad fue el grupo de Seiya — replicó Saori. —Mientras los caballeros de plata hacían de las suyas el patriarca comprendió sobre mi existencia y el extraordinario poder de la armadura de Sagitario decidió mandar a secuestrarme... Pero gracias a Seiya y al resto no fue así — la chica sonrió.
—¿Ahora entiendes porqué el gran patriarca te mando a ti?
—Eh...
—No es contra nosotros con quién debes pelear sino contra el gran patriarca, el único responsable de todo lo que ha pasado — Saori respondío.
—Entonces... Si tú eres realmente... Atena... Demuéstrame si puedes defenderte de mi puño relámpago — contestó el caballero Leo a la vez que levantaba nuevamente su puño en contra de la pelo lila.
—¡Adelante! Si eres capaz de atravesar mi pecho con tu puño relámpago entonces hazlo, golpeame — la chica extendió los brazos, Aioria gruñó ante ello y aún con la duda iba a atacarla.
Al instante en el que lanzó su puño relámpago Seiya se puso en medio de ambos siendo él quien repelara el ataque de Aioria.
—¡Cómo has podido evitar mi puño, Seiya! — expresó Aioria.
—No lo sé realmente... Pero lo ví... Esa bola de luz que has lanzado en contra de Atena — Aioria reaccionó con sorpresa, Seiya logró retener la bola de energía con una sola mano.
—¡Eso es imposible! ¿Me estás queriendo decir que viste... La velocidad de la luz? — Leo abrió sus ojos como platos.
—Asi es Aioria, todo ese inmenso poder te destrozara la mano — contestó Pegaso.
"¿Aun no lo entiendes Aioria?
¿Crees que es bueno disiernar entre el bien y el mal?"
Esa voz llamo la atención del santo de Leo quien al ver nuevamente a Seiya se percató que detrás de él la imagen sus hermano Aioros hacia influencia en la armadura de Sagitario la cual estaba siendo portada por Pegaso.
—¡Tu!... No puedo creerlo... — Aioria quedó pasando. —Mi hermano... ¡Aioros!
¿¡Cómo te atreves a difamar a la diosa de esa manera!?
Ahora pagarás toda tu ignorancia con la muerte
Aioros se manifestó con mucha autoridad ante su hermano mientras fortalecía con su cosmos a Seiya quien devolvió el golpe de Leo con un poder superior al del santo de oro.
Aioria terminó por caer al suelo tras el contraataque que recibió de Seiya, este último no se explicaba el porque atacó de esa manera.
—¿Qué fue eso? Yo solamente... iba a devolverle el golpe... Pero... — vió que Aioria se incorporó e iba acercándose a él, puso su mano derecha sobre el hombro de Seiya.
—He perdido la pelea... No contra tí, sino... contra mi propio hermano — el santo de Leo alzó la vista hacia el cielo mientras dejo ir una sonrisa. —A pesar de que estes muerto, tu alma perdura en la armadura de Sagitario... Nunca fuiste un traidor, lo único que querías era luchar y defender a la diosa Atena y al resto de los caballeros — Leo concluyó con unas lágrimas en su rostro a Seiya, la armadura de Sagitario se desprendió por completo del castaño.
—Oye... La armadura se ha ensamblado nuevamente — Seiya miró a Aioria.
—Esto se debe a qué la armadura no te acepta como su nuevo dueño, solamente te defendió porque luchaste por la justicia, nada más.
—Ya veo, ¿fue por esa razón que me defendió del tonto de Ikki? — cuestionó. —Aunque... No es un tonto sino que un buen hombre — susurró y esbozo una sonrisa boba.
—Asi es... de no haber sido así, entonces la armadura hubiese cubrió al atacante... Recuérdalo siempre Seiya — el castaño asintió pero después le dió un escalofríos, Aioria se acercó a Saori e hizo acto de reverencia.
—Le pido mis más sinceras disculpas por el comportamiento que tuve mi señora — Saori tomó sus manos.
—Me alegra que hayas comprendido Aioria, disculpa aceptada — dijo la chica.
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