27. Athena


—Me alegro que estén bien, chicos.

Comentó Seiya con una leve sonrisa, Shiryu le ayudó a ponerse de pie.

—Ya que todos estamos reunidos otra vez, debemos regresar al coliseo y entregarle a Saori la armadura dorada — decia contenta Shun sin embargo Seiya bajo la cabeza.

—¿Qué tienes Seiya? — Shiryu le preguntó. —No te ves tan feliz... ¿Estás bien? — Hyoga le observó.

—Boten esas cosas... Esa armadura es falsa — exclamó Seiya, los tres restantes se sorprendieron.

—¿Qué estás diciendo? — indagó Shun.

—Lo que escuchaste Shun, Misty me lo dijo mientras nos enfrentabamos — respondió Seiya e hizo una leve risilla. —Jeh, y pensar que todo esté tiempo lo hemos desperdiciado en algo que ni siquiera es real... Es lo más tonto que nos ha pasado, ¿verdad?... De seguro que a nuestro padre le debió haber importado un pimiento ver cómo nos matábamos unos a otros por conseguir algo que ni siquiera fue real — observó a Shiryu y a Hyoga. —Imaginense todo el tiempo perdido que tuvimos por ello... me siento tan estúpido.

—Seiya... — habló Shun.

—Volvamos con Saori — replicó. —Ella nos tendrá rendir cuentas sobre este asunto.

Pegaso marchó del lugar mientras los demás le seguían, sin darse cuenta que a lo lejos eran observados por Shaina de Ofiuco.

...

Las horas pasaron y luego de tanto los caballeros habían llegado a su destino: el coliseo, que a simple vista estaba hecho ruinas después de mucho tiempo. Al ingresar se encontraron nada más ni nada menos que a Saori, la cual mantenía su vista puesta en el cielo, en una de sus manos portaba un báculo.

—Hasta que nos volvemos a ver — llamó el castaño a la chica, Saori mostró felicidad al ver a los santos de bronce caso contrario a ellos que se mostraban consternados.

—Seiya, Shiryu, Shun, Hyoga... Me alegra saber que siguen con vid...

Fue interrumpida por el ruido de las piezas de la armadura dorada las cuales los chicos dejaron caer al suelo para luego darle la espalda a la chica y empezaron a marcharse. Seiya respondía por ellos.

—Cumplimos con nuestra parte, ahora nos vamos.

—Oigan, ¿a dónde creen que van? — cuestionó Saori.

—A disfrutar nuestra libertad, ya no seguiremos tus órdenes nunca más — contestó el castaño provocando que Saori se molestara.

—No permitiré ese tipo de comportamiento Seiya — respondió.

—Y eso a mí que, además tu no eres quien para decirnos lo que debemos hacer — replicó mientras seguía caminando, Saori le respondió.

—Ustedes son los elegidos, la verdadera lucha está a punto de comenzar 

—Y para que quieres que luchemos después de lo que pasó en la guerra galáctica — miró a Saori. —Por qué no vas tú a luchar, de todas formas a tu abuelo le gusta ver cómo nos matamos unos a otros — contestó.

—¡No vuelvas a hablar así de mi abuelo! — la pelo lila se acerco a él.

—Como quieres que lo perdone si ya se que el es el padre tanto de Shiryu, como Hyoga... Y el mío — esto último lo dijo con resentimiento. —Como quieres que perdone a ese señor cuyo propósito que tuvo fue utilizarnos como juguetes a su antojo — la respuesta del castaño impresiono a la pelo lila.

—Ya veo... así que ya sabes la verdad...

—Si, te escuché una vez mientras conversabas con Tatsumi — dijo. —Hyoga, Shiryu y yo somos hijos de Mitsumasa Kido — Cisne y Dragón le miraron.

Ante la imposición de Seiya, Saori no tuvo de otra más que decirles la verdad, dió un suspiro mientras cerraba los ojos y aclaraba ciertas cosas que los chicos no sabían en su totalidad.

—Muy bien... Aclaremos sus dudas en este momento — dijo mientras recordaba todo lo que su abuelo le comentó cuando era pequeña, un fuerte cosmos surgió detras de ella ocasionado que los chicos se impactaran.

Flashback Narrado por Saori

Hace 13 años, mientras Mitsumasa visitaba las ruinas de los templos de Grecia, fue ahí cuando me encontró en brazos de un caballero dorado, era una bebé así que no sabía que pasaba exactamente en ese tiempo. Desde ese entonces él confirmo la existencia de los "caballeros", el joven que cuido de mi se llamaba Aioros, un guerrero cuya armadura era la de Sagitario.

Antes de morir le pidió que cuidase de la armadura y de mí, que era la única esperanza que el mundo necesitaba ante la amenaza que estaba a punto de aproximarse.

Fin flashback

—Recuerdo muy bien las palabras que mi abuelo había escuchado en boca de Aioros... "Ella es la reencarnación de la diosa Athena"

La revelación de la pelo lila dejó a cada uno de los chicos expectantes, sobretodo a Seiya.

—No... Debes estar loca... Tú... ¿Siendo la reencarnación de la diosa Athena? — Saori le miró. —Vaya, ese ha sido el peor pretexto que he escuchado en mi vida. Lo que estás diciendo es solo para que sigamos atendiendo tus estúpidas órdenes — recalcó mientras la señalaba como una mentirosa.

—¿Es que acaso no te das cuenta que todo lo que digo es la verdad?

—¿Verdad de qué? De que eres una simple caprichosa, egoísta y orgullosa — replicó Pegaso. —Aparte, que clase que chica eres tú... Una que decide lo mejor para uno y que al final todo se vaya al nabo

—¡Ya basta! — Saori alzó la voz. —¿No te consta que armadura dorada es prueba suficiente para que sepas la verdad? — cuestionó.

—Acaso eres necia, ni siquiera los caballeros de plata le tomaron importancia a esta supuesta armadura, ¿qué más quieres te diga?

Saori miró nuevamente al castaño y con serenidad terminó por responderle.

—Seiya, si en realidad dices ser un caballero... ya habrías sentido todo el cosmos que emana esta armadura.

Esa respuesta hizo reflexionar a Seiya, Saori estaba en lo correcto luego de recordar cuando él se había enfrentado a Ikki, ese momento en que la armadura actuó por cuenta propia y lo defendió de los ataques.

Aunque el seguía terco en hacerle caso, una y otra vez decía que el haberse metido con la fundación Grade había sido un error, Shiryu trató de calmar a Seiya.

—Shiryu, Shun, Hyoga... Ustedes piensan lo mismo que él, ¿no lucharán junto a mí? — los tres negaron. —Muy bien... Ahora me estoy dado cuenta que ustedes son solo unos completos cobardes, ¡vayanse de aquí! — replicó muy molesta.

El dilema llegó a su fin, Seiya y compañía salieron del coliseo, Shun le preguntó si lo que este había hecho era lo correcto hasta que sintieron una amenaza aproximarse, en el cielo presenciaron una jauría de cuervos quienes tenían rodeado el lugar alarmando al castaño.

Para sorpresa de los caballeros Saori quien ya estaba inconsciente había sido capturada por esas aves, junto a ella se llevaron las piezas de la armadura dorada.

No obstante Shun atacó a unos cuantos cuervos con sus cadenas mientras que Hyoga lanzaba su polvo de diamante, Shiryu en su caso lanzó su escudo con el cual arremetió varias de esas aves.

—¡Ve por ella, Seiya! — dijo Shiryu.

—Que... ¡No! — contestó.

—¡Deja un lado tu rabia y salvala! — replicó a lo que Seiya se quejó.

—Que desgra...

—¡Oye! — le regañó Shun.

—¡Lo siento! — se disculpó y fue tras Saori.

Los cuervos finalmente fueron vencidos por Shiryu y compañía, sin embargo Hyoga mostraba inconformidad.

—¿Qué sucede Hyoga? — cuestionó Dragón.

—¿Qué tienes? — preguntó Andrómeda mientras se acercaba a él.

—Nada... Es solo que... Recordé algo acerca de los caballeros de plata, entre ellos hay uno que utiliza los cuervos como su arma letal — Shiryu arqueó la ceja.

—No se supone que ellos estaban aquí, destruyendo el coliseo... ¿O alguien más estuvo aquí?

—No estoy tan seguro Shiryu, aunque... ¿Fueron ellos los que estuvieron aquí? — tanto él como Shiryu estaban con esa duda hasta que Shun reaccionó.

—Entonces, eso quiere decir que... ¡¡Seiya está en peligro!! — exclamó.



Nota final del capítulo:
Aclaro que Shun e Ikki son los únicos en esta historia que no son hijos de Mitsumasa Kido, ellos si tuvieron a sus padres reales, en algún capitulo futuro les diré un poco acerca de la historia de ambos hermanos.

¡Espero que lo hayan disfrutado!
Nos vemos en la próxima 💖😘

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