20-Un sorbo de Kallu
Aquella madrugada, mientras Albiore le ofrecía una nueva oportunidad de vida a Axum, el hermano de Marjani; cruzando el golfo de Adén y atravesando el archipiélago de Laquedivas, Raidne despertaba con el sonido de las gaviotas de la playa de Cherai, al norte de la isla Vypin, perteneciente a la ciudad de Kochi del Estado de Kerala.
Un estuario en donde se mezclan los remansos formados por los diversos distritos del río Periyar, en el este y el Mar Arábigo en el oeste.
El viento hacía tambalear los cocoteros. Cerca de allí, se podía ver desde la ribera, de uno de los remansos y cómo unos hombres extendían unas peculiares redes basculantes de pesca desde un muelle de madera, las Cheena Vala.
Raidne tomó una bocanada de aire fresco y exhaló profundamente. Había pasado tanto tiempo en aquel mundo submarino que había olvidado del verde de las hojas y como combinaban entre ellos para brindar una belleza inigualable conformando escenarios como el que estaba presenciando.
Incluso cuando volvió a la superficie, luego de largarse de aquel sitio tan abruptamente, estaba más preocupada por evitar ser vuelta a capturar, que no había siquiera podido detenerse a disfrutar de las maravillas del paisaje que la rodeaba, aunque ciertamente, en la Isla Andrómeda, no había demasiado verde por admirar... excepto por los ojos de aquel muchacho... Raidne se sonrojó unos instantes, y recordó aquella sensación de sorpresa que experimentó al abrir sus párpados en aquella playa de arena negra al toparse con un hermoso verde marino de esos ojos que reflejaban una profunda pureza de espíritu. Desde que había conocido a Sorrento, pese a intentar apartarlo, no había conseguido desplazar de sus pensamientos, con excepción de aquel "desconocido" (que supo reconocer luego), quien sin saber nada de ella, decidió protegerla frente a Dragón Marino y el resto de los generales, pese de la gran desventaja de poder que representaba.
Gracias a Shun y a Sorrento, pudo escapar de allí. Cuando Kanon desató su Genma Ken, Shun había desatado una corriente que logró inmovilizar a aquellos hombres por unos instantes, el suficiente para darle cierta ventaja, momentos más tarde, la melodía de Sorrento, los había adormecido a todos, excepto a ella, dándole así el tiempo suficiente para marcharse lejos de allí. Estaba preocupada por ellos, quizá lo único que hacía era generar problemas a los demás, pese a su gran deseo por protegerlos, sólo sabía empeorar todo. Era tiempo de dejar de lamentarse y comenzar a tejer su propio destino y hacerle frente a los obstáculos ella misma. No quería poner en riesgo a nadie más.
Cuando volvió a la casa, Maya había colocado los dátiles que Raidne había tirado, en la mesita sobre la que había desayunado el día anterior, y sentada en el suelo le indicó:
—Si tienes hambre, éste será tu desayuno. Y prepárate, nos iremos en una excursión en unos minutos, aprovechemos que el viento es favorable para navegar río arriba.
Dicho ésto, la mujer se levantó, y luego de ajustar su palluh alrededor de su cintura. Se marchó.
Raidne no sabía cómo interpretar las palabras de Maya. La noche anterior, había sido muy clara que no estaba lista para su entrenamiento... O al menos, estaba segura que la había comprendido. Sin embargo tras esas palabras, pese a su rigidez y frialdad, le sugerían que le estaba brindando otra oportunidad.
Tomó las ropas que le habían ofrecido el día anterior, y mientras recogía su cabello en una cola de caballo y posteriormente amarraba en un rodete, tomó el broche de cabello con la luna creciente y cuando la observó notó algo extraño... pero su observación fue interrumpida por las voces insistentes de Maya que la apresuraban. Así fue como Raidne, terminó de colocar aquel broche en su sitio para salir corriendo al encuentro con su maestra.
—¿A dónde vamos?
—A las cataratas de Athirappilly.
Luego de que Uvashi las ayudara y las despidiera desde la costa, al cabo de media hora iniciaban su viaje sobre la barca de Maya, navegaron hacia la desembocadura del Río Periyar, cruzando a través de éste río arriba.
Hay tres formas básicas de remontar un río contracorriente: halando desde tierra, con impulso de un remo o vapor, o bien, con ayuda del viento. Maya le daba indicaciones a Raidne, y a medida que avanzaban, le enseñaba cómo usar las velas, como remar.
Cuando el viento cambió, Maya comenzó a navegar en diagonal a este.
En aquel recorrido, cruzaban una gran cantidad de remansos los cuales con sus barcas brindaban el espectáculo de una Venecia tropical, pese a que Raidne no conociera dicha ciudad, estaba maravillada por todo aquello, así también como a la variedad de especies, tanto animales, como vegetales.
Luego de entrar al río Chalakudy siguieron un buen trecho hasta que el mismo se volvió más tumultuoso. Maya murmuró en voz alta :
—No es posible navegar río arriba y contra viento si la corriente de agua es más rápida que el viento. Tampoco se puede remar río arriba en unos rápidos. Ni remolcar una barcaza desde tierra en medio de un cañón, y la única forma de remontar una catarata es... bajarse del bote, bajar la carga y subir a pie.
Así, como si fueran las siguientes instrucciones, ambas bajaron para continuar el camino por tierra a pie.
Al cabo de unos minutos, Maya hizo su primera pregunta.
—¿Por qué decidiste buscarme para entrenarte?
—Quiero volverme fuerte
—Voy a obviar esa respuesta. Y voy a volver a insistir.
—Desde que nací, mi destino ha estado en manos de otros. Llegué a las puertas de un orfanato perdiendo la oportunidad de conocer a mi madre o a mi padre. Pasé de orfanato en orfanato. Hasta que una fundación se hizo cargo de mi educación con el propósito de servir como dama de compañía a una niña consentida. Allí también vivían un grupo de niños que la fundación criaba. Sin embargo. Mientras que a mi me instruían en danza, música y otras artes, a ellos les proporcionaban un severo entrenamiento físico. Cuando podía, me vestía de niño para aprender aquellas artes junto a ellos. Un día en que un grupo de niños hostigaba a otro más pequeño, no pude evitar detenerlos. No contenta con ello, intenté detener a la niña que se comportaba de manera muy cruel con ellos, sin embargo, luego de descubrirme, me castigaron. Ese día me enteré de que todos ellos, serían enviados a entrenar a un lugar de dónde tenían pocas posibilidades de regresar con vida. Mientras esperaba mi castigo, pensé que quizá, si podía hacerme muy fuerte, podría proteger a otros niños de que tuvieran que soportar ese tipo de injusticias. Hombres sin corazón que hacen de los niños lo que les viene en gana... Sin embargo, era absurdo que quienes podían ayudarme a cumplir mi propósito, era justamente contra quienes quería combatir.
—¿Qué hiciste entonces para llegar de allí al Santuario Marino?.
—Pedí que si me castigaban, se me diera una destino similar al de aquellos niños. Yo quería una oportunidad para volverme fuerte, entonces accedieron. Sin embargo, me enviaron a una academia que me educaba para servir y proteger a dicha niña. Pasé unos años allí, hasta que en un intento por escapar, fui raptada por Dragon de Mar, en ese momento no sabía por qué había venido por mi. Durante aquellos años, pensé que era el único camino que se me había presentado para cumplir con mi objetivo. Sin embargo, no resultó muy diferente a lo que ya había conocido... él tenía sus propios planes para mí. Sólo me entrenaría para luchar a su lado para proteger el santuario de Poseidón. Un día pude ver más allá de sus palabras... al descubrir algo de su pasado decidí marcharme. Hasta hace unos días, lo único que me motivaba era obtener justicia... contra la fundación, contra mi maestro...
Aquellas palabras llegaron a los oídos de Maya como si guera una afilada daga que amenazaba contra su nuca, y volviendo la mirada sobre Raidne, agregó:
—¿Justicia? No estarás confundiendo ese concepto con el de Venganza...
—Perdón, me expresé mal...
Maya se detuvo, e hizo una seña para dejar la barca en el suelo. Luego giró sobre sí misma para observar de frente a Radne.
—Niña... Este viaje me ayudará a tomar una decisión, todavía tengo dudas respecto de ayudarte a transitar por el camino que has escogido, pero todo dependerá de ti... Te advierto que me negaré a continuar si continúas confundiendo conceptos importantes que son tan diferentes entre sí pero los utilizas como sinónimos indistintamente. Lo primero que debes demostrar, es que serás responsable con el poder que desarrolles en el entrenamiento. Independientemente si sobrevives o no a él.
—No hace mucho tiempo que logré diferenciarlas... fue gracias a ese niño que logré comprender la diferencia, Es por eso que no hace mucho tiempo que puedo distinguirlas. Gracias a él comprendí que Dragón de Mar, además de ocultar cosas, enseñaba otras totalmente tergiversadas...
—¿Niño... A caso no hablabas de Dragon de mar?
—Aquel que cuando conocí de pequeño era hostigado por sus pares más grandes. No sólo había sobrevivido, sino que se había convertido en un cabellero. No dudó en ayudarme a escapar de quienes me perseguían, pese a su desventaja en número y en poder.
Maya había olvidado completamente cómo funcionaba la mente de una adolescente, a pesar de haberla transitado, de ello había pasado tanto tiempo que era capaz de registrarlo y tomar frente a ello una actitud más empática y condescendiente. Urvashi, por el contrario, era una niña particularmente madura y pragmática para que la cabeza le diera vueltas por un muchacho, o al menos sabía disimularlo demasiado bien porque aún no había notado señales de ello...
—Primera lección: El bindi de tu frente retiene la energía y fortalece la concentración, allí se encuentra tu Ājñā cakra, el punto de salida de la energía Kundalini. Utilízalo no sólo al prepararte en batalla; cuando te haga una pregunta, intenta responder con una respuesta breve. ... Recapitulando: Planeabas vengarte, hasta que volviste a reencontrarte con un amigo de la tierna infancia.
Raidne hizo silencio, estaba un poco desconcertada y algo molesta por la actitud fría e impaciente de Maya... Al fin y al cabo, había sido idea suya, desde interceptarla y navegar río arriba hasta allí.
Pero ya no importaba, o al menos eso creía, el ruido de las cascadas se hacía cada vez más fuerte... ya habían pasado casi 12 horas desde que salieron de Cherai.
A pesar de que las cataratas de Athirappilly se escuchaban a lo lejos, la noche estaba pronta por caer la noche y Maya quería asegurarse un refugio.
Se prepararon para pasar allí la noche, y mientras cenaban junto al fuego, Maya comenzó a revolver un pequeño bolso y extrajo una botella de vidrio, que contenía un líquido blancuzco con olor a alcohol. Raidne le preguntó:
—¿Maya, por qué se marchó del Santuario de Athena?
—Porque mi hermana corría peligro de muerte—Bebió un trago.
—...
—Lo siento, no te he ofrecido porque aún eres pequeña para beber Kallu... —Bebió un segundo trago— ¿Y qué fue lo que Dragón de Mar había ocultado?.
—Que dejó morir a mi madre y me abandonó a las puertas de un orfanato para luego arrepentirse años más tarde e ir en mi búsqueda.
Luego de aquellas palabras, Maya escupió lo que había ingerido, y cambiando de opinión, ofreció la botella mientras decía:
—Creo que vas a necesitar de un sorbo de esto más que yo.
Y Así Maya depositó en las manos de la joven Raidne, aquel fermento conocido vulgarmente como "vino de palma".
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top