El aire estaba saturado de curry y coco. Raidne había permanecido dormida varias horas, no recordaba mucho lo sucedido. Sentía un dolor en su frente, ocasionada por el corte del disco dorado de aquella mujer que había aparecido misteriosamente a bordo de aquel barco y que de algún modo, logró detener su ataque y teletransportarla de allí.

Poco a poco su bulbo olfatorio comenzaba a percibir el perfume de las especias. La anandamida despertaba su apetito dando por concluido su largo sueño.

Cuando abrió sus ojos, su primer reflejo fue buscar el origen de aquel perfume. Y encontró a sus pies, una pequeña mesa de patas cortas, en donde reposaba una gran hoja de plátano extendida y sobre ésta un rollo de arroz, que le recordaba a un sushi sin su característica alga nori, una especie de crepa crujiente y un cuenco con curry de garbanzos. A un costado pero fuera de la hoja, un tazón de lo que parecía leche con canela.

Luego se llevó la mano a la frente y descubrió una protuberancia vítrea.

Mientras se disponía a salir del catre, el tintineo de cascabeles, provenientes de unas ajorcas, interrumpió su empresa.

En la habitación, ingresaba una doncella de grandes ojos color violeta, tan sorprendentes como las dos marcas en su frente que rodeaban la joya que caía sobre su frente. Llevaba su rojizo cabello peinado en un rodete del cual caían unos piolines recubiertos de jazmín, vestía un saari, una especie de túnica muy colorida, y en sus manos llevaba una bandeja.

-¡Hello, suprabhātaṁ, ¿has dormido bien?

-¿Y tú quién eres? ¿En dónde estoy?

-Mi nombre es Urvashi. Bienvenida a Cherai, las playas más bellas de Kochi, la costa de Kerala. India

La muchacha sonreía, mientras se sienta extendiendo el palhu (ese fragmento de tela extra del sari que caía que caía sobre su hombro izquierdo) hacia atrás, y se sienta en el suelo con una de sus rodillas en alto dejando la bandeja sobre la mesa. La joven le hacía señas para que la acompañara en el desayuno con una mano, mientras que con la otra comenzaba a comer usando tres de sus dedos con movimientos envolventes.

Fue allí que Raidne notó que no había cubiertos de ningún tipo, así que imitando a Urvashi, comenzó a usar sus dedos para desayunar, incluso con el curry, de contextura más cremosa, cuyo sabor le resultó irresistible.

A pesar de que la curiosidad la invadía, el hambre era todavía más poderosa. Mientras Raidne devoraba Puttu, Appam y bebía Masala chai, el único sonido que reinaba en el ambiente, (además de sus expresiones de un paladar sorprendido) era el de las olas del mar.

Una vez finalizado el platillo, Raidne, que volvía a tocar su frente, preguntó:

-¿Cómo llegué hasta aquí?

-Mi am'mūm'ma te encontró inconsciente en la playa, y pensó que no era buena idea que los turistas vieran a una niña ahogada, no es buen negocio, sabes?

La respuesta descolocó a Raidne, pero antes de que pudiera reaccionar a ella, la muchacha se estaba riendo.

-No es gracioso...

-Vaḷare kṣamikkaṇaṁ, lo siento -Decía Urvashi mientras se tocaba los lóbulos de sus orejas, gesto de arrepentimiento en dicha cultura-. Descuida, si mi am'mūm'ma te trajo aquí, seguro tenga una razón.

-¿Qué es esto que tengo en la frente, y por qué no se quita?

-Se llama bindi o pottu, es adorno que llevamos las mujeres de aquí, debe habértelo colocado mi am'mūm'ma ... aunque ese en particular no es muy común. Deberás consultárselo luego.

-Cómo se llama tu am'mūm'ma

-Demasiadas preguntas de alguien que no se ha presentado aún...

Raidne se sonrojó un poco, solía ser más educada, pero la sensación de esa piedra en la frente, claramente no le estaba sentando del todo cómoda, sonrío y respondió.

-Oh, perdón, mi nombre es Raidne.

-Mi am'mūm'ma, se llama Maya, y es la maestra fundadora de nuestra Escuela de mohiniyattam.

Raidne sin saber a qué se refería con esas palabras en malayam, tan solo con reconocer el nombre "Maya" se puso de pie y exclamó:

-¡Oh!... entonces... ¡Tu am'mūm'ma es la famosa maestra que entrenó a varios guerreros... la maestra de mi maestro Dragón de Mar! ¡¡¡La he estado buscando!!!

Urvashi no sabía muy bien de qué hablaba su interlocutora y sacudió su cabeza sobre el eje del cuello hacia los costados lentamente, gesto que Raidne interpretó (erróneamente) como una afirmación.

Maya, era el nombre de aquella maestra que poseía las cualidades que Raidne consideraba necesarias para perfeccionar su técnica, destreza y provocar ilusiones del entorno o la materia. Si ella la entrenaba, podría concluir el entrenamiento que había comenzado a incursionar con Dragón Marino.

Raidne se alegró mucho. Aunque, dicha emoción tan sólo duró un par de horas, comenzando a decaer abruptamente en el momento que se percató de que la habían vestido como una aprendiz de bailarina y estaban por enseñarle pasos de aquellas danzas suereñas.

Urvashi, para incentivarla, le contó una historia breve, pero significativa.

-Para comprender lo que estás a punto de experimentar. Debes conocer ésta historia.

Mohini, la diosa del encanto, es el único avatar femenino del dios hindú Vishnu. Cuenta la leyenda que el Asura Bhasmasura había invocado al dios Shiva realizando severas penitencias. Shiva, complacido con Bhasmasura, le otorgó el poder de convertir a cualquiera en cenizas tocando su cabeza. El demonio para probar su poder, tocó la del propio Shiva quien cayó víctima de aquel hechizo. Vishnu fue en su rescate, y para ello se transformó en Mohini. Bhasmasura, quedó totalmente estupefacto ante Mohini y le pidió que se casara con él. Mohini accedió pero solo con la condición; Bhasmasura debería seguirla en una danza, movimiento por movimiento. En el transcurso del baile, Mohini llevó su mano sobre su cabeza a modo de paso. Bhasmasura imitó la acción, cayendo en la trampa de Mohini al usar su poder contra sí mismo; reduciéndose a cenizas. De allí nace ésta danza en donde Mohini se refiere a 'magia o encantamiento', mientras que attam significa ritmo.

Maya aún no había aparecido, y Urvashi ya la había puesto a... ¿danzar?

Mohino sostenía un instrumento que consistía en una pequeña caja de resonancia del tamaño de una caja grande de cerillas al que golpeaba con un palillo para marcar el ritmo:

-Vamos, el Adavu 2 tiene que salir hoy:
"Thei - Hitta -Thei - Hitti
Thei - Hitta - Thei- hitta"

Raidne, comenzó a frustrase, mientras pensaba para sus adentros: "Debe haber un error"

El sol estaba próximo a dar por finalizado el día, apenas entendía las palabras de Urvashi, su cuerpo apenas registraba los movimientos corporales que debía incorporar y su negación le hacía rechazar dicho entrenamiento. No le encontraba la relevancia para combatir...

-¡Ya es suficiente! No he venido aquí para hacer estas tonterías.

-¿Tonterías? ¿Y para qué me buscabas entonces?

El viento proveniente del mar, había empezado a resoplar con mayor intensidad. Las palmeras parecían balancearse, mientras una anciana mujer de cabello trenzado y Sari blanco (símbolo de la mujer viuda en ese país), se hizo presente.

-¿Maya?... -Raidne dio unos pasos para luego arrodillarse ante esa mujer para presentar sus respetos. -Usted ha sido quien le enseñó sus técnicas de ilusiones a Dragón de Mar?

-No, creo que te confundes.

-¡No puede ser!

-El único Dragón de Mar que conocí, murió hace muchos años, dudo que se trate de la misma persona.

La respuestas de la anciana apenas anudaba algunos cabos sueltos que Raidne tenía sobre la identidad de su ex-maestro. Mientras le dirigía una mirada dudosa, Maya continúo

-Muchacha, he vivido muchos años, más del doble de un anciano promedio, puedo verme vieja, pero mi memoria está intacta.

-He venido aquí porque debo detener a uno de sus ex-alumnos, necesito hacerme más fuerte.

Al oír aquellas palabras, la anciana hizo primero un silencio y luego se pronunció:

-¿Deber? ¿Necesidad? ¿O deseo personal?

Raidne se quedó meditando en aquellas palabras sin poder responder. La anciana volvió a pronunciarse.

-Si eso es a lo que has venido; primero... -dio un golpe en el suelo e inmediatamente la apariencia de mujer mayor desaparecía para convertirse en una mujer más joven, vigorosa, de cabellos color menta -debes demostrarme que realmente fuiste entrenada con mis técnicas-.