¡Feliz dia!
¡Hola, espero que disfruten este shot! <3
Antes que nada, quiero aclarar que entre Saitama y Genos ya han habido pequeños momentos de relación pero aún no son una. (Aunque en el shot se dice pero no mucho)
Ahora sí, pueden leer <3
[Edit: ¡Muchas gracias por todos los comentarios y votos! Esto llegó al +1K de leídas y estoy muy feliz <3 ]
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Pequeñas brisas de aire fresco entraban por la ventana abierta del pequeño departamento, haciendo que la suave tela de las cortinas se movieran con gracia en el viento. El ruido de la televisión encendida, junto a los pequeños sonidos que salían del cuerpo durmiente de el héroe clase B y el tenue sonido de los movimientos del cuerpo semi-robotizado de Genos, eran lo único que se podía oír en la habitación.
— ¿Qué tiene planeado para San Valentín, Amai Mask? Debes tener muchas pretendientes por tu popularidad y agradable apariencia.—
—Sinceramente, no tengo nada planeado, ya que, para celebrar este día tan esperado por muchos, se debe tener una persona muy especial en la vida, la cual no tengo. Aunque espero que las personas que lo celebren lo disfruten mucho con su querida persona especial, en especial mis fanaticos. —
Saitama que se encontraba cómodamente durmiendo sobre su futón junto a un manga olvidado sobre su pecho, no logró evitar un pequeño sobresalto de su cuerpo al sentir un choque de platos desde la cocina. Se sentó, el manga que se encontraba sobre su pecho cayó en su regazo con un pequeño sonido, mientras dirigía su atención de inmediato hacia donde se había escuchado ese pequeño estruendo, notando solamente al rubio con inquietud en su rostro.
— ¿Te encuentras bien, Genos? — Preguntó entre medio de un bostezo, mientras se rascaba la espalda.
— ¡S-Si, sensei! Lamento haberlo despertado, uno de los platos resbaló de mi agarre. Por favor, vuelva a dormir, prometo que no volverá a pasar de nuevo . — El rubio desvío su atención de su maestro hacia la loza que se encontraba lavando, poniendo así un fin a la conversación.
Saitama lo observó con atención un momento. Las facciones normalmente tensas de Genos, se habían vuelto algo mezcladas con nerviosismo e inquietud. ¿De verdad se encuentra bien? Decidió ignorar el tema, si algo pasaba; Genos le diría.
El mayor volvió un momento su atención a la televisión, gruñendo al ver al héroe más engreído de la asociación ser entrevistado como siempre. No lo conocía mucho, solo de vista; de esa vez que comió junto a Genos y el héroe clase A le dio una visita a su auto-proclamado discipulo. No solía opinar mucho de las personas si no tenía algún respaldo de ellas, pero lo que le había contado su estudiante le era suficiente para saber cómo era el popular personaje.
¿Qué tiene de bueno ese tipo? Tan solo es un engreido clase A. Deberían entrevistar a un clase S, al menos; como Genos. ¡Si! Sería muy divertido ver alguna entrevista de el, apuesto a que pondría a los reporteros nerviosos, en especial a las mujeres. Y así también podría ver qué dice de mí... Bueno, creo que ya sé muy bien que diría... Ese chico no se guarda mucho las cosas.
Sacudió su cabeza al notar que estaba pensando mucho en el cyborg, borrando de forma inmediata esa pequeña y tonta sonrisa que había aparecido en sus labios involuntariamente. Dejó caer su cuerpo nuevamente en el futón, ignorando la televisión y dirigiendo su mirada a la cocina en donde se encontraba el rubio. Notando como su rostro había vuelto a tener la misma mirada intensa de siempre. Siempre tan serio, me gustaría verlo reír alguna vez... Verlo y escucharlo, sería muy interesante.
Ni siquiera se había percatado que su discípulo se había movido de la cocina para sentarse al frente de él, en su pose favorita.
—¡G-Genos! — Se alejó un poco al tenerlo tan de frente. —¿Q-Qué quieres? —
El rubio lo quedo observando un momento, curiosidad en esos orbes dorados. — Nada, sensei. ¿Se encuentra bien?, parece estar pensando en algo. Usted sabe que cualquier problema que tenga, yo estaré muy feliz de ayudarlo y escucharlo. —
¡Mierda!, Genos sabe leerme muy bien. — Eh... No, nada. Solo me había quedado pegado con él manga que estaba leyendo, no es nada la verdad. — Termino con una pequeña risa fingida, evitando la mirada penetrante del rubio. Notó desde las comisuras de sus ojos a su discípulo asentir levemente. ¡Bien, funciono!
— Ya veo... Yo saldré a comprar unos ingredientes, sensei. Si se haya con hambre y aún no he regresado, hay comida preparada en el refrigerador. — Hablaba el menor, levantándose y dirigiéndose a la puerta para ponerse sus zapatos.
— ¿Eh? ¿A dónde vas? ¿Por qué no vamos juntos? — Se sintió algo avergonzado al darse cuenta de lo desesperado que había sonado lo último. ¡Pero no era su culpa! Siempre compraban los ingredientes juntos, ¿Por qué ahora no?
El cyborg tenso levemente sus hombros. —N-No se preocupe Saitama sensei. Yo me encargaré de todo, descanse. — Fue la respuesta inmediata del menor sin darse vuelta.
"¡Pero si ya descanse!", gritó en su mente. — Esta bien, espero no te equivoques de ingredientes como la otra vez. — Molestó con indiferencia, intentado ocultar las ganas que tenía de acompañar al más joven.
Recordó cómo Genos un día llegó con ingredientes equivocados al hogar. Se había burlado de su discípulo y hasta reído de el. Dios, hace mucho que no me reía así. No fue la culpa de Genos haberse equivocado, ya que Saitama le había dado una nota con lo que traer y... Bueno, digamos que su letra no era las más entendible y linda del mundo. Nunca olvidaría el rostro del otro al darse cuenta de su "error", aunque claro, después de todas las burlas, el mayor se disculpó y terminaron comprando los ingredientes juntos de todos modos. Y una pequeña lata de sardinas para Genos en forma de disculpa...
El cyborg asintió, haciendo una pequeña reverencia para luego salir del pequeño departamento con prisa en sus pasos.
De un segundo a otro, todo se veía muy tranquilo y calmado en la pequeña habitación.
Muy solitario.
No podía negar que el joven héroe llenaba un espacio gigante en su vida ahora. Sin el, se sentía vacío. Si, completamente vacío; de igual forma a como se sentía antes de conocer a Genos.
Sin Genos, todo perdia su color.
—Diablos, ¿Quién iba a pensar que un cyborg adolescente y acosador, cambiaría tanto mi vida? — Se volvió a sentar, cruzando sus piernas en forma de mariposa; observó un momento la cocina, luego el escritorio al lado suyo y por último la pequeña mesita de centro, que se encontraba al lado de la pared. Hasta la más mínima cosa había cambiado desde la llegada de Genos.
Sacudió su cabeza nuevamente, prestándole atención al manga que se encontraba en su regazo, comenzando a leer en donde había quedado. Y así intentar aliviar este amargo sentimiento.
Ni si quiera habían pasado diez minutos y Saitama ya no aguantaba más.
— Ahh... ¡Me aburro! — Le dijo a la nada, se recostó nuevamente en el futón, mirando hacia el cielo de su departamento perdidamente. — Ni si quiera sé cuánto tardará en llegar Genos. —
Genos.
De verdad había estado actuando raro antes de irse. Genos siempre me invita a comprar con el; o simplemente se alegra cuando digo que iré con el. ¿Me acaba de rechazar? ¿Me está evitando?
— ¿Qué estás hablando, idiota? — Se golpeó levemente las mejillas para despertar un poco. — Tan solo fue a comprar, no es necesario que lo acompañe siempre, es un chico grande ya, puede cuidarse solo. — Se aseguró a el mismo, miro un momento la televisión para luego sonreír al acordarse que tenía una consola de King.
—Bueno, así no me aburriré tanto. — Se entusiasmó, levantándose para conectar el aparato al televisor. Tenía que aprovechar la consola, ya faltaba poco para que King se diera cuenta que falta algo a su adorada colección.
Una hora y media había pasado, y Genos no volvía. No es que estuviera contando los minutos y esas cosas.
En momentos así es cuando le gustaría tener un móvil. Así tan solo podría llamarlo y preguntarle cómo está. — Genos por qué tardas. — Murmuró apagando la consola de King, ya se había aburrido de jugar el mismo juego de hace una hora y media atrás.
Se levantó, estirándose lo más que podía, dejando escapar un extraño sonido por su boca al hacerlo. Posó sus manos en su cintura, contemplando sus opciones.
Podía salir a buscar a Genos o quedarse a esperarlo en casa. Luego de unos segundos tomó su decisión.
— Bueno, creo que es mi turno de ser el acosador. —
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El héroe clase B se había paseado por todas las cercanías de su hogar; esperando encontrar a su compañero, pero no había rastro de él, por lo que decidió acercarse a las zonas que aún se encontraban pobladas y prácticamente normales de la ciudad.
—Malditos días comerciales, está lleno de parejas. — Murmuró por lo bajo, mientras caminaba y se apartaba de las personas.
Se encontraba en un centro comercial, aún esperando encontrar a su discípulo; de paso observaba las tiendas a su alrededor. Quizás pueda comprar un nuevo manga; Oh, pero creo que no traje dinero... Uh...
— ¡E-Es Demon Cyborg! —
—¡No lo puedo creer! —
— ¡Quiero una foto, una foto! —
¿Eh? ¿Genos?, Saitama, dirigió su atención a la conmoción que se encontraba a unos metros de distancia suya, guardando rápidamente su monedero. Se ocultó tras unas plantas decorativas que se encontraban cerca de él; observando con atención al grupo de estudiantes que habían acorralado al rubio.
El mayor no pudo evitar soltar una carcajada para luego taparse su boca, Genos siempre tenía una cara tan seria, incluso para recibir a sus fans.
Pero qué hace aquí de todos modos, había dicho que compraría ingredientes y sin embargo está en un centro comercial.
¿Qué estaba ocultando?
—¡¿Uh?!— Dijo con sorpresa cuando ya habían dejado a solas a su compañero. El cyborg tenía unas bolsas de regalos muy llamativas en sus manos.
¿A quién le está comprando regalos? ¿Y por qué me lo ocultaría? ¡¿T-Tiene novia?! ¡No, no, no puede tener novia! Despues de... ¿Pero que mierda estoy hablando? Genos es joven...
Claro que Genos si puede tener novia, es un chico joven y apuesto... Tiene todas las buenas cualidades como para tener una mujer perfecta a su lado, ¿Quién soy yo para negarle su juventud?
¿Quién soy yo para decirle a quién amar?
De un momento a otro, el mayor se comenzo a sentir mal. El hecho de estar espiando a su discípulo y que éste no se sintiera con la confianza suficiente de contarle algo así despues de todo lo que habian pasado juntos estos ultimos meses, le había afectado un poco; mas bien mucho....
Ni si quiera se había percatado que había estado rompiendo una de las flores con sus propias manos. ¡Oh, mierda! - Intento arreglar la flor un poco, destacando el "intentar"; para luego dejarla en su posición original.
Observó nuevamente a su compañero con amargura, viendo el rostro relajado de este contemplar con curiosidad las tiendas.
Dejó escapar un pequeño suspiro de sus labios, dándose media vuelta y marchándose de allí; sintiendo como todos esos sentimientos y emociones de soledad volvían a él tan vivos y presentes como antes.
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El cielo parecia pintado con sus etéreos colores del atardecer, mientras que alguno que otro pajarillo zurcaba por los vientos de tan desolada zona.
— Sensei, ya llegue. — El rubio aviso como siempre. El sonido de bolsas y paquetes lo acompañaban en su caminar.
El héroe clase B se encontraba acostado en el futón, mirando la televisión con aburrimiento en su rostro. — Oh, bienvenido Genos. — Respondió con desinterés sin despegar su vista de la televisión. Aún se sentía algo molesto por el secreto del menor.
Escuchaba al cyborg moverse y por los sonidos que hacian sus pies al pisar el suelo, suponía que estaba dejando los paquetes en el escritorio, para luego dirigirse a la cocina.
— Saitama sensei, ¿No ha comido nada? — El tono de preocupación era innegable.
El mayor se tomó su tiempo en responder, para luego al fin mirar al rubio. — No, no tengo hambre aún. — Mintió, observando al joven en la cocina. Vio al rubio mirarlo con intensidad y con sospecha para luego notar como este se acercaba a él, sentándose de rodillas al frente suyo.
— ¿Se encuentra bien? —
No idiota, ¿Por qué no confías en mí? ¿Por qué no me dijiste que tenías novia? ¿Por qué me permitiste tener sentimientos hacia ti, cuando ya tienes a alguien más? — Si, Genos. — Respondió suavemente y sin expresión.
El cyborg lo quedo observando, su mirada intensa cargaba en su cuerpo, ya era tarde cuando se dio cuenta que el otro estaba haciendo esa acción que tanto le disgutaba. — ¡Hey! — Levantó una de sus manos, tapando el rostro de el otro con suavidad, sin querer dañarlo. — No más análisis. — Sentía la piel suave y tibia bajo su tacto; casi real.
— Lo siento sensei, solo quería asegurarme de que en verdad se encontraba bien — El rubio quitaba lentamente la mano de su maestro, mirándolo con preocupación.
Saitama tan solo lo dejo. A pesar de que este hecho completamente de metal, su toque es tan tibio y suave como el de una persona.
Ambos se quedaron observando un momento. El menor se había puesto algo nervioso ante la mirada fría e inexpresiva de su maestro.
— Sensei, ¿He hecho algo ma-... —
— ¿No confías en mí, Genos? —
—¿ D-Disculpe? —
— ¿No confías en mí, Genos? —
Un silencio incómodo y ensordecedor rodeó por completo el ambiente de la habitación.
— D-Discúlpeme, Saitama sensei, pero sigo sin entender a lo que usted se refiere. — El cyborg agacho su cabeza indicando obvia vergüenza al no lograr entender a su maestro.
Saitama hizo un ruido extraño, una mezcla entre un gruñido y un grito de frustración. Se sentó frente a frente con Genos, cruzando sus piernas al estilo mariposa y mirando con exasperación a su discípulo.
—¡¿ Por qué no me dijiste que tenías novia?! ¡Después de todo, no confías en mí!— Se quedó en silencio un momento, sintiendo remordimiento y absoluta vergüenza al haberle gritado a Genos, notando como este agachaba su rostro aún más. — ... Después de todo lo que hemos pasado. — Repitió con mucha más suavidad que antes, pero con clara decepción en su tono.
Anhelaba tanto volver a sentir y ahora es lo último que quiero hacer.
El silencio volvió a la habitación y Saitama lo único que quería hacer era saltar por el balcón y desaparecer de allí. Un viaje a la luna no suena tan mal ahora. Estuvo a punto de levantarse cuando Genos volvió a hablar.
— S-Saitama sensei, no sé de dónde saco tal especulación, pero usted debería saber mas que nadie, que yo en realidad no tengo novia, ni nada por estilo. No después de... — El cyborg volvió a mirarlo a los ojos.
El mayor frunció el ceño, dirigiendo su atención a las bolsas y paquetes que habían estado acompañando a su discípulo con recelo. — ¿Y todo eso para quien es entonces? ¿Crees que soy tonto? —
— ¡N-No, sensei! — El cyborg volvió a agachar su cabeza, sus metálicas manos apretando con fuerza la tela de su pantalón.
— ¡Genos! — Llamó para que el otro siguiera hablando cuando notó la tardanza que tenía al responder, cruzo sus brazos sobre su pecho, esperando respuesta.
El rubio apretó sus puños, para luego erguirse y soltar un largo suspiro de sus labios artificiales, aunque innecesario para su sistema pero aliviante para su cerebro.
—¡Son para usted, sensei! Hoy se celebra el Día de San Valentín mundialmente. Y como es normal, a las personas muy especiales para uno, se les hacen regalos y usted, sensei, es una persona muy especial para mí. —
¡¿Qué?! ¡¿Acabo de oír bien?! ¡Mierda! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?!
El mayor se quedó pasmado ante la respuesta. Dejo caer sus brazos a sus lados, sin saber qué hacer con ellos; Genos había vuelto a agachar su cabeza y Saitama tenía ganas de alzarlo y plantarle un beso ahí mismo.
— ¿Es... ¿E-Es una broma, no? — Sintió arrepentimiento de inmediato al tono desinteresado que había tomado su voz. ¡No había sido su intención que su voz haya salido así! - Notó los puños del rubio apretarse con fuerza, haciendo un extraño sonido metálico.
— ¡Lo siento mucho, sensei! — Hizo una pequeña reverencia en forma de disculpa. — M-Me desharé de inmediato de los regalos, fue muy tonto de mi parte haber gastado dinero en objetos que claramente a Saitama sen-... — Fue interrumpido por un par de labios suaves sobre los suyos.
El mayor no pudo aguantar más, además si no lo hacía antes, el rubio seguiría hablando hasta haber usado cada palabra que tenía almacenada en su memoria. Si yo no doy el primer paso no avanzaremos nunca...
El beso fue algo tonto y errático. Uno hace tiempo que no besaba y otro que nunca antes lo había hecho. Las manos del mayor se encontraban agarrando con delicadeza el rostro del menor, tocando con ternura la suave piel sintética del rubio. Los labios de Genos, besaban con clara timidez. Como si Saitama fuera a arrepentirse en cualquier momento. Al contrario de los labios del otro héroe, que eran demandantes y curiosos. A pesar de ser piel falsa, se siente muy real. Saitama no pudo evitar sonreír ligeramente en el beso al sentir unas manos temblorosas posarse en su pecho, oyendo como las ventilaciones de Genos funcionaban más rápidamente de lo normal.
El beso duró unos segundos, hasta que Saitama tuvo que separarse en busca de aire. Todo el malestar que había sentido este día, había desvanecido con este simple y dulce beso. Ambos se quedaron observando un momento, ambos sin saber qué hacer a continuación. El mayor aún tenía sus manos en el rostro del otro, pero las bajo lentamente por sus brazos, pasando por cada detalle de estos y notando como estos estaban algo más calientes de lo normal, hasta llegar a las manos del menor que aún se encontraban posadas en su pecho; entrelazando los dedos lentamente para luego observar sus manos juntas con afecto.
— Saitama sensei... S-Siento haberle causado una idea errónea. — Dijo con timidez el cyborg; se podía escuchar desde dentro de su cuerpo el sonido de sus ventilaciones trabajando con más esfuerzo.
Saitama soltó un suspiro, sintiéndose completamente tonto. Ahora se me es obvio; de todos modos, Genos y yo ya hemos pasado algunos momentos más íntimos últimamente, simplemente hemos sido muy tontos para hacer algo al respecto. Soy un idiota. — Siento haber entendido una idea errónea y siento haberte gritado también. Es... Es solo que ... — El mayor se quedó en silencio, mirando hacia el lado. — ¿Qué me regalaste? — Cambio el tema con la esperanza que Genos le siguiera la corriente. Y sonrió triunfante cuando el menor se levanto apresuradamente para traer los regalos.
Saitama se tomó todo el tiempo necesario para abrir los regalos, sin quitar en ningún momento la pequeña y afectuosa sonrisa que se encontraba en sus labios.
— Wow, un chocolate, gracias Genos, espero te hayas comprado uno para ti porque no pienso compartir. — Comentó con una pequeña carcajada.
— ¡Oh, mangas nuevos! Hombre, ya necesitaba más, justo pensaba en comprarme más mangas cuando te estaba espi-... ¡Cuando te estaba esperando! ¡Si, esperando! — Fingió una risa. Merezco un premio al mejor actor; demonios, al menos mejor que Sweet Mask.
— No... ¡No! ¡Ohhh...! ¡Genos! ¡La nueva consola que salió al mercado! ¡King se morirá de la envidia! — Abrió emocionado la caja que contenía la nueva consola del año, pero de la nada Saitama sintió una pequeña punzada de culpabilidad en su pecho.
— ¿Sensei? ¿Pasa algo? ¿No le gustó el regalo? — La voz de esperanza de Genos le llego completamente al mayor.
— N-No es eso... N-No puedo aceptar todo esto... No tengo nada para ti, Genos. Fui un idiota y olvide completamente este día... Además no espere que ambos nos correspondiéramos los sentimientos. Aunque ahora que lo pienso, eso fue tonto; ya que últimamente hemos estado más juntos de lo normal... — Se rasco la cabeza, mirando hacía el lado con vergüenza al hablar más de lo normal.
Notó a Genos alejarse en silencio nuevamente sintiendo algo de angustia para luego aliviarse al verlo volver con un pequeño paquete, el cual se lo entregó a él. Saitama lo acepto con duda, no quería aceptar más regalos de Genos, se sentía como un completo idiota. Sin embargo, algo era diferente con ese regalo.
Tenía una pequeña etiqueta, la cual decía claramente; "Para Genos".
Saitama se sorprendió. ¡Este pensó en todo!
— No sabía, si usted correspondería mis sentimientos sensei, pero aún así decidí arriesgarme y comprar estas cosas. Aunque como usted dice, nuestra relación se ha vuelto más íntima en este último tiempo. Sé que a usted no le interes-... — Fue interrumpido nuevamente cuando el mayor le presentó el paquete cerca de su rostro.
Saitama impacientemente esperaba que Genos abriera el presente, que cómicamente, el mismo se había comprado. ¿Habrá estado viendo algunas caricaturas amarillas?
— ¡¿En serio?! —Dijo incrédulamente al ver lo que guardaba Genos cuidadosamente entre sus brazos.
Era un peluche.
Un jodido peluche de Saitama.
— No puedo creerlo. Genos esto es ridiculo. ¡Tienes la cosa real a tu lado! Además mírale esa nariz y ojos; yo no los tengo así. ¡Y no estoy tan panzudo! — Exclamó con indignación al ver su copia barata versión peluche en el delicado agarre del menor, pero no pudo contener la sonrisa que se formó en sus labios al ver la suave y afectuosa expresión en el rostro de su discípulo.
— Lo siento sensei, pero no puedo negar el hecho de que estoy muy feliz que la asociación haya reconocido parte de su esfuerzo; creando así un peluche de usted para la venta. — Se quedó en silencio un momento para luego suspirar suavemente. — Aunque sí a usted le molesta o le incomoda lo puedo... Lo puedo devolver, Saitama sensei. —
El mayor no pudo evitar sentirse algo extraño. Pero, ¡Vamos!, no puedo negarle la única cosa que Genos desea. — No... No, está bien, Genos; puedes quedártelo. Tan solo, recuerda que tienes al original a tu lado. — Acepto finalmente, observando con maravilla el rostro de su compañero prácticamente iluminarse.
—¡Si, sensei! —
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La oscura y fría noche ya se había hecho presente en ciudad Z. El pequeño departamento de Saitama tan solo se encontraba iluminado por el resplandor tenue de la luna que cruzaba por el balcón. Iluminando perfectamente las dos formas que se encontraban descansando en el medio de la habitación.
Ninguno dormía aún, simplemente disfrutaban de la agradable compañía del otro; de lo especial que había sido este día. El mayor se encontraba rodeando con sus brazos el cuerpo del rubio; algo que había hecho varias noches anteriores, pero que ahora lo hacía con más confianza en sus movimientos.
— Prometo regalarte algo más adelante. — Comentó de la nada el mayor, aún sintiendo algo de culpabilidad en su mente.
— No, sensei, con el solo hecho que me permita estar a su lado, se me es completamente suficiente e incomparable a cualquier clase de regalo. —
Este idiota... — ¡No digas cosas así de la nada! — Oculto su rostro en el cuello del menor, sintiendo sus mejillas algo más acaloradas de lo normal. Tantas emociones que podía sentir con unas simples palabras de Genos...
Ambos se quedaron en silencio nuevamente, el menor tenía una pequeña sonrisa plasmada en sus labios; apretó levemente su mano que se encontraba entrelazada con la del otro héroe.
— ¿Sabes Genos? — Hablo el mayor, no recibió respuesta del otro pero sabía que estaba escuchando con atención... Siempre lo hacía. — Hoy tuve mucho miedo; miedo, pánico, angustia y temor. —
El menor intento volver su cara para mirar a su maestro pero debido a la posición en que se encontraban, no se le era posible. — ¿Por qué?— En su tono la preocupación se podía percibir con facilidad.
Saitama suspiró levemente, nunca había sido tan abierto con alguien respecto a sus sentimientos, pero se lo debía; por Genos era capaz de cualquier cosa. — Porque cuando te fuiste hoy, volví a sentirme solo; sentí esa soledad a la cual estaba tan acostumbrado antiguamente, pero... Ahora te tengo a ti y al marcharte, y haber estado afuera tanto tiempo, me di cuenta que... Simplemente no podría volver a estar de esa forma; sabiendo lo bien y agradable que se siente tenerte a mi lado. — Apego su cabeza en el cuello del otro nuevamente, ahogándose en el aroma característico del rubio. — Tu me hiciste sentir de nuevo y te lo agradezco enormemente, pero si alguna vez te vas, no quisiera seguir sintiendo; porque tú fuiste el que abriste esa puerta hacia mi interior. — Inflo levemente su pecho con aire, sintiendo algo más de confianza en sus palabras. — Lo que quiero decir, Genos, es que si tú no eres el dueño de todas estas emociones y sentimientos que me provocas, no quiero que nadie más lo sea. — Termino casi en un susurro, cerró sus ojos con fuerza, extrañamente esperando un rechazo. El rechazo que siempre le había dado la vida.
Sintió unos movimientos por el cuerpo del menor, notando como éste llevaba sus manos hacia su rostro rápidamente. ¡¿Lo hice llorar?! — Genos, Genos, no llores por favor. — Se sentó apresurado, intentando calmar a su discípulo. No, el futón...
— Lo siento, sensei, no pude contenerme esta vez. — Se lamentó el rubio, sonriendo apenadamente cuando el mayor comenzaba a limpiar sus mejillas y las comisuras de sus ojos con delicadeza.
Saitama lo quedo observando un momento. La luz de la luna le viene muy bien. Se inclinó, dejando un pequeño beso en sus labios.
Y a pesar de ser mayoritariamente compuesto por materiales pesados simulando al cuerpo humano... A pesar de eso, sigues teniendo más vida y brillo que yo.
—Esta bien, Genos, feliz día de San Valentín. —
—Feliz día, sensei. —
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Bueno, gracias por leer hasta aquí! :')
No quedó como yo quería, pues quería hacerlo con el tema de San Valentín más presente pero me desvié un poco, creo^^
Mi idea era que Genos escuchará en la televisión lo de San Valentín y que se hacen regalos a personas especiales. Genos luego le daría regalos a Saitama porque lo considera como una persona especial para él, no por el hecho de San valentin y las parejas. (Ya saben, Genos puede ser muy ingenuo a veces) Saitama simplemente no se lo esperaba y se avergüenza, siendo ahí cuando terminan confesando sus verdaderos sentimientos. Aunque más centrado en san Valentín.
Y como vieron, en un momento me desvié a lo que tenía en mente^^
Pero bueno, espero haya sido de su agrado, estaré revisando más tarde la historia ya que no he tenido tiempo de hacerlo, pero espero que no hayan muchos errores.
Feliz día a todos <3
Comentarios y votos son siempre muy apreciados <3
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