ALERTA

Casi condenado, inoportuno e inconciente.

Respire profundo y me desperté, me quedé paralizada mientras recordaba mi pasado una y otra vez , podía verlo y sentirlo como un muerto sobre mi, una sombra negra que me perseguía con desesperación, cuando escuché gritos abajo.

-Ketzaly - dijo Xóchitl abriendo la puerta de mi habitación, me abrazo con fuerza y puso un par de migajas de pan en mi bolsa.

-tengo que irme verdad - respondí mientras se acercaba a la puerta de nuevo.

-Tienes que salir de aquí han matado a una de las chicas y vendrán por ti - recordé la imagen en mi cabeza, el chico del lago, Xóchitl cerró la puerta de nuevo y me levanté para tomar mis cosas, tomaron la puerta de una forma horrible, mientras abajo podía escuchar a todas las chicas llorando mientras Elena las defendía.

-¿Qué necesitas?- abrí la puerta agarrando un poco de valor.

-Te encontré - escuché en oído como una sombra detrás de aquél chico, no me hacía daño pero sabía que estaba ahí, observándome enzima de mi.

-Déjame - dije aunque realmente se sintió más como si lo hubiera pensado.

-Lo sentiste- su mano tocaba mi cabello y parte de mi mejilla era frío y aterrador al mismo tiempo, me sostenía de las manos y solo me hacía seguir mirando, no había luz solo oscuridad.

No respondí ni siquiera lo pensé cuando la puerta tocó y me dejó caer, respire profundo.

-Vamos niña no lo hagas difícil es por tu bien- dijo Emilia con los brazos cruzados, juntó a otras chicas detrás de ella.

-Necesito que salgas de aquí le informaré a los hombres que te persigan y salvaremos a las chicas del burdel - me dijo el chico de antes.

-¿Por qué me ayudas? - respondí en voz baja.

-Necesito tu anillo - mire mi anillo de esmeralda de mi madre, respire profundo y lo puse en su mano.

Me coloqué mi mochila y di un paso para atrás, Xóchitl no dejo pasar a ese hombre aunque si me miró.

-Lo siento mucho querida pero no puede hacer nada - respire profundo y me hacer que a la ventana.

-No pongas resistencia- mire al chico y abrir la ventana de un solo golpe.

-No para nada- sabía que aún cabía por la ventana solo tenía un intento o caería, en la mierda del lugar, me acerque al chico cambiando el anillo por otro.

-Lo siento pero era de mi madre - contesté .

-No Ketzaly - salí como pude intentando brincar hacia la azotea.

No tenia tiempo para lamentaciones o hacer preguntas, sabía que pasaría sabía que ese día llegaría.

Cada distrito había perdido fertilidad no solo en la tierra si no en las mujeres, era muy difícil ver a niños y mujeres fuera de las calles al menos que estuvieran casadas.

Seguí corriendo por los techos de las viejas casas, sabía que me estaba persiguiendo.

-Detengan a esa bruja - grito uno de ellos mientras me observaban.

Bruja, respire profundo aunque la sangre me hervía por el simple echo de escuchar esa palabra, aunque en el fondo sabía que el hombre me quedaba, seguí corriendo sin detenerme, tenía que bajar y perderme entre la gente del pueblo.

Mire a mi alrededor, -Lo sientes - escuché decir, me quedé paralizada y sentí como me empujaron.

Lo siento, me repetí mientras caía.

- te encontré - dijo de nuevo una voz caí entre unas cajas de madera, el dolor en mi espalda era pensante, podía escucharlos no muy lejos, escupí la sangre que salía de mi boca y me levanté.

-Tienes que pagar eso- dijo un hombre alegando por sus cajas, me levanté y seguí corriendo mientras no dejaba de gritar.

-Lo siento pero me persiguen - escuchaba a los guardias a mis espaldas cuando me escabuhí entre las mujeres nobles .

La gente salía de la fiesta del tlatoani, todos celebraban mientras el salía con un montón de guardias a su alrededor, respire profundo y entre la multitud, podía ver al hombre aún buscándome.

Xóchitl también me buscaba, la veía entre la gente, me coloque la capucha y metí la mano a mi bolsa, aún tenía un poco de sal negra y perlas .

Las rompí en mi mano y respire profundo, la magia tenía un olor la magia se podía percibir, pero con perlas negras y sal negra no, al menos eso era lo que intentaban.

-Invisible como el viento, invisible sin sentir, que no quede rastro en el tiempo de mi y mi cuerpo, no me reconocerán no me oirán y me olvidarán- me llene de la sal.

-lo siento mucho mamá- dije mientras me miraba en el vidrio de una de las tiendas, mis ojos no eran iguales a los de mi madre.

-Todos cuiden al rey - dijo un hombre mientras sentía como usaba su olfato
Me escondí entre la gente y seguí caminando.

-por favor no no me huelas no me huelas- todos los guardias se pusieron en posición, Xóchitl ya no estaba, seguí caminando cuando alguien me tomo del hombro.

-Ten más cuidado- mire al guardia el mismo, maldita sea están por todos lados.

-Claro señor, huele por haya- hice una seña y una mujer estaba en medio del lugar, la mire horrorizada, era una verdadera bruja.

-Te salvaste por esta vez - me tomo de los hombros y me regreso el anillo.

-Te encontraré de nuevo y no tendré piedad - me dejó ir y para detener a la mujer que se acercaba al Tlatoani .

Ella era una Xaltocan , me aleje lo suficiente y solo mire entre las sombras, ellas en su mayoría eran mujeres, mitad araña, sus manos parecían patas y su cara se deformaba cada vez más, se dice que entraban al bosque xibalba se bañaban en sangre de bebé antes de ser bautizado y devoraban arañas de la laguna maldita por dónde rodo la cabeza de la reina.

Hace años que no veía una, está era bastante poderosa, se dice que toman dos formas de la araña o la de una bella mujer una que débora hombres, aunque los guardias apenas pudieron con ella, tan solo una mordía de ella los paraliza, los hipnotiza, los confunde con miedo, los hiere desde adentro y los pudre hasta que ya no quede nada, y solo queda su cuerpo, sin alma como un cascarón de huevo tan frágiles que se rompen al instante.

La única forma de acabar con ella es ardiendo su cuerpo en la hoguera me di la vuelta cuando eso pasó, el olor era insoportable, seguí caminando entra la oscuridad mientras negaba lo que había visto.

-Es muy raro que llegues primero está vez- dijo Eliot escondido entre los árboles.

-Te da miedo verdad - dije llegando a sus espaldas, Itzel me miró.

-Valla creí que no llegarías- me miró de pies a cabeza y solo se escondió entre los árboles.

-Es tarde y tenemos que entrar la carroza perderá su cursó trampa o no tenemos que estar atentos y alerta- el solo estar cerca de ese bosque se sentía raro, cada parte de mi estaba alerta.

Sentía un escalofrío por todo mi cuerpo, voces me llamaban de todas las formas posibles, el sonido de miles de cuervos saliendo despavoridos de los árboles, estaba tan alerta qué sentía cada parte de mi.

Eliot tenía miedo y caminaba con cuidado entre los árboles, Itzel parecía estar bastante bien, solo la miraba de reojo mientras sentía como mis botas se hundían en el lodo el olor que emanaba era repugnante y el simple echo del sonido del romper una rama alteraba cada uno de mis sentidos.

Había una que otra criatura escondida entre las hojas y los árboles, me parecía bastante triste, el bosque llegó a tener vida y ahora se veía de esta manera.

-Ahí vienen- Itzel camino hacia los árboles,mientras veía el camino principal, mire alrededor y lo sentí una mirada.

-No estamos solos- dije mientras Eliot comenzaba a acomodar una trampa.

Ellos nos observan, seguí dando pasos hacia atrás alejándome los sentía observando los sentía cerca, como animales esperando devorar a su presa.

Las ruedas de la carroza estaban cerca me escondí entre los arboles y Eliot utilizo la trampa pero Itzel.

Un aullido de un lobo me puso alerta, su pelaje negro y ojos azules, la movilidad de sus patas apunto de atacar a su presa.

-Cambia de color a lo que ellos son inmune sin magia, roja como la sangre normal como los demás que me vean como ellos que me confunda entre ellos- me quedé cayada mientras miraba todo a mi alrededor, cada parte del bosque.

Como una palmada que me daba el viento aquella bruma negra logro tocarme sin embargo en lugar de hacerme daño no hizo más que alterarme

-te cuidado - di la vuelta.

-Eliot no- grite para alejarme y salir corriendo.

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