BAUTIZO
La religión muchas veces esconde pecadores.
-El párroco lo quiere como su propio hijo es por eso que solo a él le encargó de usted señorita - me colocó el manto en el rastro y lo cubrió.
-Tu has asistido a algo como esto - le pregunté mientras caminábamos entre la oscuridad de la noche.
-Si señorita es bastante lindo - contesto sonriendo, no era la única todos se dirigían a la capilla con velas, era la única luz que alumbraba entre todo lo demás, dentro de la capilla asia frío a pesar de las velas encendidas.
Todos cubiertos del rostro, entre sola junto a todos los demás.
-Querida madre enséñame que esto solo es un paso a lo que nesecitamos, protección y cuidado para seguir con vida ya no vivo si no lucho para seguir aquí- me quedé callada y me coloque en y lugar en el dentro junto a las bancas.
Entraron dos hombres vestidos de negro, dirigí la mirada hacia atrás y cerraron la puerta.
-Por favor ayudame - dije una vez que escuché el golpe.
Empezó casi de maravilla...
Comenzaron con un cántico hacia la santa palabra que tanto adoraban, respiraba lento he intentaba disfrutar de ello.
-El bautizo como primera opción de nuestra gran referencia a nuestra palabra, ante las aguas de aquellas palabras que salieron de nuestra señora, ligados para ser protegidos ante el pecado y aquellas manos oscuras que han ido a otro camino, aquellas manos que se han alejado de nuestro sagrado caminó de fe esperanza y gloria- tomo una pequeña concha y la indio en un pozo de agua en el centro de nosotros todos se arrodillaron.
-Todos ahora reciban el bautizo de su señor y palabra sagrada - todos levantaron las manos y repitieron esas palabras.
-Recibimos a nuestro señor recibimos la sagrada palabra ven aquí imploró tu perdón - yo no lo hice, pero si los miraba, después de eso parecía cambiar todo de un momento a otro, podía ver a pequeños niños alrededor el sonido de madera vieja al pisarla, nadie se destapaba el rostro, seguían cantando y orando mientras yo sentía el calor de la llamas de las velas.
Y al mismo tiempo sentía un frío maldito por toda la espalda, los veía a todos y cada uno, respiraba profundo y los escuchaba una y otra vez con ganas y gustosos.
-Querida - llegó un hombre tomándome de la mano.
-Es hora de que seas bendecida, serás sumergida en el agua como tú bautizo, seguido de una cruz de salva en la frente y por último el cuerpo de nuestra sagrada palabra, y así tendrías tu bautizo, comunión y primera salvación - respire profundo y me coloque junto aquel pozo, mire a mi alrededor todos con las manos arriba, el color rojo y la oscuridad que cubrían el lugar, los niños entre las sombras cuando sentí su mano fría, en la espalda.
Con fuerza me agachó hundiéndome en el agua, estaba fría, las burbujas de mi respiración, me tomé de las orillas de aquel pozo mientras luchaba por saber de nuevo, aunque no podía y llegaba cada vez más al fondo, podía sentir los gritos de aquellos niños, su dolor y sufrimiento, sentía como el agua me quemaba de una forma inexplicable, pero esa mano no se iba.
Sentía sus cuerpos, sus aguas tenían historia había vida, y al mismo tiempo una muerte desgarradora.
Un fuego recorría mis pulmones, no respiraba, la fricción y la fuerza en mi , quería dejar de sentir, esas aguas estaban sucias, mi cabello no detectaba pureza, mi cuerpo sentía dolor, mi cabello no brillaba y mi cuerpo tampoco.
-A donde vamos mamá- parecía que podía verlos.
-A un lugar seguro querida un lugar hermoso- grite bajo el agua.
Me levantaron y me soltó respire profundo y mire a todos a mi alrededor son dejar de verme mi cabello, todos estaban a mi alrededor, los niños las mujeres mientras ellos solo rezaban y oraban.
-Sigue querida sigue - dijo otro hombre vestido de negro llevándome hacia aquella cruz de alba, simplemente me miró sin quitar aquel velo de mi cara casi se transparentaba, estaba totalmente mojada.
-La cruz que te llevará a la luz- con su dedo comenzó a hacer una pequeña cruz en mi frente quemaba, respire profundo sin decir nada mientras sentia el dolor en mi frente, en mi cuerpo sentía torturas, tantas como no podía imaginar.
Mientras ellos seguían observando y sellaban las pinturas.
Caían lágrimas por mis mejillas y mis ojos estaban completamente llenos de las mismas, los niños ya no lo eran , su forma era como la de mujeres , todas y cada una observando entre dolor y llanto.
-Continuamos- su mano se sentía tan fría pero aún así seguí las piernas me temblaban y seguía.
-Un poco de cuerpo de nuestra sagrada palabra para quitar los pecados y ser perdonados, olvidados todos - abrí la boca y colocó un pedazo de ello no lo ingeri lo tenía en mi boca sentía un sabor amargo y un olor a pudre.
No hice más que sostenerlo en mi boca lo pese como si no fuera nada más.
-Abre la boca - dijo una vez que descubrio mi rostro, le hice caso y asintió contento con la cabeza se colocó frente a todos y sonrió levantando la manos .
-He aquí a todos nuestros nuevos miembros, nuevos ante la palabra sagrada, ante la fe y el amor todos - sonrió mientras todos hacían lo mismo felices y sonrientes.
-Ahora les presentaremos a nuestra sagrada palabra - todos comenzaron a agacharse, se ponían de rodillas mientras un hombre vestido de blanco con guantes carga un gran libro, estaba echo de piel de siervo, su funda era de lana de cordero, y la tinta sangre de animales, pasar de estar cerrado podía distinguir como escurría la sangre, todos a mi alrededor oraban y cantaban.
-Todos pidan perdón ante la sagrada palabra todos muestren su perdón todos eleven pónganse de rodillas ante ella - podía ver a una mujer frente a mi sus manos se movían constantemente menté mientras sus ojos estaban en blanco.
Más adelante el llanto de un hombre se asia presente y atrás una mujer el llanto y los gritos de ellos eran fuertes y dolorosos llenos de lástima, un dolor intenso que los hacía quedarse sin aire, a mi lado otra mujer lloraba y gritaba como si algo le faltará, salía baba de su boca , no la toque mis manos temblaban mientras solo me sentía atrapada en medio de todo ese caos por qué realmente no tenía otra palabra para llamarlo .
La mujer de mi lado de un momento a otro comenzó a escupir sangre, una especie de baba negra que salía de dentro de ella mientras lloraba y gritaba, el llanto de dolor llenaba toda la capilla cuando un eco interminable uno horrible y oscuro que me hacía alejarme y dar pasos hacia atrás, casi en shock miraba a todos a mi alrededor, un hombre lloraba desconsolado mientras aquel que vestía de negro hablaba.
-Rueguen perdón, rueguen su perdón- llegué a la puerta mientras solo observaba, una mujer comenzó a convulsionar a mi lado, salía espuma de su boca, casi aterrada intente tocarla cuando un hombre de negro me tomo del brazo, demasiado fuerte.
-¿Por que no la ayudan? - negó con la cabeza y me alejo mientras sentía como todo mi cuerpo temblaba, de miedo.
-No podemos y no la toques - dijo mientras otro hombre se acercaba a simplemente los sentaban una vez que se ponían de esa manera en mi mente simplemente no podía dejar de pensar en que todo eso terminará, respire profundo y sentía un horrible asco tan horrible que casi vomitaba, hasta que el hombre me tomo de los hombros.
-pide perdón y no sentirás más dolor -di un paso hacia atrás mientras evitaba llorar.
-Pide perdón - me romo de las mejillas y saco aquel morral que habían dejado en mi habitación, su olor era horrible.
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