¿Celos?

Demian llego a su casa alrededor de las 6:00 de la tarde, apenas entro dejo su maletín en la mesita junto a la puerta y se disponía a subir las escaleras para darse un baño y cambiarse cuando noto que en lo alto de la escalera se encontraba Yamil con los brazos cruzados y con una actitud bastante hostil.

Sonrió internamente y continuo subiendo las escaleras hasta quedar a la altura de la mujer enfadada.

―¿Sucede algo? ― pregunto al pasar junto a ella.

Yamil apretó los dientes y lo siguió por el pasillo hasta la puerta de su habitación.

―Demian tenemos que hablar sobre tu seguridad y esa costumbre que tienes de desaparecerte en la nada.

Demian dejo la puerta abierta al entrar a su alcoba y comenzó a sacarse la corbata.

―Yamil ya te lo dije antes, no necesito niñera.

―Y yo no necesito perder mi tiempo buscando por todos lados a un niño malcriado.

―Entonces te sugiero que recojas tus pertenencias y te vayas de aquí... ahora si no te importa tengo una cita.

―¿Una cita?...Demian...¡para ya! ― replico cuando Demian comenzó a sacarse la ropa, ya iba por la camisa y seguía por el cinturón cuando ella le pidió que se detuviera.

Demian detuvo sus movimientos y la miro.

―Escucha Yamil, acepte que fueras mi custodio personal por Aisha, ella logra sacarme promesas que ni se cuando las hago, pero eso no significa que te puedes entrometer en mi vida diaria como te de la gana, por eso te digo y espero que esta vez sea definitivo, si quieres permanecer en esta casa te pido que por favor, te comportes como lo que eres, una empleada.

Yamil rechino los dientes con furia.

―Pensé que a estas alturas ya habíamos pasado mas allá de esa linea.

―Eso también te lo dije, no lo arruines.

―¿Todo esto es por la broma del otro día?

Demian rio y negó con la cabeza, revisando en su ropero, sacando una camisa, un pantalón...

―No tiene que ver con eso, ya te hice pagar esas bromas ― explico Demian ― te pasaste el día completo intentando disculparte ― se rio ― ya tuve mi venganza.

―¡Cretino! ― murmuro Yamil y Demian se encogió de hombros riendo.

―Señorita busca pleitos, sabes que me pareces candente pero nada mas, solo dejame tranquilo con mi rutina, se lo que prometiste ser y listo.

Yamil resoplo controlando su temperamento lo mejor que podía.

―Esta bien, tienes razón ― acepto al fin ― ¿vas a salir?

Demian giro a verla con una ceja levantada, con expresión interrogante por eso Yamil mantuvo la actitud profesional.

―Debo saberlo para hacer mi trabajo, descuida, solo es por eso.

Demian asintió con una sonrisa media y miro la hora en el reloj.

―Tengo que darme un baño, si quieres mañana terminamos la charla o puedes acompañarme al baño... podrías sostenerme la toalla o incluso lavarme la espalda.

Yamil refunfuño, giro y salio cerrando la puerta de la alcoba de Demian tan fuerte que las ventanas vibraron.

Dentro el reía a carcajadas.

*

En vista de que Demian se negaba a que una mujer condujera su auto y que ademas le molestaba el que estuviera tan pegada a el, llegaron a un acuerdo, en el que cada uno iba en su auto y así no invadían el espacio personal del otro.

Claro Yamil no espero que la cita de Demian fuera Avril la abogada de Will.

Ella imagino una cena de negocios con algún cliente, nunca algo tan... informal.

Por ello cuando lo vio entrar al restaurante y dirigirse hacia la mesa en la que se encontraba Avril, supo que esa reunión nada tenia que ver con negocios.

A pesar de ello, mantuvo la distancia que debía y después de revisar que el lugar fuera seguro, se acomodo en un sitio discreto a vigilar mientras Demian mantenía su "reunión" con Avril.

La cena al parecer iba bien, Avril y Demian charlaban riendo y comiendo a gusto, mientras ella permanecía en pie, en un rincón del restaurante.

Los veía desde su sitio, comer, reír, charlar, y ¡dios!... acercarse uno al otro para susurrarse al oído.

Se sentía llena de furia porque tan solo unas horas atrás, la trataba como si ella fuera la peste y ahora con esa chica que casi ni conocía parecía como un viejo amigo de toda la vida.

*

―¿Porque piensas que hay micrófonos en mi oficina? ― pregunto Demian con preocupación.

―No solo en tu oficina, sino en tosa la empresa, creo que deberías hablar con Greg para que se haga cargo con discreción del asunto.

―Si lo haré pero, ¿como sabes o porque imaginas que los hay?

―Lo vi en mi oficina después de que Richard McGregory fue a verme esta mañana.

―¿Lo viste? ― se intereso mas Demian, entonces Avril se acerco a su ido y le susurro ― es que a veces creo que me siento un poco detective ― se rio con ganas.

Demian la miro y comenzó a reír.

―Tienes un agradable sentido del humor.

―Gracias es uno de mi tantos talentos.

―¿Que otros talentos tienes?

Avril se encogió de hombros y sonrió bebiendo el vino de su copa.

―Pues te puedo decir que soy muy buena descubriendo secretos, los demás... tendrás que descubrirlos por ti mismo.

Demian sonrió terminando su vino y sirviendo mas.

―Dime Demian como es que acabaste metido en todo este enredo.

El suspiro, apoyo el codo en la mesa y el rostro en la mano, volvió a suspirar profundamente y sonrió apenas.

―¿Alguna vez estuviste tan enamorada de alguien que cometiste una locura y debido a eso lo siguiente fue expiar tus culpas por medio de buenas acciones aunque eso implique perder el corazón en el camino?

Avril frunció el cejo y negó con la cabeza.

―La verdad es que no, pero suena a algo realmente complicado,cuéntame, ya me dio curiosidad.

―Esta bien, pero espero que la primera parte de mi historia no te predisponga en mi contra.

―Descuida, como abogada lo primero que debo hacer es dejar los prejuicios de lado y prestar atención a los hechos y para poder ser objetiva en mis juicios.

―En ese caso, confío en poder exponer mis motivos, aunque yo mismo me recrimino algunas cosas.

Demian comenzó a relatar los hechos desde el día en que el padre de Aisha falleció, hasta que junto con Will y Yamil decidieron que lo mejor era alejar a la pareja de l zona de peligro al menos hasta descubrir que era lo que realmente buscaba la persona que se encontraba tras las sombras y planeando los atentados una y otra vez.

―Entonces... dime, soy digno de una absolución o seré condenado por mis actos criminales anteriores.

―Diría que por tus actos posteriores y lo mucho que has intentado redimirte, estas perdonado, aunque tienes razón, lo que quisiste hacer con Aisha fue de poco hombre.

―Lo se y no hay día que no piense en eso y me arrepienta, ademas que piense ¿que hubiera sucedido si ella no sabia defenderse?

―Demian...

―Despierto muchas veces pensando en lo que seria hoy de Aisha si yo hubiera logrado hacer esa barbaridad... eso me hace sentir un hombre que no merece un poco de consideración ― su mirada reflejaba el dolor que su alma albergaba debido a la culpa que aun sentía.

―¿No lo hablaste con Aisha?

―Le pedí perdón y trate de ayudarla cuanto pude, sacrifique el amor que en verdad sentía por ella pero que no merecía por mi bajeza, y hoy me alegra saber que ella al fin es feliz.

―Demian, deberías poder perdonarte eso, si ella ya lo hizo.

Demian desvió la mirada avergonzado.

―Aisha tiene un alma pura, me perdono y nuevamente me considera su amiga pero... soy yo quien no puede perdonarse ese hecho y lo que pudo ocurrir si lograba alcanzar mi objetivo.

―Estabas ebrio.

―Eso no es un justificativo, tu como mujer deberías saberlo.

―No eres mala persona.

Demian no respondió, solo dejo caer la mano en la mesa y bajo apenas la mirada.

―Demian ya no te castigues por algo que no llego a ocurrir ― replico Avril estirando la mano hacia la de el que reposaba en la mesa, acariciándola con afecto.

Demian tomo apretó la mano que le brindaba apoyo.

―Gracias por comprender Avril.

―Deberías dejar de atormentarte por eso, se que Aisha no querría verte acosado por la culpa.

―No descansare hasta saber que es lo que sucede, porque están tan empeñados en hacerle daño a Aisha y a Will, solo entonces quizás pueda dejar de sentir esta culpa tan pesada en mi pecho.

Avril le sonrió manteniendo la presión en la mano que ahora también acariciaba la suya casi de manera inconsciente.

―Puedes contar con mi sincera amistad, no debes padecer solo esto, por favor considerarme tu amiga.

―Lo haré, te lo agradezco Avril.

*

Del otro lado del recinto Yamil luchaba con un sentimiento nuevo para ella hasta el momento.

El ver a Demian tomar la mano de Avril, estaba causando en su interior un sentir que no explicaba y que sinceramente no deseaba descubrir.

Ella se había jurado no sentir eso nunca mas por nadie.

Con Vincent ya había tenido mas que suficiente.

Se paso la mitad de la vida enamorada de el, y el mismo tiempo sufriendo porque no notaba ese sentimiento, al contrario, siempre fue la hermana menor, la pequeña Yam a quien debían proteger.

Tanto Will como Vincent la cuidaron y la mantuvieron a salvo, pero ninguno descubrió realmente lo que guardaba en su interior. Ese amor hacia Vincent que la consumió hasta que supo que había muerto poco tiempo atrás.

Ya a esa altura estaba segura de que lo que sentía por Vinnie no era mas que una especie de obsesión juvenil que perduro por el tiempo, aunque en principio si lo amo con fuerza y sin medida, al pasar el tiempo ese amor se transformo y ahora solo quedaba un bello y dulce recuerdo.

Pero todo eso era el pasado y lo que sentía ahora al ver que Demian se encontraba tan a gusto con la abogada era otro sentir, algo nuevo que no sintió antes.

Celos terribles y poderosos celos que la impulsaban a pensar en cosas absurdas como ir a separar sus manos para gritarle a esa chica que no debía tocar mas a Demian.

¿Pero porque haría semejante tontería?

Ella no sentía nada por ese cretino de mal carácter...¿verdad?

*

Demian llevo a Avril a su casa y esta lo invito a tomar un café, el rechazo pero acepto permanecer un poco mas en su casa sentados en la entrada.

La noche estaba bella, algo fría pero sin nubes y la luna alumbraba el cielo con intensidad.

Mientras estaban sentados allí Avril suspiro y metió las manos entre las piernas y observo el cielo en silencio.

―Eres un buen hombre Demian.

―Gracias, pero como dice Yamil, a veces puedo ser un cretino.

Avril sonrió negando con la cabeza.

―No lo creo así.

Demian sonrió a su vez.

―Me haces bien Avril, hace mucho tiempo no sentía esta paz ― confeso Demian, en tanto, desde su auto Yamil los veía apretando la mandíbula con fuerza.

Si definitivamente eso que sentía eran... unos terribles celos.

Continuara...

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