Capítulo Veintisiete
GRACIAS A TODOS LOS QUE OS PREOCUPÁSTEIS POR MI SALUD!!! MUCHOS BESOS!!!
ESTOY MUCHO MEJOR GRACIAS A TODOS VUESTROS BUENOS DESEOS :-)
FELIZ SEMANA SANTA Y ESPERO QUE OS GUSTE EL CAPÍTULO!!!
BESOTES ENORMES
***
Pensativo, hacía girar la cucharilla sobre el mantel que cubría la mesa. Hacía tiempo que se había sentado a desayunar pero la carta que aún estaba abierta a un lado de su taza le había quitado el hambre de un plumazo y lo había llenado en cambio de disconformidad y resentimiento.
Siempre se había considerado un hombre decidido que actuaba en consecuencia. Quería algo, iba a por él. Durante el transcurso en conseguirlo podía alterar su modo de actuar pero la tenacidad no cambiaba en absoluto y su firmeza en lo que se proponía, tampoco.
Puso la mano sobre la cuchara que giraba y la detuvo de manera brusca.
Volvió a mirar la carta con el el ceño fruncido porque precisamente en ese asunto estaba atado de pies y manos y no podía hacer nada más que esperar pacientemente a que Allan Wolf le escribiera periódicamente informándole de sus avances para encontrar a su madre y a su hermana, o más bien, que le notificara que no había avance alguno.
Apartó el plato que aún tenía ante sí y tomó la hoja de papel de nuevo entre sus manos para volver a releerla, esperando por arte de magia que las palabras decepcionantes fueran sustituidas por otras que le diera algo de esperanza de un reencuentro cercano con lo que él consideraba su única familia, aparte de Cynthia, claro, pero la lectura le mostró exactamente lo mismo que las cuatro veces anteriores. No había noticias de ellas y la señora Pearce, el ama de llaves de los McKenzie, tampoco se había puesto en contacto con ninguna de las dos.
Escocia era lo suficientemente grande como para que no se las encontrara nunca y eso sin contar que no decidieran ir a Irlanda, volver a Inglaterra o a cualquier otro lugar.
Tenía que reconocer que Wolf solo llevaba unos meses dedicado a ello y que hubiera sido un auténtico milagro si las hubiera encontrado tan pronto, pero eso era lo que realmente deseaba, saber que estaban bien, reencontrarse con su madre y conocer a Annie, se arriesgaba a que no quisieran tener ningún tipo de contacto con él, pero dudaba que ese fuera el caso, al menos eso esperaba.
¿Cómo sería su hermana? ¿Se parecería a él?.
Miles de preguntas sin respuesta llenaban los minutos y las horas de sus días y él quería encontrar las respuestas a cada una de ellas.
Pasos se acercaban hasta donde se encontraba. Tomó la carta, doblándola de nuevo, para meterla en el sobre mientras miraba hacia la puerta por donde Sawyer apareció un segundo después.
- Lord Starling y Lord ....-
Anunció con voz potente pero de nuevo fue interrumpido por Arlington y se marchó refunfuñando entre dientes.
- Buenos días, veo que habéis decidido aparecer por mi casa cada vez más a menudo.- Gabriel saludó a sus amigos sin levantarse y les indicó que se sentaran donde les apeteciera.-
- Yo tengo una buena excusa, Gabe.- Nick sonreía complacido con la vida.- Meredith anda como loca junto a mi madre preparando el baile de esta noche y dice que como es en honor vuestro tiene que ser perfecto. Los criados corretean por todos lados y un hombre, al menos yo, necesita paz de vez en cuando.- Estaba molesto porque a pesar de haber puesto todo su empeño para mantener a Meredith en la cama hasta bien entrada la mañana, ella había saltado como una gacela en cuanto él le había hecho partícipe de sus intenciones, alegando que ya tendrían tiempo más tarde y que en ese momento aún quedaba mucho por hacer.- Me encontré con Damon en la puerta. Tendrás que preguntarle a él del porqué de su visita.-
Damon se levantó e hizo sonar la campanilla llamando al servicio. Necesitaba un café bien cargado. Devoró con los ojos la comida que se exhibía en la mesa. Tenía un hambre lobuna.
- Lo mío es puro interés culinario. Regreso a casa pero no puedo esperar a que me preparen algo de comer, - Sus dos amigos miraron el reloj para cerciorarse de la hora y después se sonrieron entre sí.- así que he pensado que la tuya está más cerca y que seguramente estarías desayunando. Deberías agradecerme que te ofrezca mi compañía.- Cogió un panecillo para llevárselo a la boca con deleite.-
- ¿Tienes bastante con lo que hay aquí o necesitas algo más?.- Le preguntó Gabe divertido.- No sé como puedes mantenerte en forma si comes de la manera en que lo haces.-
- Hago mucho ejercicio. Boxeo, practico esgrima.-
Agradeció que su taza hubiera llegado y se la llenó de café recién hecho, sin leche y sin azúcar, como a él le gustaba.
- Muchacho, ¿Podría ver si hay tarta de melaza en la cocina?.-
- En seguida, milord.- Sawyer pensó en traerle la tarta y si había de frambuesas también la llevaría por si acaso cambiaba de opinión.-
- Además está todo el ejercicio nocturno. Es tu favorito y te has especializado en él.- Nick no puedo evitar bromear sobre ello.-
- Un caballero no habla de esos cosas.- Damon lo miró divertido de verdad y les guiñó un ojo mientras metía el tenedor en su boca lleno de crujiente bacon.-
- Por tu cara de satisfacción parece que te lo has pasado muy bien.- Nick le preguntó curioso.- Te ha mantenido hasta bien tarde en su cama, o hasta bien temprano, según se mire.- Dijo pensando que eran apenas las ocho de la mañana.-
- Y lo he hecho, no lo dudes.- Los ojos le brillaron con picardía.- Cambiando de tema, ¿Qué sientes ahora que te queda una semana para ser un hombre casado, Gabe?.-
Gabriel sonrió completamente relajado. Siempre se sentía así cuando estaba con ellos. Le hacían olvidarse de los pocos o muchos problemas que tuviera y juntos podían hablar de cualquier cosa y encontrarle solución. Nick era alguien de fiar, serio y responsable, y Damon, a pasar de parecer la mayoría de las veces un inconsciente que sólo se dedicaba a disfrutar de los placeres que la vida le podía proporcionar, tenía un alto sentido de la amistad y todo el aire de bravuconería lo perdía en cuanto se precisaba de su ayuda. No los había mejores.
- Realmente estoy deseoso porque llegue.-
Damon lo miró sin podérselo creer del todo y después se dedicó a cortarse un gran trozo de la tarta que por fin había llegado.
- ¿Sabéis?. Rezo todos los días porque lo vuestro no sea contagioso y termine dominado por una mujer.-
Eso desató una discusión acalorada por parte de Nick y Gabriel que intentaban hacerle ver los beneficios del matrimonio y de estar enamorado. Damon se limitaba a escucharlos mientras comía sin parar y soltaba alguna que otra puya para caldear el ambiente.
No escucharon a Sawyer cuando entró y carraspeó para hacers notar, por lo que se sorprendieron cuando el muchacho alzó la voz por encima de la de ellos. Fue un grito en toda regla y los tres lo miraron sorprendidos.
- Eh... lo siento.. yo no supe que hacer para...-
- No te preocupes, pero la próxima vez da una palmada o algo así para evitar que el corazón se me salga por la boca.- Nick no pudo evitar bromear un poco al ver como el muchacho los miraba avergonzado.-
- Lo haré, milord, no se preocupe.-
- ¿Y bien?.- Lo interrogo Stanton.-
Sawyer le tendió una bandejita de plata sobre la que descansaba una tarjeta de visita. Gabriel le dijo que los hiciera pasar sin demora.
- Son los hermanos Bowser.-
Todos mantuvieron silencio y hasta Damon dejó de comer. Si habían ido hasta allí para poner a Stanton al corriente de sus pesquisas era porque algo realmente importante había sucedido.
-Buenos días, señores.- Dijeron Charles y Michael Bowser a la vez.-
- Buenos días, me sorprende su visita. Espero que sean buenas noticias.- Gabriel les indicó que tomaran asiento. No era el lugar más adecuado para tratar aquel asunto pero no iba a perder un segundo en ir a su despacho para saber lo que esos hombres tenían que decirle. Un lugar era tan bueno como otro para lo que esperaba escuchar.-
- Depende de para quien, milord. Seguramente Whilock no pensaría lo mismo.- Michael Bowser habló con el tono suave en el que lo hacía normalmente.-
Gabriel sonrió de manera siniestra a Nick y éste asintió con la cabeza comprendiendo lo que sentía.
- Me alegra saber eso.-
- Hemos encontrado suficientes pruebas como para que tenga que pagar sus delitos durante dos vidas.- Dijo satisfecho del trabajo bien hecho.- A estas horas mis agentes estarán deteniéndolo junto a su cómplice, Pelrmutter. Ambos se beneficiaron de la confianza que depositó Lord Remington y tras su fallecimiento, su viuda, para ir mermando el patrimonio de la familia. Compraron a bajo precio las propiedades a nombre de Perlmutter, para que la estafa no relacionara a Whilock directamente, pero después las escrituras pasaban a su nombre y se dividían las ganancias de las obras de arte y las joyas que vendían. Falsearon pagos para poder tener acceso al capital y aunque bien es cierto que Lord Remington debía bastante dinero por haber realizado malas inversiones, no era ni mucho menos como para que su mujer y su hija se quedaran en la más absoluta de las miserias.-
Gabriel tuvo deseos de encarar al administrador pero no merecía la pena hacerlo. Suficiente tendría con lo que la justicia hiciera con él.
- Espero que Lady Remington pueda recuperar todo con prontitud.-
Charles Bowser se removió en su asiento, inquieto, mirándolo con esos ojillos que parecían querer abarcarlo todo a la vez.
- El juez que lo juzgará es un hombre riguroso de la ley y que se toma su trabajo con mucha seriedad. No dudo en que agilizara todo el proceso, pero realmente no sé en que momento podrán devolverles sus posesiones. En lo referente a fincas y tierras, no creo que sea un problema, pero las joyas y las obras de arte.- Se encogió de hombros.- Todo lo que no se haya vendido aún volverá a sus manos, pero no creo que lo que lo haya hecho se pueda encontrar. Seguramente no guarden relación de a quien le vendieron qué y por cuanto dinero.-
Damon y Nick eran espectadores de esta conversación. Sabían que para Gabriel era muy importante que Marion recuperara lo que le pertenecía.
- Me doy por satisfecho si consiguen recuperar lo máximo posible.-
Gabriel hubiera querido que todo les fuera devuelto pero comprendía que eso era prácticamente imposible. Además el dinero que les habían robado seguramente no sería devuelto, al menos que lo encontraran oculto bajo una piedra, y ellas necesitarían de efectivo para vivir. Tendrían que vender algunas tierras ......pensándolo mejor, Marion sería su mujer en breve, él podía proporcionarle todo lo que necesitara y más. Lady Remington no tenía porqué enterarse de todos los detalles, le ingresaría una cantidad respetable para que no tuviera problemas y manejaría sus inversiones. No quería que se preocuparan más de lo debido con todo aquel asunto.
- Le informaremos si averiguamos algo más y espero que todo se solucione rápidamente para Lady Remington.-
Charles Bowser se levantó dando por terminada la reunión y su hermano hizo lo mismo.
Tras despedirse de ellos y hacer que los acompañaran a la salida, quedó pensativo. Debería de estar contento que todo se solucionara satisfactoriamente pero una opresión en el estómago le hacía sentirse realmente mal.
- No sabes como me satisface saber que a veces las sabandijas como Whilock no se salen con la suya.-
Damon se levantó y llegó hasta donde Gabe se encontraba inmóvil.
Nick asintió sin decir una palabra preocupado por el mutismo de Stanton.
- Es hora de marcharme. Creo que iré a White's.-
- Yo también me voy. Tengo que darme un baño.- Arlington se miró como si su vestimenta no fuera la adecuada a pesar de que parecía recién salido de casa.- Si quieres nos encontramos más tarde allí.-
- De acuerdo, ¿Vienes Gabriel?.-
- No, prefiero quedarme en casa, tengo varios asuntos que atender. Nos vemos esta noche en el baile.- Dijo distraído.- Por favor, no comentéis nada de lo que se ha hablado aquí quiero ser yo el que les de la noticia.-
Desapareció por la puerta seguido por dos pares de ojos.
***
- ... y Nick desaparecio durante toda la mañana. Creo que estaba algo enfadado por...bueno no es importante.- Meredith agito una mano para intentar borrar lo que había dicho.- El caso es que ha sido un día de locos, pero ha merecido la pena.-
El orgullo con el que admiraba el salón exquisitamente decorado se reflejó en su rostro. Todo estaba perfecto. Desde los criados que se movían de forma eficiente entre los invitados ofreciéndoles bebida y comida hasta las luces de la enorme lámpara de araña que presidía el salón. Varios faroles de pared daban iluminación extra y el dorado del artesonado brillaba confiriéndole a la estancia un aire mágico.
Aspiró profundamente muy satisfecha de que el azul profundo de las paredes aportara su toque de misterio al ambiente.
- Quiero agradecerte la molestia de haber preparado todo esto.- Marion abarco con un gesto el salón atestado-
- No digas tonterías. Es lo menos que puedo hacer por la única prima que tengo.- Se volvió para sonreirle sinceramente.- Además es el primer baile que doy. Antes, con todo el problema que tuvimos con aquel hombre y después con mi embarazo no me había sido posible lucirme como anfitriona y tu me has dado una excusa perfecta, con tu inminente boda, para hacerlo, así que la que te tiene que estar agradecida soy yo.-
Marion se recordó de nuevo la suerte que tenía de haber tenido a alguien como Meredith a su lado. Siempre intentaba ayudar en todo y creía firmemente que ella era la que tenía que agradecer que se le dejara ayudar. Era bondadosa por naturaleza, y terca también, pero de eso ella iba sobrada así que no podía quejarse demasiado, porque si a una le arraigaba una idea en la cabeza, la otra era completamente incapaz de hacerla cambiar de parecer por mucho que lo intentara.
- ¿Estás nerviosa por lo cerca que está la boda?.-
- Tengo nudos en el estómago del tamaño de una rueda de molino.- Bromeó.- Creo que cada día lo estoy más. No puedo dejar de pensar que algo saldrá mal, que ocurrirá cualquier cosa que impida que la celebración se lleve a cabo.- Se mordió el labio sin poderlo evitar.-
- Es normal que pienses eso, después de todo lo ocurrido entre vosotros.- Bajo la voz por quien le pudiera oir y se acecó más a ella.- Habéis sufrido muchos altibajos y temes que la nube donde estás ahora se abra bajo tus pies y te pegues de bruces contra el suelo, pero no tienes por lo que preocuparte porque Stanton, puede ser a veces el ser más exasperante sobre la tierra, pero de que te quiere, te quiere. De eso puedes estar completamente segura.-
Marion asintió con la cabeza. Necesitaba que alguien más se lo dijera porque a veces dudaba de que todo aquello estuviera pasándole en realidad. Era tan perfecto. Un sueño hecho realidad del cual que temía despertarse en su habitación y que nada de lo sucedido en los últimos meses fuera real.
No había vuelto a estar de manera íntima con Gabriel y no era porque no lo deseara pero él parecía dispuesto a esperar hasta la noche de bodas y ni siquiera intentaba quedarse a solas para robarle un beso. Por lo visto él era mucho más fuerte que ella en ese aspecto
Se había resignado a pensar que era una mujer demasiado carnal y esperaba de corazón que eso fuera un sentimiento normal entre todas las que estaban enamoradas.
Miró a Meredith, que en ese momento buscaba a alguien, seguramente a su esposo, y se decidió a preguntarle.
- Meredith.- Susurró tan bajo que la otra muchacha ni siquiera la oyó.- Meredith.- Repitió tirándole del brazo esta vez.-
- ¿Qué ocurre?.- Le dijo sobresaltada.-
- Quisiera saber algo.- Miró a los lados para cerciorarse de que nadie podía oírlas y bajo el tono más aun. Tanto que Meredith tuvo que inclinarse hacia ella para poder escuchar algo.- Es normal que mi cuerpo arda en deseos cada vez que Gabriel se me acerca, o que sienta un ansia desmesura por abrazarlo y besarlo. Que sueñe con lo que hicimos en esa cabaña noche tras noche y despierte respirando con dificultad y deseando que el estuviera allí conmigo, que.....-
- ¡Jesús, María y José!. Para, por favor.- Meredtih abrió con fuerza el abanico y comenzó a agitarlo con brío.- ¡Claro que es normal. Pero debería serlo después de casados. No tenías porque saber esas cosas antes de tiempo y eso es algo que me gustaría recriminarle a Gabriel. Aunque entiendo que las circunstancias os llevaron a una intimidad que no se les permite a otras parejas.- Sonrió para tranquilizarla un poco.- Yo misma desearía que Nick me arrastrara hasta una de las habitaciones que están cerradas a las invitados y me hiciera todas esas cosas en las que piensas.-
Las dos se sonrojaron al instante pero se miraron entendiéndose una a la otra.
- Por cierto, Marion. Emily Carlisle ha venido, y ésta vez no podrá seguir huyendo de ti como ha hecho desde que te comprometiste. Incluso en tu baile de compromiso fingió enfermar para que pudiera retirarse. Así que vamos a buscar a Stanton y se lo refregaremos por las narices a esa presumida.-
Tiró de su prima para que comenzara a andar y entre las dos localizaron a Gabriel en un periquete.
***
Lord Abbot era un hombre culto que le encantaba hablar sobre cualquier tema, desde la religión hasta la migración de las aves. Gabriel se sentía cómodo a su lado pero en cuanto sus ojos tuvieron enfrente a una rubia deliciosa dejó de escucharlo.
Sus ojos brillaron y su cuerpo despertó del letargo. Era increíble lo que su simple presencia podía generar en él. Se sentía más vivo, con más energía y capaz de hacer cualquier locura. Contaba los días que le restaban para tenerla en su casa. En su cama. Junto a él, para siempre.
Maldijo cuando la idea que le venía rondando por la cabeza desde la mañana volvió a golpearle con fuerza. La apartó con determinación y se concentró en Marion.
- Disculpen caballeros.- Meredith irrumpió con delicadeza.- Siento interrumpir lo que estoy segura es una conversación muy entretenida, pero temo que mi esposo requiere la presencia de Lord Stanton.- Dijo mintiendo sin tapujos.- En cuanto pueda, claro.-
Le dirigío una mirada cargada de pesar a Lord Abbot por haberlo cortado cuando estaba hablando.
- No se preocupe, milady.- Le aseguró el hombre sin atisbo de encontrarse molesto.- Iré a buscar a mi mujer y así pedirle que baile conmigo. Por cierto, una fiesta espléndida.-
Con ese comentario se marchó dejando a una Meredith muy orgullosa de sí misma.
- ¿Donde se encuentra Starling?.- Preguntó Gabriel acercándose a Marion y comiéndosela con la mirada.-
- No te busca, pero Marion te necesita para algo urgente y deja de devorarla con la mirada. Si yo puedo verlo no creas que otros no. - Meredith le riñó si poderlo evitar. Los hombres eran seres primitivos que se dejaban llevar por los instintos. Volteó los ojos al pensar que Nick era exactamente igual.-
Se marchó para dejarlos solos.
- ¿Para que me necesitas?.-
Marion se estremeció con ese tono ronco y sensual que utilizaba cuando bajaba la voz. Era como si la acariciara con las manos directamente.
- Ahora que lo pienso, me parece una niñería.- Estaba avergonzada de tener que contar semejante estupidez a Gabriel. ¿Qué pensaría de ella al saber que pretendía que la inaguantable de Emily Carlisle la viera del brazo de él?.-
- Vamos, Marion, puedes contármelo. No creo que Meredith se haya molestado en buscarme si no lo considerara importante.-
Se acercó más a ella y su olor la impregnó. Alzó la mirada y la enlazó con la de él.
- Es Emily.-
Gabriel alzó una ceja sin comprender nada y tomó una mano entre las suyas para besársela. Sabía que si por él fuera haría mucho más que eso en ese preciso momento.
- Quiero que me vea contigo, que sepa que lo del compromiso es verdad, que yo no mentía.- Tuvo que partar la mirada porque no era capaz de pensar con claridad.-
- Emily Carlisle es la muchacha a la que Meredith se refería cuando decía que te hizo la vida imposible negando lo de nuestro compromiso, ¿verdad?.-
Marion asintió avergonzada.
- Si tengo que ser justa, ella tenía razón. Todo era una farsa y el que ahora quiera hacerle pasar un mal rato por pensar que yo mentía, cuando en realidad lo hacía, me hace sentir miserable. Ella acertó y yo era la que inventaba.- Dijo abatida por reconocer la verdad.-
Gabriel le miró el rostro atribulado y como le temblaba el labio. Estaba realmente arrepentida de su comportamiento y eso le hizo enamorarse más aún de ella, si eso era posible.
- Bien.- Dijo decidido poniendo su mano en la curva de su brazo.- Puede que ella llevara la razón pero eso no lo sabe, así que busquémosla y demostrémosle cuanto se equivocaba.-
Marion le dirigió una sonrisa tan reluciente que supo que había dado la respuesta adecuada.
***
Nick se acercó hasta Meredith que hablaba animadamente con Lady Cartwrihgt. Desde que esa mujer había aparecido meses atrás se había hecho muy amiga de ella y no le sorprendió que la invitara a pesar de que era una fuente constante de habladurías. Se decía que cada noche tenía un nuevo amante y eran muchos los hombres que se vanagloriaba de ello pero él sospechaba que en su mayor parte eran mentiras infundadas. Tanto Damon como él conocían a ese tipo de mujeres y esa muchacha no parecía en absoluto una devoradora de hombres.
A veces creía que no había tratado con demasiados por el sonrojo de sus mejillas en cuanto la alagaban. Personalmente, cada vez le cogía más afecto y si a Meredith le hacía feliz su amistad, él la apoyaba en todo.
- Por fin te encuentro, querida.- Dijo en cuanto llegó a su lado y la besó justo al lado de la sien.- Lady Cartwright.- Saludó con una inclinación de cabeza.-
- Lord Starling, le estaba comentando a su esposa lo agradecida que estoy de que me hayan invitado.-
Nick la observó y volvió a sorprenderse de lo que una de sus sonrisas la transformaba. Tenía algo que la hacía irresistible si bien no era hermosa, pero su atractivo era innegable.
- Para nosotros es un placer, milady. Mi esposa y yo la apreciamos.- Le confesó.- Ahora si me lo permite voy a robársela durante un momento.-
Meredith pensó si no se cumpliría su fantasía de ser arrastrada hasta un lugar solitario pero en ese momento Sanders apareció y le dijo algo a su marido.
- Lo lamentó querida, pero tengo que atender a un invitado inesperado.-
Meredith lo vio perderse entre los invitados. Ya le preguntaría más tarde quien era esa persona.
***
- Vincent Haldford, maldito tunante.-
El aludido se dejó abrazar y se palmearon la espalda mutuamente.
- Siempre es bueno saber que me dedicas tan lindos piropos, Nick.- Dijo sonriendo de medio lado.-
- Déjame verte. La última vez que lo hice no estabas en tu mejor momento y de eso hace varios años.- Le dijo recordando que lo había tenido que dejar oculto y mal herido, al cuidado de unos pastores. Después había recibido noticias suyas y se alegró que se encontrara bien.- Te hacía en España aún.- Estaba realmente contento de volverlo a ver.-
- He regresado. Mi padre ha muerto.- No dio ningún tipo de explicación más.- Creo que ahora que te he saludado me marcharé, no es buen momento para visitas, pero acabo de llegar y...-
- Te quedarás aquí, por supuesto, mandaré que te preparen una habitación para que puedas descansar y si prefieres unirte a la fiesta, no dudes en hacerlo.-
- No es necesario, iré a un hotel y mañana, si tienes tiempo, podremos vernos.-
- Claro que es necesario, no me perdonaría no haberte ofrecido mi casa. Vamos, nos conocemos lo suficiente como para andar con estas estupideces. Te quedas y punto.-
- Está bien, me quedo. La verdad es que estoy exhausto.- Haldford claudicó ante la insistencia de Starling.- Te veo bien.- Le dijo repasándolo con la mirada.-
- Y lo estoy. Mi vida ha cambiado mucho. Ahora soy Lord, concretamente conde de Laughton, estoy casado con la mujer más encantadora y tengo dos niños, mellizos. Andrew y Violet.- Dijo con orgullo.-
- Sí, veo que has aprovechado el tiempo.-
- ¿Y tu?.-
- Igual que siempre.- Se negó a dar más detalles.- Deja que me instale y así podrás seguir atendiendo a tus invitados.-
- Está bien. Mañana nos pondremos al día. Estoy muy contento de tenerte en Londres.-
Vincent sabía que Nick era completamente sincero.
- Y yo de volver.- Respondió.-
Él sin embargo no lo era tanto. No le complacia en absoluto haber regresado.
***
Marion esperaba a que Gabriel volviera con una limonada. Estaba agitada después del baile y necesitaba algo refrescante.
- Disculpe, señorita Remington, pero hay una dama que ha pedido que la atienda. Ha insistido mucho en que la reciba.- Sanders parecía algo contrariado.-
- ¿Ahora?.- No podía imaginar quien pudiera ser.- ¿Pero está completamente seguro que ha preguntado por mi y no por Lady Laughton?.-
- Sí, me ha pedido que insista en que la reciba. Es Lady Agatha y parece bastante alterada.-
Al escuchar el nombre de la tía de Gabriel, buscó a éste con la mirada. Si la veía allí se pondría hecho una furia. Estuvo a punto de decirle a Sander que no iría a encontrarse con ella pero cambió de opinión. Tenía que decirle unas cuantas cosas que la estaban carcomiendo por dentro.
- Está bien. Dígame donde la puedo encontrar.-
Sanders le indicó que lo siguiera y ella rezó por que Gabriel nunca se enterara de ese encuentro. Había insistido en numerosas ocasiones en que no quería ningún trato con Agatha y que ella tenía que hacer lo posible por evitarla.
Después de todo, aún no se habían casado y no tenía que obedecerle por completo, ¿verdad?.
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