Capítulo Veintiséis

HOLA!!

ESTA SEMANA CHILE A SUFRIDO UN TERREMOTO Y REPLICAS BASTANTES FUERTES, POR LO QUE DESDE AQUÍ LES MANDO TODO MI APOYO Y DESEO DE CORAZÓN QUE SE RECUPERE PRONTO DE ESTA CATÁSTROFE. ANTE LA NATURALEZA POCO PODEMOS HACER PERO SÍ PODEMOS AYUDAR A OTROS A SALIR DE LO QUE ÉSTA PROVOCA.

BESOS PARA TODOS LOS CHILENOS DESDE ESPAÑA!!!

Y AHORA DECIROS QUE EL JUEVES SUFRÍ UN ACCIDENTE DE TRÁFICO, NADA GRAVE, PERO EL CUELLO Y LA ESPALDA ME DUELEN ALGO MÁS DE LO NORMAL Y ESTOY A BASE DE PARACETAMOL, IBUPROFENO, NOLOTIL Y DIAZEPAM, UN RELAJANTE MUSCULAR QUE ME TIENE TODO EL DÍA DURMIENTO. SOY UNA FARMACIA ANDANTE :-)

LAMENTO LA CANTIDAD DE MENSAJES QUE NO HE CONTESTADO ESTOS DÍAS Y QUE NO SÉ SI LO HARÉ PORQUE SE ME ACUMULAN DEMASIADOS!!! PERO SABED QUE LOS HE LEIDO TODOS!

CON ESTO QUIERO DECIROS QUE HE PODIDO RESPONDER BIEN POCO, PREFERÍA ESCRIBIR LOS CAPÍTULOS, PORQUE SE ME CARGAN DEMASIADO LOS HOMBROS Y LLEGO A VER DOBLE O TRIPLE JIJIJIJI. ESPERO QUE LA SEMANA QUE VIENE VUELVA A ESTAR EN PERFECTA FORMA.

BESOTES ENORMES PARA TODOS Y HASTA PRONTO!

***

Los tres hombres bebieron de su copa a la vez como si hubieran ensayado el movimiento con anterioridad. Cada cual sumidos en sus propios pensamientos y sin atreverse a decirlos en voz alta.

- ¿No creéis que últimamente vemos demasiado a los hermanos Bowser?.- Damon trató de cambiar el tema de conversación para aliviar la tensión que se había apoderado de ellos.-

Nick hizo girar la copa entre sus manos y lo miró sin comprender hasta donde quería llegar con ese comentario.

- En el úlitmo año creo que los he visitado más que a mi tía Pru.- Damon se cruzó de piernas mientras sonreía.- Casi los considero ya parte de la familia. Primero los necesitamos para solucionar el grave problema de salud de Nick, ¿que hay peor que alguien te quiera matar?.- Añadió cuando Gabe alzó los ojos para que aclarara ese punto y no puedo evitar sonreír ante la ocurrencia.- Y ahora el bueno de Gabe los vuelve a contratar para encontrar pruebas de una estafa y así hacer que su prometida lo tenga en alta estima.-

- Creo que es lo justo, no lo hago para que me tenga en mayor consideración sino porque ese hombre les ha escatimado lo que tenían y quiero que pague por ello.- Gabriel no dudó en dejar su punto de vista claro ante sus amigos.-

- No necesitas explicarte, Gabe. Damon sólo está pinchando con sus comentarios como siempre.-Nick rió ante el poco habitual estallido de mal humor por parte de Stanton.- De todas formas si alguien tiene que sentirse mal por todo lo que está ocurriendo, ese tengo que ser yo, deberían de habérmelo contado y me hubiera encargado de todo. Soy su único pariente, y eso debería de habérles bastado para confiar en mi.- Se lamentó una vez más.-

- No hace falta que volvamos a lo mismo. Las mujeres de esa familia son tozudas, en mayor o menor grado y orgullosas a más no poder. Lady Remington no podía ser menos.- Aseguró Gabriel sin pensárselo dos veces.-

Damon los miraba alternativamente mientras hablaban y asentió efusivamente ante la afirmación de Gabe.

- ¿Pensáis que los hermanos Bowser podrían hacernos una especia de carnet ,o algo así, en el que pudiéramos disponer de sus servicios durante....pongamos un año, por una cantidad fija?.- Damon consiguió que tanto Stanton como Starling se callaran y le prestaran atención.- No me miréis así, no es nada descabellado. Visto que los dos los habéis necesitado, ¿quién dice que no podamos necesitarlos de nuevo?. Así no exprimirán más nuestros bolsillos, sino que todo será por una cantidad concertada, no sé.......solucionar un asesinato, una herencia, dos robos e investigar si tu mujer te engaña, todo por una cantidad fija estaría bastante bien, la verdad.- Apoyó los pies sobre la mesita que tenía frente a él pensando que su idea era bastante buena.-

- ¿Sabes, Damon?. Tu no has pagado ni un penique, así que cuando hablas en plural, de nosotros tres, no sé porqué te incluyes. ¿Y para qué querrías los servicios de unos detectives a no ser que fuera para saber si el marido de tu amante se encuentra o no en casa?.- Nick esperó la respuesta sonriendo sin poderlo evitar.-

- Si vosotros los habéis tenido que utilizar no me extrañaría que yo los precisara también. Creo que la mala suerte se pega y vosotros dos no habéis tenido mucha últimamente. No hay dos sin tres.....-

Gabe rió por lo bajo y Nick le acompañó pero Damon los miraba con mucha seriedad molesto que porque no le tomaban en serio.

- Por cierto Damon, ¿Cómo se encuentra tu tía Pru?.- Preguntó Nick francamente interesado.-

Damon se removió en su asiento.

- Sigue en Edimburgo, cuando estuve allí con Gabe, fui a verla pero se encontraba de viaje. Recibo cartas regularmente de ella pero no las leo.- Dijo a regañadientes.-

- ¿No lees las cartas que te envía?.- Gabriel lo miró extrañado.-

- Sé perfectamente lo que ponen.- Damon habló con total seguridad.- Comienzan preguntándome como estoy, sigue contándome como está ella y que no tiene tantas noticias mías como quisiera, después me presiona para que me case, que a mi edad mi padre ya era un hombre de familia con hijos y toda una sarta de idioteces y por fin, termina recomendándome a las hijas de unas cuantas conocidas. No necesito leerlas para saber lo que ponen.- Concluyó.-

- Pero entonces si sucediera algo grave no tendrías manera de saberlo.- Nick a veces no entendía la lógica de Damon.-

- Si algo grave ocurriera, no me escribiría ella, sino el administrador o su abogado.- Le dijo en un tono que demostraba que lo tenía todo bajo control.- Yo de vez en cuando le escribo unas cuantas líneas diciéndole que estoy bien. Es un buen sistema, podéis creedme.- Les sonrió con confianza mientras se llevaba la copa a los labios.-

***

Entraron en BeCastle House algún tiempo después. Todos almorzarían allí, pero antes se reunirían con las damas para ver los avances que habían realizado con la preparación del baile.

Naturalmente ninguno de ellos tenía muchas ganas de escuchar el parloteo de cuatro mujeres sobre todo tipo de detalles, pero harían de tripas corazón y procurarían hacerlo con la mayor paciencia posible.

- Robson, ¿Dónde se encuentran mis invitadas?.-

Gabe le sonrió al mayordomo mientras esperaba escuchar las voces femeninas llegándole desde el pasillo.

- Están en el desván, milord.- Anunció mirando hacia el techo.-

- ¿Y se puede saber que demonios hacen allí?.- Preguntó intrigado.-

- Lady Abbigail quería algo para que decorara el salón y pensó que quizás podría encontrar en el desván algún tipo de escultura o..... no sé que hacen allí, milord.- Robson lo miró con resignación.-

- Yo que tu, tendría cuidado porque esas mujeres son capaces de destruirte la casa que acabas de reformar.- Damon miró alrededor despidiéndose de los espejos y los cuadros que había a su alrededor.-

Robson carraspeó para llamar la tención y los tres se volvieron hacia él.

- Lady Agatha le espera en su despacho, milord.-

Todo buen humor se le esfumó con esa simple frase. Qué demonios estaba haciendo allí. Él le había enviado una nota requiriendo su presencia al día siguiente pero por lo visto esa mujer tenía otra idea, aunque si tenía que ser honesto no podía haber llegado tan pronto después de recibir su misiva, así que ella aún no sabía que la había citado en otro momento.

Bien, cuánto antes solucionara aquel asunto, mucho mejor, y ese era un momento igual de bueno como otro cualquiera.

- Está bien, ahora mismo la atenderé.- Su tonó sonó tan enojado como se sentía.- Robson acompañe a Lord Arlington y a Lord Laughton hasta la biblioteca y ofrézcales algo de beber, si lo desean. Dígale a mi tía que la espero en el despacho.-

- Ya está allí, insistió en ello, milord.- Le aclaró el mayordomo.-

Recorrió el pasillo tratando de que la furia no lo dominara. Esa arpía había intentado convencer a Marion de abandonarlo por algo pertreñado por ella misma y había estado casi a punto de conseguirlo. No estaba totalmente seguro de no abalanzarse sobre ella y apretarle el maldito cuello por lo que respiró varias veces hasta que se creyó más calmado y giró el picaporte para entrar en la habitación.

Agatha estaba sentada en una de las sillas y se levantó en cuanto la puerta se abrió. Tenía los ojos hichados y enrojecidos, como si hubiera llorado mucho últimamente.

- Querido sobrino.- Le dijo con tono lastimero.-

Se apresuró a su encuentro ofreciéndole una mano para que la saludara pero Gabe la ignoró y caminó directo hasta el escritorio ocupando el sillón que lo precidía.

- Me alegra que estés aquí. Pensaba que vendrías mañana como te decía en mi nota.- Dijo fríamente mientras apartaba una carpeta y apoyaba los codos en la superficie, uniendo los dedos de las manos.-

- Siento si te ha molestado mi visita pero he salido muy temprano esta mañana y no he recibido nada.- Se mostró inquieta y lo suficientemente nerviosa como para no saber que hacer con sus manos.- Te preguntarás el porqué estoy aquí.-

Gabe no se sentía capaz de hablar sin levantar la voz y tampoco hizo ningún gesto. Se limitó a mirarla fijamente y ella tuvo el buen tino de apartar la mirada.

- Creo que cometí un error. No, no lo creo, lo sé con certeza.- Una lágrima cayó y ella se apresuró a limpiársela con un pañuelo.- Fui a ver a tu prometida hace unos días, justo antes de que partiérais hacia Green Hill y le comenté, imprudentemente de mi parte, lo ocurrido con Cynthia en tu habitación.- Soltó un gemido y lo miró a través de los lentes empañados.- Estaba furiosa y temo haber provocado un enfado entre vosotros por ese motivo. Estoy muy mortificada por ello, porque no me aseguré de saber lo que realmente sucedió. Después de mucho insistir, Cynthia me dijo que había ido por su propio pie a tu habitación y que te disponías a devolverla a su dormitorio cuando os descubrí.-

A Gabriel se le revolvió el estómago ante la manipulación descarada de la verdad. Ahora resultaba que ella no había planeado nada y que se arrepentía de haber intentado romper su compromiso con malas artes.

No creía ni por un momento que estuviera siendo sincera por lo que cuanto antes terminara con aquella conversación antes podría quitarse de encima esa sensación desagradable que lo embargaba cada vez que la tenía frente a él.

- No quiero que vuelvas a acercarte a mi prometida, ni a mí.- Le dijo entre dientes y en un tono que hizo que los falsos gimoteos de Agatha se cortaran de raíz.- No quiero verte en mi casa, ni en la de Marion. Si alguna vez te cruzas con ella, ya sea en la calle o en alguna reunión social, exijo que te marches en ese mismo momento. No es negociable.-

Se levantó porque si seguía un instante más sentado barrería la superficie del escritorio de un manotazo.

- ¿Seguís comprometidos?.- Le dijo sin poderlo creer y lamentando su indiscreción al momento.- Pero ya te dije que fue un error...-

Stanton la cortó alzando la mano.

- Si quieres puedo ir y convencerla de que no tiene que desconfiar de ti en ningún aspecto...- Insistió.-

Su mirada se había vuelto acerada y ya no había rastro de arrepentimiento en ella.

- No te quiero cerca de nosotros. Y no hace falta que intercedas por mi, afortunadamente, Marion, no creyó en tus palabras.- Se aproximó a ella hasta tenerla bien cerca y la miró duramente.- Si quieres seguir viviendo donde vives y recibiendo el dinero que te envío cada mes, harás como que no existimos, de lo contrario.....-

La amenaza flotó entre ellos y Agatha alzó la barbilla para mirarlo a los ojos.

- ¿Serías capaz de echar a la calle a los de tu propia sangre, a tu familia, a Cynthia?.- Le increpó alzando la voz.-

Gabriel dudó un segundo pero sabía que no podía ceder. Estaba en manos de ella que eso no ocurriera y él haría lo posible por Cynthia si tuviera que llegar a esos extremos.

- Siempre puedes dejar a Cynthia conmigo, yo me haré cargo de ella. En cuanto a tí, estás avisada. Yo no soy mi padre y no me voy a dejar manipular como hizo él. Tenlo presente, y ahora.- Le señaló la puerta.- estoy muy ocupado preparando mi baile de compromiso y tengo invitados a mi mesa, así que te agradecería que te marcharas cuanto antes.-

Estuvo a punto de cogerla por el brazo y sacarla él mismo de allí, pero se lo pensó mejor y prefirió no tocarla siquiera.

Agatha se fue totalmente indignada hasta abrir la puerta y antes de desaparecer se volvió hacia él con el odio reflejado en su rostro.

- Claro que eres igual que él. Sólo tienes que mirarte en un espejo.-

Gabriel sabía que aquella conversación no había servido para nada, que ella no se cansaría de intentar alguna treta, pero él se lo había avisado, por Cynthia, y la próxima vez que intentara algo ya no serían palabras las que cruzaran. Tendría exactamente lo que él le había dicho que conseguiría.

***

La noche estaba siendo maravillosa. La orquesta contratada hacía la delicia de los bailarines y el champán se bebía a raudales.

Todo estaba saliendo a la perfección y Lady Abbigail y Lady Remington no podían sentirse más orgullosas de ello.

Marion había estado todo el día hecha un manojo de nervios pero en cuanto se había encontrado con Gabriel sabía que todo lo demás no merecía la pena. Solo ellos dos eran lo importante.

Sintió su ojos recorrerla sin perderse un detalle, haciéndola sentir cohibida ante su escrutinio y cuando se atrevió a mirarlo, él se limito a sostener su mirada sin parpadear. Algo caliente se arremolinaba entre ellos, alrededor de ellos, envolviéndolos en un mundo aparte, donde el resto de los presentes desaparecieron de repente.

Pasaron lo que le parecieron horas, recibiendo a los invitados y ella no podía dejar de sonreír como la tonta enamorada que era.

En ese momento lo buscó con la mirada y no lo encontró por lo que se sintió desilusionada. Habían bailado el primer baile, un vals, y esperaba poder volver a hacerlo para encontrarse entre sus brazos de nuevo. Se abanicó con algo más de energía porque las imágenes de la cabaña volvían con fuerza. Soñaba con aquellos momentos y le hubiera encantado ser ya Lady BeCastle para poder disfrutar de esos momentos de intimidad.

¿Era una descarada por pensar esas cosas?. ¡Le daba absolutamente igual!.

El día anterior le había llegado su menstruación y aunque se alegro bastante, ya con el susto superado, pensó que no le hubiera importado estar embarazada si de todas formas se iban a casar. Claro que eso lo pensaba ahora pero los días de angustias que había pasado esperando no decían lo mismo.

- Señorita Remington, permítame felicitarla.-

Marion le obsequió una sonrisa deslumbrante a Cribbs. Siempre había sido muy atento con ella y le tenía un cariño especial.

- Muchas gracias, espero que esté divirtiéndose.-

- Es difícil no hacerlo cuando usted está presente.- Le dijo un poco avergonzado.-

Marion no le contestó al cumplido, después de todo estaba comprometida y no era adecuado aceptarlo de un hombre soltero. Ni casado, por supuesto.

- Lord BeCastle es un hombre con suerte, si me permite decirlo.-

- Y yo también, soy bastante afortunada.- Agregó Marion forzando la sonrisa.-

- Sí, por supuesto.- Dijo contrariado y se acercó más a ella.- Daría mi fortuna por ocupar su lugar, porque me mirara como lo mira a él.-

Intentaba terminar con aquella incómoda situación. Sabía que el muchacho estaba enamorado de ella pero nunca se había atrevido a decirle más que meros cumplidos. Sin embargo ahora parecía que estaba dispuesto a decir lo que había callado en otros momentos. Se fijó en él y creyó que estaba algo bebido y entonces le encontró cierta lógica a quella situación. Cribbs era noble, bondadose y amable y esa actitud no era propia de él.

***

Gabriel se libró de Lord Prescott y evitó con diplomacia que lo retuvieran de nuevo. Necesitaba encontrar a Marion, casi no habían podido estar juntos porque había que atender a todos los invitados pero después de todo esa era en su casa y era su baile de compromiso, así que ellos eran los que tendrían que estar disfrutándolo y que mejor manera de hacerlo que estando uno al lado del otro.

La vislumbró y se le cortó la respiración de nuevo. Estaba absolutamente maravillosa con aquel vestido. Parecía una diosa griega con aquellos rizos acariciándole la nuca. Deseó poder enredar sus dedos en ellos y sostenerla mientras la besaba sin descanso.

Sintió como alguien lo sostenía del brazo para llamar su atención pero él se lo sacudió de encima sin mirar siquiera de quien se trataba. Se fijó por primera vez en el hombre con el que ella hablaba. El bueno de Cribbs, el muchacho la estaba mirando con adoración.

Ciertamente no le gustaba demasiado que se la comiera con los ojos. Apresuró el paso lo suficiente sin llegar a parecer que corría. Se movió con elegancia sorteando a los invitados sin quietar los ojos de la pareja.

-...mi fortuna por ocupar su lugar, por que me mirara como lo mira a él.-

Gabriel tuvo deseos de golpearlo pero se contuvo cuando Marion lo descubrió junto a ellos. Le tomó la mano y la colocó en el pliegue de su brazo.

- Lo siento, pero sus miradas son sólo para mi. Quédese con su fortuna.- Trató de no hablar con excesiva dureza pero no estaba seguro de haberlo conseguido, después de todo era primo de Damon y el muchacho le caía bien.-

Cribbs enfocó la mirada y dio un paso atrás en cuanto lo vio aparecer.

- Por supuesto, lamento si le ha parecido inapropiado, yo solo...no sé como he podido....-

Se marchó alga tambaleante sin terminar la frase y Marion suspiró de alivio.

- Por un momento creí que lo echarías de aquí a patadas.- Lo miro intentado averiguar si estaba molesto con ella.-

- Está enamorado y es joven. Siente que te ha perdido.- Le acarició la mano a través del guante.- No diré que me ha gustado escuchar como otro hombre pone su fortuna a sus pies, pero confío en que te quedes a mi lado.-

Marion sintió un deseo enorme de lanzarse sobre él y apretarlo fuertemente hasta dejarlo sin respiración. Le había parecido detectar algo de inseguridad en sus palabras y en su forma de mirarla pero cuando lo miró atentamente, Gabe era el mismo hombre seguro de siempre.

- Aquí está la pareja agasajada.-

Lady Abbigail golpeó el brazo de Gabe con su abanico para llamar su atención.

- Sé que no es lo correcto pero me encantaría que me sacara a bailar, jovencito.-

Gabriel le tomó de ambas manos y se las besó una tras otra.

- Por usted, milady, haría cualquier cosa.- Dijo adulándola.- Después de todo, aún no le he dado las gracias por el tiempo que ha dedicado a la organización de este baile. No tenía porque hacerlo y se lo agradezco enormemente.-

Lady Abbiggail sonrió ante sus palabras.

- Mi hijo no pudo tener el suyo porque se caso tan rápidamente que casi tampoco tienen boda.- Todos rieron.- y la verdad tu y Arlington sois lo más parecido a unos hijos que tendré nunca. No me podrías haber alejado de los preparativos por mucho que hubieses insistido. Para mi ha sido un placer ayudar porque te aprecio.- Los ojos le brillaron de emoción contenido.-

- Yo siento lo mismo por usted, lo sabe. No tuve una madre y ahora de repente la tengo a usted y a Lady Remington y quizás sean las únicas que tenga, así que me doy por satisfecho. Tengo más que la mayoría.-

Nadie mencionó a su madre desaparecida porque todos sabían que aún no había noticias de ella ni de su hermana.

Damon se acercó con una copa en la mano y el pañuelo del cuello un poco alborotado.

- Me alegra decir que la bebida al menos está fría, Gabriel.-

Lady Abbigail se acercó hasta él y le colocó bien el desastre que llevaba alrededor de la garganta.

Damon y Gabriel se miraron. El primero sonrió con descaro y el segundo volteó los ojos.

- Ya está. Espero que la próxima vez se mire en un espejo antes de salir apresuradamente...de casa.- Le dijo soltando una risita.- Ha llegado justo a tiempo, Arilinton. He obligado a Stanton a concederme un baile, así que puede hacer lo propio con la señorita Remington.-

- Para mi será un placer.- Damon se acercó hasta ella.- Está usted radiante esta noche. Veo que el estar comprometida con mi amigo la hace brillar especialmente.-Le susurró para que sola ella pudiera escucharlo.-

Marion le recriminó con la mirada pero no pudo dejar de sonreir. Damon coquetearía con cualquier cosa que llevara falda. Apostaría, seguro de no perder, que la mayoría de las veces no se daba cuenta lo que decía. Le salía sin más y la acompañaba de esa sonrisa encantadora. Ella miró hacia Gabriel y pensó que a pesar de ser mucho más serio, lo prefería, porque cuando sonreía de verdad el corazón le dejaba de latir impactado por su imagen.

Con un suspiro siguió a Alrlington hasta la pista y se dejó llevar. Al realizar los pasos se concentró en el baile y en su pareja olvidándose de todo lo demás. La música la recorría por completo haciéndole pensar que formaba parte de ella. Le encantaba bailar.

Gabriel no dejó de mirar a Marion a pesar de que intentaba seguir la conversación de su acompañante. Pero la buscaba después de cada giro. Si puediera echaría a todos de allí y se quedaría a solas con ella para poder tenerla solo para él.

Ansiaba que llegara el momento de que fuera suya. Y él de ella, por supuesto.

***

Había bailado tanto que le dolían los pies pero la sonrisa no desaparecía de su rostro. Estaba feliz y no tenía porqué ocultarlo.

Escuchaba atentamente a su madre que le decía lo orgullosa que estaba de ella y del aprecio que tenía a Stanton.

- Es un hombre encantador, atento, amable, educado...-

- Mamá, pensaré que eres tu la que va a casarse con él.- Rió porque llevaba así sus buenos veinte minutos. Alabando a su futuro yerno con todos los adjetivos que se le iban ocurriendo y cuando se quedaba sin resuello, Lady Abbigail añadía unos cuantos propios.-

- Pues quiero que sepas, que no me importaría lo más mínimo. Si tuviera unos años menos habría intentado arrebatártelo.- Le dijo muy seria y Marion la creyó.-

Vio a Meredith con Starling que se acercaban mirándose mutuamente con arrobo. Se complació de que el matrimonio de su prima fuera tan bien. Nicholas Starling era un gran hombre y lo había demostrado en el poco tiempo que llevaban de casados.

- Meredith, ¿Verdad que todo está resultando perfecto?.- Le dijo en cuanto la tuvo a su lado.-

- Más que eso. Todos parecen divertirse.....-

Un murmullo se elevó y todos giraron la cabeza para averiguar a que era debido. Marion pensó en Cribbs, podía haber siguido bebiendo y lamentaría que el muchacho se viera abochornado por no saberse controlar, pero no era eso lo que tenía escandalizado a la sociedad.

Una mujer se adentraba en el salón sin prestar atención al revuelo que se formaba a su paso. Mantenía la cabeza alta y caminaba de manera que parecía flotar más que otra cosa. El cabello tenía un particular tono caramelo pero gruesos mechones más claros se entretejían en él.

No era bonita, en el amplio sentido de la palabra pero tenía un rostro de óvalo perfecto y algo que en ella que llamaba la atención poderosamente.

- ¡Ha venido!.- Marion se alegró y sonrió a la mujer que se acercaba hasta ella.-

-¿La conoces?.- Meredith la miró sorprendida.-

- Por supuesto, la invite personalmente.- Dijo extrañada por la actitud desconcertada de Meredith.- La conocí en la tienda de Madame Clhoe, me ayudó muy gentilmente a escoger unas telas y me pareció una persona encantadora, así que no dudé en invitarla.- Miró a su prima tratando de averiguar que la tenía tan alterada.- Aquí hay personas a las que no soporto y simplemente están porque son alguien relevante en nuestra sociedad,- No menciono a Emily Carlisle, pero ambas sabían a quien se estaba refiriendo.- así que no me parece mal invitar a alguien que me cae bien.-

- ¿Pero tu sabes quien es ella?.- Meredith no salía de su asombro.-

Marion se estaba poniendo nerviosa porque la mujer de la que hablaban cada vez estaba más cerca.

- Lady Cartwright. Me dijo que la llamara Kate.- Marion bajo la voz.-

- Es La Viuda Negra. Ha estado casada tres veces y apenas tiene veintitrés años. Se dice que mata a sus maridos para quedarse con su fortuna y desde que murió el último hace apenas unas semanas, anda en busca del cuarto, y como puedes ver por el color de su vestido, tampoco guarda luto.-

Marion pegó un respingo y miró a Lady Cartwright a los ojos. A pesar de que parecía muy confiada y segura, la sonrisa tensa que exhibía le decía que no se encontraba cómoda con aquella situación.

- No lo creo, Meredith, y no cambiaré de opinión.-

En ese momento la mujer que estaba siendo motivo de murmuraciones llegó junto a ella

- Me alegro de que haya podido venir, pensaba que no lo haría.- Marion le dio una cálida bienvenida y le presentó a cada una de las mujeres que la acompañaban.

Lady Abbigail se limitó a sonreír mientras la saludada.

Lady Remington la escrutó con la mirada y luego pareció darle el visto bueno porque se acercó y la besó en la mejilla con afecto y por último Meredith pareció recuperarse de su asombro inicial y le habló de manera amistosa.

- Siento haberme presentado tan tarde pero no tenía muy claro si presentarme o no.- Lady Cartwrihtg se excusó con una sonrisa nerviosa.-

Y eso definitivamente fue lo que hizo que todas le tomaran cariño. Alguien tan desalmado como se decía que era ella, no podía parecer perdida e incómoda por aparecer en una fiesta. Si tres maridos habían pasado por su cama, y habían salido igual de rápido, no había sido ella la mano que los mandara al otro mundo de eso Marion estaba completamente segura.

-Miladys.-

Todas se volvieron hacia Stanton, Arlington y Starling.

- Siento robaros a mi prometida pero creo que este es nuestro baile.-

Gabriel tomó a Marion del codo y se la llevó sin esperar un respuesta.

- Deberías haber dejado que te presentara a una invitada que....-

- ¡Ah, no! Ya he esperado bastante para volver a bailar contigo y poder tenerte para mi, aunque sea unos pocos minutos.- Le dijo con voz ronca.-

A Marion le recorrió un escalofrío de excitación al escucharlo hablar así.

Cuando la tomó entre sus brazos y comenzaron a girar no pudieron dejar de mirarse sin importarles si eran demasiados obvios en lo que sentían.

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