Capítulos 33
Se quedaron absortos unos instantes ante la escena que se dibujaba frente a sus ojos.
El fuego crepitaba en la noche acallando los demás sonidos. ¿Cómo era posible que aquello hubiera sucedido?¿Cómo había permitido que ese miserable llegara a estos extremos?.
Los hombres que habían acudido para paliar el fuego se afanaban llevando cubos de agua e intentando hechar una mano en lo que podían. Todo era caótico. Se escuchaban gritos solicitando algún tipo de ayuda desde diferentes puntos pero lo que más impacto a Nick fue el resplandor de las llamas que hacía que la noche pareciera día.
Se despojó de la chaqueta y de todo aquello que le impedía moverse con cierta libertad y las arrojó dentro del carruaje. Gabe y Damon lo imitaron y se sumergieron en la laboriosa tarea de tratar de que el fuego no devorara por completo al Syrene.
Subieron al barco y el calor sofocante les recibió nada más poner un pie en cubierta. Por fortuna la mayoría de su tripulación se encontraba ya a bordo cuando el fuego había comenzado porque el barco zarparía en unas horas y tras escuchar la campana sonar haciéndoles saber del peligro se habían puesto manos a la obra para intentar que no se propagara más allá de estribor.
- Gabe, busca algunos hombres y baja a la bodega. Saca todos los barriles de pólvora que puedas. No queremos que exploten si el fuego llega hasta allí, Dios no lo quiera.-
La autoridad con que habló lo sorprendió, porque realmente estaba sobrecogido. Muchos hombres pudieron morir esa noche si alguien no da el aviso de fuego. Cerró los puños con rabia mientras intentaba pensar con la sangre fría que requería el momento.
Stanton asíntio y sin una palabra se dio la media vuelta para realizar la tarea.
- ¡Gabe!.- Nick lo llamó antes de que desapareciera de su vista.- Ten cuidado.-
- Lo tendré.- Dijo y se alejó gritando a varios marineros que lo acompañaran.
Damon le señaló hacía un punto en medio de un mar de rostros.
- El capitán Simons, Nick.-
Starling se abrió paso hasta el capitán e hizo que se volteara.
- Dígame en que punto estamos y como podemos ayudar, Simons.- Dijo sin preámbulos.
- El fuego comenzó en estribor, gracias a Dios que no corre aire esta noche sino sería mucho peor, y rapidamente se extendió hacia popa. El hombre que estaba de guardia fue atacado, pero no tiene más que un gran chichón en su dura cabeza.- Se rascó la cara con desconcierto. Sin poderse creer aún que eso estuviese pasando.- Ahora intentamos sofocarlo de la mejor manera posible pero no será fácil.
En ese momento los cristales de la cabina de mando estallaron hiriendo a varios hombres que se encontraban en sus inmediaciones.
Nick se acercó a uno de ellos que había quedado tendido en la cubierta y le dio la vuelta. Un gran trozo de cristal se le había incrustado en el muslo y sangraba bastante a través de la herida. Se situó a su espalda y le pasó los brazos por debajo de las axilas uniendo las manos sobre su pecho y lo arrastró hasta la pasarela.
- Por hoy a tenido suficiente amigo, Lo bajaré y haré que se ocupen de esa herida.-
A partir de ese momento todo era confuso. Las horas habían pasado con exasperante lentitud. El calor agobiante del fuego le resecaba la garganta hasta sentirla áspera como una lija. Los ojos le escocían debido al humo y su camisa antes de un blanco inmaculado estaba tan negra como el carbón.
Recordaba haber levantado un par de veces la vista buscando a Damon o a Gabe para cerciorarse de que estaban bien y una vez comprobado que no habían sufrido daño alguno seguía acarreando cubo tras cubo aunque parecía que aquel incendio se alimentaba de ellos en vez de madera.
Sus manos estaban magulladas de izar el agua desde el mar hasta la cubierta con una gruesa soga, Pero cada vez que volvía a llenar el cubo y tiraba de él para hacerlo subir, se juraba que encontraría a ese hijo de perra y lo quemaría vivo, pero antes se encargaría de que supiera lo cabreado que estaba con él. Se imaginó una y mil maneras de hacerle daño, el máximo daño posible, y eso le bastó para aguantar las interminables horas previas al amanecer.
El viaje de regreso a casa fue interminable. Nadie hablaba dentro del coche. El esfuerzo realizado durante toda la noche los había dejado agotados pero satisfechos. El barco había sufrido graves daños, pero lo repararían.
No iba a permitir que ese bastardo se saliera con la suya.
El Syrene volvería a navegar, era una promesa.
Abrió los ojos y miró a los dos hombres a los que consideraba sus hermanos.
- Una mala noche ¿eh?.- Dijo bromeando.
- He tenido resacas peores, creeme.- Damon se encogió de hombros como si apagar un fuego fuera una práctica común en su vida.- Ha sido bastante divertido. No hablo de la parte de las llamas, del calor, de las horas que hemos estado en una pesadilla o de que tendré que tirar mis ropas porque el olor y la suciedad no saldrán jamás, No quiero decir que esa parte haya sido especialmente divertida, pero sí la parte en la que Morgan casi nos parte la crisma justo antes de llegar al muelle. Eso sí que hubiera hecho que me desternillara de risa. Sí, señor.
Gabe esbozó una sonrisa al escucharlo pero ni aún así se movió un ápice.
- Siempre de tan buen humor, Damon.- Lo elogió Starling.
Nunca había visto que perdiera la sonrisa y si alguna vez había ocurrido, inmediatamente veía el lado gracioso del asunto. Sin duda su amigo era una persona plenamente feliz.
No supo como llegó a Laughton House pero se despertó cuando Morgan lo sarandeó suavemente. Se encontró solo en el interior del carruaje por lo que comprendio que Arlington y Stanton ya estaría descansando en sus camas.
Al incorporarse sintió todos y cada uno de los músculos entumecidos y las manos le escocían debido a los cortes que la soga le había producido.
Sanders lo miró preocupado en cuanto traspaso el umbral de la puerta.
- ¿Se encuentra bien, milord?.-
- Si quiere saber la verdad, Sanders, no. No me encuentro bien, pero espero estarlo después de dormir durante un par de días.- Intentó sonreir pero no fue capaz.- Dígale a la señora Morrison que por favor me prepare ese unguento especial, receta de su abuela según recuerdo, para los cortes. De pequeño tuvo que emplear varios cientos de kilos en mi persona porque siempre llegaba con alguna que otra herida.
- Esta bien, se lo subiré en cuanto esté preparado. Desea que le prepare el desayuno, milord.- Sanders estaba más que dispuesto a dárselo él mismo si eso fuera posible.
- No, ahora sólo quiero dormir.-
Se concentraba en subir un escalón cada vez. Estaba francamente agotado y no podía pensar nada más que en abrazar a Meredith y sentirla a su lado mientras se dejaba vencer por la inconsciencia.
Abrió la puerta y se sorprendió de ver una vela encendida en la habitación. La cama estaba preparada para ser ocupada pero no había nadie disfrutando de ella. Paseó la vista por la habitación hasta dar con su mujer.
Se encontraba acurrucada en una de los sillones de alto respaldo. Su cabeza descansaba sobre un hombro en un ángulo que él habría jurado imposible. Las piernas las tenía recogidas sobre el asiento y uno de los brazos colgaba despreocupadamente hasta el suelo.
Estaba preciosa.
Tuvo que hacer algún ruido porque ella levantó los párpados, fijó la vista en su desastrosa apariencia y voló hasta tenerlo abrazado fuertemente.
Meredith lo rodeó con fuerza. Estaba hecho una auténtica calamidad pero había vuelto y eso era lo que contaba.
Desde que partiera horas atrás, se había imaginado toda suerte de infortunios a pesar de que se repetía continuamente que nada le pasaría, que Nick era lo suficientemente cabezota como para sobrevivir a cualquier percance con tal de ver nacer a su hija.
Levantó el rostro y poniéndose de puntillas lo besó tiernamente.
- Hueles a humo.- Le pasó la yema de los dedos por la mandíbula y le pellizcó la barbilla.
Nick la acercó hacía si y le acarició la espalda.
- Bien, le dije a los chicos que tratáramos de camuflar el olor a brandy, después de la noche de juerga y parece que ha surtido efecto.-
Meredith rió por lo bajo y se separó para observarlo mejor. No quedaría conforme hasta ver que cada parte de su fornido cuerpo estaba intacta.
- Déjame ayudarte a desvestirte.-
En poco tiempo le había quitado toda la andrajosa ropa y la había desechado tirándola al suelo. En el estado en que se encontraba no serviría para quemarla. Más tarde haría que se deshicieran de ella pero ahora lo principal era atender a su esposo y eso es lo que haría.
- ¿Quieres que te preparen un baño?.- Apartó de una patada las botas Hessian, antes lustrosas y brillantes.
- No, cariño, sólo quiero poder dormir. Aunque realmente no me vendría nada mal. Huelo peor que un deshollinador.-
Meredith arrugó la nariz ante el comentario haciéndolo sonreir.
Llamaron a la puerta y tras dar permiso para que entraran, Sanders se acercó con una bandeja donde habían colocado una pomada, unas tijeras y vendas. Tras él apareció una de las muchachas con un recipiente con agua caliente y unos lienzos.
- Pensé, que su excelencia, se encontratría mejor si pudiera asearse un poco.- Sanders lo miró esperando la respuesta y sintió cierto alivio al ver que Starling asentia con la cabeza.
- Podeis dejarlo todo aquí, ya me ocuparé yo de atender al señor.-
Meredith se dedicó a limpiarle la tizne del cuerpo. Sus manos moldeaban con suavidad cada músculo dejándolo sin rastro de suciedad y el agua pronto se volvio negra pero por lo menos ya no parecía que trabajaba en una mina de carbón. El contraste de las zonas de su cuerpo que habían estado cubiertas y aquellas que no, era evidente.
Al ver el estado que presentaban las palmas de sus manos se lamentó y Nick sonrió ante su preocupación pero mantuvo los ojos cerrados. Estaba completamente relajado deleitándose con los cuidados de Meredith.
Le untó con sumo cuidado la espesa mezcla y después se las vendó tratando de no apretar demasiado para que le hiciera el mayor efecto posible.
- Mañana, no pareceran estar tan mal, cariño. Creo que la señora Morrison es medio bruja porque este remedio es realmente milagroso. - Nick la arrastró con él y la acomodó bien sobre su cuerpo.
-¿Damon y Gabe estan bien?.- Meredith se sintió culpable por no haber haberse acordado hasta ese instante de sus amigos.
- Todo lo bien que pueden estar después de esta noche infernal.- Staling los cubrió a ambos le tras darle un beso en la nariz se quedó dormido.
Meredith se mantuvo inmovil para no despertarlo. Miles de preguntas se le amontonaban, una detrás de otra, pero tendrían que esperar a que su marido despertara. Tenía bien merecido el descanso.
Cerró los ojos feliz de tenerlo junto a ella, de poder sentir el calor de su cuerpo.
Había sido una noche muy larga.
Despertó unas horas después y trató de levantarse con el mayor de los cuidados.
Nick dormía como un angelito. El pelo le tapaba los ojos y sus labios eran tan tentadores que le entraron unas ganas enormes de despertarlo a besos, pero se contuvo. Dejaría que durmiera cuanto quisiera y ya habría tiempo de besarlo a conciencia.
La pila de la mugrosa ropa no se encontraba por parte alguna. Supuso que Sanders la habría recogido cuando entró an la habitación con el remedio pero ella había estado tan abstraida en Nick que no se había percatado del hecho. Sin embargo su chaqueta se encontraba inmaculada. Estaba tirada sobre el respaldo del sillón sin miramiento alguno. La recogió y la alisó con las manos. Sus dedos se toparon con algo en uno de sus bolsillos. Con cuidado lo sacó y miró el papel arrugado.
Recordó que era la nota que había recibido su marido la noche anterior. La misma que había ocultado en su chaqueta después de estrujarla con rabia entre sus dedos.
Con nerviosismo miró hacia la cama. ¿Se enfadaría mucho Nick si la leía?. Después de todo ella era su esposa y él le había asegurado que entre ellos no debía de haber secretos.
Dudó un momento y sus dedos comenzaron a desliar el papel.
Si tenía que ser sincera, él no le había ocultado el motivo por el que había tenido que marcharse la noche anterior , le había informado que el Syrene estaba ardiendo pero ella sospechaba que había algo más y quizá al leer la nota saldría de dudas.
Se alejó del angulo de visión de Nick por si éste decidía despertar en ese momento. Procuraría leerla rapidamente y devolverla a su bolsillo sin más dilación.
Aplanó un poco el papel y desplazó sus ojos por las palabras allí escritas.
A medida que leía el corazón le latía con más rapidez. ¿Cómo era posible que Nick le hubiera ocultado aquello?¿Acaso ella no tenía que saber que alguien quería matar a su marido?¿Dónde quedaba la confianza que tenían que tener el uno en el otro? La amenaza no era algo reciente porque su accidente montando a Zeus había sido tiempo atrás, así que Starling había tenido el suficiente tiempo para contarle lo que ocurría, pero había decidido no hacerlo.
Se sentó en un sillón y lo miró dormir. ¿Porqué no se lo había contado?. Ella había confiado en él, diciéndole todo respecto a Carmichael y él se había guardado algo aún más importante para sí. ¿Acaso no se daba cuenta de que ella también era parte de esa familia?¿Qué lo que le podría ocurrir a él le afectaba directamente?.
Esperó pacientemente a que Nick se despertara para tener una larga charla con él.
Starling se sintió totalmente descansado y estiró el brazo buscando el suave cuerpo de Meredith pero se encontró con la cama vacía y las sábanas frías.
Se dió la vuelta para retrasar unos instantes más el tener que levantarse. En algún momento tendría que hacerlo ya que había quedado con Gabe y Damon para reunirse con los hermanos Bowser.
- ¿Nick?.-
Se incorporó en la cama al oir la voz de Meredith.
- ¿Sí?.- La vió sentada y palmeó el lado vacío de la cama para que se acostara en él.- ¿Qué haces tan lejos? Ven y túmbate a mi lado.- Dijo juguetón.
Meredith lo observó con mucha seriedad y él supo que algo no andaba bien. ¿Qué demonios le ocurría?.
- ¿Pasa algo, cariño?.- Se preocupó al pensar que algo grave podía haber sucedido mientras dormía.
- No lo sé, Nick. Dímelo tú.- Meredith levantó la nota para que pudiera verla bien.
Starling no dijo nada. Se mantuvo en completo silencio mientras pensaba que diablos le iba a decir para que el ceño fruncido que lucía su esposa desapareciera.
- Veo que la has leido.- Dijo cauto.
- ¡Oh, sí!Sin duda la he leido muy detenidamente pero eso no me desvela el porqué tu- Le señaló amenazadora mente con un dedo.- me lo has ocultado.-
Estalló enfadada mientras se levantaba y comenzaba a deambular nerivosa por la habitación.
- Verás, no pretendía....
Meredith no lo dejó acabar la frase. Se volvió y lo miró con ojos relampagueantes.
- Sí prentendías. De hecho pretendías que no me enterara de lo que ocurría como si a mi no me concerniera el hecho de quedar viuda.- Se acercó unos pasos para encararlo.- ¿Dónde está esa confianza de la que haces gala? ¿Acaso es solo unilateral? Yo debo confiar en ti para que nuestra relación funcione mejor, pero tu puedes guardarte tus secretos para no precoupar a la cabeza hueca de tu mujer. ¿Es eso, no?.
Nick se levantó y se irguió frente a ella sujetándola por los brazos.
- Escúchame bien, Meredith, no prentendía que te sintieras excluida pero no veía la necesidad de preocuparte por algo que tiene solución.- Le selló la boca con un dedo al ver que ella iba a replicar- Te lo contaría cuando todo hubiera pasado, tenlo por seguro.
- Entiendo que no quieras alterarme pero creo que etás equivocado. El matrimonio es eso, compartir lo bueno y lo malo y creo que tengo todo el derecho a saber que ahí fuera hay alguien dispuesto a matarte y dejar a una viuda y a un huérfano llorándote.
Nick entendía su razonamiento pero si volviera a pasar haría exactamente lo mismo. No tenía porqué preocuparla y ahora mucho menos en su estado.
La acercó para besarla y gimió cuando ella le ofreció con ternura sus labios.
- Meredith, perdóname, pero entiende que no quiero que nada de esto perjudique a nuestro hijo.- Una de sus grandes manos le abarcó por completo el vientre y se lo acarció.- No soportaría que algo os pasara por mi culpa.
Meredith le colocó las manos en sus anchos hombrosy se dejó caer contra él.
- Lo sé.-
Nick le desataba los lazos del camisón para dejar expuesta la piel de su esposa y dejó que éste cayera hasta el suelo.
- Y ahora tendremos que firmar la tregua, milady.-
Procedió a demostrarle punto por punto las condiciones de la rendición.
- Investigaremos cada información que nos llegue, cada lugar, cada maldita pista que caiga en nuestras manos.- Nick hablaba con contundencia. No estaba dispuesto a esperar pacientemente a que uno de esos intentos dieran con sus huesos en la tumba.- Lo de anoche fue lo último que ese malnacido ha hecho en mi contra.
Gabe apagó el cigarrillo que había estado fumando con total tranquilidad.
- Tenemos varias pistas fiables, Starling. No creo que nos lleve mucho tiempo descubrir algo que nos lleve al responsable.- Dijo convencido.
Los hermanos Bowser asentían una y otra vez.
- Lo primero es comprobar los lugares más probables en los que podremos encontrar a Cicatriz y Bestia.- Miró los documentos que se encontraban esparcidos por toda la superficie el escritorio.- Podemos formar grupos y dividirnos para vigilar varios lugares a la vez.
Gabe se inclinó sobre los documentos.
- Podríamos ir aquí y aquí.- Señaló varias direcciones que no había sido investigadas aún.- En algún sitio tienen que estar y ya hemos barrido casi todos los bajos fondos, a no ser que se alojen en otro lugar, cosa poco probable porque no pasarían desapercibidos y además necesitan estar cerca de su objetivo.- Miró de soslayo a Starling.- Perdón Nick.
- No te disculpes, Gabe, estoy de acuerdo en que si me quieren, tienen que manternerse cerca de mi y eso nos vuelve a llevar a la misma conclusión. Están en Londres y seguramente en un ambiente que conocen. De otra forma llamarían demasiado la atención.
Discutieron por horas la mejor manera de llevar a cabo las búsqueda y concluyeron que lo mejor era empezar cuanto antes, así que tras estudiar una vez más los lugares a investigar se dispusieron a revisar palmo a palmo los suburbios.
Nick mandó un recado a Meredith diciéndole que no lo esperara despierta.
Meredith intentaba leer por quienta vez la misma página pero las palabras se emborronaban frente a sus ojos. Cerró el libro y lo dejó sobre la mesita con disgusto.
Nick se había marchado para intentar solucionar el problema cuanto antes. Era imperativo que encontraran a ese hombre y lo entregaran a las auitoridades, aunque Meredith sospechaba que Nick no le permitiría salir ileso una vez que diera con él.
Sacó el arrugado papel de entre las páginas del libro y releyó la nota una vez más.
Algo llamó poderosamente su atención.
La escritura era muy elaborada y la forma de la primera letra en la palabra "Atentamente" le recordó a otra nota recibida no hacía mucho.
Se removió inquieta en el asiento. Podía estar equivocada, claro está, pero juraría que era la misma letra. Lamentaba profundamente no haber guardado aquellas notas para poderlas comparar ahora con la que tenia en las manos pero ya nada podía hacer.
Fijó la vista de nuevo en la misiva y cuanto más la miraba, más segura estaba de que correspondían a la misma persona.
¿Debía de comentárselo a Nick?No estaba segura totalmente. Si pudiera haber alguna forma de poder compar la escritura, entonces si podría decírselo sin ningún genero de dudas.
Su mente trabajaba afanosamente buscando una solución y de pronto se le ocurrió una plan.
Podría funcionar. Tenía que funcionar.
Necesitaría la ayuda de Marion, pero sabía que podía dar resultado y entonces Nick podía hacer lo oportuno con ese cerdo miserable.
Con resolución escribió una nota a su prima. Le instaba a que se reuniera con ella lo antes posible en Laughton House.
Nick le había prohibido salir de casa sin su permiso y a su madre también. La pobre mujer se había preocupado muchísimo al no poder hacer nada y tener que esperar pacientemente a que todo concluyera de manera satisfactoria, o al menos eso esperaban.
En estos momentos Lady Abbygail se encontraba reponiéndose en su habitación de una fuerte jaqueca producida por la impresión de la noticia.
Mientras esperaba a Marion repasaba una y otra vez la forma en que tendría que actuar para lograr su objetivo. Si Marion decidía no ayudarla tendría que cambiar de planes y comenzó a idear otra manera de hacerse con lo que necesitaba.
Se retorcía las manos nerviosa cuando su prima entró en la estancia con el semblante angustiado.
- ¿Qué es lo que ocurre?.- La revisó de arriba a abajo esperando encontrarla convaleciente.- Tu nota me ha puesto frenética y he llegado a pensar que habías sufrido algún accidente.
Ya más calmada al ver que nada le ocurría tomó asiento colocándo la falda de su vestido en la posición correcta.
Meredith se apresuró a sentarse a su lado y la sujetó con fuerza por el brazo.
- Marion, ha ocurrido algo horrible. Alguien, que todavía no sabemos quien es, quiere matar a Nick.- Marion dió un respingo al escuhar aquello pero se mantuvo callada para escuchar toda la historia.- Lo han intentado en varias ocasiones y anoche le enviaron ésta nota.
Se la tendió y esperó pacientemente que la leyera antes de continuar.
- El Syrene ardió en gran parte y ahora se encuentra buscando a los responsables junto con Damon, Gabe y unos hombres que tienen contratados. Está dispuesto a terminar con ésto lo antes posible...
Marion la abrazó para tranquilizarla.
- Lo entiendo, estás nerviosa por todo y más aún en tu estado. Si quieres puedo pedirle a mamá que me permita quedarme aquí contigo, así podremos estar juntas hasta que todo se haya solucionado. - Se ofreció.
Meredith la miró agradecida y se permitió esgrimir una tenue sonrisa.
- Eso sería maravilloso, gracias Marion.- Cogió la nota de las manos de su prima.
- Y ahora, la parte dificil.- Suspiró.- Creo saber quien es el responsable de todo, pero necesito tener algún tipo de prueba antes de acusarlo. Si Nick se enterara antes de poder confirmarlo creo que lo mataría sin intentar preguntar nada más.
- ¿Quien crees que es?.- Marion estaba intrigada.
- Carmichael.- Dijo con convicción y se quedaron calladas mirándose durante unos instantes.
-¿Cómo es posible que hayas llegado a esa conclusión?.-
- Sabes que ese hombre me estuvo enviando flores y cada uno de ellos iba acompañado de una tarjeta escrita de su puño y letra. La forma de escribir la letra "A" de su nombre, Alec, era muy personal, demasiado recargada diría yo y si te fijas aquí...- Le señaló la palabra "Atentamente" en la nota.- Creo que es la misma letra. Lástima que no guardara ninguna de sus tarjetas para comparalas.- Se quejó de nuevo.- Pero creo saber como puedo conseguir la prueba que necesito para incriminarle, pero para eso necesito de tu ayuda.
Marion la observó detenidamente antes de asentir.
- Puedes contar con ella. Pero tendremos que pensar muy bien como hacerlo y asegurarnos de que no corramos ningún peligro.- Los ojos brillaron de entusiasmo ante el reto.
- Lo he pensado detenidamente y no creo que eso ocurra..- Meredith no estaba tan segura como aparentaba.- Solamente entraremos en casa de Carmichael y tomaremos algún documento con su firma para compararlo con éste que tenemos.-
Las dos sonrieron tranquilizando a la otra y ninguna dijo lo preocupada que estaba por lo que iban a hacer.
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