Capítulo 36

SÉ LO QUE ME VAIS A DECIR!!!!

QUE OS DIJE QUE ESTE SERÍA EL ÚLTIMO CAPÍTULO PERO HE TENIDO UNA SERIE DE PROBLEMILLAS Y LO QUE HABÍA ESCRITO EL VIERNES NOCHE, RESULTA QUE LO LEO EL SÁBADO DESPUÉS DE VOLVER DEL TRABAJO Y NO ME GUSTABA NADA DE NADA, ASÍ QUE NO SE ME OCURRE OTRA COSA QUE BORRARLO TODO Y EMPEZAR DE NUEVO, PERO CLARO ESO ME HA TENIDO HASTA ALTAS HORAS DE LA NOCHE Y ESTA PRECIOSA MAÑANA DE DOMINGO ESTOY QUE ME CAIGO DE SUEÑO, NO TENGO TIEMPO DE ESCRIBIR MÁS Y YO QUERÍA TERMINARLO ESTA SEMANA COMO HABÍA PROMETIDO.

AHORA ME MARCHO A UNA FIESTA FAMILIAR PERO EN CUANTO TENGA LO QUE FALTA LO SUBIRÉ Y NO TENDREIS QUE ESPERAR AL FIN DE SEMANA....

¿ME PERDONAIS?

¡¡¡ ¡BESOTES ENORMES Y BUENA LECTURA!!!!

******

Dejaron los carruajes algo más lejos del viejo almacen para no descubrir su presencia con el ruido de las ruedas sobre el camino y el choque continuo de los cascos de los caballos.

A pesar de que el sol había salido, la mañana era bastante fría y los hombres se resguardaban bien con sus abrigos del gélido aire matinal. Nick sin embargo no sentía nada, sólo tenía puesta su atención en el deteriorado edificio que se alzaba ante ellos deseando terminar de una vez por todas con aquel maldito asunto.

Se encontraban reunidos justo en un callejón cercano, para que no pudieran ser vistos desde las ventanas y avisarlos de su llegada antes de poder ponerles las manos encima, eso sin contar con que no los estuvieran esperando como sospechaba Big Jim.

Charles Bowser los estaba instruyendo sobre como actuar por énesima vez para que no hubiera ningún error posible.

- Bien, entonces, quedamos así. Unos hombres entrarán por la puerta principal y el resto lo hará por la trasera. No hay que decir que pretendemos cogerlos vivos para poder sonsacarles quien es el que los ha contratado.- El detective los miró a todos advirtiéndoles que tuvieran cuidado.- En marcha.

Todos asintieron con seriedad deseándose suerte.

Starling en un principio había decidido entrar junto a los hermanos Bowser y sus hombres por la puerta principal, pero en el último instante había cambiado de opinión y lo haría por la trasera junto a Gabe, Damon y otro de los agentes de Bow Street.

Todos iban armados, pero las pistolas, al ser de un sólo disparo, no eran garantía de seguridad, por lo que Nick no confiaba mucho en solucionarlo con un par de tiros y esperaba con asombrosa tranquilidad ponerles las manos encima y sacarles la información después de haberles propinado un par de buenos golpes por todos los quebraderos de cabeza que le habían ocasionado durante semanas.

Se pegaron a la pared para evitar ser vistos desde dentro y fueron avanzando hasta llegar a la parte de atrás. El edificio estaba totalmente rodeado de basura por lo que el respirar se hacía bastante penoso y al caminar era practicamente imposible no pisar algo que era mejor no averiguar de que se trataba.

Esperaron pacientemente a que el reloj de bolsillo de Damon, diera la hora exacta para abrir la puerta y acceder al interior ya que habían sincronizado la entrada con el otro grupo.

Nick, mucho después, juraría haber escuchado el sonido del reloj marcando los segundos. El silencio que imperaba podría haberlos puestos nerviosos pero al mirar a sus amigos lo único que descubrió en sus rostros fue una fiera determinación de atrapar al que estaba derás de todo aquello.

Las manecillas se movieron y se colocaron a las diez en punto. Gabe giró el picaporte pero éste no cedió.

Todos se miraron entre sí y volvió a intentarlo.

Nada.

De repente se oyeron varios disparos, gritos y signos de lucha procedentes del interior.

Nick los apartó a todos y con su pistola disparo a la cerradura, que saltó por los aires y sin pensarlo, se lanzó hacia dentro.

Los escuchaba correr detrás de él pero freno su carrera y se escondío detrás de una pila de cajas para poder ver que ocurría.

A su lado llegaron sus amigos y el agente.

- Tenemos que separarnos...

Nuevos disparos se escucharon y eso les hizo actuar con más velocidad.

Nick cebó de nuevo su pistola y la cargó. No podía darse el lujo de no contar con ella. Ya pensaría algo luego si no podía volver a utilizarla.

Damon se pegó a Starling y juntos avanzarón por el lateral de la nave.

Uno de los hombres que acompañaba a las hermanos Bowser estaba tendido en el suelo mientras los demás se defendían. Algunos con los puños y otros con lo que podían.

Al fondo, unas escaleras subían hasta la segunda planta y Nick levantó la vista hasta allí. Vió algo moverse e indicó a Damon que lo siguiera.

Con sigilo avanzaron hasta alcanzar el primer peldaño y comenzaron a subir con precaución.

- ¡Fred, Roger. Id tras él!.-

Parecía la voz de Charles Bowser que indicaba a sus hombres lo que debían hacer. Se escucharon pasos apresurados y algo cayó produciendo un gran estruendo que los hizo encogerse.

Seguramente si Big Jim no los hubiera avisado habrían entrado allí confiando en encontrarlos desprevenidos y aquello podría haber sido el fin de muchos de ellos.

Alguien gritó de forma desgarradora.

-¡Maldito hijo de perra!.-

Starling y Arlington se miraron esperando que hubieran atrapado a alguno de los otros y no que fuera uno de ellos el que se retorcía de dolor.

Llegaron al piso superior pero parecía que allí no había nadie. Podía ser que estuviera confundido al creer ver algo.

Se agachó para hablarle a Damon que en ese momento estaba escondido tras una enorme máquina y escuchó como una bala le pasaba muy cerca de la cabeza impactanto en la pared y dejando un agujero en ella.

Se tiró al suelo y se tocó la oreja para cerciorarse de que la tenía completa. La había escuchado silvar tan cerca suyo que creyó durante un segundo que le había dado.

Maldijo de mil maneras diferentes antes de escuchar unos pasos que se alejaban con rapidez. Se puso de pie y corrió a lo largo del pasillo esperando alcanzar al que huía. No se paró a pensar que podía haber más de uno acechando, sino que no podía bajo ningún concepto dejar escapar a nadie de allí. Esta vez conseguiría lo que había ido a buscar.

Giró hacia la ziquierda y vió una bota que desaparecía tras el siguiente recodo. Aceleró la marcha.

La pistola la llevaba fuertemente sujeta para poder utilizarla sin problemas.

Una puerta se cerró más adelante y frenó en seco. Sintió un golpe en sus espaldas y se volvió con el arma en alto.

- Quieto amigo.- Damon alzó las manos en señal de rendición.- Guarda eso para el malo.- Apartó el cañon de la pistola con un dedo.

- Ni siquiera te había oido detrás mía, Damon.- Se dispulpó Nick.- Creo que se ha encerrado en una de las habitaciones.

- Si tiene polvora y munición puede volver a cargar el arma y entonces en cuanto entremos disparará.

Nick asintió con la cabeza intentando encontrar una solución rápida.

En la planta baja había dejado de escucharse algún ruido o por lo menos a ellos no le llegaban los sonidos de pelea.

Cuatro puertas se encontraban a ambos lados del pasillo que tenía ante sí. Una ventana al lado de cada una de ellas dejaba ver el interior. En su día seguramente habrían sido oficinas. Los cristales esparcidos por el suelo hacía posible que pudieran ver mejor por ellas que a través de la mugre que recubría los que estaban aún en su sitio.

Fueron deslizándose sigilosamente casi a rastras procurando evitar las ventanas y ser así un blanco fácil para el que se hubiera ocultado allí.

Por suerte dos de las habitaciones no tenían puerta y otra la tenía colgando de una de las visagras por lo que sólo les quedaba una única opción.

- Tiene que ser esa.- Arlington señaló la puerta cerrada.- Pero ahora quien será el valiente que entre a por él.- Dijo preocupado.- Tarde o temprano tendrá que salir pero eso no quita que se lleve a uno por delante.

Nick se asomó en un movimiento rápido por la ventana de la habitación pero no vio al hombre.

- Tengo una idea.- Miraba alrededor mientras hablaba en voz baja.- Eso está lleno de papeles y cartones.

Damon trató de entender lo que quería decir sin conseguirlo.

Nick, ocultó la pistola en la cintura del pantalón y se quitó el abrigo,enrollándolo de tal manera que hizo una gran bola con él. Con la ayuda de una lámpara de aceite, que se encontraba cerca dando algo de luz, le prendió fuego y espero a que comenzara a arder lanzándolo dentro de la habitación con rapidez.

Arlington sonrió comprendiendo de pronto lo que se proponía Starling.

- Bien pensado, Nick.-

Al poco tiempo en humo salío por la ventana rota. Debía de haber prendido las cajas apiladas y la suciedad que se encontraba desperdigada por el suelo.

La puerta se abrió de repente y alguien apareció tosiendo entre la humareda.

Nick se lanzó sobre él para quitarle la pistola que empuñaba y ambos cayeron al suelo rodando.

En cuanto se encontró encima del hombre y le vió la cara supo que sin duda era Cicatriz. Le golpeó dejando salir toda la rabia contenida de las últimas semanas y escuchó como le crujía el pómulo. Eso le hizo sentir muy bien. Volvió a dejar caer el puño antes de que reaccionara y pudiera utilizar el arma que no sabía si seguía teniendo después de la caida, pero no fue necesario porque Damon le había pisado la mano que empuñaba la pistola dejándo a Nick que le partiera la cara si así le apetecía. Para eso estaban los amigos al fin y al cabo.

Descargó un tercer golpe pero el hombre ya no hacía intento de defenderse y Nick sintió en el alma que eso ocurriera porque hubiera preferido que sintiera cada puñetazo. Frustado se levantó y junto con Damon lo arrastraron hasta donde escuchaban a Gabe llamarlos.

En cuanto Stanton los vió corrió hasta ellos aliviado de que estuvieran bien.

- Casi me quedo sin voz gritando para que me contestarais.- Dijo sonriendo plenamente. Cosa rara en él.

- Nos costó un poco pero nada de que preocuparse.- Damon le guiñó un ojo.

- ¿Hay alguien herido?. Tenemos que salir de aquí. Puede ser que el fuego se propague por el resto del almacen.- Nick miró con desprecio al hombre que cargaban lamentando que no le hubiera aguantado un poco más los golpes que estaba dispuesto a obsequiarle.

- Tres hombres heridos pero sin importancia y tenemos a dos de ellos, otro consiguió escapar, parece que no esperaban que vinieramos con refuerzos....¿Creo haber escuchado la palabra fuego?.- Dijo reaccionando tarde a las palabras de Starling.

- Después te contaré los detalles. Ahora lo primero que tenemos que hacer es avisar para que apaguen el fuego antes de que se propague y éste lugar arda hasta los cimientos.

Tras reunirse todos, sacaron a los prisioneros a la calle sin miramientos hasta alejarse lo suficiente del almacen y se dieron las ordenes precisas para que dieran la alerta de fuego y evitar males mayores.

- Bien, ¿Quien es Bestia?.- Starling miró a los dos hombres con intensidad.

Los dos eran grandes pero uno de ellos bajó la mirado asustado por lo que vió en sus ojos, así que Nick prestó atención a su compañero que por los rasgos bastos y los amplios biceps le delataban. Sin duda el sobrenombre le vanía como anillo al dedo.

- Sé que eres tú.- Dijo con convicción.- Quiero que me digas quien te paga y no pienso aceptar una negativa por tu parte.

Bestia lo miró sin parpadear y se mantuvo callado.

Starling no apartó la mirada. Se acercó hasta él hasta poder oler el acre sudor de su ropa.

- Me da igual que me lo digas ahora o que lo hagas luego de haberte dado la mayor paliza de tu vida.- Sonrió de forma siniestra.- Casi preferiría que eligieras la segunda opción.

Comenzó a quitarse la chaqueta y la tiró en dirección a Gabe que la cogió al vuelo. Se subió las mangas de la camisa hasta dejarlas por encima del codo y sin pensárselo dos veces le asestó un golpe en el abdomen que hizo que el grandullón cayera de rodillas con un resoplido de dolor.

- Si te digo lo que quieres ¿Qué gano yo a cambio?.- Se levantó y escupió hacia el lado.

- Nada.- Starling no tenía ganas de negociar, sólo quería una cosa y la conseguiría de un modo o de otro.- Date por satisfecho el que no te estrángule con mis propias manos si me dices lo que quiero.- Apretó los puños hasta hacer crujir los nudillos.

Bestia lo evaluó con la mirada.

- No creo que te atrevas a hacerlo.- Señaló a los detectives que se hallaban cerca de ellos.- Esos hombre no te lo permitiran. Son la ley ¿recuerdas?.

-Pruébame.- Le retó.

Ninguno habló y Nick suspiró impaciente. Intentar que le contara lo que sabía no le llevaría a ningún sitio así que decidió que sus puños hablaran por él.

- ¿Sabes? . No me importará lo más mínimo hacer que te inmovilizen mientras te utilizo como saco de boxeo.- Le imprimió a su voz un tono alegre como si fuera lo mejor que podía haberle sucedido durante todo el día.- Ahora que lo pienso hace mucho que no visito el Club de Boxeo por haber andado buscando a un par de ratas.Gabe, Damon. Sujetadlo.

Cuando Bestia vió a los dos hombres dispuestos a hacer lo que Starling quería no lo dudo un momento.

- Está bien.- Dijo tranquilamente.- Después de todo no me pagaba tanto como para aguantar una paliza.-

Nick esperó pacientemente a que continuara, prestándole toda su atención. Casi lamentaba que hubiera elegido chivarse antes de poder dejarle un bonito recuerdo a base de unos buenos golpes directos a las costillas.

- Su nombre es Carmichael.- Soltó sin preámbulos.

Nick sintió que la ira recorría todo su cuerpo y apretó fuertemente la mandíbula.

Lo había tenido constantemente ante sus narices y no lo había sospechado. Incluso Meredith había estado demasiado cerca de esa sabandija durante algunos momentos. ¿Porqué ese odio tan encarnizado en su contra?. Nick entendía perfectamente que alguien quisiera limpiar el honor de su mujer. El lo había hecho con su hermana pero la diferencia entre ambos era que el que engañó a Violet cayó muerto en un duelo y era culpable por no querer responsabilizarse de sus actos. En cambio la ofensa que creía Carmichael vengar nunca había existido en realidad, sólo en la mente de su mujer y en vez de enfrentarlo cara a cara, con honor, había decidido eliminarlo ocultando sus actos tras unos matones.

- ¡Bastardo! Debería de haberlo matado cuando tuve ocasión.-

Las palabras se le atascaban en la boca debido a la rabia. Buscó con la mirada a los hermanos Bowser que se encontraban cerca.

- Tengo que ir a casa para avisar a mi mujer pero luego quiero buscar a ese malnacido. No voy a perder un segundo más hsta poder tenerlo bajo la suela de mi zapato.-

Iría solo si hacia falta.

- No se preocupe enviaré a estos - Señaló a los prisioneros.- con algunos de mis hombres a comisaría y el resto iremos con usted. Éste asunto quedará solucionado hoy mismo. Tiene mi palabra.

Nick estaba impaciente por llegar a Laughton House y asegurarle a Meredith que todo se arreglaría. Que podría dormir tranquila esa y todas las noches siguientes.

En unas pocas horas Alec Folk estaría encerrado de por vida. Se encargaría de ello.

Marion estaba cada vez más nerviosa.

Meredith no salía de la casa y ella no sabía que hacer. El tiempo estipulado había pasado ya, hacía bastante, pero se negaba a marcharse sin estar segura de que su prima había salido de aquella casa.

¿Y si había salido antes que ella y había decidido volver a Laughton House sola?. No eso no era posible. Llegó justo hasta los barrotes de la verja y se agarró a ellos esperando ver aparecer a Meredith de un momento a otro.

O lo que era aún peor ¿Y si la había descubierto y le había sucedido algo?. Podía volver a entrar y averiguarlo. Si nada ocurría podrían salir de alli sin más pero si algo malo pasaba entonces ella también estaría en peligro y nadie podría ayudarlas porque no sabrían donde encontrarlas. ¿Cómo podían haber ido hasta allí sin habérselo dicho a nadie?.

Dudo unos instantes y avanzó hacia la casa con paso inseguro. No sabía que hacer. Se mordió el labio nerviosa e indecisa y se detuvo de nuevo intentando encontrar la mejor solución a aquel embrollo.

Sintiéndose realmente mal, decidió marcharse y pedir ayuda. De nada serviría hacerse la valiente intentando rescatar a Meredith y que ambas no pudieran salir de aquella casa.

Había llegado el momento de actuar con la cabeza y no con lo que le dictaba el corazón.

Casi corría buscando un coche de alquiler, recriminándose el no haberle dicho al cochero que las llevó hasta allí que las esperara y en cambio haberse dejado ganar por un estúpido sentido de la limpieza y la higiene.

Miraba a uno y otro lado desesperada. Sintiendo que cada segundo que pasaba era primordial para encontrar a Meredith tan bien como ella la había dejado en la puerta de aquella casa.

No deberían de haber ido, pero no era momento de lamentaciones sino que debía de buscar soluciones rápidas y efectivas. Si tan sólo supiera que hacer....

Buscó con ansiedad a los dos lados de la calle.

¿Dónde se metían los carruajes cuando se les necesitaba?. Aceleró el paso sintiendo que los nervios consumían poco a poco su ya de por si desaparecida tranquilidad.

¿Cribbs?. Le parecio verlo un poco más adelante. Sorteó una pareja que hablaban parados en plena acera y se acercó más para poder ver bien al jinete y su montura.

Sí, sin duda era el bueno de Cribbs montado en su caballo. Respiró algo más aliviada.

Lo llamó con tanta fuerza que varias personas se le quedaron mirando. Corrío recogiéndose la falda hasta las rodillas sin importarle el decoro y las miradas censuradoras.

- ¡Cribbs, gracias a Dios!.- Jadeaba debido a la carrera.- Debe de dejarme el caballo. Es urgente.

-Buenos días, señortia Remington.- Dijo feliz de verla.- ¿El caballo?¿Mi caballo?.- Mostró lo contrariado que se sentía con aquella petición tan inusual levantando exageradamente las cejas.

Marion asintió con la cabeza intentando recuperar el aliento.

- Por favor es muy importante.- Imploró.

El muchacho la miró indeciso pero tras unos segundos que a Marion se les hicieron eternos. Desmontó y le entregó las riendas.

- Si puede ayudarla en algo, no dudaré un momento en entregarle a "Dante".

Marion se alzó y le besó rapidamente antes de subir a horcajadas y salir casi a galope.

Se preguntó si debería de haber pedido ayuda a Cribbs pero lo desechó al instante. No podía ponerlo en peligro, eso si realmente ocurría algo grave, y además podía ser que el bonachón de su amigo decidiera que antes había que buscar a la policía y contarle todo lo ocurrido. Eso le llevaría demasiado de tiempo.

Iría a Laughton House y pediría ayuda a Nick. El sabría que hacer.

Meredith se despertó con un fuerte dolor de cabeza. Levantó la mano para tocar donde más le dolía y volvió a gemir. La muñeca la tenía muy hinchada y suponía que la mitad del rostro también ya que lo sentía abotargado e inflamado. El ojo izquierdo le dolía horriblemente y toda ella era un auténtico desastre.

Durante unos segundos no supo que había ocurrido pero en cuanto los recuerdos hicieron aparición saltó de la cama donde se hallaba acostada, sin importarle lo que su golpeado cuerpo pudiera decir al respecto.

¡Nick!. Se tapó la boca para mitigar un grito de angustia.

Ese maldito hombre había dicho que le había tendido una trampa. Tenía que salir de allí e intentar avisarlo. Tenía que hacer algo para que no le ocurriera nada. No sabía donde se encontraba pero una vez que consiguiera escapar ya se preocuparía por hallar a su marido y explicarle todo lo ocurrido aunque sabía que no iba a estar muy contento por su participación en todo ese asunto.

Con frenesí buscó la puerta y se avalanzó sobre ella pero desgraciadamente estaba cerrada y por mucho que tiro y empujo no consiguió abrirla. Gritó todo lo que pudo y más, intentando que alguno de los criados la oyeran pero realmente no pensaba que acudirían a su rescate. Eran empleados de Carmichael y no harían nada que hiciera peligrar su puesto de trabajo.

¿Cómo había llegado hasta allí?. Recordaba intentar escapar y luego nada. Absolutamente nada.

Estaba loco. Carmichael había perdido la razón por completo. No le cabía la menor duda. Pretendía matar a su marido, alejó ese pensamiento en el mismo instante en que se formó. Eso no sucedería. Todo se resolvería y ella podría disfrutar de una vida plena junto a Nick.

¿Acaso pensaba Carmichael, que podría llevar sus planes a cabo y no ser descubierto? Ella lo delataría en cuanto tuviera oportunidad y se alegraría de verlo pudrirse en la cárcel. Bueno, verlo no, porque no quería toparse jamás con esa escoria en lo que le quedaba de vida y esperaba que le quedara mucha aún.

Contuvo un sollozo y se limpió las lágrimas que resbalaban por su rostro. No era momento para lloriqueos tenía que ser fuerte y pensar en lo que debía hacer para volver junto a Nick.

Comenzó a abrir todos los cajones y baules de la estancia esperando encontrar algo con lo que abrir la puerta. No tenía idea de como lo haría pero tenía que intentarlo al menos. No se iba a quedar sentada esperando que Camichael la volviera a golpear....o algo peor.

Tragó con fuerzas el miedo que le atenazaba y lo desterró hasta nuevo aviso.

La búsqueda resultó inútil y pesada. Sólo podía utilizar una de sus manos y la visión de un solo ojo empeoraba la situación. Soltó una risita nerviosa. Ahora sí que se había metido en un buen lío y Nick tendría toda la razón de ponerla sobre sus rodillas y azotarla hasta que el trasero le ardiera durante varios días.

Rezó para que aquello se hiciera realidad.

Tiró de uno de los cajones de la cómoda y comenzó a apartar uténsilios de afeitado. Una brocha, la bacinilla de la espuma, la navaja de afeitar, la loción para después del rasurado.....

¡Un momento, la navaja de afeitar!

La tomó con dedos temblorosos mientras pensaba en donde esconderla. El vestido estaba rasgado por delante dejando ver el corsé y gran parte de su pecho. No tenía su bolso de mano por lo que lo único que quedaba era guardarla en su liga. Se subió la falda rapidamente y la afianzó alli con presteza. Frunció la nariz. Esperaba ser lo bastante hábil cuando la necesitara por lo que volvió a sacarla de su escóndite y la abrió y cerró varias veces con la única mano que podía utilizar. No era muy rápida pero tendría que conformarse con su poca pericia. Volvió a mirar la navaja y la colocó de nuevo en su escondite.

Cerró el cajón y trató de ocultar que lo había registrado todo. No quería que Folk sospechara que tenía algo con lo que defenderse.

Se sentía algo más segura al notar el frío metal sobre su piel pero su principal y única preocupació era Nick. Se acarició el vientre tratando de tranquilizarse.

¿Porqué no había ello caso a su marido y se había quedado en casa? No sólo había puesto en peligro su vida sino también la de su hijo. Había sido una auténtica estúpida y si algo le ocurría al bebé por su culpa nunca se lo perdonaría.

Se paseó una y otra vez por la habitación que supuso que era de Carmichael ya que la decoración era sin duda muy masculina. Había intentado escapar por la ventana pero era imposible saltar desde allí al suelo, aunque casi prefería eso a lo que le esperaba una vez que él decidiera aparecer. No lo hubiera dudado ni por un momento si sólo dependiera su vida de ello pero ahora también tenía que pensar en la que crecía en su interior y hasta ahora lo había hecho francamente mal.

¿Estaría retardando su vuelta para ponerla más nerviosa de lo que ya estaba? Pues si era asi, lo estaba consiguiendo. Se sentía como un animal acorralado sin saber por donde escapar.

Nunca le habían gustado las cacerías pero a partir de ese momento las odiaría a muerte. Nadie, ni siquiera un animal merecía pasar por esa agonía.

De pronto la puerta se abrió y Carmichael la miró sonriente como si se tratara de una invitada y él fuera un amable anfitrion.

- Me alegra encontrarte levantada.-

Mereditth no supo que responder. ¿Acaso esperaba que su trato fuera cordial?.

- Prefería encontrarme en mi propia habitación en Laughton House, milord.- No pudo evitar el tono venenoso de su voz.

Carmichael se sentó y cruzó las piernas acomodándose en el sillón.

- Eso cambiará cuando seas mi esposa.-

Lo dijo con tanta confianza que Meredith soltó una risa histérica.

- ¿No pretenderá llevar a cabo esa locura, verdad?.-

Rretrocedió varios pasos cuando lo vio acercarse a ella rapidamente.

- No vuelvas a llamarme loco, querida. Tu y yo nos casaremos y follaremos como conejos. Te gustará, lo sé.-

Había pasado de la furia a hablarle de manera sensual y a ella eso le produjo escalofríos que no podía controlar. Temblaba como una hoja mecida por el viento mientras él bajaba la cabeza para tratar de alcanzar sus senos con su boca.

- Por favor.....-

Todo el valor la abandonó durante un instante y se arrepintió de suplicarle.

- Ahora mismo me encuentro muy débil y dolorida.-

Trató de sonreir con confianza para que no notara que pretendía ganar tiempo. Si tenía que hacerle creer que la estaba convenciendo para retrasar lo que tenía en mente, que no era otra cosa que llevarla a la cama, no dudaría en llevarle la corriente.

Carmichael la miró con sospecha, no creyendo del todo su cambio de actitud pero la soltó y le acarició la zona golpeada del rostro.

Ella se encogió sin poderlo evitar.

- Está bien, te dejaré descansar un poco más.- Le besó los labios.- Pero no demasiado.

Meredith se relajó cuando lo vio salir de la habitación pero supo por la forma en que la miró, que la próxima vez que entrara por esa puerta no aceptaría un no como respuesta.

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