Capítulo 26

Tamborileaba nervioso los dedos sobre el brazo de su asiento.

No le gustaba lo que escuchaba porque no era lo que había esperado escuchar y eso lo ponía especialmente de muy mal humor. Se podría decir que ese sentimiento no tenia cabida en él en ese momento y así lo demostro resoplando impaciente.

Había dejado a Meredith en casa de su tía hasta que más tarde él pudiera reunirse con ella . Los habían invitado, junto con su madre, y no pudo negarse a pesar de que hubiera preferido quedarse en la soledad de su habitación con su esposa. Tendría que esperar a que volvieran esa noche de casa de los Carlisle. Demasiado tiempo. Y eso no lo ayudaba a serenarse lo más mínimo.

Allí estaban frente a él dos hombres que no podían ser más diferentes entre si a pesar de ser hermanos.

Charles Bowser era de baja estatura y con una mata de pelo color zanahoria. Delgado como un palo y tan inquieto que siempre alguna parte de su cuerpo estaba en movimiento. Mareaba con tan solo mirarlo. Sus ojos eran dos puntos de azul en su rostro anguloso que parecía haber sido tallado con prisas por algun escultor poco cuidadoso

Sin embargo, Michael Bowser personificaba la calma y el saber estar. Quien lo conociera diría que era el típico hombre de negocios hecho a si mismo. Elagante, dentro de sus posibilidades, y con una prominente barriga que delataba que su pasión era una buena mesa. Su cabeza brillaba por la ausencia de pelo y sus rasgos eran más bien dulces y afectuosos.

No podían ser más diferentes pero eran los mejores investigadores de todo Bown Street. Eso le habán asegurado....y no habían conseguido descubrir nada.

Damon se encontraba sentado a su lado con una postura relajada pero muy atento a lo que estaban exponiendo el par de detectives. Había insistido en acompañarlo y Gabe, que no había podido hacerlo debido a un compromiso anterior, se había sentido mucho más tranquilo al saber de que uno de los dos lo haría.

- Señores.- Nick interrumpió impaciente.

Alzó una mano para hacerlos callar mientras con la otra se sujetaba el puente de la nariz para intentar calmarse.

- Si no he entendido mal.- Miró a uno de los hermanos Bowser.- No han conseguido descubrir nada. Después de treinta minutos escuchándolos hablar,- Miró el reloj que se encontraba sobre la repisa de la chimenea.- treinta y cinco para ser exactos, a la única conclusión a la que podemos llegar sin engañarnos es que no tenemos una condenada pista.- Dijo con excesiva dureza.

- Yo no diría tanto, milord..- Contestó Charles.- Sabemos a quien se les ha hecho el encargo de ....- Buscaba la manera de expresarlo sin parecer demasiado rudo.

- Sabemos quienes han sido contratados para perjudicarlo, milord.- Su hermano acudió en su ayuda con su habitual tranquilidad.- Tenemos vigilada su casa por si aparecieran pero creemos que los han avisado de que estamos tras su pista.....

- Sí, de eso hace ya una semana y desde entonces, nada. Ni una señal.- Nick se impacientaba por momentos.

- Estamos intentando localizarlos pero parece que Cicatriz y Bestia, que así se hacen llamar y nadie conoce sus verdaderos nombres, son bastante respetados.- Con eso quiso decir que se les tenía más que miedo.- Nadie parece dispuesto a delatarlos. Han hecho saber que a quien lo haga aparecerá en el Támesis, pero tendran que buscar todas las partes de su cuerpo para poder formarlo de nuevo y así poder darle sepultura. Es bien sabido que no amenazan en vano.

- Es decir que no tenemos absolutamente nada.- Repitió sintiéndose impotente ante esa información.

Había esperado que a estas alturas hubieran avanzado en ese aspecto y que el nudo que sentía la mayor parte del tiempo, al pensar que pudiera ocurrirle algo a Meredith por su culpa, desapareciera.

Charles lo miró con sus ojillos claros mientras golpeaba con un lápiz sobre el escritorio. El ruido que hacía estaba poniendo de los nervios a Nick. Pareció darse cuenta y se interrumpió pero a continuación tomó entre sus manos una hoja de papel que enrollaba y desenrrollaba sin parar.

Nick no pudo dejar de echarle una mirada exasperada pero esta vez lo ignoró por completo y siguío retorciendo el papel entre sus dedos.

- Tenemos a alguien infiltrado por los lugares en que se mueven los sospechosos. Este sujeto nos ha resultado muy útil en infinidad de ocasiones y jamás nos ha fallado. Si existe en todo Londres alguna persona capaz de descubrir donde se encuentran, ese es nuestro hombre..- Dijo Michael con seguridad.- Sólo necesita tiempo.

- Pero tiempo es quizá de lo que no dispongo.- Nick lo dijo en un tono muy bajo pero la rabia se palpaba con cada palabra pronunciada.

Se hizo un silencio en la habitación.

- Nick.- Damon habló por primera vez desde que llegaron hacía más de tres cuartos de hora.- Sé como te sientes pero no podemos hacer nada más que extremar precauciones. Contrataremos a más hombres para que ni tu ni Meredith sufrais daño alguno.

Starling lo miró con desesperación. Su principal preocupación no era él, sino su mujer, y Damon lo sabía y lo entendía. Se lo agradeció en silencio.

- De todas formas,- Prosiguió uno de los Bowser.- por nuestra parte estamos investigando por otras vías. En algún sitio deben de estar hospedados y todas y cada una de las pensiones o cualquier otro lugar donde puedan alquilar habitación está siendo visitado, así como las pocas amistades conocidas por si les estuvieran ocultando. No se preocupe daremos con ellos y entonces averiguaremos quien los ha contratado.

A Nick lo convenció la confianza con la que hablaba, o mejor dicho, quiso creer que así sería porque de lo contrario las espectativas no podían ser menos propicias.

La visita había sido una auténtica pérdida de tiempo.

- Quiero que me envíen un informe a Laughton House cada día con los avances en la investigación. Nos reuniremos aquí cada vez que lo vea oportuno y si surgiera algo importante no duden en avisarme.- Dijo dando por terminada la reunión.

Se levantó y ofreció su manos a cada uno de los investigadores para despedirse.

Salió junto con Damon aparentando una tranquilidad que estaba muy lejos de sentir.

Observó atentamente a su tía a través del saloncito. Se veía tan elegante como siempre y sonreía ante el comentario que en ese momento le hacía Abby pero si miraba más atentamente podía apreciar la tensión de su rostro y que no estaba tan calmada como quería aparentar. Había adelgazado y sus rasgos se le marcaban infiriéndole algo de dureza a su rostro.

Meredith se sintió realmente mál. ¿Cómo era posible que no se hubiera dado cuenta del estado de su tía y su prima?. Era cierto que ella había tenido su buena ración de problemas ultimamente pero eso no era excusa para no haber prestado la debida atención a la única familia que tenía a parte de Nick.

Lady Remington soltó la taza de té en la mesita con delicadeza y Meredith le sonrió al cruzarse sus miradas. Su tía le dirigió una sonrisa que no se reflejaba en sus ojos y continuó su animosa charla como si su única preocupación no fuera más allá de ese día.

Meredith sabía que lo tenía que haber pasado muy mal al pensar que con toda probabilidad lo iban a perder absolutamente todo. Menos mal que Marion se iba a comprometer pronto, pero no sabía con quien, y al esquivar continuamente sus intentos por averiguarlo supuso que el caballero en cuestión no era del agrado de su prima. Meredith pensaba que seguramente era alguien de avanzada edad pero no podía imaginar quien por mucho que le daba vueltas al asunto. Eso la entristecía bastante porque aunque era común que jovencitas se casaran con alguien mucho mayor que ellas por obtener una buena posición sabía que Marion tenía sueños románticos respecto al matrimonio y ella daría lo que fuera por poder hacer posibles esos sueños.

El único consuelo que lo quedaba era que si su futuro esposo estaba con un pie en el más allá de lo lo que podría tenerlo en este mundo, Marion quedaría viuda muy joven y entonces podría elegir un marido de acuerdo a sus deseos o simplemente no volver a casarse.

Se regañó a si misma por penser en la muerte de alguien al que ni siquiera conocía simplemente porque quería que su prima fuera feliz y estaba visto que no lo sería con esa unión.

Fijó la mirada en la mesita del té sintiendose francamente triste por Marion.

Sentía realmente impotencia al no poder hacer nada y ante el silencio de ella al respecto decidió no presionarla para que le contara el más mínimo detalle. Ya se lo diría cuando estuviera preparada pero se moría de ganas de saber y así poder tranquilizarse por lo que el destino le tenía reservado a su prima.

Mordisqueó pensativa una galleta mientras esperaba a que Marion regresara para hacerle compañía. Tenía que contarle lo ocurrido con Carmichael a alguien porque si no su cabeza corría peligro de estallar en miles de pedazos de tanto pensar. Ese hombre parecía que no se iba a dar por vencido y temía la reacción de Nick si llegaba a enterarse.

Escuchó un ruido a sus espaldas y Marion apareció por fin ante ella.

- Disculpa, Meredith pero Sarah ha tenido un pequeño problema con uno de mis vestidos.-

Se sentó a su lado con un elegante movimiento. Si por lo menos ella tuviera la mitad de elegancia que su prima. Suspiró resignada mientras se iclinaba para susurrarle tapándose la boca con la mano.

- Podríamos ir a algun otro sitio. Tengo que hablar contigo.-

Marion la escrutó con la mirada y asintió con apenas un movimiento de cabeza.

- ¿Nos disculpan? Hace un día tan espléndido que hemos decidido pasear por el jardín.-

Se levantaron al unísono y salieron presurosas.

Lady Abbigail y Lady Remington se miraron primero entre ellas y después se giraron para ver el cielo plomizo tras el cristal de la ventana.

-Bien, parece que cuando se es joven hasta el clima es magnífico cualquier día del año.- Dijo Abby negando con la cabeza.

Salieron al jardin trasero por las puertas dobles que se encontraban en la biblioteca. Bajaron los cuatro escalones que les daba acceso a los parterres y se encaminaron sin decir una palabra a uno de los bancos de piedra que se encontraba resguardado del frío aire por enredaderas que formaban una cúpula creando una falsa sensación de privacidad dentro del mismo jardín.

Meredith sonrió al recordar que ese era su lugar preferido ya que parecía que era una pequeña habitación alejada del mundo. Había pasado muchas horas allí sentada con la simple compañía de un libro entre sus manos imaginando ser la heroina y siendo rescatada por el gallardo caballero de turno para llevarla lejos montados en su blanco corcel.

El tiempo era realmente húmedo y se enlazaron los brazos para darse un poco de calor. Ninguna de las dos había pensado en ponerse algo de abrigo al salir de la casa.

- Tendremos que hablar rápido si no queremos coger una pulmonía por salir con este frío y con estos vestidos tan bonitos pero tan poco prácticos.- Se quejó Marion mientras se pasaba las manos por los antebrazos.

Meredith asintió dándole la razón. Podian haber ido a cualquier sitio de la casa para mantener esa charla y ahora estarían calentitas.

- No tarderemos mucho y ya que estamos aquí.....- Dejó la frase sin concluir mientras tomaba asiento junto a su prima y se arrimaba a ella con aire cómplice, pero Marion interrumpió de forma precipitada lo que pudiera haber dicho.

- Antes que nada, Meredith, debo pedirte perdón por mi actitud de hoy.- Desvió la mirada para fijarla en una de las rosas que tenía su manga mientras la retorcía nerviosa entre sus dedos- Sé que no era tu intención hacerme sentir mal pero a mi todavía me cuesta pensar en como mi vida no será como yo siempre había pensado que sería y me molesta hablar de ello.- Le imploró con la mirada.- Te prometo que en cuanto esté preparada te contaré todo lo referente a mi....compromiso.-

A Meredith no se le pasó por alto la duda que tuvo al pronunciar la última palabra pero sabía que Marion haría lo necesario para salir del atolladero en el que se encontraban ella y su madre.

Se arrimó aún más a ella sintiéndose torpe en su intento de demostrar su apoyo incondicional.

- Sabes que si no quieres casarte con ese hombre, sea quien sea, podeis venir a vivir a Laughton House. Nick no se opondrá y además, la mansión es demasiado grande aunque la llenáramos con una docena de niños.- Se sonrojó nada más salir las palabras de su boca.

Marión le apretó la mano con una de las suyas.

- Gracias, pero no será necesario, de verdad. Todo se solucionará satisfactoriamente. No haré otra cosa que aceptar la proposición de un caballero como tantas otras jovenes casaderas.- Su sonrisa intentó aparecer pero fue un auténtico fracaso y terminó siendo una mueca amarga.

Meredith no sabía que decirle para animarla y sólo pudo abrazarla para demostrarle que podía contar con ella en cualquier circunstancia.

- Bueno, basta ya de tanta cháchara. - Se separó con delicadeza.- ¿Quieres decirme que es lo que ocurre como para que estemos aquí las dos a punto de congelarnos?.

Meredith sonrió ante la exageración de su prima. Hacía un poco de frío, cierto, pero tanto como congelarse...

- Verás...- Dudó un poco al comenzar pero conforme hablaba las palabras iban saliendo atropelladamente de su boca y los nervios afloraron al contarle el incidente en el teatro.

Marion la escuchaba con los ojos abiertos y dando pequeños grititos de incredulidad a medida que desarrollaba la historia.

- Aún me cuesta creer que te arrinconara contra la pared.- Se abanicó con la mano sin terminar de creer lo que había escuchado pero sin dudar por un momento que era la pura verdad.

- No sé que hacer, Marion. Constantemente cambio de opinión y creo que el cerebro se me va a derretir en cualquier momento. Siempre me he considerado una persona que lo utiliza bastante pero creo que en los últimos días he forzado demasiado la maquinaria.- Se dío cuenta de las tonterías que salían por su boca y calló mirándola espectante esperando su opinión.

Marion se golpeaba con el dedo índice la barbilla mientras no dejaba de mirarla con aire pensativo.

- Creo que debes decírselo a tu marido. Si se entera por otros medios no creo que lo tome a bien.

Meredith hundió los hombros ante su afirmación. Sabia que le diría eso y se sintio peor por no haberlo hecho todavía. Por ser cobarde y no tomar una decisión correcta.

- Lo sé pero no creo que soportara que algo le ocurriera por unas estúpidas insinuaciones.- Murmuró apenas.- No podría vivir sin él. Lo necesito como no creí que podría llegar a hacerlo nunca.

- Lo sé. Y él también te quiere de la misma manera. No podeis disimularlo. .- Rió alegremente.- ¿Quien lo hubiera dicho? El Conde de Laughton, un famoso mujeriego, cayendo rendido a los pies de una jovencita. Donde muchas lo intentaron sólo tu lo conseguiste. Me parece maravilloso, Meredith. Es como esos libros que leías siempre.- Alzó la mirada y gesticuló con las manos para darle énfasis a sus palabras.- El caballero cae rendido a los pies de la bella dama.

Estallaron en risas.

- Yo se lo contaría a Laughton pero eso es sólo un consejo. No tienes que seguirlo, Meredith, después de todo Carmichael quizá haya entendido que no tiene ninguna oportunidad contigo después de vuestro último encuentro.- El tono jocoso había desaparecido por arte de magia.- Ese hombre no me gusta. Nunca me gustó. Su forma de mirar es, escalofriante.- Se estremeció al decirlo.

- A mi me pasa igual. Hay momentos en que parece que sus mirada me traspasara y deseara poder estar a solas conmigo para saciarse por completo.- Al decirlo en voz alta supo que eso era realmente lo que sentía cuando se encontraba con él.- Pero sobre todo percibo algo que me hace querer correr en dirección contraria tan rápido como me permitan mis piernas.

Marion la entendía perfectamente. Carmichael no era una buena compañía para alguien tan inocente y cariñoso como su prima. En realidad no era buena compañía para cualquier mujer.

Paseaba por Regent Street sumido en sus pensamientos más lúgubres.

Se encontraba, por primera vez en su vida, sin saber que hacer o como actuar ante lo que estaba sucediendo a su alrededor. Alguien estaba dispuesto a quitarlo de enmedio , sabría Dios porqué razón ya que por mucho que le diera vueltas y más vueltas  no encontraba una lo suficientemente poderosa como para que nadie llegara a esos extremos.

Quería reunirse lo antes posible con Meredith porque sólo estando a su lado el desasosiego que sentía desaparecía por completo. Al tenerla donde la pudiera controlar la sensación de que todo saldría bien se intensificaba haciéndolo sentirse muchísimo mejor.

- Damon, ¿crees que debería alejarme de Meredith?. Si soy yo el que está en peligro, quizá deba alejarla de mi lado para que no pueda sufrir daño alguno.- Preguntó después de que ese pensamiento le rondara más de una la vez por la cabeza.

- Es de sentido común que pienses así, pero ¿quien te dice a ti que para hacerte daño no quieran primero hacérselo a ella?.- Contestó con el máximo tacto posible.- En definitiva, creo que estás haciendo lo correcto al mantenerla vigilada y junto a ti. Así todas las medidas que tomes estaran concentradas en vosotros dos y no divididas en diferentes lugares.- Le palmeó la espalda mientras esperaban a cruzar la calle.

Nick lo miró y asíntió encontrándole la lógica al argumento.

Se quitó un peso de encima al ver claramente que Meredtih tenía que quedarse a su lado, junto a él, sólo que había necesitado escucharlo para saber que estaba haciendo lo correcto. Que no estaba cometiendo un tremendo error.

Reflexionó de nuevo sobre el otro punto de todo ese condenado problema que lo inquietaba.

- No le he dicho nada. No creo que deba hacerlo y preocuparla por algo en lo que ella bien poco puede hacer. ¿De qué serviría?. La atormentaría por algo que lo más probable es que se resuelva sin más consecuencias.-

Nick habló en voz alta para convencerse de ello. Cuanto menos supiera Meredtih sobre el asunto mucho mejor. Estaba protegida cada vez que salía de la mansión, incluso allí tenía a hombres apostados cuidando de que no le ocurriera nada a ella ni a su madre. Recibía un informe diario de a donde iba y con quien estaba en todo momento si él no podía acompañarla.

Al pensar en su madre se percató de que ella quizá también corría peligro. No podía dejarla volver a Dreams pero tendría que buscar una excusa para que se quedara en Londres después de esa noche. Ya pensaría en algo más tarde porque quedaba descartado por completo contarle la verdad. Se preocuparía y lo último que quería en esos momentos era tener a su madre mirándolo como a un cachorro al que se necesita proteger. Su relación con ella había mejorado notablemente y todo debido a que entendía hasta cierto punto el estado depresivo en el que se sumió tras perder a su prometido. Pero si tenía que ser del todo sincero consigo mismo, no podía olvidar la indiferencia que había demostrado a sus hijos por muy doloroso que fuera aceptar que tenía dos. El le recordaba a su amor perdido y Violet a la traición al entregarse a otro hombre.

Tendría que superarlo algún día y mejor que fuera cuanto antes pues no sabía si tendría mucho tiempo más del que disponer libremente.

La rabia volvió a aparecer con renovado brío deseando poder tener enfrente a la persona que pretendía desterrarlo del mundo de los vivos. Se tragó, no sin esfuerzo, una imprecación que hubiera hecho sonrojar al peor de los estibadores del puerto de Londres.

Cruzaron teniendo especial cuidado de no ser atropellados por los carros de reparto ni por los carruajes que a esa hora del día circulaban por la atestada calle.

Las aceras estaban repletas de personas que iban de aquí para allá paseando o de compras por los populares establecimientos. Nick las observaba mientras se preguntaba si todas serían tan felices y estarían tan falta de problemas como parecían. Seguramente no y eso le hizo sentirse absurdamente más consciente de lo que se estaba jugando. Podrían ser los últimos días para estar con Meredith incluso las últimas horas y no estaba preparado para ello. No cuando hacía tan poco tiempo que la había encontrado.

Llegaron a "La casa del fumador" y recogieron la mezcla especial que Arlington consumía y recogía puntualmente cada semana. Era un local muy elegante y exclusivo donde lo mejor del Beau Monde adquiría su tabaco especial y encargaba todo lo referente para disfrutar plenamente de él. Podían encontrarse pitilleras terminadas en todos los materiales imaginables. Pipas elegantes y de madera de tallas imposibles. El olor que impregnaba el lugar era fuerte e intenso. El aroma del fumador.

Salieron a la calle y se encaminaron al carruaje que habían dejado más atrás porque habría sido inviable acceder hasta allí ya que debido al tráfico su avance podría haber sido de los más tortuoso, así que decidieron ir a pie un pequeño tramo y volver al punto en el que habían dejado a Morgan esperándolos con paciencia.

Todo era bullicioso a su alrededor. La vendedora de manzanas que pregonaba su mercancia. El puesto de flores más allá que impregnaba el aire de un fresco aroma que rivalizaba con el que desprendían las alcantarillas mucho más fuerte, desgraciadamente.

Nick llegó a la puerta de un pequeño comercio, pero no menos lujoso que los demas. "Mason's Joyeros" rezaba el elegante rotulo en letras doradas.

- Tengo que recoger algo aquí, Damon. Sólo será un minuto.- Dijo sin mirarlo.

Damon lo acompañó al interior de todas formas. Tenía curiosidad, simple y llanamente, de lo que Nick iba a adquirir.

- Buenas tardes, Lord Laugthon, Lord Arlington.- Saludó George Mason, el dueño del local.- Me complace que por fin pudiera tener un momento entre sus muchas ocupaciones para poder recoger su encargo.-

La sonrisa del hombre era puro servilismo y Damon arqueó la ceja. Conocía ese brillo avaricioso en los ojos del joyero. Fuera lo que fuera lo que Nick se llevara no era una simple baratija. Su interés aumentaba por momentos.

- Sí, ultimamente he tenido varios asuntos urgentes de los que ocuparme y sinceramente hasta que no recibí la nota que me envió ayer no había vuelto a recordarlo.-

- Como le indicaba en la misiva no hacía falta que se personara. Nosotros muy amablemente se lo hubieramos enviado a su domicilio.- Se inclinaba una y otra vez mientras hablaba.

Llegados a este punto Arlington encontraba la escena bastante divertida. Miró a Nick con burla y puso los ojos en blanco.

- Si me permiten voy a buscarlo y podrá decirme si es de su gusto.-

Rodeó el mostrador y se dirigió a la puerta del local para cerrarla con llave. Con celeridad corrió una cortina para que no pudieran verlo desde la calle y el local quedó solamente alumbrado por los faroles de aceite. Abrió una puerta que se encontraba en una de las esquinas de la habitación no sin antes volver a inclinarse ante sus encumbrados visitantes y desapareció dentro del habitáculo.

- ¿Que diablos has comprado para que te haga más reverencias que al príncipe regente?.- Dijo Damon con sorna.

- Ahora lo verás.- Contestó Nick con una misteriosa sonrisa.

No pudo decir más porque Mason apareció con una caja de terciopelo rojo y con gran ceremonia la depositó ante ellos abriéndola con sumo cuidado.

En el interior estaba la gargantilla más exquisita que Arlington había visto ultimamente, sin contar claro está las joyas familiares. Contaba de decinueve rubies engarzados en oro y diamantes. Un gran rubí colgaba del centro en forma de lágrima.

Silbó sin poderlo evitar admirado de la delicadeza de la joya.

- Nick, amigo, esto me supera. Espero no estar tan loco nunca por ninguna mujer como para plantearme siquiera adquirir una chuchería como ésta.

El joyero se removió visiblemente molesto por la palabra "chuchería" haciendo referencia a tan fabulosa joya.

- Cuando le compré el anillo de compromiso, pensé en como se vería Meredith con algo como ésto sobre su piel.- Nick lo tomó entre sus manos y el rojo intenso de las piedras le recordó el color de su pelo sobre las sábanas.- Es el complemento perfecto para ella.

Lo dejó con mucho cuidado en su caja mientras el joyero le pasaba una gamuza para borrarle los posibles rastros de huellas que pudiera tener.

Laugton estaba convencido que había hecho una buena inversión. No veía el momento en que Meredith lo luciera para él esa noche. Preferiblemente sin ropa.

Salieron de la joyería y Nick sostenía bajo el brazo el estuche pensando en la reacción de su mujer cuando se lo entregara. Meredith se merecía ese regalo y sonrió ante el hecho que mientras ella salía ganando, su patrimonio menguaba.

Definitivamente eran inversamente proporcionales los conceptos "joyas" y "ahorro".

Las nubes dejaban pasar con capricho a los tímidos rayos de sol y la temperatura había aumentado algunos grados. Era de agradecer porque la mañana había sido bastante fría para esa época del año.

- ¿Que haras esta noche, Nick?.- Preguntó Arlington mientras se pasaba la mano por el pelo que le caía con despreocupación sobre la frente.

- Estamos invitados a la cena en casa de los Carlisle y doy gracias a ello porque no hubiera soportado un baile o una recepción hoy.- Dijo impaciente por llegar al carruaje.- ¿Y tu que harás?.

Damon lo miró con aburrimiento.

- No tengo la menor idea, esperaba que algo sencillamente fabuloso ocurriera y me animara un poco pero creo que no va a ser posible.- Miró alrededor para confirmar que todo era tan soporífero como siempre.- Creo que tengo que buscarme algo en lo que distraerme aunque últimamente parece que nada lo hace.-

Nick lo escuchó y estaba a punto de decirle que quizá necesitaría formalizar un compromiso, que eso sin duda lo tendría bastante ocupado, cuando un estruendo de cascos y gritos los hicieron volverse.

Un carruaje se avalanzaba hacia ellos toda velocidad montando las ruedas sobre la acera.

El puesto de flores voló por los aires al ser arroyado sin miramientos por los incontrolados caballos que se precipitaban llevándose todo a su paso.

Las personas se apartaban como podían del camino de los equinos tirándose al suelo o saltando hacia uno de los laterales.

La muchacha de las manzanas tuvo el buen juicio de abondonar su preciada mercancía y arrojarse a la carrera dentro de uno de los locales.

No tuvieron tiempo de pensar porque toda la escena pasó ante sus ojos en unos segundos y al siguiente ambos se encontraban pegados a la pared tanto como la fría piedra les permitía. Nunca hubieran conseguido ir hacia el otro lado y ponerse a salvo.

Nick notó como los caballos pasaron a todo velocidad frente a ellos y las ruedas del carruaje casi les amputa los dedos de los pies.

Todo había pasado muy rápido pero lo que nunca olvidaría sería la cara del conductor. No llevaba sombrero ni uniforme. El coche no tenía escudo distintivo, asi que no podrían localizarlo porque sin duda era uno de alquiler pero el hombre sentado en el pescante tenía una cicatriz que le surcaba la cara de lado a lado.

Sabía sin ningún género de dudas que ese era uno de los esbirros contratados para matarlo, Cicatriz, y si no lo era se comería su sombrero.

Una vez pasado el susto todos empezaron a hablar al mismo tiempo.

- ¡Qué barbaridad! No deberían de dejar que nadie llevara un carruaje sin tener la menor idea de como hacerlo sin peligro.- Decía un caballero mientras ayudaba a su mujer a levantarse del suelo.

- Los caballos han podido asustarse y el pobre hombre no habrá sabido como controlarlos...aunque sí que nos hemos llevado un susto de muerte.- La vendedora de manzanas se dirigía a la florista y miraba con pesar su fruta esparcida por la calle.

Nick miró a Damon y no quiso decir lo que pensaba pero no hizo falta porque Damon habló sin tapujos.

- Creo que hemos conocido a uno de tus admiradores, Nick. No tengo la menor duda que ese hombre pretendía arrollarnos.- Dijo friamente.- Y yo que hasta hace unos minutos quería algo emocionante en mi vida.....

-¿Hemos estado cerca, verdad?.- Nick apretó con más fuerza el estuche que aún se encontraba en su poder.- Tengo que hacer algo, Damon. No puedo quedarme esperando tranquilamente a que uno de sus intentos les salga bien. Simplemente no puedo.- Dejó salir toda la frustación que sentía con esas palabras.

- Sí, Nick, pero ¿qué?.- Le contestó Arlintong.

Nick lo miró sin verlo. Esa era la pregunta del millón ¿Qué podía hacer aparte de lo que ya estaba haciendo?.

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QUIERO AGRADECER A:

************ VIVIZDEDANIEL **************

LA MARAVILLOSA PORTADA QUE ME HA HECHO. EL VESTIDO ES CASI EXACTO AL QUE IMAGINÉ ENLA BODA DE MEREDITH Y NICK.

MUCHAS GRACIAS, GUAPA!!!!!

y APROVECHO PARA DECIROS A TODOS LOS QUE SEGUÍS ESTA HITORIA LO AGRADECIDA QUE ESTOY POR ELLO Y POR TODOS LOS MENSAJES QUE RECIBO TANTO A TRAVÉS DE ESTA PAGINA COMO EN PRIVADO.

Y COMO DIGO SIEMPRE

BESOTES ENORMES PARA TODOS!!!!!

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