Capítulo 9: Leia.
Capítulo 9: Leia.
DAYAN
Aún no había abierto los ojos y ya sabía que Isaura no estaba en la cama. Los músculos estaban agarrotados de tanto dormir y una sensación de miedo se posó en mi estomago.
- ¡Me he dormido! – dije mientras salía de un salto de la cama.
La habitación estaba vacía, no se veía a Isaura por ningún lado y en el baño tampoco estaba. Apenas faltaba media hora para las diez, hora en la que debíamos estar en la sede para una nueva sesión de entrenamientos con Oliver.
Fui a la ducha corriendo, supuse que Isa estaría en el salón con algún libro en la mano, pero él libro que sabía que tenía que leer estaba en la mesilla de noche. Lo hice todo en un tiempo récord, ducha, lavarme los dientes, vestirme con ropa de sport, zapatillas y… ¡las zapatillas de Isa no están! Cada uno teníamos nuestra zona de armario, pero los zapatos estaban en una zona común, por eso me di cuenta tan rápido que las zapatillas no estaban.
Bajé al salón y la busqué como loco. Kai, Adalia y Matt estaban sentados en el sofá y con la televisión encendida, parecían estar matando el tiempo hasta que llegara la hora de salir.
- Buenos días, ya íbamos a subir a despertaros. – dijo Kai mientras me daba una palmada en el hombro,parecía aliviado de que apareciera.
- ¿Isa no está aquí? – era una pregunta estúpida ya que por la frase de Kai deduje que no sabían nada de ella.
- Pensábamos que estabais dormidos. Anoche oímos que os desvelasteis y por eso no os hemos avisado. – dijo Adalia de una manera muy sutil para no decir que oyó nuestra casi pelea. - ¿Va todo bien?
Los miré a los tres, estaba claro que ellos no habían visto la proyección del cofre en sus mentes, así que deduje que era la conexión entre Isa y yo. Quizás el símbolo del libro se refería a esto, la tierra y el aire están unidos de la misma manera que el fuego se une con el agua, solo algo telepático, algo que tenga que ver con los poderes y no con algo tan… físico o romántico.
Pero de ser así, Kai y Adalia tenían un problema muy grande, ya que la conexión entre Isa y yo se había realizado en un momento muy intimo, estábamos en una conexión total, tanto en mente como en cuerpo. Por eso no dije nada de esto, Matt estaba delante y él no sabía nada del símbolo ni de lo que este representaba.
- Se llevó las zapatillas de deporte, habrá salido a correr. – dije sin pensar.
Pero entonces caí en la verdad de mi frase, desde que habíamos llegado a la comunidad no había salido a correr por diversión ni un solo día y la verdad, yo tampoco.
- De todas formas, es la hora y debemos irnos. Ella sabrá dónde encontrarnos. – dijo Adalia con un tono de confianza asombroso.
Aún así, dejé una nota en el mueble de la entrada en la que decía que estábamos en la sede, por si llegaba y no sabía dónde encontrarnos. Eve tampoco estaba, ella había salido a primera hora a intentar comunicarse con su comunidad y averiguar algo sobre Albert Frut.
Llegamos a la comunidad y Oliver nos esperaba en la puerta junto con Eve. Igual que pasó el otro día, Eve se reía de algo que le había dicho Oliver y ambos parecían llevarse la mar de bien. Pero en cuanto ella vio a su amado, bajo las escaleras de un salto y le dio un afectuoso saludo.
- ¿Dónde está la chica aire? – dijo Oliver al darse cuenta que faltaba un miembro.
- Isaura. – le corregí, eso que nos llamaran por nuestros poderes me hacía sentirme un objeto. – Tiene que estar al llegar.
KAI
Otra vez los celos hacia el entrenador, ya no solo le odiaba por matarnos a torturas físicas, sino por pegarse tanto a mi chica. Pero al igual que la otra vez, todos esos sentimientos desaparecieron cuando, nada más verme, Eve saltó para darme un caluroso beso. Ella me era fiel en todos los sentidos y en cambio ¿yo que hacia? pues engañarla con lo del libro y lo extraño de mi relación con Adalia.
Pero al menos no era el único, Adalia tampoco le había dicho nada Matt y eso había generado momentos algo extraños en el desayuno, yo deseaba con todas mis fuerzas quedarme a solas con ella para poder hablar de lo de ayer, pero a la vez tampoco tenía ganas de hablar del tema, temía su reacción y lo que todo pudiera significar.
De una de las calles de la plaza apareció Malak seguido de Isaura y una chica de pelo corto. Malak iba dos metros por delante que las dos chicas y con aspecto malhumorado. En cambio Isaura hablaba tranquilamente con la chica nueva.
- ¿Dónde está Gadreel? – preguntó Malak a Oliver de malas maneras.
- Acaso crees que soy su secretaria. – contestó. Hubo un momento de tensión en el que Malak parecía estar a punto de morder a Oliver. Este se dio cuenta así que decidió complacerle – Prueba en su despacho, le vi llegar hace media hora.
Y sin decir nada más, Malak entró como una exhalación en la sede y todos volvimos la vista hacia Isaura, la cual parecía algo divertida por la situación.
- Os presento a Leia, ha venido a ayudarnos. – dijo Isaura mientras nos presentaba a aquella extraña chica, que en cierta manera, se parecía a Adalia por las formas.
Isa terminó con las presentaciones y fue a saludar a su novio. Oliver miraba a la chica nueva con algo de recelo, parecía estar viendo la conexión entre la chica y el enfado de Malak, por eso fue el primero en preguntar.
- ¿De qué comunidad vienes?
- Soy independiente. – dijo la chica mientras se colocaba en una extraña posición, como si fuese a protegerse de algo.
Y de repente todo fue un caos. Dayan y yo no nos enterábamos de nada, pero Isaura se colocó delante de Leia para protegerla y Adalia un paso por delante de ambas para frenar a Oliver, el cual estaba sujetado por Matt.
- ¡Suéltame! Eso es traición y sabes cuál es su precio, Matt.
Oliver estaba descontrolado, era muy extraño verle así y sobretodo daba mucho miedo. Al final Dayan y yo nos colocamos delante de las chicas para protegerlas también, pero no fue hasta que Eve se puso delante de Oliver, cuando este se relajó.
- Oliver, deja que se explique. – ella si parecía saber de qué iba la cosa. Se giró hacia la chica y dijo: - ¿Eres una desertora?
- ¿Y qué si lo es? – dijo Isaura defendiéndola. – Ha venido a ayudarnos y necesitamos toda la ayuda posible.
¿Desertora? Entendía la palabra, pero no el porqué de tanto revuelo. Supuse que esta chica había abandonado su comunidad y por eso decía que era independiente, ¿pero a caso eso era ilegal?
- ¿Qué está pasando aquí? – dijo una voz autoritaria que salía de la sede.
Todos miramos aquella voz, Malak y Gadreel salieron por la puerta de la sede y este último parecía estar recuperado de su somnolencia, las ojeras apenas eran una fina línea debajo de sus ojos. Miraba a Oliver con cierto enfado, pero la peor mirada se la echó a Leia.
- Usted debe ser Leia, ¿verdad? – la chica hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Era impresionante, como a pesar de todo lo que había pasado aquí en cuestión de segundos, ella no había cambiado su pose de autodefensa y nos miraba a todos como si fuésemos amenazas. – Entremos TODOS dentro y hablemos. – remarcó la palabra “todos” en deferencia a Oliver.
Nadie dijo nada y todos le seguimos. Isaura tuvo que empujar a Leia a que entrara mientras la decía que no la pasaría nada, que los cuatro la protegeríamos de lo que fuera.
Entramos en una sala que había justo en el recibidor de la sede, nos sentamos en una mesa rectangular y el silencio cayó de plomo en la sala. Nadie parecía atreverse a decir nada y Gadreel, aunque de aspecto estaba mucho mejor, se le notaba agotado en otros aspectos y uno de esos era la paciencia.
- Para los que no lo sepan, un desertor es aquel que abandona la comunidad para dedicar su vida a cualquier uso que no sea proteger a los brujos de la luz y por consiguiente, a los humanos sin magia. Ser un desertor es una de las pocas cosas que están prohibidas y se paga muy caramente. – explicó Gadreel, cosa que agradecimos Dayan y yo, que parecíamos ser los más perdidos de todo el grupo. – Así que Leia, espero que no le moleste que queramos saber su historia.
Todos los ojos apuntaron a ella, Paul acababa de entrar pero nadie le prestó mucha atención, queríamos conocer la historia de una desertora que se atrevía a entrar en una comunidad llena de brujos. Ya la admiraba por eso.
- Soy bruja de la luz desde que nací, creo que eso es lo más importante que deben saber. – dijo ella con tono malhumorado. – Estoy aquí para ayudar, supuse que no se opondrían ya que la guerra está en camino.
No dijo nada más y Malak se revolvió en su asiento, parecía tener un odio especial hacia esa chica, algo extraño pero que le nublaba el juicio.
- ¿A caso crees que esto es un juego? ¿qué puedes llegar aquí y no tener represarías por tus actos? – dijo mientras golpeaba la mesa.
- Porque no pruebas a olvidarme. – dijo ella mientras se recostaba en la silla y se cruzaba de brazos, señal de que le daba igual cualquier palabra que saliera de la boca de Malak. – Tengo mis motivos para haber abandonado mi comunidad.
- ¿Cómo vamos a confiar en ti para proteger a los elementos, si no sabemos porque traicionaste tu comunidad? – dijo Eve con una mirada severa pero sin que pareciera que la acusaba de nada.
- No traicione mi comunidad, simplemente decidí emprender un camino por mi cuenta. Soy dueña y señora de mi propia comunidad y de mi propia vida. – dijo con una sonrisa petulante. Me encantaba esta chica. Entonces miró a Malak y con esa misma sonrisa le dijo: - ¿Mejor así?
Él pareció entre asombrado e indignado. Estaba seguro que nadie le había hablado así nunca y el hecho de que una chica nueva, atractiva y con carácter, llegara e hiciera esto…podía descolocar a cualquiera.
Pero lo importante de todo es lo que pasaría con ella. Gadreel parecía estar pensando que hacer, la miraba y fruncía el ceño.
- Entenderás que no puedo dejar que te acerque a los elementos, ¿verdad?
- ¿¡QUÉ!? – gritó Isaura asustándonos a más de uno. – Yo me haré responsable de ella.
- No puedo dejar que un elemento se haga responsable de ella, sois vosotros los que importáis aquí. – le contestó Gadreel.
- Pues dile a otro que lo haga. He hablado con ella, confío en ella. Tiene secretos, sí, pero como todos. – parecía muy empeñada en que esta nueva chica se quedara, no entendía cual podía ser el motivo.
Gadreel volvió a quedarse pensativo, las palabras de Isaura le habían hecho volver a juntar las cejas pero esta vez de incomprensión, cosa que sentíamos todos. Entonces sonrió y miró a Malak, el cual empezó a negar con la cabeza antes de que el jefe abriera la boca para dar su solución al problema.
- No, no, no…no puedes hacerme esto. – dijo Malak mientras se levantaba de la silla.
- ¿No querías participar de manera activa en una misión? Pues aquí tienes la primera. – sonrió aún más que antes y dijo: - Te encargarás de ella.
- ¿¡QUÉ!? – ahora fue Leia la que grito. - ¿Por qué él? La prefiero a ella o a él. – dijo señalando a Eve y a Matt.
- Ellos ya tienen lo suyo y puestos a que tu opinión no cuenta hasta que Malak me diga lo contrario, me da igual lo que prefieras. – dijo mientras se levantaba y daba por zanjado el asunto.
Gadreel salió de la sala y nadie dijo nada más, pero Isaura se levantó y le siguió hasta el pasillo.
ISAURA
Seguí a Gadreel hasta el pasillo, Paul iba a su lado y llevaba una carpeta en la mano, hablaban de la organización de los jefes de las comunidades y de que alguno había pedido cosas extrañas a los servicios de habitaciones.
- Gadreel – dije para llamar su atención mientras le cogía del brazo.
- Isa cariño, no sé qué te traes con la chica nueva, pero ya he hecho lo que me pediste. La he permitido quedarse sin represarías, ¿qué más quieres? – su voz sonaba cansina y dado que me había malinterpretado, le miré con una ceja levantada.
- No es eso, pero gracias por permitir que Leia se quedara, no te arrepentirás.
Había cogido un cariño especial a esa chica. Respetaba mucho el hecho de que se haya atrevido a venir para luchar en nuestro bando a pesar de su situación. Aunque no sabía qué era lo que la había pasado, era una chica valiente y necesitábamos gente así.
- Sé que me arrepentiré, pero dime ¿en que puedo ayudarte?
- Los padres de Dayan regresan del viaje y esperan verle en casa y claro…él no está en ella. – dije de forma dubitativa. – Además, si tampoco me ven a mí se lo dirán a mis padres, los cuales están esperando una respuesta mía sobre si voy a China de vacaciones o no.
Se quedó pensativo ante mis palabras, era obvio que no se esperaba que le saliera con estas y la verdad, podría ser un problema serio. No quería ver mi cara en un cartón de leche ni que cuando salga de esta comunidad, todo el mundo me mirase sabiendo que era la desaparecida.
Soltó un suspiro mitad risa mitad desesperación. Esto era otro problema más que añadir a su ya larga lista de cosas… Paul y yo le mirábamos esperando sus instrucciones, pero él me miró y dijo:
- De primeras solo se me ocurre un viaje, pero nada os librará de ir hablar con ellos. – eso me asustó. La última vez que estuvimos allí casi nos matan ¿y quiere que volvamos? Miró a Paul y le dijo a él: - Busca en Internet o donde quieras, un viaje que sea lo más largo posible, quizás los padres se traguen un viaje como lo hicieron los de Adalia.
- Espera, espera… - le dije aún con el miedo ante sus palabras. - ¿Vamos a volver a Forest City?
- Sí. Entra y dile a Oliver que os entrene con magia, os vais los cuatro más Eve, Matt, Malak y… Leia. – dijo ese último nombre a regañadientes.
- ¿Cuándo? – dije con mucho temor. - ¿Y Derek?
- Derek se queda aquí y el cuándo depende de Paul. En cuanto os de la coartada, os marcháis. Pensad que tenéis una semana para ir, hacerlo y volver. El sábado que viene tenéis que estar aquí para la fiesta. – y con esas últimas palabras, se dio media vuelta y nos dejó a Paul y a mí con la boca abierta.
Tardamos unos minutos en reaccionar, pero para cuando lo hice le di un golpe a Paul y le dije: “Tienes trabajo que hacer”. Y con las mismas, entré a informar al resto.
Oliver seguía mirando a Leia de manera amenazante, pero esta solo tenía ojos para Malak. Aunque parecían el perro y el gato, no podía evitar pensar la frase de “entre el amor y el odio hay una línea muy fina” y esta relación había empezado con mucho odio, a ver cómo termina…
Dejamos a Paul organizando todo el tema del “no” viaje y Oliver cambió sus planes de entrenamiento, ahora nos dirigíamos hacia el bosque. Leia no se separó de mi lado y sin saber muy bien como, me busque una guardaespaldas de lo más persistente.
Andamos un par de kilómetros por un camino de tierra que había en la zona norte del pueblo, hasta que llegamos a una explanada del tamaño de un campo de baloncesto. Solo había hierbas que te llegaban hasta las rodillas y alguna que otra zarza que tenías que ir esquivando.
- Por lo general solemos venir aquí con equipos anti-incendios y algunos contenedores de agua. – dijo Oliver señalando unas cajas de madera que estaban ocultas entre los hierbajos. – Pero dado que Kai es capaz de crear agua, según me han dicho, y que Adalia controla el fuego a la perfección, no creo que nos haga falta.
Kai llenó todos los contenedores de agua y Adalia, Dayan y yo nos pusimos a su alrededor. El entrenamiento consistía en que los tres pudiésemos controlar el agua, cosa que vi casi imposible, ni siquiera sé como controlo el aire como para saber qué hacer con el agua.
Pero Adalia nos dio esperanzas, la costó un poco pero al final consiguió levantar una pequeña burbuja de agua del tamaño de una pelota de golf, y se la lanzó a Kai todo lo rápido que pudo. Dayan y yo la miramos con suplica en los ojos, queríamos saber el secreto para que no nos pasara como con los cuchillos.
- Cuando controlo el fuego, yo me siento ese fuego, es como si saliera de mí, me pertenece y por eso lo manejo a mi antojo. – empezó a explicar Adalia. Tanto Dayan como yo sabíamos de esa sensación, sentíamos lo mismo con nuestros elementos. – Tenéis que intentar sentir lo mismo, como si fueseis agua.
La primera en intentarlo fui yo, me concentré en el cubo y en como el agua se movía dentro, como giraba y se formaban pequeñas ondas circulares. Me sentí relajada y me obligué a girar con ella, sentí como fluía por el cubo e intenté imaginarme como el agua crecía y subía hacia mi mano.
Estaba tan concentrada en lo que hacía que ni siquiera me di cuenta de lo que estaba consiguiendo, al menos hasta que mi mano se sumergió en el agua que estaba creando. Me resultó fácil aunque artificial, el aire formaba parte de mí, pero esto no. Para mí el aire era como respirar, estaba ahí sin que ni siquiera fuese consciente de ello, podía hacerlo sin pensar en ello concretamente, en cambio el agua necesitaba de mi concentración absoluta.
A Dayan le costó algo más que a mí, pero acabó consiguiéndolo con los mismos resultados que yo. Él y yo tuvimos más dificultadas con el fuego, habíamos creado una pequeña hoguera y por alguna razón no era capaz de sentirme fuego. Con el agua había sido cuestión de fluidez, de sentir ese movimiento, pero el fuego era rebelde, imposible de predecir y de seguir, cosa que me pareció cómica ya que se parecía mucho a Adalia.
Tras varios intentos desesperantes, Dayan consiguió levantar una pequeña bola de fuego del tamaño de una canica. Me sentí torpe, Kai había conseguido levantar una bola hacia ya varios minutos y ahora trabajaba con Matt y Oliver en la tierra. En cambio yo me había atascado, la rabia y la impotencia se apoderaron de mí, miré a las llamas con furia y desesperación. Y casi con un grito ahogado, las llamas se avivaron estando a punto de quemarme.
Di un salto hacia atrás y las miré de forma desafiante, parecían estar retándome a algo y era yo la que iba a ganar, eso seguro. Volví a concentrarme en ellas, con el sentimiento de poder que acababa de florecer dentro de mí. Y al igual que con el agua, apenas me di cuenta de que lo conseguía hasta que Adalia tuvo que controlar los látigos de fuego y evitar que prendiera todo el bosque.
- ¡Ups! Lo siento. – dije mientras el sentimiento de poder desaparecía.
- No, pero está bien. – dijo Oliver mientras venía hacia mí. – Ya has conseguido manejar dos elementos, solo te queda ver que tal con la tierra.
- Creo que necesito un descanso. – me senté derrotada en las hiervas.
No podía con otro elemento antinatural. Para mí esto era forzar la máquina, nada salía por sí solo, para todo necesitaba de plena concentración y cambiar parte de mí para conseguirlo. Y eso no me gustaba.
- Esta bien, pero ayudarás a Kai con el aire. – me dijo mientras me cogía del brazo y me obligaba a levantarme.
Kai parecía costarle más que el resto de los elementos, no conseguía encontrar la fluidez de algo que no ve y que apenas es capaz de percibir, que poca imaginación. Al final de la sesión, lo único que conseguí es que me moviera un poco el pelo. En cambio Adalia formó un remolino bien controlado y Dayan me desplazó varios pasos hacia atrás con un soplido.
Al final todos probamos todos los elementos, la tierra no me supo mucho problema, era fácil sentir su pulso y su naturaleza, solo necesitaba entrar en contacto directo con ella y concentrarme al máximo.
Todos los elementos, excepto el mío claro, exigían un cambio en mí. Para con fuego era la rabia y la rebeldía, para agua era la relajación y la fluidez y para la tierra era una mentalidad más abierta, intentar sentir como todo se une y se coloca. El aire era mucho más fácil.
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Bueno, aquí otro capítulo de la saga :D :D
Este va dedicado a @ZoyElDuendeBlanco por su cumpleaños de hace unos días y para darle las gracias por su mención en su libro de opiniones. Gracias y espero que te guste.
Y para el resto...espero que les haya gustado y que no genere muchas dudas más de las que ya tienen...jajajaja!! Besos a todos y no se olviden de votar y comentar :D
P.D. Gracias @abdiart57 por el dibujo, ya sabes que lo amo!! :D
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